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LA VIDA PUERCA Conrado Nalé Roxlo, compafero de aventuras litera- rias de Roberto Arlt desde muy pronto, cuenta en su Bo- rrador de memorias algunas anécdotas importantes del es- critor porteno. Los datos biograficos de Nalé Roxlo salen de la realidad y deben sustituir a las muchas futilidades difundidas sobre Arlt. Nalé Roxlo da valor a la funcién del otro ficcionalizado en su persona fisica. Hay dos tipos de escritores —comenta—, los que sdlo estan en funcién de tales cuando escriben y los que viven constantemente la aventura de la creaci6n, el gran juego serio que e¢s la lite- ratura. Arlt perteneci6 al segundo grupo. De ahi la desilu- sién de las valoraciones contrapuestas: la vida supuesta en la literatura; la supuesta biografia en su obra literaria. El juguete rabioso seria el objeto de la obra de Roberto Arlt mas representado en la consideraci6n Literatura=Vida Particular. Y eso no es cierto. Porque lo que manifiesta esta obra singularisima del escritor porteho es uno de los pro- blemas mas recurridos de la narratologia en el moderno: la asunci6n de la "auto-biografia" desde la grafé. Eso plantea varios asuntos tedricos interesantes. En primer lugar, el como y el qué de una vida puede ser reducida por signos de escritura. En segundo lugar, como se opera la traslacién. Porque hablamos de la suplantaci6n ficcional del modelo Autor=Narrador=Personaje por el de Autor ¢listinio a Per- sonaje que es el Narrador. Aunque supongamos o probe- mos que cl modelo factual de El juguete rabioso es el au- tor real de El juguete rabioso, es Roberto Arlt, en el simulacro de la verosimilitud es donde reside una de las c! ves mas importantes de esta novela. Y eso, negado por la critica frecuentemente, es un asunto tomado por el texto; y es la parte mas sugerente del tejido textual de la novel 6 El juguete rabioso Funcionan, asi, de modo admirable las elipsis, jas presen- cias intencionadas, las anacronias, los velados juicios sobre otros personajes, las simetrias, la constitucion del ser extra- ordinario, ta manifestacién del ser agonico por no alcanzar el otro ser analizado en si mismo como superior, la toma de decision definitiva, aunque implique emporcamiento ético, 'a tramada manipulacion de los dobles y la presencia singu- lar de los paratextos en los momentos mas adecuados. La contemplaci6n del sistema como un todo demuestra que El Juguete rabioso es un mundo construido por sumas; y que su autor juega las bazas de la "verdad" ficcionalizada y de la “regularidad" formal hasta un punto: cuando el ser tiene que partirse; cuando el ser toma la decisién de dar sentido al ca- mino andado negandose a anularlo con la vuelta al princi- pio (a la conducta delictiva); cuando el narrador (el textua- lizador) niega la estructuracién ciclica. Como fue Silvio en El juguete rabioso, Roberto Arlt era hacia el afio 1918 "corredor de papel a comisi6n". A dife- rencia de su personaje, Arlt tenia claro lo que queria ser y hacer. He de suponer que habia regresado a su casa, des- pués de la huida a los quince afios. Su madre lo hacia le- vantar muy temprano para que atendiera a su oficio. Pero el joven de dieciocho afios, con un optimismo que levantaba ampollas en cuantos se iniciaban en la escritura, entraba en la habitacién de su amigo Conrado, con la aquiescencia de Ja madre, se instalaba en la mesa de la habitacién donde el otro dormia y entintaba, con un frenesi espantoso, largas pa- ginas que leia a su compafiero cuando despertaba EI periodo de formacién va, mas o menos, del ano 1918 al