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Examen Parcial

Camilo Arango Diaz Granados

Isabella Cañola Usuga

Zaray Castrillón Vallejo

Mateo Mejía Gallego

Profesor

Darío Bernardo Gil Torres

Evolución

Facultad de Ciencias y Biotecnología

Medellín

2024
1. ¿Cuál es la teoría que mejor explica el origen de los seres vivos? Argumente
su respuesta.

La pregunta sobre el origen de la vida es un planteamiento que ha abarcado al ser humano


desde su origen (Oparin, 1974). Son múltiples los sistemas filosóficos que han buscado,
bajo todo pronóstico, una respuesta acerca de cómo se originaron los seres vivos y qué tipo
de desarrollo les permitió convertirse en lo que conocemos hoy; Demócrito (460-370 a.c.)
definía a la vida como la unión al azar de las partículas, llamadas por los atomistas, átomo,
que en sí es considerada una de las primeras teorías del origen de la vida, conocida como
generación espontánea (Palma, 2011). Sumado a esto, la influencia de la religión en la
sociedad occidental propició una nueva perspectiva del mundo asociándolo a una obra
creadora en la que intervino algún ser divino o entidad llamada <<Dios>> (creacionismo),
en la cual, se estipula que a partir de unas propiedades inherentes (o divinas) unidas a
elementos inertes, resulta en el origen de los seres vivos (Palma, 2011). El planteamiento
de ambas teorías es muy similar, pues se refiere a que los seres vivos surgen de elementos
no vivos sin tener que pasar por un proceso de transformación entre sí; sin embargo, ambas
teorías tienen sus falencias, el creacionismo al ser insuficiente para la razón humana al
tratarse de un dogma que no permite la revisión, y la generación espontánea al ser refutada
con los experimentos de Pasteur al concluir que lo vivo surge de lo vivo (Palma, 2011; De
la Cruz, 2003).

El desarrollo de la química orgánica como ciencia experimental durante el siglo XIX y siglo
XX sentó las bases para el desarrollo de teorías como la de Oparin-Haldane, también
conocida como la teoría del origen fisicoquímico de la vida, la cual explica el surgimiento de
los seres vivos teniendo en cuenta ese proceso de transformación que la generación
espontánea y el creacionismo obviaban (De la Cruz, 2003). Este proceso, está
argumentado por los fenómenos bioquímicos a los que se ven expuestos los seres vivos y
los acopla a un <<océano primitivo>> que permite entender el surgimiento de las primeras
moléculas orgánicas, donde unos cuerpos proteinoides se agrupan para formar sistemas
moleculares complejos, mejor conocidos como coacervados (Oparin, 1974). Estos sistemas
absorben sustancias del medio, para mediante reacciones químicas, crecer de tamaño y en
cualquier caso, generar un equilibrio dinámico u organización, del cual dependía su
permanencia o destrucción en el entorno. La presencia de sales determina la aceleración
de las reacciones químicas y el nivel de complejidad de cada coacervado, el cual, en el
tiempo, tendería a una estructura más organizada; posteriormente, este proceso se
autorreplicaría formando sustancias repetitivas que llevan a cadenas polipeptídicas que ya
no se unían por el azar, sino que formaban una regularidad interna que evitaba la
desintegración y promovía la síntesis de las mismas, de tal manera que este proceso
conduciría a la formación de los primeros seres vivos y a las condiciones primarias de la
vida (Oparin, 1974; De la Cruz, 2003).

Teniendo en cuenta lo anterior, es evidente que la teoría de Oparin-Haldane constituye un


punto fundamental en la elaboración de la posible respuesta a la incógnita del origen de la
vida en la Tierra, pues toma como base las investigaciones vanguardistas de la química
orgánica y las acopla a las condiciones necesarias para la vida con el fin de explicar su
surgimiento, yendo desde lo más simple a lo más complejo (cosa que no hace el
creacionismo o la generación espontánea), siendo la mejor teoría para explicar el origen de
los seres vivos.
2. Compare la teoría sintética con la teoría neutralista.

Para el ser humano siempre ha sido inquietante conocer sobre el origen de la vida y cómo
esta ha cambiado al pasar del tiempo, y por esto es que se han desarrollado diferentes
teorías en torno a la evolución biológica, una de ellas es la teoría sintética, que está
conformada por múltiples disciplinas que validan la explicación darwiniana de la selección
natural, y se le suman los conocimientos de la genética clásica mendeliana, la genética de
poblaciones y otras disciplinas (Blázquez, 2001). Sin embargo, la teoría neutralista,
planteada por Motō Kimura en 1968, llega a refutar estas teorías que otorgan como fuente
principal del proceso evolutivo a la selección natural, ya que esta plantea que la variación
genética en los organismos se debe a la fluctuación aleatoria de variantes genéticas
neutras, sobre las que apenas actúa la selección natural (Barbadilla, 2019).

