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WE Cag Cota oe Pe EEO © se nos ocurrié un modo més polémico de empezar este capitulo que citar un epigrafe "en con- oH tra": la literatura entendida como aquello que producen y consumen los que nada tienen que ha- cer, quienes pueden cisponer a su antojo de todo el tiempo del mundo, enfin los muy vagos. Claro que Flaubert (1821-1880), uno de los novelistas més importantes de la historia de las letras, no creia eso (a decir verdad, era bastante critico) En su diario intimo y en diversas cartas dej6 testimonio del arduo trabajo que supone componer una pagina o encontrar la palabra justa para acabar una frase. En realidad, en su Diccionario, que no pudo terminar y que se publicé después de su muerte, preten- dia registrar todos los lugares comunes de su época. (Que es un lugar comin? Algo que se dice sin ton ni son, una frase sin verdadero fundamento que, de tanto repetirse o escucharse, se convierte en verdad absoluta ¢ indiscutible, aunque no haya sido comprobada. Por ejemplo, segiin el novelista, que sélo los ‘ociosos se interesaban por la literatura era una idea habitual entre sus contemporaneos. En nuestros dias este lugar comtin se mantiene, Basta con echar un vistazo a los programas de tele- Visién para comprobar que cada vez que se representa a un escritor 0 un aficionado a ls letras se lo ca- racteriza como bohemio. © —més lugares comunes— como "loco lindo", como ser sufriente o intole- rante y caprichoso, o tan especial “que no parece de este mundo”. 2G BGR Senpes ee Persia es ae Teleneneles 0 coneaics relacionadas con la literatura o el arte en general éCémo estan representados? No importa si se considera que la literatura es tarea de genios 0 de locos, de sufrientes o de insufri- bles;la morale es la misma: jhuyamos cuanto antes! Si aceptéramos esto, més nos valdria cerrar este lx bro y.lo que es peor, todas las novelas, poesias, obras de teatro... Gran parte de a literatura es otra cosa: ni esté fuera de! mundo ni es una actividad indtil que no re- quiere del trabajo. Eso es lo que intentaremos plantear en este capitulo, Para ello daremos respuesta dos preguntas: + (A qué se llama literatura? + {Cuando se considera literaria una obra? SG UMNNTTE sere lee eee poco ree seleccionamos otra cita. "hay que quitar a fa literatura su aire sacramental y liberarla de sus tables sociales para aclarar el secreto de su poder. Sdlo entonces tal vez pueda rehacerse [...] la historia de los hombres en sociedad segtin ese didlago de los creadores de palabras, de mitos y de ideas con sus contempordneos y su posteridad, al que por el momento Ilamamos literatura,” R Escarpit, Sociologia de la literatura, fn © Alque Grupo Exitor S.A, Prof © Aique Grupo Editor S.A, Prohibida su reproduccién, © Aique Grupo Editor §.A, Prohibida su reproduccién, © Aique Grupe Editor S.A, Prohibida su reproduccién. ‘Segiin lo expuesto, écémo explicarian la propuesta de R. Escarpit de quitar y liberar a la literatura de ciertas coracterizaciones? Por otra parte, équé definicién de literatura arriesga el autor? Y ustedes, a partir de su experiencia con la literatura en afios anteriores, écémo la definirian? (Anoten todas las definiciones que surjan, incluso las que sean “en contra’, para revisarlas y comentarlas més adelante.) A qué se lama literatura? Si la materia de la miésica es el sonido y fa dela pintura, el color;es sencilloinferir que la dela litera- ‘ura es fa palabra 0 —para expresarlo mejor, ya que la palabra aislada, “suelta’,no signtica nada— el dise curso 0 el texto. ‘La respuesta ala pregunta del titulo pareceria, entonces, resuelta:las obras de la literatura son discur- S05, Pero la cuestién es mas compleja Las obras musicales, pictoricas, literarias se construyen a partir de materiales comunes a los que se emplean para elaborar las melodias que acompatian la espera telelSni- «alas tinturas para el cabelio y los chistes guarangos, respectivamente. En conclusin, para definir la mi- sica, la pintura, la literatura de forma clara y distinta, no alcanza con considerar aquel material con el cual se las construye nciar una t6ricd de tia mancha 0 publicitatio, y asf como el matérial sonido no basta para diferenciar una pieza musical