ano 1926 en que Arlt publica E/ juguete rabioso. Me referiré, pues, a alguna cuestién mas de La vida puerca (que asi se llamo El juguete rabioso) antes de ha- blar de los periplos de Roberto Arlt por Buenos Aires con la novelita bajo el brazo. El primer capitulo estaba redacta- do en 1920. Era el ano 1925 y los acercamientos de Arlt a "Boedo" se contaron por la suerte dispar: a algtin destaca- do miembro del grupo (id est, Nicolas Olivari) le interes6. En 1920 Roberto Arlt habia intentado la huida en la que fre- cuentemente implica a sus personajes: partié a Cérdaba. En sen- obre stra- nzar ade tico, agu- e El que ela @e Ca- nei- Prélogo 7 1921 es llamado a filas y cumple el servicio militar en el 13° Regimiento de Infanteria de Alta Cordoba, y colabora en el diario Patria. Un ano después se casa con Carmen Anti- nucci. En 1924 regresa Arlt a Buenos Aires. Su suefio (que era el suefio del protagonista de su primera novela) se ha- bia desvanecido. Huir es intitil, sobre todo cuando la con- ciencia de escritor le dicta que las posibilidades de serlo fuerzan a vivir en la ciudad que ama y odia. En su regreso, Arlt portaba varias cosas: una hija de pocos meses de edad, su mujer tuberculosa, la pequefia fortuna de la dote arrui- nada en empresas fallidas y una novela por publicar. Con el retorno de Roberto Arlt a su ciudad de origen se reanudan las relaciones del escritor, y con ellas su entrada en las letras y el intento de afirmar una posicién de privile- gio. Su amigo Conrado Nalé Roxlo se habia introducido con destreza en el mundo editorial bonaerense, y en 1925 la edi- torial Haynes le habia confiado la direccién del semanario de humor Don Goyo. Roberto Arlt se dirige a Claridad y visita a su director. La colecci6n que dirigia Elias Castelnuovo se llamé "Los Nue- vos". Roberto Arlt es el mas nuevo escritor de entre los nue- vos. Comprobar como se contradice la historia es alentador. La confusion inicial implica mediatizacién ideolégica y poco criterio. Dice Elias Castelnuovo: “no esperaba que los escritores noveles vinieran a buscarme. Los iba a buscar yo”. Y Roberto Arlt no era uno de los clegidos, pero tenia muy bien aprendida la estrategia. Elias Castelnuovo subraya la maniobra de Roberto Arlt sin decir nada sobre el significado. Habla de "dos estilos dis- tintos y contrapuestos", afiadidos a los nombres de MAxi- mo Gorki, el uno, y de Vargas Vila, el otro. A estas alturas del tramite, no es dificil refutar la mediatizada lectura de Castelnuovo. Arlt habia leido ya a Gorki, aunque sea labo- riso encontrar restos del escritor ruso en El juguete rabio- so. El fervor revolucionario de aquél se contradice con los modelos que el escritor rioplatense introduce en su escri- to, es decir, La vida de Lazarillo de Tormes, con certeza Guzman de Alfarache e Historia de la vida del Buscén, la- mado don Pablos, mas las citas impresas. y relativas a 8 El juguete rabioso Nietzsche, a Rocambole, a Baudelaire y a otros modelos me- nores. Habria que pensar muy bien en atribuir valor de cam- bio en El juguete rabioso al escritor que sigue Arlt tan fre- cuentemente en sus novelas, Dostoievski, aunque algin pasaje recuerde los fundamentos constructivos del ruso. La estrategia de Roberto Arlt, en su peregrinar por edito- riales, estaba basada en el valor que media en su persona. Era un hombre del suburbio bonaerense, hijo de inmigrados. Sus padres, el recio prusiano Karl Arlt y Ekatherine lobstrai- bitzer, austriaca del tirol cuya lengua materna era el italiano, habian tocado las costas de América con el aluvion de emi- grantes de finales