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Ética Profesional

Ética Profesional
ETICA PROFESIONAL
Códigos reguladores de la conducta

La filosofía se ha esforzado por


establecer lo que se ha llamado “El
estatuto Ontológico del hombre”:
precisando los fines, los atributos y los
límites de la naturaleza humana.

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Aunque es evidente ( y demasiado


olvidado) que la responsabilidad en educación
moral descansa directa y básicamente sobre la
familia y la comunidad religiosa a que ella
pertenece; y aunque se afirme “que la
responsabilidad básica y directa de la Escuela
no es moral, sino de naturaleza intelectual”,
sería absurdo pensar que una escuela
renunciara a semejantes preocupaciones y se
limitara exclusivamente a la enseñanza
científica.

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Tal vez sea más exacto, por lo tanto, afirmar: que la


familia tiene responsabilidad natural de la educación
moral.
Natural
a) Porque opera espontáneamente.
b) Sobre un individuo que ella engendra
c) Porque está estupendamente dotada para influir
sobre los conocimientos, afectos y tendencias del
individuo desde la más remota evolución vital,
cuando necesita de la familia para su normalidad
psicofisiológica.

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La universidad tiene la responsabilidad social de la


educación moral.
Social.
a) Porque es un organismo integrado por una selección
intelectual cuyo compromiso es con la Colectividad, o
directamente, o indirectamente a través del Estado.
b) El alumnado está constituido (debe estarlo) por una
selección y representación privilegiada (de hecho, no
de derecho) de todos los sectores sociales.
c) Po r d i s p o n e r, c o m o o r g a n i s m o d e E n s e ñ a n z a
Superior de los medios más eficientes de influencia
psicológica y social: la Organización y la Cultura.
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Jacques Maritain advierte “ Esta tarea moral de la


educación se está convirtiendo hoy en más y más
importante: ya que el hombre está confrontando con
filosofías materialistas o positivistas que relativizan
completamente los patrones morales, y con la
mentalidad dirigida por terceros que nuestra civilización
industrial o tecnológica tiende a desarrollar. Si este tipo
de confrontación dominara, la moralidad humana
descendería tremendamente. Y olvidaríamos que no
puede haber sociedad de hombre libres sin el fermento
de las conciencias personales, que no se ajusten a lo
que las rodean, sino que resisten al medio ambiente y
prefieren obedecer la ley de Dios antes que la ley de los
hombres”
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La moral es una problemática que se plantea la conciencia del


profesionista, y que surge del orden o derecho natural; mientras que la
ética profesional es una problemática que empeña la inteligencia del
profesionista y que surge, no sólo de las vertientes del derecho natural,
sino también de otros elementos sociales:
1) El derecho; la legislación o prescripciones jurídicas de cualquier
comunidad.
2) La sociedad; entendida como solidaridad humana dentro de cualquier
orden.
3) La tradición, que siendo el legado razonable, y a veces heroico de las
ge ne racione s pre ce de nte s, e s muchas ve ce s me nospre c i a d o y
condenado a la indiferencia y al olvido.
4) La cortesía y urbanidad, que sin afectar directamente a ninguna
virtud interna, decide tantas veces el buen nombre del profesionista, con
perjuicio o beneficio de la misma profesión. De aquí la importancia que
se le dará a la “dignidad personal,” al tratar de la competencia moral del
profesionistas.
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El hombre experimenta constantemente la coacción de imperativos


que presionan internamente y se manifiestan por preceptos, lo
mismo que la moral: son los imperativos sociales y religiosos.
a) El precepto social es impuesto por el medio social. El que quiere
permanecer en ese medio, debe someterse a sus reglas de
urbanidad, de higiene y de conveniencias sociales.
b) El precepto religioso es impuesto por la divinidad, y hay que
cumplirlo en la medida que se desea mantener buenas relaciones
con la divinidad.
c) El precepto moral es de naturaleza bien diversa. No corresponde ni a
una presión social, ni a una presión divina aunque pueda confundirse
con ambas. Su coacción y su exigencia no proviene del exterior, sino
de la misma entraña de la naturaleza humana que se revela cuando
un desorden se ha introducido en ella.

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Estos estados de conciencia correspondientes a


cada uno de los imperativos anteriormente expuestos,
son los que dan lugar a una sensibilidad peculiar
relacionada con la valuación que cada individuo tiene de
la realidad. Así hablamos de un sentido moral, de un
sentido social o de un sentido religioso; que consisten
en la sensibilidad o facilidad de percepción más o menos
pronunciada respecto a cada grupo de imperativos. En
algunas personas llegan a confundirse los tres
imperativos, mientras que en otras se desarrolla uno
solo, o al menos aventaja a los demás

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Para un intelectual o un profesionista no es


suficiente ni decoroso conformarse con la comprobación
de la existencia de ese imperativo moral que norma su
conciencia y su conducta.
Lo lógico y lo intelectualmente honrado es enfrentarnos
a esa nueva realidad que deslumbra la conciencia.
Esa realidad, el imperativo moral, se impone tan
espontáneamente al hombre común desprovisto de
formación científica, como al universitario más eminente.