artistica de una alarma, la consideracién de Ia pala- bra como material que constituye la literatura no permite distinguir una novela de una anéedota cotidiana 0 una poesfa de una adivinanza, Centrémonos en la literatura, Para salvar el problema de su definicin, en algunos ‘casos se agrega como aspecto distintivo la belleza; la literatura seria la construccién de palabras 0 discursos "bellos", Con la definicién anterior, sin embargo, la dificultad no s6lo persiste sino que se acre- Genta, por el simple motivo de que fo bello (como lo bueno, lo correcto, lo puro) es rela- tivo, es decir, varia segin las épocas, ls culturas, los grupos sociales, los individuos. —@ Busquen en distintos diccionarios la definicién de literatura Registren los rasgos que se mencionan. Incluyen alguno de los lugares comunes citados antes? ‘Tres concepciones de la belleca a la que debe expirar la mujer. Evidentemente, las concepciones acerca de lo bello cambian con el tempo (publicidades de 1912; 1954 y 1997) —2@ ins cisstiones planteades por’ Viteghane en’ relacién con los sentidos que cada lector encuentra en lo que lee no se restringen a émbitos especializados ri a los textos literarios, Elijan cualquier pelicula que hayan visto todos los integrantes de su grupo de estudio y expresen de a uno cudl fue el detalle més importante: dejen de lado uestiones obvias como quién es el asesino y verén que la atencién de cada uno sabe lo que busca: un sentido preferencial (430 p “memoria] que taza la perspectiva de lo que pue- den leer. Desde. alli, [..1] evalan en cada texto ‘Io que se dice mal’, ‘lo que nunca oyeron decir tan bien’, o To nuevo que, desde entonces, for- ‘ard parte de su’patrimonio de juicio [..). Esa biblioteca expresa lo que ese lector entiende por literatura, No es la definicin que podria dar un manual, ni 1a definicin de diccionario, sino el sentido que para é1 debe tener la literatura: qué busca en los textos que lee, qué deben tencr pa- ra que le interesen, cudles son los sentidos que lee y cudles deja a un costado.” M. Vitagliano, Lecturas eriticas sobre la narrativa argentina. © Alque Grupo Editor S.A, Prohibida su reproduccién, © Aque Grupo Editor 6.4. Prohibida au reproduce: © Alque Grupo Editor S.A. Pronibiaa su reproduccién WFR CoH eT ATRIA EEA oh og Siu © Aique Grupo Editor S.A. Profibida su reproducci* Entonces, ¢qué hacer! Una posibilidad seria resignarnos a no definir més que en forma personal —a literatura segin cada lector— algo tan huidizo y limitarnos a sefalar que, en general, la literatura es lo que incluye la poesia, el cuento, la novela y ei drama otra opcién consistiria en proponer algunas aproximaciones que muestren que, si bien los lec- tores son ilimitados, las lecturas no son infnitas: por encima de las particularidades exclusivas de la Nectura de cada uno habré algo en comin que haga que distintos lectores mantengan un punto de vista semejante. Elegimos esta Gltima. Por un lado, porque entender —aunque sea provisoriamente— fo que significa la literatura en la sociedad, lo que son las escalas de valores de la sociedad concernientes a fale teratura, puede resultar de gran ayuda para acceder a un texto literario, Por el otro, porque reconocer sus particularidades permite revelar —en parte, al menos— “el secreto de su poder" lentes Yerminog poesia, cuento, novela y drama, Apunten esas definiciones. Ya sabrén, a esta altura, que el diccionario no basta para definir en forma acabada términos como éstos; pero en lo que sigue del capitulo utilizaremos poesias como ejemplos y los dos restantes estardn dedicados integramente al drama ¥ !a novela, respectivamente, con lo que las definiciones se inén completando y rectificando, Retomemos una definicién del apartado anterior: las obras literarias son discursos. Es correcta, pero, como planteamos, insuficiente. Si pretendiéramos enumerar los discursos orales y escritos que pro- dducimos y comprendemos en un dia de nuestra vida, la lista seria casi in- terminable: conversaciones familiares, entre amigos, entre vecinos, entre pasajeros det colectivo; avisos publicitarios radiales, grficos, televisivos; exposiciones en clase; noticias deportivas, policiales, poiticas; anécdotas; chistes y un larguisimo etcétera, De esas