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La teoría de la evolución de Darwin es una teoría científica que explica cómo las
especies cambian y se adaptan a lo largo del tiempo a través de procesos naturales
de selección natural. Fue propuesta por el naturalista británico Charles Darwin en su
obra "El origen de las especies", publicada en 1859.
Este principio se basa en la idea de que los sistemas complejos tienen propiedades y
comportamientos emergentes que no pueden explicarse simplemente mediante la
comprensión de sus partes individuales. Por lo tanto, se requiere un enfoque que
tenga en cuenta las interacciones entre las partes y la forma en que estas
interacciones dan lugar a nuevos fenómenos y patrones.
Uno de los principios evolutivos es el del clima el cual en el transcurso de los años
ha manifiesta diferentes fenómenos climáticos, por lo mismo se han creado
diferentes sistemas, el primero consistía en regular las altas temperaturas esto se
podia combinar con la cantidad de agua disponible en el suelo. Las altas
temperaturas estaban afectando de manera negativa la energía de las plantas.
Otro sistema, también desarrollado por Thornthwaite, utiliza la precipitación y la
evapotranspiración marcando cada clase climática mediante un código elaborado.
Sin embargo, el sistema ideado por Koppen tiene en cuenta los parámetros de la
temperatura, precipitación, vegetación, etc. Esto tiene como finalidad obtener los
grupos tropicales, seco, templado, cálido, nival gracial.
Davis (1915) quien introdujo el estudio sistemático de las formas del relieve según
su origen y evolución, en lugar de las descripciones simples de tamaños, formas,
ángulos de pendiente, etc.
El segundo principio evolutivo es el de los organismos en el cual se da una biología
evolutiva moderna que muestra nuevos tipos de organismos por modificación de los
preexistentes. Esto produce un modelo básicamente arborescente. En realidad, a
medida que las especies evolucionan de formas más antiguas a formas más nuevas,
ya no pueden definirse simplemente como entidades estáticas.
Según Gould (1986), hay tres principios disponibles para inferir la historia evolutiva
a partir de sus resultados: extrapolar de procesos observados directamente a pequeña
escala de tiempo a procesos de gran escala de tiempo; organizar diferentes tipos
observados de un fenómeno para formar una secuencia evolutiva; y usar
imperfecciones y rarezas morfológicas como indicios de la historia pasada.
En realidad, a medida que las especies evolucionan de formas más antiguas a formas
más nuevas, ya no pueden definirse simplemente como entidades estáticas.
Las clasificaciones biológicas tienen dos objetivos principales: servir como base de
generalizaciones biológicas en todo tipo de estudios comparativos y servir como
clave para un sistema de almacenamiento de información.
Para clasificar un gran número de organismos similares, se utilizan técnicas
estadísticas. En particular, la taxonomía numérica o fenética (también aplicada fuera
de la biología) permite dar cuenta de un gran número de caracteres al comparar un
grupo de especies y representar su similitud en forma de un árbol llamado
dendrograma.
El entomólogo alemán Willi Hennig, entonces, introdujo un enfoque diferente,
basado en un análisis riguroso de los caracteres realmente compartidos por los
organismos con sus ancestros comunes. Esta técnica fue originalmente bautizada
como “análisis filogenético”, pero ahora se la conoce como taxonomía cladística. La
gran diferencia entre la taxonomía numérica y la taxonomía cladística está
representada por la llamada taxonomía evolutiva, defendida por el ornitólogo Ernst
Mayr (1981). La taxonomía evolutiva tiene en cuenta tanto las relaciones evolutivas
entre las especies como su diversidad.
4. Según el artículo cuáles son las problemáticas que se presentan para poder
realizar una clasificación. Justifique sus respuestas
Las problemáticas que más se pueden resaltar dentro de la clasificación filogenética
son el aspecto de la complejidad en el cual no siempre es un criterio útil para ubicar
los fenómenos en el árbol filogenético de niveles. Un ejemplo es que los virus son
más simples que cualquier forma de vida, pero no pueden ser antecesores de todas
las demás formas, ya que necesitan la existencia de formas complejas para actuar
como sus parásitos genéticos; lo mismo ocurre con la mayoría de los organismos
parásitos, que por lo general son más simples que sus antepasados.
Y la otra problemática es que muchas veces carecemos de un conocimiento
completo del origen histórico de un fenómeno, y esto genera un problema
pragmático al construir una clasificación filogenética.