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La psicología Industrial / Organizacional tuvo su primer gran impacto durante la

Primera Guerra Mundial. Debido al gran número de soldados que debieron ser
asignados a varias unidades dentro de las fuerzas armadas, los psicólogos
Industriales / Organizacionales fueron empleados para examinar a los reclutas y
después colocarlos en puestos adecuados. Los exámenes se hicieron
principalmente a través de Army Alfa y Army Beta, pruebas de habilidad mental.
La prueba Alfa se utilizó para los reclutas que sabían leer y la Beta para los que no.
Los reclutas más inteligentes fueron asignados a oficinas de capacitación y los
menos inteligentes a la infantería. De manera interesante, John Watson, quien es
mejor conocido como el pionero en el conductismo, sirvió como mayor en el ejército
de Estados Unidos en la Primera Guerra Mundial y desarrollo pruebas motrices y
perceptuales para pilotos potenciales (DiClemente y Hantula, 2000). Los psicólogos
Industriales / Organizacionales, especialmente Henry Gantt, fueron responsables
de incrementar la eficacia en buques de carga que fueron construidos, reparados y
cargados (Van De Water, 1997).

Sin ser psicólogo Industrial / Organizacional, el inventor Thomas A. Edison entendió


la importancia de seleccionar a los empleados correctos. En 1920, creo una prueba
de conocimiento de 150 preguntas que aplico a más de 900 solicitantes. ¡La prueba
y las calificaciones fueron tan difíciles que solo 5% de los solicitantes aprobó!

Dos de las figuras más importantes en los primeros años de la psicología Industrial
/ Organizacional fueron el equipo integrado por los esposos Frank Gilbreth y Lillian
Moller Gilbreth.

Ellos estuvieron entre los primeros científicos (si no es que fueron realmente los
primeros) en mejorar la productividad y reducir la fatiga al estudiar los movimientos
utilizados por los trabajadores. Frank comenzó su carrera como contratista y se
volvió famoso por desarrollar las mejoras en albañilería que redujeron el número de
movimientos necesarios para colocar una pared: de 18 a cuatro y medio. Lillian,
quien tenía mucho más preparación, termino su doctorado en la Universidad de
Brown en 1915, un raro logro para una mujer en ese tiempo.

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