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Este imperativo es:


a) Universal, en el sentido de que se imponga a todo ser
humano, sin tomar en cuenta la categoría o el número de
personas.
b) Gratuito y categórico: sin tomar en cuenta a los demás
c) hombres, como el imperativo social , y sin la
consideración de la divinidad como en el imperativo
religioso. Para descubrir el imperativo moral basta y sobra
consultarse a sí mismo, y sin tener en cuenta a nada más
que a sí mismo.
d) Es tan firme, que mantiene incólume y en toda su
realidad aun contrariando los más vehementes deseos y
las más urgentes inclinaciones y prepotencias del apetito.

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La autonomía interior que supone un acto


moral engendra una responsabilidad, a
condición de que un ser sea inteligente y le sea
posible la intencionalidad, que es la esencia
subjetiva del acto moral, que entraña libertad y
responsabilidad.
La noción de responsabilidad nos
descubre la necesidad de la sanción,
proclamando la validez del imperativo moral y
la sanción.
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El sentido moral de un profesionista


universitario no puede, por lo tanto,
limitarse a una benevolencia altruista y
sentimental. Debe saber fundamentar
racionalmente el imperativo de su
conciencia y la verticalidad de su conducta.

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El profesionista universitario debe comprender:


1) Que su responsabilidad moral es mayor que la de un
simple ciudadano por la dotación de conocimientos que ha
recibido y la capacidad que se le ha creado.
2) No le es lícito al profesionista encasillarse en su “torre de
marfil” ignorando las miseria humanas.
3) Que la moralidad y su función no puede hoy reducirse a la
auroleada pasividad del buen ejemplo, sino que tiene la
insurrogable responsabilidad de la acción; y
4) Que la acción específica que todo el mundo espera de su
capacidad profesional es la orientación ideológica; tanto
cuando se trata de investigar y descubrir rutas salvadoras,
como cuando se trata de resistir o combatir a los que
atentan contra nuestra civilización y nuestra cultura
religiosa.
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La moral y la actuación profesional

La moral es una, aunque comparte


puntos de vista diversos. Tanto la moral
natural como la moral más
intransigentemente teológica, o
desemboca en la vida, o no sirve para
nada.

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La decepción de los estudiantes que se


inician en un curso de filosofía moral proviene,
de que buscan sinceramente una regla que
abarque toda su vida, y terminan sólo
vislumbrando algunas nociones fragmentarias,
que no les ayuda en su preocupación más
honda y lacerante en la víspera de su
graduación que es el problema de su vida
profesional.

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La vida profesional es problema capaz de


preocupar en tres sentidos:
a) ¿Cómo se triunfa social y económicamente?
b) ¿Cómo se triunfa científicamente?
c) ¿Cómo es posible conjugar estos triunfos
sin comprometer la conciencia y la dignidad
humana?
La ética profesional ha nacido en parte del
buen deseo de colmar esa laguna.

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Ética profesional o moral profesional, se suele


definir como la “Ciencia normativa que estudia los
deberes y los derechos de los profesionistas”
El concepto medular de la ética profesional es el
c o n c e p t o d e l a m o r a l i d a d . To d o s l o s p r i n c i p i o s
normativos y las aplicaciones prácticas de su casuística
deben estar impregnados e impulsados por la moral.
Pero erraría quién hiciera objeto de la ética y
responsabilidad profesional solamente a las obligaciones
impuestas por la moral o el derecho natural, con
exclusión de cualquier otra exigencia de índole jurídica o
social,

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El objeto de la ética profesional es por lo


tanto mucho más amplio de lo que
comúnmente se supone.
Lo esencial es la difusión de ideas: “Ideas
principios” y dinámicas; no las “Ideas
precauciones” hoy tan en boga, y que por ser
estáticas e inoperantes son solamente
elemento de descomposición. (Atribuir a la
ética profesional la función fundamental de
reconciliar el interés económico del pueblo con
el de los profesionistas).

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La importancia de la ética profesional puede


considerarse en el orden especulativo o en el orden
práctico.
A) En el Orden Especulativo: Analiza los principios
fundamentales de la moral individual y social, y los pone
de relieve en el estudio de los deberes profesionales.
Trata de definir con claridad y concisión la naturaleza de
la Profesión y las distintas relaciones con los elementos
humanos que sufren su influencia o la ejercen. Así
comprendemos la diferencia entre los deberes derivados
de la justicia o la caridad, cuando hay virtudes que es
menester que practicar en conciencia, y los otros
deberes sociales impuestos por la convivencia

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B) En el orden práctico. La importancia


esta determinada por las conveniencias y
consecuencias que mutuamente rigen las
relaciones entre profesionistas y clientela.
Es notorio que la mejor garantía de éxito
profesional la constituye el leal y
escrupuloso cumplimiento de los deberes.

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Frecuentemente el profesionista se juzga


dispensado de cualquier orden o disciplina;
como si semejante anarquía fuera un
privilegio debido a su capacitación
universitaria.

