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Curso de postgrado: Procesos de regulación emocional.

Javier Domínguez

Evaluación artículo:
Ochsner, K. N. y Gross, J. J. (2007). The Neural Architecture of Emotion Regulation.
En J. J. Gross (Ed.), Handbook of emotion regulation (pp. 87–109). The Guilford Press.
En este capítulo se estudia la regulación emocional (RE) a través de estudios que utilizan técnicas de
neuroimagen. 5 grandes temas: 1. Modelos de las bases cerebrales de la emoción (E) y la RE. En los
inicios de la investigación de la E con animales se utilizaba un enfoque bottom-up (B-U) siendo la E una
respuesta a estímulos con propiedades intrínsecas o aprendidas. Cuando comenzó la investigación con
humanos y con técnicas de neuroimagen, se hizo evidente que se necesitaba algo más, explicado por el
enfoque top-down (T-D), que describe la E como el producto de un procesamiento cognitivo que interpreta
el significado de los estímulos en su contexto de metas, deseos y necesidades y confiando en procesos
cognitivos superiores como la atención selectiva, la memoria de trabajo, el lenguaje y la memoria a largo
plazo. Para integrar ambos enfoques los autores proponen el inicio del Modelo de Control Cognitivo de las
Emociones. Propone que la generación y RE implica la interacción de sistemas de evaluación,
subcorticales como la amígdala y ganglios basales, que codifica las propiedades afectivas de los
estímulos B-U, con sistemas de control, como la corteza prefrontal (CPF) y cingulada, a través de un
enfoque T-D. Este modelo consta de 5 principios, postulando que las emociones pueden generarse y
regularse mediante procesos B-U y T-D, y que ambos no son excluyentes, sino posiblemente los
extremos de un continuo. Que las respuestas emocionales se definen por su valencia, grado de
intensidad y potencial para iniciar cambios en múltiples sistemas de respuesta y que la RE se da cuando
el proceso controlado dirigido a un objetivo altera la RE, siendo importante comprender qué tipo de
respuesta se está cambiando y de qué manera lo hace. Y que las estrategias de RE difieren en los
diferentes procesos de control empleados. A través de este modelo, se analizan los dos tipos de control
de las E más comunes, el despliegue atencional y el cambio cognitivo. 2. Despliegue atencional. La
mayoría de los estudios tienen la hipótesis de que la atención no debería afectar a la amígdala, indicaría
que el procesamiento es automático. Se ha investigado a través de dos formas: 2a. Atención selectiva:
no es concluyente si prestar atención y emitir juicios sobre las características del estímulo emocional tiene
o no un impacto en la respuesta de la amígdala. Diferentes problemas metodológicos, se ha investigado
sobre todo con emociones con valencia negativa. 2b. Distracción atencional: resultados más
consistentes sobre que las respuestas en los sistemas de evaluación pueden disminuir cuando las
personas dedican atención a realizar una tarea cognitiva concurrente que desvía la atención del
procesamiento de un estímulo objetivo primario. Se ha estudiado sobre todo en respuesta a estimulación
dolorosa. En general los resultados no son concluyentes, trabajos futuros precisan el uso de estímulos
emocionalmente evocadores. 3. Cambio cognitivo. Según este modelo el cambio cognitivo debería
depender de los sistemas de control T-D para modular la actividad B-U en sistemas de evaluación
emocional. Se estudian la Generación controlada, inicio de una respuesta emocional en ausencia de
señales afectivas, y la Regulación controlada, utilización de procesos cognitivos superiores para
cambiar una respuesta desencadenada por un estímulo con propiedades emocionales innatas o
adquiridas. Se puede hablar de REEVALUACIÓN, reformulando cognitivamente el significado de un
evento aversivo en términos más positivos, o de CAMBIOS EN EL VALOR EMOCIONAL de un estímulo
empleando técnicas de condicionamiento clásicas e instrumentales. Resultados más consistentes,
indicando que las regiones de la CPF lateral y medial, sí como el cingulado anterior, se activan cuando se
generan o regulan las respuestas T-D, y que el control T-D puede modular la actividad en una serie de
sistemas de evaluación, incluida la amígdala, la corteza mediocingulada y la ínsula. Además, utilizan
estímulos fuertemente evocadores de emociones. 4. Arquitectura funcional para el control cognitivo
de la emoción. Existen dos sistemas de evaluación T-D: uno basado en descripciones (DBAS) para
generar descripciones mentales de los estados emocionales y las propiedades y asociaciones
emocionales de un estímulo. Consta de sistemas prefrontal medial y lateral. Otro basado en
consecuencias (OBAS) para aprender asociaciones entre resultados emocionales y las elecciones o
percepciones que predicen su ocurrencia. Consta de regiones prefrontales orbitales y ventrales.
Trabajando juntos DBAS y OBAS permiten ejercer varios tipos de control sobre nuestras respuestas
emocionales. Luego existen dos sistemas de procesamiento B-U: uno perceptual y otro afectivo en las
regiones corticales y subcorticales posteriores. 5. Implicaciones para futuras investigaciones: 5a.
Desarrollo: los cambios evolutivos en las E y la RE a lo largo de la vida se pueden analizar según la
fuerza de los impulsos E de B-U y la capacidad T-D para controlarlos. 5b. Diferencias individuales: tanto
en la fuerza del procesamiento B-U como en la capacidad T-D para controlarlo. y 5c. Psicopatología:
una incorrecta RE es la base de más de la mitad de los trastornos descritos en DSM-IV. Se observa
hiperactivación de la amígdala e hipoactivación de la CPF izquierda en personas deprimidas, observando
lo opuesto en personas con una buena reevaluación cognitiva. Conclusiones: continuar en esta línea de
investigación a través de la neuroimagen refinando los métodos experimentales.

Profesor: JAVIER DOMÍNGUEZ SÁNCHEZ Curso 2023-2024

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