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Errores en La Argumentación
Errores en La Argumentación
Advertencias
A. Lo que sigue no es ni puede ser una clasificación exclusiva ni exhaustiva. Por el contrario, hay traslapes de
todo tipo (es muy difícil establecer límites taxativos y categóricos entre errores y hay múltiples asociaciones
entre ellos), y es indefinidamente completable (de hecho, cada vez que me siento a revisarla, se me ocurren
nuevas categorías, subcategorías, descripciones o ejemplos). Una clasificación de los errores de
argumentación sólo puede esperar ser clara, crear cierto orden y tener utilidad como checklist.
B. Todos los procesos cognitivos, todas las argumentaciones producto de ellos, y todos los textos que expresan
éstas, a los que se ha tachado como “error”, “falacia” o “sesgo”, tienen ejemplares más o menos legítimos.
Contra lo que algunos manuales al uso dicen o implican, no hay regla general (es decir, sin excepción) en
este terreno. Más bien, debemos considerar cada caso y estimar hasta dónde el “error” que creemos detectar
es verdaderamente un “error”, y no una estrategia admisible (es decir, que bajo ciertas circunstancias
conduce a resultados correctos, plausibles o al menos dignos de tomarse en cuenta y discutirse). Lo único
que no puede aceptarse es la falta de argumentación cuando de argumentación se trata.
1.11 Irse por la tangente (digresión, ignoratio elenchi, missing the point); podemos distinguir
tres variantes muy usadas:
1.111 alejar la atención del punto mediante el uso de lugares comunes (p.ej. extenderse sobre
los males del capitalismo sin atender a los males del socialismo, o sobre los males del
mercado sin mencionar los del gobierno o los del tercer sector, contentarse con hablar de
valores, principios y buenas intenciones ignorando las consecuencias, insistir en la
equidad pasando por alto o burlándose de la eficiencia)
1.112 usar muchas preguntas y saltar de una pregunta a otra sin atender ninguna bien, o sin
dejar claro cuál pregunta está uno tratando
1.113 no empatar la pregunta con la hipótesis (si en vez de responder a la pregunta de
investigación, planteo una hipótesis que contesta otra pregunta, me he salido por la
tangente)
1.12 Confundir el argumento con la persona que propone el argumento o sus atributos
externos; toma dos formas opuestas simétricamente:
1.122 Citar una persona en lugar de presentar un argumento (“argumento de autoridad”); aquí
la expresión clave es “en lugar de”; resulta, en efecto, que citar una autoridad es a
menudo parte de un argumento científico (no podemos hacerlo todo solos, y necesitamos
apoyarnos sobre las teorías, modelos, métodos y resultados de los demás, y mientras
mejor situados estén, mientras tengan más autoridad, más necesario es hacerlo), por lo
que el error consiste en substituir el argumento por la autoridad, no en usar la autoridad
para argumentar; en último término este error es idéntico al de no hacer la revisión de la
literatura (el estado del arte) como debe hacerse, a saber como una argumentación que
nos permite justificar y elaborar una pregunta, una hipótesis, un diseño metodológico,
una discusión de resultados (cf. 1.112, 1.113 y 1.15)
1.13 Asumir justo lo que se trata de probar (razonamiento tautológico, petitio principii,
begging the question, círculo en la demostración); una variante muy usada es mediante
palabras mágicas (“verdadero”, “genuino”, “apropiado”, “correcto”, “justo”, etc.);
extendiendo esta falacia, podríamos decir que dondequiera que alguien asume que la
pregunta previa ha sido contestada y procede a contestar la siguiente (cf. 1.35), hay
riesgo de cometer un error en la argumentación; una variante es la definición circular (ya
que las definiciones juegan un papel importante en las demostraciones, cf. 1.22)
1.21 Tratar un asunto empírico como si fuera conceptual; una variante muy usada es creer que
con una definición se resuelve un problema (conecta con las falacias tipo 1.1 y
especialmente con las tipo 1.14; si esta actitud se generaliza lleva a la falacia 1.5)
1.22 Definiciones mal construidas (es decir, que no corresponden al único uso importante en