del siglo XIX. En las afueras de la ciudad se perpetraban sus vidas mezquinas, con un padre iluso que imaginaba negocios estramboticos para arruinarse una y otra vez, y para partir dejando a la familia en la conmiseracion mas absoluta. En este ambiente, Roberto Arlt goz6 la calle, don- de ofa una singular lengua, plagada de errores y de débitos. Su rebeldia lo llevo pocos anos a la escuela para, sostenido por el idealismo de su madre, experta en Nietzsche (a quien crefa su novio y con quien decia hablar en suefos a diario), cifrar su aprendizaje en miltiples materias: literatura (de modo cadtico), filosofia, matematicas, quimica, fisica. Todo este potencial llev6 Roberto Arlt al despacho de Elias Castel- nuovo, convencido de que su extraccién social consonaba con la defendida por los miembros de "Boedo" Roberto Arlt, ademas, vivia la conciencia de escritor, ycon esos supuestos habia construido su primera novela. Le dio forma con los valores que creia vlidos, dandose forma a si mismo. Era, por tanto, una novela nueva, personal, en la que se describia una experiencia tomada de lo inmediato, aleja- da de los centros de poder y de la cultura oficial. El discer- nimiento sobre lo que era dominaba lo que podia escribi Pero no era "nuevo" lo que escribiera Arlt, segtin el terio de Elias Castelnuovo. No dudo de que los valores li- terarios fueran exagerados c incluso equivocada su forma de introducirlos; niego que lo fueran en el sentido de Var- gas Vila, por lo mismo que sospecharia de sustancias se- mejantes a las de Borges 0 a las de Giiiraldes. Lo que proponia "Boedo", frente a lo que pretendid Prologo 9 Martin Fierro y frente a la escritura de Roberto Arlt (desde El juguete rabioso), era una vision forzosamente positiva de lo argentino, y, por ende y pese a la obstinacién, poco real. Martin Fierro acert6 en lo que tocaba de cerca, pero Ro- berto Arlt mucho mas, sobre todo en la descalabrante, sal- vaje, cruda, profunda e impresionante vision de su pais en el que es su magistral diptico: Los siete locos (1929) y Los lanzallamas (1931). Roberto Arlt no se rindid y encuentra a Ricardo Gui- raldes. A la reunién en que pretendia leer el manuscrito al maestro se suma Adelaida del Carril, esposa de Giiiral- des. Arlt detiene la lectura porque le parece que hay par- tes de la novela que pueden herir la sensibilidad de la dama. La mujer sonrie y marcha a una habitacién contigua. Co- mienza el tratamiento de la madurez definitiva y el despe- gue narrativo de Roberto Arlt. El tiltimo y mas magistral de los narradores argentinos que perpetuaron las hazafas del hombre de la tierra, el instalado hombre de la cultura de su tiempo, se ve sorprendido por una voz nueva. A diferencia de lo que ocurrid con los destinatarios mas inmediatos de su obra, Giliraldes (un supuesto contrario de Arlt) confir- m6 la historia. La conclusi6n es facil de administrar: Gui- raldes sabia leer mas alla de las diferencias. Como siempre estuvieron claras, segtin se sabe, en el poco trato que dis- pensaron los dos escritores por la desgraciada muerte del protector de Roberto Arlt en Paris en el afio 1927. La fuerza temperamental, a que aludiera Castelnuovo, fue suficiente para Giiraldes. El origen no se redujo a un rechazo con excusas mds 0 menos "ingeniosas". La verdadera ayuda se ejerce sobre el texto, y ésa fue la leccién del autor de Don Segundo Sombra. La critica textual puede verse en la factu- ra de El juguete rabioso: a diferencia de sus obras mayores (Los siete locos/Los lanzallamas) en ésta no hay fallos. El titulo fue variado. Todos los indicios