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Tratamiento de las complicaciones


de la colecistectomía
L. Chiche, C. Letoublon

La colecistectomía es una intervención frecuente y su postoperatorio suele ser sencillo. Sin


embargo, pueden producirse varias complicaciones. Las principales, por su frecuencia y
su posible gravedad, son las lesiones iatrogénicas de las vías biliares. Para comprender y
evitar mejor estas complicaciones, se deben conocer los factores de riesgo, relacionados
con el paciente (obesidad, hepatopatías, colecistitis) o con el tipo de intervención (acceso
laparoscópico). El respeto de unas reglas técnicas sencillas durante la colecistectomía,
con realización de una colangiografía quirúrgica, permite minimizar el riesgo biliar.
Desde la aparición de la laparoscopia, la frecuencia de las lesiones biliares es más elevada
que con la laparotomía (0,4%). El diagnóstico quirúrgico de una lesión biliar suele
requerir una conversión. La lesión puede repararse en la misma intervención, teniendo en
cuenta que si las condiciones son desfavorables, es preferible colocar un drenaje y
trasladar al paciente a un centro con experiencia. En la mayoría de las ocasiones, la
complicación se manifiesta en los días posteriores a la colecistectomía: fuga biliar
(colección, fístula biliar, coleperitoneo), obstrucción biliar. También puede ponerse de
manifiesto varios meses e incluso años después de la colecistectomía (estenosis, litiasis
intrahepática). Las herramientas terapéuticas son quirúrgicas (reparación biliar),
radiológicas (drenaje) o endoscópicas (prótesis), con la posibilidad de asociar estas
modalidades. La elección del tratamiento depende de la presentación clínica y de la
naturaleza de la lesión (nivel anatómico, pérdida de sustancia, estenosis, lesión arterial
asociada que se debe explorar mediante angiotomografía computarizada (angio-TC),
resonancia magnética (RM) biliar o endoscopia. Un tratamiento rápido y adecuado, una
información precisa y sincera, así como poder recurrir con facilidad a los centros con
experiencia mejora el pronóstico del paciente y minimiza los riesgos de demandas contra
el cirujano. Las otras complicaciones de la colecistectomía (accidentes laparoscópicos,
cálculos perdidos, hemorragias) son infrecuentes y suelen requerir cirugía.
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Palabras Clave: Colecistectomía laparoscópica; Lesión de las vías biliares; Endoscopia biliar;
Anastomosis biliodigestiva; Reparación biliar; Resonancia magnética biliar

Plan ■ Introducción
¶ Introducción 1 La colecistectomía se describió por primera vez en
1882 y, en la actualidad, es la intervención más fre-
¶ Complicaciones biliares 2
cuente que se realiza en cirugía digestiva. Por otra parte,
Mecanismo de las lesiones biliares 2
la cirugía biliar ha progresado alrededor de esta inter-
Tratamiento preventivo de las lesiones biliares 5 vención básica y del tratamiento de sus complicaciones:
Diagnóstico de la lesión biliar 6 Kehr describió en 1899 una reparación biliar de una
Evaluación de la lesión biliar 6 lesión intraoperatoria mediante un tubo de látex,
Tratamiento de las lesiones biliares 7 Mirizzi utilizó la colangiografía intraoperatoria en 1932,
¶ Otras complicaciones 16 mientras que Hepp y Couinaud describieron, en 1956,
Complicaciones parietales 16 el tratamiento de una estenosis biliar por descenso de la
Complicaciones hemorrágicas 17 placa hiliar y anastomosis hepaticoyeyunal ascendiendo
Complicaciones relacionadas con la laparoscopia 18 sobre la rama izquierda.
En 1981, la Association Française de Chirurgie
¶ Conclusión 19
(AFC) [1] publicó un trabajo destacable y que mantiene
su vigencia, escrito por Bismuth y Lazorthes. En él se

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describen los traumatismos quirúrgicos del conducto • una mala identificación de los elementos biliares,
colédoco. Por tanto, la colecistectomía es una técnica sobre todo con una confusión entre los conductos
estandarizada; sus complicaciones son relativamente cístico y colédoco o con un conducto derecho de
infrecuentes y su número está en retroceso, aunque se mayor calibre (que es el mecanismo más
conocen con detalle y su tratamiento está bien frecuente) [3-5];
sistematizado. • una actitud inadecuada ante un accidente intraopera-
Después, al final de la década de 1980, se asistió a torio y/o la utilización de una herramienta potencial-
una auténtica revolución, gracias a la aparición de la mente peligrosa (coagulación, clip, cánula de
colecistectomía laparoscópica. Con la difusión de esta colangiografía) que causan «daños colaterales» a nivel
técnica, el número de colecistectomías ha aumentado, el del conducto colédoco.
postoperatorio es más sencillo, pero también se ha
asistido a la aparición de nuevas complicaciones y, sobre Factores de riesgo de las lesiones biliares
todo, al aumento de las lesiones biliares, cuya presenta-
Factores anatómicos
ción y gravedad parecen ser distintas. Estas complica-
ciones hacen que se hable de un «desastre médico y Existen numerosas variaciones anatómicas de las vías
económico» [2]. El tratamiento de las complicaciones biliares y de la vascularización. Algunas son especial-
biliares se ha modificado, sobre todo gracias a los mente propensas a originar lesiones de las vías biliares
progresos de la endoscopia biliar y de la radiología (Fig. 1):
intervencionista. • existencia de conductos biliares aberrantes que dre-
Teniendo en cuenta su frecuencia, su gravedad y la nan directamente en la vesícula;
complejidad de su tratamiento, los traumatismos biliares • conducto cístico muy corto;
se describirán por separado en primer lugar, tras lo que • implantación del conducto cístico en el conducto
se describen las «otras» complicaciones, algunas de las hepático derecho (Fig. 2);
cuales son específicas del acceso laparoscópico y otras • existencia de un conducto posterior de implantación
son más generales. baja (convergencia escalonada).
Además, un conducto supravesicular puede estar muy
cerca del plano de disección en el lecho vesicular: este
■ Complicaciones biliares resto embrionario no drena ningún territorio específico,
pero está conectado al árbol biliar (Fig. 3).
En Francia, por ejemplo, según los últimos datos
disponibles del Programme de Médicalisation des Systè- Factores relacionados con el paciente
mes d’Information (PMSI), se realizan alrededor de
La obesidad mórbida, debido a la dificultad de la
100.000 colecistectomías anuales, con un 85% por vía
exposición y al entorno adiposo del pedículo, hace que
laparoscópica. En Estados Unidos esta cifra es cinco
la identificación de los elementos sea más difícil y en
veces superior. En la actualidad, la tasa de complicacio-
algunas series correlaciona con un aumento del riesgo
nes biliares se estima en alrededor del 0,3-0,5%, lo que
iatrogénico.
representa casi 4.000 pacientes que requieren trata-
Otros factores, como los antecedentes quirúrgicos o
miento cada año. Para ello, es indispensable compren-
las hepatopatías (cirrosis o esteatosis) también parecen
der la causa de las lesiones biliares, así como el método
ser factores que predisponen a las complicaciones de la
de realizar su diagnóstico y estudio.
colecistectomía, como las lesiones biliares, por la
modificación de las referencias anatómicas habituales.
Mecanismo de las lesiones biliares
La complicación biliar puede deberse a distintos Factores relacionados con la enfermedad vesicular
problemas de gravedad variable: La colecistitis aguda modifica la anatomía local:
• una mala hermeticidad del conducto cístico por adherencias, engrosamiento tisular, inflamación, necro-
defecto de ligadura o por necrosis de este último; sis de la pared biliar que impide la identificación del
• un desconocimiento de un conducto biliar «acceso- conducto cístico o lo vuelve muy frágil, pediculitis e
rio» del lecho vesicular; incluso fístula biliar [6].

Figura 1. Variaciones anatómicas de las vías biliares extrahepáticas: deslizamientos y conductos cistohepáticos (Champetier).
A. Vías biliares extrahepáticas durante su desarrollo embrionario.
B. Variaciones por deslizamiento. 1 a 4. Deslizamientos del conducto lateral derecho, 5. deslizamiento del conducto hepático derecho;
4 y 5 constituyen un conducto cistohepático.

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Figura 2. Conducto cistohepático (A, B): si no se identifica la Figura 3. Conducto supravesicular (A, B): resto embrionario
existencia de un conducto por encima del conducto cístico y si la que discurre por el lecho vesicular, de modo que puede lesio-
colangiografía intraoperatoria no permite reconstruir un mapa narse durante la colecistectomía propiamente dicha.
de las vías biliares, esta variación anatómica conlleva un riesgo de
confundir este conducto con el conducto cístico (flecha).

disminuido en las series publicadas después de 1998,


La colecistitis crónica, o más exactamente la vesícula aunque ha permanecido muy por encima de la de la vía
escleroatrófica también es una situación en la que las abierta: 0,4% como promedio, con extremos del 0,1-
relaciones están modificadas y en la que la identifica- 0,9%. En los registros que ofrecen de forma metodoló-
ción de los elementos biliares es más difícil. gica las cifras menos sesgadas, esta tasa como mínimo se
ha duplicado con la colecistectomía laparoscópica [7-35]
Factores relativos a la técnica (Cuadros I y II). A continuación se explican los motivos
Vía laparoscópica. Esta vía de acceso es por sí misma de ello.
un factor de riesgo de lesión biliar. Esto se demuestra Durante mucho tiempo, la responsabilidad de este
por el aumento de frecuencia de las lesiones desde la incremento iatrogénico se ha atribuido a la curva de
aparición de la laparoscopia. La tasa de lesiones de las aprendizaje de esta nueva técnica. La laparoscópica
vías biliares en cirugía abierta era del 0,15% a principios conlleva una nueva visión bidimensional, un ángulo de
de la década de 1980 [1] . En las primeras series de visión diferente (tangencial), la utilización de instru-
colecistectomías laparoscópicas se notificó un 0,5-1% de mental nuevo y la ausencia del tacto. Debido a todo
lesiones iatrogénicas y después parece que esta tasa ha ello, varios autores han descrito dicha implicación:

