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PROBLEMAS DE SUEÑO EN LA INFANCIA TEMA 9

1. INTRODUCCIÓN
Dormir es una función corporal básica e imprescindible, q tiene como propósito la recuperación del can-
sancio y la fatiga producidos por la actividad realizada durante la vigilia, para así restablecer el equilibrio
físico y psíquico del organismo. La duración y calidad del sueño es un factor vital para el bienestar de la
p. En la infancia esto cobra aún más importancia, ya q se trata de una edad vulnerable de crecimiento y
desarrollo cog y neurológico cte, q puede verse afectado si existe algún prob del sueño. El sueño fomen-
ta el crecimiento y el desarrollo óptimo del cerebro, mejora el aprendizaje, la atención, la memoria, la efi-
ciencia sináptica y plasticidad, tb regulada emoción, el apetito, la alimentación, el peso corporal, así como
conductas de búsqueda de riesgo o de placer; el sueño ayuda a la limpieza del cerebro de deshechos ce-
lulares y neurotoxinas.
El sueño es un comportamiento alta/ estructurado, especializado en la desconexión con el medio ambien-
te mientras el organismo se relaja con ausencia de movimientos voluntarios y un ciclo (vigilia-sueño) q si-
gue un ritmo circadiano, es decir, se presenta con un intervalo de 24 horas. Este reloj biológico se en-
cuentra en los núcleos supraquiasmáticos (NSQ) del hipotálamo anterior, siendo regulado x mecanis-
mos:
• endógenos :hormonas, control hipotalámico, temperatura corporal, edad y
• exógenos: siendo el más potente la exposición a la luz-oscuridad. La Luz es percibida x la retina y mo-
dula la síntesis de la melatonina q ayuda a sincronizar el reloj interno.
A través de los estudios polisomnográficos se han diferenciado dos estados dif de sueño:
• El estado REM: dormir con movimientos oculares rápidos
• El estado NREM: dormir con movimientos oculares no rápidos.
El sueño se estructura en ciclos con fases REM y NREM, los cuales tienen un caracter ultradiano (rit-
mo biológico más rápido q el circadiano y q tiene una duración menor a 24 horas); tienen un ritmo ultra-
diano la alimentación, los ciclos de suelo y la liberación de hormonas. En el periodo neonatal, el patrón
sueño/vigilia es ultradiano y hacia los 6 meses de vida adopta un patrón circadiano. Dentro del sueño
NREM se pueden diferenciar dif estadios:
- Sueño superficial N1.
- Sueño ligero N2.
- Sueño profundo y reparador N3.
El desarrollo de la organización del ciclo vigilia-sueño comienza desde la vida intrauterina y está es-
trecha/ relacionado con la maduración del cerebro. Mientras q en el adulto el sueño ocupa 1/3 de su vida,
en los tres primeros años de vida ocupa más del 50% del tiempo, los patrones de sueño en la edad esco-
lar se estabilizan pareciéndose a la de los adultos, si bien, una minoría de niños duermen la siesta entre
los 5 y 6 años, desapareciendo normal/ a los 7 años. X ello, la arquitectura del sueño, su duración y la
proporción de las dif etapas del sueño varía en función de la edad, además de ser específicos para cada
individuo.
A partir de la semana 20 de gestación ya se puede observar un ciclo de sueño REM-NREM de 50 minu-
tos aproximada/ y a las 30-32 semanas ya se identifican las tres etapas distintas: vigilia, REM y NREM. El
sueño del recién nacido se distribuye a lo largo de las 24 horas del día, no siguiendo los cambios de luz-
oscuridad, se despiertan cada 2 o 3 horas ante la necesidad de comer. Es posterior/ cuando empieza a
organizarse en ciclos de alrededor de 4 horas, conforme la madurez del SNC hasta consolidar un patrón
de sueño q diferencie el día de la noche.

Duración del sueño en las etapas del ciclo vital:


Edad Horas de sueño

Recién nacido 16-18

4 meses 14-15

1 21
Edad Horas de sueño

12 meses 12-13

2 años 13

3-5 años 10-12

6-10 10

Adulto joven 8

Es imp tener en cuenta los cambios q ocurren a lo largo de la edad pediátrica en la evaluación del sueño.
Su alteración produce efectos adversos imp , los cuales varían en función de la edad y tipo de sueño:
• La alteración del sueño NREM puede causar retraso en el crecimiento y menor regeneración de teji-
dos.
• La disminución o falta de sueño REM puede producir síntomas cognitivos y conductuales, menor cap
de juicio o toma de decisiones y dificultades en las interacciones sociales.
X lo tanto, la asociación de los prob de sueño en la infancia con trast de la memoria, del aprendizaje, irri-
tabilidad, dif en la modulación del estado de ánimo, prob de atención y comp, hiperactividad e impulsivi-
dad, muestran q estas alteraciones afectan al propio niño y llegan a tener implicaciones en la calidad de
vida de sus familiares. X todo lo descrito, vemos q los patrones de sueño emergen de una interacción
compleja en procesos de maduración y desarrollo, mec reguladores del sueño, factores circadianos y
como veremos tb del comp tanto del niño como de los padres.
Los trast del sueño más habituales son: el insomnio, el insomnio conductual en la primera infancia, las pe-
sadillas, los terrores nocturnos, y el sonambulismo. Abordaremos las causas, la prevalencia, característi-
cas, diagnóstico y, especial/, el trat de cada trast. Final/, expondremos un caso práctico q permita cono-
cer la aplicación de estos conocimientos en la práctica clínica.

1.1. Clasificaciones diagnósticas


• El DSM-5 clasifica los trast del sueño en 10 tipos distintos o grupos de trast bajo la clasificación de trast
del sueño-vigilia. Problemas:
• En el DSM-5, en relación con el sueño infantil, se utilizan los mismos criterios para el diagnóstico de es-
tos trast en niños q en adultos, sola/ añade una breve reseña de las posibles características q presenta
este trast cuando se da en la infancia. X ej , según el DSM-5 las p q son diagnosticadas con uno de es-
tos diez trast x lo general tienen “quejas de insatisfacción con respecto a la calidad, oportunidad y can-
tidad de sueño”. En el caso de los niños, este malestar x las dif o prob en la calidad del sueño tb afecta
a la familia q sufre las mismas consecuencias , y son estas quienes suelen presentar las quejas. Se ha
encontrado las madres de bebes q tenían patrones de sueño difíciles y dormían menos presentaban ni-
veles más elevados de estrés y de clínica depresiva. En este sentido, un uso literal del DSM-5 podría lle-
var a infravalorar los prob debido a q esta clasificación se realizó desde el punto de vista del adulto.
• X otro lado, la Clasificación Internacional de Trastornos del Sueño ICDS-3 diferenció en 6 grupos los dif
prob de sueño. Reconoce q todavía existe falta de acuerdo en definiciones y criterios. Sin embargo, esta
definición resulta a nivel clínico más funcional q el DSM-5.
• Una de las clasificaciones más sencilas es la q distribuye los trast del sueño en dos grandes categorías
American Sleep Disorder Association (ASDA, 2005) diferenciando entre disomnias y parasomnias:
-las disomnias afectan a la cantidad, calidad y t del sueño.
-las parasomnias afectan a la transición entre sueño y despertar.

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Comparación sistemas clasificatorios:
DSM-5 10 ICDS-3 6 ASDA 2

-Trastornos del insomnio -Insomnio. 1. Disomnias: trastornos de la cantidad,


calidad y horarios del sueño.

-Trastornos de hipersomnia Trastornos respiratorios relacionados 2. Parasomnias: acontecimientos o


con el sueño. comportamientos problemáticos q ocu-
rren durante el sueño.

-Narcolepsia Trastornos centrales de la hiper somno-


lencia.

-Trastornos del sueño relacionados con Trastornos del ritmo circadiano sueño
la respiración vigilia.
-trastornos del ritmo circadiano sueño
vigilia.

-Parasomnia: trast de despertar del Parasomnia.


sueño NREM (sonambulismo y terrores
nocturnos)

-Parasomnia: trast del sueño REM (pe- Trastornos del movimiento relacionados
sadillas). con el sueño.

-Trast del comp del sueño REM.

-Síndrome de las piernas inquietas.

-Trast del sueño inducido x sustancias /


medicamentos.

2. MODELOS EXPLICATIVOS DE LOS PROBLEMAS DEL SUEÑO EN LA INFANCIA


Uno de los motivos cada vez más frecuentes en las consultas pediátricas son los trast del sueño, con
consecuencias neg para el niño y la calidad de vida para su entorno familiar cercano, x lo q su manejo se
debe iniciar cuanto antes, abordando los diversos factores más influyentes en el sueño infantil: los
hereditarios, perinatales, circadianos, neurohormonales y educativos, cobrando una especial imp los as-
pectos conductuales, x su alta frecuencia como factor de riesgo. Tb el apego y el sueño parecen estar
conectados dentro de muchas culturas y familias pues la hora de acostarse en la infancia y en la niñez
exige q haya una rutina interactiva entre padres e hijos, pues muchos niños buscan la compañía de los
padres a la hora de irse a dormir.
Las creencias, expectativas, emociones y comp de los padres relacionados con el sueño del niño están
influenciados x su contexto sociocultural y ambiental, su propia historia de desarrollo y recuerdos, su per-
sonalidad y psicopatología, la edad del bebé / niño , las características del desarrollo y los patrones del
sueño, x lo q el sueño de los niños y el prob para dormir deben ser considerados dentro del contexto fa-
miliar. Estas reacciones complejas y bidireccionales entre la crianza y sueño infantil a las q hacen mención
Reuter están basadas en el modelo transnaccional de Samerof (1989) quedan reflejadas en la figura:

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Hay q tener en cuenta q este modelo no incluye la edad madurativa del niño, ni los prob de índole más
biológica, como la apnea del sueño (SAOS) o la narcolepsia, así como patologías de origen neurobiológico
como TDAH y TEA, cuadros infecciosos,… Pese a ello este modelo es de suma importancia, ya q estable-
ce como eje central en los prob de sueño en los niños las interacciones y dinámicas familiares como
mec explicativos de muchos de los prob.
En la práctica asistencial es poco frecuente encontrarse niños q puedan acudir a trat con un trast pri-
mario del sueño. Más bien ocurre al contrario, el sueño es secundario a otros prob. X ej, para los niños los
prob de sueño se han relacionado con dif en el aprendizaje, la atención y otras funciones cog imp para su
desarrollo.
La mala calidad de sueño tb se asocia con una mayor reactivadad emocional y dif con la modulación
de la emoción. Concreta/ se ha encontrado una puntuación más elevada de angustia, A x separación, D
y rasgos de internalización en niños con prob de sueño. Existen investigaciones q han encontrado corre-
lación entre el insomnio infantil y el desarrollo posterior de prob de peso. Los prob emocionales de los
padres tb se han mostrado como un factor de riesgo, así se ha encontrado q la D materna se traduce en
afectación en el sueño materno e infantil a los 15 meses de edad, aunque es presumible q tb interfiera en
la calidad del sueño del bebé y la madre con anterioridad.
Las dos grandes categorías (ASDA, 2005) en las q se distribuyen los trast del sueño, se comentan a
continuación.