sefialan la mano de Ricardo Giiraldes para adecuar el mundo que se le pre- sento a un nombre que lo sintetizara. Fue un acierto, por- que, como un signo del gesto que debe albergar el "pars texto" general del que hablara Gérad Genette, eso es Silvio Drodman Astier: un juguete rabioso que se descompone y 10 El juguete rabioso se arma por la fuerza de los fracasos y de las superaciones de un ambiente hostil, en un medio en el que un joven con- fundido no ve medrar la conciencia de superioridad y los dones ocultos. La exasperacion es fruto del aturdimiento. Arlt, como Silvio, no sabia qué iba a ser en la vida: si co- merciante, peén, empleado de alguna empresa comercial 0 un escritor excelente. Era un ser humano desorientado, casi perdido en la marafa urbana de la que pretendio huir. Asi aparecié Silvio en la pieza ligubre de alquiler donde los duefios de la pensién envian al homosexual. Después de ese encuentro del capitulo II, Silvio Drodman Astier sabe que su recomposicion como personaje implica ser conse- e cuente. Si el joven homosexual, para ser lo que es, ha de bajar de la altura al fango, ¢qué menos podia hacer él, ha- bitante desesperado de la mugre y el umbral? Debia ma- nifestar cosa distinta que la mala conciencia en la venta del Rengo, esto es, en la venta de su otro repudiado? La revista Proa quiso publicar la novela, pero dificulta- des econdmicas impidieron anaugurar la coleccién que la arropara. Arlt continud buscando y encontré a otro perso- naje que creyé6 en sus dones. El escritor Enrique Méndez Cal- zada, miembro del jurado del concurso de novelas convo- cado por la editorial Latina, influyé para que la novela se estampara. Apenas tuvo repercusi6n. Leonidas Barletta, como més tarde Ulises Petit de Murat, fue uno de los escasos es- critores que se ocupé con tino de la incipiente obra de Arlt. Las alabanzas de Barletta son contenidas y muy justas. “He- mos hablado de excepciones —escribe—. Sin lugar a dudas, puede contarse entre ellas la novela que pasamos a comen- tar. El juguete rabioso de Roberto Arlt es una buena novela. Aqui un seguro instinto guia al autor por el intrincado cam- po de la novela. Su libro es por este modo espontanco y ex- traordinariamente interesante. Ardiente en la pintura, discre- to en la medida, aunque no siempre sobrio en la expresi6n”, Barletta se convierte asi en un adelantado de la critica arl- tiana, acaso por conocer lo que mueve al hombre a inter- pretar las justas claves de la expresion novelesca. Dominco-Luts HERNANDEZ } t VOCABULARIO adunada: adunar: unir, juntar. Gfilar: enamorar. @firmado: firme de la carretera. alfajor: golosina de piezas de masa fina unidas con dulce. almacén: tienda de comestibles. amurar: \unf., encarcelar, robar. andar seco: \unf., falto de recursos, sin dinero. atorrante: vagabundo, haragan. bacan: hunf., persona adinerada, sefiorito. bagazza: de "bagasa" o ramera. bagayito: lunf., diminutivo de -bagayo:, fardo. beni: tanscripcién fonética de "veni". bardal: cubierta de una tapia. bati: lunf., decir. befa: del ital., burla ofensiva. biaba: lunf., paliza, atraco. bife: bisté (beefsteak). bigardo: vago, granuja. bidgrafo: voz anticuada por cine bock: del aleman, jarro de cerveza boliche: bar, tienda de comestibles y bebidas. i": tranvia. excremento del ganado; bostear. brandeburgos: botones para adornar la casaca. brevet: carnet. brodo: lunf., -mandar al brodo: (ital.), defraudar. bulin: lunf., alojamiento, cuarto. buriel: color pardo rojizo. cachar: lunf., cazar, sorprender. cana: \unf., la policia, también la cArcel. canilla: grifo. carro: coche. 