variadas manifestaciones discursivas apenas algunas reciben el nombre de lterarias y, mds especificamente, de géneros literarios. Ade- mas, salvo excepciones (los aficionados a su lectura o los que se dedican a escribirla), su cireulaci6n es muy restringida: se lee literatura en las ins- tituciones escolares. Sobre esto iltimo, volveremos en un préximo apar- tado. Lo que ahora nos interesa es plantear si es posible comprender por qué denominamos literatura a un grupo limitado de los tantos discursos sociales. Dicho de otro modo: qué es lo que distingue a los literarios de los restantes discursos. Existe bastante acuerdo en reconocer dos aspectos como constituyentes de lo espectico de la lteraturael cardcter ficcional y la funcién estética. ectores pos de lectores tienen jideas 0 concepciones acerca de qué es lo litera- Tio, Jos autores y los movimientos en que éstos se inscriben tienen poéticas. {Qué es una poética? ‘Una toma de posicién frente a Jo literario y dentro del campo literario, Las poéticas proponen una reflexiGn, un plan de accién, sobre la propia préc- tica de hacer literatura (Para qué debe servir la literatura? {C6mo debe ser para que sirva a esos fines?); en algunos casos, las poéticas se exponen a través de escritos denominados manifiestos, La literatura como invencién El término fiecién (que proviene del verbo latino “fin- gore") significa, originalmente, tanto “mentir” como “repre- sentar”. Son ficciones todos aquellos discursos en los que se simulan acciones 0 acontecimientos imaginarios, produc- to de Ia invencién o recreacién de un autor, Con el nom- bre de no-ficcién, en cambio, se designa el discurso que presenta situaciones reales, efectivamente ocurridas. Los géneros literarios (liricos, narrativos o dramaticos), en- tonces, son ficciones. Lean, por ejemplo, la siguiente poesia: En Jo mitad del borranco las navajas de Albacete, bells de sangre controria, relucen como los peces. Una dura luz de ncipe recorta en el agro verde cabailos enfurecdos y perfiles de jnetes. En la copa del olvo loran dos viejas mujeres. El toro de a reyerta se sube por las paredes. 4 £132 MARTIN FIERRO Manifesto det movimiento literario Martin Fierro “vimientos acerca de Ja literatura, “existen intentos, més generales ain, por caracterizarla y dar respuesta a Jos problemas que plantea. Se trata de ios provenientes de las teorias fiterarias (hay muchas). Si bien parten de las mismes preguntas que Jos lectores y las poéticas, las teo- rias literarias estén a cargo de per- sonas especializadas que proponen ‘un método de andlisis de lo literario luego de detimitarlo, El formalismo ruso, que presentaremos en la pégi- na 139, es una teora fteraria © Aue Grupo Balter S.A, Prohibida su reprocu © Aique Grupo Editor S.A. Prohibida su reproduccion © Aique Grupo Editor S.A. Pronibida su reproduccién. © Aique Grupo Editor S.A, Pronibida su reproducetén. Angeles negros traian patiuels y agua de nieve Angeles con grandes alos de navojas de Albacete. Juan Antonio el de Montila rueda muerto Ia pendiente, su cuerpo leno de lias y una granada en las sienes. ‘Ahora monta cruz de fuego, corretera de la muerte. Federico Garcia Lorca, Reyerta. Bl texto de Federico Garcia Lorca (Espafa, 1898 -1936) describe una pelea entre gitanos que ‘culmina en un crimen. Sin duda, la’reyerta en si es absolutamente verosimil, es decir, posible 0 cretble.In- uso, pudo haber estado originada en un hecho no ficcional, No es necesario remitirse 2 la Espafa de la década del veinte para encontrar casos semejan- tes; en la actualidad, las secciones policiales de los diarios nos informan a menudo sobre crueles enfren- tamientos. Pero, al margen del origen de la anécdota de la poesfa (un epi- sodio real o inventado), el universo que presenta es absolutamente fabu- lado, es producto de la invencién de su autor. Entre otras cosas, por algo tan evidente como la incorporacion de elementos y situactones imagina- ros que se trepan, Angeles, una carretera de la muerte. El que produce literatura ofrece un mundo imaginario y el lector lo recibe como tal, De alli que no seria necesario pedirle al autor precisio- nes sobre el episodio (a qué hora se produjo, entre qué calles) 0 sor- prenderse porque haya angeles que bajen