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Historia Latinoamericana en el contexto mundial Anexo I para «Historia Argentina y Latinoamericana en el contexto mundial en el siglo XIX» 1® afio Polimodal Teresa Eggers-Brass, Marisa Gallego Indice Capitulo I - El mundo colonial iberoamericano Introduccién: Acerca del nombre ¢Por qué Latinoamérica‘ Los “indios" y "América América en el siglo XVIII: la situacion colonial. Colonialismo y neocolonialismo. EI pacto colonial La reparticin del mundo Espatia y sus colonias Consecuencias de la conquista en América + Lamineria colonial Los portugueses en América Los ciclos econémicos en Brasil Las colonias europeas en América del Nort * Diferencias con la colonizacién espafiola El comercio entre Espatia y sus colonias El trafico humano ... La venta de esclavos en América * Los cédigos negros.. + Testimonio de un esclavo Las plantaciones esclavistas .. ~ Resistencia a la esclavitud: esclavos fugitivos e insurrecciones.. Fin de la trata y abolicién de la esclavitud ~ Las islas azucareras en Oceania La rivalidad colonial entre las distintas potencias .. Conflictos entre Espafia y Portugal Expansién territorial y economia brasilefia ..... La cuestién en torno a Colonia del Sacramento Conflictos entre Espafia e Inglaterra ... * Piratas y corsarios + Drake .. ~ La ocupacién briténica de La Habana Capitulo II - Las Revoluciones Europeas y la Independencia Latinoamericana La Revolucién industrial ~ Los destructores de maquinas * La ilustracién europea y su influencia en América + La lustracién en Portugal .. La época de los Borbones. + La obra del rey espaiiol Carlos III segtin su ministro fovellanos 5 Virreinatos e Intendencias espafiolas en América ‘Aspectos negativos de las reformas Borbénicas para América Las sublevaciones americanas + La sublevaci6n de Tiradentes La rebelién de Tupac Amaru » Tupac Amaru y la sublevacién indigena + Significado histérico de la rebelién de Tiipac Amaru La independencia de los Estados Unidos, la Revolucién Francesa y su impacto en Am‘ Las guerras napoleénicas + Ellegado napoleénico La revoluci6n negra en Hai Los jacobinos negros La independencia de Hai Planes britanicos en Hispanoamérica ~ El Plan Maitland .. El bloqueo continental La Gran Reunién Americana + La Masoneria Las invasiones inglesas al Rio de la Plata. + Los Martinez de Hoz y los intereses extranjeros La invasién napoleénicas a Espafia y Portugal La dificil situacién econémica en el Rio de la Plata .. ~ La comunidad briténica en el Rio de la Plata. El proyecto carlotista . + La utopia carlotista La ruptura del lazo colonial Introduccién Las revoluciones americanas ~ México en 1810: los actores del drama.. Lasituacién en el Rio de la Plata + Los ingleses festejan la Revolucién de Mayo San Martin y Bolivar en la lucha por la independencia americana . - El proyecto de Sim6n Bolivar: la carta de Jamaica Discurso pronunciado por Simén Bolivar ante el Congreso de Angostura .. Artigas y la lucha en la Banda Oriental El proyecto de Artigas + Cartas de José Artigas . Los indigenas dentro de los Pueblos Libres. La Liga de los Pueblos Libres. + Artigas, la Asamblea del Afto XII y la liberacién de los esclavos «. La segunda etapa de las luchas por la independencia (1816-1824) La campafia en Chile La situaci6n en Espana, Las independencias de Peri y Bol México . La independencia brasilefia Capitulo Il - La nueva dependencia latinoamericana durante el wa América para los americanos .. Inglaterra versus Estados Unidos en los territorios latinoamericanos... La politica norteamericana hacia América Latina + Colonias y comercio exterior * La doctrina Monroe .. » Las intervenciones europeas en América .. E] intento de unién hispanoamericana de Bolivai ‘1 Congreso de Panama .. * Panama: fracaso de Bolivar y triunfo de la division América Latina a mediados del siglo XIX .. Caudillismos y dictaduras La guerra norteamericana con México La fiebre del oro en California Abolici6n de la esclavitud en los Estados Unidos La segregacién racial: un modelo norteamericano La inmigracién masiva a los Estados Unidos .... * Unnuevo comercio de hombres .. Cuba, tiltima colonia espaiiola en América. La lucha por la independencia en Cuba + José Marti y la emancipacién cuban: La intervenci6n norteamericana en Cuba * La Enmienda Platt en la Constitucién de Cuba (1903) .. La politica del garrote El Canal de Panama La diplomacia del délar Un caso de neocolonialismo: Puerto Rico Autonomia o anexiéi Capitulo IV - América Latina en la segunda mitad del siglo XIX La inserci6n de Latinoamérica en la divisién internacional del trabajo La economia-mundo capitalista ... EI neocolonialismo en América Latina + El libre comercio... ~ Los efectos del librecambio en Latinoamérica Diferentes economfas exportadoras de materias prima La estructura agraria en América Latina: latifundio-minifundio EI papel de las oligarquias en el neocolonialism: * Sarmiento y su eritica a la gran propiedad . + Politica y sociedad en América Latina - El siglo XIX. Caracteristicas de la «modernizacion» de América Latina 1. Las reformas liberales en Latinoamérica 2. Conservadurismo politic: + Conservadores en Colombia .. ‘0 XIX + Argentina: debate sobre la Ley de Matrimonio Civil (1888) + México: los conservadores y los cambios . + La modernizacién en Venezuela . 3, Las inversiones extranjeras 4, La construccién de los ferrocarriles. 5. La inmigracién europea + Alberdi y la inmigracién europea Elestado oligarquico en América Latina Porfirio Diaz en México .. El problema campesin Las transformaciones del capitalismo... La crisis de 1873 y la situacién en Gran Bretafta + La Forestal: un enclave britanico El capitalismo monop6lico en los Estados Unidos La Revolucién Mexicana Emiliano Zapata en Morelos La intervencién norteamericana .. El significado de la revolucién mexicana . + LaRevolucién mexicana Bibliografia 101 103 CAPITULOI El Mundo Colonial Iberoamericano Introduccién: Acerca del nombre ¢Por qué “Latinoamérica”? El conjunto de las naciones que se localizan al sur de los Esta- dos Unidos de Norteamérica, constituyen una realidad cultu- ral: son latinas por contraste con la América anglosajona, la con- quistada y poblada desde el siglo XVII por los ingleses. Denominadas habitualmente bajo el concepto de Hispanoameéri- ca, Iberoamérica 0 Latinoamérica, resulta problematico considerar- las como parte de una unidad homogénea cuando predomina la diversidad: de hecho la vida independiente no fortalecié una conciencia unitaria ni las relaciones econémicas entre las nue- vas naciones. Por el contrario, durante el siglo XIX, orientaron més atin sus economias hacia nuevas metrépolis*: Gran Bretafia en los casos de Argentina y Brasil, mientras que Centroamérica y México profundizaron sus relaciones comerciales y financie- ras con los Estados Unidos. Argentina, asi como Uruguay, Paraguay, Bolivia, Chile, Perti, Ecuador, México, Cuba, Venezuela, Colombia, Nicaragua, Pa- nam, Costa Rica y otros paises centroamericanos, son subproductos de la conquista espafiola, con las diferencias que a cada territorio les aportaron sus poblaciones originarias. En ese sentido somos Hispanoamérica; este nombre fue reivindi- cado por quienes quisieron revalorizar los lazos con Espafia, con su cultura y con la religi6n catélica. Si queremos englobar en este conjunto a la regién colonizada por Portugal, nos referimos a Iberoamérica, ya que tanto Espa- fia como Portugal integran la peninsula ibérica. Cuando hablamos en términos estrictamente geogrdficos, tenien- do en cuenta los angostamientos del continente americano (el istmo de Tehuantepec, que une América del Norte con América Central, y el istmo de Panamd, que conecta América Central con América del Sur), somos parte de Sudameérica. Pero esta divi- sién caprichosa determina que México es un pais norteameri- cano (sdlo en una pequefia porci6n es centroamericano), sin ma- nifestar su hermandad con los pafses del sur. Si tenemos en cuenta la mezcla de nuestra poblacién y la heren- cia cultural, muchos de los argentinos se ven a si mismos en las regiones que recibieron mayor inmigracién europea como “pue- a lacion de la cual lepende un territo- io colonial blos transplantados” (segiin la denominacién del antropélogo brasjlefio Darcy Ribeiro). Sin embargo, reconocemos nuestra herencia gaucha, y el gautho era des- cendiente mestizo de indios y de negros. Asf como admitimos que habifan en nues- tro territorio numerosas comunidades indigenas, descendientes directs de los pri meros pobladores de estas tierras. En este sentido, formamos parte de Indoamérica, nombre propuesto por el dirigente peruano Victor Ratil Haya de la Totre, que vin- cula con orgullo nuestros ancestros continentales con nuestro presenté. Y también integramos Afroamérica. Este concepto se utiliza en general para designar la in- fluencia africana en América, como otro de los componentes fundamentales de los pueblos latinoamericanos; en general se analiza slo su impacto en la rhtisica, en la danza o en religiones animistas, pero en realidad abarca un legado mucho ms amplio y poco estudiado. Desde Europa, el investigador francés Alain Rouquié nos denomina “Extremo Oc- cidente”, del mismo modo que Europa designa “Extremo Oriente” a laf civilizacio- nes del Este asiatico. En varias obras se analizan las caracteristicas que tenemos en comtin Ids paises que integrarnos América Latina. Se denomina “Latina” por la lengua que dip la matriz a los idiomas de los paises conquistadores Espafia y Portugal, el latin, 4unque tam- bién es latino el francés que se habla en zonas de Canada, y no nos identificamos con su cultura. Muchos se cuestionan la denominacién “América Latina” porque, como enuncia- mos més arriba, se resaltan més las disparidades entre los pafses que lds caracterfs- ticas que los unen. El argumento es que, desde la independencia dé las nuevas naciones, no se fortalecieron los lazos ni las relaciones econdémicas entfe si. Asi como un Estado se construye desde la conciencia de sus ciudadarjos de perte- nencia a una nacién, y la voluntad concreta de robustecer los organismos que lo sostienen, lo mismo sucede con la aceptacién de Améri- ca Latina como énte real. Las caracteristicas de identidad cultural e hist6ricas avalan nuestra unidad,|nos diferen- cian a nosotros frente a “los otros”. El acto de asumir que somos miembros de América Lati- na y no un apéhdice de Eu- ropa o de Estadps Unidos es una toma de conciencia de nuestras problpmaticas en comtin, y de que la unién hace la fuerza, y\crea la posi- bilidad de un futuro mejor. ee ca ta we MS RA AUSTRA® =~ = El Mundo Colonial Iberoamericano Los “indios” y “América” Los pueblos originarios de nuestro continente no se concebjan a sf mismos como una unidad cultural, territorial o politica. No eran “indios”: eran aztecas, mixtecas, tlaxcaltecas, olmecas, toltecas, nahuas, mayas, caribes, arauacos, in- cas, mapuches, guaranfes, iroqueses, navajos, apaches, comanches: cientos de idiomas, miles de pueblos, millones de personas. Se convir- tieron en “indios” por un error de Cristébal Colén, quien en 1492 creyé haber llegado a “las Indias”. La mirada de los otros (los europeos, los conquistadores) los unificé: iban a ser titi- les para darle valor ala tierra, para trabajar, para extraerles riquezas. También desde Europa le impusieron a este continente un nombre, “América”, por error: como los reyes espafioles prefirieron al princi- pio mantener en secreto los viajes de explora- cin, el territorio se conocié por las descripcio- nes de Américo Vespucio. Este cosmégrafo* y navegante italiano se dio cuenta antes que los espaitoles que no se habia llegado a “las Indias” (en el continente asiatico), sino que se trataba de un continente diferente a los tres ya conoci- dos por los europeos. En una de sus cartas (pu- blicada en 1502) lo bautizé como Nuevo Mun- do. El gedgrafo y cartégrafo aleman Martin Waldseemiiller, en su libro Introduccién a la Cos- mografia (1507), hizo el primer planisferio inclu- yendo al nuevo continente. Le dio el nombre América en homenaje a quien descubrié que se trataba de