156 El juguete rabioso catrera: lunf., camastro. cinacina: arbol espinoso. cocottes: francés, mujer galante. confiteria: cafeteria. cuadra: una manzana de casas (aprox. 120 m). chacra: granja chancho: cerdo. chata o «chalanam: barco. che: interjecci6n argentina. chorro: lunf., ladr6n. chucrut (choucroute): del francés, plato de berza cocida y charcuteria. chuletas: patillas. deshabillé: francés, bata de casa. departamento o «apartamento»: piso. diavolo: del ital., diablo. Dio Fetente: ital., "Dios Fétido". escolazar: \unf., jugar por dinero. esgunfiar: lunf., aburrir, fastidiar. espamento: lunf., corrupcién de «aspaviento». estate buono: del ital., "quieto". etman, «atamans: jefe de las tropas polacas. faca: navaja. fajar: castigar, dar una paliza. JSaquin: mozo de cuerda. ‘frau: del alemdn, sefiora. gayego: transcripcién fonética por "galego", espafol. garron: rufidn, "chulo" gil: tonto, greltin: lunf., tonto. gringo: en sentido despectivo, norteamericano. guinche: graa. guita: dinero. _ irsele (venirsele) al humo: atacar a alguien sin vacilar. jaqueton: bravucén. %jetra": taj Junar: \unf., mirar con atencién. Jaburar: lunf., trabajar, actuar como delincuente. leonera: \unf., carcel. lingada: peso que levanta o mueve una gria. Jungo: lunf., persona alta y delgada. Vocabulario- 157 Hamado: \lamada. macanear: mentir, exagerar, disparatar. macré: rufian, chulo; del francés «maquercau>. mango: lunf., peso (moneda nacional). mansarda: galicismo, buhardilla. manyar: \unf., mirar, entender. matungo: caballo viejo. meta: equivale a -venga a+, «dale con-. minga: reunion. mondonguera: la que vende tripas 0 "mondongo". mucamo: criado, sirviente. muere: muerte. otario: persona honrada, pero ignorante. papa: patata. pelafustan: persona desocupada, insignificante. pibe: chico, joven. pichincha: de portugués, ganga, oportunidad. pierna: en el juego (baraja), cada jugador; en lenguaje su- burbano, provocacién sexual. pieza: habitacién pequefia. pileta: bafiera. pinotea: madera rojiza, dura, muy resinosa. piolin: cuerda. plata: dinero. pollera: falda. potrero: dehesa; fig., todo baldio extenso. prontuariado; fichado por la policia, delincuente. pucha: lunf., interjeccién vulgar de sorpresa. punta de (una): familiar por numeroso. purio de fierro: hierro. rajar: \unf., escapar, huir. rancho: sombrero de paja y vivienda campesina. rantn: lunf., aumentativo de -rana-, vivo, pillo. rastaquouére: francés, el que alardea de fortuna. rebenque: \atigo corto y recio para jinetes. redoblona Gugar una): jugar doblando las apuestas reducir: lunf., vender lo hurtado. refacci6n (en): en restauracion. repasador: trapo de cocina. requechar: tomar las sobras. retobar: fastidiarse, enojarse. 158 El juguete rabioso saco: chaqueta, sbofica: proxeneta. strunsso: del ital. «stronzo»: esttipido. sulky: del inglés, carruaje ligero con un asiento y un caballo suncho: abrazadera 0 anilla. surmenage: francés, agotamiento. tacho: vasija en forma de caldero. tambo: lugar donde se ordefian las vacas; vaqueria. turco: cualquier sitio o libanés. vento: lunf., dinero. vereda: acera. vidriera: escaparate. viola: (148) voglio dire: ital., "quiero decir". Voseo (uso del): Se utiliza la forma arcaica "vos" en vez de "ed" tanto sin que varie la forma verbal ("Vos diras"), como con- virtiendo la segunda persona del singular por la del plural ("jQué partido tenés, muchacho!"), y se complementa con la del imperativo, perdiendo la d final ("Deja eso no mis..."). "yuta": policia secreta. zapallo: especie de calabaza.

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