Cuadro I.
Frecuencia de las lesiones biliares: series publicadas antes del año 2000.
Autores País Años n Tasa de lesiones biliares
Scott [7] Estados Unidos 1992 12.397 0,8%
Suc [8] Francia 1992 3.606 0,7%
Litwin [9] Canadá 1992 2.201 0,1%
Deziel [10] Estados Unidos 1993 77.604 0,6%
Schlemp [11] Suiza 1994 3.722 0,6%
Morgenstern [12] Estados Unidos 1995 2.427 0,54%
Richardson [13] Gran Bretaña 1996 5.913 0,6%
Russell [14] Estados Unidos 1996 15.221 0,2%
Adamsen [15] Dinamarca 1997 7.654 0,7%
Ihasz [16] Hungría 1997 13.883 0,6%
Gigot [17] Bélgica 1997 9.959 0,5%
Targarona [18] España 1998 1.630 1%
Vecchio [19] Estados Unidos 1998 114.005 0,5%

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Cuadro II.
Frecuencia de las lesiones biliares: series publicadas después del año 2000.
Autores País Tipo Años n Tasa de lesiones biliares
Calvete [20] España Unicéntrico 2000 784 1,4%
Krähenbühl [21] Suiza 84 centros 2001 12.111 0,3%
Csendes [22] Chile 29 centros 2001 25.007 0,29%
Kaushik [23] India Unicéntrico 2002 1.233 0,65%
Flum [24] Estados Unidos Medicare 2003 15.070.361 0,5%
Savassi [25] Brasil 170 centros 2003 91.232 0,18%
Sarli [26] Italia Unicéntrico 2005 2.538 0,16%
Diamantis [27] Grecia Unicéntrico 2005 2.079 0,62%
Nuzzo [3] Italia 184 centros 2005 56.591 0,42%
Debru [28] Australia Unicéntrico 2005 3.145 0,16%
Waage [29] Suecia Registro 2006 152.776 0,4%
Giger [30] Suiza 114 centros 2006 22.953 0,3%
Karvonen [31] Turquía Multicéntrico 2007 3.726 0,86%
Machi [32] Hawai 5 centros 2008 1.352 0,2%
Georgiades [33] Grecia Unicéntrico 2008 2.184 0,69%
Veen [34] Holanda Registro 2008 1.254 1%
Tantia [35] India Unicéntrico 2008 13.305 0,39%

Moore et al [36], en una serie de más de 8.000 laparos-


Material
copias, muestran que el 90% de las lesiones las produ-
Ayudante
cen cirujanos que han realizado menos de quirúrgico
30 laparoscopias; Gigot et al [17] han demostrado, Aprendizaje
después de analizar el registro belga, que el riesgo de Comportamiento
lesión biliar disminuía con la experiencia del cirujano: del cirujano
el riesgo de lesión, que era del 1,7% en la primera
laparoscopia, descendía al 0,57% en la quincuagésima.
Sin embargo, esta curva de aprendizaje no puede ser en Cirujano
la actualidad una explicación suficiente, porque desde
hace mucho tiempo se ha atenuado, al cabo de 20 años
de experiencia y de estandarización.
Se debe admitir también que la laparoscopia no es
sólo una vía de acceso y que conlleva aspectos específi-
cos complejos, lo que ha llevado a algunos autores a Fatiga Preocupaciones
desarrollar teorías nuevas para explicar la frecuencia de personale
las lesiones biliares. El cirujano ahora depende de Presión
nuevos factores, como la calidad de la imagen de vídeo, de los horarios
el rendimiento de instrumentos específicos y debe
Figura 4. Cascada de acontecimientos que pueden provocar
adquirir reflejos especiales, sobre todo en caso de
una lesión de las vías biliares, según Hugh, basado en una idea de
hemorragia que, aunque sea mínima, oculta con rapidez
Reason (Reason J. Human error: models and management. Br
el campo quirúrgico y parece menos fácil de solucionar.
Med J 2000;320:768-70): las lonchas del queso de gruyere son
Hugh [37] ha analizado los mecanismos de las lesiones
defensas contra la complicación (material, ayudante quirúrgico,
biliares laparoscópicas y ha propuesto realizar un
aprendizaje, comportamiento del cirujano), pero el cirujano es el
paralelismo con las circunstancias de las catástrofes
último bastión cuando el azar hace que fallen los distintos
aéreas, demostrando el aspecto multifactorial de los
elementos de seguridad (los orificios de las lonchas de gruyere se
accidentes: un cúmulo de desafortunadas circunstancias encuentran alineados entre sí). No obstante, puede verse alte-
hace que se eviten las medidas de seguridad sucesivas rado por la fatiga, las preocupaciones personales y la presión de
que «protegen» de la catástrofe (Fig. 4). Way [38],a su los horarios.
vez, insiste en el fenómeno de la hipótesis falsa: el
cirujano cree reconocer un «paisaje» anatómico y emite
una hipótesis falsa («este conducto es el conducto Papel de la colangiografía intraoperatoria. Muchos
cístico»). El triángulo de Kanisza ilustra a la perfección autores admiten que la colangiografía sistemática,
esta trampa (Fig. 5). A partir de este instante, las aunque no permite suprimir por completo el riesgo de
informaciones que parecen corroborar esta hipótesis se aparición de lesiones biliares, las evita en gran medida
aceptan y las que la ponen en duda se rechazan, lo que y contribuye a demás a un diagnóstico y un tratamiento
lleva al cirujano a un camino que se dirige hacia la más precoces, sobre todo para las lesiones mínimas.
lesión. Dado que la laparoscopia se basa en la imagen y Desde 1996, Carroll et al defienden este punto de vista
no en la realidad (imagen que, en laparotomía, puede a partir de una serie retrospectiva de 3.242 casos [39].
corregirse mediante la palpación), por lo que el cirujano Flum ha demostrado la relevancia de la colangiografía
laparoscópico está a la merced de estos procedimientos intraoperatoria sistemática en la prevención de las
heurísticos inconscientes. Si a ello se añaden los factores lesiones de las vías biliares:
adicionales que dependen del material (columna de • en una serie retrospectiva de 30.630 colecistectomías,
vídeo empañada, pinza deficiente, coagulación que la aparición de una lesión grave de la vía biliar era de
contacta con un clip), del entorno humano (ayudante 3,3/1.000 sin colangiografía, frente a 2/1.000 con ella.
quirúrgico encargado de la cámara poco competente) y Este efecto es más beneficioso cuando el cirujano
del propio cirujano (desconcentración, preocupaciones, tiene poca experiencia (menos de 20 colecistecto-
fatiga, retraso, etc.), se ve que la lesión está cerca. mías) [40];

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Reglas de orden técnico


Regla 1: respetar de forma rigurosa el manual
quirúrgico
• No se debe comenzar hasta que no se tenga una
buena exposición (añadir en ocasiones un instru-
mento para elevar el segmento IV o para separar un
lóbulo izquierdo voluminoso).
• Evitar las tracciones laterales excesivas de la vesícula,
que «tiran» de la vía biliar. Hay que preferir tracciones
suaves a 45° y la verticalización del pedículo.
• Comenzar la disección lo más cerca posible del cuello
de la vesícula y hay que empezar por liberarla a nivel
posterior para despejar este cuello, lo que permite
abrir el triángulo de Calot hacia delante para acceder
a él de forma secundaria. Esta disección del triángulo
[38]:
de Calot con identificación de la arteria y el conducto
Figura 5. Triángulo de Kanisza, según Way el triángulo císticos es la piedra angular de la intervención.
blanco es una creación virtual. • Nunca se debe seccionar o coagular un elemento
antes de identificarlo. En especial, hay que desconfiar
de la colocación de clips «a voleo» en caso de proble-
mas hemorrágicos. Aparte de esta complicación y de
• en otro estudio retrospectivo realizado con
forma más general, pueden plantearse varias estrate-
1.570.361 colecistectomías, la colangiografía intrao-
gias: algunos autores recomiendan identificar de
peratoria reducía de forma significativa la aparición
forma sistemática el conducto colédoco de forma
de lesiones [24].
visual, mientras que otros recomiendan mantenerse
La ausencia de realización de una colangiografía alejados de la región del pedículo. Es cierto que, en
intraoperatoria sistemática durante una colecistectomía ocasiones, en los casos sencillos y en los pacientes
constituye un factor de riesgo [41, 42]. delgados, el conducto colédoco se visualiza con
En resumen, aunque la experiencia del cirujano es facilidad en el borde derecho del pedículo, pero en la
relevante, no es suficiente para evitar una catástrofe. mayoría de las ocasiones, no es evidente e intentar
Las variaciones anatómicas son infrecuentes y, verlo puede dar lugar a disecciones peligrosas. Ade-
finalmente, se ha demostrado que la mayoría de las más, si el conducto tiene una localización posterior y
lesiones se producen en condiciones de «colecistecto- una implantación baja, visualizar el conducto colé-
mía clásica» por una litiasis simple. Por tanto, debe doco es falsamente tranquilizador. Por tanto, los
admitirse que ningún cirujano está a salvo y que la autores de este artículo prefieren mantenerse alejados
complicación puede producirse en cualquier del pedículo y realizar una colangiografía sistemática
momento. mediante canulación del conducto cístico lo más
cerca posible de su cuello. Esta colangiografía:
C debe realizarse antes de la hemostasia de la arteria,
Tratamiento preventivo de las lesiones al principio del procedimiento con un catéter
biliares atraumático y, en ocasiones, después de haber
La lesión biliar es una complicación grave para el dilatado con suavidad el conducto cístico;
paciente y para el cirujano. El impacto económico C nunca debe realizarse a la fuerza y hay que aban-
también es considerable. Hay que añadir que alrededor donar el procedimiento si el conducto cístico no se
del 60% de las demandas en las que están implicadas las puede cateterizar; se pueden causar lesiones
intervenciones por laparoscopia incumben a las lesiones durante una colangiografía forzada;
biliares, lo que pone de relieve la relevancia de las C debe constar de un estudio completo con contraste
medidas preventivas. del árbol biliar, lo que requiere en ocasiones
De forma esquemática, se pueden enumerar tres maniobras de Trendelenburg y rotaciones del
reglas básicas generales y tres reglas de tipo técnico. paciente e incluso una compresión suave del pedí-
culo con la mano mediante una vía abierta o con
Reglas básicas un palpador en laparoscopia: se debe visualizar la
zona inferior del colédoco, el conducto hepático
• Regla 1: se debe recordar que ningún cirujano, con común y verificar el carácter completo del árbol
independencia de su experiencia, está a salvo,
biliar (insistiendo en el reconocimiento de un
por lo que en cualquier colecistectomía hay que
conducto posterior derecho, cuya implicación es
pensar en las complicaciones y mantener la con-
centración. mayoritaria en las lesiones biliares graves).
• Regla 2: hay que recordar que, al igual que en cual- • Después de la colangiografía, el conducto cístico se
quier intervención quirúrgica, la experiencia es liga con clips o con una sutura de forma hermética:
relevante y que la laparoscopia en especial requiere si dicho conducto es corto, es preferible una ligadura
un aprendizaje específico. La relevancia de los progra- precisa y después la arteria se individualiza con
mas de aprendizaje ha sido subrayada por muchos cuidado, desconfiando de ella si su calibre parece
autores y los estudios han demostrado el beneficio de excesivo (hay que verificar que no sea una rama
la utilización de simuladores en su docencia. Las derecha de la arteria hepática).
primeras colecistectomías deben realizarse con un • Por último, se diseca la vesícula de atrás hacia delante
máximo de prudencia y precauciones, con ayuda de y lo más cerca posible de ella. El lecho vesicular y el
un médico más experto. campo quirúrgico se inspeccionan a continuación con
• Regla 3: en las laparoscopias, el material debe verifi- cuidado en busca de bilis.
carse y se debe exigir que la columna de vídeo pro-
porcione una calidad de imagen excelente, preferir la Regla 2: adaptarse a las condiciones locales
coagulación bipolar y asegurarse del buen estado de Esto es necesario, sobre todo en caso de colecistitis
los instrumentos (clips, pinzas). gangrenosa o en las pediculitis inflamatorias con