un territorio desconocido interpues- to entre el oeste de Europa y el este de Asia, del otro lado del Atlantico. De ahf recogié esa designacién el famoso cartégrafo flamenco Gerardus Mercator: en su mapa del mundo editado en 1538 denominé América a todo el he- misferio occidental. Al mismo tiempo, los europeos también lo de- signaban como “Indias Occidentales” en opo- sicién a las otras, las “Indias Orientales” que estaban situadas en Asia. 11 para el estudio y la Yescripcién del pla- neta en la época dala expansion euro- pea sobre los otrosicontinentes. Cosmogratia: abe que se utilizaba VEVOS DE IDG FRITOS. Tustracién de Daniel Ppz para Una historia argentina, América en el siglo XVIII: la situacién colonial Colonialismo y neocolonialismo Se llama colonialismo a la dominacién politica, econémica y cultural dp un territo- rio sobre otro, estableciendo relaciones de desigualdad con el territorio cdlonial y por ende con sus habitantes. La colonizacién, en cambio, implica la fundacidn de colonias (en general, asentamientos agricolas) para el desarrollo econémico de una pobla- cién. Muchas veces se combinaron estas dos acciones en las diferent¢s etapas de expansion europea en otros continentes. La primer etapa comenzé en el siglo XV, con la expansién maritimalespafiola y portuguesa. Los paises colonialistas o imperialistas implantaron su cult gién, destruyendo o inferiorizando las nativas de los territorios dominados, e im- plantaron un sistema de trabajo compulsivo para utilizar como mano dk obra prac- ticamente gratuita a la poblacién local. Se extraian productos (azticar, ¢afé, tabaco, oro, plata, piedras preciosas, etcétera) de los paises coloniales o dependientes, no en funcién de sus economias locales sino de acuerdo a lo que le convenia o necesi- taba la metrépoli, o sea el pais dominador. La segunda etapa colonialista empezé en el siglo XIX, cuando Europa estaba en plena revolucién industrial. Sus objetivos habjan variado: seguian compyando mate- rias primas, pero veian a sus colonias como mercado donde vender sug numerosas mercaderfas producidas por las fabricas europeas. En América Latina, jesto sucede practicamente en forma simultdnea a los procesos independentistas. Bs decir que las antiguas colonias iberoamericanas pasaban a ser colonias econémicas de nue- vas metrépolis. A este proceso que culmina en una nueva situacién dependiente se lo denomina neocolonialismo. Sin embargo, no todos los territorios americanos pudieron independizarse en el siglo XIX. Aunque en el siglo XX se aceleré la descolonizacién ~proceso mediante el cual una colonia pasa a ser un Estado soberano-, incluso ya comenzadolel siglo XXI existen pequefios enclaves extranjeros en América: en las Antillas hay trece Estados, y los restantes son territorios dependientes de Estados Unidos, Francia, Holanda y Gran Bretafia. Estados Unidos posee a Puerto Rico como “Estado libre asociado”, y parte de las Islas Virgenes como colonia; las Antillas francesas incluyenp Martinica, Guadalupe y otras islas més pequefias; las Antillas holandesas estan cpnformadas por Aruba, Bonaire y otras; y las colonias britanicas estan compuestas por las islas Caiman, las islas Turks y Caicos, y las islas Virgenes britdnicas. En América del Sur, la Guayana francesa; las islas Malvinas, territorio irredento* argenting, fueron in- vadidas por Gran Bretafia en 1833 y aun hoy persiste su ocupacién. El pacto colonial Un sistema de dominaci6n no puede durar siglos dependiendo sélo del uso de la fuerza del pais colonizador: debe crear intereses locales en el pais donjinado, para tener grupos dirigentes a su favor. De este modo, Espafia y Portugal teryfan su com- plemento en América. La asociacién de intereses entre las monarquias ibéricas y 12 El Mundo Colonial Iberoamericano algunos sectores residentes en América es de- nominada pacto colonial. ¢Quiénes eran beneficiarios en este continente de nuestra dependencia? Desde ya, a los espafioles que venfan a Améri- ca les era ventajoso ser colonia, porque ellos tenfan privilegios para que les otorguen licen- cias de comercio, y ocupaban los principales cargos ptiblicos y religiosos. También les con- venja a los que eran descendientes de los pri- meros conquistadores, porque ellos habian he- redado grandes propiedades —ya sean hacien- das o minas- con mano de obra indigena ase- gurada para trabajarlas. Debieron ser muy fuer- tes estos intereses, porque hicieron posible tres- cientos aiios de sujecién a distancia por parte de paises tan pequefios a todo un continente. Cualquier cambio politico que pudiera poner en peligro su estabilidad econdmica o su pre- eminencia por sobre los otros grupos sociales, era rechazado répidamente. La reparticién del mundo Cuando Colén llegé al Nuevo Mundo en 1492, la reina Isabel La catélica de Castilla se apresur6 para que el Papa espafiol Alejandro VI le conce- diera —mediante una bula 0 decreto papal— todos los territorios descubiertos hacia el oeste. La bula Intercaetera cumplié con la solicitud de la reina: serfan suyas las tierras “descubiertas 0 por des- cubrir” més all4 del meridiano que pasase 100 leguas al oeste de las islas Azores 0 de Cabo Verde, que no estuvieran gobernadas por un principe cristiano. Los portugueses no estuvieron conformes, y fue necesario firmar un convenio entre las coronas espajiola y portuguesa, el Tratado de Tordesillas, en 1494. Este acuerdo corria el meridiano a 370 leguas hacia el oeste de las islas Azores o de Cabo Verde, por lo que quedaban incluidos dentro de los territorios portugueses (sin que los espaiioles lo sospecharan) parte de lo que ahora es Brasil. 13 Imedento: reclamado, eivindicado como Enclave: territorio de 4n Estado situado en otro extranjero; porpxtensién, territo- rio administrativo endlavado o situado dentro de otra provingia o distrito. Corregimiento. Dibujo de Guamén Poma de Ayala. Pr Por supuesto que los otros Estados europeos que no estaban comprendidos en ese tratado, no se sentian obligados a respetarlo. Como veremos mas adélante, el rey Enrique VII de Inglaterra lo ignoré, y en 1497 envi al navegante genovésJuan Caboto para explorar las costas de América del norte, tierras que hubieran corfespondido a Espafia. Asimismo, los franceses enviaron expediciones a partir de 1523, y Jacques Cartier llegé en 1535 al rfo San Lorenzo, hasta el lugar en el cual ludgo se fund6 Montreal. También los franceses y los holandeses quisieron apropiarge de territo- ios brasilefios, pero fueron expulsados por los portugueses. Espaiia y sus colonias Espafia conquisté y coloniz6 gran parte del territorio americano en un prolongado proceso que se inicié a fines del siglo XV. Pese al brillo del oro captvrado por la conquista, Espafia como metrépoli no sobresalié por su situacién politica y econd- mica: la gran cantidad de dinero circulante en la peninsula proveniente de la extrac- cién de metales preciosos en América, produjo una gran inflacién. Sug manufactu- ras, sin proteccién de la Corona espajiola, aumentaron de precio y a Ibs espafioles les result6 mas conveniente importar los productos de otras regiones ¢uropeas. De este modo, Espajia se convirtié en una intermediaria que se erie por el co- mercio monopélico con las colonias, pero sus ganancias se dilapidaban en inver- siones improductivas y en la compra de manufacturas europeas. En efinitiva, el metilico pasaba a los burgueses de los otros paises de Europa. Entre los siglos XV a XVII Espafia fue gobernada por la dinastia de los|Habsburgos (popularmente conocidos como Austrias, por su origen). Esta familia ro se preocu- po por la produccién manufacturera, sino que privilegié a la vunidal espiritual” en torno al catolicismo, implantando el mas severo autoritarismo. Expulsaron por razones religiosas a quienes tenian un papel activo en la economia (maros y judios) y reprimieron a los incipientes burgueses que luchaban por sus fueros, ya que po- nian en peligro su absolutismo monarquico. Para imponer el predominio europeo pese a su inferioridad numérica, se habfa forjado en las colonias un férreo sistema de castas, diferenciando socialmente a quie- nes tenian mas o menos mezclas con indios 0 con negros (que pertenedian a las cla- ses inferiores) y privilegiando a los espafioles peninsulares por sobre lps espafioles americanos (0 criollos, es decir, nacidos en América). Pese a esto, durante la época de los Austrias se permitié que algunos criollos ocuparan puestos alto$ en la admi- nistracién. ol Vocabulario: Casta: estamento 0 grupo social cerra- do al que se pertenece por nacimiento que implica una vida separada del res- to de la sociedad. En América colonial se denominaba castas a las diferentes mezclas “raciales”. Hustracién de Daniel Paz para Una historia argentina. 14 OVO OMe nc ei r nse Consecuencias de la conquista en América Las consecuencias de la conquista fueron innumerables, ya que no spilo se transfor- m6 la vida en el continente americano, sino que también tuvo efectos importantisimos en Europa. En primer lugar, se impuso un gobierno colonial, con autoridades|e instituciones dirigidas desde Europa. El mando supremo era el rey, representado en Hispano- américa por distintos virreyes. En América se transform6 la economia: fueron modificadas las forntas variadas de produccién indigena, y se impuso una economfa de plantacién y de mineria para exportaci6n, o la produccién ganadera como ocurrié en nuestra regjon pampeana. Se form6 una sociedad colonial: inmigrantes europeos que tuvieron el poder poli- tico y se repartieron las tierras; esclavos africanos trafdos a la fuerza para producir en las haciendas; gran cantidad de indigenas sometidos para extra¢r los minerales de las minas y trabajar en las plantaciones, y las mezclas inevitablles entre todos estos grupos, que dio lugar a una gran poblacién mestiz: En cuanto a la cultura y poblacién indigena, las distintas civilizaciones amerindias sufrieron un embate mortal, con una gran reduccién de sus habitantes. Aunque los europeos no pudieron dominar a todos los indios, muchos murieroy y otros queda- ron relegados a zonas marginales del continente. No todos los suse que su- cumbieron fueron asesinados directamente por los conquiptadores o en enfrentamientos militares: gran parte desapareci6 debido a las epidemias para las cuales los indigenas no tenfan defensas naturales (anticuerpos). Se|produjo un de- rrumbe demografico debido -entre otros factores— a los trabajos forzados que les imponian los europeos; los territorios que antes eran cultivados pdr los indigenas para su alimentacién balanceada, ahora fueron ocupados por las plantaciones para exportacion, y se generé un desequilibrio en la dieta, por lo que fueron el blanco directo de enfermedades. La repercusién psicoldgica de la conquista fue muy gra- ve, debilitando aun mas a estas poblaciones: la depresion y la angustia por el tratamiento inhumano que recibian y la falta de futuro que percibjan, hizo que aumentara la tasa de sui- cidios y disminuyera la tasa de natalidad, pre- firiendo en muchos casos el aborto para evitar el sufrimiento de sus hijos. En cuanto a la religién, en Latinoamérica se impuso la religion cat6lica, fundéndose nu- merosas iglesias y misiones para la conver- sion de los indios y el culto de los criollos. Se produjo una deculturacién forzosa de los pueblos indigenas, que debieron renunciar a sus conocimientos y tradiciones, y aceptar pau- tas culturales europeas, aunque no recibian el jiustracién de Daniel Paz para Una historia mismo nivel de educacién que los europeos. argentina. 