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Distintas áreas de la actividad
profesional

Cuando usamos las palabras profesión,


profesional o profesionista, a secas, nos
referimos a las “Profesiones Universitarias”. o
profesiones que sugieren un título universitario
para ejercerlas.
Cuando la profesión adquiere la diferenciación
y valorización que le transmite la universidad,
evidentemente estamos ante un profesional o
profesionista que desarrolla una actividad
económico-social específica, cuya
características son:

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a) La competencia. Es jurídicamente competente


quien puede exhibir un titulo universitario, requerido y
refrendado por el Estado para tutela del bien común,
después de cursar estudios superiores superando
exámenes numerosos y difíciles.
b) La independencia. Normalmente el
profesionista universitario desenvuelve su actividad
especifica empeñando su iniciativa profesional, sin otras
limitaciones que las del bien común y su conciencia. Lo
que se toma en cuenta es el criterio y “personalidad”
que dan una “independencia espiritual” difícilmente
compatible con ninguna otra actividad.

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c) Humanidad. Un profesionista universitario debe


te n e r, c o n s c ie n te m e n te , c o m o p r i n c i p a l o b j e t i vo
insubordinable: “El Hombre”.
En la jerarquía de valores, el hombre ocupa el primer
lugar; ya sea para desarrollar su espíritu, asegurarle la
salud, organizar su industria y recursos económicos, o
promover la equidad y la justicia en sus relaciones.
Aquí esta el origen de su responsabilidad social
indiscutible y la poderosa razón para que el sentido de
servicio con que debe ser concebida y vivida la profesión,
no ceda la primacía a ningún otro interés o utilidad.

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Definición:
Profesión, es una capacidad cualificada,
requerida por el bien común, con
peculiares posibilidades económico-
sociales.

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Un profesionista no se cotiza como tal por


su actuación social; sino por su trabajo y
las cualidades de honestidad, austeridad y
la eficiencia en él ejercitadas

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La responsabilidad en la vida
profesional

La dignidad profesional

Que analizaremos es aquella que no


depende de los méritos ni de las
lim itac io ne s pe rs o nale s , e s d e c i r, e s
inherente a la misma naturaleza de la
profesión.

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Es dignidad es extrínseca cuando no


proviene directamente de los elementos
c o n s t i t u t i vo s d e l a n a t u ra l e z a d e l a
profesión, sino que se le adjudican
externamente por:
A) La opinión pública. La confianza
obligada e impuesta por la dura ley de la
necesidad. ( Del ignorante hacia el que
sabe, de un profano hacia un iniciado).
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b) La Legislación común. Es lo que nos sugiere la que llamamos


dignidad jurídica de la profesión.
1) Cada contrato de un profesionista o estipulación de honorarios es
considerado por la Legislación como un contrato de trabajo
autónomo, sujeto al justo criterio de la profesión, para cuyo
ejercicio el Estado exige un título legítimamente adquirido,
reconocido y registrado por la autoridad competente.
2) El profesionista adquiere un “derecho-deber” para el ejercicio de
la profesión.
3) El profesionista adquiere también el “derecho-deber” del secreto
profesional; que, por un lado lo exime de declaraciones, y por el
otro, le persigue como reo de revelaciones indebidas.
4) El profesionista universitario es tutelado legalmente por los
respectivos “Colegios o Asociaciones Profesionales”.

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La verdadera dignidad profesional. Es la que llamamos


intrínseca porque proviene de la misma naturaleza constitutiva
de la profesión.
Es la sociedad misma y el bien común como tal quienes
requieren angustiosa y urgentemente el sentido social de la
profesión.
La sociedad como tal, ¿Tiene derecho a esperar algo más que
los bienes y servicios propios de los fines de cada profesión?.
A f irm ativam ente, ya que el s erv ic io que im plic a e n l a
profesión una actitud que le eleva a un nivel espiritual en el
que es natural y frecuente el contacto con el mundo del ideal.
Y un verdadero ideal reclama la generosidad y no pocas veces
el absoluto desinterés de quien lo posee.

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c) Función de orientación. Con el medio más natural y


sencillo que existe. Con el ejemplo.
Las profesiones constituyen en realidad la vanguardia
civil del pensar y del vivir de la comunidad.
Todos los profesionistas deberían de reflexionar sobre el
fenómeno desconcertante para su responsabilidad
moral: que cada día que transcurre de su actividad,
aunque no aumente su influencia sobre las cosas, sí
aumenta progresivamente su influencia sobre las
personas.

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d) Función de Unión. Toda función de unión es siempre


de coalición y de encuentro, de comprensión y de paz.
Los profesionistas hacen por otros o para otros, lo que
los otros son incapaces de hacer; de manera que se
convierten, sin pretenderlo, en el punto de contacto de
las relaciones humanas. Sea cual fuere el sector en que
se realiza el contacto, les es sumamente fácil convertirse
en vehículo de nuevos contactos, con una gran cosecha
de simpatía y con una gran riqueza de crédito humano.
De aquí nace naturalmente la vinculación y la unión.

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Profesión y vocación.
Tra t a r e m o s d e d a r u n a i d e a c l a ra d e l o s
factores que la determinan y de los
elementos que la integran psicológicamente.
Las vocaciones humanas son el producto
normal de dos factores principales que
juzgan paralelamente en la conducta:
a) El factor personal
b) El factor social.

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El factor personal.
Está constituido fundamentalmente por
las aptitudes y las aficiones; esto es: por
lo que podemos hacer y por lo que nos
gusta hacer. Estos dos elementos son los
que integran normalmente el llamado
“complejo vocacional”

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La aptitud no se entiende como una simple


capacidad de hacer algo; sino una capacidad
sobresaliente sobre el término medio o común
que de ellas se da, y constituye el aspecto
efectivo de la vocación.
La afición constituye el aspecto afectivo de la
vocación: es la inclinación o tendencia que nos
representa algo como apetecible.