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Complicación biliar

Coleperitonitis Bilioma Salida de bilis Ictericia febril Ictericia


por el dren infrahepático sin fiebre

Urgente Urgente No urgente No urgente Urgente Semiurgente

Reintervención Drenaje ± radiografía con contraste Esperar RM de urgencia RM


por el dren Radiografía con contraste si es posible para decidir
± cateterismo ± cateterismo + cateterismo si se realiza
o percutánea cirugía/maniobras

Figura 6. Árbol de decisiones. Indicaciones estratégicas en función de las circunstancias de descubrimiento de la complicación biliar. RM:
resonancia magnética.

muchas adherencias en el cuello. La individualización y Diagnóstico postoperatorio tardío, pasadas


sobre todo la canulación del conducto cístico son 6 semanas
difíciles en ocasiones y hay que recordar que el riesgo
Este período puede ser incluso más prolongado
de lesión es mayor en tal caso. En ocasiones, es más
(varios años). Los datos en los que se basa suelen ser un
sensato realizar una colecistectomía de delante hacia
cuadro de ictericia, o bien de colangitis.
atrás, optando por dejar in situ una pequeña parte del
Esta distinción es esencial, porque la conducta prác-
cuello. En todos los casos, hay que dejar un drenaje en tica depende de ella, tanto en lo referente a las pruebas
contacto con un conducto cístico frágil o no cateteriza- que deben realizarse como en el tratamiento que debe
ble sin realizar una disección peligrosa del pedículo. En aplicarse. Hay que insistir en el hecho de que el pronós-
el peor de los casos, la opción más segura puede ser una tico de la lesión biliar depende no sólo de su gravedad,
colecistotomía. sino también de la rapidez y de la idoneidad de su
Regla 3: convertir la intervención en laparotomía tratamiento (Fig. 6).
si es preciso
Evaluación de la lesión biliar
Si se efectúa un acceso laparoscópico, ante unas malas
Cuando se sospecha una lesión biliar o si es evidente,
condiciones o si es imposible la identificación de los
debe comprenderse y analizarse.
elementos, o en caso de duda, no se debe dudar en
Deben plantearse tres preguntas.
convertir la intervención en una laparotomía lo bas-
tante amplia para lograr una buena exposición. ¿Cuál es la situación clínica?
Cuando se respetan todas estas reglas, se puede En la práctica, la situación intraoperatoria es especial,
minimizar el riesgo de lesión biliar, pero no se elimina porque requiere una reacción adecuada e inmediata. En
del todo. el postoperatorio, hay que distinguir dos grandes cua-
dros, que se subdividen a su vez en dos: la fuga biliar
Diagnóstico de la lesión biliar (por un drenaje o al peritoneo libre) o la retención
(séptica o no).
En la práctica, se distinguen tres situaciones.
¿Cuáles son la localización y la naturaleza
Diagnóstico intraoperatorio de la lesión biliar?
Se distinguen las lesiones que afectan al conducto
Esta situación no es la más frecuente, pues sólo afecta cístico y las que implican a la vía biliar en una zona del
al 29-45% de los casos [17, 43, 44]. La lesión se sospecha árbol biliar. En este caso, la referencia es la convergencia
de forma intraoperatoria, bien por la observación de biliar. También hay que distinguir el tipo de lesión:
una situación anómala o sospechosa (descubrimiento de lateral, sección, laceración, pérdida de sustancia o
un «segundo conducto cístico» o de un conducto biliar quemadura. La combinación de estas informaciones ha
aberrante, salida de bilis al campo quirúrgico después de llevado a muchos autores a proponer diversas clasifica-
ligar con clips el conducto cístico, etc.) o bien por el ciones: Olsen [45] las clasifica en cinco tipos de los que
análisis de la colangiografía intraoperatoria (ausencia de los tres primeros se subdividen en dos subtipos. Stras-
opacificación de las vías biliares intrahepáticas, árbol berg [46] define cinco tipos (Cuadro III); estas clasifica-
biliar incompleto). ciones son difíciles de memorizar, debido a la
complejidad de los distintos tipos de lesiones, que son
Diagnóstico postoperatorio precoz incompletas por fuerza. Por último, el equipo de Ams-
terdam [47] emplea una clasificación sencilla y que será
Se establece en las 6 semanas posteriores a la inter- la que se utilizará en este artículo (Fig. 7):
vención. Desde el punto de vista clínico, la lesión puede • A: fuga del conducto cístico;
causar distintos cuadros que a veces se asocian: • B: fuga en el conducto colédoco;
• dolor persistente, secundario o inhabitual en el • C: estenosis o ligadura del conducto colédoco;
hipocondrio derecho; • D: sección del conducto colédoco.
• salida de bilis por un dren; Para realizar este análisis, los medios dependen de la
• sepsis; situación clínica:
• cuadro peritoneal; • de forma intraoperatoria, la lesión se puede clasificar
• ictericia o modificación significativa de las pruebas mediante la exploración del campo quirúrgico y la
hepáticas. colangiografía intraoperatoria;

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Cuadro III. Tratamiento de las lesiones biliares


Clasificación de las lesiones biliares.
Olsen [45] Distintas herramientas terapéuticas
Tipo IA: laceración simple o lesión lateral del CC
Aunque cuando se describió, en 1981, la cirugía de
Tipo IB: dehiscencia del conducto cístico reparación biliar era casi la única solución para tratar un
Tipo II: ligadura del CC sin sección traumatismo, en la actualidad existen otras opciones
Tipo IIA: ligadura del CC sin sección terapéuticas con la endoscopia y la radiología interven-
Tipo IIB: lesión del CC por canulación del conducto cístico cionista. El cirujano debe conocer estas dos estrategias,
Tipo III: ligadura del CC con sección porque en ocasiones pueden evitar una reintervención,
Tipo IIIa: ligadura con sección total del CC prepararla o retrasarla, para estar en las mejores condi-
Tipo IIIb: ligadura con sección y escisión del CC
ciones. A continuación se describen los principios
generales de cada tipo de tratamiento: las indicaciones
Tipo IV: lesión aislada del conducto hepático derecho
respectivas y las peculiaridades según estas indicaciones
Tipo V: estenosis de etiología incierta
se exponen en función de las situaciones clínicas.
Strasberg [46]