a ofrecer sus pafuelos. Entre el autor y los lectores se establece un pacto también imaginario: acep- tamos que todo esto es una invencién. Salvo que el lector rompa ese acuerdo (jesto es absurdo, increible, disparatado!), la literatura sigue funcionando. ri proponerles un caso problemético: la novela histérica (que gina ten torno a la vida de un personaje real), ces un texto ficcional? (a La diferencia entre la ficcién y la no-fic- cién se adverte sin diicultad, En un caso, {'» Novela “historia” : ros encontramos con hechos, personajes, | Em la actividad anterior habla lugares y tiempos imaginarios. En el otro, |. Una trampa (0 algo asi), Les al reales. Se trata de mundos diferentes. preguntébamos si las novelas tincién 5 menos evidente. La fccién y la | L#*espuesta ea simple: si son no-fecin se aproximan, En la poesia de novelas, son ficciones. Eso, al po pity eeopaaaaie my Lorca,ese acercamiento es minimo:elnom- | muchas de las situaciones que LS rl bre (verosimil) del personaje y la referencia | ce rejaten o incluso ciertos a a la ciudad espafiola de Albacete en donde | textos que se transriben (car- se fabrican navajas, Cuando, como en este | tas, por ejemplo), sean reales. 20, 3 incluye alguna referencia al mundo no ficcioral, se trata s6lo de un recurso de la literatura para producir un efecto de realidad. ;Con qué propésito? El de volver verosimil (posible o cre- ble) el texto y, al mismo tiempo, provocar incertidumbre en elector acerca de la verdad 0 no de lo que se presenta, Por ciltimo, algunos textos literarios pueden presentar limites muy borrosos entre la fccién y la no- ficcién, de tal modo que éstas resultan casi indistinguibles. Sin embargo, hay casos en que esa ais- | histricas eran ficiones 0 no. 4 obras de teatro que acompaftan este libro? Cuando no se puede decidir ef cardcter de ficcién 0 no-fccién por los elementos dados en el propio texto, el Unico eriterio para determinarlo es el de considerar lo que sefala el paratexto. Los elementos paratextuales (el titulo el nombre de la colecién o el género al que pertenece —novela, poesia, drama—, cetcétera) anticipan el contenido del libro y, ademis, lo clasfican dentro de la inmensa variedad de discur- sos existentes. En conclusion, el discurso literario no representa el mundo real sino un universo imaginario, inventado por un autor Por eso no puede ser considerado ni verdadero ni flso (a diferencia de ura noticia © un re- lato histérico que podemos confirmar o desmentir). En todo caso, seré verosimil, es decir, crefble 0 post ble en ese mismo universo. El cardcter fccional marca, entonces, una diferencia entre los géneros lterarios y los restantes discur- 0s, Por ser ficcional, la literatura se aparta del mundo real, se presenta como un universo auténomo, io n (cualquier oportunidad es buena) y los libros que eparecen expuestos en algunas de las mesas, observen de qué modo los elementos paratextuales permiten deducir si se trata de tn texto ficcional o no, aun antes de haber lefdo la primera pdgina. (os citor SA. Prohibida su raproduccién, © Aque Grupo © Alque Grupo Ecttor SA. Prohibida su repradtucclén, itor S.A, Prohibida au raproduccion, © que Gripe Palabras préximas) como sinénimo de falsedad. Por ejempla: “eso es pura literatura’, Recuerden otros ejemplos. En relacién con lo planteado hasta ahora, esas afirmaciones son correctas? La literatura ces mentira? Relatos de hechos reales y ficcionales ‘Uno de los problemas que presenta la distincién centre hechos reales y ficcionales es que no se aplic6 siempre, lo que hace que muchas obras que sus autores y su ptblico de origen creyeron no ficcionales ahora se lean como tales o que el publico actual se encuentre dividido entre am- bas consideraciones, Las leyendas sobre los genes del mundo provenientes de diversas cul- turas 0 el Génesis mismo son buenos ejemplos ‘También lo son algunos “mapas”, supuestamen- te abjetivos, como el que aparece a la derecha (siglo XII). fegeasaame sen esta materia [de- Ja literatura), entre otfas'razones, porque se trata de una distincién dudésa. [...] Las tiras de Su- perinan refieren temas inventados pero, por lo ge- neral, no se consideran obras literarias y, cierta- mente, quedan excluidas de la literatura, Si se