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100 La literatura: una pasién por leer y escribir No es ficil definir qué es exactamente fa literatura, pero si es posible expresar c6mo nos relacionamos con ella. Muchos escritores han dejado testimonio de su iniciaci6n en la lectura y de su pasién por los libros. Do- mingo Faustino Sarmiento, en su autobiografia Recuerdos de provincia, es- rita en 1850, narta sus primeros acercamientos al mundo de los libros cuando era un adolescente que debfa trabajar para ayudar a su familia oria de Grecia la estudié de memoria, y la de Roma enseguida... y esto mien- tras vendia yerba y aziicar, y ponia mala cara a los que me venian a sacar de aquel mun- do que yo habia descubierto para vivir en él, Por las mafianas, después de barrida ka tienda, yo estaba leyendo, y una sefiora Laora pasaba para la iglesia y volvia de ella, y sus ojos tropezaban siempre, dia a cia, mes a mes, con este nifio inmovil, insensible a toda perturbaci6n, sus ojos fijos sobre un libro, por lo que, meneando la cabeza, deci en su casa: “]Este mocito no debe ser bueno! [Si fueran buenos los libros no los leeria con tanto ahinco!” La sorpresa de la mujer frente al apasionaco modo de leer del joven Sarmiento probablemente es compart ctualidad por quienes no han tenido oportunidad, 0 no han querido, sumergirse en el mundo de Ia Teetura, de sus historias verdaderas 0 inventadas, de sus poemas y sus obras teatrales, Ahora bien: acercarse a la literatura no es solo leer, también puede ser escribir, participar en ella con la propia imaginacién y con ka propia pala- bra. Robert Louis Stevenson, el autor de HI extrario caso del Doctor Jekyll y el Seftor Hyde, nos presenta en un ensayo llamado “Lin periédico escolar” una estimulante escena de iniciaci6n a la escritura lteraria ‘Allo largo de toda mi nifiez y mi juventud se me juzgé y consideré como el proto tipo del perezoso; y sin embargo siempre estuve ocupado en mis asuntos, que consis- tian en aprender a escribir. Lievaba siempre dos libros en el bobsillo: uno para leer, ‘otro para escribir. Si daba un paseo, mi mente se esforzaba en revestir de palabras ade: ‘cuadas Jo que veia; cuando me sentaba en la orilla de algin camino, o bien leia, o echa- ba mano de un bipiz y una libreta con los que anotaba las particularidades de ta esce- na que tenia ante mis ojos recordaba algunas estrofas. Asi, entonces, vivia con las pa- Tabras; y lo que de ese modo escribia no tenia ningiin uso posterior, o hacia a prop6- sito para practicar, No se trataba tanto de que quisiera ser escritor (aunque lo desea- ba, claro), como de que habia jurado aprender a escribir... jaca — Lengua y Literatur ‘Como lo cuenta Stevenson, su interés por Ia literatura no estaba impul- sado por la obligaci6n sino por el placer. Sin embargo, leer y escribit no eran actos casuales o simples pasatiempos: exigian también algo de esfuer- zo. El placer por la literatura, segtin lo presenta Stevenson, pone al deseo en relacion con la voluntad, Entrando al mundo de fa literatura: un viaje con muchos caminos Como han podido observar en las escenas anteriores, podemos ingresar al mundo de la literatura ce diversas maneras. Para ello, hay algunos ins: trumentos que nos ayudan a comprender y aprovechar mejor lo que lee- mos, asi como nos dan pauitas para expresarnos més acecuadamente por escrito, En ese sentido, el placer no es solo resultado de la lectura o la es ritura: también encontramos placer cuando, combinando el gusto personal con ciertos conocimientos literarios especificos, adquirimeos criterios validos para juzgar aquello que leemos o escribimos ‘Observen en el siguiente cuadro algunos de los aspectos, a partir de Jos cuales podemos abordar un texto literatio: Cuestiones de Literatura Géneros Contexto histérico ‘Autor Lector Cuestiones literarias Una cuestiOn literaria no es exactamente un tema: 5 un asunto que re- quiere una solucién o una respuesta. Alrededor de algunas cuestiones, se han constituldo ciertos géneros literarios (como sucede con el enigma en relacion con el policial); pero también hay otros asuntos de interés gene- ral que han pretendido ser explicados 0 resueltos, en parte, a través de la literatura (como es el caso de la tradicién de un pats 0 nacién, problema tica planteada con frecuencia por los escritores). Asi, el enigma, la tradiciOn, la representaci6n del pasado, fa rel tse experiencia y lenguaje y la escritura sobre uno mismo —que son las ‘cuestiones elegidas en este libro— pueden servir como eje para abordar ‘géneros diversos y textos de diferentes épocas y autores, Precisamente, s trata de ver c6mo una misma cuestién puede adopar un cardeter comple- tamente diferente de un texto a otro y cémo los escritores «lan cuenta de alla de un modo personal que se vincula nevesariamente al contexto his- térico y social en el que produce su obra lacion en- 101 102 Géneros literarios Tradicionalmente la literatura se organizaba alrededor de tres grandes géneros: la narrativa (ya sea en prosa 0 en verso), el drama (© sea, el teae tro) y la lirica (es decir, la poesfa). Actualmente, esa clasficueién ha sido cuestionada dehido a su tigidex y a que lis innovaciones introducidas en la literatura tienden a producie en los textos combinaciones y variaciones ‘que no se prestan a denominaciones tan amplias. Por eso, se prefiere de- ‘nominar género a los distintos grupos de textos