Tipo A: fístula de un conducto menor que se continua Cirugía


con el CC Drenaje externo. Es un procedimiento terapéutico en
Tipo B: ligadura de una parte del árbol biliar toda regla, que evita o trata un biliperitoneo y prepara
Tipo C: fístula de un conducto que no comunica con el CC una intervención posterior de reparación. Se realiza
Tipo D: lesión lateral de la vía biliar extrahepática mediante un módulo compuesto por una o varias
Tipo E: lesión circunferencial de los conductos hepáticos láminas multitubuladas que se sitúan en contacto con la
lesión. En algunos casos, se puede intubar la vía o vías
CC: conducto colédoco.
biliares mediante uno o varios drenajes que se insertan
en el árbol biliar y que se extraen por una contrainci-
• en el postoperatorio precoz, el diagnóstico puede sión, asociados a una lámina. Este tipo de drenaje tiene
realizarse mediante una colangiografía retrógrada como finalidad organizar una fístula biliar externa. El
(procedimiento invasivo, pero que puede seguirse de drenaje puede pinzarse o movilizarse según modalidades
una técnica terapéutica), con una fistulografía si se ha y períodos muy variables que dependen de los casos.
colocado un drenaje o con una resonancia magnética Cirugía de reparación biliar. Las reglas de esta
(RM) biliar, que es la exploración menos invasiva, cirugía están bien sistematizadas en la actualidad y la
pero que sólo es rentable en caso de estenosis. En ponencia de la AFC de 1981 sigue siendo hoy en día el
ocasiones, si hay una dilatación e interrupción biliar,
trabajo más actual al respecto. La dificultad sobre esta
la colangiografía percutánea transhepática es útil,
reparación se debe al tamaño y delgadez de la vía biliar
porque también permite realizar un procedimiento
o a las modificaciones locales inflamatorias o esclerosas.
terapéutico. Por último, el cuadro clínico (biliperito-
Se deben respetar las siguientes reglas:
neo) obliga en ocasiones a realizar una reintervención
• es esencial no desvascularizar la vía biliar por una
quirúrgica, en cuyo caso el diagnóstico se lleva a cabo
disección demasiado próxima a su pared y con una
durante la colangiografía intraoperatoria (si es posi-
extensión excesiva en sentido superior;
ble) durante esta reintervención;
• en caso de sutura biliar directa, en primer lugar hay
• en el postoperatorio tardío, la RM biliar es la explo-
que verificar que la zona inferior del colédoco está
ración de elección, seguida en ocasiones de una
colangiografía endoscópica o percutánea según la vacía. La sutura lateral o circunferencial debe ser no
opción terapéutica escogida [48]. estenosante y hermética y se realizará en tejidos bien
vascularizados, con hilo fino (5/0 o 6/0), no trenzado
¿Existe una lesión vascular asociada? y reabsorbibles, con los nudos anudados en el exte-
rior. Es preferible proteger esta sutura colocando un
Teniendo en cuenta las relaciones vasculares entre la
drenaje biliar (drenaje de Kehr cuya rama corta se
vía biliar y la arteria hepática (sobre todo su rama
pasa a través de la anastomosis);
derecha), se comprende que la asociación entre una
lesión biliar y una de la arteria hepática sea muy • si se realiza una anastomosis biliodigestiva, la repara-
frecuente. De hecho, en un estudio con autopsias de ción sigue las mismas normas, con una correcta
pacientes colecistectomizados por vía abierta, Halasz [49] aposición entre los bordes de la mucosa y un asa
ha descrito una tasa del 7% de lesiones arteriales. Esta yeyunal de al menos 60 cm de longitud que se pasa
tasa parece haber aumentado también con la colecistec- por vía transmesocólica. Si la sutura es frágil, hay bilis
tomía laparoscópica, donde se estima en un 12-39% [50- séptica o después de una desobstrucción litiásica
52]. Las lesiones pueden consistir en un traumatismo intrahepática, puede que deba colocarse un pequeño
que cause un seudoaneurisma con un riesgo elevado de drenaje transanastomótico, que se exterioriza según el
ruptura o una ligadura. En la mayoría de las ocasiones, método de Volker;
la ligadura arterial en un hígado sano suele tolerarse • resulta más sensato colocar siempre una lámina de
bien, pero no debe olvidarse también que la vasculari- drenaje próxima, que se exterioriza por una contrain-
zación de la vía biliar depende únicamente de la arteria. cisión derecha situada en posición declive, con
Si se liga la rama derecha, es posible sustituirla por la independencia del grado de satisfacción con la repa-
rama izquierda a nivel de la placa hiliar, a menos que ración biliar.
haya lesiones hiliares o una colestasis concomitante. Cirugía de resección hepática. Está indicada en
En otras palabras, las consecuencias de estos trauma- pocas ocasiones. Por lo general, se emplea cuando la
tismos arteriales asociados a las lesiones biliares son lesión se identifica de forma tardía y existe un sector o
variables. Es fundamental diagnosticarlos, sobre todo hemihígado excluido, infectado y/o litiásico o incluso
antes de la reparación quirúrgica. Su impacto sobre el en las lesiones complejas con lesiones arteriales que
pronóstico es controvertido; suele considerarse que estas provoquen una necrosis hepática. Es una cirugía difícil
lesiones complican la cirugía de reparación y algunos que debe ser anatómica (aunque las estructuras pueden
autores han demostrado que las lesiones arteriales presentar modificaciones profundas) y conservadora del
comprometen el pronóstico a medio y largo plazo [53- parénquima.
55] ; otros autores no han observado esta influencia Trasplante hepático. De forma excepcional y en el
negativa [56]. caso de las lesiones complejas, a menudo después de

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Typo A Fuga del conducto


cístico

Typo B Fuga por el CC

Typo C Estenosis
o ligadura del CC

Typo D Sección
del CC
o de un conducto
principal

Figura 7. Clasificación de Amsterdam. CC: conducto colédoco.

varios procedimientos terapéuticos que no han impe- Los procedimientos terapéuticos consisten en esfinte-
dido o incluso que han facilitado la aparición de colan- rotomías asociadas o no a dilataciones con balón o
gitis de repetición, se instaura de forma progresiva una colocaciones de prótesis de plástico temporales. Las
cirrosis biliar secundaria con hipertensión portal: en fístulas laterales y las estenosis son las principales
estos casos extremos (que, por fortuna, son excepciona- indicaciones. En las estenosis, se recomienda dejar la
les) se han realizado trasplantes hepáticos. Las adheren- prótesis durante mucho tiempo (hasta 14 meses como
cias debidas a las intervenciones previas, asociadas a la promedio), cambiándola sistemáticamente cada 3 meses
hipertensión portal, hacen que estos trasplantes sean y sin dudar en colocar varias para mantener el efecto de
especialmente difíciles. la dilatación [57-60]. Se debe comprender y advertir al
paciente que este tratamiento endoscópico requiere una
Endoscopia retrógrada con dilatación y/o colocación serie de intervenciones durante varios meses.
de prótesis
El desarrollo y la mejora de las técnicas de endoscopia Radiología intervencionista
biliar intervencionista (en cuanto a material y experien- También en este caso, los progresos de la radiología
cia) han permitido ampliar las indicaciones de este intervencionista han permitido añadir esta técnica al
procedimiento y deben plantearse a menudo como arsenal terapéutico. La colangiografía transhepática
primera elección, en ocasiones asociadas, o incluso percutánea es especialmente útil si se ha ligado el
como alternativa, a la cirugía. El cateterismo retrógrado conducto colédoco, si hay una estenosis que no
permite realizar un diagnóstico topográfico y clasificar la pueda franquearse con endoscopia, una lesión hiliar
lesión: fístula, estenosis, ligadura, conducto excluido, alta compleja o incluso ante un fracaso de la
etc. endoscopia [61].Cuando existe una estenosis franqueable,

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Figura 8. Colangiografía intraoperatoria que permite detectar


una lesión: ausencia de opacificación del conducto colédoco por
encima del conducto cístico con una fístula correspondiente
a una sección del conducto hepático común.

Figura 10. Colangiografía intraoperatoria: lesión del con-


ducto posterolateral de implantación baja, con cálculo en la
porción inferior del colédoco.

nivel del conducto cístico o que el cirujano tenga una


gran experiencia en cirugía hepatobiliar y en laparosco-
pia, se debe convertir el procedimiento a una vía
abierta.
Llegados a este punto, conviene recordar dos princi-
pios fundamentales.
• Si las condiciones locales son muy desfavorables o si
el cirujano es inexperto, está contraindicado intentar
una reparación primaria: hay que colocar un drenaje
con una lámina en contacto con la lesión o mediante
la intubación del conducto lesionado con un
pequeño drenaje de látex como un drenaje de Kehr o
de otro tipo, en ocasiones antes incluso de la conver-
sión. Esta actitud es la mejor opción por dos moti-
vos:
Figura 9. Colangiografía intraoperatoria: ausencia de opacifi- C se ha demostrado que una reparación primaria mal
cación de la zona inferior del colédoco correspondiente a la realizada conlleva un pronóstico muy malo de la
colocación de un clip distal a la opacificación, que se limita a las herida;
vías derechas: el diagnóstico topográfico sólo puede confirmarse C en caso de demanda medicolegal, el hecho de que
con certeza cuando se haya inyectado contraste en el resto del la reparación se realice en un centro terciario
árbol biliar, pero es muy probable que se trate en este caso de especializado al que se haya remitido al paciente
un conducto cístico derecho (cf Fig. 2). siempre es un punto positivo para la defensa del
cirujano.
• Si se opta por la conversión, dicha conversión debe
permite pasar guías, dilatarla y colocar uno o varios realizarse adecuadamente: requiere recolocar por com-
drenajes externos. Al igual que sucede con la endosco- pleto al paciente, en el que debe realizarse separación
pia, esta técnica puede asociarse a la cirugía (a la espera y exposición del campo quirúrgico. La vía subcostal
de la reparación), a la endoscopia (técnica del «encuen- derecha es una incisión adecuada, pero también
tro») o usarse de forma exclusiva (dilatación, prótesis). puede utilizarse una incisión medial, dependiendo del
morfotipo del paciente. A continuación, se efectúa el
Técnicas, indicaciones y resultados estudio de las lesiones guiándose con las imágenes de
la colangiografía, procurando no realizar una disec-
Tratamiento de las lesiones identificadas durante ción amplia del conducto colédoco, con el fin de no
la cirugía desvascularizarla y de no agravar las lesiones.
Prerrequisitos. El descubrimiento de una lesión Se pueden realizar varios procedimientos, cada uno
durante una colecistectomía es siempre una experiencia con sus indicaciones.
difícil para el cirujano y su equipo: la intervención Sutura lateral protegida con un dren de Kehr. Sólo se
cambia de registro y se prolonga y el programa se altera, realiza en las lesiones limitadas y con un colédoco lo
todo ello en un ambiente por lo general tenso. En tal bastante ancho para que pase el dren de Kehr de menor
caso es fundamental tomarse el tiempo necesario y diámetro (n.° 9). Pocas veces puede utilizarse, pero en
caso de arrancamiento del conducto cístico con desgarro
concentrarse en el problema con calma. La primera fase
del conducto común, el dren de Kehr puede colocarse a
consiste en comprender el traumatismo: hay que reto-
nivel incluso de la herida (Fig. 12).
mar la disección para realizar, si no se había efectuado
Sutura directa coledococoledociana. Está indicada en las
antes, una radiografía. La colangiografía puede mostrar lesiones parciales (se cierra en transversal una lesión
una extravasación, una interrupción súbita o una longitudinal) o si la lesión es una sección completa (en
opacificación incompleta del árbol biliar (Figs. 8 a 11). cuyo caso se realiza una anastomosis terminoterminal,
En tal caso, hay que reorientar la situación y, por lo lo que sólo se plantea cuando no hay pérdida de sus-
general, a menos que se trate de un problema sencillo a tancia o si ésta es mínima). Esta última situación es

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Figura 11.
A, B. Colangiografía con ausencia de contraste en el conducto segmentario posterolateral.
C a E. El conducto segmentario se identifica y se inyecta contraste. El árbol biliar intrahepático se reconstruye mentalmente.

