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Una antimicrobiano es una molécula de origen sintético o semi sintético que también puede

derivarse de un origen natural, ya sea de un hongo o de alguna bacteria. Son los encargados de
destruir o matar lo que son bacterias, hongos y virus. En este caso, nos vamos a enfocar a los
antimicrobianos llamados antibióticos. Algunos descubrimientos como los de Fleming en los años
20 y los de Florey y Chain en los años 40, son los antecedentes de lo que ahora conocemos
como los antibióticos. El descubrimiento de la penicilina fue un gran avance en estos
tiempos.Los antibióticos ejercen una función específica sobre la estructura del organismo. Son
un grupo heterogéneo de fármacos con diferentes farmacocinética y fármacodinamia. Debido a
su baja toxicidad pero a su función específica no son tan tóxicos contra los organismos
vivos. Los tratamientos odontológicos busca disminuir de una manera cuantitativa y cualitativa
los inóculos que agreden al microorganismo.
En este caso, lo que vamos a buscar es determinar los esquemas antibióticos adecuados para la
práctica general de la odontología. Algunas de las infecciones odontogénicas que podrían
requerir de un antibiótico para su tratamiento son pulpitis, periodontitis, pericoronitis, abscesos
periapicales agudos, absceos periapicales crónicos por mencionar algunos.
Los antibióticos de primera elección para los tratamientos de las infecciones odontogénicas son
las penicilinas. Tanto la Bepenicilina, la Amoxicilina y la Amoxicilina combinada con Ácido
Clavulánico. En el caso de los pacientes alérgicos a los betalactámicos tenemos algunas
alternativas como lo son la Clinamicina, los Macrolidos, la Azitromicina, Tetraciclina, por
mencionar algunos.
En algunos casos es recomendable la administración de Nitroimidazoles, por ejemplo, el
Metronidazol, que les puede ayudar a combatir bacterias anaerobias.
Ahora comentaremos algunas de las clasificaciones de los antibioticos. Una de ellas puede ser
por su espectro, donde pueden ser de amplio espectro o de un espectro específico.
Una clasificación muy utilizada en los antibióticos los agrupa en familias en base a su estructura
química. En este grupo podemos tener clasificaciones como son las Cefalosporinas, los
Aminoglucósidos, el Cloranfenicol, Macrólidos y Lincomicinas, Quinolonas, Penicilinas y
Tetraciclinas. Otra clasificación de los antibióticos es en base a su mecanismo de acción.
Ahora hablaremos de los antibióticos que actúan a nivel de la pared celular.
Los vamos a conocer como bactericidas. Estos actúan a nivel del péptidoglucano, en sus tres
niveles,
interactuando o afectando la rigidez de la membrana y esto derivará en la muerte del
microorganismo.
Sus principales representantes son las Cefalexinas y las Penicilinas.
Otros medicamentos como la Anfotericina B y la Polimixina, se encargan de generar un daño a
nivel de la membrana plasmática. Esto lo ocasionan generando la entrada de iones y cationes en
la membrana,
lo cual genera la destrucción celular del microorganismo. Otro mecanismo de acción es
inhibiendo la síntesis de las proteínas. En este caso tenemos ejemplos como la Tetraciclina y la
Eritromicina.
Inhibiendo la síntesis de los ácidos nucleicos tenemos medicamentos como Ciprofloxacina y el
Norfloxacina.
En este caso, la función primordial es que el RNA ayude mediante algunas enzimas a la
destrucción del ADN o que impida la transcripción de esta información.
Es por este mecanismo que estos antibióticos funcionan. Algunos medicamentos como son el
Trimetropin y las Sulfanamidas que son del Grupo de los antimetabolitos, actuan a nivel del
metabolismo de los folatos.
Esto permite que se realicen cambios por la competitividad entre los iones y así se haga el
cambio celular y se pueda hacer la acción del fármaco. Algunos medicamentos como el
Sulfactam y el Clavulanato son inhibidores de la betalactamasa, que es una enzima muy común
y presente en algunos microorganismos.
Esto genera una resistencia a algunos antibióticos como lo son las Penicilinas y las Cefalexinas.
Por tanto, en combinación con el Clavulanato y el Sulfactam, generan un sinergismo que puede
ayudar a destruir o a terminar estos microorganismos.
Y tenemos otros medicamentos antifínicos como son la Estreptomicina y la Pirazinamida.
Los antibióticos antifínicos son aquellos que por su amplio espectro pueden reconocer todos las
mutaciones que han sufrido algunas bacterias.
Por tanto, son antibióticos que reconocen el intercambio de cassettes que contienen información
genética y es por medio de este reconocimiento que ellos pueden actuar.
Algunos antibióticos actúan a nivel ribosomal. Esto quiere decir que compiten por sitios como el
30S y el 70s. Esto quiere decir que compiten con los microorganismos por la colocación o por el
alimento,
es decir, que los antibióticos al ganar ese alimento tienen una función Bacterioestática.
Algunos de ellos son la Clindamisina, las Cetraciclinas, la Gentamicina y la Lincomisina.