1 PIDO GANCHO... EL EME TCA SUN CHANCHO eerie rma 5. Asimismo los europeos modificaron la ecologia americana, introduci¢ndo nuevas especies animales y vegetales, en forma voluntaria o involuntaria: vagas, caballos, cerdos, ovejas, gallinas, burros, perros, gatos, ratones, gusanos de séda, cafia de azticar, arroz, trigo, ajo, cebolla, yerbabuena, albahaca, tomillo, romerg, flores, fru- tales, etcétera. La mineria colonial El botin de la conquista no incluia s6lo metales preciosos (la plata y el oro americang) sino también hombres y tierras. Pero la mineria fue el sector dominante y dindmico de la economialen las colonias espafiolas. El Cerro Rico de Potosi, enel Pera espafol, fue durante la primera mitad del siglo XVII, el yacimiento argentifero (de plata) mas productivo del mundo y el centro de la vida colonial americana. Alrededor de las minas de Potosi giraban la economia chilena que abastecia de trigo y carnd, y de muchas provincias de nuestro pais, como Cérdoba y Tucuman (que enviaban al mercado pptosino mulas, tejidos y carretas). Actualmente, como sefiala Eduardo Galeano, Potosi es una pobre ciudad de la pobr¢ Bolivia. No es casual que las regiones que hoy tienen mayor subdesarrollo y miseria son aquéllas fue durante la etapa colonial tuvieron su auge y los lazos ms fuerte con Espafia. Dieciséis provincias del Virreinato del Peri, debfan enviar anualmente a Potost indi trabajar en forma rotativa en las minas. A este sistema se le denominé mita minera y trabajo obligatorio por turnos. El reclutamiento de trabajo forzado para las minas fue establecido por el virrey set Toledo. Los s adultos para onsistia en un caciques de los pueblos eran los responsables de la entrega de la cuota de trabajadores que se llama- ban mitayos. Para llegar a Potosf, los indios debian recorrer a pie largas distancias, a vpces hasta 1000 kil6metros desde sus pueblos de origen. La mina fue una insaciable devoradora de hombres. En la regiGn de Potosi los indiog y sus familias dormian y morian en la intemperie, bajo un clima muy frio correspondiente a los casi 5000 metros de altura. Los indios salian de la mina, transpirando, acarreando el pesado mineral sobrp sus espaldas, muchos comenzaban a tiritar,intoxicados por las emanaciones de mercurio en el intetior de las gale- rias y agudizado por el frio a la salida, cafan muertos. Ademds hay que mencionar el calamitosoestado en que se encontrabah los yacimien- tos,los caminos en la njinaestaban ci g0s (oscuros) y a cadalpaso los indlios tenfan que arrastrars¢; también eran frecuentes los derrumbes. Los indios estaban ademas muy mal alimentados, el miserd salario que re- cibfanse gastaba en hqjas decoca para masticar (les permitialsuperar el mal de altura o apunamiehto) y la chicha de matz para paliar el hambre. Durante el siglo XVI, las minas de! Virreinato de Nueva E'spaa, ubica- das en México (eacateca y Guanajuato) superaton la produc- ci6n anual de Potosi. Grabado de Thierry de a indios trabajando en del cerro de Potosi ‘Bay seprnentando mina de plata 16 El Mundo Colonial Iberoamericano Los portugueses en América Los portugueses Ilegaron “oficialmente” al Brasil en el afio 1500, con}la expedicién de Pedro Alvarez de Cabral. Decimos “oficialmente”, porque mucho historiadores portugueses y brasilefios suponen que Portugal tuvo datos de esos territori de la firma del Tratado de Tordesillas, en el cual se repartieron las zonas a conquis- tar. Se dice que Portugal envié secretamente una expedicién a Sudanjérica en 1493, o al menos obtuvo informaciones sobre esas tierras que Espajia no ppseia. En 1501, la corona portuguesa envié en viaje de reconocimiento a Andfés GonValves y a Américo Vespucio, y fueron ellos quienes dispusieron los primpros nombres: Bahia de Todos Jos Santos, Rio de Janeiro, Rfo San Francisco, Isla de Ban Sebastian, Angra dos Reis, etcétera. Sin embargo, al principio los reyes portugueses estaban mds interegados en el co- mercio con las Indias Orientales que en América, y por ello no se pr¢ocuparon por instalarse directamente. Repartieron los territorios entre particulares|que se ocupa- rian de los mismos: los donatarios. Después se dieron cuenta de que esto habia sido un gran error, y trataron de imitar administrativamente a los reyes de Espajia, pero persistié el gran poder adquirido por algunas familias gracias/a las posesio- nes territoriales de los donatarios. Para tener un cierto control, el rey creé distintas capitanias que seriat| supervisadas por un Capitan Mayor especie de virrey-, que tuvo sede primero er Bahia y luego en Rio de Janeiro. Sin embargo, Jas vinicas capitanias que realmente prosperaron en esa época fueron Bahia, Pernambuco y San Vicente. EI perfodo entre 1580 y 1640 estuvo caracterizado por la reunién de las coronas espafiola y portuguesa en un solo rey; aunque el compromiso fue vosbetar las liber- tades portuguesas, en un momento Portugal perdié su autonomia y qued6 conver- tida en una provincia espafiola. La corona descuidé militarmente }as posesiones ultramarinas, por lo que ni los criollos americanos ni los portugutses quedaron satisfechos por la politica colonial desempefiada por la monarqufalen este lapso. Los colonos portugueses debieron luchar contra el asentamiento de Ips franceses en la zona de Rio de Janeiro (1555/1560). En 1583 los piratas Caves y Lancaster saquearon, entre otros, los puertos brasilefios de Santos y Pernamuco, y nueva- mente los franceses intentaron apoderarse de territorios brasilefios, fundando San Luis de Marafion. Tras expulsarlos, el rey (espariol /portugués) prefitié dividir esas colonias en dos administraciones (1608): Marafidn al norte y Brasil al sur; como de- fensa fundaron mds al norte la ciudad de Belén de Pard (1615). Los hofandeses apro- vechan la debilidad de esta corona, para apoderarse de distintas cblonias portu- guesas (por ejemplo, Sudafrica, que en el siglo XIX pasé a manos brikdnicas) y con- vertirse en primera potencia comercial del mundo en el siglo XVII. [En Brasil, Ho- landa tom6 sucesivamente Bahia (1624), Olinda y Recife (Pernambucb), y Marafién; fue desalojada de estos lugares recién en 1654. Portugal fue apoyada por Inglaterra para liberarse del “cautiverio'| espafiol, y se sell6 esta alianza mediante el matrimonio de la infanta (princesa) portuguesa con el rey inglés Carlos II. Pese a la extensién de sus posesiones, Portugal \queda virtual- 17 mente convertida en una colonia ¢conémica in- glesa por el Tratado anglo-portugués de Methuen (1703): le garantiza a Gran Bretafia un mercado para sus productos (espé¢cialmente te- jidos) con la simple contraprestacion de que In- glaterra le compre sus vinos. Los ciclos econémicos en Brasil Alvarez de Cabral Ilam6 a las tiefras a las que habia llegado, “Tierras de la Vera Cruz”. Sin em- bargo, se impuso el nombre Bragil por el palo brasil (madera rojiza que abundaba en el terri- torio y que era utilizada como colorante). En- tonces, el primer “ciclo econémigo” fue el del palo brasil, aprovechando los rpcursos de la zona: los Arboles y los nativos americanos. Pero pronto se agoté esta fuentd de riquezas, por lo que los terratenientes comenzaron las plantaciones de cafia de azticar. en el siglo XVII la prosperidad (como veremos més adelante), s} inhumano. Con el avance de otras potencias europeas so- bre el Caribe, los portugueses thvieron com- petencia en la produccién de azticar, y aunque siguié teniendo un lugar preferential dentro de las exportaciones, decay6 su rerdimiento. En ciertas fazendas (haciendas o estancias) el culti- vo de la caiia de azticar se reemplazé por el tabaco y por el algodén. Este ultimo comenz6 a tener importancia especial a fines del siglo XVIII debido a que Inglaterra necesitaba mate- ria prima para su producci6n industrial de te- las, y Estados Unidos habia entrado en guerra con su antigua metrépoli, por su itdependencia. Como propagacién de su culltivo en las Guayanas, el café comenzé a cult|varse en Bra- sil, pero recién en el siglo XX toi tancia primordial dentro de su Iustraciones de Oski para Historia de las Indias. | Otras fazendas, ubicadas en la re 18 el rio San Francisco (centro este de Brasil), se dedicaron a la produccién de ganado, tanto para la alimentacién como para la provisién de bueyes que se usaban en la agricultura o en los ingenios azucareros de Bahia y Pernambuco. El “ciclo del oro” se dio entre fines del siglo XVII y mediados del siglo XVIII, enriquecien- do y embelleciendo rapidamente a ciudades como Minas Gerais (Minas Generales), Goids y Mato Grosso. La monarquia portuguesa dio concesiones a particulares, cobrando un quin- to en raz6n de impuestos. Los mineros y los garimpeiros (buscadores de diamantes) pulula- ron en la regién, pero también aument6 la vio- Iencia social que se produce cuando la codicia es desmedida. La explotacién minera hizo que el interior de Brasil se poblara y se conectara mediante rutas, por lo que se afianz6 la expan- sin territorial. También se desarrollé una pequefia industria del hierro, en San Vicente y en Minas Gerais (pese a que la corona portuguesa la habia prohibido) que suministraba algunos utensilios para la vida diaria. Las colonias europeas en América del Norte La primera potencia europea en colonizar tie- tras en América del Norte fue Espajia, en la peninsula de Florida, en el siglo XVI. Los in- gleses habian enviado un expedicionario (Juan Caboto, de origen italiano) a fines del siglo XV, que habia visitado la isla de Terranova, por lo que solicitaron esas tierras para su corona, pero no hubo colonizaci6n britanica (es decir, insta- lacién de poblacién definitiva) hasta comien- zos del siglo XVII: Jamestown fue la primera, en 1607. Casi al mismo tiempo, los franceses fun- daron Quebec (1608) y exploraron grandes te- rritorios, apropidndose de todo el alto valle del Mississippi. Los holandeses llegarona la region de Nueva York, fundaron puestos comerciales en Manhattan y alrededores, y una colonia que 19 Vine Mi, | MERCHOERI y Tabaré para ;Valié la pena? Las trece colonias inglesas de Améri- ca del Norte Massachussetts, Nuey York, Rhode Island, Cqnnecticut, Nue- va Hampshire, Pennsylvania, Delaware, Virginia, Mpryland, Caroli- na del Norte, Carolina ¢el Sur, Georgia. a Jersey, Nueva ferencias con la colonizacién espafiola Las colonias espafiolas de América del Sur habfan sido conquistadas y coloni- zadas bajo monopolio de la corona, esta- bleciendo una rigida administracién co- lonial. En cambio, las colonias de origen briténico fueron producto de la iniciati- va privada, llevandose a cabo como ne- gocios con riesgos o empresas de ultra- mar. Predominé en ellas una concepcién mercantilista: la cuestién colonial era considerada como un asunto comercial; al no existir una dependencia oficial que se ocupara de los problemas coloniales equivalente al Consejo de Indias espafiol, se favorecié una tradicién de autonomia. Esto se puede apreciar en las distintas categorias que tenian las trece colonias originales: + colonias propietarias: consideradas como posesiones hereditarias, el caso de Pennsylvania de la familia Penn o los Calverts en Maryland. * colonias reales: eran posesiones de la Corona * colonias en corporacién: eran simple- mente companias privilegiadas. Otra diferencia que podemos observar era que no existian titulos de nobleza en las colonias inglesas en América del Norte. Tampoco dominaba una jerarquia ecle- sidstica: los colonos adoptaron distintas religiones, existiendo cuaqueros, purita- nos, bautistas, anglicanos y reformados. La iglesia en Norteamérica no se habia convertido en una importante instituci6n de control cultural ni disponia de pro- piedades como en la América espaftola. Es porello que durante la revoluci6n de independencia estuvo ausente el senti- miento anticlerical que caracteriz6 a la revoluci6n francesa y a los movimientos de emancipacién de América latina. Asimismo, debemos hacer notar que al sersu objetivo la tierra para colonizacién, desplazaron 0 eliminaron a los indios americanos, sin producirse mestizaje. Capitulo I denominaron Nueva Amsterdam|(1625, actual- mente Nueva York). Elasentamiento en la regién de rra comenz6 con peregrinos puri contraban dificultades religiosas donde el anglicanismo era la religi eva Inglate- mos (que en- n Inglaterra, oficial), que fundaron Plymouth en 1620, enj la region de Massachusetts. Por esa misma c se instalaron otras poblaciones: Island (1630) se implants tolera} (aunque algunas sectas estaban|e: usa también en Rhode cia religiosa xcluidas); a Connecticut (1639) fueron congregacionistas y a Baltimore (1634) catélicos. Estas dolonias pasa- ron a depender de la autoridad glesa, quien impuso en 1651 la vigencia