Figura 12. Reparación de una lesión limpia y sana del con- Figura 13. Reparación precoz simple terminoterminal con
ducto colédoco: sutura con colocación de un dren de Kehr por la colocación de un dren de Kehr por la rama superior. Sólo puede
rama superior. El drenaje se introdujo por una incisión a efectuarse si la lesión es limpia y si la sutura se realiza sin tensión.
distancia.

excepcional, porque a menudo debe recortarse el con- pérdida de sustancia o si se ha afectado la zona de
ducto para llegar a un tejido totalmente sano. No se confluencia. Su realización es complicada, porque se
deben subestimar las lesiones por coagulación o isque- lleva a cabo en una o varias vías biliares que suelen ser
mia. Para evitar la tracción, se debe realizar un despega- finas (Fig. 14).
miento duodenal (maniobra de Kocher), que permite Ligadura simple de un conducto lesionado. Aunque esta
una mayor flexibilidad a la sutura, que nunca debe estar opción es lógica cuando el conducto drena un territorio
sometida a tracción. Se aconseja insertar un dren de limitado (conducto del lecho vesicular), es más incierta
Kehr bajo la sutura, cuya rama superior quede a nivel cuando se trata de un conducto posteroinferior o, peor
transanastomótico. Este drenaje permite un control aún, en caso de vía derecha. Existe un riesgo de infec-
postoperatorio y se retira a las 4-6 semanas (Fig. 13). ción, causante de litiasis biliar en el territorio afectado.
Anastomosis biliodigestiva. Puede efectuarse en uno o Un medio séptico inicial (colecistitis) contraindica su
en varios conductos. Es la única solución en caso de realización.

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Figura 14. Reparación precoz mediante anastomosis biliodigestiva (A a C). Si la lesión está desflecada o si presenta contusión, hay que
regularizarla hasta llegar a tejido sano para reducir el riesgo de fístula y de estenosis.

medio especializado [62]. La espera permite que evolu-


cione la situación, que se delimite la necrosis y que
se instaure la fibrosis; el tejido sano se reconocer con
más facilidad después de este período y el resultado
de la reparación es más duradero [63].
Tratamiento de las lesiones diagnosticadas de forma
precoz
La rapidez del tratamiento es un elemento pronóstico
fundamental en estos casos, además de ser un elemento
de peso en las alegaciones ante un juicio.
Por otra parte, en esta etapa, la información es
esencial; se debe admitir que existe un problema: no
Figura 15. Colangiografía retrógrada que muestra una inte-
hay que minimizarlo ni amplificarlo, pero hay que
rrupción a nivel de una «selva» de clips. Se trata de una
ofrecer explicaciones claras y objetivas sobre lo que pasa
sección/ligadura con clip del colédoco. No hay ninguna indica-
y sobre las pruebas realizadas.
ción de tratamiento endoscópico.
Influencia del cuadro clínico. Existen dos cuadros
clínicos principales:
El fundamento de la ligadura consiste en provocar • las fístulas biliares, exteriorizadas o no (bilioma,
una dilatación proximal, con la finalidad de atrofiar el coleperitoneo);
territorio correspondiente o de provocar una dilatación, • la obstrucción biliar caracterizada por una ictericia ±
lo que facilita la anastomosis biliodigestiva subsiguiente. episodios de colangitis.
Drenaje externo mediante lámina infrahepática. Debe Las fístulas biliares (exteriorizadas o no) y las sepsis
recordarse que esta es en ocasiones la mejor solución en (bilioma) son diagnósticos precoces (primera semana de
las heridas complejas con fenómenos isquémicos o con postoperatorio), mientras que los cuadros de ictericia o
tejidos sépticos o muy inflamatorios. Se recomienda la de colangitis se observan más tarde (después de la
colocación de uno o de dos drenajes en las vías biliares primera semana) [47].
seccionadas. El equipo de Cameron [44] , en 2005, describió su
A continuación se exponen las indicaciones para cada experiencia con 200 lesiones biliares: el 30,9% de los
tipo de lesión. pacientes tenía una fístula biliar cuando se revisaron el
• Tipo A: ligadura simple del conducto cístico, cuida- mes siguiente de la colecistectomía, mientras que sólo la
dosa y no estenosante o colocación de un pequeño presentaban un 8,5% después de 1 mes.
drenaje transcístico según el estado del conducto El período medio de presentación varía de forma
cístico. considerable en función de las series, de 1-10 días [64],
• Tipo B: según el tamaño de la lesión, su sentido hasta 4 semanas [47].
(transversal o longitudinal) y el estado de los bordes El cuadro clínico influye en el carácter urgente de la
(que pueden requerir o no un recorte), se opta por situación y en la idoneidad, el tipo y el momento en el
una sutura lateral protegida con un dren de Kehr, una que se realizan las pruebas complementarias:
anastomosis terminoterminal o una anastomosis • el cuadro agudo de coleperitonitis/peritonitis biliar
biliodigestiva. constituye una urgencia quirúrgica: el lavado y el
• Tipo C: si se ha colocado un clip en el conducto drenaje son los procedimientos básicos. La elección
colédoco de forma más o menos completa, debe entre una reintervención laparoscópica y una laparo-
retirarse, inspeccionar la vía biliar y no subestimar la tomía dependen del cirujano, del morfotipo del
isquemia parietal provocada por dicho clip: puede paciente y del período transcurrido hasta la reinter-
bastar con retirar el obstáculo o, en ocasiones, hay vención. El coleperitoneo infiltra los tejidos y la
que proceder como en el tipo B (Fig. 15). reparación con sutura suele desaconsejarse en este
• Tipo D: la sección requiere en la mayoría de las contexto más o menos séptico y siempre inflamato-
ocasiones una anastomosis biliodigestiva, porque la rio;
anastomosis terminoterminal pocas veces es posible. • el bilioma es una colección de bilis cuya expresión es
En caso de sección completa con pérdida de sustan- variable: dolor aislado, febrícula, colestasis. La ecogra-
cia, de dilaceración que llega al hilio o de fenómenos fía muestra la colección y la punción confirma que se
isquémicos graves (ligadura arterial asociada), la trata de bilis. El drenaje percutáneo es el procedi-
elección más prudente es la colocación de un simple miento que debe realizarse de urgencia o después de
drenaje externo con transferencia inmediata a un un intervalo corto;