una investigación científica: recortar el discurso y posibilitar la clasificación, la
ordenación, el conteo, la medición o la exposición de una demostración; los errores en la
construcción de una definición pueden ser muy variados)
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1.24 Usar términos que tienen muchos significados como si tuvieran uno solo (que es lo que
se requiere en el discurso científico), de esta manera facilitando que se tome el sentido
conveniente para el argumento en distintos lugares del mismo (ambigüedad, imprecisión,
vaguedad)
1.25 Falacia de composición y división (atribuir una propiedad del todo que es sólo de la
parte y viceversa; muy común en vista de la reificación persistente de entes sociales)
1.31 Confundir secuencia temporal con relación causal (post hoc ergo propter hoc)
1.34 Creer que un acontecimiento grande tiene causas o efectos grandes y uno pequeño
causas o efectos pequeños (proporcionalidad de causa y efecto, asociado a 1.721)
1.35 Asumir que el efecto de una causa no puede a su vez actuar causalmente sobre ella
(ignorar la posibilidad de cadenas causales circulares, que son fundamentales en todo
caso de equilibrio)
1.36 Buscar nuevas causas de un estado de cosas en equilibrio relativo (no darse cuenta de
que la explicación genética es la más común y en la que primero hay que pensar)
1.411 razonar como si un esquema conceptual fuese ya una teoría (un modelo téorico)
1.412 razonar como si una proposición suelta fuese ya una teoría
1.413 razonar como si un diagrama fuese ya una teoría (un modelo teórico)
1.42 Asociada a la anterior, pero de particular importancia es: confundir una apuesta
metodológica con una teoría o viceversa;
1.421 manifestaciones comunes de esta falacia son el perder tiempo alegando que el adversario
no entiende o su teoría es fallida (o no es realista, compleja, etc.) o no sabe investigar
simplemente porque su apuesta metodológica es distinta a la mía; no entender, pues, que
la diferencia que me separa del otro es metodológica, y que debo aplicarme a desarrollar
mi apuesta metodológica a fin de llegar a resultados mejores que los de mi adversario
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1.422 a veces puede ocurrir también el defecto contrario (p.ej. la disputa entre cualitativistas y
cuantitativistas tratan de reducir a un problema de metodologías distintas lo que es a
menudo en el fondo un problema de teoría o falta de ella)
1.43 Pretender que una teoría ha sido refutada por un dato o una serie de datos empíricos (y
asociada a ésta, pretender que las observaciones son independientes de la teoría)
1.51 El ignorar conocimiento disciplinario relevante, aunque una falacia general, es continua
con las específicas, en particular con 2.2 a 2.4, por lo cual podría considerarse superflua
su consideración aquí, excepto por el hecho de que no es posible a priori decidir cuándo
un conocimiento disciplinario es o no es relevante
1.52 Asociado, pero sutilmente distinto, es: el usar la intuición y el sentido común donde se
requiere conocimiento empírico firme (esto esta íntimamente relacionado con 1.7 y en
último término con las falacias tipo 2, como se verá al llegar a ese punto; al igual que en
todos los demás casos, no siempre esto constituye falacia, pero sí lo constituye en una
porción muy numerosa de casos; en parte estos casos se reducen a no extender a la
totalidad lo que sabemos ser cierto en nuestro caso particular, p.ej. endeudarse más allá
de las propias capacidades, no ahorrar y en general no ser providentes, gastar más de lo
que se tiene, etc.; cf. 1.25)
1.6 FALACIAS ESTADÍSTICAS (pueden estar asociadas a las falacias tipo 1.62 o incluso a las
tipo 1.61, y subyacen probablemente a una buena parte de las falacias tipo 1.63 a 1.65
pero forman un capítulo particular)
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1.625 no estar consciente del tradeoff entre falsos positivos y falsos negativos
1.626 confundir la significancia estadística con la significancia teórica, empírica o práctica
1.711 fallas en el razonamiento silogístico (negarse a concluir a partir de premisas cuyo valor de