2.1. Disomnias
Las disomnias agrupan a los Trast de la cantidad, calidad y horario del sueño. En esta categoría se inclu-
yen los trast de inicio y mantenimiento del sueño como el insomnio o la hipersomnia y todos los trast del
sueño relacionados con la respiración. Sólo veremos el insomnio y el insomnio conductual infantil, q no
está considerado en el DSM-5, y q es la dificultad de los niños menores de 5 años para dormir, llamado
“trastorno pediátrico del sueño” o “insomnio infantil por hábitos incorrectos”. Este es uno de los
prob x los q más consultan los padres.

2.1.1 Insomnio
Los criterios diagnósticos del DSM-5 para el trastorno por insomnio se aplican a los niños igual q a los
adultos.
En algunos casos el insomnio se produce x causas médicas, pero en la mayoría de los casos las causas
más frecuentes son la higiene del sueño inadecuada y el insomnio conductual.
El insomnio se identifica como la dificultad permanente para conseguir un sueño reparador, se puede de-
ber a uno o más de los siguientes síntomas:
A. Retraso en el inicio del sueño o insomnio de conciliación o de inicio ( en el caso de los niños la difi-
cultad para iniciar el sueño se debe a la necesidad de tener al cuidador para poder conciliar el sueño).
B. Frecuentes despertares durante la noche o insomnio de mantenimiento (aqui tb sería la necesidad de
tener al cuidador cerca para poder volver a conciliar el sueño).
C. O bien se debe a un despertar temprano o insomnio tardío o terminal (despertarse pronto x la ma-
ñana y no poder volver a conciliar el sueño).
Según el DSM-5 la alteración del sueño causa malestar clínica/ significativo o deterioro en lo social, edu-
cativo, del comportamiento u otras áreas del funcionamiento. Esta dificultad debe ocurrir al menor tres
veces a la semana, estar presente durante al menos tres meses y la dificultad para dormir ocurre a pe-
sar de facilidades para iniciar el sueño.
Causas más comunes del insomnio:

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Causas Factores Autor

Falta de información d elos padres acer- -Falta de horarios regulares. Bathory et al (2016)
ca del sueño. -Escasa duración del sueño nocturno.
-Presencia de televisión en la habitación.

Realización de actividades q conllevan -Consumo de alimentos con alto contenido en Velez-Galarraga, (2017).
un estado de hiperalerta q altera la es- azúcar.
tructura del sueño e incrementan los -Uso de tecnologias antes de acostarse.
despertares nocturnos. -Realización de actividades con intensidad física,
mental o emocional antes de acostarse.
-Siestas frecuentes o largas durante el día.
-Pasar mucho t en la cama o gran variación de
horario al acostarse o al levantarse.

Asociación de conductas inadecuadas -Mecerlos. Velez-Galarraga (2017).


con el inicio del sueño -Darles comida o un objeto determinado o la pre-
sencia de los padres, no dejando iniciar al niño el
sueño x si solo.
-Ausencia de límites establecidos parte de los
padres lo q conllevaría a la resistencia a la hora de
acostarse a través de conductas como gritos,
llantos, protestas verbales, salirse de la cama.
-Demandas repetidas de atención, alimentos o
cuentos, lo q lleva a un inicio del sueño retrasado
o despertares nocturnos.

Otros factores. -ANtecedentes familiares de insomnio. Velex-Galarraga (2017)


-Modelo familiar conflictivo.
-Estrés familiar en general.
-Desoganización y desestructuración familiar.
-Problemas emocionales (A,D)
-Problemas de rendimiento académico.
-Problemas físicos (dolor, fatiga).
Es importante diferenciar el insomnio infantil del adulto, pues en los niños, no sólo es importante las
quejas del niño, tb hay q incluir la valoración q hacen padres o cuidadores. Los niños suelen ser más rea-
cios a irse a dormir, incluso con los esfuerzos de los padres. La enuresis nocturna o ciertos miedos evolu-
tivos, como el miedo a la oscuridad, a veces son los causantes de la resistencia para ir a dormir.
La prevalencia de los trast del sueño x edades es:
• Niños de 2-3 años: 12%.
• Niños de 4-6 años: 37,7%
• Niños de 7-14 años: 50,2%.
Siendo un 14,6% los niños q duermen menos de 7 horas, los de menos edad y los q presentaban mas
prob a la hora de dormir, existiendo un 23% de niños q tardaban más de media hora en dormirse.
En otro estudio con población española, se evaluó q el 27% de los niños de 5 a 12 años tienen resistencia
para irse a dormir y el 17% tienen dificultades para despertarse, el 34,5% de los niños de 13 años opina-
ban q dormían menos de lo q necesitaban y el 25% de ellos se sentían cansados al levantarse. A su vez,
de los adolescentes de 14 y 15 años, el 52,8% dormían menos de 8 horas y el 17% tenían síntomas de
somnolencia diurna.

2.1.2. Insomnio conductual en la primera infancia (niños menores de 5 años)


Estos prob se deben a asociaciones inapropiadas con el inicio del sueño o la ausencia e límites estableci-
dos, o la combinación de ambas circunstancias. Son los llamados trastornos del sueño extrínsecos o
conductuales (BSD x sus siglas en inglés) q a su vez se subdivide en tres problemas básicos:
• Problemas en el inicio.
• Problemas en el establecimiento de límites.
• Problemas de ajuste en el sueño.
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Características del insomnio conductual en la primera infancia:
Por asociaciones inapropia- -conciliar el sueño requiere de condiciones especiales y es un proceso muy prolongado.
das -en el inicio del sueño se presentan asociaciones muy problemáticas o exigentes.
-la latencia del sueño es muy prolongada o el sueño se altera con facilidad ante la ausencia
de estas condiciones.
-para q los niños vuelvan a conciliar el sueño ante los despertares nocturnos en necesaria la
presencia de los padres.

Por ausencia de límites es- -el niño presenta dificultades para iniciar o mantener el sueño.
tablecidos -el niño rechaza o niega irse a la cama a la hora apropiada, lo mismo en los despertares
nocturnos.
-el cuidador no tiene la capacidad de establecer unos límites adecuados para establecer
una buena conducta del sueño.
El insomnio conductual infantil representa el problema de comportamiento más común con el q se en-
frentan la mayoria de los padres.
La vigilia nocturna es habitual en los 12 primeros meses, ya q esto permite a los bebes comunicar a los
padres sus necesidades de alimento y comodidad. Los ritmos circadianos de temperatura, secreción de
melatonina y vigilia-sueño se consolidan al final del primer semestre de vida y es cuando el sueño depen-
de sobre todo de la afectividad, certeza y confianza para mantener un sueño seguro y eficaz.
Los prob del sueño q predominante/ identifican los padres son las dificultades de los bebés para conciliar
el sueño y permanecer dormidos, estableciendo un sueño caracterizado x estar fraccionado y/o ser de
corta duración. En los bebés menores de 6 meses se dan 2 características q requieren una atención di-
ferencial: el llamado periodo del llanto púrpura donde los bebés menores de 4 meses atraviesan una etapa
de llanto excesivo, y el síndrome de muerte súbita.
• Sabemos q los padres q muestran intolerancia al llanto de sus bebés acuden de manera más rápida a
calmar a sus hijos, reforzando esta conducta. Además la practica de colecho tb se ha informado como
un factor de riesgo para el desarrollo posterior de prob infantiles.
Entre el 15% y el 35% de los padres de bebés menores de 6 meses informan de prob de sueño, espe-
cial/ el dormirlo tanto al principio de la noche, como durante la noche cuando se interrumpe el sueño. En
la mayoría de los casos, este prob había durado más de 3 meses. En los menores de 3 años se estima
una prevalencia entre el 11% y el 40%.
Según el estudio de Hall (2015) los despertares nocturnos con llanto se asocian a una mayor reactiva-
da al estrés pudiendo desarrollar hiperactividad y dif cog, emocionales y conductuales. Los prob del sue-
ño del bebé se han asociado con síntomas depresivos maternos, angustia psicológica grave, mala salud
general y sentimientos de incompetencia, y aunque menos estudiada está tb implicada la salud del padre,
ya q estos informan de peor salud general y más estrés psicológico cuando sus bebés tienen prob del
sueño.
Los prob de llanto, alimentación y sueño interactúan en los primeros 4 meses, siendo los bebés con prob
de alimentación los q se despiertan más veces, tanto de día como de noche. Después de los 3-4 meses,
donde los procesos regulatorios y el desarrollo neurológico se han asentado para la mayoría de bebes,
esa prevalencia va disminuyendo. General/ los inconvenientes a edades tan tempranas son para los pa-
dres. Se ha calculado q los padres pierden entre 400 y 700 horas de sueño el primer año de vida de su
bebé.
A partir de los 6 meses, los niños comienzan a dormir toda la noche , aunque el 16% y el 21% de los be-
bés continuan experimentando despertares nocturnos al menos 3 noches por semana y un 11,3% tardan
más de 30 min en dormirse. Además se estima q menos del 50% de los menores de 5 años tienen la cap
de conciliar el sueño de manera autónoma. Los prob del sueño surgen a la hora de acostarse o cuando
hay despertares nocturnos, y afectan a bebés y niños pequeños, actuando sobre el 30% de los niños de
entre 6 meses y 5 años., persistiendo hasta la infancia media.
Los prob de sueño en los niños en numerosas ocasiones están basados en patrones inadecuados.