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• la salida de bilis por el drenaje indica la existencia de C si el cirujano carece de experiencia en cirugía biliar
una lesión; hay que evaluar su flujo, aunque al o si la relación paciente/cirujano no es óptima;
principio no permite prejuzgar su gravedad; C si las vías biliares son delgadas y la lesión es
• un cuadro de colestasis que se agrava corresponde a compleja;
una ligadura o una colocación de un clip de forma C si hay una sepsis evidente.
inoportuna. La ictericia aparece con rapidez cuando la En estos casos, se debe esperar o, si existe una indi-
interrupción afecta al conducto colédoco. Si no hay cación de reintervención (biliperitoneo), sólo hay que
sepsis, hay tiempo para programar las pruebas com- efectuar un lavado con un drenaje lo más eficaz posible
plementarias (endoscopias, RM), pero ante una colan- de las vías biliares (Figs. 16 y 17).
gitis, las decisiones deben tomarse de urgencia, hay • En caso de reparación biliar en condiciones favorables
que administrar un tratamiento antibiótico de inme- se realizará lo siguiente:
diato y se debe realizar un drenaje urgente con C si la lesión es hiliar (está afectada la confluencia)
independencia de la vía escogida. y/o si existe una pérdida de sustancia: anastomosis
Influencia del tipo de lesión. El tipo de tratamiento biliodigestiva;
y el momento en el que se realiza también dependen
C si las vías biliares son de buena calidad y la lesión
del tipo de lesión.
es distal a la confluencia: sutura lateral protegida
Tipo A. Se trata:
con un dren de Kehr.
• de la dehiscencia del muñón cístico (78% de las
fístulas biliares) [65, 66]; • Si se opta por una reparación diferida, hay que
• o de la sección en el lecho vesicular de un conducto escoger el momento para realizarla.
biliar supravesicular, denominado «accesorio de El paciente se drena por vía externa; hay que esperar
Luschka» (13% de las fístulas). al menos 6 semanas. En esta fase, los fenómenos infla-
Una vez establecido el diagnóstico, deben plantearse matorios han desaparecido y se ha instaurado la escle-
tres soluciones: rosis. Es de esperar que las paredes biliares sean menos
• no hacer nada (si existe un dren en contacto con la finas y, en algunos casos, que estén dilatadas.
lesión [bilioma drenado]), en caso de evolución • También hay que plantearse si se opta por un trata-
satisfactoria del paciente y si se está seguro de que la miento endoscópico en las vías biliares.
zona inferior del colédoco está vacía. La fístula biliar Esto se debe comentar con el gastroenterólogo quien,
se curará con un poco de paciencia; por lo general, realiza el cateterismo retrógrado diagnós-
• realizar un cateterismo retrógrado con una esfintero- tico, y se recomienda que el cirujano asista al procedi-
tomía (para confirmar que la vía biliar está vacía y miento para tomar las decisiones en común.
que existe un buen vaciamiento, así como para La colocación de la prótesis es de más utilidad en
acelerar las cosas) [66]. Algunos autores recomiendan caso de lesión infrahiliar o si la cirugía está
esta opción en caso de fístula biliar persistente contraindicada.
(>200 ml/día) [67]. Se puede colocar un drenaje naso- Se puede realizar un tratamiento endoscópico con la
biliar hasta que se cure la fístula e incluso una colocación de una endoprótesis en la zona de la lesión.
prótesis [68, 69]. La fístula biliar se resuelve en un plazo Esto permite obtener buenos resultados, con más de un
medio de 3 días [68], con una tasa de éxito superior al 95% de éxito [68].
90% [70]; Tipo C. Cuando la estenosis o la ligadura del con-
• realizar la sutura del conducto cístico o el drenaje de ducto colédoco se diagnostican de forma precoz, el
forma transcística durante la reintervención porque el tratamiento es menos complejo, porque no hay una
paciente tenía un coleperitoneo, si la intervención se fístula biliar. Si se ha realizado una ligadura completa y
realiza de forma precoz. si no hay sepsis, es preferible esperar a una dilatación de
Esta situación es semejante a la de las fístulas biliares las vías biliares (seguimiento mediante ecografía o con
por un pequeño conducto accesorio (vasos aberrantes). RM biliar) antes de reintervenir al paciente (Figs. 18 y
En este caso, sólo se requiere un drenaje en contacto 19).
con la fístula y paciencia. Es inútil realizar una esfinte- La simple retirada del clip es una solución que no
rotomía. Si se interviene al paciente y el diagnóstico se conlleva riesgos, porque el clip ha provocado fenóme-
realiza de forma intraoperatoria o bien el campo está nos isquémicos que pueden evolucionar hacia la necro-
limpio y se liga el conducto (después de haber realizado sis secundaria (fístula) o a una estenosis secundaria.
un estudio con contraste y de comprobar que es un En caso de sepsis o si el campo quirúrgico durante la
conducto accesorio) o bien existe un cuadro séptico, y colecistectomía presentaba signos inflamatorios (o
es más razonable intubarlo con un pequeño drenaje de infecciosos) o si se trababa de una estenosis incompleta,
elastómero de silicona. es preferible optar por un acceso endoscópico para
Tipo B o D. se trata de una lesión del conducto drenar en un primer momento la bilis y no reintervenir
colédoco o de un conducto principal. en un contexto séptico, sobre todo porque la reinter-
• En este caso hay que decidir si se debe reintervenir al vención puede evitarse en ciertos casos y el tratamiento
paciente. Dicha decisión depende: endoscópico es suficiente en ocasiones.
C del retraso del diagnóstico (cuanto más precoz es, Influencia de la lesión arterial asociada. Lo ideal es
más lógica es la reintervención. Después de la realizar el diagnóstico mediante angiotomografía com-
primera semana, los fenómenos inflamatorios son putarizada (angio-TC) (que ha sustituido a la arteriogra-
fía) (Fig. 20). No está indicado realizar una reparación
perjudiciales);
precoz, a menos que el paciente esté en un centro muy
C de la localización respecto a la confluencia (lo que
especializado. En esta situación, se realizan reparaciones
se aprecia mediante los estudios con contraste); mixtas y algunos autores las recomiendan si el trata-
C del estado de la vía biliar: pérdida de sustancia, miento se realiza antes de 4 días.
quemadura, laceración, etc.;
C del entorno peribiliar (sepsis, coleperitoneo, pedi- Tratamiento de las lesiones diagnosticadas de forma
culitis). tardía
• Contraindicaciones para la reparación biliar precoz: Por lo general, pasan más de 2 meses e incluso varios
C si la colecistectomía se ha realizado por laparoto- años tras la colecistectomía hasta que se produce una
mía (lo que suele ser lo habitual en la actualidad estenosis biliar causante de ictericia o de colestasis o
en las colecistectomías difíciles), habrá numerosas hasta que aparece un cuadro de colangitis, de litiasis
adherencias y un ambiente muy inflamatorio; intrahepática o de abscesos hepáticos.

12 Técnicas quirúrgicas - Aparato digestivo

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Figura 16. Fístula biliar el día 1 del postoperatorio de una colecistectomía difícil en un paciente con colecistitis aguda (A). Descubrimiento
de una resección del conducto colédoco. Intubación de los conductos derecho e izquierdo que permite una opacificación alta y del
colédoco (opacificación inferior). Retirada de los drenes a las 6 semanas. Reintervención a las 10 semanas (B): anastomosis biliodigestiva
mediante asa en «Y» en la confluencia.

La sepsis es la única situación urgente y suele respon- • Las contraindicaciones para el tratamiento endoscó-
der bien a los antibióticos adecuados. pico son:
Por tanto, hay que tomarse el tiempo necesario para C la sección completa de la vía biliar (tipo IV);
realizar un estudio completo, con una cartografía biliar C la inaccesibilidad de la papila (antecedente de
cuidadosa, para lo que la RM biliar es la herramienta de gastrectomía, anastomosis hepatoyeyunal ya reali-
elección. En las estenosis se utiliza la clasificación de
zada).
Bismuth (Fig. 21).
Se distinguen las estenosis simples (estrechamiento • Las indicaciones subóptimas del tratamiento endos-
más o menos completo de las vías biliares extrahepáti- cópico son:
cas, sin litiasis ni hepatopatía subyacente) de las com- C las estenosis altas de tipo III y IV de Bismuth;
plejas, que o bien afectan a varios conductos C las estenosis largas y completas (Fig. 22);
intrahepáticos o bien presentan complicaciones como C las estenosis asociadas a una litiasis proximal.
litiasis o problemas vasculares (isquemia, hipertensión • Las indicaciones idóneas del tratamiento endoscópico
portal). son:
Estenosis «simples». En la actualidad, hay que
C los pacientes con enfermedades concurrentes graves
decantarse por una reparación biliar quirúrgica o por un
en quienes la cirugía es más peligrosa;
tratamiento mediante dilatación y prótesis por vía
endoscópica o percutánea. C las estenosis bastante cortas que afectan al pedí-
Tratamiento endoscópico. Hay que recordar que suele culo, de los tipos I y II de Bismuth (Fig. 23);
tratarse de procedimientos múltiples, escalonados a lo C como primera elección en las estenosis
largo de varios meses. incompletas.

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E – 40-960 ¶ Tratamiento de las complicaciones de la colecistectomía

Figura 17. Colecistectomía laparoscópica. Hemorragia. Des-


pués de un intento de colocación de clips, se efectuó la conver-
sión a una laparotomía para realizar hemostasia. El paciente se
trasladó, debido a un postoperatorio marcado por una ictericia Figura 18.
obstructiva rápida, con signos de derrame peritoneal. Reinter- A. Ictericia con agravamiento progresivo en el postoperatorio:
vención el día 3 del postoperatorio: se observó una hemorragia corte frontal tomográfico que muestra la dilatación de las vías
de la arteria cística y una resección de 2 cm del conducto biliares intrahepáticas a nivel proximal respecto a un clip colo-
colédoco. Se insertó un dren en el segmento proximal y un dren cado en el conducto colédoco.
ancho. La colangiografía realizada 3 semanas después, muestra B. Mismo paciente: colangiografía intraoperatoria tras la retirada
bien el árbol biliar y la multitud de clips. El dren se retiró a los del clip del conducto hepático común. La reparación se llevará a
3 meses para permitir una dilatación progresiva y una anastomo- cabo mediante anastomosis hepaticoyeyunal.
sis biliodigestiva.

orificio anastomótico. En caso de que los conductos


Tratamiento quirúrgico. La cirugía de reparación biliar estén separados o bien están próximos y se pueden
debe plantearse siempre. En este caso, consiste en una adosar para que sólo haya una boca anastomótica o
anastomosis biliodigestiva cuya realización conlleva bien esto no es posible y hay que realizar varias
algunos aspectos especiales [71] (Fig. 24). anastomosis.
• en la fase preoperatoria, se debe realizar una cartogra- • Si existe una esclerosis que ascienda bastante y
fía biliar (RM sobre todo), pero también arterial, no cuando la confluencia está interrumpida, puede que
con el fin de reparar una lesión arterial, lo que es deba descenderse la placa hiliar realizando una
imposible en esta etapa, sino para guiar la disección. incisión de la cápsula en el suelo del segmento IV;
En las heridas arteriales, la red colateral a nivel hiliar esto permite ganar algunos milímetros y encontrar los
debe respetarse y la disección debe ser limitada. fondos de saco biliares.
• La intervención comienza por una disección en busca Hay que tomar la decisión de optar por un tratamiento
del conducto o conductos supraestenóticos dilatados. endoscópico o quirúrgico. En la actualidad, siempre debe
El acceso a la región hiliar requiere una buena expo- plantearse la cuestión. Los resultados del tratamiento
sición y la liberación de la cara inferior del segmento endoscópico pueden consultarse en la literatura (Cuadro
IV, que suele estar adherido al pedículo. También IV).
resulta útil abrir el puente de tejido existente entre Hay que saber que:
este último y el lóbulo izquierdo para exponer ade- • el acceso endoscópico no siempre es factible (incluso
cuadamente la región, traccionando del ligamento en ausencia de contraindicaciones): el fracaso técnico
redondo. El fondo de saco biliar se busca con una supone alrededor del 20-25% [72];
aguja fina por encima de los clips o de la fibrosis. • el tratamiento endoscópico es más eficaz cuanto más
• Debe tomarse una muestra de bilis para su estudio baja, corta y parcial es la estenosis (>90% de éxito);
bacteriológico de forma sistemática, sobre todo • a la hora de tomar la decisión no se trata de optar
porque el paciente suele haber recibido antibióticos entre dos procedimientos diferentes, sino entre una
previamente (posibilidad de microorganismos resis- intervención quirúrgica por una parte y varias opera-
tentes). ciones endoscópicas por otra, cada una de las cuales
• Siempre se recomienda efectuar una colangiografía puede tener su morbilidad (30-38% [57]) y que suelen
intraoperatoria, que se realiza con una aguja pequeña distanciarse 1 año [73];
(de tipo palomilla) o a través de un dren pequeño por • aunque los resultados a largo plazo de las reparacio-
un trayecto fistuloso. nes quirúrgicas se conocen [74], los que se han publi-
• Si la confluencia biliar está respetada, se abre el cado de los tratamientos endoscópicos son a más
conducto común bifurcándolo, guiándose con un corto plazo; se sabe que para evaluar una «reparación
disector hacia el conducto izquierdo para ampliar el biliar» debe esperarse un período de varios años.

