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EXPLORACIÓN FÍSICA DEL BAZO

Los procedimientos de exploración física del bazo son: inspección, palpación y


percusión. La auscultación es poco útil, por lo tanto solo describiremos las tres
primeras mencionadas. INSPECCIÓN Normalmente el bazo no es visible, por
lo que la inspección se realiza solo para descartar la presencia de
agrandamientos considerables del bazo, que abultan el abdomen en sentido
oblicuo, desde el hipocondrio izquierdo, en dirección hacia la fosa iliaca
derecha.
PALPACIÓN
Un bazo normal nunca es palpable. Así que la técnica exploratoria se realiza
para descartar esplenomegalia o ptosis esplénica. Habitualmente, el bazo debe
haber crecido tres veces su tamaño normal antes de ser palpable.
A. Realice la palpación en decúbito dorsal.
1. Pídale a la persona que se coloque con las piernas extendidas y los
brazos a los lados del cuerpo, y que respire amplia y tranquilamente. La
posición será más cómoda con una almohada no muy alta sobre la que
descanse la cabeza.
2. Sitúese de pie, o mejor, sentado a la derecha del sujeto; tome con la
mano izquierda las últimas costillas (IX y XI) y empuje suavemente la
pared de fuera a dentro, para relajar la musculatura parietal, mientras su
mano derecha, con los dedos extendidos y paralelos a la pared
abdominal, palpa de abajo arriba y del ombligo al hipocondrio izquierdo
3. El bazo se percibe al final de la inspiración, durante la cual desciende
siguiendo una línea que une el vértice de la axila izquierda con el punto
medio del arco de Poupart.
4. B. Realice la palpación en posición diagonal (posición de Schuster).
5. 1. Coloque al sujeto con el tórax en posición oblicua, intermedia entre el
decúbito dorsal y el lateral derecho; la pelvis y las piernas en decúbito
derecho completo; el miembro inferior derecho se mantiene extendido,
mientras que el del lado izquierdo se flexiona, el muslo sobre la pelvis y
la pierna sobre el muslo. La cabeza se sostiene levantada por una
almohada, y coloque otro pequeño almohadón detrás de la región
escapular izquierda, para evitar que la persona haga fuerza para
mantener la posición. El brazo izquierdo debe quedar delante del tórax
descansando sobre la cama sin que el hombro se levante. Esta
precaución es muy importante, pues si se lleva hacia arriba por encima o
por delante de la cabeza como se hace comúnmente, al levantarse el
hombro se alza la parrilla costal, se distiende la musculatura abdominal y
se dificulta la palpación.
6. 2. Usted puede colocarse sentado a la derecha o permanecer de pie a la
izquierda. En el primer caso, realice la palpación bimanual como se
describió para la posición en decúbito dorsal: la mano izquierda para
sostener la pared costal y la derecha para palpar. Si usted se sitúa a la
izquierda, procure abarcar con los dedos en forma de gancho, el bazo
que sobresale del reborde costal: es la llamada maniobra del enganche
7. C. La posición semisentada de Ziemmsen se emplea para lograr una
mayor caída del bazo.
8. 1. Recueste al sujeto sobre tres o cuatro almohadas, en posición
oblicua, intermedia entre el decúbito dorsal y la posición sentada2. Usted
puede estar sentado a la derecha y palpe de acuerdo con las normas
señaladas a propósito de la palpación bimanual en decúbito dorsal y en
decúbito lateral derecho.
9. D. La posición de Llanio. Está basada en los estudios realizados
mediante la laparoscopia, durante la cual puede visualizarse el bazo
directamente y su posición y desplazamiento con los cambios de
posición. Su autor le recomienda colocar al enfermo, con el cuerpo en
posición oblicua o lateral derecha completa, en una mesa con una
inclinación de aproximadamente 45o , de modo tal que la cabeza y el
tórax queden elevados y el abdomen y los miembros inferiores
descendidos, es decir, en la posición de Trendelenburg invertida. En esa
posición el bazo desciende y sale de su situación detrás de las costillas,
como puede comprobarse fácilmente durante la laparoscopia. Si no se
dispone de una mesa de reconocimiento pueden utilizarse almohadas
para lograr la posición señalada, o levantar con un calzo la cabecera de
la camilla o cama. Por supuesto, todas estas maniobras son necesarias
cuando el bazo no está muy agrandado, pues de ser así, puede palparse
fácilmente aun en decúbito supino.
10. Reconocimiento palpatorio del bazo El bazo presenta como
características:
11. 1. Situación debajo del reborde costal entre las costillas IX y XI.
12. 2. Situación superficial inmediatamente debajo de la pared abdominal.
13. 3. Borde anterior con incisuras o muescas.
14. 4. Movilidad respiratoria amplia y en sentido diagonal hacia el ombligo.