2.1.3. Muerte súbita

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Un prob imp relacionado con el sueño es el Síndrome por Muerte Súbita del Lactante (SMSL) Es la prime-
ra causa de muerte infantil entre el primer mes y el año de vida en los paises desarrollados, estimándose
en un 40-50% dicha mortalidad, con una máxima incidencia entre los 2 y 3 meses de edad. En España se
infería una tasa anual de SMSL de 0,12% en los últimos años. Según un estudio el 41,3% de los menores
de 6 meses y el 59,7% de los lactantes de 6 a 11 meses dormían en una postura no recomendada, x lo q
la Academia Estadounidense de Pediatría recomienda un entorno seguro q pueda reducir las muertes in-
fantiles relacionadas con el sueño x factores de riesgo como asfixia y estrangulamiento accidental en la
cama, al no utilizar la posición supina, compartir cama o usar en la cama edredones o mantas q el lactan-
te no pueda quitar.

2.2. Parasomnias
Las parasomnias agrupan los acontecimientos o comportamientos problemáticos asociados al sueño ta-
les como terrores nocturnos asociados al sueño NO-REM y el sonambulismo o las pesadillas asocia-
dos al sueño REM. Las parasomnias se han relacionado con inmadurez relativa al SNC, y tienden a men-
guar con la edad pudiendo tener una predisposición genética para el sonambulismo y los terrores noctur-
nos.
Prevalencia de los trastornos del sueño:
Parasomnias Prevalencia y edad Autores

Pesadillas REM 10-50% entre los 3 y 5 años. Valderrama y Herrero (2014)


10-50% población pediátrica. Singh et al (2018)
12,8% entre los 6 y 17 años. Vila et al (2008).
29,5 entre los 11 y 18 años. García-Jimenez (2004)

Sonambulismo NREM 15% entre los 3 y 15 años. Valderrama y Herrero (2014)


17% menores de 12 años. Singh et al (2018)
10,5% entre los 11 y 18 años. García-Jimenez (2004)
12,5% entre los 6 y 17 años. Vila et al (2008).

Terrores nocturnos NREM 1-5% entre los 3 y 4 años. Valderrama y Herrero (2014)
18,4% entre los 6 y 17 años. Vila et al (2008).
6,5% menores de 12 años. Singh et al (2018)

2.2.1. Pesadillas, sonambulismo y terrores nocturnos


2.2.1.1. Pesadillas
Tienen lugar durante la fase REM y en la segunda mitad de la noche. Son especial/ prevalentes en el sexo
femenino y tienen un periodo de aparición q va de los 3 a los 5 años. Su prevalencia es entre el 105 y el
50% con una manifestación en promedio de 1 vez a la semana. En un 6% de los casos suele manifestarse
bajo forma de sueño angustioso o despertar con recuerdos terroríficos. General/ cuando las pesadillas
comienzan en la infancia tienden a desaparecer por si solas. Sin embargo, como indica uno de los crite-
rios del DSM-5 puede causar un malestar significativo q afecte a una o varias áreas del funcionamiento
del niño, requiriendo x ello su intervención temprana.
Se ha observado cierta predisposición genética, y se ha asociado a trast psiquiátricos y experiencias
traumáticas. Se ha descrito un modelo neurocognitivo en al cual ciertas áreas cerebrales, como la amíg-
dala, el hipocampo, el corte prefrontal medias y el cinglo anterior desarrollan un papel en la interacción
entre factores predisponentes y precipitares y la aparición de pesadillas. Entre estos factores se descri-
ben los factores genéticos, la privación del sueño, el estrés o episodios traumáticos, algunos fármacos,
las cefaleas, el trast bipolar y el TDAH. X otro lado, se ha visto q existe una correlación entre el trastorno
de pesadillas y los trast psiquiátricos de la personalidad y la esquizofrenia.

2.2.1.2. Sonambulismo
Ocurre durante las fases de sueño profundo, en la primera mitad del t de sueño. Se ha observado una
concordancia del 40% en gemelos monocigóticos, x lo q se trata de un trast con influencia genética. Si
hay una historia familiar de primer grado existe una prob 10 veces superior de tener sonambulismo. Hay
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ciertos factores desencadenantes como la privación del sueño, el síndrome premestrual en niñas q co-
mienzan la menarquia muy joven, enfermedades infecciosas o fiebre, A y algunos fármacos. Tb es asocia-
do con las migrañas, TDAH y síndrome de Tourette.
Es probable/ el trast del sueño más común en la infancia con una reverencia del 15% en niños de entre 3
y 15 años y de un 14-21% en niños entre 5 y 18 años.

2.2.1.3. Terrores nocturnos


Tienen lugar durante las fases de sueño profundo , en la primera mitad de la noche. La prevalencia es
difícil de determinar, debido a q los estudios de investigación han utilizado distintas definiciones de este
trastorno. Las investigaciones han demostrado una mayor prevalencia en niños de entre 1 y 5 años.
En niños de entre 3 y 9 años la prevalencia de terrores nocturnos es del 1 al 3%, convirtiéndolo en un
trast menos frecuente. Es más común observarlo en niños de 3 y 4 años, pero tb se presenta entre los 5 y
6 años. La frecuencia de episodios suele ser mayor al inicio del tras y cuando comienza a edades más
tempranas. Es decir, en los niños q se presenta el tras antes de los 3 años y 6 meses suelen tener un epi-
sodio a la semana, y a los niños q empieza el traste después de esa edad suelen tener un episodio o dos
por mes. Este trast se prolonga hasta los 3,9 años, llegando a desaparecer a los 8 años en el 50% de los
casos. En los niños con antecedentes familiares esta duración suele ser superior y en un 36% se alarga
hasta la adolescencia.
Hasta el 96% de los niños con terrores nocturnos tienen uno o más familiares con el mismo diagnóstico.
Al igual q el sonambulismo se ha asociado con algunos factores desencadenantes como el síndrome
premenstrual, las enfermedades infecciosas o fiebre , la ansiedad, algunos fármacos y otros tras como el
TDAH y el síndrome de Tourette.
Otros tras del sueño en la infancia q por requerir un trat pediátrico no se recogen en este capítulo:
Otros trastornos del sueño infantil Prevalencia y edad

Despertar confusional NREM 17,3% entre los 3 y 13 años

Movimientos rítmicos relacionados con el sueño (general/ 59% lactantes


antes del inicio del sueño). Disminuye al 5% a los 5 años.
En niños con autismo y trast del neurodesarrollo, pueden
permanecer en el t.

Síndrome de piernas inquietas Su prevalencia en los niños es del 2% entre los 8 y los 17
años, cada vez más relevante en la edad pediátrica.
Aparece en la transición vigila-sueño, lo q dificulta volver a
conciliar el sueño.

Sindrome de fase de sueñor retrasada (alteración del ritmo Más frecuente en adolescentes con una prevalencia del 7 al
circadiano). 16%.

Narcolepsia (hipersomnia). Este trast afecta a un 0,25, a un 0,5% de la población con un


pico de incidencia a los 15 años.

Síndrome de apnea obstructiva del sueño Fases 1,2 y REM Su prevalencia es del 0,7 al 3% en niños de 4 y 5 años, con
una edad media de 34 meses.

3.EVALUACIÓN
La identificación de los prob del sueño en los niños es imp, xq la evidencia indica q los trast del sueño
pueden interferir en el desarrollo físico, emocional, cognitiva y social.
Para afrontar los prob relacionados con el sueño debemos disponer de herramientas para poder hacer un
diagnóstico preciso del trast. Los procedimientos de evaluación q habitual/ se utilizan en psicología para
hacer un buen análisis funcional son la entrevista y los registros del sueño, conociendo de esta forma
la historia de aparición y evolución del prob , así como las sit estimulares, antecedentes y consecuentes.
Tb los cuestionarios nos permiten obtener datos de las características del funcionamiento de los niños.
Con estas herramientas se recogen datos familiares, del entorno del niño (iluminación, ruido, habitación
compartida,..)hábitos de sueño (participación de los padres a la hora de acostarse y al despertar, frecuen-
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cia alimentación nocturna) y rutinas a la hora de acostarse; x consiguiente saber cómo afronta el niño las
24 horas.
En la práctica clínica es habitual encontrar los prob de sueño infantil asociados a otros trast. Así, x ej , se
ha visto q en los niños con trast del neurodesarrollo (autismo, TDAH), trast afectivos, A y prob de ali-
mentación presentan alta prevalencia de trast del sueño. Esto indica la importancia de incluir de manera
sistemática la evaluación del sueño en la valoración clínica de los niños con prob cognitivo-conductuales.

3.1. Entrevista
Como habitual/ los q consultan sobre los prob del sueño de sus hijos son los padres, se utiliza la entrevis-
ta como estrat central para evaluar estos prob, aunque tb se amplía a los niños cuando estos x su edad ,
nivel de comprensión y motivación lo permitan, siendo la información básica a recoger:
• descripción del prob.
• Cuando surgió el prob y posibles motivos para su desarrollo.
• Tiempo aproximado q tarda en dormirse.
• Frecuencia de despertares.
• Tiempo q dura el episodio.
• Hábitos y rituales para dormir.
• Condiciones en el dormitorio.
• Preocupaciones o alteraciones emocionales.
• Actitud de los padres ante el prob.
• Repercusiones del prob en la vida cotidiana del niño.
• Si toma alguna medicación.
Protocolo para realizar una entrevista:
Descripción del problema -qué dificultades hay para conciliar el sueño.
-cuantas veces se despierta por la noche, semana o mes
-cuanto le cuesta volver a dormirse.
-Tiene episodios de pesadillas, camina dormido (sonambulismo)

Preguntas -¿A qué hora se acuesta?


