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Yaneth Mora Hernández

Universidad Nacional de Colombia

Especialización en Acción sin daño y construcción de paz

El conflicto, su complejidad y los desafíos que implica su transformación constructiva de


conflictos

I. Conflicto y complejidad

Partimos de la comprensión de que el conflicto es ese fenómeno inevitable y natural derivado de


la actividad humana, que nos obliga a desarrollar cada vez más capacidades para su análisis y
gestión, que incluyen el cambio de enfoque por el cual el conflicto es algo negativo y destructivo,
para pasar a una mirada en donde se trata de un fenómeno humano éticamente neutro con
profundas capacidades de crecimiento y transformación positiva.

Reconocer las dimensiones del conflicto y sus distintos cambios en una comunidad o en una
sociedad, ha representado un desafío que cada vez impone un mayor esfuerzo en términos de
construcción de paz. Construir paz impone primero entender y reconocer que se trata de una
tarea compleja, no lineal, que implica la capacidad de elaborar y entrelazar distintos enfoques
para luego combinarlos o fusionarlos para emprender el camino de comprensión sobre los
distintos elementos que están involucrados en el conflicto y su relación con los distintos
fenómenos causales de donde emergen.

Los estudios de paz nos han enseñado que los conflictos no son lineales y no tienen elementos
binarios y binomiales, en donde algo o alguien es lo bueno y lo opuesto es lo malo, lo claro y lo
oscuro, o que se reduce a una relación adversarial entre dos o más personas.

Lederach nos ha puesto de presente la importancia de la reflexión y análisis sobre la dinámica de


las relaciones en los conflictos, y de cómo las relaciones son fundamentales tanto para la
escalada de la violencia en un conflicto, como para ser una base fundamental de transformación
positiva y de desestructuración de los elementos que crean la violencia.
Lederach indica que la base fundamental de la imaginación moral es precisamente que las
personas sean capaces de evocar o de imaginarse a sí mismos construyendo una red de
relaciones diferentes que dé cuenta y vincule a los que se consideran contrarios o enemigos, a
partir de generar la capacidad de ver lo que podrá ser, de imaginar una realidad diferente, de
crear una nueva realidad.

II. Generación de análisis complejo y comprensión del contexto del conflicto

J.P. Lederach y E. Morin tienen en común que basan sus propuestas de comprensión y análisis
de los conflictos, en la necesidad de comprender que el conflicto es complejidad en tanto
requiere una creación profunda de conciencia de las relaciones que se conjugan y dan lugar a
espirales o escaladas de violencia, y en consecuencia la construcción de paz requiere lograr un
alto grado de conciencia sobre las relaciones (Lederach, 2016, pg.: 85).

Para Lederach es muy importante analizar los elementos base del conflicto, que son partes,
procesos y problemas y su interrelación entre ellos, y como esta dinámica va construyendo una
red que determina las lógicas de la conflictividad y los impactos a las comunidades involucradas.

Dentro del análisis de las partes Lederach destaca como los impactos del conflicto se mezclan
con las emociones que las personas experimentan, así como los roles que las mismas personas
desempeñan de manera dinámica en el conflicto.

III. Generar la capacidad de imaginar de manera creativa nuevas transformaciones al


conflicto

La transformación de conflictos es un método que busca gestionar y lograr cambios en las


relaciones que yacen tras las causas de un conflicto. Surge como una propuesta novedosa para
complementar el enfoque de resolución basado en resultados episódicos e inmediatos. Busca
analizar la profundidad de los contextos del conflicto teniendo como objetivo llegar al epicentro
para lograr cambios estructurales, sin perder de vista los efectos de los incidentes conflictivos.
Una de las principales ventajas y potencialidades de este enfoque es visualizar el conflicto como
una oportunidad de cambio, logrando mejorar la manera en que las personas se relacionan,
pasando de ciclos de violencia a escenarios de convivencia. Esto genera un poderoso motor que
transforme positivamente a la sociedad que experimenta el conflicto.

El enfoque transformador propone observar el conflicto como un todo, tratando de percibirlo y


analizarle desde sus distintas dimensiones. La inmediatista que se encarga de los efectos
visibles que responden a los daños ocasionados en las escaladas de violencia; y la estructural,
que obedece al análisis de las causas yacentes del conflicto y donde este residente.

