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De Tony Ortiz
1
Para aquellos que no se atreven a amar,
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“Combatirse a sí mismo es la guerra más difícil”
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Dramatis Personae
Adam
Evan
PRÓLOGO
Un sótano. Evan y Adam iluminados por un halo de luz que se cuela por una
pequeña ventana.
A: Los sentía encima de mí. Yo estaba escondido en el armario pero los sentía
encima de mí. Tocándome. Como si todas esas cosas que le decían a ella fueran
para mí. Quise salir y defenderla. Quise quitárselos de encima pero no pude. Mamá
tirada en el piso me decía con los ojos “no salgas, haz que esto valga la pena”. E
intenté volverme, pero algo muy dentro de mí me hacía seguir mirando. Como la
penetraban una y otra vez. “Para que aprendas, lesbiana asquerosa”, “Para que
aprendas”, les oía decir una y otra vez. Pero ni ella ni yo llorábamos…
E: Adam, es suficiente.
A: En el infierno de esa habitación y sin decirnos nada le juré que no saldría de ahí.
E: Adam…
(Oscuro)
Una gran detonación. La puerta del sótano se abre estrepitosamente dando paso
a Evan y Adam, este último con la frente sangrando. Antes de cerrar la puerta se
escucha una gran muchedumbre del otro lado y detonaciones a distintas distancias.
Evan ayuda a Adam a bajar la escalera y lo sienta en una de las esquinas del sótano.
E: ¿Estás bien?
A: Algo me rozó
E: ¿Una bala?
Espera aquí.
A: ¿A dónde vas?
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Evan sale del sótano, Adam intenta levantarse del suelo en donde se había tumbado
entra de nuevo al sótano y tras cerrar la puerta se asegura de que esté bien cerrada.
A: ¿Qué es eso?
A: ¿Pero vino?
Adam moja la tela con el vino y se cubre la herida. Evan se sienta en el suelo en
A: ¿A quién le llamas?
A: ¿Evan?
E: Marie… ella estaba cerca de aquí. Necesito saber que está bien.
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Evan va a un rincón y sube a uno de los burós.
A: ¿Qué haces?
Evan se asoma por la ventana y palidece. No tarda más que unos segundos
Pausa.
A: ¿Ya empezó?
E: …
E: No lo sé…
A: Nosotros no somos…
Silencio.
7
A: ¿Acaso tú…?
E: ¡NO!
A: ¿Tú eres...?
A: Digámosles…
E: Tranquilízate, ¿Sí? Aquí sólo estamos tú y yo, no pasará nada. (Pone sus manos
II
A: ¿¡Siete!?
A: No. Algo debió pasar, Evan. Tú y yo no tendríamos por qué estar aquí…. Yo no
soy…
E: ¿Homosexual?
Silencio largo.
A: No.
Silencio.
E: Lo siento.
E: No, en serio. De haber sabido que esto pasaría justo ahora no te habría citado
aquí.
equivocarse de esta manera. Tú… estás con Marie y yo… pues… nunca he hecho
E: ¿Marie?
A: Debe haber alguna manera de que les digamos que hubo un error.
E: No la hay.
A: Debe haberla.
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E: Adam, es el partido. Los corregidores las cosas sólo porque sí.
E: ¿Saber… qué?
A: Estoy bien.
E: En serio…
E: Ok.
A: No pueden quedarse ahí afuera para siempre. Tarde o temprano tendrán que
irse.
Los muchachos escuchan gente dentro de la casa y alguien golpea la puerta del
sótano.
A: ¿Qué?
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E: Algo pasó aquí. Hace mucho. Mi abuelo lo blindó porque creía que volvería a
pasar. Todos lo tachaban de loco. Todos menos yo. Era el único a quien permitía
bajar.
E: Lo ves.
El teléfono de Evan comienza a sonar. Él baja del buró de donde se había subido y
contesta.
A: ¿Qué pasa?
E: No hay buena recepción. Marie, si me escuchas debes saber que estoy bien.
Estoy con Adam. Atrapado en el sótano de mi abuelo. Espero… que estés bien
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A: ¿Cómo quieres que me calme? Hay un grupo de locos allá afuera que se creen
E: Cálmate.
E: Pues sí. Ya te lo dije. Marie está allá afuera. Sabe que estamos aquí. Ten por
A: Y cómo sabes que no fue ella la que nos denunció. Los celos pueden llevarnos
a hacer cosas de las que nos podemos arrepentir. ¿Y si se imaginó que tú y yo…?
al partido…
A: El amor no existe, Evan. ¿Crees que puedes confiar en ella porque dice que te
ama? No puedes confiar en alguien sólo porque te dice que te ama cuando te la
coges.
Pausa.
A: ¿Qué?