-¿Cuanto duerme?¿Hay diferencias entre diario y fin de semana?
-¿Duerme durante el día? Cuando, como y donde.
-¿Como duerme?
-¿Cuanto duerme?
-¿Cuantas veces se despierta?
-¿Qué postura o actividad tiene a la hora de acostarse?
-¿Como está al dia siguiente?

Incluir -Edad de inicio.


-Historia familiar de trastornos del sueño (existen procesos con base hereditaria como los trast
respiratorios durante el sueño o el síndrome de piernas inquietas).
-El trast es ppuntual secundario o un desencadenante (xej el nacimiento de un hermano) o es un
trast asociado a un prob crónico.
-Qué respuesta hay x parte de los padres. Qué hacen cuando el niño no quiere acostarse a
dormir, o cuando se queja de q no puede dormir, se despierta por la noche, tiene pesadillas.

Valorar -Tomad e bebidas azucaradas, con cafeina, cantidad y tipo de comida en la cena, si realiza acti-
vidades excitantes x la tarde/noche como puede ser el hacer ejercicio.
-Si duerme solo o comparte dormitorio, utilización de televisión o tecnologías en el dormitorio o
utiliza este para jugar, comodidad de la cama si hay ruido o si la temperatura del dormitorio es la
adecuada.
-Hábitos, costumbres o rituales (tomarse un baso de leche antes de dormir, leer/oir un cuento
antes de dormir, cantar/oir una canción, tener q dormir con un peluche,..)
-Preocupaciones y/o alteraciones emocionales x algún tipo de prob social (en casa, en el cole-
gio, con los amigos), como discusiones, maltrato, abuso.
-Omportamiento y rendimiento escolar (irritabilidad, escasa concentración, somnolencia diurna
excesiva, síntomas de TDAH).
-Toma de fármacos.

9 21
Presencia de otras patolo- -Orgánica, neurológica, psiquiátrica.
gías

Comorbilidades -Síndrome de Down, trastorno del espectro autista, trastornos afectivos, A y prob de alimenta-
ción.

Factores culturales -Método para quedarse dormido, lugar donde duerme, orden de nacimiento, p q contesta el
cuerstionario. Los factores culturales en estos aspectos son importantes.
-Valorar cómo reaccionan los padres a este prob y qué tipo de educación se da a los hijos (auto-
ritario, permisivo, democrático).
3.2. Diario/agenda de registros del sueño
El registro del sueño es una de las herramientas más utilizadas en la evaluación de los prob del sueño. Es
importante conocer los horarios de sueño y vigilia durante las 24 horas y estos registros se harán a través
de la agenda del sueño. Esta agenda se cumplimenta facil/ y aporta una visión completa del sueño duran-
te 15 días. Los padres anotarán en la agenda o diario la hora en q se queda dormido, maduración de la
vigilia nocturna, la hora de despertar por la mañana y la duración de las siestas durante el día., si hay ron-
quidos, somnolencia x el día, conductas anormales en el sueño como: sudoración, inquietud, interrupción
del sueño,…En caso de q el niño tenga la edad, lo cumplimentará él mismo cada mañana. Los psicólogos
podrán diseñar su propio registro/agenda.
Registro semanal de sueño:
Dia de la semana DE NOCHE AL LEVANTARSE
Hora de durmió durante Lo q tardó en veces q se lo q tardó en dor hora de grado de
Acostarse el día Dormirse despertó mirse de nuevo levantarse cansancio

lunes

martes

miércoles

jueves

viernes

sábado

domingo

3.3. Cuestionarios del sueño


Los cuestionarios del sueño son instrumentos útiles tanto para el cribado como para la investigación epi-
demiológica. Ayudan a detectar prob del sueño, son de fácil aplicación facilitan la sistematización en la
recogida de datos. Hay cuestionarios sencillos de cribado rápido de los trast del sueño y, cuestionarios
más amplios y específicos q requieren mayor tiempo de cumplimentación para orientar a prob más espe-
cíficos de sueño, parasomnias, trastornos respiratorios durante el sueño,…Los cuestionarios más imp
para niños son:
• El cuestionario BISQ: Cuestionario desarrollado x Sadeh en 2004. Es una herramienta de cribado, di-
señado para padres de niños entre 3 y 30 meses. Instrumento de screening para horas de sueño, dura-
ción de sueño según ritmo circadiano, despertares nocturnos durante los últimos 15 días. Consta de 14
preguntas: 4 hacen referencia a la identificación demográfica del menor y 10 interrogan sobre hábitos
de sueño. 4 preguntas de respuesta múltiple, pero de elección única y 6 preguntas abiertas sobre hora-
rios. Se requiere entre 5 y 10 min para cumplimentarlo. No es un cuestionario de diagnóstico, lo q
permite es identificar de forma sencilla y rápida a los menores sanos q pudieran beneficiarse de mejoras
en los hábitos de sueño o de un seguimiento más cercano de patrones de sueño en sit particulares; en-
tre ellas, lactantes alimentados con leche materna frente a lactancia artificial,…Tb evalúa el sueño con
relación a la obesidad y al uso de las nuevas tecnologías de la información. Incluso se ha usado en es-
tudios sobre D materna postearlo y en enfermedades como la dermatitis atópica. Obtiene información

10 21
sobre: horas de conciliación del sueño, duración del sueño nocturno, duración del sueño diurno, horas
totales de sueño y despertares nocturnos.
• La escala BEARS: cuestionario desarrollado x Owen y Dalzell (2005). Esta escala está dividida en las
cinco áreas principales del sueño, facilitando el cribado de los trast del sueño en niños de 2 a 18
años. Cada área tiene una pregunta para cada grupo de edad. Preguntas dirigidas al propio niño o a sus
padres. Evalúa:
B: problemas para acostarse—bedtime problems.
E: excesiva somnolencia diurna—excesive daytime sleepiness.
A: despertares durante la noche—awakenings during the night.
R: regularidad y duración del sueño—regularity and duración of sleep.
S: ronquidos—snoring.
Si alguna de las preguntas es positiva, deberá investigarse más detenida/ la presencia de un prob del
sueño q de otro modo pasaría desapercibido para los profesionales q trabajan con niños y adolescentes
jóvenes.
Cuestionarios más específicos:
• PSQ: Pediatric Sleep Questionarie: es una herramienta diagnóstica de prob de TRS, diseñada x Cher-
vin (2000). Dirigido a un agrupo amplio entre 2 y 18 años. Se caracteriza por comparar los trast del sue-
ño y la somnolencia diurna y además se relacionó con los hallazgos de la polisomnografía.
El cuestionario consta de 22 preguntas q se dirigen a la detección de los prob respiratorios relacionados
con el sueño (TRS) y una versión extensa q consta de 91 preguntas en las q se investigan además del
TRS y el ronquido una amplia gama de prob como: somnolencia diurna, trast conductuales, parasomni-
as, insomnio, movimientos periódicos de las piernas y los prob relacionados con la mala higiene del
sueño. Incluye 18 preguntas relacionadas con los criterios del DSM-IV para el diagnóstico del TDAH.
Las respuestas son “si”, “no”, “no sabe”. Para las preguntas relacionadas con inatención e hiperactivi-
dad. Las resp serán “nunca”, “a veces”, “a menudo” y “casi siempre”. La versión extensa tiene una de
cumplimentación de 10 min., autocomplementada x los padres. Se establece un pto de corte en 22 pre-
guntas contestadas afirmativa/; en el cuestionario el pto de corte está en 8 resp positivas.
• SRR: Sleep Self Report: desarrollado x Owens (2000), es un autoinfrome de sueño infantil. En un prin-
cipio se desarrolló para detectar trast del sueño a niños con TDAH, especial/ con síntomas respirato-
rios del sueño. Evalúa los hábitos y prob relacionados con el sueño en niños de 7 a 12 años. Compues-
to x 16 ítems q se agrupan en 4 subescalas: a) calidad del sueño q examina la experiencia subjetiva del
niño incluyendo la sensación de haber descansado y la satisfacción con el sueño (5 items); b) ansiedad
relacionada con dormir, q incluye la conducta de miedo del niño durante la noche y las conductas de
afrontamiento y seguridad q lleva a cabo (5 items); c) rechazo a dormir, que incluye la conducta de evi-
tación del niño a ir a la cama y quedarse acostado (3 ítems); y d) rutinas para ir a dormir , referidas a los
hábitos diarios al ir a la cama y las ayudas q el niño necesita para dormir (3 ítems).
El niño debe puntuar cada ítem según su frecuencia de ocurrencia (0=normalmente, 1=algunas veces y
2=pocas veces. La puntuación máxima q se puede alcanzar es 32, indicando a mayor puntuación peo
res hábitos y más prob de sueño, el corte estaría en 16 píos, reflejando prob de sueño.
• CSHQ-SP: Children´s Sleep Habits Questionnarie: diseñado x Owens (2000), es el instrumento más am-
plia/ utilizado en la clínica y el entorno de investigación. Es una herramienta para la detección de los
prob del sueño y mide los comp del sueño en niños de 4 a 10 años y adolescentes. Basado en la Cla-
sificación Internacional de diagnósticos de trastornos del sueño pediátricos el CSHQ-SP puede ayudar a
encontrar dificultades para dormir como la A del sueño, la resistencia a la hora de acostarse y los des-
pertares nocturnos, q luego pueden ayudar al comp diurno de un niño. Los comp diurnos del niño pue-
den incluir la salud emocional, el rendimiento académico e incluso sus relaciones. Consta de 33 items q
evaluan el sueño de los niños en 8 subescalas diferentes: resistencia a acostarse, retraso de inicio del
sueño, despertares nocturnos, parasomnias, prob respiratorios y somnolencia diurna. Los padres deben
contestar sobre la frecuencia en la q su hijos presenta dif conductas desde usual/ (5 veces x semana),
alguna vez (de 2 a 4 veces x semana) o rara vez (al menos una vez x semana) con una puntuación q os-
cila de 1 a 3. Los autores no han establecido una linea de corte exacta, pero sugieren q una puntuación
superior a 41 identifica de manera correcta el 80% de los prob de sueño.
11 21
Instrumentos de evaluación:
Cuestionario Tipo Autores Edad Ambitos de evaluación

BISQ Brief Infante Cribado Sadeh 2004 0-30 meses Instrumento de screening para horas
Sleep Questionnaire de sueño, duración de sueño según
ritmo circadiano, despertares noctur-
nos.

