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El cerebro festivo.

No hay mayor festejo, que tener amor en nuestras vidas. No hay mayor felicidad que tener
paz en nuestros corazones (o como siempre digo: en nuestros cerebros).

Esta época aumenta los estímulos sociales, reuniones, posadas y presentes. Para la
mayoría de las personas es una época de bonitos recuerdos y de crear nuevos con
nuestras personas importantes.
Nos invita a buscar la abundancia para poder compartirla, regalar a los seres queridos
algún detalle significativo o a veces costoso. Poner bonita la casa con luces, árbol, abrir con
los niños los regalos que les trajo Santa Claus (o el niño Dios para los que somos de más al
sur), sentir el amor ahora en forma de regalos y planear los nuevos comienzos.

También es una época de reflexión, de agradecer por los días de descanso, por la familia
unida, por los amigos incondicionales, por la salud, por el trabajo, por los retos cumplidos
y los sueños por cumplir.

Así como cambia el aspecto de las decoraciones, cambia también nuestro cerebro. Las
reuniones aumentan la camaradería y la confianza entre las personas. Dar obsequios
aumenta la liberación de endorfinas y hormonas de la felicidad como la serotonina. Y
recibir regalos aumenta la satisfacción emocional. Tener y sentir el aprecio hace que nos
sintamos personas amadas, es lo más valioso en cualquier época del año.

Nos sentimos tan bien con esos días diferentes que no queremos que terminen, queremos
disfrutar, descansar, compartir más con los nuestros.

En este nuevo comienzo y en todo el año, recordemos cuidar nuestro cerebro, mantener
los hábitos en los niños, si toman medicamento, seguir dándolo a su hora, dormir en
horario adecuado y evitar excesos, para continuar con su bienestar, aunque las
festividades terminen.

La ilusión y motivación que tiene nuestro cerebro es benéfica no solo en tiempo presente,
sino en tiempo futuro también, siendo más duradera la salud cerebral y el desarrollo de
nuevas neuronas o plasticidad que sirve para salir adelante en cualquier enfermedad o
daño que llegue a afectar a nuestro cerebro.
Busquemos el festejo, pero también el amor, fomentemos la inteligencia, pero también la
sabiduría, sigamos la ciencia, pero practiquemos también la empatía.

Por salud de nuestro cerebro: ¡Da, recibe, festeja, comparte paz!

Dra. Azucena Delgado.


Neuróloga pediatra
Facebook Dra Azucena Delgado
IG draazudelgado

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