Silencio largo.
A: Lo siento.
A: Nunca me habían…
E: …
A: ¿De que es homosexual? Lo aparenta muy bien… los he visto tan unidos en este
tiempo que…
E: Sí. Yo también lo tengo, pero tenemos que tranquilizarnos y aguardar a que todo
se resuelva.
Evan toma su mano. Las estrechan por varios segundos mirándose a los ojos hasta
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E: ¿A dónde vas?
A: Quiero verlo.
E: Te lo dije.
III
A: ¿Qué buscas?
A: Estás loco.
A: Murió hace tres semanas. No quedará nada. Y si encuentras algo seguro estará
podrido.
A: ¿Por la sangre?
E: Por la sangre.
A: Evan, no hay nada. Desde ayer no has hecho más que revisar caja por caja y lo
único que encontraste es ese estúpido tocadiscos y esas botellas de ron vacías. Las
A: Eran las únicas en todo el país. Tal vez se comió la última y después murió. O
tal vez murió por comerlas. Contrabando, Evan. ¿Eso te dice algo? Las manzanas
son contrabando.
crimen menor.
E: (Molesto) Está bien. Voy a sentarme aquí y voy a esperar a que muramos
lentamente. Pero ten por seguro que eso va a tardar por lo menos una semana. Eso
E: Pues eso me parece. Yo quiero que salgamos. Los dos. Vivos. ¿No te faltan
E: Marie…
A: Dame una. Dame una puta razón para buscar esas estúpidas manzanas, para
esperar a que tu amiga aparezca tras esa puerta y nos saque de este escondite.
E: (duda) Porque…
A: ¿Por qué?
E: …
A: Lo ves. Tal vez esto que está sucediendo no es más que un regalo para morir
con dignidad.
E: Yo tengo una razón para salir de aquí. Lo que no sé es si sea una razón de peso
para ti.
E: Yo… tú…
A: …
(Silencio)
E: Una vez actué mal y alguien me dio una segunda oportunidad. Si al menos no
intento salir y sobrevivir a esto todo habría sido en vano. Si no lo haces por ti, ¿no
E: ¿Nadie?
A: …
IV
Escuchamos ‘You don’t know me’ de Cindy Walker and Eddy Arnold reproducida en
E: Adam...
Evan vuelve a intentar sólo escuchar la canción, sin embargo vuelve a voltear de
vez en cuando.
A: Shhh…
Adam termina de orinar y deja una de las botellas de ron, ahora llena, en la esquina
del sótano.
E: No, no me burlo.
Silencio.
E: No. No sobre tu manera de orinar. Hablemos… de ti. Creo que… podemos ocupar
este tiempo. Este… encierro… para conocernos un poco más. ¿No crees?
A: No hay mucho que decir. Soy un hombre normal. Como todos. Vamos, Hombre,
tú me conoces.
E: Nadie es normal. Todo este tiempo y sé de ti muy poco. Sé lo que te gusta comer,
A: …
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E: Lo siento… A lo que voy es… que tú pensaste que Marie y yo… pues…
estábamos juntos.
A: Es fácil confundirse.
E: Sí… sí… pero… tú. Nunca me has hablado de tu familia. De tus… romances, por
ejemplo.
A: …
Pausa.
en problemas.
E: ¿Y tu familia?
A: Eso es algo de lo que no quisiera hablar. Por favor no… no me preguntes de eso.
E: ¿Te duele?
E: Necesitas comer.
A: No… necesito… mirar por la ventana… sólo un momento. Algo que no sean estas
paredes.
E: Te ayudo.
E: Pero…
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A: Por favor…
Adam sube al buró para asomarse por la ventana. Finge observar al exterior pero
va hacia la esquina del sótano y toma otra botella vacía y se dispone a orinar en ella
sin logarlo.
A: ¿Sí?
A: No.
E: ¿Cómo?
E: ¿Del partido?
E: Es homosexual…
A: ¿Qué?
E: ¿Qué?
E: ¡No!
E: ¡Adam!
Se escucha una detonación. Ambos miran por la ventana. La escena los aterra,
La tapa del buró se rompe y una manzana rueda hasta el centro del sótano. Del
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V
como si algo se quemara en el exterior. Adam habla en voz muy baja, apenas
audible.
A: “Para que pueda dormir tranquilo. Aquí estamos nosotros. Confíe en nosotros”
E: ¿Cómo?
A: El lema del partido. ¿No es gracioso? todo buen gobierno termina por
degradarse. ¿Sabías que no siempre fue así? Que hubo un tiempo en el que todo
parecía mejorar.
sabes. No creo poder hacerlo con una hoguera ardiendo frente a la casa.
A: Sabemos que el mundo es así. Que ellos mandan, ahora. Sabemos lo que hay
E: ¿Adam?
