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Universidad Popular Autónoma

del Estado de Puebla

PERSONA, FAMILIA Y SOCIEDAD

Catedrático:
Maria Cristina Pérez Grados

“Lecturas sobre Dignidad”

Ileana Sofia Aguila López | 3480287

Grupo 16

Fecha de Entrega:
10 de Marzo
LA PERSONA: DIGNIDAD Y MISTERIO

En las primeras páginas del libro "Antropología Breve" de Juan Manuel Burgos,
se aborda la complejidad inherente a la definición del concepto de persona. Se
menciona la definición clásica de Boecio, adoptada por la escolástica, que identifica
a la persona como "la sustancia individual de naturaleza racional". Esta definición
destaca aspectos fundamentales como la sustancialidad, la individualidad y la
naturaleza racional del ser humano. Sin embargo, se reconoce que esta definición
no agota completamente la esencia de la persona, y se opta por aproximaciones
que introduzcan al lector en el misterio de este concepto.

En este sentido, se presentan dos descripciones complementarias de la persona:


una proporcionada por Jacques Maritain, que destaca la espiritualidad y la
capacidad de relación del ser humano, y otra del propio autor, que enfatiza la
dignidad intrínseca del individuo y su necesidad de entregarse a los demás para
alcanzar la plenitud.

Posteriormente, se explora más a fondo las principales características de la


persona, entre las que se incluyen la substancialidad-subsistencia, que resalta la
capacidad del ser humano de mantener su identidad a través de los cambios; la
intimidad-subjetividad, que refiere a la riqueza interior y única de cada individuo; la
corporalidad, espacialidad y temporalidad, que señalan la naturaleza física y
temporal del ser humano y su relación con el entorno; la apertura y definición, que
indica la necesidad de trascenderse a sí mismo para alcanzar la plenitud y el sentido
de la vida; y la diferencia entre hombre y mujer como modalidades distintas de
persona, reconociendo la complementariedad entre ambos géneros.

Finalmente, se discute ampliamente la dignidad de la persona como una perfección


intrínseca que la coloca por encima del resto de los seres naturales. Se enfatiza que
la dignidad es un valor absoluto e irrepetible, independiente de las cualidades o
capacidades individuales, y se vincula históricamente al cristianismo, que promovió
la igualdad radical entre todos los seres humanos. Se aboga por el respeto y la
promoción de la dignidad de cada individuo, incluso en momentos vulnerables como
el nacimiento y la muerte, destacando que esta noción es fundamental en la
formulación y protección de los derechos humanos.

LA DIGNIDAD

La dignidad humana ha sido objeto de profunda reflexión a lo largo de la historia, tanto en el


ámbito filosófico como en el teológico. Desde una perspectiva filosófica, se ha buscado
definir la dignidad como una cualidad intrínseca que poseen todos los individuos, derivada
de su condición de personas. Esta dignidad se entiende como una excelencia o preeminencia
que destaca a cada ser humano por encima de otros seres.

Por otro lado, desde una perspectiva teológica, especialmente en la tradición cristiana, se ha
enfatizado que la persona humana es portadora de una dignidad única, derivada de su
condición de imagen de Dios. Esto implica que cada individuo posee una singularidad y un
valor intrínseco que deben ser respetados y protegidos.

La dignidad personal se manifiesta en diferentes aspectos, como la elevación, la intimidad y


la autonomía. La elevación refiere a la excelencia y el encumbramiento que caracterizan a la
dignidad, mientras que la intimidad se relaciona con la profundidad y la autenticidad del ser
humano. La autonomía, por su parte, representa la capacidad del individuo para manifestarse
como un ser independiente y autónomo.

Es importante destacar que la dignidad no se limita a las manifestaciones externas o


superficiales, sino que radica en la riqueza interior de cada persona. Esta interioridad
constituye el fundamento último de la dignidad y se expresa a través de la capacidad de la
persona para mantenerse firme en su valía y grandeza, incluso en circunstancias adversas o
desfavorables.

En este sentido, se destaca la importancia de reconocer y valorar la dignidad de todas las


personas, independientemente de sus capacidades o circunstancias externas. Incluso en
situaciones de vulnerabilidad o debilidad, como en el caso de personas con discapacidad o
enfermedades mentales, la dignidad humana permanece intacta y puede manifestarse de
manera aún más evidente.
Finalmente, se hace referencia al ejemplo supremo de dignidad humana en la figura de
Jesucristo crucificado. A través de su sacrificio voluntario, Jesús revela la profundidad y la
trascendencia de la dignidad humana, basada en el amor y la entrega total de sí mismo. Su
ejemplo nos invita a reconocer la dignidad de cada ser humano y a cultivarla tanto en nosotros
mismos como en los demás.

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