BEARS Cribado Owens y Dalzell De 2 a 18 estableciendo Instrumento de screening. Valora 5


2005 3 grupos de edad: aspectos del sueño:
De 2 a 5 años -existencia de prob al acostarse.
De 6 a 12 años -somnolencia diurna excesiva.
De 13 a 18 años -despertares nocturnos.
-regularidad y duración del sueño.
-presencia de ronquido.

PSQ Pediatric Sleep Instrumento de Chervin 2000 De 2 a 18 años Herramienta diagnóstica para detec-
Questionnaire cribado e inves- ción TRS. Dos versiones:
tigación epide- -version reducida (22 preguntas) para
miológica la detección de los TRS.
-versión amplia (91 preguntas) para
TRS y ronquido y una amplia gama de
prob. Roncar, somnolencia diurna y
comp hiperactivo.

SSR Sleep Self Re- Autoinforme de Owens 2000a De 8 a 12 años Evalúa hábitos y prob de sueño:
port sueño infantil -calidad del sueño
-A relacionada con dormir.
-Rutinas para dormir.

CSHQ-SP Children´s Instrumento de Owens 2000b De 4 a 12 años Herramienta detección hábitos de


Sleep Habits Ques- cribado sueño niños de 4 a 10 años. Ocho
tionnaire subeacalas diferentes: resistencia a
acostarse, retraso de inicio del sueño,
despertares nocturnos, parasomnias,
prob respiratorios y somnolencia diur-
na.

Los datos q proporcionan los padres o el propio niño, dependiendo de su edad, son fundamentales para
realizar un buen diagnóstico junto a los cuestionarios, pero a veces es necesario aplicar alguna prueba
complementaria dependiendo del prob del niño.
Pruebas complementarias:
Percentiles de duración del sueño. Permite comparar con sujetos de la misma edad.

Videos caseros Útiles para valorar algunos trast del sueño como las parasomnias, trast respiratorios del
sueño, síndrome de piernas inquietas o los movimientos periódicos de las extremidades

Actigrafía Se necesita un actígrafo, q mide la actividad física durante el sueño, y caracteriza la es-
tructura del sueño. Útil en el estudio del insomnio , los movimientos periódicos de las
piernas y las apneas.

Polisomnografía Registro en función del t del electroencefalograma, oculograma, electromiograma, me-


dición del esfuerzo y flujo respiratorio además de la grabación en video del sujeto. Per-
mite estudiar la estructura y arquitectura de los ciclos sueño-vigilia y del ciclo sueño
REM/NREM.

4. TRATAMIENTOS
Existen prob con una evidente base biológica (la apnea del sueño o la narcolepsia) frente a otros con un
origen y mantenimiento psicológico. Además tb existe una categoría de especial relevancia en la prác-
12 21
tica psicológica: el insomnio conductual infantil. Los llamados trastornos del sueño extrínsecos o con-
ductuales (BSD) q a su vez se dividen en tres prob básicos: problemas en el inicio, problemas en el esta-
blecimiento de límites y prob de ajuste en el sueño.
En el tratamiento del insomnio conductual se diferenciará las dificultades específicas de los bebés más
pequeños para luego establecer las pautas de trat en niños entre los 6 meses y los 5 años.

4.1. Insomnio
El insomnio en los niños es complejo y frecuente/ multifactorial. Ante un prob de insomnio infantil persis-
tente, el primer aspecto q debe comprobar el profesional es la posible existencia de alguna enfermedad
médica o trast psicopatológico q deba ser objeto de un trat específico. Se debe evaluar la potencial pre-
sencia de trastornos respiratorios o gastrointestinales, epilepsia, déficit de hierro o los trastornos del esta-
do de ánimo, entre otros. Es necesario destacar la colaboración de los padres, incluso indicando autoins-
trucciones para manejar la frustración q puede producir los llantos o dificultades del niño para quedarse
dormido. El exito de estas intervenciones depende de la implicación de los padres. Las técnicas para el
insomnio infantil incluyen aspectos como la higiene del sueño, la relajación o la técnica de control de es-
tímulos.
• La higiene del sueño: es un procedimiento educativo q busca fomentar hábitos facilitadores del sueño
a la vez q disminuir la presentación de conductas q pueden interferir en el sueño. Ha sido propuesta
como trat eficaz para el manejo el insomnio infantil. Contiene aspectos como: una rutina relajan a la
hora de acostarse, dormir en el mismo ambiente fresco, oscuro y tranquilo todas las noches, no colocar
un televisor en la cama del niño, enseñar a los padres contenidos sobre la fisiología del sueño. En un es-
tudio longitudinal llevado a cabo en una muestra de madres con bebés entre 6 y 12 meses, se pudo ob-
servar q, incluyendo aspectos como información (una sesión de 45 min e información escrita) sobre el
sueño en bebés, mejoraban los patrones de sueño.
Muchos de los prob q tienen los niños a la hora de dormir en el inicio y en el mantenimiento del sueño
podría mejorarse introduciendo una adecuada higiene del sueño. De hecho, la consistencia en las prácti-
cas de higiene del sueño se asocia con menos resistencia a la hora de acostarse y puede ser especial/ útil
para reducir esta a la hora de acostarse en los niños con temperamentos más difíciles. La mayor disponi-
bilidad emocional y disminución de actividades estimulante en el momento de ir a dormir se han relacio-
nado con una mejor calidad del sueño. en un ensayo controlado aleatorizado con seguimiento longitudinal
de 255 padres con bebes de seis a ocho meses en lso q se trabajaban hábitos de higiene del sueño en-
contraron q las madres reportaban menores niveles de D, fatiga, calidad del sueño y cogniciones neg del
sueño. En los bebés se encontró q a las 6 semanas tenían mejores hábitos de sueño medidos con actigra-
fía y diarios de sueño.
Recomendaciones del procedimiento de higiene del sueño adaptadas al insomnio infantil:
- Establecimiento de hábitos alimentarios adecuados: limitar el consumo de bebidas estimulantes
cerca de la hora de dormir como derivados de la cola o cenas pesadas y de difícil digestión. Es muy re-
comendable la ingestión de leche antes de dormir: un baso de leche evita q el niño se despierte x ham-
bre, además de contener triptófano q es un facilitador del sueño.
- Preparándose para ir a dormir: resulta imp advertir al niño q la hora de acostarse está cerca. X ello es
bueno explicar cuando será la última actividad y cuando debe prepararse para irse a la cama. Los pro-
genitores deben tener una estrategia conjunta de tal forma q las conductas sean consistentes. Tb es
imp q las rutinas de sueño las comience el padre q vaya a tener más firmeza con el niño, pero transmi-
tiendo calma y tranquilidad.
- Regularidad en el ritmo circadiano vigilia-sueño: es imp establecer un horario regular q se instale e
instaure como un hábito tanto para los niños como para los padres. Levantar al niño a la misma hora,
aunque haya dormido mal, ayuda a promover un ritmo circadiano adecuado.
- Rituales: es recomendable promover rituales q señalen al niño la hora de dormir, estos pueden ser: la-
varse los dientes, leer un cuento, el baño, tb es interesante contar con un objeto de transición como
puede ser un peluche. Es muy imp usar el mismo ritual todos los días. Los rituales no deben prolongar-
se en el t. Así, x ej, si la lectura forma parte del ritual, es necesario dejar claro cuáles son las reglas so-
bre la lectura (número de cuentos q se leerán, cuentos,…)
13 21
- Actividades y ejercicios físicos: aunque la práctica de actividades y ejercicio físico es un hábito re-
comendable para la salud de los niños, es imp limitar dichas actividades, si son estimulantes, antes de
la hora de acostarse. En los casos en q se observe q el niño tiene una elevada activación durante la tar-
de-noche, es recomendable enseñarle algún método de relajación para q pueda practicarlo antes de
acostarse.
- Actividades en el dormitorio: es imp transmitir al niño la idea de q en el dormitorio no pueden reali-
zarse actividades incompatibles con dormir, como jugar, comer, ver la tele o utilizar el ordenador, móvil o
tablet. La Luz emitida x estos dispositivos electrónicos produce activación neurológica, x lo q debe ser
evitada.
- Factores ambientales: la temperatura o el excesivo nivel de ruido pueden ser factores q descontroles
el sueño en el niño. X esta razón, es imp: 1) q la temperatura se encuentre entre 18 y 22º; 2) evitar tanto
la excesiva sequedad como la excesiva humedad; 3) procurar q el dormitorio tenga la ventilación ade-
cuada. La cama y la almohada deben tener el tamaño y consistencia adecuada. Las mantas no deben
ser muy pesadas. En el caso de q el niño tenga miedo a la oscuridad se puede usar una pequeña lám-
para.
• La relajación: es una de las técnicas q con más frecuencia se utilizan en el tratamiento de los prob de
insomnio, muy especial/ en adultos. Incluye procedimientos destinados a reducir la tensión (relajación
muscular progresiva, entrenamiento autógeno) o pensamientos intensivos a la hora de acostarse (entre-
namiento con imágenes)
• La técnica de control de estímulos: se centra en regular el horario de sueño del niño, restringiendo en
la medida de lo posible la realización de actividades incompatibles con la conducta de dormir en la habi-
tación. De esta forma, en la habitación sola/ pueden aparecer estímulos q se asocien unica/ con la cond
de irse a dormir. Esta técnica está muy relacionada con la higiene del sueño q se ha comentado
anterior/. En relación a los niños, la técnica de control de estímulos debe incluir:
A. Pedir q el niño realice todos los dias, antes de irse a dormir, una serie de conductas rutinarias para
q estas puedan ser asociadas con el acto de dormir.
B. Ir a la cama sola/ cuando se tenga sueño.
C. No permanecer despierto en la cama más de 15 o 20 minutos. Si pasado este t, el niño no consigue
dormirse, hay q levantarle y realizar alguna actividad q sea relajarte pero fuera del dormitorio. El niño
podrá volver a acostarse cuando sienta sueño.
D. Mantener regulares los horarios de sueño.
E. No realizar en el dormitorio ninguna actividad q sea diferente a dormir.