de la Ley de Navega- cién (que establece que los produ transportados exclusivamente én origen de las mercaderfas 0 en gu barcos ingleses, lo que estimulé 14 c naviera y la produccién en Ingla Los colonos ingleses comenzaror baco al sur, desalojando de las tier digenas; mas tarde esta explotaqot plazada por la de cafia de azticar, trajeron mano de obra esclava a tos deben ser barcos del defecto, en ‘onstruccién jerra). a cultivar ta- ras a los in- n fue reem- por lo que ‘icana. Los franceses no realizaron pale agran escala, sino que se dedicaron fun te al comercio de pieles con los ij mercio, infringiendo en numer lamentalmen- digenas. Los as oportuni- holandeses se consagraron mere al co- dades el monopolio inglés a tra’ bando con sus colonias. ustraci (Rep) pate és del contra- de Miguel Repiso Valié la pena?. bo BAZ Erhate Lo} El comercio entre Espajia y sus colonias La Corona espajiola impuso un estricto monopolio comercial con us colonias, prohibiendo la competencia de los barcos extranjeros, y la introduccifin de merca- derfas en sus posesiones americanas. Para transportar a la metrépoli los metales preciosos (el oro y la plata)) blecid un sistema regular de flotas y galeones. La “carrera de Indias! ruta comercial) partia del puerto de CAdiz y arribaba a los puertos de de Europa, la ruta que habia seguido el propio Colén, era la més cort Espafia enviaba a las colonias sdlo dos flotas anuales compuestas p| mercantes que transportaban las mercaderias, y por razones de seguri puertos de llegada en América eran s6lo tres y estaban bien fortificad| Espaiia esta- ’ (es decir, la Caribe. Des- y directa. los barcos Had (evitar la Ss (amuralla- pirateria), viajaban en convoy escoltados por navios de guerra (los Sa Los dos): Veracruz (México), Cartagena de Indias (Colombia) y Portobel Todos los demas puertos sobre el Atlantico estaban cerrados por la! espafiolas, y tenian prohibido el comercio con las potencias extranjeras| lo (Panama). autoridades Sin embargo, estas disposiciones no se cumplian; Inglaterra organizé tempranamente las redes del contrabando (el comercio ilegal), violando los estrictos controles La defensa del Caribe estaba a cargo de los barcos de guerra, que se c nombre de “Armada de Barlovento”. Su misién principal era patru maritimas y mantenerse alerta ante el peligro de piratas y/o buques decir, de las otras potencias colonialistas rivales de Espafia: Francia, glaterra). le Espafia. cian con el lar las rutas nemigos (es lolanda e In- Los navios de registro navegaban hacia las colonias mas alejadas, como el puerto de Buenos Aires; zarpaban de Espafia con una licencia especial y sus| cargamentos (mercancias) debfan ser registrados en la Casa de Contratacién de Seyilla, antes de partir para América. En el océano Pacifico, la navegacion se hacia con la Armada del Sur q Panama con el puerto del Callao en Pert. Esta flota transportaba tam| del rey, o sea las riquezas obtenidas por todo el virreinato del Pert. Ci jue conectaba ién el tesoro ando legaba a Panam, este cargamento era transportado a lomo de mula al otro lado del istmo, jo Mevarian a y en Portobello se embarcaban en las bodegas de los galeones que Espafia. El comercio colonial se completaba con el galeén de Manila, que realizaba un viaje al afio; recorria una ruta comercial que cruzan- do el océano Pacifico, comunicaba a las is- las Filipinas (tinica colonia espafiola en Asia) con el puerto de Acapulco en la costa de México. Por este medio, arribaban a Améri- ca mercancias orientales como las sedas, las especias y las porcelanas de China. Gale6n de época. Grabado de Brueghel. Siglo XVII 21 Cerra cn to El trafico humano La trata negrera (comercio de esclavos) fue muy importante para las fotencias colo- nialistas europeas, que los traian de Africa para proveer de mano|de obra a las colonias americanas. Este tréfico constituy6 un aspecto del comercio colonial forzosamente dominado por los extranjeros. La Corona espafiola autorizé ese negocio en las folonias, otor- gando licencias que estipulaban la cantidad y los puertos a los cijales se podia arribar, y cobrando un impuesto por persona vendida. Estos contratbs 0 concesio- nes con paises extranjeros que autorizaban la trata de esclavos, se|denominaban Asiento de Negros. . Los portugueses iniciaron el trafico a lo largo de la costa occidental de Africa y fueron los principales abastecedores de esclavos en América, vs of en Brasil, colonia portuguesa. El sistema espafiol de licencias con los pases que tenfan el control de la fuente de esclavos, fue otorgado a los portugueses habia 1640 (fecha en la cual volvieron a separarse las coronas de Portugal y Espafia); lyego la monar- quia espafiola autorizé a los negreros franceses, y finalmente, a partir|de 1713, a una compaivia inglesa -la Compattia del Mar del Sur-, aunque los ingleses|desde el siglo anterior ingresaban masivamente esclavos de contrabando. Tambiéh los holande- ses se dedicaron a este infame comercio. La esclavitud negra se introdujo en las islas del Caribe con el propésifo de reempla- zar a la poblacién indigena que se extinguié répidamente en las Antillas durante la primera etapa de la conquista. Ya hemos mencionado las cqusas de este despoblamiento, que fue muy drdstico y para muchos espafioles sflo signifies la escasez de mano de obra en sus posesiones. En el curso del sigio XVII, el ingreso de esclavos se quintuplicé prircipalmente en respuesta al crecimiento del cultivo de la cafia de azticar en las islag del Caribe. Et auge azucarero en Barbados, Jamaica y Haiti, en base al trabajo esclayo, estimuld el crecimiento y las utilidades del trafico negrero. Sin duda, los esclavos constituyeron la mercaderfa més importante|que se vendia en las colonias: casi tres millones fueron Ievados a las posesionep espafiolas, y cantidades similares hacia Brasil y Estados Unidos, lo que da una ciffa de 10 millo- nes de africanos esclavizados, sin contar los que morfan en la rutp. Por falta de documentacién, es dificil determinar las cifras exactas, pero la venfa de hombres fue masiva, ya sea por el comercio legal o de contrabando. Los esclayos que partie- ron de Africa en las bodegas de los barcos negreros, las duras cordiciones de la travesia del Atlantico y la venta en los mercados del Caribe, constituyen la historia de la gran operacién comercial que despoblé el Africa negra. La “raza negra”, considerada inferior por el hombre blanco europeo] sufrié no sélo la explotacién econémica sino también un proceso de deshumanizadin (privacién de la libertad, castigos corporales, despojo de su lenguaje, pérdid4 de identidad cultural, cambio de nombres). En los barcos negreros, los esclavos erpn trasladados hacinados para aprovechar el maximo espacio disponible y aumentar el cargamen- to; estaban encadenados entre si, por las mufiecas y los tobillos, amarrados de ma- 22 El Mundo Col TE) wl nera tal que no podian darse vuelta, ni moverse o intentar levantarse. Co bodegas oscuras, sin ventilacién, con calor excesivo y mal alimentados, sanitarias eran espantosas. De modo que durante el viaje, las tasas de m| ron muy altas. Cada mafiana de la travesfa aparecian tres 0 cuatro mue! los esclavistas subjan a la cubierta y los echaban al mar sin ninguna c portugueses Ilamaron a los barcos negreros tumbeiros (atatides flotant La venta de esclavos en América Los esclavos introducidos en América se denominaban piezas de Ind| didos en lotes y en las escrituras se declaraba el origen, su condici6n edad, robustez) y sus aptitudes para el trabajo; si conocian algtin ofi valor aumentaba. Ademiés, los esclavos eran marcados con un hierro ¢ do carimba) en la espalda, el pecho o los muslos, para darle la seguridad prador de que el esclavo adquirido habfa entradoa América legalmente j banda, e indicaba que por él se habfan pagado los impuestos correspor americano mprimidos en condiciones rtalidad fue- fos, a quienes emonia. Los s). jas; eran ven- fisica (altura, io manual su liente (Ilama- 1 futuro com- no de contra- idientes. Los cédigos negros En el siglo XVII, el Estado francés publica una serie de reglamentaciones que rig in la vida de los esclavos negros en las colonias francesas (Guadalupe, Martinica, Saint-Domingue Y Luisiana). Este cédigo negro de 1685, enuncia todas las prohibiciones y las sanciones que se les aplic estipulan la cristianizacién de los mismos e incluso definen las condiciones de su li Puede considerarse como el texto jurfdico més monstruoso que hayan producido | nos. En primer lugar considera al esclavo como un bien del cual su propietario pues na los esclavos, eracion. tiempos moder- disponer libre- mente. La “cosificacién” del esclavo es evidente cuando declara a los esclavos “seres muebles”, que no pueden poseer nada que no sea de sus amos. Se los considera “incapaces de d contratos por si mismos”. idir y suscribir Losesclavos simplemente formaban parte del inventario de las plantaciones e ingenios donde trabajaban. Otro articulo del Cédigo declaraba nulo el testimonio de los esclavos, ya que en un jui podian constituir un medio de prueba. Ademés se les prohibia beber alcohol, portar obviamente huir de las plantaciones. Prevefa castigos muy duros (azotes y hasta la para los esclavos fugitivos y capturados. Los articulos sobre la emancipacién de esclavos, no sélo limitaban las libertades si io sus dichos no mas, reunirse y ena de muerte) que exigian un comportamiento de sumisi6n de los libertos frente a los blancos. Es decir, estipulabar| cémo debian ser las relaciones raciales cuando el esclavo perdia esa condicién. Los Cédigos Negros de la Corona espafiola (del rey Carlos III), estipulaban las obligaciones de los propietarios de esclavos, que debian brindarles instrucci6n religiosa, alimentarlos y damente. Ademas prohibian las mutilaciones fisicas como castigo a los esclavos. estirlos adecua- En cambio, en las colonias briténicas, Jamaica y Barbados, la legislaci6n autorizaba la amputacidn de un pie al esclavo fugitivo por mas de 30 dias. Se les prohibfa las ceremonias religiosab, tocar el tambor y estipulaba la pena de muerte por atacar a blancos, por violacién o rebelién. Okén Edet Uya, Historia de la esclavitud negra en las Américas y el Caribe. aA CULM Lau AM a iwi ean fa Jmina inglesa que justra como se iflaba a los utivos en la trecubierta de un vio negrero. Testimonio de un esclavo Me Ilamo Moses Grandy. Nacf en el condado de Camden, en Carolina del Norte cincuenta y seis afios. Me acuerdo de cuatro de mis hermanas y de cuatro de mis hert tuvo otros hijos, que murieron o fueron vendidos antes de que yo pudieses conserv: ellos. Yo era el menor. La mujer del amo se opuso a que me vendieran, pero el amo vendié a mi hermanit pequefio. Mi madre, loca de dolor, traté de impedir que se llevaran a su hijo. Pero | que cayé al suelo y se desvaneci6. Cuando recobré el conocimiento su hijo habia di desesperadamenie, y por ese motivo el amo la até a un duraznero del jardin y la az Mi joven amo y yo ienfamos la costumbre de jugar juntos, teniamos s6lo dos dias anos; mi madre ir un recuerdo de jor que tengo que era un nifio ‘golpearon hasta aparecido. Grits td... He diferencia. Su padre decfa siempre que me darfa a él. Cuando muri6, en efecto, pasé a pertenecer a ee se llamaba James Grandy. A los 21 afios de edad el primero que me alquilé fue el sei trat6 muy bien, me daba de comer y me vestia correctamente, El siguiente fue el viejo Jemmy Coates, un hombre severo. Como yono lograba apre! colocar el maiz, me azot6, desnudo, con un létigo terrible hecho con una vara de mente eficaz. Con cada golpe el latigo se enrollaba en torno a mi cuerpo, al final me ye quebr6. Nome di cuenta hasta que volviendo al trabajo senti un dolor intenso y a hacia mal vi la punta de la vara que salfa de mi cuerpo. La arranqué y empez6 a herida se infecto y supuré mucho, y durante aftos me hizo sufric... Mi hermano Benjamin volvié de las Antillas. Undia que yo estaba sentado junto a él y su mujer, la esposa de su amo lleg6 y le pi balde con agua, asfo hizo y lo llevé hasta la tienda. Mientras lo esperaba preguntandome por qué demoraba