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El cáncer, es una enfermedad compleja y multifactorial, que representa uno

de los mayores desafíos de salud en México. A medida que el país experimenta

transformaciones demográficas, epidemiológicas y sociales, la incidencia de

diversos tipos de cáncer ha ido en aumento, ejerciendo una presión significativa

sobre el sistema de salud mexicano. Factores como la transición epidemiológica,

los cambios en estilos de vida y la exposición a determinantes globales han

contribuido al panorama actual del cáncer nuestro país. Esta situación exige un

análisis exhaustivo de las determinantes específicas del contexto mexicano, así


como una comprensión de las influencias globales que impactan en la prevención,

diagnóstico y tratamiento del cáncer. En este contexto, el presente ensayo,

buscará examinar la contribución vital de la enfermería en aspectos cruciales

como la gobernanza y la vigilancia epidemiológica para abordar este desafío de

manera integral y efectiva.

El National Cancer Institute (2021) nos dice que el cáncer es una

enfermedad en donde algunas células del cuerpo se multiplican sin control y se

diseminan a otras partes del cuerpo, siendo posible que el cáncer comience en

cualquier parte del cuerpo humano, formado por billones de células. Estas células

tal vez formen tumores, que son bultos de tejido. Los tumores son cancerosos
(malignos) o no cancerosos (benignos). Los tumores cancerosos se diseminan (o

invaden) los tejidos cercanos. Pero también podrían viajar más lejos a otras partes

del cuerpo y formar tumores, un proceso que se llama metástasis.

A nivel mundial la misma organización, reporta que el cáncer, es una de las

causas principales de muerte en el mundo, en 2018, hubo 18,1 millones de casos

nuevos y 9,5 millones de muertes por cáncer en el mundo. Se prevé que en 2040

el número de casos nuevos de cáncer por año aumentará a 29.5 millones y el

número de muertes por cáncer a 16.4 millones.


En general, las tasas más altas de cáncer se encuentran en los países con

poblaciones que tienen el nivel más alto de esperanza de vida, de educación y de

estándar de vida. Pero para algunos tipos de cáncer, como el cáncer de cuello

uterino, se observa lo contrario. La tasa de incidencia más alta para este cáncer se

encuentra en países cuya población tiene niveles bajos de estas mediciones.

El cáncer no conoce fronteras y su prevalencia está influenciada por factores

globales. La globalización, los cambios en los estilos de vida, la urbanización

rápida y la exposición a carcinógenos ambientales son determinantes


fundamentales. La influencia de la dieta, el tabaquismo y la falta de actividad física

también contribuye significativamente a la carga del cáncer. Es imperativo abordar

estos factores desde una perspectiva global para implementar estrategias

preventivas efectivas.

Por lo tanto, el cáncer es el resultado de la interacción entre factores genéticos

de la persona afectada y tres categorías de agentes externos, donde se destaca:

carcinógenos físicos, como las radiaciones ultravioletas e ionizantes; carcinógenos

químicos, como el amianto, sustancias contenidas en el humo de tabaco, las

aflatoxinas que contaminan los alimentos y el arsénico presente en el agua de


bebida; y carcinógenos biológicos, como determinados virus, bacterias y parásitos

Respecto a los factores de riesgo la Organización Mundial de la Salud (OMS,

2022) publicó en su portal que el consumo de tabaco y de alcohol, la alimentación

poco saludable, la inactividad física y la contaminación del aire destacan como los

principales no solo del cáncer y sino de otras enfermedades no transmisibles.

Además, también lo son algunas infecciones crónicas, sobre todo en los países de

ingresos bajos y medianos. Cerca del 13% de los casos de cáncer diagnosticados

en el mundo en 2018 se atribuyeron a infecciones carcinógenas, especialmente


las causadas por Helicobacter pylori, los papilomavirus humanos, los virus de la

hepatitis B y de la hepatitis C y el virus de Epstein-Barr.

