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Persona y Libertad: ¿Somos realmente Libres?

Resumen de todo el cap. 3, pág. 89 – 127, del libro “El camino de la persona”

1. Introducción.

El capítulo tres enfatiza la importancia de la libertad en el desarrollo personal y social. Expone


cómo el ejercicio genuino de la libertad permite a las personas tomar decisiones auténticas en sus
vidas. A pesar de corrientes de pensamiento que cuestionan esta libertad, también plantea
preguntas profundas sobre la capacidad de elección genuina. Destaca que comprender la
naturaleza humana es fundamental para entender y valorar verdaderamente la libertad, ya que
están estrechamente vinculadas.

2. Persona: Una Primera Aproximación.

(Desde el concepto de hombre y persona, pasando por el origen de su término y su concepto)

Diferencia entre los términos "ser humano" y "persona". Aunque a menudo se usan como
sinónimos, representan conceptos distintos. El "ser humano" se refiere a la naturaleza compartida
de cuerpo y alma racional, mientras que la "persona" alude a la individualidad exclusiva de cada
individuo dentro de esa naturaleza común. En la antigüedad, la idea de individualidad estaba
ausente, pero el cristianismo introdujo el concepto de "persona" al afirmar la igualdad y dignidad
de todos los seres humanos como imagen de Dios. El origen etimológico de "persona" proviene del
griego "prósopon" y evoluciona a "per-sonare" en latín, relacionado inicialmente con el rostro y
luego con la distinción en la vida pública. Además, el concepto de "persona" se desarrolla con la
llegada del cristianismo y se cristaliza con la definición de Boecio en el siglo V como " Sustancia
individual de naturaleza racional".

3. Persona: Estudio y Análisis de la Definición.

La persona se puede definir como una "sustancia individual de naturaleza racional",


influenciada por el pensamiento aristotélico. Aquino amplía esta definición, enfocándose en la
naturaleza racional del ser humano para entender su singularidad y diferenciarlo de animales y
plantas. Se destaca la capacidad de autodeterminación que otorga la racionalidad humana,
diferenciándola de otros seres regidos por instintos. Se enfatiza que las acciones humanas no están
determinadas por la naturaleza, sino por el libre albedrío, lo que confiere una singularidad radical.
Se subraya que la singularidad de la persona no se reduce a características biológicas y se
manifiesta en su capacidad para actuar de manera única. Finalmente, se resalta que la identidad y
dignidad de la persona no se limitan a funciones específicas, sino que radican en su singularidad
como ser racional, autodeterminado y capaz de decisiones únicas.

4. Persona y Libertad.

En base al análisis entre persona y libertad se puede destacar que la verdadera libertad
humana no se reduce a la ausencia de restricciones externas, sino que está arraigada en la
capacidad intrínseca de la persona para dirigir sus acciones hacia su propio bien y perfección, a
diferencia del animal que se basa únicamente en sus instintos para ser libre. Se puede argumentar
que la libertad no es solo la capacidad de elegir, sino también la responsabilidad de actuar en
coherencia con la esencia y la realización personal.

Diversos aspectos de la libertad humana:

 Libertad ontológica: Se enfoca en la esencia intrínseca de la persona, su capacidad de


autodeterminación basada en la naturaleza racional y personal, permitiendo la toma de
decisiones y la autonomía individual.
 Libre albedrío: Se diferencia de la libertad ontológica y se centra en la capacidad de elegir
entre diferentes opciones. Aunque esta capacidad está influenciada por circunstancias y
deseos individuales, el ser humano puede tomar decisiones desde su interioridad y
voluntad.
 Libertad moral o humana: Implica la orientación hacia un bien específico que conduzca a
la realización plena del individuo. Se subraya que la libertad no se limita a elegir entre
bienes, sino a dirigirse hacia la propia realización y plenitud, incluso rechazando bienes
que no contribuyan a ese fin.

5. Libertad y Dignidad.

Libertad:

La libertad es inherente a la naturaleza humana debido a la capacidad racional, otorgando


dominio sobre uno mismo y sus acciones. Nadie puede poseer a otra persona, ya que cada
individuo se pertenece a sí mismo. Incluso Dios respeta esta libertad. La persona humana es
intrínsecamente valiosa y no puede ser utilizada como un medio para un fin, lo que se define como
dignidad.

Dignidad:

Dignidad ontológica: Se refiere a la nobleza del ser humano, su excelencia y valor


intrínseco, independiente de cualidades externas o acciones. Esta dignidad es absoluta, no
utilitaria ni subjetiva, se relaciona con la libertad y la espiritualidad humana. Surge de la
participación divina, siendo la persona imagen y semejanza de Dios.

Dignidad moral: Aunque la dignidad es inherente a la naturaleza humana, su expresión


plena requiere el correcto ejercicio de la libertad a través de acciones éticas y virtuosas.
Los actos humanos reflejan la excelencia personal y, aunque no puedan destruir la dignidad
intrínseca, pueden afectar su grandeza. Se destaca que una vida plena se alcanza
manteniendo la dignidad moral y actuando coherentemente con la grandeza humana.

6. Notas Esenciales del Ser Personal.

La persona es el subsistente de naturaleza espiritual, aquel individuo singular y único que


existe por sí mismo y que se pertenece a sí misma, es valiosa por el simple hecho de existir y posee
una bondad superior que la sitúa entre los bienes dignos. No se trata de que la libertad y la
dignidad sean como ciertas características del ser personal, sino que son su propio ser. Donde hay
persona, hay libertad y donde hay persona, hay dignidad. Bien podrían llamarse notas esenciales o
propiedades fundamentales de la persona, aunque no son notas, ni son propiedades, en sentido
propio, sino que son, insistimos, el mismo ser de la persona.

En base a esto se hallan tres aspectos adicionales que complementan la comprensión de la


persona y que a su vez ayudan a apreciar más la libertad y la dignidad inherentes a la naturaleza de
la persona:

 La incomunicabilidad ontológica: La incomunicabilidad resalta la singularidad y unicidad


de cada individuo, mostrando que la persona no puede ser reducida a un concepto general
aplicable a varios individuos.
 La intimidad: La intimidad destaca la espiritualidad humana y la libertad interior para
tomar decisiones significativas, subrayando la importancia de las respuestas internas sobre
la identidad y el propósito de la vida.
 La amistad: La amistad se presenta como la máxima expresión de un amor desinteresado,
donde dos personas comparten sus vidas íntimamente en busca del bienestar mutuo.

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