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A: Pero uno es curioso. Y por más que uno intente seguir las reglas en el día, ‘de
A: No, no la enciendas.
A: ¿Vendaje?
Evan se quita la camisa, la hace trizas y la moja con un poco más del vino que trajo
del exterior.
A: No lo tires.
A: ... (Sonríe)
Silencio.
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Silencio.
E: ¿Qué…?
A: …
E: …
A: Cuando era niño siempre tuve la inquietud de aprender a bailar. Y nunca pude.
E: ¿El partido?
E: ¿El partido?
E: No morirás.
A: ¿Tú qué crees que hubiera deseado hacer ese niño al crecer?
Silencio.
E: …
Silencio.
A: ¿Estás llorando?
E: ¿Importa?
Silencio.
Silencio largo.
VI
Adam duerme. Evan revisa los recortes de periódicos. Lee uno tras otro mientras
voltea a ver a Adam de vez en cuando. Se apresura a buscar algo entre ellos.
su pantalón.
E: ¿Comerás la manzana?
A: No.
E: Pero…
E: Al parecer…
A: ¿Y estas fotos?
E: Él es mi abuelo.
A: ¿Y quién es él?
E: No lo reconozco.
A: Vamos a morir.
A: Sí lo sabía. Los corregidores están allá afuera y no pasará mucho tiempo para
que entren.
E: ¿Ella?
E: ¿Qué?
Silencio.
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A: Los sentía encima de mí. Yo estaba escondido en el armario, pero los sentía
encima de mí. Tocándome. Como si todas esas cosas que le decían a ella fueran
para mí. Quise salir y defenderla. Quise quitárselos de encima pero no pude. Mamá
tirada en el piso me decía con los ojos “no salgas, haz que esto valga la pena”. E
intenté volverme, pero algo muy dentro de mí me hacía seguir mirando. Como la
penetraban una y otra vez. “Para que aprendas, lesbiana asquerosa”, “Para que
aprendas”, les oía decir una y otra vez. Pero ni ella ni yo llorábamos…
E: Adam, es suficiente.
A: En el infierno de esa habitación y sin decirnos nada le juré que no saldría de ahí.
E: Adam…
Silencio.
A: ¿Qué?
A…
A: …No.
A: Moriré.
A: …
E: ¡Por favor!
A: ¿Y tú?
A: ¿Qué haces?
A: Pero…
A: …
intenta separarse.
E: Qué pasa.
A: No está bien.
aprendido a bailar. No morirás de ninguna manera. Dijiste que no veías odio en mis
ojos.
A: No lo veo.
E: Entonces… bailemos.
Adam vuelve a tomar a Evan y comienzan a bailar por todo el sótano. El baile
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E: ¿Ves que todavía podemos lograr cosas?
Sus pasos rápidos hacen que sus cuerpos estén cada vez más cerca. Se detienen
E: ¿Qué?
A: Nada
E: Dime
E: Adam… yo…
Evan se prende de los labios de Adam por un instante. Se separan viéndose a los
Besan sus cuellos y sus labios hasta quedar completamente desnudos, derribando
todo a su paso. Adam penetra a Evan mientras por debajo de la música se escucha
el sonido del teléfono celular, pero ninguno se percata de ello. Siguen haciendo el
Oscuro
VII
E: No digas nada.
A: Pero…
Silencio.
Silencio.
E: Adam…
A: Si no decimos nada nadie debe enterarse. Dijiste que nadie puede ver por la
ventana…
E: Adam…
E: Escúchame…
E: Viviremos…
A: ¿Qué?
Silencio.
E: ¡Te amo!
Silencio largo.
E: ¿No lo ves?
A: Pero…
E: He estado intentando decírtelo desde que entramos a este lugar… desde antes
A: Pero el partido…
morir y mi respuesta es “tú”. Discúlpame. Pero no puedo seguir haciendo como que
Silencio largo.
la gente reacciona como nunca había reaccionado antes. Eso fue lo que pasó ahora.
Eso…
de crisis. Quería confesártelo antes de que este infierno estallara. Todo el mundo
sabía que estaba a punto de suceder y quise hacerlo antes. Marie estaba muy cerca
de aquí, por si aceptabas que escapáramos juntos. Porque algo decía que dirías
que sí.
A: Te equivocas.
A: …
E: ¿Realmente me equivoco?
Adam intenta asentir sin lograrlo. Comienza a llorar tan profundamente que se
E: No digas nada. Llora. Sólo escúchame bien. No debes tener miedo conmigo.
Confía en mí.