Los virus de las hepatitis B y C y algunos tipos de papilomavirus humanos

aumentan el riesgo de contraer cáncer de hígado y cáncer de cuello uterino,

respectivamente, mientras que la infección por el VIH multiplica por seis el riesgo

de contraer un cáncer de cuello uterino y aumenta sustancialmente el de otros

tipos de cáncer, como el sarcoma de Kaposi.

Hoy en día se pueden evitar entre el 30% y el 50% de los casos de cáncer
reduciendo los factores de riesgo y aplicando estrategias preventivas basadas en

la evidencia. Además, esta carga se puede reducir mediante la detección precoz y

la atención y el tratamiento adecuados de los pacientes. Si se diagnostican a

tiempo y se tratan adecuadamente, las probabilidades de curación de muchos

tipos de cáncer son elevadas.

En el contexto mexicano, se registra que el 14% de las defunciones son

atribuidas al cáncer, donde las determinantes epidemiológicas son multifacéticas,

se sabe que el 30% de los casos son prevenibles y otro 30% se puede

diagnosticar oportunamente, lo que generaría un 60% de probabilidad de curación,


razón por la que es importante fomentar estas acciones ya que el cáncer, durante

su etapa inicial, no produce síntomas y cuando comienzan a aparecer significa

que ya ha avanzado.

Datos del Instituto Nacional de Cancerología (2020) informan que el cáncer

más frecuente en el país es el de mama, con 27 mil 500 casos por año; seguido

del de próstata con 25 mil; colon, 15 mil; tiroides 12 mil; cervicouterino, 7 mil 870 y

de pulmón con 7 mil 810. A su vez, el cáncer de mama ocasiona 7 mil defunciones
al año, el de próstata 6 mil 900; colon, 7 mil; tiroides, 900; cervicouterino, 4 mil, y

pulmón, 6 mil 700.

Además, los factores de riesgo comprobados que contribuyen al desarrollo del

cáncer son el tabaquismo que, por sí solo, ocasiona hasta el 30% de tumores

malignos y afecta a 16 órganos. También, el sobrepeso y la obesidad; infección

por virus como el papiloma humano, hepatitis B y C; la exposición a sustancias

carcinógenas ambientales u ocupacionales; la exposición constante a la luz solar

sin protección solar y la falta de actividad física. Me parece interesante que tan
sólo el 10% de todos los tumores están asociados al factor hereditario y dentro de

esta categoría se encuentran el cáncer de mama, de próstata, colon y

cervicouterino. El riesgo aumenta si la persona está expuesta a más de un factor.

Factores como la falta de acceso a servicios de salud, donde sólo el 45% de la

población, que equivale a 56 millones de personas, cuenta con afiliación a

servicios de salud de la seguridad social (IMSS, ISSSTE, ISSSTE estatal, Semar y

Sedena), el 27% (33.8 millones de personas) está afiliada a sistemas públicos

diferentes a la seguridad social, como el Insabi e IMSS Bienestar y el 2% cuenta

con seguro privado o afiliación a otra institución, la desigualdad socioeconómica,


donde nuestro país es uno de los países con los mayores niveles de pobreza y

desigualdad de los 38 países que conforman la Organización para la Cooperación y el

Desarrollo Económicos (OCDE). Esta organización señaló que México tiene un índice

de brecha de pobreza de 34.2, muy por encima del promedio del resto de países

miembro, que ronda el 28.7.

Además, existen otros factores como la educación limitada sobre estilos de

vida saludables y la exposición a agentes contaminantes que contribuyen al

aumento de la incidencia y la mortalidad por cáncer. Comprender estas


determinantes es esencial para desarrollar políticas de salud pública específicas y

accesibles.