4.2. Insomnio conductual en la primera infancia


Los padres en los primeros años de vida, incluyendo también a los bebés menores de un año, son los
problemas para dormir. Sin embargo, es necesario destacar que la instauración de un hábito de sueño co-
rrecto requiere, en los primeros meses de vida, un cierto grado de maduración cerebral. Hay tres aspec-
tos de la consolidación del sueño que deben ser tenidos en cuenta y que marcan la madurez no lo bioló-
gica del niño: el periodo de sueño sostenido más largo, el periodo de sueño autorregulado más largo y la
capacidad de dormir toda la noche.
• El periodo de sueño sostenido más largo se refiere al periodo que comienza con el inicio de cualquier
episodio de sueño hasta la transición a la vigilia .
• El periodo de sueño autorregulado más largo se refiere al periodo de sueño sostenido más largo jun-
to con la capacidad de reiniciar el sueño sin ayuda. Este periodo de sueño está marcado por ciclos de
sueño y vigilia tranquila terminados por episodios de llanto llamada.
• Por último, y quizás, el momento más ansiado para los padres es la capacidad para dormir toda la
noche. Llegar a ese momento no resulta fácil, muchos niños tardan tiempo en regular su ritmo circadia-
nos y /o, en otros casos se plantean dificultades para dormir solos. Por ello, la aplicación de las técnicas
para el insomnio conductual en la primera infancia requiere de una evaluación sobre el momento neuro
madurativo del niño para poder aplicar con seguridad dichas técnicas.
El tratamiento del insomnio infantil ha sido abordado básicamente con la técnica de extinción de con-
ducta (incluyendo modificaciones que se analizarán posteriormente), la instalación de una rutina que facili-
14 21
ten el niño la conducta de dormir, además de la reorganización de contingencias de reforzamiento que
mantienen el comportamiento no deseado de los niños.
Podemos decir en general que todos los procedimientos psicológicos consiguen cambios estables y du-
raderos en el niño, por lo que el uso de intervenciones psicológicas está especialmente indicado en la
mayoría de los niños.
Con los bebés más pequeños es importante que establezcan ciertos hábitos que les ayuden a regular
sus horarios. Así es, es importante que el bebé permanezca despierto mientras come. De esta forma co-
menzará a establecer la asociación entre la comida y la vigilia. Esta cuestión suele ser bastante difícil ya
que el bebé tiende a quedarse dormido. Para evitar estas situaciones, los padres pueden hablarle, hacerle
pequeñas carantoñas o caricias y estimularle suavemente para que mantenga cierto nivel de vigilia. , Sería
recomendable que la alimentación del bebé se lleve a cabo en el mismo lugar, con la misma luz, música
ambiental suave y temperatura agradable. Y aparte es muy habitual que, el intervalo entre las tomas pue-
da variar. Sin embargo, en la medida de lo posible se debe mantener la rutinas de sueño. Inmediatamente
después de cada toma es necesario mantener al bebé despierto durante unos 15 minutos. Nos facilitará la
eliminación de gases, evitará la presencia de cólicos y facilitará el sueño. Después de cambiarlo es impor-
tante dejar al bebé en la cuna, procurando que en la medida de lo posible esté despierto para que apren-
da a dormirse solito. Por otro lado, resulta conveniente que la alimentación nocturna sea lo más breve y
aburrida posible. Con ello se busca que el bebé asocia la idea de que la noche es para estar en calma y
dormir. Por ello sería conveniente no encender la luz no hablar y moverse lo menos posible. Es necesario
colocar al niño en la cuna cuando esté despierto, pero cercano al sueño, es decir somnoliento. Así el últi-
mo recuerdo que tendría en su memoria antes de dormirse, es el de la propia cuna y no el del alimento.
Esto permite permitirá poco a poco romper la asociación entre alimentación y sueño.
Hay bebés que, en los primeros meses, cuando se intentan instaurar estas rutinas tienden a llorar en de-
masía (llanto púrpura) estando relacionada esta conducta con los cólicos de lactante. El único mecanis-
mo de comunicación que tienen los bebés es el llanto, siendo el llanto algo normal. Sin embargo, cuando
el llanto es inconsolable o se considera excesivo, puede estresar a los padres, interrumpir las pautas de
crianza adecuadas con los hijos y, en los casos más extremos, poner al bebé en riesgo de abuso. Existe
un programa para ayudar a los padres en este periodo llamado el Periodo del Purple Crying. El progra-
ma de prevención tiene un doble objetivo:
1. por un lado, apoyar a los cuidadores en su comprensión del aumento temprano del llanto infantil
2. en segundo lugar reducir la incidencia de las sacudidas o el abuso en los bebés.
Este programa ha sido evaluado por diferentes autores demostrando su eficacia en diferentes contex-
tos culturales

4.2.1. Extinción no modificada


El objetivo de los procedimientos de extinción no modificados para los problemas del sueño es reducir el
comportamiento no deseado, como por ejemplo los llantos o protestas mediante la eliminación de cual-
quier tipo de refuerzo por ejemplo, la atención de los padres de la conducta. El procedimiento es muy
sencillo, implica que los padres acuesten al niño a la hora de designada y que luego no respondan al
comportamiento no deseado del niño. Es decir, se establece una rutina y un horario regular para acostar-
se, luego se coloca al niño en la cama sin más atención por parte de los padres.
Aunque general/ se considera efectiva la extinción no modificada tiene una aceptación parental limitada.
Algunos padres se encuentran la extinción no modificada como una técnica excesivamente disruptiva y
prefieren otras versiones de dicha técnica. Como resultado, varias intervenciones alternativas basadas en
la extinción ha sido más utilizadas, incluyendo la extinción con presencia de los padres y la extinción gra-
dual.

4.2.2. Extinción con presencia de los padres


En la extinción con presencia de los padres, el padre sigue el mismo protocolo que la extinción no modifi-
cada, salvo con una gran diferencia: el cuidador permanece en la habitación hasta que el niño comienza a
iniciar y mantener el sueño. Una vez que el niño aprende estas habilidades, el cuidador regresa a su pro-

15 21
pia cama y ignora las llamadas del niño. Esta modificación de las extinción permite aliviar las preocupa-
ciones de los cuidadores, ya que pueden ver a su hijo asegurándose de que no esté enfermo o en peligro.

4.2.3. Extinción graduada


Integran los aspectos más importantes de las dos técnicas anteriores. Los padres realizan controles sobre
cómo se encuentra el niño, pero no permanece en la habitación. Los controles se llevan a cabo de un bre-
ve periodo de tiempo (de 15 a 60 segundos) donde se indica a los cuidadores que entren en la habitación
del niño para controlarlo, pero con una atención mínima (sin hablar, tocarlo o mirar excesivamente). Los
dos cronogramas más habituales que se usan para los controles son:
• Un cronograma fijo por ejemplo un periodo de tiempo específico, como 5 minutos.
• Un programa de intervalos fijos graduados, es decir, el intervalo entre registros se alarga progresiva/
de forma sistemática, x ej 5 min, 10 min, 15 min.
El objetivo de esta técnica es conseguir q el niño acabe aprendiendo habilidades para calmarse a si mis-
mo y conciliar el sueño de manera independiente. En esta técnica es imp indicar a los padres las siguien-
tes cuestiones:
- La actitud de los padres es fundamental para el éxito de la técnica, esta debe ser tranquila y firme.
- Una vez q se haya terminado la rutina de sueño preestablecida y se haya colocado al niño en la cama,
es imp q este esté despierto. Se apaga la luz y se realizará alguna rutina de despedida, como x ej :
“hasta mañana, cariño, buenas noches, ahora te toca dormir”.
- Antes de entrar al cuarto a tranquilizar al niño q está llorando se debe esperar el t establecido en el
cronograma. Cada vez q se entra en el cuarto, los padres lo harán de forma tranquila. El tiempo de
permanencia no debería alargarse más de un minuto. Durante este t se le debe hacer saber al niño q no
pasa nada y q estamos allí para clamarlo, aunque al minuto se salga del cuarto.
- Si una vez iniciado el sueño a lo largo de la noche el niño se despierta reclamando atención se debe
repetir el proceso anterior/ explicado.
Es imp hacer comprender a los padres q el segundo y el tercer día suelen ser más duros q el primero: el
niño ya ha aprendido y sabe lo q va a pasar. X ello es imp tener paciencia y ser firme.
Existe un estudio q destaca la importancia de la extinción gradual como trat de referencia. Los result ob-
tenidos indican q la extinción graduada produce una gran reducción del nº de veces q se desvelan los be-
bes (tiempo q tardan en dormirse, número de despertares y tiempo despiertos) frente al grupo control.

4.2.4. Retraso a la hora de acostarse


Este método puede ser utilizado en niños q tardan mucho en dormirse y tiene por objetivo modificar el
horario de sueño. Esta técnica busca acercar lo máximo posible la hora inicio real del sueño con el horario
e irse a la cama.
1. En primer lugar se realizan todas las rutinas establecidas para irse a dormir.
2. En segundo término se va retrasando progresiva/ la hora de irse a la cama de tal forma q al retrasar el
horario se debe conseguir una hora en la q el niño se duerma rápida/ entre los 15 y 30 min, mante-
niendo, eso si, fija la hora en la q se despierta.
3. Una vez q se ha conseguido fijar la hora del día en q se produce ese inicio rápido del sueño, poco a
poco se irá adelantando 15 min. Es imp tener paciencia, mantenerse firme y utilizar el refuerzo positi-
vo.
Esta es una intervención breve para las dificultades para dormir de los niños en edad preescolar. Los pa-
dres pueden implementar facil/ esta sencilla intervención en casa con pocas instrucciones, obteniendo no
sólo mejoras en el sueño sino tb en las rabietas a la hora de acostarse.
Además de los procedimientos anteriores, a menudo se agregan otros dos componentes a desvaneci-
miento a la hora de acostarse: costo de respuesta y rutinas positivas.
• El costo de respuesta se asemeja a la terapia de control de estímulos en q se retira al niño de la cama
si no ha sido capaz de dormirse a los 15-20 min de haber sido acostado. El principal objetivo de esta
técnica es disminuir la activación fisiológica y la excitación afectiva de la hora de dormir.