Efectos secundarios y contraindicaciones de los antimicrobianos usados en odontología
Una de las principales reacciones adversas en la administración de antibióticos, son las
reacciones alérgicas. Por lo tanto, es muy importante el llenado en expediente clínico para
conocer el estado de salud de nuestros pacientes. Es muy importante que cuentes con
antihistamínicos y un carro rojo para el manejo de estas urgencias.
Otras de las reacciones que te puedes encontrar son las reacciones gástricas en donde el
paciente puede presentar desde malestar estomacal, irritación o incluso diarrea.También puede
presentar vómito,
escalofríos, inflamación de la cara, urticaria o cualquier otra reacción alérgica en las
extremidades.
Algunas de las contraindicaciones que debes de tomar en cuenta antes de prescribir algún
antibiótico,
es conocer el estado de salud general de tu paciente.
Si está embarazada o durante la lactancia, si tiene alguna insuficiencia renal, alguna insuficiencia
hepática o si tiene alguna carencia vitamínica, si también es alérgico a alguno de los
componentes del medicamento o en su defecto, si tiene algún problema digestivo o alguna
infección viral. En este caso, tendrás que trabajar con los médicos para la prescripción de estos
antibióticos.

Usos terapéuticos de los antimicrobianos


Uno de los usos de los antibióticos es la terapia profiláctica. Estos tienen mucha importancia en
pacientes inmuno comprometidos o pacientes con riesgo de un endocarditis bacteriana. En este
caso, está ampliamente documentado que el uso de antibióticos pre y post procedimientos
odontológicos tienen una alta relevancia en la recuperación de nuestro paciente, ya que
prevenimos problemas que pueden ir desde un edema a un aumento del dolor o incluso la
muerte de nuestro paciente. Son varios los factores a considerar previos a la prescripción de los
antibióticos. El principal es la elaboración de un expediente clínico, el cual se integra desde la
anamnesis, la exploración, la inspección y el apoyo con algunos auxiliares del diagnóstico, como
son las radiografías, las tomografías, citologías y algunas pruebas sanguíneas. En este caso,
una vez integrado el diagnóstico, se instaura el plan de tratamiento de nuestro paciente en donde
elegiremos el mejor antibiótico para cada caso. Obviamente, algunos casos requieren de una
interconsulta con médicos especialistas que pueden ser un cardiólogo o un ginecólogo o
cualquier otra área de la medicina que así lo requiera en nuestro caso. De antemano se sabe
que el uso de antibióticos es más común en áreas de la odontología como la cirugía bucal, la
periodoncia y la endodoncia, en donde los antibióticos se vuelven un factor fundamental para la
instauración del tratamiento de nuestro paciente. Algunos de los factores a considerar son por
ejemplo patologías como diabetes o pacientes con un sistema inmune comprometido. También
debemos de tomar en cuenta características del paciente como el ser fumador, alguna obesidad,
su edad avanzada o lo que llamamos pacientes clasificación ASA 3 o 4, en donde esto
comprometería la prescripción de los antibióticos. Algunos de los factores locales para la
prescripción de algún antibiótico pueden ir desde el tipo de enfermedad periodontal, ajuste de
algunos provisionales o tratamientos previos de la odontología, el tipo de infección a tratar y
sobre todo el tipo de la línea de incisión para la apertura de algún procedimiento en la
odontología. Intervienen otros factores como son los factores quirúrgicos, en donde una técnica
aséptica pobre, la experiencia del cirujano y sobre todo los materiales que se ocupen durante el
procedimiento, tienen un gran peso en el establecer o no un esquema profiláctico previo. Algunos
autores como Carl Misch, sugieren algunos principios para la prescripción de los antibióticos. En
el principio 1, se sugiere heridas con una alta significancia para el riesgo postoperatorio de
infección. Esto se basa en la clasificación de heridas del Colegio Americano de Cirujanos. Dentro
de la clasificación de las heridas, encontramos cuatro rubros, en el rubro de número 1, es la
clase de cirugía limpia que llamamos, es una cirugía electiva, no invasiva sino una reacción
aguda inflamatoria y que no atraviesa los tractos gastrointestinales o respiratorios. La clase 2,
que es denominada limpia contaminada, en donde se hace una apertura electiva de los tractos
biliares, gastrointestinales y respiratorios. Dentro de esta clasificación entran procedimientos
como lo son extracciones, implantes dentales e injertos óseos. En la clasificación 3 denominada
contaminada, vamos a encontrar características como lo son inflamación o derrame de líquidos
gastrointestinales o biliares sobre heridas frescas. La clase 4 denominada contaminada, es en
donde ya hay una franca perforación de los tractos respiratorios, gastrointestinales o biliares.