verdad se ignora; aceptar silogismos inválidos con conclusiones estimadas verdaderas y
rechazar silogismos válidos con conclusiones estimadas falsas)
1.712 fallas en el razonamiento condicional (selection task)
1.713 fallas en la representación de lo falso (probablemente peores si lo falso es lo que yo creo,
lo que explicaría la dificultad de seguir la máxima de Franklin: consider that you may be
wrong)
1.714 fallas en el razonamiento modal (piedra de escándalo: la multiplicidad de sistemas de
lógica modal)
1.72 Heurísticas y sesgos probabilísticos (Kahneman & Tversky; se clasifica como general por
cuanto las probabilidades se aplican en todas las ciencias):
1.741 Sesgo actor-observador (actor-observer bias), atribuir mis acciones a la situación, las
acciones de los otros a rasgos personales (eventualmente, hacerlo de manera cruzada
según sea la acción admirable o no)
1.742 Error fundamental de atribución (fundamental attribution error), sobreestimar los factores
personales (disposicionales), subestimar los situacionales
1.743 Ignorar información en las atribuciones (asociado a 1.721)
1.744 Efecto de falso consenso (false consensus effect), sobreestimar la magnitud del acuerdo de
otros conmigo
1.745 Efecto de confianza excesiva (overconfidence), sobreestimar lo correcto de mis juicios
(asociado a 1.73 y a 1.744; aparentemente menos presente en depresivos)
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alcance y limitaciones del “espíritu” humano en la filosofía europea moderna, luego a la
crítica de las ideologías y al proyecto de sociología general p.ej. de Pareto)
1.76 Estereotipos y prejuicios (posiblemente una variante del anterior y asociado a 1.72, 1.73 y
1.74)
1.77 Encontrar más sentido (más patrones) del que hay o del que la evidencia soporta
(Übserschuss am Sinn, overinterpretation), buscar y encontrar “sentido” donde no lo hay,
y en general ignorar las probabilidades y la casualidad (asociado a 1.3 y 1.72); un ejemplo
notable son las teorías conspirativas (conspiracy theories) y el pensamiento paranoico
2.11 Mezclar lo positivo y lo normativo (al menos sin advertir; esta falacia se debe en buena
medida a la siguiente)
2.12 Dar por supuesto un bien a alcanzar por parte de la sociedad en su conjunto (podríamos
llamar a esto la falacia de Weber o la falacia de Weber-Pareto)
2.13 Confundir un bien sectorial con uno general (podríamos llamar a esto la falacia de Marx,
por ser éste quien más sistemáticamente insistió en ella)
2.14 Comenzar por los valores y luego investigar qué causa qué (debe ser al revés: primero
investigar qué causa qué y luego traer a cuento los valores)
2.2 IGNORAR LAS CUESTIONES ECONÓMICAS, O BIEN, AL TRATARLAS COMETER LAS LLAMADAS
“FALACIAS ECONÓMICAS” (este error consiste en primer lugar en no tener en cuenta datos
empíricos de carácter económico, pero el error más profundo consiste en tratarlos sin
teoría, es decir en ignorar las leyes económicas, lo cual es un caso específico de ignorar
conocimiento relevante, como también lo son en buena medida las siguientes; esta falacia
es típica de los estudios sociológicos y en menor medida de los antropológicos; cf. 1.73)
2.3 IGNORAR LAS CUESTIONES POLÍTICAS (este error se combina con el anterior en la medida
en que las cuestiones políticas se tratan mejor con métodos económicos de análisis que
con ningunos otros que se conozcan, aunque eso no exime al usuario de tener amplios y
precisos conocimientos específicos de las cuestiones políticas concretas; de esta manera,
esta falacia puede ser cometida por los economistas también; cf. 1.73)
2.4 IGNORAR LAS CUESTIONES JURÍDICAS (este error es en primer lugar carecer de
conocimiento precisos del marco legal y del modo de razonamiento legal, pero se
combina con los dos anteriores, por cuanto la maquinaria jurídica depende de las
cuestiones políticas, y por cuanto las cuestiones jurídicas se tratan mejor con métodos
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económicos de análisis que con ningunos otros que se conozcan; la ignorancia de estas
cuestiones puede afectar a los economistas y a los politólogos por igual; cf. 1.73)