16 21
• En la rutina positiva, la instauración d refuerzos positivos establece una rutina nocturna a la hora d
acostarse q implica q el cuidador ofrezca elogios positivos para el niño q sigue la rutina de la hora de
acostarse y participa en actividades agradables antes de acostarse.
Estas intervenciones han sido amplia/ estudiadas desde los trabajos clásicos de France hasta trabajos
más recientes. A través de la atención diferencial , el niño aprende a dormir. Comportamiento compatible,
así como señales para inicio del sueño, q se ve reforzada x la rápida iniciación del sueño a través del
componente de desvanecimiento a la hora de acostarse.
En resumen, tanto la extinción gradual como el desvanecimiento a la hora de acostarse brindan benefi-
cios de sueño significativos x encima del control, pero no transmiten respuestas de estrés adversas o
efectos a largo plazo en el vínculo entre padres e hijos o las emociones y el comportamiento del niño.

4.3. Muerte súbita


La evidencia actual disponible respalda las asociaciones estadísticas entre los factores de riesgo y el sín-
drome de muerte súbita. Sin embrago, esta evidencia todavía es limitada debido a la falta de estudios
aleatorizados controlados q x cuestiones éticas son difíciles de realizar. Los escasos estudios realizados q
existen al respecto corroboran la imp de la prevención en la reducción de la muerte súbita. Los estudios
epidemiológicos reportan una disminución drástica de la incidencia de la muerte súbita en muchos países
después de la intuiroducción de las campañas denominadas “Back to Sleep” para la prevención de la
muerte súbita. Estas campañas incluyen los siguientes aspectos:
• Los bebes deben dormir en un ambiente seguro q incluya: posición supina, una superficie firme, sin ob-
jetos blandos ni ropa de cama suelta, sin cubrir la cabeza, sin sobrecalentamiento y compartiendo la
habitación sin compartir la cama.
• Es necesario advertir a los padres las importancia de eliminar el consumo de tabaco, alcohol y drogas
ilícitas durante la gestación y después del nacimiento.
El CDC de Estados Unidos ha establecido 4 consejos claves para padres y cuidadores con el objetivo de
prevenir la muerte súbita en los bebes:
-Colocar al bebe boca arriba en todas las horas de suelo: siestas y por la noche.

-Usar una superficie firme para dormir, como un colchón en una cuna q haya pasado los controles pertinentes.

-Mantener la ropa de cama blanda, como mantas, almohadas, protectores y juguetes de peluche, fuera del área donde duer-
me el bebe.

-Compartir habitación con el bebe, no la cama.

4.4. Pesadillas
La etiología del trastorno de pesadillas puede verse influido x un aumento de la hiperexcitación q se
acumula durante el día y se mantiene en la noche. Es por ello q su trat se centra en las técnicas de control
de la ansiedad. Según señalan las investigaciones, en niños de edad escolar la frecuencia de aparición de
las pesadillas y la severidad de estas está estrecha/ relacionada con su nivel de ansiedad.
Se ha comprobado q existe una especie de efecto de arrastre de las pesadillas con la maduración, ya
q 28,5 % de los hombres y un 32,5% de las mujeres q en su infancia tuvieron pesadillas, lo siguen presen-
tando en la adultez. X ello, resulta especial/ relevante poderlas tratar en la infancia. Además, en niños con
pesadillas, existe una frecuencia tres veces mayor de presentar trastornos psiquiátricos q en aquellos q
no las sufren.
Si el niño no es tratado, el trast de pesadilla puede persistir durante décadas y aunque existen enfoques
de trat específicos, a menudo no se recibe trat o reciben un trat inadecuado. Las siguientes consideracio-
nes pueden ayudar a centrar la atención en las principales repercusiones de los dif enfoques de trat; estos
son trat q enfatizan:
A. El significado subjetivo de las pesadillas.
B. La repetición patológica de las pesadillas.
C. Creencias desadaptativas sobre la pesadilla.

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Para el abordaje de las pesadillas se recomienda en primer lugar q el niño tenga una buena higiene del
sueño. Para ello se darían las siguientes pautas a los padres, específicas de higiene del sueño adaptadas
a las pesadillas:
• Se debe procurar un ambiente tranquilo y relajado previo a q el niño se vaya a dormir.
• Evitar y limitar visionar películas o contenido audiovisual q pueda inducir miedo en el niño, sobre todo
antes de acostarse.
• Limitar la ingesta de líquidos en el niño antes de acostarse.
• Abordar y limitar posibles factores estresantes en el niño q pudieran estar repercutiendo en su calidad
del sueño (x ej un prob escolar).
Tras un episodio de pesadilla se recomienda a los padres q acudan a calmar al niño, pero sin prestarle ex-
cesiva atención, para no reforzarlo negativa/. Se le facilitará algún objeto q le tranquilice y se podrá dejar
encendida luz tenue en la habitación. No es aconsejable abordar el tema de la pesadilla en ese momento.
Cuando despertamos a un niño con una pesadilla suele mostrar una lato nivel de A; es imp q los padres
aprendan a controlar y mostrarse tranquilos procurando serenar al niño y calmar con gestos de calma y
tranquilidad. Es conveniente, si el niño es capaz de comprenderlo, q se le recuerde q la pesadilla sola/ es
un sueño y q lo q ha soñado no es en absoluto real en relación con el nivel de A del niño durante todo el
día.
Técnicas q deben ser utilizadas en el tratamiento de las pesadillas:
• Técnicas de exposición: primero se introduce al paciente a la relajación muscular. Luego se le pide q
imagine la pesadilla, sin modificarla y q se relaje siempre q le cause tensión. Durante la terapia exposi-
ción, tb se le pide al paciente q imagine la pesadilla vívidamente, pero sin un ejercicio de relajación q la
acompañe y tb sin cambiar activa/ la historia.
• Uso de luz en el cuarto: consiste en usar una luz para cambiar la pesadilla a una situación mas tran-
quilizada cuando el niño se despierta. Es lo q los autores han denominado “cambios de sueños” y q
en una investigación con grupo control aleatorizado ha encontrado resultados satisfactorios.
• La terapia de repaso en imaginación: IRT Imagery Rehersal Therapy es un trat utilizado para las pe-
sadillas crónicas q ha sido estudiado en profundidad y ha mostrado su eficacia. el origen lo encontra-
mos en 1978 cuando Isaac Marks dio la pauta a sus pacientes de q escribieran sus pesadillas y des-
pués pudieran reescribirlas haciendo hincapié en reformular un final “triunfante”. Posterior/, Kellner y col
mejoraron esta técnica. La idea central es conseguir q la pesadilla sea lo menos perturbadora posible.
Para ello se enseña al paciente a q altere deliberada/ las imágenes y contenidos de la pesadilla, con la
siguiente instrucción “cambia el sueño como quieras”. Posterior/ se debe ensayar en imaginación el
sueño. Se ha comprobado en dif ensayos aleatorizados q esta técnica es eficaz en la reducción no solo
de las pesadillas, sino tb de la angustia provocada x estas y en mejorar la clínica ansiosa, depresiva y la
gravedad del trast x estrés postraumático de pacientes con pesadillas crónicas.
El repaso en imaginación es un proceso terapéutico formado x dos componentes:
1. El primero se centraría en trabajar las pesadillas como un componente aprendido y englobaría las dos
primeras sesiones.
2. El segundo consideraría las pesadillas como síntoma de q hay un daño en el sistema de imágenes y
se trabajaría en las dos últimas sesiones.
El programa completo incluye 4 sesiones de unas dos horas cada una ( sin incluir las sesiones de se-
guimiento correspondientes): en las dos primeras sesiones se centra en q el paciente tome conciencia
de cómo las pesadillas promueven el insomnio aprendido, es decir, cómo puede haberse convertido en un
comportamiento aprendido. En las dos siguientes sesiones se trabaja sobre el sistema de imaginación
humano y se llevan a cabo los pasos propios de la técnica: seleccionar pesadilla, cambiar esta pesadilla
generando un nuevo sueño y cambiarla.
En la primera sesión se trabaja para establecer una buena relación y en poder dar credibilidad a la tera-
pia, transmitiendo la esperanza de q el trat les ayudará con sus pesadillas. En la segunda sesión se co-
mienza a acercar a los pacientes con la práctica de la imaginación y se trabajan las principales dificulta-
des q puedan surgir con el uso de la imaginación. En la tercera sesión, se continua trabajando con la
idea de q el trabajo con las imágenes puede ser el vehículo para el cambio y q es posible cambiar la pe-
sadilla de cada uno. En la cuarta sesión se anima al paciente a q seleccione un sueño q para él esté
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siendo perturbador pero el de menor intensidad. Posterior/ debe cambiar esa pesadilla como desee y la
debe ensayar cada día en el rato del día q elija. No se recomienda escribir la antigua pesadilla a no ser q
sea útil para el paciente para aprender la técnica.
En casos en los q las pesadillas estén asociadas o produzcan elevado nivel de A en el niño, podría ser re-
comendable enseñar al niño técnicas de desactivación como podrían ser las técnicas de relajación.
• La terapia dinámica del sueño: tb es eficaz para reducir las pesadillas. Se trata de un programa com-
pleto q integra x un lado información acerca del sueño, como higiene del sueño, y x otro lado, interven-
ciones más de corte psicoterapéutico como la reescritura de las imágenes y ensayo en imaginación.
• Exposición, relajación y terapia de reestructura: ERRT esposare relaxation and rescripting therapy.
Fué desarrolla da x Davos y Wright (2006) y es muy similar a la IRT, única/ diferenciándose en q incluye
el aprendizaje y la práctica de imagenes positivas: en concreto esta técnica incluyó mejoras en la con-
frontación de loa contenidos de las pesadillas y añadió educación sobre hábitos de sueño. Además se-
ñalan como importante poder identificar el tema de las pesadillas así como el reescribir las pesadillas.
Se ha mostrado la efectividad de esta técnica en la reducción de las pesadillas crónicas.
• Técnica de autoexposición: consiste en la exposición y confrontación en imaginación con los conte-
nidos de las pesadillas. Qué precisa/ Burgess el q diseñó el primer manual de autoayudas para abordar
las pesadillas y se centró en investigar los efectos de las autoexposición guiada a los contenidos de la
pesadilla y compararlo con los efectos de la autorrelajación. Los participantes del estudio q utilizaron
una autoexposición obtuvieron menores pesadillas y niveles de A comparados con aquellos q llevaron a
cabo la relajación autoguiada. En otro estudio llevado a cabo x Grandi (2006) se corroboraron los ante-
riores resultados, encontrando q la autoexposición ayudaba a reducir la frecuencia e intensidad de las
pesadillas , la A, D, síntomas somáticos y el insomnio.