Como tal, el uso de una terapia profiláctica antibiótica ha sido aceptada o es muy bien recibida
para la seriedad de la Clase 2, 3 y 4. Por ejemplo, la colocación de un implante entraría dentro
de la clasificación de las heridas número 2 y se ha demostrado que la prescripción de una
terapia profiláctica antibiótica, reduce hasta en un 1% la incidencia de una infección, en
comparación con un 10 o un 15%, que es el promedio de infección en este tipo de heridas. En el
Principio 2 que sugiere el doctor Misch, se habla de la correcta elección del antibiótico acorde al
procedimiento quirúrgico a realizar. Este antibiótico debe ser efectivo contra los microorganismos
más comunes que provocan las infecciones orales. En el caso de las infecciones orales, es un
hecho que puede ser de una característica mixta, en donde va a integrarse por microorganismos
de características anaerobias y aerobias y que están, por lo general, proporcionados en una
clase 2 a 1, pero que uno depende del otro para instalarse o generar la infección. También es un
hecho que el fin de la terapia profiláctica es eliminar o matar todas las bacterias. Por tanto, la
selección del antibiótico debe ser con una característica bactericida. Los antibióticos
bacterioestáticos trabajan inhibiendo el crecimiento y el desarrollo de los microorganismos. Esto
favorece a que el huésped mediante sus mecanismos de defensa los pueda eliminar o
contrarrestar. Esto no es muy bueno cuando el mecanismo de defensa del huésped se encuentre
comprometido, porque esto puede generar que aumente la proliferación de estos
microorganismos y por tanto, de la infección. Existen cuatro grandes diferencias entre un
antibiótico bacteriaestático y uno bactericida. Uno, es la menor dependencia de la resistencia del
huésped. Otro, es que el antibiótico por sí solo elimina las bacterias. Otra sería que el antibiótico
bactericida muestra resultados más a corto plazo. El cuarto sería que una mayor flexibilidad
entre los intervalos de las dosis. En el Principio 3, se debe tener una concentración tisular
adecuada del antibiótico al momento de la cirugía. El antibiótico debe de ser prescrito en una
dosis tres o cuatro veces mayor a la dosis mínima inhibitoria del antibiótico al momento del
procedimiento quirúrgico. La concentración mínima inhibitoria, es la concentración del antibiótico
suficiente para destruir una bacteria en específico. Para poder conseguir estos niveles
plasmáticos del antibiótico, se tiene que prescribir en una dosis doble una hora antes del
procedimiento quirúrgico. Los niveles sanguíneos terapéuticos son ineficientes para contrarrestar
una invasión bacteriana. Si la ingesta del antibiótico ocurre después de la invasión bacteriana, no
se consigue el objetivo terapéutico en comparación con no haber tomado un antibiótico
preoperatoriamente. En el principio 4, utilizar el antibiótico efectivo más corto. En un paciente
sano, una dosis única puede ser suficiente como terapia, pero también es justificable el uso
prolongado del antibiótico en el caso de pacientes con alto índice de riesgo de una infección. Las
complicaciones por el uso de un esquema antibiótico profiláctico pueden ser mínimas aunque
algunas de ellas pueden ser mortales. Los riesgos incluyen lesiones del tracto gastrointestinal,
resistencia de algunas colonias de bacterias o fúngicos, las interacciones medicamentosas así
como las alergias. Como fármaco de primera elección en el esquema profilactico tenemos a la
Amoxicilina. En el caso de los pacientes alérgicos a la penicilina, tenemos dos opciones una es
la Cefalexina, la cual se prescribe en el caso donde no haya existido un antecedente anafiláctico
a la penicilina y la otra opción tenemos la Clindamicina, que esa la prescribimos cuando ya
tuvimos una reacción anafiláctica a la penicilina. En el caso de los procedimientos en donde se
vea intervenido o afectado el seno nasal o incluso alguna afectación de la membrana de
schneider, nuestro primer antibiótico de elección va a se la Amoxicilina con Ácido Clavulánico. En
el caso de que ya se haya prescrito algún antibiótico con cuatro semanas de antelación, la
Levaquina va a ser nuestro antibiótico de elección. En cuanto a las infecciones postoperatorias
las cuales ocurren por lo general entre el tercero y cuarto día postoperatorio, vamos a encontrar
ciertas características clínicas, unas locales y otras sistémicas. Dentro de las locales vamos a
encontrar obviamente dolor, tumefacción, inflamación. Dentro de las sistémicas podemos
encontrar vómito, mareo o malestar general o incluso debilitamiento. Es un hecho que para que
nosotros empecemos un esquema antibiótico, nuestro antibiótico va a empezar a generar una
reacción entre el tercer y cuarto día, por lo cual, debemos de prolongar ese tratamiento tres días
más para asegurar el éxito de nuestros tratamiento. Esto quiere decir, que todos nuestros
antibióticos los vamos a prescribir por al menos siete días. Otra alternativa como esquema
profiláctico o coadyuvante en un tratamiento bucal puede ser la administración de geles o
colutorios a base de Clorhexidina al 0.12%. Este fármaco ha tenido una alta demostración de ser
el bactericida en algunos microorganismos presentes en la cavidad bucal. El uso de la
Clorhexidina ha demostrado ser un adyuvante muy positivo para el tratamiento de la enfermedad
periodontal. También se ha demostrado su eficacia en la osteítis alveolar, en la perimplantitis y
en general en la desinfección de toda la cavidad bucal. Con el alto índice de morbilidad asociado
a los procedimientos realizados en boca, uno como profesional de la salud debe de decidir los
beneficios y los riesgos en el uso extensivo de los antibióticos después del procedimiento.

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