La teoría darwinista de la evolución, así como también la teoría sintética, plantean que la
selección natural es una de las principales fuerzas evolutivas que fija los caracteres de los
organismos, y que la generación de la variabilidad se encuentra determinada por el azar y
es introducida por los mecanismos de mutación en el ADN (Leon, 2015). En cambio, en la
perpetuación de la variabilidad no hay lugar para el azar, dado que la selección natural sería
un mecanismo que fija sólo aquellos caracteres que aumentan el fitness del individuo. A
diferencia de la teoría neutralista, que en cuanto a la perpetuación de la variabilidad plantea
que la mayoría de las mutaciones que surgen son fijadas por un mecanismo distinto de la
selección natural como es la deriva genética, donde el azar cumple un rol predominante,
por lo que sus resultados no tendrán direccionalidad alguna (Leon, 2015). Es por esto que
la deriva genética puede llegar a fijar caracteres que producen una disminución en el fitness
de los individuos, contribuyendo así a la generación de mal adaptaciones (Lenormand,
2009). Por consiguiente, la deriva genética puede explicar la perpetuación de todos aquellos
caracteres que no fueron fijados por la selección natural ya que no están vinculados al
fitness del individuo (Leon, 2015). De igual manera, ambas teorías concuerdan en que la
variabilidad genética está en parte regida por las mutaciones, no obstante, la teoría
neutralista no se basa en las mutaciones beneficiosas como la teoría sintética, sino que
esta divide las mutaciones en dos categorías: las deletéreas y las neutras, sin incluir las
ventajosas puesto que son muy escasas. Las deletéreas desaparecen de inmediato de la
población, por lo que no contribuyen a la variación genética. Las neutras, por el contrario,
dependen del azar y su frecuencia puede fluctuar aleatoriamente a lo largo del tiempo, es
decir, pueden aumentar o disminuir y dar lugar al polimorfismo (Barbadilla, 2019).

Es importante destacar que la base de la teoría neutralista es la variación molecular


(Barbadilla, 2019), de manera que, casos como los codones sinónimos provocados por
mutaciones puntuales en el código genético, pueden explicarse únicamente mediante los
postulados de la teoría neutralista, siendo el proceso de selección natural insuficiente para
dar cuenta de ello (Leon, 2015). Aun así, Kimura sostenía que la selección natural
desempeña un papel crucial en la adaptación del fenotipo de los organismos a su ambiente,
pero tenía claro que este no influye en la mayoría de las variantes a nivel molecular
(Barbadilla, 2019).

Basado en los argumentos dichos anteriormente, podemos concluir que tanto la teoría
sintética como la teoría neutralista concuerdan en aspectos puntuales, a pesar de que sus
bases difieren para explicar la variabilidad y con ella el proceso evolutivo. Hay ciertos
mecanismos o conceptos que son mejor explicados por la teoría sintética, otros por la teoría
neutralista, e incluso en otros la mejor explicación es la interacción entre ambas teorías.
3. Compare la teoría Lamarck con la teoría de Humberto Maturana.

La teoría de Jean-Baptiste Lamarck nos propone dos postulados fundamentales: el primero,


que es la ley de uso y desuso donde se nos informa que un organismo que no ha ultimado
el término de su desarrollo, tenderá a <<mejorar>> un órgano o característica de acuerdo
a su uso más frecuente, y en sentido contrario, <<perderá>> un órgano o característica de
acuerdo a su uso poco frecuente (Lessa, 1996); y el segundo, que es la ley de herencia de
caracteres adquiridos, nos dice que este órgano o característica <<mejorada>> o
<<perdida>> lo conserva a través de la generación a los nuevos individuos que provienen
de ella y esto permite ajustarse al medio gracias a un impulso vital, siendo un proceso
evolutivo (o transformista) que tiende a la perfección de los seres vivos (Lessa, 1996). Por
otro lado, la teoría de Humberto Maturana no menciona que los seres vivos tienden a la
perfección, sino que a partir de la autopoiesis se da la autoconservación de la organización
de cada ser vivo para así llegar a una permanencia y realización ontogénica (Maturana,
1995). Frente a la herencia y caracteres heredados, Lamarck y Maturana difieren ya que
este último plantea que lo heredable en la reproducción es una estructura inicial de los seres
vivos en la cual podrá actuar posibles epigénesis e interacciones que sufra el individuo a
medida que este se realice (Maturana, 1995). Así podemos ver que Lamarck plantea una
idea sobre la herencia siendo un atributo generacional, mientras que Maturana lo ve de una
manera particular para cada ser.

En ambas teorías se hace importante el uso del medio donde se encuentran los organismos,
aun así, se toma de manera diferente. Por un lado, Lamarck plantea que el medio es
inmutable, y que este selecciona los cambios que sufren los organismos y genera que ellos
se adapten a él (Galera, 2009). En cambio, Maturana propone que el medio no preexiste al
ser vivo, sino que el medio surge con el ser vivo de manera que el ser no se adapta al medio
y ambos van cambiando juntos de manera congruente en la deriva (coderiva) (Maturana,
1995). Finalmente, ambos autores mencionan a la organización como uno de los ejes
evolutivos principales, pues Lamarck propone que el sentido evolutivo es de gran dirección,
de carácter general y basado en el acondicionamiento de las circunstancias particulares en
un rumbo de organización inferior a organización superior, es decir, que el ser vivo tenderá
a ser más perfecto (Lessa, 1996); mientras que Maturana plantea que la organización es
aquella identidad de cada ser y que ésta organización se tiende a conservar en el fluir de
los cambios estructurales que el individuo pueda sufrir (Maturana, 1995).

Teniendo en cuenta todos los aspectos analizados, podemos concluir que Maturana y
Lamarck toman como base los mismos términos (organización, medio, herencia, desarrollo,
etc.) para dar fundamento a sus teorías, sin embargo, el argumento de cada una es
diferente y propone nuevas perspectivas acerca del estudio de la evolución de los seres
vivos.
Referencias bibliográficas

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