con- sidera que los escritos ‘creadores’o ‘de ficcién’ son literatura, quiere esto decir que la historia, la filo- sofia y las ciencias naturales carecen de creador y de imaginaci6n?” © Alque Grupo Editor S.A. Prohibida su reproduccion. T. Eagleton, Una introduecién a la teoria lteraria, para caracterizar la literatura, B Frmen un cdadre sindptica en el que se La escuela no es la dnica institucién que confor- rma el gusto o el jvicio estético, La universidad, las editoriales,los criticos, las revistas lterarias, las agru- paciones de escritores (movimientos, escuelas), los medios” masivos son otras tantas instancias en as que se establecen cénones de lectura. En ocasiones, no s6lo indican qué es lo que debe leerse sino tam- bién cémo debe interpretarse. Es importante aclarar que en cada institucién y entre ellas existen coincidencias, pero también opi- nines encontradas, conflictos por imponer los pun tos de vista propios. Ademés, esas mismas institucio- nes pueden variar sus juicios. Los textos literarios que irculan en la escuela son un ejemplo muy claro, Si bien muchos docentes de literatura coinciden en una serie canénica de escritores (por ejemplo, en literatu- ra espaftola,E!ingenioso hidalgo Don Quijote de fa Man- cha;en la argentina, el Martin Fierro), frente a otros au- tores presentan discrepancias, También se da el caso de que las institucionés es- tén presionadas por otras, por lo cual no pueden pre- sentar a ciertos autores, Durante los afios de la dicta- dura (hablamos de fa argentina, pero la observacién es vilida también para la espafiola), algunos de ios auto- res que citamos en este capitulo estaban censurados: Ratl Gonzalez Tufén, Miguel Hernandez y Leén Feli- pe, por ejemplo. diferencien estos conceptos: concepciones personales sobre la literatura, poéticas, teorias literarias y Teoria Literaria, sobre la Utétatura, las posticas (como la de Garcfa'Lorea) y las teorias literarias espoct cas (el fortialisino, por ejemplo). gQuién se ‘ocupa de sistematizar ls diferencias entre unas y otras, de definir cusles son sus objetos, de ‘mostrar sus limites? La disciplina denominada ‘Teorfa Literaria (en singular y con maytiscula), La Teoria Literaria indaga qué ideas sobre la literatura construyen las concepciones, poéti- cas y teorfas, Se trata de una metateoria: una teoria de las concepciones, posticas y teorias A diferencia de las teorfas, que conforman un saber especializado dentro y fuera de las insti- tuciones académicas, la Teoria Literaria précti- camente se restringe al Ambito de una institu: cidn: la universidad Las listas negras de 1a dictadura eran lo suficientemente extensas como para incluir hasta EI Principito. (A ta icquierda, ilustracién de su autor, Antoine de Saint Exupéry.) Gs Es cierto, como afirma Eagleton, que los cinones {que fjan las instituciones son arbitrarios e historicos. Es decir, estin sujetos a variaciones, reacomodamien- 10s, pérdidas y recuperaciones. Son las instituciones, en relacion confictiva 0 no con los escritores y los lectores, las que conforman esa lista de autores y cobras consagrados. En la determinacién de que tales obras sean clisi- 0s, textos dignos de ser leidos, intervienen muchos factores que no suelen ser sélo literarios (por ejem- plo, se len ciertas obras antiguas por ser testimonio cde un mundo pasado o por representar valores defen- didos 0 respetados por una cultura, etcétera); pero también hay valores lterarios. Por qué se sigue leyen- do 0 se recomienda la lectura de las tragedias de S6- focles (Grecia, 496-406,a.C.) y de William Shakespea- re (Inglaterra,1564-16 16), el Quijote de Miguel de Cer- vantes (Espatia, 1547-1616) o Madame Bovary de Flau- bert, las poesias de Pindaro o de Samuel T. Coleridge (Inglaterra, 1772-1834)? ;S6lo por costumbre? {O por la inercia de las instituciones? Responder a estas pre- guntas no resulta sencillo y, ademas, supone tomar partido, No obstante, muchos investigadores (no to- dos, claro) coinciden en que una obra perdura (es un clisico,ingresa a un canon) cuando ofrece a quie- nes se asoman a ella nuevas posibilidades de lectura, Gustave Flaubert 152 Miguel de Cervantes Saavedra En contra del canon.