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Figura Nº 13
Figura Nº 14
2. Homínidos. Los fósiles más antiguos en la línea evolutiva del Hombre, los
homínidos, pertenecen al género Australopithecus o "simios del sur", el primero de los
cuáles fue descubierto por Dart en 1924 en una excavación que se realizaba en un
acantilado de piedra caliza en la región del Traansval en Sudáfrica (Fig. 15). Encontró un
cráneo roto carente de mandíbula en el que se podía ver parte del cerebro. Según la
descripción de Dart se habría tratado de un niño de 6 a 7 años de edad, ya que todavía se
podía encontrar incluidos en el hueso maxilar, algunos de los dientes definitivos que aún
no habían erupcionado. Los dientes eran de características humanas aunque de mayor
tamaño. Habría sido un simio más avanzado evolutivamente de aproximadamente un
metro y medio de estatura y con una capacidad craneana de entre 450 a 500 cc.
Figura Nº 15
Figura Nº 16
3. El Género Homo.
Figura Nº 17
Figura Nº 18
En resumen, está claro que fue un Hombre y no un simio, aunque un Hombre muy
primitivo que conserva muchas características arcaicas que han perdido otros fósiles
humanos.
Figura Nº 19
Figura Nº 20
Figura Nº 21
Los restos encontrados sugieren que eran individuos corpulentos, de baja estatura
y de apariencia brutal debido a una cabeza simiesca de huesos gruesos, pronunciados
arcos superciliares, frente baja y cráneo proyectado hacia atrás (Fig 22). Su gran
capacidad craneana de 1500 cc, ocupaba preferentemente la región occipital del cráneo,
debido a lo pequeño de la región frontal. Las mandíbulas son macizas y se proyectan
hacia adelante, aunque no hay mentón ni proyección de caninos. Los grandes dientes
son de características definitivamente humanas. Se piensa que deben haber poseído
lenguaje, puesto que es muy difícil aceptar un avance cultural y social, como el que los
caracteriza, sin la creación de un medio efectivo de comunicación. Vivieron en Europa
hasta aproximadamente 30.000 años. Mostraron habilidad en el tallado de las piedras,
aunque sus modelos eran muy estereotipados y carentes de creatividad o imaginación.
No hay fundamento para atribuirles un comportamiento simbólico o de producción de
objetos simbólicos, al menos antes de que entraran en contacto con el Homo sapiens.
Aunque enterraban a sus muertos, esto se debía probablemente a una manera de evitar
el ataque de especies carroñeras: los enterramientos neardenthales carecen de objetos
rituales que testifiquen la creencia de vida después de la muerte.
Los fósiles más notables de esta especie son: los encontrados en el Monte
Carmelo, Palestina entre 1920 y 1935. En estas excavaciones se encontraron 12
esqueletos, de una forma que al parecer es intermedia entre Homo neanderthalensis y
Homo sapiens. Son un poco más altos, la cara no es tan larga, aunque tienen arcos
superciliares éstos no son tan prominentes ni continuos, frente moderadamente más
amplia, región occipital más redondeada y de proyección posterior, mentón más
proyectado, dientes con mucha variación individual. Capacidad cranena entre 1300 a
1350 cc en las hembras y de entre 1518 a 1578 cc en los machos.
Figura Nº 22
El Hombre de Cro-Magnon, Homo sapiens. La descripción de la especie del
hombre moderno se basa en restos fósiles de entre 80 a 30 mil años de antigüedad,
encontrados preferentemente en Europa, en cavernas de la región de Francia de la cuál
deriva su nombre. Habrían logrado un significativo avance cultural, el que se ha
evidenciado en los restos encontrados en las sepulturas, en que los muertos eran
sepultados junto con alimentos, flores y algunas de sus pertenencias, lo que indica la
creencia de la existencia de un lugar más allá de la muerte. En cuanto a su apariencia
física, son de mayor estatura, cráneo con una capacidad de 1400 cc, aproximadamente,
facciones más alargadas con arcos superciliares muy poco aparentes, amplia frente, nariz
pequeña y prominente, y pronunciado mentón. Mandíbulas menos desarrolladas y
dientes más pequeños (Fig. 23).