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El factor social.
Esta constituido por los elementos
circunstanciales externos del individuo:
elementos ambientales, jurídicos y
propiamente sociales.
Estos elementos influyen en la resolución de
abrazar una profesión y son los que rigen
ordinariamente cualquier orientación que no
proceda de una criterio rigurosamente científico.
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Orientación y selección.
Si consideramos la finalidad de ambas funciones, hemos de
decir sumariamente que la orientación profesional es una
función escolástica con una finalidad estrictamente social;
que se contrapone netamente a la selección profesional,
que es una función típicamente industrial, con fines de
productividad.
a) La orientación profesional indaga la capacidad resultante
de las aptitudes de un individuo, para indicarle en qué
profesión tiene mayores probabilidades de éxito.
b) La selección profesional verifica si el candidato para un
puesto solicitado posee las aptitudes requeridas para
desempeñarlo.

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Elementos reguladores de la vida profesional

En la vida profesional o se destaca el hombre (su


eficiencia, su personalidad), o se destaca la profesión
(su eficacia, su función social). Quer e m o s d e c ir,
aclarando que un profesionista puede tener problemas
derivados de su psicología o su personalidad, y otros
p r o b l e m a s d e r i va d o s d e l m e d i o q u e e s p e c í f i c a y
encuadra su profesión.
Nos preguntamos si hay elementos (fuerzas o factores)
q u e s e a n c a p a c e s d e r e g u l a r, e n s e n t i d o p r o p i o,
(restituyendo el equilibrio psicológico y moral del
profesionista), tanto en su vida íntima de persona, como
en su vida estrictamente profesional.

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El profesionista como hombre. Es evidente la depresión


y depreciación de sí mismo que produce la falta de
éxito en la vida profesional. ¿Hay algún elemento
que pueda compensar estas depreciaciones,
funcionando como “regulador” del psiquismo
personal?
Los auténticos y efectivos elementos reguladores, tanto
psíquicos como morales de la vida profesional son:
a) individuales: las virtudes, el trabajo y el descanso.
b) Sociales: el bien común la universidad, la sociedad.

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Existen tres elementos que la experiencia hace consignar como


básicos y definitivos en la vida profesional:
1) La familia. Brevemente diremos que no hay en el orden natural
ningún estímulo normal que pueda equiparársele, ni como
estímulo, ni como regulador de la actividad profesional.
2) La amistad. En la psicología del hombre normal no hay
regulador más necesario y más precioso: como complemento de
la familia, como estímulo vigoroso, sincero y desinteresado como
correctivo de los defectos, y como consuelo y esperanza a la
justa medida de nuestras depresiones y fracasos.
3) El estudio. Nos referimos al estudio profesional, que la
prosecución amorosa, sistemática y perseverante de la verdad y
la belleza que se nos va revelando paulatinamente a medida
que profundizamos en las ciencias vertebrales de nuestra
profesión !Quien abandona el estudio se decapita
profesionalmente!

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El profesionista como tal.


Como miembro y representante activo de una profesión,
desempeña una función técnica, moral y social, sometido a
los controles, presiones y, en algunos casos. Vejaciones
del gobierno y de la sociedad.
¿Existe algún elemento regulador del antagonismo natural
entre los profesionistas y los intereses o exigencias de la
colectividad?
1) El Estado. Por ser precisam ente esa una de sus
competencias y funciones en la sociedad.
2) La organización profesional. “La profesión es una
institución, es decir un grupo de personas reunidas en
torno de una idea de servicios o de empresa, con el fin de
realizarla mediante una organización permanente”

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La organización profesional podrá valerse de todos los


recursos modernos: legislación, prensa, congresos, etc.,
pero se cuidará escrupulosamente de que jamás se
olviden dos principios morales:
a) Toda actividad organizativa debe estar dominada por la
suprema ley del bien común: la primicia del interés
general.
b) Aunque toda organización profesional comporta la
defensa y consideración de sus intereses económicos, la
organización de los profesionistas no puede ni debe tener
ese carácter, como principal o exclusivo, ni pretender
ve n t a j a s p a r t i c u l a r e s c o n e l p r e t e x t o c o n s t a n t e y
demagógico del “interés general”.

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Deberes Generales

El deber es la norma reguladora de la libertad, es el


máximo grado de necesidad con ella compatible y
consiste en la obligación impuesta al sujeto libre “ de
usar de su libertad de un modo determinado”.
En el perímetro de la libertad humana podemos
descubrir sectores llenos de reglas que no son
suficientes para crear un deber, pero dondequiera que
surge un deber, invariablemente le acompaña la nota
moral; por cuanto todo deber tiene carácter ético, obliga
en conciencia, y su violación voluntaria implica
responsabilidad.

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Las promociones y títulos universitarios


clausuran, social y jurídicamente, la vida
del estudiante como discípulo, y le
someten oficialmente a las exigencias del
bien común. Es el momento en el cual la
colectividad comienza a informarse acerca
de su competencia.

