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CAUSAS DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL

Te explicamos cuáles fueron los antecedentes clave que llevaron al estallido de la Primera
Guerra Mundial y cómo se conformaron las principales alianzas.

El desarrollo de la industria bélica en las grandes potencias fue un antecedente clave de la


Gran Guerra.

El período que antecedió a la Primera Guerra Mundial, se conoce como la “Paz Armada” y se
caracteriza por la creciente tensión que hubo entre las potencias imperialistas europeas en su
competencia política, económica, ideológica y territorial. En ese contexto, los diferentes
Estados fueron conformando alianzas estratégicas con otros países y volcaron sus industrias a
la producción militar y armamentística.

Una serie de crisis internacionales llevaron a la conformación de dos grandes bandos de países
enfrentados:

La Triple Alianza, en la que se nuclearon Alemania, el Imperio Austrohúngaro e Italia.

La Triple Entente, compuesta por Francia, Gran Bretaña y Rusia.

En 1914, el asesinato del archiduque austríaco Francisco Fernando en Sarajevo desencadenó


una serie de acontecimientos que activaron las alianzas previamente conformadas y llevaron al
estallido la Primera Guerra Mundial.

PUNTOS CLAVE

La Primera Guerra Mundial fue uno de los enfrentamientos más devastadores de la historia.

La principal causa de la guerra fue la competencia entre las grandes potencias europeas, que
buscaban ejercer control e influencia por fuera de sus fronteras.

La conformación de dos bandos fue consecuencia de una serie de alianzas entre las potencias,
que se crearon para cuidar los respectivos intereses políticos, militares y económicos de los
países firmantes.

El crecimiento de las tensiones

Entre finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX, hubo tres elementos clave en el panorama
político y económico mundial que tensionaron las relaciones entre las potencias europeas:

La globalización de la economía mundial. El crecimiento económico de Estados Unidos y de


Japón significó el paso de la competencia europea por el poder político a la conformación de
una competencia mundial de grandes potencias. Dos guerras durante el transcurso del siglo
ejemplifican esta transformación: la guerra hispano-norteamericana de 1898 y la guerra ruso-
japonesa de 1905.

El desarrollo tecnológico de la Segunda Revolución Industrial. El dominio de las nuevas


tecnologías e industrias provocó una nueva correlación de fuerzas entre las potencias.
Alemania, un país cada vez más poderoso, comenzó a desafiar la hegemonía británica. Este
desafío se concretó en dos terrenos: la creciente competencia de la economía germana y el
acelerado rearme naval alemán. Por otro lado, ante el crecimiento de las tensiones, las
potencias comenzaron a dedicar cada vez más recursos a la producción militar y a la formación
de tropas.

La expansión colonial europea de fines del siglo XIX. La extensión de los imperios coloniales
exacerbó la lucha por territorios y mercados entre las potencias industriales europeas. La
competencia no solo se dio por razones económicas. A menudo cuestiones políticas,
geoestratégicas o de prestigio estuvieron detrás de los conflictos coloniales. En este contexto,
hubo dos rivalidades fundamentales a partir de las cuales se conformaron las posteriores
alianzas: la rivalidad entre Francia y Alemania, y su disputa por la región de Alsacia-Lorena; y la
rivalidad entre Rusia y el Imperio austrohúngaro por la hegemonía en los Balcanes.

La formación de las alianzas

En la segunda mitad del siglo XIX, Bismarck, el canciller de Alemania, construyó una compleja
red de tratados internacionales cuyo elemento clave era la Triple Alianza (1882) que ligaba a
Alemania con Austria-Hungría e Italia. El principal objetivo era el mantenimiento de un status
quo que se consideraba beneficioso para Alemania.

Sin embargo, hacia finales de siglo, el emperador Guillermo II (1888-1918) determinó un nuevo
rumbo en la política internacional alemana, conocido como Weltpolitik. Esta nueva actitud
implicaba una estrategia armamentística más ambiciosa y agresiva y desencadenó un proceso
de competencia y desconfianza de las demás potencias.

En consecuencia, en 1893 Francia y el Imperio ruso firmaron la Alianza franco-rusa, un acuerdo


que recogía un compromiso de ayuda militar en caso de guerra contra Alemania. En los años
siguientes, el creciente temor a la agresividad de la política alemana llevó a que Francia y el
Reino Unido dejaran su competencia colonial en un segundo plano y firmaran en 1904 un
acuerdo de apoyo mutuo llamado la Entente Cordiale.

En 1905, Rusia fue derrotada en la guerra que le enfrentó a Japón. Este fracaso hizo que Rusia
abandonara sus ambiciones en el Extremo Oriente y centrase su atención en los Balcanes, lo
que llevó inevitablemente al choque con Austria-Hungría.

Por último, animados por Francia y tras resolver sus problemas en Asia Central (Persia y
Afganistán), el Reino Unido y Rusia firmaron en 1907 el Acuerdo anglo-ruso. De esta manera,
se consolidaron las bases de la denominada Triple Entente entre Francia, Gran Bretaña y Rusia.