14 Técnicas quirúrgicas - Aparato digestivo

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Tratamiento de las complicaciones de la colecistectomía ¶ E – 40-960

Figura 21. Clasificación de Bismuth. Tipo I: estenosis baja del


conducto colédoco, a más de 2 cm bajo la convergencia; tipo II:
estenosis del conducto hepático a menos de 2 cm de la conver-
gencia; tipo III: estenosis hiliar que alcanza la convergencia, pero
respeta su techo; tipo IV: lesión de la convergencia, que la
interrumpe con estenosis de una o de las dos ramas biliares; tipo
V: estenosis del conducto colédoco en caso de bifurcación esca-
lonada, que aísla un sector biliar independiente.

Figura 19.
A. Paciente reintervenido por bilioperitoneo. Se ha realizado un
drenaje simple, dado que las condiciones locales eran muy
desfavorables. Fístula biliar postoperatoria de 800 ml/día. La
resonancia magnética muestra una pérdida de sustancia en el
conducto hepático común, con afectación de la convergencia
(estenosis de tipo III de Bismuth).
B. Mismo paciente. Reintervención a los 5 meses. Colangiografía
intraoperatoria: se observa una placa fibrosa en la que desem-
boca una vía biliar de gran calibre (vía izquierda y sector poste-
rior) y una fina (sector anterior). Anastomosis biliodigestiva en
dos conductos con intubación del más pequeño según la técnica
de Volker. Buenos resultados a los 4 años.

Figura 22. Resonancia magnética biliar: estenosis larga y an-


fractuosa. Fracaso del acceso endoscópico.

el grupo quirúrgico) y mostró que los resultados son


poco diferentes: la morbilidad precoz era más elevada
en el grupo de cirugía, mientras que el período hasta
la reestenosis era mucho más corto en los tratamien-
tos con endoprótesis.
Ambas opciones pueden y deben plantearse [77-79]:
• en caso de estenosis parcial de tipos I y II de Bismuth,
se puede proponer un tratamiento endoscópico como
primera elección, aunque hay que ser muy consciente
de que este tratamiento puede requerir 1 año. Des-
Figura 20. Angiotomografía computarizada con reconstruc- pués de tres intervenciones o si éstas se complican,
ción arterial que muestra la ligadura accidental de la rama hay que optar por una cirugía. El empeño por la
derecha de la arteria hepática (flecha). endoscopia puede dar lugar a situaciones dramáticas;
• en caso de estenosis completa, la endoscopia es
menos eficaz y se debe dar prioridad a la cirugía;
Se han publicado tres series comparativas: • si está afectada la confluencia biliar, se puede optar
• Tocchi [75], en el año 2000, publicó un estudio de por la endoscopia si se rechaza la cirugía o si ésta
casos-controles (20 tratamientos endoscópicos/ conlleva un riesgo elevado.
22 tratamientos quirúrgicos), pero aunque el bajo Estenosis complejas. En este grupo se incluyen las
número de pacientes no le permitió observar diferen- estenosis que afectan a varios conductos intrahepáticos,
cias significativas, los resultados en términos de que asocian una litiasis supraestenótica o incluso
morbilidad y de éxito apuntaban a favor de la cirugía; intrahepática, los abscesos colangíticos residuales o una
• De Palma et al [72] han comparado 77 tratamientos hepatopatía subyacente (relacionada con las estenosis)
endoscópicos y 80 tratamientos quirúrgicos y han (Figs. 25 y 26).
demostrado que en términos de resultados inmediatos En tal caso, la cirugía está indicada y las intervencio-
y a largo plazo, la cirugía es mejor, aún a costa de nes se adaptan a la situación. Puede tratarse de una
una mortalidad superior; desobstrucción biliar con anastomosis biliodigestiva,
• Davids [76], el mismo año, comparó 35 accesos qui- una resección hepática a demanda e incluso un
rúrgicos y 66 endoscopias (más lesiones complejas en trasplante.

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Figura 23. Tratamiento endoscópico de una estenosis del conducto colédoco.


A. Opacificación de las vías biliares superiores mediante la colangiografía transhepática y del colédoco mediante cateterismo retrógrado.
Después, se pasa un fiador transestenótico primero en sentido descendente y luego ascendente (técnica «del encuentro»).
B. Dilatación con balón.
C. Control del diámetro obtenido.
D. Colocación de tres prótesis contiguas, saliendo por la papila para mantener la dilatación, durante 1 año.

La experiencia de las resecciones hepáticas en este o varios intentos de reparaciones biliares quirúrgicos).
contexto procede de los centros especializados, con Incluso en manos expertas, la morbilidad es elevada [82].
resultados variables. El trasplante es una solución que se emplea como
La realización de una hepatectomía en las lesiones último recurso en caso de afectación bilateral, en la que
complejas es relativamente infrecuente: en una serie suele haber una hipertensión portal o una evolución
argentina [80], el 24,5% (27/110) de las lesiones graves hacia un cuadro de cirrosis biliar secundaria. También
requirieron una resección o la inscripción en la lista de en estos casos se trata de pacientes complejos, multio-
trasplante hepático [18]. En la experiencia inglesa [81], perados o sépticos, con una elevada mortalidad, si no
estas cifras fueron de 14 de 119 pacientes, es decir, un fallecen en la lista de espera.
13%.
La atrofia unilobular con litiasis intrahepática y/o
colangitis, las lesiones asociadas a las afectaciones ■ Otras complicaciones
vasculares, los cálculos intrahepáticos en un sector o un
lóbulo que no se puede desobstruir son situaciones que
sólo se pueden resolver mediante una hepatectomía
Complicaciones parietales
anatómica (Fig. 27). Estas hepatectomías suelen ser Las complicaciones parietales de la colecistectomía
difíciles, porque los pacientes suelen haberse sometido a por laparotomía son inespecíficas: las eventraciones
muchos procedimientos con anterioridad (prótesis, uno son más frecuentes en las incisiones mediales; los

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Figura 24. Estenosis que respeta el techo de la convergencia


(A, B). La cara anterosuperior se libera gracias al descenso de la Figura 25. Estenosis que afecta a la convergencia (A, B). Doble
placa hiliar. anastomosis biliodigestiva. Se suele poder ampliar el conducto
izquierdo a lo largo de su borde anterosuperior. Algunos autores
proponen colocar un dren transanastomótico, que se exterioriza
abscesos de la pared son más frecuentes en los casos según el procedimiento de Volker (como en este caso) en lugar
de colecistitis aguda. de hacerlo de forma transhepática, según la técnica de Praderi.
La laparoscopia ha permitido reducir la tasa de estas
complicaciones parietales, sin que desaparezcan, porque
los orificios de los trocares tienen las suyas propias:
hemorragia, eventración, absceso. El cierre sistemático hepática se produce cuando se sigue un plano de
de los orificios de 10 mm permite reducir estos riesgos disección inadecuado; en ocasiones, se ve facilitada
de hemorragia y de eventración. Los orificios, sobre por un parénquima hepático frágil y patológico
todo el umbilical, que suele haberse dilatado para (esteatosis, cirrosis);
extraer la vesícula, deben cerrarse con cuidado, bajo • la hemostasia defectuosa de la arteria cística o la
control visual. La vesícula debe extraerse mediante una lesión accidental de la rama derecha de la arteria
bolsa, lo que impide que la bilis infectada se disperse hepática. En la mayoría de las ocasiones se trata de
por la pared. una complicación intraoperatoria que, además, puede
El tratamiento de estas complicaciones parietales provocar una lesión biliar en caso de que se realice
(hematoma y absceso) suele realizarse a la cabecera del hemostasia «a voleo». En ocasiones, este traumatismo
paciente; en menos ocasiones, requieren una reinter- vascular puede manifestarse en el postoperatorio por
vención quirúrgica. Las eventraciones son complicacio- la aparición de un hemoperitoneo (si se suelta un clip
nes más tardías y requieren reintervenciones con o sin o una sutura) o, en menos ocasiones, asociado a
material protésico. una sepsis o a una fístula biliar, por la ruptura de
un seudoaneurisma que ha aparecido de forma
oligosintomática.
Complicaciones hemorrágicas La hemorragia del lecho vesicular puede requerir
Las complicaciones hemorrágicas de la colecistecto- simplemente su coagulación, la aplicación de compresas
mía se deben a dos mecanismos principales: hemostáticas e incluso la colocación de puntos de
• la lesión del lecho vesicular, en ocasiones con lesión ligadura. Hay que realizar una compresión prolongada
de una rama suprahepática de drenaje. Esta laceración durante el tiempo suficiente.