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La competencia intelectual

La competencia intelectual es tanto como la


posesión de la ciencia y la sabiduría. Pero como
la posesión perfecta es imposible, de ahí la
imperiosa necesidad de luchar
permanentemente por acrecentar ese
patrimonio del espíritu q ue , e n tanto, e s
herencia colectiva, cuanto más generosamente
el individuo se entrega a su conquista.

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Cuando hablamos de ciencia, nos referimos a


las ciencias “positivas” y “naturales”, que
constituyen el elemento mayoritario y
prevalente de la educación científica y
tecnológica.
Cuando hablamos de sabiduría entendemos, las
otras formas del saber humano que son el
elemento esencial de la educación humanística,
y que no se basan sobre criterios estrictamente
cuantitativos, ni sobre métodos formales o
matemáticos.

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Tanto la educación científica y tecnológica,


como la educación humanística deben poseer
una dosis suficiente de valor informativo y
formativo, si se quiere respetar las leyes de la
naturaleza intelectual.
La dosis de formación e información que
asimila el estudiante, depende
fundamentalmente de la jerarquía de sus
maestros.
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Factores de la competencia intelectual.


A) Factores externos de la competencia intelectual.
1) Considerada como formación, los factores externos
de capital eficiencia son los maestros, los libros y los
amigos que constituyen el ambiente universitario.
2) Considerada como información, normalmente el
factor externo de mayor importancia es el libro y la
revista profesional o universitaria de seria solvencia
científica y humanística.

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B) Pero hay un solo protagonista de la competencia


intelectual: La inteligencia.
Para lograr un protagonista brillante se necesitan tres
cosas: trabajo, esfuerzo y método.
1)Trabajo. Porque naturalmente no se da ni la ciencia
infusa, ni la experiencia espontánea. No se puede perder
el contacto con la realidad social, porque el mundo
evoluciona vertiginosamente y se nos pierde de vista
apenas interrumpimos la curiosidad científica o la
vigilancia humanística.

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2) Esfuerzo. Porque el trabajo intelectual, para


ser coherente debe ser fundamentalmente
estudio disciplinado y abnegado. Nadie aprende
nada que valga la pena por el solo talento, si
no surge el esfuerzo que realiza síntesis y crea
métodos.
3) Método. La competencia intelectual necesita
de un sistema de aprendizaje.

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La competencia moral.

La competencia moral. En un profesionista, lo


mismo que en cualquier hombre, no puede
limitarse al orden de sus conocimientos; es
indispensable que la inteligencia ponga en
juego a la voluntad, para que la actividad
profesional ofrezca todas las garantías que
requiere el bien común y la dignidad
profesional.

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La única garantía real que puede ofrecer, tanto


la inteligencia como la voluntad profesional, es
la virtud profesional.
A) Lo que interesa fundamentalmente en toda
actitud moral es la “adhesión habitual al bien
q ue ha lle g ad o a conve rti r s e e n s e g u n d a
naturaleza”. De tal suerte que, en definitiva, un
hombre no es moral ni virtuoso por ser casto,
moderado o justo, sino por ser dominado por el
bien en toda la amplitud subjetiva y objetiva.
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ETICA PROFESIONAL

B) El bien no tiene como realidad ni como


medida a mi personalidad. El día que
desconectáramos la conciencia de la verdad
objetiva, no nos quedaría más que
utilitarismo. Nos lanzaríamos a vivir “ de la
mejor manera posible”: y la “mejor manera”
( para quien no posee otra medida del bien
más que a sí mismo )es la carrera de las
ganancias y de los honores

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Virtudes profesionales.
La actividad profesional está constituida por
actos que son esencialmente transitivos; esto
es: que no pueden limitarse al individuo que
los emite, sino que deben terminar en otro que
los recibe. De aquí que las virtudes
profesionales por excelencia, son también las
virtudes sociales por excelencia: la justicia y la
caridad.
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La competencia física.

La universidad tiene suficiente versación y prestigio para


establecer reglas normales y universalmente experimentadas
como sabias y efectivas en la Salud Mental:
1) La suprema ley de la higiene mental es el esfuerzo bien
entendido y sinceramente aceptado.
2) La higiene, sin su práctica rigurosa y habitual, es una
ciencia muerta y hasta nociva.
3) La higiene, para ser racional y moderna, tiene que abarcar
todo el hombre; comprendiendo la higiene mental, moral,
afectiva e individual.
4) Una higiene normal y para los casos normales, es parte de
la responsabilidad social del profesionista, quien tiene el deber
de orientar convenientemente a la mayoría de los prójimos
que cuenta entre sus clientes y colaboradores.

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La responsabilidad en la vida profesional

Cuando el hombre comienza a hacerse


responsable, tropieza con la dificultad de
discernir con claridad la dosis de sumisión
e independiente afirmación de sí mismo
que deben normar sus decisiones frente al
general conformismo e inercia impuesta
por el medio social y autoridad.

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La palabra responsabilidad suele ser


sinónimo de “conciencia” o de
“imputabilidad”. Sin embargo, la primera
acepción es la auténtica; esto es: “la
obligación de rendir cuenta de los propios
actos”, lo que comporta un deber.

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ETICA PROFESIONAL

La responsabilidad como deber, es la obligación


de responder de los propios actos delante del
tribunal competente.
Cuando el tribunal es Dios o la propia
conciencia, tenemos la responsabilidad moral.
Cuando el tribunal es el Poder Público, tenemos
la responsabilidad legal; que a su vez es civil o
penal, según, se trate de responder de los
actos comunes del ciudadano, o del daño
inferido que requiere indemnización o pena por
la violación de las leyes.