Las crisis previas a la Primera Guerra Mundial

En el contexto de creciente enfrentamiento entre las potencias, entre 1905 y 1914, tuvieron
lugar cuatro crisis internacionales que marcaron la evolución hacia el estallido de la Gran
Guerra:

Primera crisis marroquí (1905-1906)

Guillermo II, aprovechando una visita a Tánger, proclamó que Alemania no permitiría que
Marruecos pasara a ser dominada por una única potencia. Esta advertencia iba claramente
dirigida a Francia, cada vez más presente en el reino norteafricano. Este desafío precipitó la
convocatoria de la Conferencia de Algeciras (1906), a la que fueron convocadas todas las
potencias europeas. Alemania quedó aislada y Francia recibió el apoyo británico.
La principal consecuencia fue la consolidación de la Entente Cordiale, que aprovechó Francia
para propiciar el acercamiento entre Gran Bretaña y Rusia. La creciente agresividad germana
disipó las diferencias entre Londres y San Petersburgo. Con la firma del Acuerdo anglo-ruso en
1907, nació la Triple Entente, el pacto fundamental que unió a Francia, Gran Bretaña y Rusia.

La anexión austriaca de Bosnia-Herzegovina (1908)

Aprovechando la revolución de los Jóvenes Turcos en Turquía, Austria-Hungría anexionó


Bosnia. Alemania apoyó a su aliado y Rusia se vio forzada a ceder ante la agresión austríaca. Ni
Francia ni Gran Bretaña se mostraron dispuestas a apoyar a Rusia en un eventual conflicto.

La única buena noticia para San Petersburgo fue que, aprovechando la debilidad turca,
Bulgaria proclamó su independencia plena, y rompió los lazos que aún la unían a Turquía. Los
búlgaros, como los demás eslavos de la región, veían a Rusia como la gran potencia protectora
eslava.

El ambiente en los Balcanes se complicó aún más en un año en el que la lucha por la
hegemonía naval entre Alemania y Gran Bretaña daba una escalada.

El incidente de Agadir en Marruecos (1911)

El envío de un buque cañonero alemán a Agadir —en un claro desafío a Francia— provocó una
grave crisis que concluyó con la firma de un acuerdo franco-alemán. En este acuerdo, se
establecía que Alemania daba manos libres a Francia en Marruecos a cambio de una parte
importante del Congo francés.

Mientras la tensión internacional se agudizaba, la alianza franco-británica salió fortalecida al


apoyar el Reino Unido resueltamente al gobierno de París.

Las guerras balcánicas (1912-1913)

Dos sucesivas guerras de los Estados balcánicos, la primera contra Turquía y la segunda interna
entre ellos (Serbia y Grecia y Montenegro contra Bulgaria) concluyeron con el Tratado de
Bucarest (1913).

Las guerras balcánicas provocaron un vuelco en la situación en la zona:

Turquía quedó reducida en los Balcanes a la región en torno a Estambul.

Serbia (aliada de Rusia y defensora de los derechos de los eslavos en el imperio austro-
húngaro) se consolidó como el principal Estado de la región.

Austria-Hungría, alarmada por el fortalecimiento serbio, llegó a la conclusión de que solo una
guerra preventiva impediría que Serbia encabezara un levantamiento general de los eslavos en
el Imperio de los Habsburgo, alentado por la gran potencia eslava, Rusia.

Alemania estaba resuelta a apoyar a su aliado austro-húngaro en caso de conflicto.

Rusia estaba decidida a intervenir en el caso de que Austria-Hungría atacase a Serbia. Francia,
a su vez, era mucho más proclive a apoyar a Rusia en caso de guerra que en 1908.

El ambiente bélico se extendía en las diversas capitales europeas.


La crisis definitiva: el atentado de Sarajevo

El asesino del archiduque Francisco Fernando fue arrestado.

En este ambiente de tensión, el 28 de junio de 1914 fue asesinado el Archiduque Francisco


Fernando, sobrino del Emperador Francisco José I y heredero al trono austro-húngaro, en
Sarajevo (Bosnia).

Un activista serbobosnio, Gavrilo Princip, miembro de la organización nacionalista serbia "La


Mano Negra", fue el autor del magnicidio. Las potencias cumplieron fielmente sus alianzas. y
este atentado desencadenó una fatal serie de acontecimientos que desembocó en la guerra.

Los principales hechos que llevaron a la Gran Guerra fueron los siguientes:

1914

28 de junio. Gavrilo Princip asesina al Archiduque Francisco Fernando (heredero al trono


austro-húngaro) en Sarajevo.

23 de julio. Tras asegurarse el apoyo alemán, Austria-Hungría lanza un ultimátum a Serbia.

28 de julio. Austria-Hungría declara la guerra a Serbia.

30 de julio. Rusia inicia la movilización general.

1 de agosto. Alemania declara la guerra a Rusia. Francia inicia la movilización general.

3 de agosto. Alemania declara la guerra a Francia.

4 de agosto. Alemania invade Bélgica, lo que provoca que el Reino Unido le declare la guerra.

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