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Unidad 2 de Medico Quirurgico I
Unidad 2 de Medico Quirurgico I
acido base?
Balance hidroelectrolítico:
El balance hidroelectrolítico se refiere a la regulación de la cantidad de agua y
electrolitos en el cuerpo para mantener un equilibrio interno adecuado. Los
electrolitos, como el sodio, el potasio, el cloruro y el bicarbonato, son
fundamentales para el funcionamiento apropiado de las células, los tejidos y los
órganos. Un desequilibrio en estas sustancias puede causar problemas graves,
como deshidratación, edema, trastornos cardiacos y neurológicos.
Equilibrio ácido-base:
El equilibrio ácido-base se refiere a la regulación de los niveles de ácido y base (o
alcalinidad) en el cuerpo para mantener el pH sanguíneo dentro de un rango
estrecho. El pH sanguíneo normal es de aproximadamente 7.35 a 7.45. Los
desequilibrios ácido-base pueden provocar acidosis (pH sanguíneo bajo) o
alcalosis (pH sanguíneo alto), lo que afecta la función normal de muchos sistemas
corporales.
Tratamiento:
El tratamiento varía dependiendo de la causa subyacente de la alteración, pero
puede incluir la administración de líquidos intravenosos, suplementos de
electrolitos, medicamentos y el manejo de la condición médica subyacente que
está causando el desequilibrio. Es fundamental el seguimiento médico para
corregir y prevenir futuras alteraciones en el balance hidroelectrolítico y equilibrio
ácido-base.
2.1 Balance hidroelectrolítico:
Infusión Intravenosa:
1. Según las indicaciones médicas, prepare la solución intravenosa necesaria para
corregir el desequilibrio hidroelectrolítico del paciente.
2. Verifique la compatibilidad de la solución, el tipo de catéter y el ritmo de infusión
con el personal especializado.
3. Administre la solución intravenosa cuidadosamente, siguiendo los protocolos de
administración y vigilando cualquier signo de reacción adversa.
4. Monitoree de cerca la respuesta del paciente a la infusión, prestando atención a
la diuresis, la presión arterial, la frecuencia cardíaca y otros signos vitales.
Valoración:
- Evaluar el estado de hidratación del paciente mediante la revisión de signos
vitales, aspectos cutáneos, mucosas, ojos hundidos, sed, entre otros.
- Revisar los antecedentes médicos del paciente, incluyendo enfermedades
crónicas, medicamentos actuales, y patrones de ingesta de líquidos.
- Realizar pruebas de laboratorio como electrolitos, urea y creatinina en sangre,
entre otros.
- Evaluar la eliminación de líquidos a través de la orina, heces y sudor.
Planeación:
- Establecer objetivos claros y medibles para corregir las alteraciones
hidroelectrolíticas del paciente.
- Planificar las intervenciones de enfermería necesarias para corregir cualquier
desequilibrio hidroelectrolítico y promover una adecuada hidratación.
- Coordinar con el equipo médico para la administración de soluciones
intravenosas y medicamentos, según sea necesario.
Ejecución:
- Administra la solución intravenosa de acuerdo con la prescripción médica,
vigilando estrechamente la respuesta del paciente.
- Monitorear la ingesta y eliminación de líquidos para garantizar que el paciente
esté recibiendo la cantidad adecuada de líquidos y nutrición.
- Proporcionar educación al paciente y familiares sobre la importancia de mantener
una ingesta adecuada de líquidos y seguir las recomendaciones médicas.
Evaluación:
- Evaluar la respuesta del paciente a las intervenciones, incluyendo el
restablecimiento de los niveles normales de electrolitos, la mejoría en los signos y
síntomas de desequilibrio hidroelectrolítico, y la hidratación adecuada.
- Revisar los registros de ingesta y eliminación de líquidos para asegurarse de que
se esté logrando un equilibrio hidroelectrolítico adecuado.
- Evaluar la comprensión del paciente y la familia sobre cómo prevenir futuras
alteraciones hidroelectrolíticas.
Preocupaciones:
- Riesgo de desequilibrio hidroelectrolítico persistente o recidivante.
- Necesidad de monitorización continúa para evitar complicaciones.
Complicaciones:
- Deshidratación aguda o crónica.
- Sobrecarga de líquidos.
- Alteraciones en los niveles de sodio, potasio u otros electrolitos.
Evaluación:
- Evaluar regularmente al paciente para detectar signos de desequilibrio
hidroelectrolítico.
- Realizar un seguimiento continuo para asegurarse de que se mantenga una
adecuada ingesta y eliminación de líquidos.
Concepto:
Las enfermedades crónicas son aquellas afecciones de larga duración que
generalmente progresan lentamente y que pueden requerir atención médica
continua. Algunos ejemplos comunes de enfermedades crónicas incluyen la
diabetes, la hipertensión arterial, las enfermedades cardíacas, la enfermedad
pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y la artritis, entre otras.
Prevención:
La prevención de las enfermedades crónicas implica promover un estilo de vida
saludable que incluya una alimentación balanceada, actividad física regular,
evitando el tabaco y el consumo excesivo de alcohol, y realizando chequeos
médicos regulares para detectar tempranamente cualquier señal de enfermedad
crónica.
Frecuencia y efecto:
Las enfermedades crónicas son muy frecuentes y representan una carga
significativa para los sistemas de salud y para la calidad de vida de las personas.
Estas enfermedades pueden tener efectos debilitantes en los pacientes, limitando
su capacidad para llevar a cabo actividades diarias y a menudo requiriendo
tratamientos médicos a largo plazo. Además, pueden impactar negativamente en
la calidad de vida de los familiares que cuidan y apoyan a las personas afectadas.
Características generales:
Las enfermedades crónicas suelen ser de larga duración, con recaídas periódicas
y requerimientos de cuidados continuos. Muchas veces, estas enfermedades
conllevan a la necesidad de medicación diaria, seguimiento médico constante,
cambios en el estilo de vida y adaptaciones en el entorno para mantener la salud y
la funcionalidad.