tanto, ofel ruido de un mar| aver qué sucedia. Me asomé ala tienda y vi a mi hermano boca arriba extendido e Williams, que lo habia comprado, le ceftia las muecas y los tobillos con argollas colocaron una barra de hierro a través del pecho, también sostenida por dos argol habia hecho y me contestaron que no habia hecho nada malo, pero que su amo hab) habia que venderlo para pagar sus deudas. Permanecié en ese aparato toda la noch] 1 Kemp, que me jer su manera de dera particular- r6 en el vientre mirardonde me rotar sangre. La }6 que llenara un illo; inquieto, fui el suelo; el sefior e hierro; luego le las. Pregunté qué ja quebradoy que al dia siguiente lollevaron ala cércel, y nunca més volvia verlo. Ese tratamiento es usual en casos $emejantes. (El Correo de la Unesco, octubre de 1994.) ‘Actividad ~Cémo era la situacion de un esclavo en los Estados Unidos segin este testimoni 24 Lamina que muestra las inhumanas condiciones en las, que vivian los esclavos en las plantaciones de azticar en el Caribe, El Mundo Colonial Iberoamericano Las plantaciones esclavistas El tipo clasico de plantacién esclavista tropical se desarrollé durante el siglo XVII en una am- plia zona geografica que abarcaba desde el li- toral norte de Brasil, bordeando el Caribe, com- prendiendo las grandes Antillas y Antillas me- nores, hasta el sur norteamericano. En Brasil, el primer boom azucarero comenz6 en el Nordeste; luego se extendieron las planta- ciones de algodén, tabaco, café, y el trabajo es- clavo en el ciclo minero de Minas Gerais. Los holandeses iniciaron el cultivo de la cata de azticar en Barbados: fue la primera isla don- de se expandieron rapidamente las plantacio- nes y la produccién azucarera destinada a la exportaci6n. Desde alli se extendié a Jamaica, Saint-Domingue (Haiti), las Pequefias Antillas y Cuba, es decir, el conjunto de las llamadas “is- las azucareras”. Los esclavos del Caribe traba- jaban duramente cortando la cafia a machete en los cafiaverales y obteniendo el azticar en los ingenios. En los Estados Unidos, el sistema de plantacio- nes con esclavos africanos comenzé6 en la colo- nia inglesa de Virginia, famosa por su tabaco, y se desarrollé con el cultivo del algodén a gran escala en los estados surefios, que conforma- ron el llamado “Cinturén Negro”. Fin de la trata y abolicién de la esclavitud Los principios liberales difundidos con la Re- voluci6n francesa, la caida de la rentabilidad eco- némica de las plantaciones esclavistas y el desa- rrollo de la Revoluci6n industrial, asi como las posibilidades de explotacién del interior del continente africano, hicieron que en 1807 Ingla- terra aboliera el tréfico negrero. Este no se supri- mid por completo: aunque las ex-colonias espa- fiolas independientes prohibieran también el trafico de esclavos, el contrabando continud durante bastante tiempo més. Ademés, el fin del comercio negrero no signifi- 6 inmediatamente el fin de la esclavitud. Por 2 Resistencia a la esclayitud: esclavos fugitivos e insurrecciones Una forma bastante commtin de resisten- ciaen el Caribe y Sudamérica, fue la hu da de los esclavos de Is plantaciones. Estos esclavos fugitivos) llamados cima- rrones, se agrupaban en fomunidades en zonas inexploradas (conjo las selvas 0 las montafias de las islas de| Caribe). que les proporcionaban un refugio seguro. Estos asentamientos permangcieron indepen- dientes y rechazaron allas autoridades coloniales. Se ha estimaldo que en Vene- zuela, hacia 1720, los namerosos pobla- dos de esclavos fugitivps contaban con alrededor de 20.000 cimprrones. En Cuba, llegaron a funflar territorios li- bres llamados palenques; a veces se re- belaban destruyendo Ips plantaciones, incendiando los cafiaverales 0 asesinan- doa blancos. En Brasil, la forma més amportante de re- sistencia a la esclavitud fue el estableci- miento de quilombos (tomunidades or- ganizadas de esclavos)| como Palmares, enla region de Pernambuco. Las campa- fias portuguesas consis quilombos, atrapar a los es- utilizaban nativos para clavos. En los Estados Ce la huida de los 1 esclavos surefios seguja una ruta clan- destina conocida como él “ferrocarril sub- terréneo”: escapaban d¢ las plantaciones, huian hacia el norte y{muchos recibian ayuda para llegar ala ftontera con Cana- da. Elmas famoso fue Frederick Douglas, unesclavo que abandon la plantacion y a su propietario en Maryland, se instalé en Massachusetts y dédicé su vida a la campajia abolicionist4. Su historia fue publicada en 184: La insurreccién de esclavos mas impor- tante en los Estados Unidos, fue liderada por Nat Turner en 183}, en un condado de Virginia, y termin6|con la muerte de raining Las islas azucareras en Oceania Durante la segunda mitad del siglo XIX, el imperialismo desplaz6 su centro de interés econémico hacia el continente asiatico y las islas de Oceania. Alabrirse el canal de Suez en 1869, y con el desarrollo del barco a vapor de carga, se intensifics el trafico regular entre Eu- ropa y Oriente. Disminuyeron los fletes y se abrié una ruta mas rapida (a través del Mediterraneo, e! Mar Rojo y el Océa- no {ndico) que comunicaba a Europa con las nuevas colonias azucareras orienta- les: Java (holandesa), las islas Reunién (Borbén), India y Mauricio (inglesas) y Filipinas. También el aziicar de las islas Hawaii comenzé a arribar a California Hasta entonces Estados Unidos compra- ba toda la produccién azucarera de Cuba, Haiti, Puerto Rico y Santo Domingo. Ade- mis tuvo lugar en Europa el desarrollo del azticar de remolacha, que desalojé de los mercados europeos al aziicar de caiia de las islas del Caribe. Se aplicaron me- didas proteccionistas (subsidios a la pro- duccién), en estos paises centrales para abastecerse y evitar la competencia. Eu- ropa pasaba de una situacién de importadora neta de aziicar, a la de exportadora neta. Las Antillas de habla castellana (Cuba y Puerto Rico fueron colonias espafiolas has- ta 1898) no pudieron defender sus precios y quedaron con un solo mercado compra- dor: Estados Unidos, que més tarde inver- tiria en plantaciones e ingenios azucare- ros en Cuba, su principal abastecedor. (Moreno Fraginals, Plantaciones en el Ca- ribe.) ‘Actividad: Analiza la pelicula “Amistad, de ‘Steven Spielberg, que narra la historia de un motin en un barco negrero, en 1839. 1. Describe las condiciones de los es- clavos que viajan en el barco negrero. 2. {Qué argumentos se desarrollan en el juicio a favor y en contra de los atricanos capturados? el contrario, éste fue un procesg gradual que se dio en algunas colonias en fprma pacifica (como en el Caribe briténico, donde incluso se pagaron indemnizaciones a sus jpropietarios), y en otras de forma violenta. La liberacién de los esclavos retibié un gran impulso durante las guerras de independen- cia: por un lado se produjeron deserciones masivas de las plantaciones y, enlalgunas colo- nas, insurrecciones negras, como pn Hait{. Tam- bién surgieron Ifderes negros reyolucionarios, como el haitiano, Toussaint L’Ouverture y An- tonio Maceo en Cuba. En Latinoainérica, la par- ticipacién de los negros en las independencia fue un factor fund terminar con la esclavitud. Sim6n Bolivar y San Martin ofrecieron la libertad a todos aquellos esclavos que se unieran a los ejé: 1870), unos 6000 esclavos luchardn en el ejérci to brasilefio y obtuvieron asf su Cargando flores, de Diego Rivera. 26 PVC Rec e le En Francia se habia fundado la Sociedad de Amigos de los Negros (en 1789), que lanz6 una campafia a favor de la liberacién de los esclavos en las colonias. Esto se pudo concretar en Haiti, organizandose una masiva sublevacién de esclavps en 1791, y por disposicién de los jacobinos, que en 1793 emanciparon a los negras en las colo- nias francesas. Napoleén restablecié la esclavitud, y la segunda abolicién se estipu- 16 en 1848. Gran Bretafia liber6 a los esclavos de sus colonias en 1833. En los Estados Unidos también se desarrollé una campajia anti-esclavista en la que participaron abolicionistas negros, como el esclavo fugitive Frederic Dovgls La abolicién data de 1863, durante una guerra civil en la que los propietgrios de escla- vos de los estados surefios se oponian a terminar con la esclavitud. Lqs negros par- ticiparon activamente en la guerra y fueron destacados por el presidente Abraham Lincoln. En Puerto Rico (1873), Cuba (1880) y Brasil (1888) no se liberaron 4 los esclavos hasta casi finales de siglo XIX. La rivalidad colonial entre las distintas potencias Espafia y Portugal fueron los primeros paises en establecer colonias eh América. El imperio espafiol fue el mas extenso y pudo explotar los grandes centrps mineros de México y Perti. Pero como competidores y rivales de Espafia, otros stados euro- peos buscaron obtener participacién en estas riquezas americanas. Ell Nuevo Mun- do brindaba la oportunidad de controlar territorios (colonias) y comercios. La pobre defensa territorial americana hizo que los holandeses, ingleges y franceses fueran ocupando dreas espafiolas, especialmente en América Central. Durante el siglo XVII Inglaterra desarrolld una politica exterior antiespafiola, y como nueva potencia protegié a los piratas que atacaban los barcos de Espatia, polio comercial y ocup6 territorios en el Caribe. Con la conquista de (Canada) en América del Norte, los ingleses también desplazaron el pdderio francés. Espafia tuvo un perfodo de buenas relaciones con Francia, bajo la di Borbones, estableciendo Pactos de Familia en el siglo XVIII. Pero la rivdlidad colonial siguid el curso de las guerras europeas. Conflictos entre Espafia y Portugal Espafia y Portugal, vecinos en la peninsula ibérica y coparticipes en Ip conquista de América, compartian extensas fronteras en Sudameérica, y se suscitarpn numerosos conflictos entre ambas coronas. Portugal pretend{a expandir su terriforio incluyen- do la Banda Oriental del Uruguay, hecho que logté entre 1817 y 1845. El Papa, en cierto momento, les dio la raz6n extendiendo la jurisdiccién del obispado de Rio de Janeiro hasta el Rio de la Plata. Tanto los criollos (descendientes de ¢spatioles y de natives americanos) como varias de las autoridades espafiolas en América, defen- dieron denodadamente los territorios coloniales del impulso portugués. Las auto- tidades peninsulares no tenfan en cuenta ni los sacrificios de la guerta, ni la muerte 27 de quienes se vefan obligados a pelear sin una raz6n valida o de interés para ellos mismos (en general, los més humildes, los sometidos en la conquista) o la de los que lo hacfan por cumplimiento de su deber, o sintiendo que batallaban para prote- ger sus territorios: los reyes espafioles entregaban o recibian territorios como si se tratara de una coleccién de figuritas o de un juego de naipes. Eso es Ib que sucedié con el Tratado de Permuta (1750) por el cual Espaiia cedia los siete pueblos de las Misiones Orientales, despojando a los indigenas de sus viviendas, y\quedando asi amerced de los bandeirantes brasilefios (aventureros y cazadores de estlavos indige- nas). Los guaranies, dirigidos por los religiosos jesuitas, resister fon tenacidad en las llamadas Guerras Guaraniticas, pero luego los reyes espafioles volvieron a ceder los territorios definitivamente en el Tratado de San Ildefonso (1.777), cuando ya habjan sido expulsados los jesuitas. Expansién territorial y economia brasilefia e inhumano que el aplicado por los misioneros jesuitas. Para tratar d¢ mantener su libertad, los aborfgenes se internaron en la selva. Por eso surgieron los bandeirantes, especie de paramilitares o grupos de bandoleros organizados como|cazadores de indios, a fin de atrapar a los indigenas y venderlos como esclavos. Estas incursiones de los bandeirantes hacia el interior del territorio portugués tuvo como consecuencia geopolitica la expansién de los limites brasilefios en detrimen- to de las posesiones espaiiolas. Esta situacién se puede observar mi 'y facilmente mirando el mapa de Brasil: el limite oeste, fijado por un meridiano segrin el Tratado de Tordesillas, fue superado ampliamente. Asimismo, la rdpida reproduccién del ganado traido originalmente por los prime- ros colonizadores, hizo