Cuadro IV.
Tratamiento endoscópico de las lesiones biliares: datos de la literatura.
Número Tipos I-II Mortalidad Morbilidad Morbilidad tardía Éxito Seguimiento Recidiva
precoz en meses
Dumonceau 48 85% 0 13% 20% 98% 50 19%
1998
Bergman 74 92% 5% 19% 13% 94% 109 20%
2001
Costamagna 45 60% 0 9% 19% 89% 49 0%
2001
Da Palma 57 96% 0 7% 12% 91,5% 49 13%
2003
Kuzela 43 100% 0 12% 0% 100% 16 0%
2005

Técnicas quirúrgicas - Aparato digestivo 17


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Figura 26. Colangitis de repetición a los 3 años de la colecis- Figura 27. Paciente sometido a una reparación primaria por
tectomía. una anastomosis biliodigestiva por un arrancamiento del con-
A. Opacificación incompleta retrógrada: falta el segmento pos- ducto hepático y de la vía derecha. En el postoperatorio apareció
terior. una fístula que curó en 10 días, tras lo que no hubo otros datos
B. En la intervención, se encontró y se opacificó este sector: se destacables, salvo la persistencia de colestasis grave con prurito.
observa la presencia de cálculos intrahepáticos bien visibles en el Aparición de una dilatación de las vías biliares derechas (A) con
segmento VII. Estenosis del conducto segmentario posterior. atrofia del hígado derecho (B) bien visible en los cortes tomográ-
Tratamiento: segmentectomía posterior. ficos. Seis años después, la persistencia de prurito y la aparición
de episodios febriles recidivantes llevaron a establecer la indica-
ción de una hepatectomía derecha.
La hemorragia arterial intraoperatoria debe tratarse
con calma. Se debe comprimir la zona e incluso pinzar
el pedículo si es necesario para apreciar la lesión y
realizar una hemostasia precisa. Los clips o los puntos cálculos, que caen en la cavidad abdominal. Su disper-
aplicados «a voleo» deben evitarse por completo. sión puede dificultar su recuperación. Sin embargo, es
El tratamiento de los seudoaneurismas es más com- preferible encontrarlos para evitar la formación de
plejo; suelen ser secundarios a una infección o de una abscesos secundarios, en ocasiones varios meses después
fístula biliar. En este caso, la reparación es aleatoria de la colecistectomía. Por tanto, lo ideal es efectuar un
y es más sensato ligar la arteria e incluso remitir al tratamiento preventivo de esta complicación, evitando
paciente para su tratamiento mediante radiología la abertura de la vesícula y colocando una compresa en
intervencionista. el espacio de Morrison, a la derecha del pedículo. De
este modo, si se abre la vesícula, los cálculos se recupe-
Complicaciones relacionadas ran con la compresa y se introducen en el saco endos-
cópico que servirá para la extracción de la pieza.
con la laparoscopia
Perforaciones viscerales Migración de clips [88]
No están verdaderamente relacionadas con el tipo de Se ha descrito la migración de clips metálicos en la
intervención y se han descrito en todos los procedi- cavidad abdominal (causantes de abscesos en caso de
mientos laparoscópicos. Puede tratarse de una compli- infección) o incluso en el conducto colédoco, con
cación de los trocares durante la introducción, que producción de colangitis. Esta última complicación es
debería minimizarse si se respetan las reglas de seguri- excepcional y puede prevenirse mediante la utilización
dad y con el uso en ocasiones de la laparoscopia abierta, de clips reabsorbibles o de ligadura para el control del
sobre todo si hay antecedentes de cirugía abdominal. Lo conducto cístico.
más frecuente es que se trate de una perforación del
duodeno o del colon que estén adheridos a la vesícula Diseminación de un cáncer de la vesícula
por una quemadura causada por un instrumento o por descubierto de forma fortuita [89]
un arco eléctrico. En este caso, lo más grave es pasar por
En casos infrecuentes, durante una colecistectomía
alto esta lesión. El diagnóstico, si se realiza en el
realizada para tratar una litiasis simple o una colecistitis,
postoperatorio, suele ser tardío y en la reintervención se
se descubre en la pieza quirúrgica un pequeño cáncer de
observa una peritonitis grave.
la vesícula, limitado a la pared, que se ignoraba antes de
Complicaciones por la insuflación la intervención e incluso durante la misma, de modo
que el diagnóstico se establece al recibir el informe
Se ha descrito la aparición de gangrenas parietales [83] anatomopatológico. Dependiendo del grado de invasión
después de colecistectomías por colecistitis, pero esta parietal, puede que sea necesario completar la interven-
complicación es inespecífica. ción mediante la exéresis del lecho vesicular o con una
bisegmentectomía, asociada a un vaciamiento
Cálculos perdidos [84-87] ganglionar.
La abertura accidental de la vesícula, durante la La vía laparoscópica presenta la peculiaridad de un
disección o al extraerla, puede provocar la salida de mayor riesgo de diseminación peritoneal del cáncer. Esta

18 Técnicas quirúrgicas - Aparato digestivo

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Tratamiento de las complicaciones de la colecistectomía ¶ E – 40-960

complicación es muy grave y puede producirse con [9] Litwin DE, Girotti MJ, Poulin EC, Mamazza J, Nagy AG.
cánceres de cualquier estadio, sobre todo si está perfo- Laparoscopic cholecystectomy: trans-Canada experience
rada la vesícula (aunque no siempre) y se manifiesta por with 2 201 cases. Can J Surg 1992;35:291-6.
la aparición de nódulos de infiltración en los sitios de [10] Deziel DJ, Millikan KW, Economou SG, Doolas A, Ko ST,
los trocares o por una carcinomatosis peritoneal. El Airan MC. Complications of laparoscopic cholecystectomy:
pronóstico en tal caso es sombrío, por lo que es funda- a national survey of 4 292 hospitals and an analysis of 77 604
mental prevenir esta complicación, optando por la cases. Am J Surg 1993;165:9-14.
laparotomía en caso de duda pre o intraoperatoria, [11] Schlemp R, Klotz HP, Werkei H, Herzog U. A nation’s
explorando de forma sistemática las vesículas (no hay experience in laparoscopic cholecystectomy. Surg Endosc
que dudar a la hora de solicitar estudios intraoperato- 1994;8:35-40.
rios). Además, si se realiza una reintervención tras la [12] Morgenstern L, McGrath MF, Carroll BJ, Paz-Partlow M,
colecistectomía laparoscópica, se recomienda resecar los Berci G. Continuing hazards of the learning curve in
orificios de los trocares. laparoscopic cholecystectomy. Am Surg 1995;61:914-8.
[13] Richardson MC, Bell G, Fullarton GM. Incidence and nature
Por último, sólo se citarán las complicaciones inespe-
of bile duct injuries following laparoscopic cholecystectomy:
cíficas, que pueden aparecer con cualquier intervención:
an audit of 5 913 cases. West of Scotland Laparoscopic
hernias y eventraciones parietales, complicaciones
Cholecystectomy Audit Group. Br J Surg 1996;83:1356.
respiratorias o tromboembólicas [90, 91]. En estos casos,
[14] Russell JC, Walsh SJ, Mattie AS, Lynch JT. Bile duct injuries,
más que el tratamiento curativo estandarizado de estas 1989-1993. A statewide experience. Connecticut
complicaciones, se debe insistir en las medidas preven- Laparoscopic Cholecystectomy Registry. Arch Surg 1996;
tivas, consistentes en la prevención de las flebitis, 131:382-8.
incluso en las colecistectomías laparoscópicas, y en [15] Adamsen S, Hansen OH, Funch-Jensen P, Schulze S,
poner un cuidado especial a la hora del cierre parietal, Stage JG, Wara P. Bile duct injury during laparoscopic
incluido el cierre de los orificios de los trocares. cholecystectomy: a prospective nationwide series. J Am Coll
Surg 1997;184:571-8.
[16] Ihász M, Hung CM, Regöly-Mérei J, Fazekas T, Bátorfi J,
■ Conclusión Bálint A, et al. Complications of laparoscopic
cholecystectomy in Hungary: a multicentre study of 13 833
Entre las complicaciones de la colecistectomía, predo- patients. Eur J Surg 1997;163:267-74.
minan las de tipo biliar. Al contrario que las otras [17] Gigot J, Etienne J,Aerts R, Wibin E, Dallemagne B, Deweer F,
complicaciones, que son idénticas o más leves en la et al. The dramatic reality of biliary tract injury during
laparoscopic cholecystectomy. An anonymous multicenter
colecistectomía laparoscópica, estas últimas han aumen-
Belgian survey of 65 patients. Surg Endosc 1997;11:1171-8.
tado de frecuencia desde la aparición de la laparoscopia.
[18] Targarona EM, Marco C, Balagué C, Rodriguez J, Cugat E,
Estas complicaciones, que pueden ser muy graves, se
Hoyuela C, et al. How, when, and why bile duct injury occurs.
pueden minimizar si se respetan las reglas técnicas de la
A comparison between open and laparoscopic
colecistectomía, si se realiza una colangiografía intrao- cholecystectomy. Surg Endosc 1998;12:322-6.
peratoria y se trata con rapidez y de forma apropiada la [19] Vecchio R, Macfadyen BV, Lallein S, Leja C. An analysis of
lesión cuando se diagnostica. El tratamiento de las 114 005 cases of US series. Int Surg 1997;84:786.
lesiones biliares se basa en un análisis preciso de su [20] Calvete J, Sabater L, Camps B, Verdú A, Gomez-Portilla A,
mecanismo y del nivel de la lesión, así como en una Martín J, et al. Bile duct injury during laparoscopic
evaluación del contexto clínico y requiere una evalua- cholecystectomy: myth or reality of the learning curve? Surg
ción e incluso un enfoque multidisciplinario. Endosc 2000;14:608-11.
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Département de chirurgie viscérale et digestive, unité de chirurgie hépatobiliaire et transplantation, Centre hospitalier universitaire de
Caen, avenue de la Côte-de-Nacre, 14000 Caen, France.
C. Letoublon, Professeur des Universités, praticien hospitalier.
Département de chirurgie digestive et de l’urgence, Centre hospitalier universitaire de Grenoble, B.P. 217, 38043 Grenoble cedex,
France.

Cualquier referencia a este artículo debe incluir la mención del artículo original: Chiche L., Letoublon C. Traitement des complications de la
cholécystectomie. EMC (Elsevier Masson SAS, Paris), Techniques chirurgicales - Appareil digestif, 40-960, 2010.

Disponible en www.em-consulte.com/es
Algoritmos Ilustraciones Vídeos / Aspectos Información Informaciones Autoevaluación Caso
complementarias Animaciones legales al paciente complementarias clínico

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