VIII
¿Ya le dijiste a Adam la verdad? ¿Le dijiste que estaba en tu lista? Si no es así
debes hacerlo antes de que los saque de ahí. También están buscándote. Te
escape. Todo el mundo sabe ahora que eres corregidor del partido, tu fotografía
está por todos lados y tu cabeza tiene precio. Aguanten sólo un poco más. Los
IX
Adam con el celular de Evan en la mano, repite una y otra vez el mensaje de Marie
sin que se escuche en el sótano. Sobre las escaleras descansa Evan que despierta
a la tercera repetición.
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E: ¿Qué haces con eso?
A: Marie.
E: ¿Contestó?
descompone.
E: Adam…
Silencio.
E: Déjame explicarlo…
A: No hay nada que explicar, Evan. Fue una trampa. Te aprovechaste de que
trabajo. (Pausa) Desde el primer día lo único que intentaste fue… corregirme.
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A: Me dijiste que no debía tener miedo contigo. Me dijiste que confiara en ti y lo
hice. Sacaste lo peor de mí como lo has de haber hecho con tantos otros.
E: No… Adam…
A: Voy a terminar justo como mi madre. Por estúpido, voy a terminar justo como
ella. Pero tú eres tan culpable como yo. (Sube la voz) que conste en el acta que
E: ¡Adam!
A: ¿Qué? ¿Qué vas a decirme, ahora? ¿Me dirás qué fue lo de anoche? ¿Una
prueba? ¿La prueba fehaciente de que fui débil y cedí? No había necesidad. No
había necesidad de esta artimaña para concretar tu misión. No había nada que
pagó por sus errores. Me siento estúpido, tan estúpido como cuando entré al café y
te vi por primera vez. ¿Por eso quisiste bailar cuando los corregidores salieron en
A: …
E: Antes… al principio.
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Silencio.
E: Tenía que hacer mi trabajo. Tenía que ayudar a preservar el Estado de derecho
y los homosexuales están… estamos fuera de él. (Pausa) ¿Sabes por qué me volví
corregidor?
A: No me interesa…
horrorizado.
A: No menciones a mi madre.
a Marie de que acostarse con mujeres la llevarían a la muerte, y aun siendo como
mi hermana pensé en delatarla, pero mi padre me enseñó que todos merecen una
fue una mirada común. Y es que uno se da cuenta cuando te encuentras con alguien
que cambiará tu vida para siempre. Me enganché. Nos enganchamos. E hiciste que
todo eso que pensaba superado lo olvidara en un segundo. Sabía que había algo
mal en ti, sabía que esa mirada que me diste esa primera tarde la había visto antes
pero no recordaba que había sido en mis propios ojos y pensé en darte una segunda
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oportunidad, pero al rozar mi brazo con el tuyo al acercarme a hablarte mi segunda
y no lo logré. Me recriminé el hecho de estar pensando en otro hombre sin que diera
algún resultado. ¿Crees que mi decisión fue fácil? ¿De verdad piensas que no la
pasé realmente mal en esas noches en que imaginaba tu cuerpo desnudo sobre el
mío? Y el partido perdió forma porque tus ojos me recordaban lo que era volver a
sentir de verdad, tus ojos me recordaron esas ideas pre-partidistas de que uno no
Pensé en irme, pensé en brindar mi servicio al partido en otro lado en donde tus
oportunidad no era la que me había dado mi padre sino la que debía darme yo, de
para mí no hay marcha atrás. Que es la última oportunidad. Quiero ser tu corregidor,
sí, quiero obsequiarte esta segunda oportunidad y que sea nuestra. Tus ojos me
dicen que es posible y tu cuerpo me lo dijo también. Quiero ser la Marie que te
recuerde que si uno no se siente bien entonces algo no anda bien del todo. Déjame
ser tu Marie, déjame darte una segunda oportunidad, pero no como la que me dio
E: Mírame a los ojos y dime que no sientes absolutamente nada por mí, Adam
A: …
Evan lo toma por los hombros y Adam lo aparta estampando su puño en la mejilla.
Evan responde el golpe con un beso en los labios al cual Adam se resiste en un
principio pero termina cediendo. El beso no dura mucho. Se separan. Evan y Adam
se quedan viendo a los ojos en un silencio sepulcral, hasta que Adam rompe la
mirada y se dirige a la puerta del sótano, la abre y le lanza un último vistazo a Evan.
Sale del sótano. Adam cierra de un portazo y Evan se queda de pie mirando hacia
la puerta. Sabe que todo terminó. Se dirige a la puerta del sótano y la abre de par
en par, acto seguido toma en sus manos la botella de vino mientras escucha entrar
gente a la casa, Evan sabe que entrarán en cualquier momento. Coloca de nuevo
la aguja en el disco de acetatos escuchándose ‘You don’t know me’ de Cindy Walker
Evan bebe de un solo trago el vino que queda en la botella. Se queda esperando de
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