que se ocuparan regiones menos fértiles, cas| desérticas al noreste (el sertao), y zonas del sur que reivindicaba Espafia. Ese mismo interés por el ganado hizo que los portugueses quisieran apoderarse de la Banda Oriental del Uruguay, hoy Uruguay. Los indios en Brasil fueron esclavizados dentro de un régimen rte mas duro La cuestién en torno a Colonia del Sacramento Aprovechando el débil gobierno del rey espaitol Carlos II, los portugueses funda- ron en el Rio de la Plata (en 1680) Colonia del Sacramento (hoy Colonia, Uruguay), enclave ideal para realizar contrabando con el puerto de Buenos Aires. El goberna- dor de Buenos Aires atacé Colonia y tom6 prisionero a su fundador (Manuel Lobo), quien muri al poco tiempo. Portugal reclamé, y como el Papa atin np habia dado su veredicto sobre la posesién de ese territorio, se les devolvié Colonih a los portu- gueses y se castigé al gobernador de Buenos Aires. Con la Guerra de Sucesién espaiiola, en 1703 se volvié a desalojar a e portugue- ses. Sin embargo, tras el término de esta guerra, por el Tratado de Uttecht Espafia no sdlo devolvié Colonia del Sacramento a Portugal, sino que Inglatdrra se qued6 con Gibraltar (1713) y con el derecho a diez asientos de negros en Amérita. Entre 1750 y 1762 Colonia volvio a cambiar dos veces de mano, hasta que con la 28 fundacién del Virreinato del Rio de la Plata la posesion espafiola continué hasta 1811. Conflictos entre Espafia e Inglaterra Durante el siglo XVII (1601-1700) se produjo un nuevo reparto de América: el mar Caribe dejé de ser una zona exclusiva de colonizacién es- pafiola y muchas islas que nunea habfan sido ocupadas, como las llamadas Pequefias Anti- llas pasaron a dominio inglés, holandés y fran- cés. El Caribe fue sin duda una region vulnera- ble del dominio espafiol: por ese mar pasaban las rutas de transporte que conectaban a las co- lonias con la metrépoli. Era una zona militar- mente débil frente a la amenaza extranjera, aun- que los puertos estaban fortificados: por ejem- plo, las ciudades-fortaleza de Cartagena de In- dias y Portobello. El Caribe fue el punto de entrada de los enemi- gos de la corona espafiola: alli instalaron sus bases los ingleses. Y alli se originé también la piraterfa y la accién de los corsarios. En el Caribe, las relaciones anglo-espaiiolas se caracterizaron por las tensiones y la rivalidad. Durante el reinado de Isabel I (1558-1603), In- glaterra impuls6 una politica de expansién que provocé la pérdida de islas originariamente es- paiiolas. Ademés, los habituales ataques de los piratas y corsarios ingleses obligaron a Espa- fia a aumentar el ntimero de galeones armados de dos a siete, para custodiar los barcos que transportaban la plata hasta Sevilla. Los barcos piratas atacaban a las naves para asal- tarlas por su propia cuenta. En cambio, los corsarios contaban con el apoyo directo de su pais de origen (que financiaba las expedicio- nes), recibian las llamadas patentes de corso y robaban para su corona, con la que compartian el botin y las considerables riquezas america- nas. El més famoso corsario inglés fue Francis Drake, que castig6 duramente a las colonias espafiolas, y en 1578 emprendié la segunda vuelta al mundo. 29 Vocabulario: Misiones: Pueblos indigenas organiza- dos por religiosos en Zonas margina- les del Imperio colonia}, con objetivos de evangelizacién y ekplotacién eco- némica. Los indios que vivian en las misiones estaban eximidos del “tribu- to” y de la mita minera, Piratas y corsarios Francis Drake, famoso Fone inglés, se dedicé junto a John Hawkins al con- trabando de esclavos africanos en el Ca- ribe. Participé en la derfota de la Armada Invencible del rey espaol Felipe I en 1588 y azoté las posesjones de Espafia en América. Después fle Magallanes y Sebastian Elcano, fue ¢l segundo nave- gante que circunnavegp la Tierra. Como corsario contratado Pe reina Isabel I de Inglaterra, partié alas Indias Occiden- tales donde los espafples prohibian a todo barco extranjeroelcomercio con sus colonias. A pesar de Ids protestas de la corona espafiola, Frantis Drake saqueé Cartagena de Indias (Golombia) y Santo Domingo, obteniendo grandes riquezas. En 1577 emprendio su Viaje mas famoso: con cinco embarcacionbs marché rumbo al rio de La Plata, crugé el estrecho de Magallanes y se abri6 paso en las costas americanas del océano|Pacffico. Arribé a California y desde allfjemprendié su re- gresoa Inglaterra, compisc la circun- navegaciOn del globo. Drake fue armado Caballero por la Reina tle Inglaterra. Con este titulo de nobleza Gir Francis Drake) también fue miembro del Parlamento. Otro corsario ingles, Henry Morgan, ac- tué durante el siglo XVII y puso en jaque la dominacién espafipla en el Caribe. Entre las incursiones & Morgan, que ac- tuaba protegido por la Armada britani- ca, se destacan su partitipacién en la ocu- pacién de Jamaica y uha excursion diri- gida contra Cuba. forse Drake -jAl oro de los galeones! jA la plata de Potosi! Viene el dragén, chillaban las mujeres, y we a rebato las campanas de las iglesias. En tres afios, Francig Drake ha dado la vuelta al mundo. Ha cruzado el ecuador dgs veces y ha sa- queado los mares de Esparia, desvalijado puertos y nav de Chile hasta México. Regresa ahora con un solo barco y una tripulagén de dieciocho moribundos, pero trae tesoros que multiplican por ciento veinte el capital invertido en la expedicién. La reina Jsabel, principal accionista y autora del plan, convierte al pirgta en caballero. Sobre las aguas del Tamesis se hace la ceremonia. La espada que lo consagra lleva grabada esta frase de If reina: Quien te golpen, me golpea. De rodillas, Drake ofrece a |Su Majestad un prendedor de esmeraldas robado en el Pacific Retrato de Francis Drake. (Eduardo Galeano, Memoria del fuego. I. Los nagimientos.) 1s des- y Barbados (1624). Luego Inglaterra se apoderé de las islas Bahamag, y en 1655 le arrebaté Jamaica a Espafia. Son llamadas “las islas del azticar”, junto con Haiti (co- lonia francesa) y Cuba (espafiola) Jamaica se convirtié en la joya mas preciada del imperio britanico durante el siglo XVIII; recién serfa reemplazada en importancia por la India durante ¢I siglo XIX. La comunidad blanca jamaiquina era duefia de plantaciones y propietaria de escla- vos, quienes a principios del siglo XVIII fueron diez veces mas numérosos que los colonos blancos. Con la tma de Jamai- ca, los ingleses abrieron ademés un lu- crativo centro de contrdbando de es- clavos y mercancias en ¢l Caribe. De este modo, el contrabando se con- i6 en otro punto de gonflicto entre Espajia e Inglaterra, ya |que el mono- polio espafiol prohib{a allos barcos in- gleses comerciar con lag colonias es- pajiolas. Pero este comércio comenzé a desarrollarse en forma ilegal, utili- zando los ingleses aquellas rutas pro- hibidas por Espajia. Est¢ contrabando no fue marginal 0 episédico sino un fenémeno masivo, que|conté con la complicidad de los funcjonarios espa- fioles en las colonias. Jamaica y otras islas del Caribe —ader de depésito Las rutas de los galeones, de Ia flota y de la Armada del de esclavos- se constituyeron en acti- Sur eran amenazadas por piratas y corsarios. vos centros del comercio ilegal. La colonizacién inglesa en el Caribe comenzé con la ocupacién de las dy Bermudas 30 PAB CRO CER oct CeCe) También los puertos alejados como el de Buenos Aires (que carecfan de un abastecimiento regular y eran regiones perju- dicadas por el sistema monopélico), recibfan las mercancias espafiolas muy encarecidas. Existia una presencia desde tem- prano de los ingleses en el Rio de La Plata, en la costa patagénica y en las islas Malvinas, donde fundaron Puerto Egmond (1765). En 1713, el Tratado de Utrecht concede a Inglaterra el abasteci- miento de esclavos africanos a las colonias espaiiolas durante treinta afios. Espaiia autoriza entonces a una compaiiia ingle- sa el trdfico de esclavos, que antes ingresaban en forma ilegal, y admite que instale en sus posesiones asientos negreros. 4 ‘Al mismo tiempo, durante el siglo XVIII Espafia (sus reyes _Dityjo de Sail - parm Pégina/I2. Borbones) se preocupa por recuperar el poderio, fortalecer el dominio en las colonias americanas y frenar el avance de su rival, ees Es un perfodo de continuas guerras que dio paso a las presiones britanicas fobre los mer- cados coloniales y acrecenté el contrabando. El poder naval britanicg hacia imposi- ble que los barcos espafioles cruzaran el Atléntico, debilitando la defensa de las posesiones coloniales en América. En 1739 el Almirante inglés Edward Vernon atacé el puerto de Portobello (en Pana- ma). Y en 1762 los ingleses tomaron La Habana (Cuba) y a pesar de ser una plaza fortificada (amurallada), la ocupacién se prolonga durante algunos nteses. La expe- dicién britdnica conté con 20.000 hombres, entre ellos unos 2000 negros de Jamaica. Luego, los briténicos introdujeron 10.000 esclavos e impulsaron lab plantaciones azucareras. Cuba, descubierta por Coldn en su primer viaje, era la Ee més grande del Caribe y un punto clave en las comunicaciones entre México y Espafia. Su cai- da, impulsé en Espafia la idea de reformas para fortalecer el imperig americano. La rivalidad anglo-espaftola se agudizé cuando en 1776 Espafia decide apoyar la independencia de las 13 colonias inglesas en América del Norte, ievione en la guerra apoyando a los colonos, con el propésito de recuperar Florida. La ocupacién britanica de La Habana Hace un afo, los ingleses entraron a cafionazos... Mientras La Habana firmaba la repdicién, tras largo asedio, los barcos negreros esperaban en las afueras del puerto. Cuando anclardn en la bahia, los compradores les arrebataron la mercancia. Los mercaderes, es costumbre, siguen alos guerreros. Un solo traficante, John Kennion, vendié mil setecientos esclavos durante la ocupaciér)britnica. El y sus colegas han duplicado la fuerza de trabajo de las plantaciones, tan anticuadas que todavia cultivan toda clase de alimentos y tienen por tinica maquina el trapiche que gira, moliendo cqias al ritmo de los bueyes. Apenas diez meses ha durado el dominio britanico sobre Cuba, pero a los espafoles les cuesta reconocer a la colonia que recuperan. El sacudén de los ingleses ha despertado Cuba de su larga siesta agraria. Esta isla se convertiré, en los tiempos que vienen, en una james sea dcarie trituradora de esclavos y devastadora de todo lo demés. Sern arrasadas las vegas de tabaco, los cultivos de maiz y los huertos vegetales. Serén devastados los bosques y secados|los arroyos. Cada esclavo negro sera exprimido hasta acabarse en siete afios. Eduardo Galeano, Memoria del fuego 31 Océano Allintico Portuguesas EEE nglesas ££ holandesas HE Francesas HB Rusas {XS Danesas Mapa Imperio colonial 32 Las Revoluciones Europeas y la Independencia Latinoamericana La Revoluci6n industrial El concepto de Revolucién Industrial se inventé duran'e el siglo XIX para dar cuen- ta de las transformaciones que introdujeron el maquinismo y la energia a vapor en la industria textil inglesa. El término “revolucién” indica no sélo que se aceleré el ritmo de crecimiento sino una verdadera transformacién econémica y social: las méaquinas y el sistema fabril reemplazaron a los artesanos, cambiaron las formas de producir y también las relaciones sociales. Las primeras fabricas fueron las hilanderfas (establecimientos donde se cardaba el algodén para hilarlo). Mas tarde, la mecanizacién se complet en toda la industria algodonera y lanera, desplazando a los tejedores manuales. Las innovaciones del telar mecanico y la hiladora automatica dinamizaron e impulsaron el liderazgo de la industria moderna (con sus costos bajos y precios competitivos) y el desarrollo del capitalismo clasico. Inglaterra fue el primer pafs industrial de Europa y del mundo. Entre 1780 y 1815 Gran Bretafia mantuvo el monopolio de la industrializacién y de las relaciones con los demés continentes, su economia se bas6 en las exportaciones y en la expansién del comercio internacional. Habia entonces buenas razones para que la politica exterior briténica favoreciera en la primera mitad del siglo XIX, la independencia