4.4.1. ¿Cual es el componente psicológico más eficaz en las pesadillas crónicas?


La exposición en imaginación pura se ha encontrado efectiva en el tratamiento de las pesadillas cróni-
cas. La clave sería habituar a los pacientes al contenido de sus pesadillas hasta q las reacciones emocio-
nales se reduzcan.
Se ha encontrado q tratar de suprimir deliberadamente los pensamientos negativos no deseados antes de
dormir, paradójicamente se ha asociado con un incremento de sueños angustiosos relacionados precisa/
con aquello q trata de reprimir. Este descubrimiento apoya la idea de q la supresión de los pensamientos
negativos puede ser la clave en el mantenimiento de las pesadillas.
Diversos autores, sin embargo, consideran q el componente principal de la TRI es el poder escribir un final
alternativo para la pesadilla. Germain (2004) esplicó q el imaginar un final alternativo para las pesadillas
mejora la cap de dominio de los pacientes sobre estas. reescribir las pesadillas, x tanto, les ayudará a en-
frentarlas. Se ha considerado q el imaginar un final diferente para las pesadillas podría actuar como una
forma de modificar la memoria del miedo.

4.5. Trastornos del arousal: sonambulismo y terrores nocturnos.


Lo primero q debemos tener en cuenta es q estos trast están limitados en el t y no suelen revestir grave-
dad. Es imp, x tanto, tranquilizar a los padres en este sentido.
En primer lugar, es muy relevante q el niño descanse las horas q lo necesita, ya q la falta de sueño puede
ser desencadenante o puede agudizar estos episodios. Además debe mantener horarios regulares de
descanso (en los niños es muy imp tener rutinas pues les estabilizan). Una vez hemos tranquilizado a los
padres acerca de la benignidad de la patología del sueño, debemos darles algunas pautas de actuación
para llevar a cabo en estos espisodios. En concreto se establecen las siguientes recomendaciones:
- Reconducir al niño a la cama, pero evitando despertarle ya q podría ser perjudicial produciendo estado
de agitación y neviosismo.
- No es recomendable q al día siguiente los niños discutan con el niño sobre el episodio de la noche an-
terior ya q podría generar preocupación y A al niño llegando a evitar la hora de acostarse.
- Los padres deben tomar algunas medidas para garantizar la seguridad del niño durante estos episo-
dios. Se les solicitará q cierren bien las ventanas y las puertas, q eliminen posibles elementos de la ha-
bitación del niño, evitando dormir en literas y camas altas. Además se les recomendará poder poner al-
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gún tipo de elemento de sonido den la puerta del niño para alertar a los padres de estos episodios (xej
una campaña).
Los terrores nocturnos, además de producir la interrupción del sueño, pueden llegar a angustiar a los
padres. Los niños q sufren terrores nocturnos pueden encontrarse cansados y somnolientos al día si-
guiente y tb pueden correr el riesgo de sufrir A y D. Se ha encontrado q en los adolescentes q sufren de
migrañas suele haber asociado un historial de terrores nocturnos q pueden estar causados x una altera-
ción subyacente en los niveles de serotonina.
En cuanto al trat de los terrores nocturnos, en primer lugar sería imp mandar un mensaje de tranquili-
dad a los padres, explicándole q es un trast q será superado x el niño, ya q de este modo se reducirá la A
q suele generarles. Se debe evitar tartar de interrumpir el episodio de terror nocturno puesto q puede ser
contraproducente provocando q el niño se confunda y se asuste más respondiendo con un incremento
paradójico de la agitación. Se han propuesto algunas recomendaciones para evitar o paliar posibles
factores precipitares entre las q estarían:
- Mantener una buena higiene del sueño y un ambiente adecuado para dormir, eliminando situaciones q
puedan alterar el descanso u objetos q pudieran dañar al niño.
- Se recomienda q el niño descanse un número de horas adecuado a su edad, ya q la privación de sueño
se ha comprobado q puede predisponer a padecer terrores nocturnos.
- Evitar bebidas estimulares ya q pueden disminuir la eficiencia del sueño.
- Abordar las potenciales sit q puedan estar provocando estrés en el niño.
Cuando los terrores nocturnos se producen con frecuencia, se ha encontrado q los despertares pro-
gramados realizados unos minutos antes de q se produzca el episodio pueden ser beneficiosos para re-
ducirlos, en especial para aquellos casos más graves x la intensidad o la frecuencia de los episodios.
Los despertares programados se evaluaron inicial/ para su uso con insomnio conductual de la infancia,
pero se asocian más a menudo con el tratamiento de parasomnias pediátricas. El protocolo de desperta-
res programados requiere q los padres establezcan un cronograma de cuando es probable q el niño expe-
rimente uno de estos episodios (terrores nocturnos o sonambulismo). Luego, los cuidadores deben des-
pertar al niño de forma preventiva de 15 a 20 min antes de estos despertares. Los despertares programa-
dos reducen efectiva/ la ocurrencia de despertares nocturnos, pero no afectan las luchas a la hora de
acostarse debido a la intervención enfocando las intervenciones después de q el niño se duerma. A pesar
de esto, los despertares programados pueden ser una alternativa efectiva cuando los niños no son recep-
tivos a intervenciones basadas en la extinción (xej debido a intentos inconsistentes)
Para llevar a cabo esta técnica es necesario tener un registro q permita a los padres conocer exacta/ cual
es el patrón de despertares durante la noche. Cuando este este claro, se despertará el niño entre 15:30
minutos antes de la hora prevista realizando las intervenciones habituales tal es como calmarle o arroparle
y después el niño deberá volver a dormirse. La forma en que se despierte el niño debería ser la más agra-
dable posible, por ejemplo, tocándolo suavemente o moviéndolo hasta que abran los ojos esta técnica
debe mantenerse hasta que el niño consigue 7 noches seguidas sin episodios. Es en este momento
cuando se comienza la retirada del procedimiento de forma gradual.
Esta técnica se ha mostrado eficaz en algunos estudios tanto para el sonambulismo como para los terro-
res nocturnos:
• En cuanto al sonambulismo con una muestra reducida de 3 niños con episodios graves, los desperta-
res programados resultaron efectivos con rapidez, manteniéndose en dos de los tres niños la mejoría a
los 6 meses.
• En cuanto a los terrores nocturnos, en una muestra de 19 niños, en la primera semana de despertares
programados, los episodios cesaron, manteniéndose los buenos resultados al año de tratamiento (en los
casos q volvió a haber algún episodio aislado mejoró de nuevo con la técnica).
A modo de resumen y para facilitar las intervenciones basadas en la evidencia, se presenta un cuadro
resumen con las técnicas a utilizar en función de cada problema:

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Higiene del sueño: -Hábitos de alimentación adecuado: limitar el consumo de estimulantes. Beber leche antes de
dormir facilita el sueño.
-Preparar al niño para dormir: explicar cual será la ultima actividad antes de ir a dormir.
-Regularidad ritmo circadiano: horario regular a la hora de acostarse y levantarse.
-Rituales: promover rituales q señalen la hora de irse a dormir.
-Actividad y ejercicio físico: limitar su práctica antes de irse a dormir.
-Factores ambientales: promover una habitación sin ruidos y con la temperatura adecuada
(18-22º)

Relajación: -Para reducir la tensión o las cogniciones intrusivas q pueden interferir en el sueño.

Control de estímulos: -Realizar conductas rutinarias antes de irse a dormir.


-Ir a la cama sola/ carnudos se tenga sueño.
-No permanecer despierto en la cama más de 15-20 min.
-Mantener regulares los horarios de sueño.
-No realizar en el dormitorio ninguna actividad q sea diferente a dormir.

Extinción no modifica- -Reducir llantos protestas del niño al eliminar el refuerzo (atención).
da: -Los padres deben acostar al niño y extinguir las conductas del niño a partir de ese momento, sin
recibir más atención de los padres.

Extinción con padres: -El cuidador permanece en la habitación con el niño hasta q este inicia el sueño.
-Posterior/ el padre se va y se extinguen las llamadas de atención.

Extinción graduada: -Los padres controlan x breves segundos cómo está el niño prestándole la mínima atención posi-
ble.
-Puede ser un cronograma fijo (entrar al transcurrir unos minutos concretos pautados) o intervalos
fijos graduados ( se van incrementando los minutos progresiva/).

Retraso a la hora de -Se usa con niños q tardan mucho en dormirse. Busca retrasar la hora del sueño para acercarla lo
acostarse: ,máximo posible a la hora real de dormir del niño.

Técnicas de exposición: -Tras relajar al paciente, se le pide q imagine la pesadilla y se relaje cuando sienta tensión.

Uso de luz: -Usar una luz para cambiar la pesadilla cuando el niño se despierta.

TRI: -El paciente debe cambiar el contenido de la pesadilla para q no le sea perturbador y después
ensayarla en imaginación.

Terapia dinámica del -Engloba higiene del sueño e intervenciones psicoterapéuticas como reescritura de las imágenes
sueño: y ensayo en imaginación.

Técnicas de exposición, -Similar a la anterior pero además incluye la práctica de imágenes positivas.
relajación y reescritura:

Autoexposición: -Exposición en imaginación de los contenidos de la pesadilla.

Pautas de higiene del


sueño y reducción de
sit estresantes:

Despertares programa- -Realizar un cronograma de cuando se producen los episodios.


dos: -Despertar al niño 15 min antes e q se produzca el episodio y que después se vuelva a dormir.

Mensaje de tranquilidad
y benignidad a los pa-
dres

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