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Zadankai del Departamento Juvenil

La revolución humana: Brillar siendo


fieles a nosotros mismos
Hay ciertos momentos, en la etapa juvenil, en que podemos no sentirnos conformes con
nuestra manera de ser o actuar, o que nos cuesta generar vínculos sinceros con los demás.
Entonces, ¿cómo podemos pulir nuestra personalidad?”.

La práctica de entonar Nam-myoho-renge-kyo nos permite hacer nuestra revolución


humana, es decir, reorientar los aspectos negativos de nuestra vida hacia la creacion de
valor.
Cuando nosotros cambiamos, cambia nuestro entorno. Y cuando cambia nuestro entorno,
cambia el mundo. Entonces, el punto de partida de esta inmensa transformación dinámica
es la revolución humana de una sola persona. Aunque se trata de un proceso de cambio en
la vida de una persona, al mismo tiempo esa transformacion enriquece la existencia de
quienes nos rodean y repercute en nuestro entorno inmediato. Es una revolución que nos
permite crear felicidad para nosotros mismos y para los demás, y cultivar un campo fértil
para las relaciones humanas armoniosas. En el Registro de las enseñanzas transmitidas
oralmente, el Daishonin observa: «Es como cuando uno mira un espejo y hace una
reverencia: la imagen reflejada también se inclina ante uno».[1] La vida de todos está
conectada por lazos de interdependencia. Si somos valiosos, también lo son los demás.

Consolidar una personalidad genuina

La filosofía del budismo de Nichiren Daishonin plantea que tener preocupaciones y


problemas significa estar creciendo, ya que para la persona que avanza, es inevitable
encontrar obstáculos a lo largo del camino. El maestro Ikeda expresa: “Hay etapas de la
juventud en que uno se siente desalentado por sus muchas imperfecciones... Pero si tratan
de mostrar una imagen falsa para quedar bien, fingiendo algo que no son, toda su fuerza
vital se les irá en mantener las apariencias y terminarán exhaustos. Por favor, recuerden
que la personalidad es un conjunto de rasgos propios, únicos de cada persona; que todos
tengamos características distintas no determina, por sí solo, que alguien valga más que
otro. Espero que nunca olviden este punto.
Si nos detenemos a pensarlo, ¿se puede decir que alguien tiene una “buena” o una “mala”
personalidad? En la vida, hay lugar para toda clase de personas: los enérgicos, los
conversadores, los que escuchan en silencio pero atentamente, los que hablan poco, pero
dicen cosas de enorme valor... A cualquiera les cuesta hablar en público o se sienten
nerviosas cuando tienen que conversar con alguien que acaban de conocer. El desafío está
en armarse de valor para vencer ese nerviosismo.
Si uno se esfuerza con sinceridad, podrá transformar todo eso que percibe como un defecto
y convertirlo en una gran fortaleza. En especial, si dedican su vida a una meta elevada que
trascienda su propio mundo, podrán dar un uso valioso y positivo a sus virtudes personales,
siendo fiel a ustedes mismos.

1 The Recordof the Orally TransmittedTeachings(Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente), traducido por
Burton Watson, Tokio: Soka Gakkai, 2004, pág. 165.
No obstante, vivir pendientes de lo que piensan los demás puede ser una gran pérdida de
tiempo y de energía. La capacidad de comunicarnos, de responder adecuadamente a la
situación que nos rodea o al ambiente predominante es algo que se puede aprender
disfrutando, a medida que uno acumula experiencias en la vida. En la juventud, es inevitable
sentir que los otros son mejores que uno, o que las virtudes de los demás son justamente lo
que quisieran tener... Compararse con los demás no necesariamente es algo malo. Es
como sentir el deseo de superarse a sí mismo y triunfar siguiendo el ejemplo de otros
cuando se conoce a alguien admirable. Si eso los motiva a crecer y mejorar como personas,
en ese caso está bien. Pero no se desesperen ni sientan la necesidad de apresurar las
cosas. Tómense el tiempo necesario para crecer y desarrollarse a su propio ritmo. Las
cosas que se construyen de la noche a la mañana pueden desmoronarse con la misma
facilidad. La construcción requiere un esfuerzo tenaz y agotador…"

La importancia del desafío diario y persistente

El segundo presidente de la Soka Gakkai, Josei Toda nos decía a los jóvenes: “No se
menosprecien a sí mismos. Tampoco hace falta que se excedan y lleguen a cualquier
extremo con tal de cambiar su forma de ser. Si perseveran en su práctica budista, esos
rasgos de personalidad que hoy les preocupan se irán convirtiendo naturalmente en
virtudes. Vivan con convicción y sean fieles a ustedes mismos”.

Pregunta para dialogar: ¿Por qué creen que es importante vivir con convicción?

La convicción es algo que uno acumula y desarrolla a medida que avanza en la vida. Para
adquirirla, podemos empezar a desafiarnos en un pequeño aspecto personal que, incluso,
hasta podría ser algo insignificante. Por ejemplo, para el que duerme hasta tarde, empezar
a levantarse cinco minutos más temprano puede ser un gran logro. De eso se trata la
revolución humana. Por favor, tomen cada uno de esos pequeños triunfos como una fuente
de confianza en sí mismos. Desafíense en algo; no importa en qué. Puede ser mejorar la
forma de saludar a los demás, o estudiar una página más que siempre, o perseverar en la
práctica de algún deporte, por ejemplo. Y si nadie se da cuenta de sus avances, entonces
felicítense a sí mismos: “¡Qué impresionante soy!”. “¡Es increíble lo que he logrado!”.

Conclusión: Trazarnos grandes objetivos

La confianza personal se construye haciendo un esfuerzo constante y denodado. Si dan lo


mejor de sí mismos en todas las cosas, sentirán cada vez más convicción y podrán
perseverar en todas sus metas hasta hacerlas realidad. Esto, ya lo verán, fortalecerá su
sentimiento de confianza personal. La clave de este proceso es que siempre tengan fe en
ustedes mismos, pase lo que pase, y sigan desafiándose con perseverancia.

(Traducción del artículo publicado en la edición de diciembre de 2018 del Daibyakurenge,


revista mensual de estudio de la Soka Gakkai).

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