que comparten algunas ca- racteristicas que permiten su reconocimiento; asi, decimos que hay géne- ros como el cuento policial, la novela de aventuras, la poesia 0 la tragedlia sgriega, entre otros, Desde ya, los géneros literarios son complejos, porque cestin integrados a su vez, por distintos géneros simples; por ejemplo: en un relato policial, donde predomina la narracién de los hechos, puede in- luirse: también waa conversacién entre los personajes 0 una confesion que explique el misterio, Por otto lado, a lo largo del tiempo hubo géneros que se han modificaco, otros que pricticamente se ban abandonado y otros que son relativamente nuevos. Hoy dia, ya nadie escribe tragedias teatn- les como los antiguos griegos; sin embargo, un género como la autobio- sai es cada vez mas frecuente entre los eseritores Contexto histérico No era lo mismo escribir un texto en la Antigua Grecia que hacerlo en el siglo XX: las condiciones dle produccién han cambiado, también los mo- dos de leer y la idea de fo que es ser escritor, Tampoco era to mismo es- cribir en el siglo XIX en Europa que en un pais como la Argentina. Eviden- temente, el contexto historico —y también el politico y el social— es im- portante para comprender algunos aspectos dle cad texto en particular. No se trata, sin embargo, de hacer una historia de la literatura, sino de desta- car en cada caso aquellos factores deters sion de una obra, Al mismo tiempo, no todos los textos requieren la mis- ma cantidad de datos hist6ricos para su abordaje: un poema como el Cantar de Mio Cid dificilmente pueda ser comprendiclo dejando de lado su contexto de escritura, y un relato literario de asunto historico seria impo- sible de entender sin conocer el hecho dei pasado en el que se-basa antes para Ia mejor compren- Texto Antes que todo, estd el texto: las palabras y las frases que lo forman, la historia o el tema que trata, el modo particular en que estd organizado, su propuesta estética, aquello que lo diferencia de otras textos. Por eso mis- mo, un texto puede ser abordido prescindiendo de otros aspectos, pero nunca de su escritura, Es decir, le mayor parte de los interrogantes que nos propone encuentra su respuesta en el propio texto, si sabemos hacerle las preguntas adecuadas. Ahora bien, para ello es fundamental su lectura com- pleta, evitar las fragmentaciones arbitrarias que solo nos pueden dar una (© Estrada ~ Lengua y Literatura ! ‘© Estrada — Lengua y Literatura | i i ° idea parcial, y a veces err6nea, de la obra entera. De ahi que no solo pre- sentemos integramiente cuentos y poemas, sino también una novela, que es en si misma un libro, un objeto aparte. En definitiva, no puede privarse al texto de aquello que lo conforma: Ia materialidad de las palabras, la escri- luca que lo convierte en algo tinico. Autor En otras épocas, se ereia que el autor era el tinico que poseia la verdad sobre los textos. “Qué habri querido decit?", se preguntaban los estudio- sos de la literatura y también los lectores. Actualmente, sahernos que el len- guaje no refleja con total fidelidsd Ia intencién de quien eseribe. Esto no significa que no poclamos expresar nuestras ideas a través de la escritura, sino que la interpretacion de ur texto no depende de la intencién de su autor. Por eso, la pregunta nis adecuada ya no es: “;Qué habra querido decir el autor”, sino "Qué es lo que ha efectivamente escrito?” Por otta parte, los datos biogrificos de un autor son importantes para contextuulizar los textos; es decir, para saber Ia época en la que desarroll6 st actividad, los hechos historicos y politicos que pudlieson afectarlo y las condiciones en las que escribi6, Por eso, se trata sobre todo de considerar la vida de un autor como una biografia cultural, a partir de la cual abordar con mejores instrumentos sw escritura lector Hay dos aspectos por los cuales la literatuza no puede prescindlir de la figura del lector. Por un lado, la recepcibn es fundamental ala hora de pen- sav el caricter de los textos: hubo textos 0 gGneros que en el momento de su escritura o de su publicacién no tenian un caricterliterario, es decir que ro cran Ieidos por su valor estético; la recepcion de un texto puecle modi- ficarse a lo largo de la historia y entonces una carta o una autobiograia, que en su momento no era considerada literaria, pasado el empo silo es. Por otro lado, la figura del lector es central en relacion con la interpreta- cidn personal que hace de los textos. Esto no quiere decir que un lector puede leer en un cuento 0 un poema cualquier cost que se le ocurra, sino ‘que & partir de su propia interpretacién formule hipdtesis de lectura origi- rales y estimulantes. En defintiva, el lector debe ser activo y solo asi se sentira participe, en el acto de leer, de la aventura de escribir. A lo"largo de esta parte det libro, les presentamos algunos modos de leer los textos literarios, a veces de manera independiente, otras veces com- binados entre si. En todos los casos, sin embargo, se trata de abordar algu- a cuestion especifica de la literatura, alguna problemética que la literatu- ra ha tratado con frecuencia, a través de cuentos, poemas, obras teatrales, novelas y autobiografias. De alli en mas, depende de nuestra propia curio- sidad, de nuestra posicién como lectores activos, hacer de Ja literatura una pasion por leer y escribir, 103

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