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ETICA PROFESIONAL

Responsabilidad Profesional.
La centramos en esa sensación interior de la
conciencia, que inclusive puede estar en pugna
con el exterior, social o jurídica. Así en las
emergencias, por ejemplo, puede aparecer un
conflicto entre las leyes o reglamentaciones, y
la conciencia profesional. Cuando un médico
ocurre velozmente al lugar de un accidente
contraviniendo los reglamentos de
tránsito, !prevalece siempre el dictamen de la
conciencia, la sanción interior!

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ETICA PROFESIONAL

Toda la conducta práctica de un profesionista


debe regirse por esta doble finalidad: a) evitar
toda falta voluntaria y b) disminuir en lo
posible el número de faltas involuntarias, que
son fruto de la debilidad humana, por flaqueza
propia o negligencia ajena. Y cuando surjan
conflictos de orden técnico o social, nada mejor
que despojarse de toda presunción, avocarse al
estudio de los problemas y tratar de poner en
práctica aquel alto principio de valor moral
indiscutible: “No hagas a otro lo que no quieras
que te hagan a ti mismo”.
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ETICA PROFESIONAL

Las principales responsabilidades


profesionales se pueden clasificar en:
a) Responsabilidades consigo mismo.

b) Responsabilidades con el prójimo.

c) Responsabilidades con la sociedad.

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ETICA PROFESIONAL

Responsabilidades consigo mismo


Una lógica elemental conecta las
responsabilidades a los deberes. Manteniendo
este paralelismo es evidente que la
responsabilidad profesional exige en el fuero
íntimo de la conciencia una fidelidad
permanente al triple deber de la competencia.
a) Intelectual
b) Moral
c) Física

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ETICA PROFESIONAL

Responsabilidades con el prójimo.


Al prójimo profesional: el colega, el colaborador,
el cliente, el acreedor, etc.
Los juristas contemporáneos, refiriéndose a la
responsabilidad civil, adoptan los términos de
responsabilidad contractual y responsabilidad
extracontractual, cuando se trata de daños
causados por el incumplimiento de los
compromisos o de los daños originados por un
delito o cuasidelito.
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ETICA PROFESIONAL

Pero hay otra responsabilidad que, si bien


no s e c o ns igna e x p r e s a m e n t e e n l a s
cláusulas del Derecho civil, obliga más
seriamente al profesionista a revisar su
actitud hacia sus prójimos: es la
responsabilidad natural de la persona.

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ETICA PROFESIONAL

La persona humana se ha convertido insensiblemente en


el centro neurálgico de la moderna economía industrial;
no sólo en virtud de preocupaciones o sugestiones
morales, sociales y religiosas, sino que ésta
transformación se ha operado fundamentalmente por
una necesidad económica.
Si la primera revolución industrial apareció con una
fisonomía prevalentemente técnica, esta segunda
revolución industrial que se está operando desde hace
treinta años presenta una creciente consideración del
e l e m e n t o h u m a n o , q u e h a i n va d i d o l o s c a m p o s
r e s e r va d o s a n t e r i o r m e n t e e n f o r m a e xc l u s i va a l
elemento técnico y económico.

66
ETICA PROFESIONAL

Sería lamentable que el profesionista no se percatara de


este desplazamiento del centro de gravedad de la
historia, y no afinara su sensibilidad humana hasta el
punto de sentirse permanentemente comprometido por
este valor fundamental de la vida.
Hay en la persona una dignidad intrínseca y substancial,
q u e n o e s ta c o n d ic io n a d a a n i n g u n a a u t o r i d a d o
legislación, no se disminuye por olvidos, postergaciones
o desprecios, que es forzoso respetar en la medida en
que estamos resueltos a m an te n e r la lim p ia p a ra
beneficio de la civilización.

67
ETICA PROFESIONAL

Sólo la actitud de permanente


responsabilidad hacia la persona humana
dará al profesionista la exacta dimensión
de los méritos del colega, de la fidelidad
del colaborador, de las necesidades del
cliente y de las justas exigencias del
acreedor.

68
ETICA PROFESIONAL

Responsabilidades con la sociedad.


La responsabilidad social que tiene el profesionista por el
mero hecho de ser promovido con un título universitario,
aunque no esté directamente vinculado ni a la política,
ni a la economía, ni a los grupos de presión social, moral
o religiosa.
Independientemente de cualquier actividad, el
profesionista universitario tiene comprometida su
inteligencia en la opinión y sus energías en la acción, de
las cuales depende la recta o desastrosa conducción del
pueblo.

69
ETICA PROFESIONAL

Si persiste la mentira y el mal, y el


profesionista permanece en su torre de marfil
halagándose con la mezquindad restrictiva de
pertenecer a una casta superior y privilegiada,
no solamente cargará con la mayor
responsabilidad social frente a todos los
antagonismos, sufrimientos y miserias, sino
que justicieramente también será la primera
víctima.