“ = Pa “No hay ni obras si tradiciones literarias Vale- eras por st misinas, independientemente de lo que sobre ellas se haya dicho o se vaya a decir. Valor es un trmino transitorio; significa lo que algunas personas aprecian en circunstancias especificas, baséndose en determinados crite- rios y a la luz de fines preestablecidos. Es por ello muy posible que si se realizara en nuestra historia una transformacién suficientemente profunda, podrfa surgir en el futuro una socie- dad incapaz de obtener el menor provecho de la lectura de Shakespeare. Quiz sus obras le resultasen desesperadamente extrafias, plenas de formas de pensar y sentir que en la socie- dad en cuestiOn se considerarfan estrechas 0 carentes de significado. En esas circunstancias Shakespeare no valdrfa més que los letreros muales —graffiti— que hoy se estilan.” 1, Eagleton, Una introduceién a ta teoria literaria Willian Shakespeare @ Aique Grupo Editor S.A. Prohibida su reproduccion he © Aique Grupo Editor S.A, Prohibida eu reproduccion, © Aique Grupo Editor S.A, Prohibida eu reproducetén, © Aique Grupo Esltor S.A, Prohibida su reproduccién, cuando —a pesar del tiempo transcurrido— todavia se mantiene abierta a las interpretaciones més disimi- les, cuando se resiste a quedar anclada en su tiempo ¥ persiste en seguir dalogando —de otro modo y hasta de otras cosas— con sus renovados lectores. De lo que apuntamos se puede concluir que no ‘existe un Unico canon de lectura La historia del pro- Pio lector (su paso por los distintos niveles de la es- olaridad y sus intereses personales) ird conformando tuna nueva lista COUR as Rosa, es escritor? é¥ ustedes a quién consideran escritor? Sibien todos escribimos (desde la nota que pasa- ‘mos debajo de la puerta hasta un manual), en nuestra cultura se reserva la denominacién de escritor sélo a aquellos que hacen literatura, Hay una tendencia en las escuelas a cambiar esto, pero todavia persiste, por ejemplo, en el uso que dicho término tiene en los me- dios masivos: cuando se promociona la entrevista a un “escritor”, se alude a un “novelista’, “poeta” 0 “dra- ‘maturgo"; no, a quien escribe cartas a sus familiares, Como sea, los escritos literarios ocupan una posicion privilegiada en relacién con los no literarios. En los préximos capitulos nos referiremos en de- talle a la figura de! dramaturgo y del novelista, aqui plantearemos apenas tres cuestiones: a relacién del Autor con la obra, con {as instituciones y con el lector En primer jugar, como fa obra con el mundo real, el autor se relaciona con su discurso de manera indi- recta, es deci, inventa un “autor” de ficcién: el "yo” que aparece en la poesia o el narrador de una novela. Sin duda, lo que escribe se enlaza con sus expe- riencias de vida: el lugar donde nacié, a clase social a - ‘eater ada de eso. (..] En reportajés qué mé hacen tunca nadie me dice ‘eScritor, alimgue lo tnico que yo hago es escribir, Me diced ‘critico’,‘tedrico de la literatura, asf co- ‘mo ociire to las calles, para las que tiene que ha- ber un nombre, porque si no la gente se pierde. En realidad, siempre que uno escribe elige un tema. Uno eseribe sobre el sexo; otro, sobre el amor; otro, sobre la ‘mujer y otro sobre cualquier otra cosa: un perro, Yo elijo escribir sobre eso a lo que la alta cultura lama ‘libros’, que han escrito los otros. Es- cribo, pero aparentemente, # por la denominacién que reci- bo, no soy eseritor.” Entrevista a Nicolés Rosa, La Mitad perdida, Revista de literatura para chicos de 9° aii. G3 la que pertenece, sus relaciones con otros escritores, su vida amorosa, sus posiciones politcas, etcétera). Pero eso no significa que sus escritos las, reflejen directamente. La literatura no es un diario intimo ni una procla- ma en voz alta, aunque a veces pueda parecerlo, En segundo lugar, un escritor se vincula de diferentes modos con las instituciones. Por ejemplo, con los grupos de escritores y criticos mas re~ nombrados. Puede formar parte de esas instituciones, puede realizar su cobra en una posicién marginal o puede enfrentaras. En tercer lugar, un escritor se relaciona con sus lectores: por un lado, con el imaginario, aquel que tiene en mente o nombra en la propia obra; por el otro, con sus lectores reales, el publico en general AA veces, ese lector imaginario tiene las mismas caracteristicas que los lectores reales contemporéneos. Pero no siempre es asi. Hoy considera- ‘mos como escritores excelentes a individuos que, en su época, apenas eran leidos. Ademds, sila obra resiste el paso del tiempo, aparecen nue- vos lectores reales que, obviamente, jamas pudieron ser imaginados por su autor. En conclusion, un escritor no se define por si mismo (alguien se levan- ta.un dia y exclama:*seré escritor” y lo logra) sino por una red de com plejas relaciones con su obra, las instituciones y los lectores. 