La enfermería desempeña un papel crucial en la gobernanza de la atención

oncológica en México. Los profesionales de enfermería participan activamente en

la planificación y ejecución de políticas de salud, asegurando la equidad en el

acceso a los servicios y abogando por intervenciones centradas en el paciente. Su

experiencia clínica y conocimiento especializado contribuyen a la toma de

decisiones informadas, mejorando la eficiencia y eficacia de los programas de


atención oncológica.

El papel de enfermera(o) oncóloga(o) es tan complejo como la misma

enfermedad. Debe tener los conocimientos teóricos y prácticos para atender en los

ya tradicionalmente distinguidos tres niveles de atención. Personalmente sólo he

visto enfermeros oncólogos en el tercer nivel en nuestro estado, aunque en el

segundo nivel también se aplican quimioterapias, sólo en el tercer nivel existe este

personal.

En el tercer nivel de atención, las intervenciones y el tratamiento a estos

pacientes es de mayor complejidad y es donde el personal de enfermería


especializada en la oncología incide de manera más importante, con atención

institucional al 100% en esta patología. La enfermera oncóloga que atiende a los

pacientes con cáncer debe de contar con conocimientos teóricos y prácticos en el

cuadro clínico, fisiopatología, estudios de diagnóstico y, de forma más amplia,

tratamiento (cirugía, radioterapia y quimioterapia). Además, debe contar con los

cocimientos para la atención al paciente en fase terminal y atención familiar,

asistiéndolos en sus esferas bio-psico-social y espiritual.


Con toda la información que se presenta es indudable que de manera general

existe un déficit del profesional de enfermería a nivel nacional y local, máxime en

el área de la oncología, esto en relación con el aumento en la incidencia,

prevalencia y mortalidad de las enfermedades crónicas degenerativas, en

particular en tumores malignos. De tal suerte que es de carácter imperativo la

formación de recursos humanos en el área de enfermería oncológica con un

amplio conocimiento y habilidades, que permitan ejercer la profesión con un alto

sentido de responsabilidad, profesionalidad, calidad, calidez y humanismo para


garantizar la atención de calidad y seguridad al paciente oncológico.

La formación de recursos humanos en enfermería oncológica es un proceso

académico y práctico que se debe llevar a cabo en instituciones de educación y

salud, con la finalidad de transmitir o fortalecer en el personal de enfermería

conocimientos, habilidades, destrezas actitudes y valores que contribuyan a

disminuir o solucionar necesidades sociales y de salud de la población mexicana,

y que respondan a las tendencias actuales de enfermería.

En el ámbito de la vigilancia epidemiológica, la enfermería desempeña un

papel esencial en la recopilación y análisis de datos. La identificación temprana de


patrones epidemiológicos, la monitorización de la incidencia del cáncer y la

evaluación de la efectividad de las intervenciones son responsabilidades cruciales

de los profesionales de enfermería. Algunas de las contribuciones específicas de

la enfermería en este ámbito incluyen:

 Educación y Promoción de la Salud: Los enfermeros pueden educar a la

población sobre los factores de riesgo del cáncer, fomentar la adopción de

estilos de vida saludables y promover la participación en programas de

detección temprana y prevención.


 Detección Precoz: Los enfermeros desempeñan un papel crucial en la

implementación y administración de programas de detección temprana,

como el tamizaje de cánceres específicos. Esto incluye la realización de

pruebas, la interpretación de resultados y el seguimiento de pacientes.

 Registro y Notificación de Casos: La enfermería contribuye a la recopilación

de datos epidemiológicos al registrar y notificar casos de cáncer. Esto es

esencial para la vigilancia epidemiológica y permite identificar patrones y

tendencias.
 Apoyo a Pacientes: Los enfermeros brindan apoyo integral a pacientes con

cáncer, ayudándolos a comprender su enfermedad, gestionar los efectos

secundarios del tratamiento y proporcionar cuidados paliativos cuando sea

necesario.