Lederach propone entender la transformación del conflicto como un cuerpo: la cabeza responde
al análisis y comprensión del conflicto; el corazón al sentir de los flujos y reflujos de los
acontecimientos; las manos que actúan y los pies que ponen en marcha las transformaciones.
Esta corporeidad resulta ser uno de los aspectos más interesantes de la propuesta del autor.

Las funciones de cabeza y corazón resultan esenciales para comprender la finalidad a la cual
aspira la transformación del conflicto, pues para comprenderlo es fundamental sentirlo con el
corazón y analizarlo con la cabeza. Se busca romper las dualidades y ver cómo cabeza y
corazón pueden, y deben ir de la mano cuando hablamos de transformación de conflictos. Se
plantea trascender la relación dual entre resolución y transformación, para que ambos
planteamientos se complementen.

La cabeza debe perseguir la finalidad de comprender, ver y mirar el conflicto, tanto que es capaz
de cambiar los enfoques que la situación requiere para lograr un mejor aprendizaje. Este aspecto
es de gran importancia dentro del entorno del conflicto colombiano, dada su gran complejidad,
por lo extendido en el tiempo, por la relación estrecha entre política, debilidad de la democracia y
conflicto armado.

Por otro lado el corazón complementa el sistema, dado que su tarea es sentir el conflicto, hasta
lograr un mejor entendimiento de sus corrientes, de descifrar el pulso del conflicto y
transformarlo. A través de esa construcción sistémica se puede lograr un enfoque dinámico
clave. Muy seguramente un enfoque transformador del conflicto, pasado por la cabeza y el
corazón deberá tener en cuenta aspectos como la memoria de cara a lograr un verdadero
cambio que garantice que las escaladas no vuelvan a presentarse.

Un diseño corpóreo del sistema de transformación tiene la ventaja de encontrar el potencial de


lograr transformaciones basadas en la capacidad de reconocimiento, entendimiento y reparación
de los daños sucedidos, para así combinar los efectos de la transformación y la resolución, para
abordar soluciones tanto a los eventos como al epicentro del conflicto.

Lederach acierta en proponernos un enfoque transformador, sin descartar o restar valor al


criterio de resolución, lo que permite abordar las complejidades de nuestra sociedad con la
capacidad de dar soluciones prontas a los episodios, sin dejar de atender y estudiar las causas
que los provocan.

Los conflictos que se presentan en nuestros territorios, barrios, veredas, localidades y demás
implican múltiples complejidades, las cuales solo a partir de la imaginación y creatividad de
ciudadanos y ciudadanas que se piensan nuevas formas de abordarlos es posible
transformarlos.

El conflicto colombiano nos da múltiples ejemplos de esto. Los procesos de resistencia pacífica y
la utilización del arte, el patrimonio, el deporte y otras formas de construir resistencia, son
ejemplos de cómo la imaginación moral es una herramienta para la construcción de paz.

Un ejemplo muy bello nos lo muestran las cantaoras de alabaos de Bojayá. Esta practica cultural
tan arraigada en el Pacifico colombiano que no fue posible realizarlo en el contexto de la
masacre de Bojayá (2002). Luego de que los difuntos fueran enterrados a la carrera mientras el
resto de la comunidad se desplazaba, las cantaoras de alabaos de Bojayá en cada
conmemoración de la masacre le cantan a sus muertos como forma de sanación, ayudando a los
vivos a llevar el duelo. Estas mujeres a través de esta práctica cultural han hecho oír su voz de
denuncia ante la violencia de la guerra, el abandono estatal y las promesas no cumplidas. Los
alabaos se han convertido en un canto de resistencia que les ha permitido cohesionarse,
denunciar y sanar colectivamente.
La construcción de paz pasa por la resistencia, la resiliencia, la empatía y por supuesto la
imaginación y las soluciones creativas para la solución a nuestros conflictos. La violencia no
genera paz, solo genera más violencia, de allí la importancia de imaginar creativamente nuevas
formas de construir paz.

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