70
ETICA PROFESIONAL
Secreto profesional
Secreto es una verdad conocida por una o
pocas personas, pero que debe mantenerse
oculta para los demás.
S e g ú n l a s d i ve r s a s c a u s a s q u e o b l i g a n a
mantenerlo, se distinguen:
a) El secreto natural

b) El secreto promiso

c) El secreto pactado.

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ETICA PROFESIONAL

El secreto natural
Obliga por su propia naturaleza; esto es:
por tratarse de una verdad cuya
revelación acarrea necesariamente daño o
disgusto al prójimo.

72
ETICA PROFESIONAL

El secreto promiso
Obliga precisamente en virtud de promesa
formulada, aunque el interesado lo haya
confiado independientemente de esa
promesa.

73
ETICA PROFESIONAL

El secreto pactado
Obliga en virtud de la voluntad expresa de
quien lo confía y de un pacto o contrato
con que se compromete a no revelarlo el
que lo recibe. Cuando el pacto o contrato
(explícito o implícito) procede del ejercicio
de una profesión, tenemos el Secreto
Profesional.
74
ETICA PROFESIONAL

Todas las profesiones, especialmente las liberales o


universitarias están gravemente sometidas al sigilo y a
la discreción, por que comprometerían seriamente la
estabilidad social y el bien común con relevaciones
imprudentes.
Hoy la evolución social y la jerarquía de la educación
universitaria lo exigen de cualquiera de sus
profesionistas, no solamente como “criterio de
conveniencia” o “postulado de honor” sino, y
principalmente, como “obligación jurídica” y “deber
moral”.

75
ETICA PROFESIONAL

Aspecto moral del secreto profesional.


Quien ejerce una profesión se pone en contacto con personas,
familias e instituciones. La razón de este contacto es la
existencia de un problema o necesidad, y la confianza
depositada en el profesionista que se consulta.
Esta confianza permite al profesionista, aún sin requerirlo el
carácter de su profesión y sin pretenderlo de ninguna manera,
penetrar en la intimidad de los hogares, en los planes de sus
clientes, en las reales condiciones materiales y espirituales
que muchas veces revelan cosas desconocidas e
insospechadas para todo el mundo.
La obligación general de guardar la discreción y el secreto
resulta, en parte, de esta confianza. Y la confianza, por otro
lado, nace en el cliente en relación directa con la personalidad
y la conciencia del profesionista.
76
ETICA PROFESIONAL

Aspecto jurídico del secreto profesional.


La legislación común permite (y aún promueve y
presiona) la organización profesional para la tutela y
defensa del honor, la dignidad, y la independencia de los
profesionistas.
Al refrendar los títulos universitarios, de hecho el Poder
Público avala al profesionista, certificando oficialmente
su competencia. De ahí que la severidad penal al
declarar como delito de quién viola el secreto profesional,
está llena de preocupaciones y limitaciones que lo
reducen al “estricto y preciso ejercicio de la profesión”.

77
ETICA PROFESIONAL

La ética del secreto profesional tiene más


ventajas para todos en la medida en que
el profesionista desecha la preocupación
jurídica y acepta la responsabilidad moral
en toda su amplitud, como una
prerrogativa universitaria y profesional.

78
ETICA PROFESIONAL

Como norma práctica de conducta ética,


es preferible una regla no escrita de
secreto absoluto, que un Orden Legal
escrito, pero que se resta a violaciones.
La defensa vigorosa de esta deber
profesional, en el fondo, es, también la
defensa de la capacidad y libertad
universitaria.
79
ETICA PROFESIONAL

El juramento Hipocrático.“Callaré cuanto viere


u oyere en las curaciones” (Quaecumque vero
inter curandum videro aut audiero, tacebo) así
como la fórmula para jurar el secreto
establecida por la antigua Facultad de Medicina
de París: “ninguno divulgue lo que oiga o
entienda de lo que ocultan los enfermos”
(Aegrorum arcana, audita, intellecta eliminet
nemo), debe normar escrupulosamente la
conducta de todas las profesiones y de todos
los profesionistas con sus respectivos clientes.

80
ETICA PROFESIONAL
Honorarios

Todo trabajo bien desempeñado merece la


retribución. Es una ley natural.
Para el trabajo de la inteligencia y para la
responsabilidad directiva se usa el término
de “estipendio”, que es la retribución
genérica de una persona por su trabajo o
servicio.

81
ETICA PROFESIONAL

Honorario es el estipendio específico que se


recibe por el trabajo en el ejercicio de las
carreras universitarias, tradicionalm e nte
conocidas como “liberales”.
Según el lenguaje jurídico y el uso común,
honorario es la compensación de profesiones
liberales, pero entendiendo que el concepto
tradicional implica la compensación debida
cada vez, según la reglamentación legal o
costumbre.
82
ETICA PROFESIONAL

La retribución por los servicios que presta


un profesionista a la clientela le deben
permitir durante el normal ejercicio de
su profesión:
a) Compensar los gastos de su formación.

b) Vivir con dignidad, y

c) Asegurar su vejez o porvenir.

83
ETICA PROFESIONAL

Compensar los gastos de su formación.


Es indudable que si las carreras
universitarias en general se consideran
“ c a r a s ”, m u c h o s p r o f e s i o n i s t a s h a n
s u f ra g a d o e n p a r t e o t o t a l m e n t e l o s
gastos de sus estudios, sin tomar en
cuenta los imponderables esfuerzos y
sacrificios que estos imponen.
84
ETICA PROFESIONAL

Vivir con dignidad.