6 Corr ya Fever " ria Lorca, Busguen mas informaciéri sobre su vida, su obra, sus relaciones con las instituciones de la época (los criticos, otros intelectuales) y con el piblico El publico lector cierra el largo circuito que comienza en el escritor. De este modo, es el destinata- rio de la obra y su lectura estd, en principio, determinada por las intenciones del escritor (lo que él qui- so decir o hacer) y lo que sefialan las instiuciones (qué conviene leer, cémo debe valorarse). No obstante, el lector tiene libertad para interpretar de un modo particular una obra, independien- temente de lo que “quiso decir” el autor o fo que imponen las insttuciones. Podriamos decir que cada fector marca el libro casi como quiere, De una lectura se puede decir que es més © menos completa. La formacién escolar tiende, precisa- ‘mente, a ampliar nuestras posiblidades de comprension: no solo porque practicamos diversas lecturas sino también porque incorporamos informaciones acerca del contexto social o literario, Lo que no pue- de sostenerse es que exista una dnica posibilidad de lectura. Tampoco, que haya infnitas interpretacio- nes adecuadas, porque el texto impone ciertos limites al lector a (154 © Aue Grupo Eattor SA. Pronibida su reproduccién, © Aue Grupo Editor S.A. Pronibida su reproduccion © Aue Grupo Edltor S.A, Prohibida su eproduccién, Por titimo, sefalemos que el piblico también forma parte de los discursos sociales que el escritor ‘toma para escribir su obra. En esos discursos de la época que produce una comunidad, también estin 'os lectores porque son ellos quienes los producen en su vida privada y piiblica, Estamos en las obras de nuestros contempordneos, all se habla de nosotros, aunque a veces lo ignoremos, —— 6 Wicivan a epigrate de Flaubert ia ap literatura ées una ocupacién de Lech y taba, ociosos? (Alguien podria decir que el a eo side io problema no estd en el tiempo libre tee los disntos tps de lect sino en lo que hacemos con él.) debemos colocarnos en la perspec. tiva de concbita, desde su prct- ca més bésica, como un trabajo. f are ce 183 propor Tiade uh [J] Leer y escribir son actos de in- rovelista y fildsofo francés, Jean Paul tervenciéa enel mundo, sn activi- Sartre (1905-1980): "la funcién del dade, sin que por ellos se tenga jartre ; Fla Funcion del que vivir de ellos ni por ellos.” escritor consiste en obrar de modo que nadie pueda ignorar el mundo y que nadie M. Vitagtiano, Muchacha leyendo, pueda ante el mundo decirse inocente.” Lecturas criticas de ane eee (IP. Sartre, Qué es la literatura?) la narvatva argentina Expliquen esta frase en relacién con lo que se expuso en este capitulo, © Aique Grupo Editor S.A. Prohibida su reproduceién. Enla historia de la literatura espafola se habla también de la generacién del 98 (es decir, de 1898, fecha en que Espafia es derrotada por los Estados Unidos en una guerra por una de sus tltimas po- sesiones imperiales, Cuba) y de generacién de posguerra, para designar a un grupo de poetas que compartieron no s6lo una misma época sino también posiciones politcas y estéticas. Les pro- pontemos que busquen informacién sobre estas tres generaciones. + Rastreen en la biblioteca del colegio (0 en alguna municipal) informaciones sobre las generacio- nes del 98, del 27 y de posguerra (les puede servir cualquier historia de literatura espafila con- tempornea). + Registren datos contextuales, posiciones politicas y busquedas estéticas de cada una de ellas. | En el capitulo mencionamos la generaciGn del 27, en la que incluimos a Federico Garefa Lorca, + Recopiten poemas de sus autores més representativos (por ejemplo, Antonio Machado, Rafael Alberti y Gabriel Celaya, respectivamente). + Finalmente, escriban un