Figura Nº 23
Figura Nº 24
Existen varias teorías que explican el probable origen del Homo sapiens:
1. La primera sostiene que el Homo sapiens habría sido originado por Homo
neanderthalensis en Europa, al que habría reemplazado paulatinamente. Esta
hipótesis tiene aceptación basado en el hecho de que no se han encontrado
evidencias de enfrentamiento entre grupos de estas dos especies, ni tampoco de
convivencia entre ellas, ni de hibridación. Sin embargo, se acepta que es la menos
probable de las teorías.
2. La segunda plantea la probabilidad de que Homo sapiens haya sido originado por
algún otro ancestro y que haya entrado en Europa eliminando con posterioridad a
Homo neanderthalensis. Muchos autores respaldan esta teoría y sugieren que el
enfriamiento del continente Europeo en la Era Glacial, las poblaciones de Homo
heidelbergensis se habría dividido en dos grupos. Uno de ellos se quedó en
Europa y se adaptó a las condiciones extremas de un continente helado, y otro
grupo migró hacia Africa, lugar en que encontró condiciones ambientales
radicalmente opuestas. En Europa, el primer grupo de heildelbergensis habría
originado al Homo neanderthalensis, cuyas proporciones y características
corporales corresponden a las adaptaciones que permiten sobrevivir en un clima
extremadamente frío. Mientras que el grupo africano habría originado al Homo
sapiens. Las características de los clima de desierto permiten que surjan
caracteres adaptativos como los del H. sapiens, es decir, individuos de mayor
estatura, delgados y propician un desarrollo intelectual que permite resolver los
desafíos constantes del ambiente. Este último habría ingresado posteriormente a
Europa y contribuído a la desaparición de H. neanderthalensis. Estudios recientes
conducidos por Fernando Ramírez Rossi del Centro Nacional de Investigaciones
científicas de Paris y María Bermúdez de Castro del Museo Nacional de Ciencias
de Madrid, aportan evidencia que apoyan esta teoría, y más aún certifican que H.
neanderthalis y H. sapiens eran efectivamente especies diferentes y que, en
consecuencia, aunque habrían alcanzado a convivir no pudieron hibridizar.
Basados en el crecimiento de los dientes, observable en el esmalte de estos, que
se correlaciona con la madurez corporal, demostraron que el neandertal maduraba
más temprano (alrededor de los 15 años) que el sapiens, cuya expresión moderna
lo hace alrededor de los 20 años. La velocidad de crecimiento de los
neandertales puede deberse a una dieta rica en calorías para soportar los terribles
fríos que azotaron a europa en la época de las glaciaciones.
3. La tercera se basa en las evidencias del Monte Carmelo, en Palestina, donde en las
cavernas más antiguas se encontró fósiles muy semejantes a H. neanderthalensis y
en las cavernas de origen más reciente fósiles, de H. sapiens. De acuerdo a esto,
Homo sapiens neanderthalensis habría originado a Homo sapiens sapiens en
Palestina, y este último habría migrado a Europa, en donde habría reemplazado
paulatinamente a H. neanderthalensis.
4. Una cuarta teoría, se puede apreciar en la Fig. 25, que ofrece una de las propuestas
de árbol filogenético para la especie humana, que ilustra la enorme complejidad y
probable ramificación de la historia evolutiva del Homo sapiens en nuestro planeta,
sobre la base de los fósiles de humanos que se ha encontrado. De acuerdo a esta
figura, la historia evolutiva no ha sido una secuencia unidireccional de especies que se
reemplazaron unas a otras, sino por el contrario, se caracteriza por la presencia
simultánea de varias especies que coexistieron y que pudieron haber entrado en
contacto físico, al coincidir en el mismo hábitat. Situación que pudo ocurrir en Africa
oriental hace aproximadamente 2 millones de años atrás, en que probablemente
coincidieron Homo rudolfensis , Homo ergaster y Paranthropus boisei.