Au n q u e n o s e p u e d a p r e c i s a r c u á l s e a l a
cantidad de dinero indispensable para vivir con
dignidad, ni en qué consiste exactamente esa
dignidad, cualquier ciudadano sabe lo que se
entiende por no vivir con dignidad profesional:
vivienda y oficina miserable y desaseada,
ve s t i m e n t a y a l i m e n t a c i ó n p r e c a r i a , y e l
obligado confinamiento social, consecuencia de
tales causas.
85
ETICA PROFESIONAL

Asegurar su provenir.
Suele ser la máxima preocupación de las
profesiones universitarias; sobre todo, en la
medida en que el bien común les exige una
independencia que cada año se hace más difícil
de mantener. Y no titubeamos en afirmar que
dentro de la actual evolución de la estructura
social, éste es el máximo problema a las
profesiones “liberales”.
86
ETICA PROFESIONAL

Tasación de los honorarios.


Si la tasación es un juicio por el cual se
justiprecian y avalúan las cosas, es natural que
la tasación de los honorarios sea competencia
de los respectivos Colegios de Profesionistas,
que son, normalmente, los únicos que poseen
todos los elementos de juicio para fijar y
establecer compensaciones,, que luego
refrendan prudentemente la legislación vigente.
87
ETICA PROFESIONAL

Las circunstancias que se deben ponderar para la


determinación del honorario, son las siguientes:
A) Una fundamental que determina claramente la
obligación de justicia impuesta al cliente y el monto
esencial del derecho del profesionista: “La naturaleza e
importancia de los servicios exigidos por el trabajo y
prestados por el profesionista”. (Tiempo empleado,
distancia, maquinaría o instrumental, incomodidades,
peligros, urgencias, etc.). O sea, que lo fundamental
que se ha de tomar en cuenta y que constituye el núcleo
de la responsabilidad profesional, es la cantidad y la
calidad de trabajo.

88
ETICA PROFESIONAL

B) Otras circunstancias que incidentalmente


influyen en el monto de los honorarios (pero
no los determinan) son, de acuerdo al buen
sentido y a la equidad consagrados por la
tradición:
1) La legítima reputación del profesionista.
2) La situación económica del cliente.
3) La carestía y alteradas condiciones de vida.
4) Los usos locales legítimamente establecidos.

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ETICA PROFESIONAL

Relieves morales.
En un profesionista se distinguen
nítidamente la capacidad cultural, jurídica
y política, de la capacidad adquisitiva y
económica. Algunas veces son
capacidades inversas: !A mayor capacidad
cultural menor capacidad adquisitiva y
viceversa!.
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ETICA PROFESIONAL

El bienestar terreno es instrumento de bienes superiores


y eternos; es objeto de deber y derecho, es condición de
justicia, al menos, distributiva; es elemento de vida civil
y, por tanto, de la comunidad humana; y es fácilmente
un principio de tentación en el hombre, cuando no de
rivalidades y de odio.
Se comprenderá por qué el bienestar terreno se ha
convertido en uno de los objetos más actuales de la
tentación y la responsabilidad moral.
La reivindicación natural y justiciera de ese bienestar
terreno puede ser objeto de polémica y aun de lucha;
pero nunca justificará el mercantilismo profesional.
91
ETICA PROFESIONAL

Mercantilismo
Así se le llama a la actitud profesional de quien se mueve
exclusivamente por fines de lucro.
Los conocimientos y aptitudes del profesionista no son cosas que
se pueden exhibir y cotizar en el mercado, ni pueden ser objeto
de preocupaciones comerciales.
Es pés im o pro f e s i o n i s t a q u i e n c o n d i c i o n a l a e f i c i e n c i a y
competencia de un trabajo o servicio al monto de la retribución;
o quien descuida prácticamente la actuación profesional que ya
ha comprometido por razones de generosidad o beneficencia.
Es mas reprobable esta conducta que la del colega, también
mercantilizado, que simplemente dice: “!a mí me pagan, o no
hago nada!”
No escapa a la nota de inmoralidad el profesionista que practica
la archiconocida y generalizada “mordida”.
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ETICA PROFESIONAL

Dicotomía del estipendio


Se entiende por dicotomía la doble
ganancia; de las cuales una se percibe a
título de honorarios, y la otra, a espaldas
del cliente, por industria o inteligencia del
profesionista con colegas o con otras
personas.

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ETICA PROFESIONAL
Código de Ética

Código. (Del lat. *codĭcus). Conjunto de


normas legales sistemáticas que regulan
unitariamente una materia determinada.
Recopilación sistemática de diversas leyes.

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ETICA PROFESIONAL

El Código de ética, Los valores establecen


la norma para la práctica profesional,
constituyen las convicciones
fundamentales que guían la conducta y
proceso de toma de decisiones.
Los valores profesionales son vitales para
la integridad de toda profesión.

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ETICA PROFESIONAL

El código se aplica a los miembros de una


organización, esta concebido como una
guía útil para los integrantes en el
desempeño de sus responsabilidades
éticas.
Es un documento que ha sido diseñado
para anticipar y acomodar, mediante
precedentes, exigencias éticas que
pudiesen presentarse oportunamente.
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