de Latinoamérica y la apertura de China. Los telares de Manchester inundaron los mercados latinoamericanos, con sus tejidos de algodon y lana. América Latina representé entonces el mayor mercado para las exportaciones britdnicas que alcanzaron un 35% en 1840. Exportaciones briténicas de piezas de algodén Ato Europa y EE.UU. Mundo subdesarrollado 1820 60,4 % 318% 1840 29,5 % 66,7 % 1860 19,0% 73,3 % 1880 98% 82,0 % 1900 7.1% 86,3 % Fuente: Eric Hobsbawm, Industria e imperio. Por otra parte, la industria textil inglesa demand6 cada vez mas importaciones de algodén en bruto. Las regiones abastecedoras de esta materia prima, fueron funda- 33 Los destructores de maquinas El ludismo, fue un movimiento de los obreros calificados ingleses que procedi6 ala destruccién de los telares mecénicos ylas maquinas “ladronas de trabajo”. A principios del siglo XIX ésta fue una ex- presin de protesta en los talleres donde Ia mecanizacién llegé a representar una verdadera amenaza para el oficio del te- jedor manual Como forma inicial de lucha obrera estu- Vo dirigida a la destruccién de la propie- dad (Ja materia prima, el producto termi- nado o las maquinas). Sin duda, el sabo- taje de los trabajadores contra la aqui naria fue un medio de presién sobre los patrones, para obtener concesiones res- pectoa salarios o para mantener las con- diciones laborales. Este tipo de conflicto, se dio en las prime- ras etapas de la fabrica textil en Inglate- rra; la destruccién de la propiedad (es- tropeando la lana, cortando los pafios de los telares o destruccién de los bastido- res) resultaba muy efectiva. Segtin Hobsbawm el ludismo fue una expres: de protesta de los trabajadores en la pri- mera fase de la Revolucién Industrial, antes de la existencia de los sindicatos en Inglaterra y de las huelgas como for- ma de lucha obrera. Compuiieras + Maqiahe eh a SW TRABASO Yo. mokmas DE WAnBRE: Sumas 4 wdcerens PURE = mentalmente los estados surefios de Estados Unidos (que lo producia en sus plantaciones esclavistas) y luego la India. El modelo britdnico de crecimiento basado en el mercado exterior (es decir, que buscé ven- der sus manufacturas en los mercados colonia- les) dio lugar a un circuito de comercio mun- dial y a la importacién de una serie de produc- tos popularizados durante el curso de la Revo- lucidn Industrial: el té, el café, el cacao, el azti- car, el tabaco y el algodén. Si exceptuamos el té importado de China, todos los demés articulos seran producidos en América. Sin embargo, en el aspecto humano, los resul- tados de la Revolucién Industrial, fueron ca- tastr6ficos especialmente para los trabajadores de las primeras generaciones industriales. La pauperizacién y la destruccién de las viejas formas de vida afectaron a millones de perso- nas (en las que se incluye la miseria de los pesinos irlandeses, los jornaleros agricolas y artesanos desplazados por el progreso técnico). La penuria econémica se combiné en las ciu- dades industriales como Manchester y Birminghan, con la ideologia politica: surgi el cooperativismo, el movimiento ludista (la des- truccién de mAquinas) y los sindicatos, recono- cidos oficialmente en Gran Bretafia hacia 1870. hosaTROS “S HACEMaS PAPILLA ‘LUA iQUIKS eR 195 BURDESES N- | JS VENTA nag. AS} Page, paeesies | / a) PAPILA A es) a NOSOTROS cm Dd} Tlustraci6n de Tabaré para Pequeiia historia del trabajo (ilustrada). 34 LES ODOC RC ERAER RC sre ecw TRU tertennl La Tlustracin europea y su influenciaen América El siglo XVII se caracteriza, en Europa, por la difusién de las nuevas ideas politicas, econémicas y sociales que se estan en Inglaterra, Francia y Alemania. Los burgueses reclaman su derecho a parti- cipar en el gobierno, y proclaman los principios del liberalismo: libertad individual, libertad de expre- sién, derecho de propiedad, no intervencionismo del Estado en la economia, tolerancia religiosa. La Tustracién fue un movimiento intelectual que proponia la emancipacién del hombre del Estado abso- lutista y de la Iglesia. Tenia fe en la ciencia y en la razén para organizar la sociedad. En Gran Bretafia, con la “Revolucién Gloriosa” de 1688, se habia limitado la autoridad real e impuesto la monarquia parlamentaria, que representé un modelo politico para los pensadores ilustrados (John Locke, Francois Voltaire y baron deMontesquieu). También los principios de la Ilustracién tuvieron influencia en algunas monarquias europeas, que emprendieron reformas orientados por los mejores consejeros, pero sin perder el rol centralista del Estado. Su lema era “Todo para el pueblo pero sin el pueblo”. A esta forma de gobierno se la denomind despotismo ilustrado. Pese a la censura, los libros que difund{fan las ideas de los pensadores iluministas, circulaban con relativa facilidad en América. Sus lectores eran comerciantes, profesionales, eclesidsticos, oficiales de alta graduacién en el ejército ¢ intelectuales en general. Muchos lefan porestar a la moda o actualiza- dos, y su estudio no implicaba que las ideas fueran aceptadas o asimiladas. Aunque las Nuevas Ideas no hayan sido una causa directa de la lucha por la libertad en América, influyeron en los pensadores criollos que tenian una actitud independiente frente a las instituciones coloniales o tradicionales, una preferencia a seguir los dictados de la razén mas que los de la autori- dad, una visién mas critica frente a su presente. Manuel Belgrano, por ejemplo, intent6 cambiar la mentalidad de las autoridades coloniales (trabajaba como Secretario en el Consulado de Buenos Aires) a fin de lograr el progreso econémico y social de nuestras tiertas. Es decir que, en un principio, sus objetivos fueron la reforma y no la revolticién. Pero pronto se desengaiié de sus posibilidades concretas de cambio: los hombres con los que debfa trabajar «no sabian mas que de su comercio monopolistay, es decir, sélo defendian sus intereses, muy diferen- tes de los del resto de la sociedad. Y prefirié dedicarse a hacer conocer sus propuestas por la prensa, para que algiin dia tuvieran eco en los demés. Hubo partidarios de la Tlustracién que fueron directamente opositores al régimen colonial espafiol. Algunos, como Antonio Narifo, imprimieron una traducci6n del francés de la «Declaracién de los Derechos del Hombre y del Ciudadano», por lo que fueron presos. Otros, como Francisco Miranda, intentaron buscar ayuda en Inglaterra para liberar a su tierra. La Tlustracién en Portugal En los distintos paises europeos, los reyes que intentaron gobernar segtin las nuevas ideas,designaron ministros iluministas 0 ilustrados. En Portugal se distingue el marqués de Pombal (1699-1782), quien, segtin las corrientes enciclopedistas, realiza reformas pero bajo una forma de gobierno despética Trata de romper el monopolio inglés, prohibe exportar moneda, organiza la flota y los puertos, fomenta Ja exportacién de sus productos coloniales, funda el Banco Real, concede privilegios para el comercio con las Indias; reforma la ensefianza; concede la libertad a los indios y elimina las misiones en el Brasil, expulsando a los jesuitas de sus territorios; rompe la relacién con el Papa; dicta la abolicién de laesclavitud en Portugal y sus colonias, etcétera. Debemos aclarar que estas medidas no fueron cum- plidas por los terratenientes (capitanes) brasilefios. Con sus resoluciones, Pombal favorece a la bur guesiaascendente, valoriza el rol de los profesionales, artesanos y comerciantes, disminuye los privi= legios de los nobles y terratenientes, y crea fabricas. Estas disposiciones provocan la oposicion de las clases antes privilegiadas (a las que reprime); cuando el rey José I fallece, su sucesora -aconsejada por lanobleza~destierra al marqués de Pombal. 35 Laobra del rey espafiol Carlos III segiin su ministro Jovellanos “La enumeracién de aquellas providen- cias (la obra de Carlos III) ha sido objeto de otros mas elocuentes discursos. Mi plan me permite apenas recordarlas. La erecci6n de nuevas colonias agricolas, el repartimiento de las tierras comunales, la reduccién de los privilegios de la gana- derfa, la abolicién de la tasa y la libre cir- culaci6n de granos, con que mejoré laagri- cultura; la propagacién de la ensefianza fabril, la reforma de la policia gremial, la multiplicacién de los establecimientos in- dustriales, y la generosa profusi6n de gra- ciasy franquicias sobre las artes en bene- ficio de la industria; la rotura de las anti- guas cadenas del trafico nacional, la aper- tura de nuevos puntos al comercio exte- rior, la paz del Mediterréneo, la periédi- ca correspondencia y la libre circulacién con nuestras colonias ultramarinas en obsequio del comercio... qué materia tan amplia y tan gloriosa para elogiar a Car- los III y asegurarle el titulo de Padre de sus vasallos!... Ciencias titiles, principios econémicos, espiritu general de ilustra- cién: ved aqui lo que Espafia deberd al reinado de Carlos Ill” (Memorias- Gaspar Melchor de Jovellanos) Actividad para el alumno: a) ¢Porqué obras se puede afirmar que Carlos Ill fue uno de los déspotas ilustrados europeos? ZEn qué sentidos puedes decir que las caracteristicas de los Borbones son reformismoy centralismo? Por qué frase te das cuenta que el despotismo ilustrado es, al mismo tiempo, absolutismo? La época de los Borbones Mientras Inglaterra experimentaba un cambio econémico revolucionario, Espafia quedaba relegada a una posicién secundaria en Europa, con una economia esencialmente agraria y con dificultades para controlar su extenso imperio americano. Se dio la paradoja que la economia colonial dependia de una metrépoli europea subdesarrollada. La dinastfa de los Borbones, de origen francés, tom6 el trono de Espafia a comienzos del siglo XVIII tras una agotadora Guerra de Sucesién. Estos monarcas intentaron revertir las mala tuacién econémica y el atraso con respecto a las otras potencias, realizando una serie de re- formas modernizadoras tanto en la peninsula como en las colonias. Aprovechando la expe- riencia de sus parientes franceses, los Borbones procuraron que Espafia deje de ser un pais marginal dentro del ambito europeo. Para lograrlo reforzaron la explotacin de sus colonias como fuente inagotable de metales preciosos (las minas mexicanas cumpliran este papel durante el siglo XVI), y las transforma- ron en consumidoras de los productos indus- triales espafioles, prohibiendo las industrias americanas que les pudieran hacer competen- cia. Asimismo, las reformas borbénicas incrementaron los ingresos en concepto de re- caudacién de impuestos. Con este propésito aumentaron el control politico, cteando nuevas divisiones administrativas (dos nuevos virreinatos e intendencias) y evitaron el nom- bramiento de criollos en puestos de responsa- bilidad gubernativa. Ademis, los Borbones pre- tendieron reducir el poder de la Iglesia y sus privilegios en América. En 1767, se expulsé a los Jesuitas de todas las colonias, expropiando sus bienes, y se exigid a la Iglesia americana enviar a Espajia el dinero que recaudaba como «fondos de caridad». En Paraguay, los jesuitas habjan constituido un verdadero enclave eco- némico, “un estado dentro del estado colonial”, 36 Las Revoluciones Europeas y la Independencia Latinoamericana posefan haciendas y propiedades, ademés de organizar lucrativos comercios con las provincias vecinas. Virreinatos e Intendencias espafiolas en América En el capitulo anterior hemos mencionado que, para gobernar América, los espafio- les establecieron Virreinatos de gran extensién; su cabeza, el virrey, estaba controla- do por la Real Audiencia, por inspecciones 0 “visitas” y por el juicio de residencia. En el siglo XVIII, para poder controlar mejor a los gobernantes y a los gobernados, se subdividieron los dos virreinatos que habia (el de Nueva Espaiia, con sede cen- tral en México, y el Virreinato de Pera, con capital en Lima), creandose el virreinato de Nueva Granada (en 1717, integrado por Colombia, parte de Ecuador y Panama) y el de! Rio de la Plata (en 1776, compuesto por Argentina, Uruguay, Paraguay, Bolivia, y algunos territorios que hoy forman parte de Brasil y de Chile). También se crearon