 Participación en Investigación: Los enfermeros pueden participar en

investigaciones epidemiológicas y clínicas relacionadas con el cáncer,

contribuyendo al avance del conocimiento en la prevención y tratamiento de

la enfermedad.

 Colaboración Interdisciplinaria: La enfermería trabaja en estrecha

colaboración con otros profesionales de la salud, como médicos,


epidemiólogos y trabajadores sociales, para abordar de manera integral los

aspectos médicos, sociales y emocionales relacionados con el cáncer.

 Desarrollo de Protocolos y Políticas: Los enfermeros pueden participar en la

elaboración de protocolos y políticas de atención al cáncer, asegurando que

estén basados en evidencia y sean aplicables a la realidad de la población

mexicana.

 Educación Continua: La enfermería se involucra en la educación continua,

manteniéndose actualizada sobre las últimas investigaciones, tratamientos


y políticas relacionadas con el cáncer. Esto contribuye a la mejora

constante de la atención y la vigilancia epidemiológica.

Estas contribuciones demuestran el papel vital que la enfermería desempeña

en la vigilancia epidemiológica del cáncer en México, colaborando en la

prevención, detección temprana, atención integral y mejora continua de los

servicios de salud.

Enfrentar el desafío del cáncer en México demanda una estrategia holística

que aborde tanto las determinantes globales como las epidemiológicas de esta
enfermedad. La enfermería, como elemento fundamental del sistema de salud,

juega un papel crucial en la gobernanza y la vigilancia epidemiológica. Su

participación no solo eleva la calidad de la atención oncológica, sino que también

impulsa la prevención y la conciencia en la comunidad.

Sin embargo, la lucha contra el cáncer en México no puede recaer únicamente

en los profesionales de la salud; es una responsabilidad que requiere la

colaboración activa, la educación y la participación concreta de toda la población.

Es esencial fomentar una cultura de autocuidado y conciencia sobre los factores

de riesgo, así como promover estilos de vida saludables. La prevención, mediante


la adopción de hábitos saludables y la detección temprana, se convierte en un

pilar fundamental para combatir esta enfermedad.

El reto del cáncer no solo requiere una respuesta reactiva ante la enfermedad,

sino también un esfuerzo proactivo para reducir su incidencia. La colaboración

entre profesionales de la salud, organizaciones gubernamentales, instituciones

educativas y la sociedad civil es esencial para implementar políticas públicas

eficaces, campañas de concientización y programas de detección temprana.


Referencias bibliográficas

Instituto Nacional de Estadística Geografía e informática - INEGI (2021)

Estadísticas a propósito del día mundial contra el cáncer. Disponible en;

https://www.inegi.org.mx/contenidos/saladeprensa/aproposito/2021/cancer2

021_Nal.pdf

National Cancer Institute (2021) What is cancer? Disponible en:

https://www.cancer.gov/about-cancer/understanding/what-is-cancer

National Cancer Institute (2021) Cancer Statistics Disponible en:

https://www.cancer.gov/espanol/cancer/naturaleza/estadisticas

Organización Mundial de la Salud - OMS (2022) Cáncer. Disponible en:

https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/cancer#:~:text=Esas

%20alteraciones%20son%20el%20resultado%20de%20la%20interacci

%C3%B3n,carcin%C3%B3genos%20biol%C3%B3gicos%2C%20como

%20determinados%20virus%2C%20bacterias%20y%20par%C3%A1sitos.

Secretaria de Salud (2020) Prevención y detección temprana disminuyen

mortalidad por cáncer. Disponible en:

https://www.gob.mx/salud/prensa/041-prevencion-y-deteccion-temprana-

disminuyen-mortalidad-por-cancer?idiom=es#:~:text=Tambi%C3%A9n%2C

%20el%20sobrepeso%20y%20la%20obesidad%3B%20infecci%C3%B3n

%20por,protecci%C3%B3n%20solar%20y%20la%20falta%20de

%20actividad%20f%C3%ADsica.

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