informe grupal en el que den cuenta de la propuesta de cada una de es- tas eneraciones de escritores. Ass e wt Nos referimos al canon literario (a favor y en contra) pero gcuil es el tuyo?, {0 el de tu grupo? {0 el de tus compatieros? + Para poder averiguarlo deberdn realizar una encuesta, Se tratard, entonees, de pedir a cada en- Irevistado (el curso 0 todo el colegio, ustedes verin) que elija el escritor (ola novela), la banda de rock, la pelicula (0 el director), la revista, el programa de radio y de television que recomendaria ‘como lectura (0 recepcién) obligatoria. Al procesar esos datos, podrén conformar una lista de los mds recomendados. + Luego, mediten sobre esas elecciones: qué factoresinfluyeron para conformar ese canon (Ia ca- lidad de los productos mencionados, su circulacién y difusién comerciales, la moda, el gusto per- sonal, eicétera)? + Para cerrar el trabajo escriban un informe monogréfico (dos carillas son suficientes) a panir del siguiente tema: Sobre gustos, ;no hay nada escrito? Alli deberian plantear, entre otras observa- ciones de su propia cosecha, las complejas relaciones entre las insttuciones, las obras (0 los pro- ductos culturaes), los autores y los receptores ‘Como la actividad anterior los debe haber fatigado, lo que sigue es un descanso (re- lativo). Para trabajar sobre la intertextualidad en literatura, se precisa conocer no sélo Ta obra leida sino también las obras y los discursos que se citan o aluden. En nues- tro primer capitulo no pretenderemos tan- to. Por eso, propondremos un ejemplo del discurso televisivo en el que puede adver- tirse el mismo fen6meno: Los Simpson. La tarea consistiré en conseguir la copia de una emisi6n del programa y proyectar- lo en clase (si no cuentan con video en el colegio, organicen proyecciones grupales en las casas de aquellos que lo tengan). Risas al margen, cada uno de ustedes debera ir apuntando todas las re- ferencias a otros discursos que alli aparezcan (peliculas, dibujos, series televisivas, libros, mis cas, imagenes pict6ricas, etcétera). Al terminar, apunten entre todos sus “descubrimientos”. ;En qué medida advertir esas relaciones interdiscursivas les aport6 més informacién para comprendes el programa? © Aque Grupo Editor S.A. Prohibida su reproducci6n. © Aique Grupo Editor S.A, Prohibida su reproduccien. © Aique Grupo Editor S.A, Prohibida eu reprocucciéo, © Aique Grupo Editor S.A, Prohibida su reproduccién. Aqui trataremos de repensar las complejas relaciones entre literatura y sociedad. Para eso, pro- ponemos leer un conjunto de poesfas de! poeta argentino Juan Gelman (1930): de alguno de sus primeros libros escritos durante la década del sesenta o mediados de la del setenta (Gotdn y Fié- ‘bulas, por ejemplo), y de los tltimos, Interrupciones HI, publicado promediando los ochenta. Para recuperar el contexto de las décadas del sesenta al ochenta, pueden acudir a un libro de tex- to de historia o pedir a sus docentes de literatura y sociales que les expliquen los principales acon- tecimientos de aquellos afios. O ambas cosas. De lo que se trata es de observar en ese itinerario del poeta los cambios en sus poesfas: teméticos (qcuiles son los ms recurrentes en una y otra época?), esilisticos (zo6mo es el lenguaje que uti- liza en unos y otros?) y estructurales (,de qué modo varié la distribucién o diagramacién de Jos vversos?) Finalmente, produzcan un breve texto de opini6n para publicar imaginariamente en una revista de cultura (0, realmente, en una revista escolar) sobre uno de los siguientes temas: La poesta de Gel- ‘man, en dos tiempos; Poesia y sociedad; Toda poesia es hostl a las dictaduras, Recuerden sos- tener sus afirmaciones con ejemplos. 4 Poco o mucho, pero ustedes han lefdo (0 Jes han lefdo) algunos textos literarios. Es posible —ha- ») gan el esfuerzo— recordar alguno que, incluso, hasta los pudo haber “marcado a fuego”. Por ejemplo, alguien puede rememorar un cuento de infuncia, una poesia de la primaria o un cuento del rioplatense Horacio Quiroga conacido en los primeros aiios del nivel medio. LY si escriben un texto —entre memoria y ensayo— que recupere aquella experiencia de lectura que les dej6 alguna huella? As

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