Los errores de técnica cometidos más frecuentemente por los alumnos al


iniciarse en la palpación del bazo son:
1. No hacer previamente una exploración palpatoria de la región abdominal.
Esta sola maniobra permite descubrir los bazos muy grandes, si no se
realiza previamente, aun grandes esplenomegalias pueden pasar
inadvertidas o pueden ser confundidas.
2. Iniciar la palpación sobre el reborde costal en vez de comenzar más
abajo.
3. Hacer movimientos circulares con la extremidad de los dedos, casi como
si estuvieran haciendo un masaje de la piel y del tejido celular (error muy
común).
4. Hacer palpación muy profunda, olvidando que el bazo es muy superficial.
5. Por el contrario, hacer palpación muy superficial sin llegar a deprimir la
pared muscular
6. Cuando la pared muscular está algo tensa, confundirla con el polo inferior
del bazo.
7. A1 introducir la punta de los dedos debajo de la arcada costal, palpar las
digitaciones musculares y creer tocar el polo esplénico. Basta correr los
dedos a lo largo y por debajo del reborde costal para salir del error, porque
se siguen tocando los haces musculares.
8. Hacer respirar al sujeto profundamente, sin haber hecho la palpación
previa con una respiración tranquila, que deja blanda la pared del vientre y
permite reconocer cómodamente las características del órgano, cuando
este es palpable aun en la espiración.
9. Iniciar la palpación del bazo en la posición diagonal de Schuster, en lugar
de comenzar en decúbito dorsal.

PERCUSIÓN
Tiene valor para poner de manifiesto esplenomegalias discretas e
inadvertidas por la palpación. Es el único medio de apreciación cuando el
órgano no es todavía parietoabdominal. El bazo está situado entre las
costillas IX y XI, a lo largo de la costilla X, bastante hacia la parte dorsal, de
modo que su extremo superior solo dista pocos centímetros de la columna
vertebral. En su tercio superior está interpuesto el pulmón izquierdo y por
eso elude la percusión. La matidez esplénica corresponde a los dos tercios
anteroinferiores del órgano, de ordinario, directamente adosados a la pared
torácica.
Para percutir el bazo:
1. Coloque al examinado en decúbito lateral derecho. Esta posición es la
mejor, pues con ella la cámara de aire, casi siempre presente, aun con el
estómago lleno de alimento, se dispone de manera que facilita el deslinde
del extremo esplénico inferior.
2. Percuta entre las líneas axilares media y posterior, de arriba abajo y con
mucha suavidad. La percusión con la intensidad ordinaria, demasiado
enérgica, es un error cometido por la mayoría de los exploradores. Entre las
costillas VIII y IX se obtiene la matidez esplénica, la cual, como ya hemos
señalado anteriormente, corresponde a la unión del tercio superior del
órgano con sus dos tercios inferiores.
3. A partir del punto en que obtuvo la matidez esplénica, siga una línea
descendente, paralela al curso de las costillas, hasta encontrar un
timpanismo claro que sirve para delimitar su polo anteroinferior. Por la parte
anterior, la matidez esplénica no debe sobrepasar la línea axilar anterior o la
línea costoarticular (la que reúne la articulación esternoclavicular y el punto
más bajo del arco costal) y por abajo debe distar verticalmente unos 5 cm
de esta. Si la matidez del bazo mide más de 7 cm de altura en la dirección
del eje del cuerpo, en el adulto de talla media ya debe considerarse como
patológico.

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