nuevas Capitanias Generales, de rango inferior al virreinato, pasando a ser cuatro: la de Venezuela, la de Chile, la de Guatemala y la de Cuba y La Florida. Y para controlar mejor esos aun extensos territorios, se los dividié en Intendencias, sistema ya aplicado en la peninsula. El Virreinato del Rio de la Plata tuvo como causas de su creacién, la presién portu- guesa sobre la Banda Oriental, las amenazas de usurpacién por parte de ingleses y franceses en nuestro sur, el contrabando que se efectuaba a través de la Colonia del Sacramento, las grandes distancias que habia que recorrer entre la capital de! Virreinato del Perti (Lima) y la capital de la Gobernacién de Buenos Aires, asf como también los intereses de los comerciantes de Buenos Aires que pretendian una co- municacién més directa con Europa. En el lenguaje de la época, significaba “poner- le puertas a la tierra”. El Virreinato del Rio de la Plata se dividid en ocho Intenden- cias: Buenos Aires, Paraguay, Cordoba del Tucumén, Salta del Tucuméan, Potosi, La Paz, Charcas y Cochabamba; y cuatro Gobiernos Militares (en las zonas mds peli- grosas por el asedio extranjero, o menos pobladas por espafiotes): Chiquitos, Moxos, Montevideo y Misiones. Aspectos negativos de las reformas Borbénicas para América Las reformas fortalecieron la posicién del Estado a expensas de los sectores priva- dos; de este modo representaron un ataque a los intereses locales (como a los co- merciantes de Lima o de otras ciudades de América hispanica). Por ejemplo, el Re- glamento de Libre Comercio de 1778 estimuld a algunos sectores de la produccién colonial: beneficié a la ciudad de Buenos Aires porque tuvo posibilidad de expor- tar mayor cantidad de cueros; Venezuela exporté més cacao y Cuba, azicar, La medida terminaba con el sistema de puerto tinico y abria nuevos puertos america- nos para el comercio con los barcos espafioles, que antes s6lo llegaban al Caribe. Sin embargo, dejé intacto el monopolio espafiol, y fomenté el antagonismo entre los puertos que competian por los mismos productos, en lugar de buscar la integracion mediante el comercio intercolonial. Aunque ya existfan rivalidades entre zonas be- neficiadas o marginadas, éstas se acentuaron: Lima contra el Rio de la Plata, Chile 37 contra Peri, Buenos Aires contra Montevideo. Esta fragmentacién colonial se tradu- jo més tarde en la formacién de distintos Estados, tras la independencia. Las sublevaciones americanas El aumento de los impuestos coloniales a pagar por los criollos e indigenas provo- cd numerosas reacciones en América , aunque cada sublevacién tuvo caracteristicas diferentes, o no coordinadas entre ellas. Entre los movimientos mas destacados po- demos mencionar el de los comuneros en el Paraguay (1721-1735), la rebelién de Venezuela (1749-1752), la revuelta de Quito (1765), el movimiento del Socorro (Nueva Granada, 1781), el de Nueva Granada y la sublevacién de Tupac Amaru (Peru, 1780). También los portugueses sufrieron insurrecciones como las mineiras o la de Tiradentes. En general, cuando las protestas por el mal gobierno partian de vecinos importan- tes, las autoridades terminaban con la situacién sin demasiada violencia; en cam- bio, cuando participaban las clases bajas o indigenas, eran brutalmente reprimidas. Los criollos preferian no formar alianzas con los pueblos indigenas: en algunas oca- siones, aprovechando una rebelién de los vecinos, se sumaban los mestizos, mula- tos, esclavos y gentes de «castas»; pero los criollos, asustados, percibian estas movilizaciones como una amenaza y optaban por colaborar con las autoridades para suprimir las consecuencias no deseadas de su propio movimiento. Los secto- res criollos temian més a la revuelta social que a la opresién de los espafioles, ya que su nivel de vida dependia en muchos casos del trabajo indio en las minas, en las haciendas y en los obrajes, y no querfan descender en la escala social. Aunque estos movimientos no buscaron la independencia, contribuyeron a que los criollos tomaran conciencia de su condicién de americanos y no espatioles. BVEGOBIERHO La sublevacién de Tiradentes En Brasil hubo rebeliones por causas econémicas y de sometimiento de los trabajadores. En 1720 estu- vieron las agitaciones mineiras, en el estado de Mi- nas, que terminaron con fa vida de los cabecillas. En 1789, un grupo de estudiantes y poetas se uni6 a Joaquim da Silva Xavier, alias Tiradentes (antiguo oficial del ejército que también ejercia como dentis- ta), incentivados por la independencia norteameri- cana y Ia Revoluci6n francesa. Tenfan el lema “La libertad, aunque tarde, vuelve su mirada al débil”, y resolvieron hacer una insurreccién local teniendo como pretexto el cobro de impuestos atrasados del rey, Descubiertos, fuieron procesados; sus compafie- ros proclamaron su inocencia, pero igualmente fue- ron enviados presos al Africa. Tiradentes, que man- tuvo su postura, fue ahorcado. Fjecucién de Tupac Amari por Guamsn Poma de Ayala. 38 ets Cory STOR ERE EBCUO Ca CReCe RCTs erry La rebelién de Tapac Amaru José Gabriel Condorcanqui (1741-1781) nacié en el corregimiento de Tinta, Virreinato del Perti, y fue educado por sacerdotes. Descendiente por via materna del Inca Ttipac Amaru (quien fuera ejecutado por el virrey Toledo en 1572, acusado de rebelidn), logré por ello que se lo declare legitimo cacique de los pueblos de la region, y adopté el apellido de su antecesor. En 1780, Ttipac Amaru comenzé en Tinta Ia sublevacién més grande en Ja historia colonial americana, con la ejecucién del odia- do corregidor (gobernador espajiol). Las causas de la insurreccién eran profundas: el peso del tributo, los diezmos y el sistema de la mita minera en Potosi, represen- taban pesadas obligaciones para las comunidades y eran el origen del malestar so- cial. La adhesion masiva de los pueblos indigenas, estremecieron a las autoridades espafiolas. Derrotado en abril de 1781, Tupac Amaru cayé prisionero junto con su esposa Micaela Bastidas, dos de sus hijos y numerosos parientes y seguidores, Sus ejecuciones fueron tremendamente crueles: a Téipac Amaru primero le cortaron la lengua y luego intentaron descuartizarlo tirando cuatro caballos de sus miembros. Al no poder con él, lo decapitaron. Sus miembros despedazados y los de su familia y compaiieros de lucha fueron diseminados por distintos lugares de Perti, para que Sirviera de escarmiento. Sin embargo, su hermano Diego Cristdbal continué con el liderazgo en Perit y Téipac Catari en el Alto Perti (Bolivia) hasta su ejecucién por los espafioles. El 12 de septiembre de 1781 las autoridades espafiolas, con las rebelio- nes sofocadas, otorgaron un indulto general para todos los participantes de la rebe- lién y algunas concesiones administrativas, econémicas y sociales a los indios. ‘Tépac Amaruy la sublevacién indigena La rebelién de Taipac Amaru es el movimiento anticolonialista, reivindicador y precursor de justicia sociat e independencia politica mas importante que haya tenido el Peri. Su valor aumenta silo recor- damos como un suceso anterior a la revolucién francesa —que tantos otros movimientos propicié- y acaecié cuando todavia la revolucién separatista estadounidense estaba en plena pugna. ELlevantamiento del caudillo es complejo. Comienza con una protesta contra la lirania colonial de las autoridades, al compas de entrecruzamientos favorables. El proceso siguié entonces un ritmo ascen- dente. De la protesta en sordina se pasé a la gestién pacifica, dentro del marco de la ley. Cuando la justicia de los funcionarios reales aparece claramente ineficaz, Téipac Amaru ensayara reclamar ante los estrados judiciales. Descubre entonces que (... el virrey se lava las manos. (...) La otra cara del problema aparecerd merced a sus contactos provechosos con miembros del grupo criollo renovador, progresista (...) El impacto ideolégico que recibe, modifica y perfecciona sus puntos de vista. A la motivacion indigenista y reivindicatoria del incanato, a la simple revancha de casta, seguir un sen- tido de integraci6n pervanista avasallador. (...) El mayor temor del caudillo es la interna division que contempla alzarse entre indios y mestizos y en cada una de dichas castas. Por eso sti lenguaje es conciliador para los criollos que acepten su movimiento y hasta para los peninsulares que jo siguie- sen. Cuando Tripac Amaru da el grito rebelde, todos los grupos no-privilegiados siguen sus banderas. (.-) paulatinamente, Téipac Amaru varia de conducta. Del inicial fidelismo caracteristico, de la biis- queda de justicia social, pasa a una clara posicién independentista (...) En este momento hay un claro entrecruzamiento de diversos intereses de casta. Los indios y otros grupos no privilegiados desean, a cualquier precio, romper un yugo insoportable, estimulado por el recuerdo de sus antiguas grandezas. Las autoridades peninsulares buscan ahogar el movimiento subversivo en sus territorios, ganados perpetuamente por derecho de invasion y conguista. Por tiltimo, un grupo intermedio, predominante- mente criollo, aspira a reformas saludabies, legando hasta un gobierno virreinal propio que no desco- 39 noce la autoridad del Rey. (... Entre las solicitudes de Titpac Amant figuraban) que los Indios de Tinta estén eximidos de servir en a neuralgica mita de Potosi y, en general, que se otorguen condi- ciones de trabajo mas aceptables a los indios mineros y textiles, que la administracién de justicia mejore y se erija una Audiencia enel Cuzco. Daniel Valcarcel, La rebeliéi de Tripac Amaru. Significado hist6rico de la rebelién de Tapac Amaru Tiipac Amaru no se propuso meramente la restauracién de los Incas, sino que breg6 por la implantacién de un régimen iguali- tario para todos los naturales de América. Tampoco persiguis el fin de reimplantar la cultura indigena. En este sentido, lo mas notable es su veneracién de la fe catélica. Lo que caracteriza al movimiento por élencabezado es el sincretismo politico (monar- quia inca e igualitarismo) y cultural (catolicismo y valores espi- rituales autéctonos). Es facil percibir en ello ademas de su pro- pia formacién espiritual, el poderoso influjo de la época. @oleslao Lewin, Tiipac Amaru). Tapac Amaru. La independencia de los Estados Unidos, la Revolucién Francesa y su impacto en América Latina ‘Los Estados Unidos fueron las primeras colonias que dejaron de serlo para consti- tuir la primera nacién independiente del continente americano. La formacién de Estados Unidos de América (en 1776), fue el resultado de la emancipacién de las trece colonias inglesas. Estados Unidos —una nacién que ni siquiera tiene un nombre— fundé una ordena- da y conservadora republica, muy diferente a la francesa. La idea de que los hom- bres nacen libres ¢ iguales que sustenté los origenes de la nacién norteamericana, excluy6 a la poblacién de origen africana y mantuvo la vigencia de la esclavitud. Sin embargo, un veinte por ciento de la poblacién total de las colonias rebeldes era negra. En 1776 el Congreso Continental resolvis el cese de la importacién de escla- vos, pero esta disposicién fue més antibritanica que antiesclavista. El primer presi- dente de los EE.UU., George Washington, era un plantador del estado surefio de Virginia y propietario de esclavos. En este sentido, la revolucién no modificé el orden social ni econémico, como ocurriria con la revolucién francesa. La Constitucién de los Estados Unidos es ahora la constitucién escrita mas antigua del mundo y no ha sido fundamentalmente modificada, a excepcién de algunas enmiendas. Puede considerarse como un verdadero contrato social, como postulaban las ideas de la Ilustracién. La independencia norteamericana tuvo muchos admira- dores entre los intelectuales latinoamericanos. En cambio, el modelo de revolucién que significé Francia en 1789, no encontré muchos adeptos entre la burguesfa criolla. Pese a que los sectores criollos querian la igualdad con los espafioles, no opinaban lo mismo con respecto a la igualdad para las clases mas bajas de la sociedad colonial (indios, negros y castas). 40

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