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Toda persona humana por el hecho de ser persona tiene cualidades que la
identifican como tal, lo es a) la singularidad, b) la autonomía, c) la apertura.
Nivel objetivo es la apertura del hombre a las cosas que le rodean, al mundo
objetivo del cual recibe los primeros estímulos necesarios para su vida
cognoscitiva.
El nivel social es determinado por la existencia de otros sujetos con los que
necesariamente tiene el hombre que vivir para desarrollar eficazmente su
personalidad.
Las dos direcciones fundamentales a las que esta abierta la persona humana
que se exigen y complementan son la dirección hacia si misma y hacia fuera;
por la primera, la persona busca la comprensión de si misma la reflexión, el
autoconocimiento, la intimidad, el silencio, la creatividad.., son algunas de las
manifestaciones de esa vía <<ad extra>> de la persona. Individualidad y
exterioridad (alterdad) se implementan y exigen en la constitución del ser
personal.
Los psicólogos y los filósofos que han intentado profundizar en el misterio que
entraña a cada persona por sí mismo lo sitúan y lo descubren en un doble
movimiento; de referencia unificadora en misma (la persona marca con su
sello. Con su singularidad, todo lo que asimila y crea; es una potencia
asimiladora de unificación) y de dinamismo por libre adhesión que obliga
incansablemente a la persona a salir de si misma, a proyectar su propio ser
hacia otro, a hacerse aceptar y reconocerse por el .., a dar libremente algo de
si y a darse. El amor es la realización y explicitación de este acto.”
COMUNIDAD DE DESTINO
Pero también la acción espiritual del hombre, la acción del hombre como
persona, como voluntad conciente, crea relaciones.
Cuanto más rica y poderosa es la poderosa es la persona, mayor conciencia
tiene de las posibilidades de relaciones con otras personas, y cuanto más vive
realiza estas relaciones.
El gran peligro para la vida de la familia es una sociedad cuyos ídolos son el
placer, las comodidades y la independencia, está en el
Hecho de que los hombres cierran el corazón y se vuelven egoístas.
Sin embargo, no basta sólo la familia para que la persona pueda alcanzar su
cabal desenvolvimiento en orden a su último fin. En efecto, la familia no es una
comunidad perfecta, no posee por sí sola los medios necesarios para su
subsistencia y actividad especifica y, como la persona ha menester para
lograrlo del bien común que únicamente la sociedad política puede brindar.
Los problemas humanos más profundos están relacionados con la familia. Esta
constituye la primera comunidad fundamental e insubstituible para el hombre.
“La familia es la primera y vital célula de la sociedad”. A la familia van unidos
los valores fundamentales, que no se pueden violar sin daños incalculables de
naturaleza moral. Es necesario defender los valores fundamentales con
tenacidad y firmeza, por que su quebranto lleva consigo daños incalculables
para la sociedad y en último término para el hombre.
La familia está situada en el centro mismo del bien común, en sus varias
dimensiones, precisamente porque en ella es concebido y nace el hombre. La
familia es comunidad para el hombre porque desde su momento inicial, desde
su concepción es querido, esperado, vivido como un valor particular único e
irrepetible. Dentro de ella el hombre se siente importante, útil, amado y
valorado. En esto la familia es insubstituible.
El ser humano vive en sociedad, o sea convive o coexiste con otros seres de
misma especie. La palabra misma sociedad significa un conjunto de personas
que efectivamente viven juntas, en el sentido de que las vidas individuales de
las mismas se enlazan y conectan entre sí. La convivencia se va desarrollando
de unos hombres con otros, pues, al salir desarrollando su vida, de alguna
forma se necesita de la vida de los demás y, en efecto, no existe ningún
hombre que se complemente independientemente de toda sociedad. Venimos
a la vida como fruto de la convivencia de unos seres que, sin habernos
previamente consultado nos han traído al mundo. Y en los primeros años de la
vida estamos en una estrecha relación con esos mismos seres, que cargan con
la tarea de cuidar de nuestro frágil y precario ser incapaz por sí solo, de
mantenerse y desarrollarse. La vida es pues, para cada uno de los hombres,
durante toda esta etapa primera, algo íntimamente de lo que los hombres
quieren hacer de ella. Poco a poco el hombre mientras crece comienza a tener
un desprendimiento y va tomando conciencia de lo que es su vida, va
empezando a hacerse dueño de su vida, hasta que acaba de asumir
personalmente la responsabilidad de ella y de sus actos, y al final de este
proceso podemos llegar en realidad a vivir con los demás.
La sociedad no son los individuos aislados, sino que constituyen una unidad de
orden moral y espiritual y sirven a la totalidad, a la vez, la sociedad no
abandona a sus miembros y cuida de ellos, mientras que los miembros por su
parte están dispuestos a ayudar al bien de la comunidad, e incluso en algunas
ocasiones subordinar su propio bien por mantener la comunidad.
Bibliografía