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_*Si algún día ( Dios no quiera) se nos vuela algún preso de esos q tienen en más estaciones y CAI.

aquí tienen un brochazo para sumir nuestra defensa y evitar sanciones disciplinarias y condenas en
lo penal*_

Es de vital importancia resaltar que la Policía Nacional, tiene un propósito exclusivo que es el
mantenimiento de las condiciones necesarias para el ejercicio de los derechos y libertades públicas
y el aseguramiento de esas condiciones para que los habitantes de Colombia convivan en paz, por
lo que estaría desbordando sus funciones si dedicara sus esfuerzos a acciones que la distraigan del
cumplimiento de su misión constitucional.

Por tal razón, el Estado colombiano dentro de su estructura administrativa ha asignado a las
autoridades de la República funciones específicas. En el artículo 121 de la Carta Política se
establece que "ninguna autoridad del Estado podrá ejercer funciones distintas de las que le
atribuyen la Constitución y la ley" , lo que para el caso sobre el que versa este documento significa
que la Policía no puede ejercer funciones que le son ajenas y que legalmente corresponden en
forma exclusiva al INPEC como ente administrador de los establecimientos carcelarios del país, por
lo que debe proveer los recursos de toda índole para cumplir con la reclusión, vigilancia, custodia,
traslados de personas privadas de la libertad en las cárceles, penitenciarias y centros especiales de
reclusión.

La ley 65 de 1993, por la cual se expidió el Código Penitenciario y Carcelario, con las
modificaciones introducidas por las leyes 415 de 1997 y 504 de 1999, regulan el cumplimiento de
las medidas de aseguramiento, la ejecución de las penas privativas de la libertad personal y de las
medidas de seguridad (artículo 1º), indicando que tal tarea corresponde al INPEC.

Por su parte, el artículo 14 del mencionado código, modificado por el art. 3, Decreto Nacional 2636
de 2004, indica que “Corresponde al Gobierno Nacional por conducto del Instituto Nacional
Penitenciario y Carcelario, la ejecución de las sentencias penales y de la detención precautelativa,
la aplicación de las medidas de seguridad y la reglamentación y control de las penas accesorias,
fijadas en el Código Penal.

Las normas mencionadas señalan la finalidad para la cual fue creado el Instituto Nacional
Penitenciario INPEC y cuáles son las funciones que a dicha institución le han sido asignadas por el
legislador, las cuales como se ve difieren ostensiblemente de las otorgadas a la Policía Nacional.

Si se continúan mirando las diferencias entre las dos instituciones se encuentra que corresponde al
INPEC “ La EJECUCION DE LA DETENCION Y DE LA PENA, tal y como lo señala el artículo 35 del
Código penitenciario y Carcelario: “ Son funcionarios competentes para hacer efectiva las
providencias judiciales sobre privación de la libertad en los centros de reclusión, el Director
General del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario, los Directores Regionales y los directores
de los establecimientos enunciados en el Titulo II”, medidas que deben cumplirse en los
establecimientos señalas para tal fin como lo son las cárceles ( artículo 21, modificado por el art.
12, Ley 1709 de 2014, lugares destinados a la retención y vigilancia de sindicados, y, las
penitenciarías ( artículo 22, modificado por el art. 13, Ley 1709 de 2014), establecimientos
destinados a la reclusión de condenados, el que se ejecuta la pena de prisión”.
Con forme a lo anterior resulta claro que, tanto desde el punto constitucional, como legal y
jurisprudencial, la Policía Nacional tiene las funciones que difieren de las del INPEC; igualmente,
que está prohibido expresamente que las Estaciones de Policía alberguen en sus instalaciones a
personas privadas de la libertad, pues para el cumplimiento de su finalidad el INPEC ha sido
dotado por el Gobierno Nacional de bienes y servicios, traducidos en centros carcelarios y
penitenciarios especialmente construidos y dotados para la reclusión de personas privadas de la
libertad, que difieren de la estructura y logística con que han sido construidas las dependencias
policiales; así mismo, al INPEC han sido asignados funcionarios con perfil y formación académica
especializada en el tratamiento adecuado de la población interna recluida en los establecimientos
carcelarios a fin de que se cumplan las funciones de las penas y medidas de seguridad a las que se
refiere la Ley Penal Colombiana. Por el contrario, los uniformados de la Policía son formados para
que interaccionen con la ciudadanía y aseguren la seguridad y convivencia pacífica mediante el
servicio de vigilancia en los espacios públicos y abiertos al público.

A pesar de la expresa prohibición para que las Estaciones de Policía sean utilizadas como lugares
de privación de la libertad, la Policía xxxxxxx ha tenido que afrontar la problemática generada por
albergar en las unidades policiales a presos que no son admitidos por el INPEC en los centros
carcelarios padeciendo las consecuencias del hacinamiento derivado de la incapacidad locativa de
las instalaciones policiales.

Contraviniendo la normatividad vigente en la materia y los pronunciamientos de la Corte


Constitucional, a las Estaciones de Policía continúan llegando todos los días personas privadas de
la libertad por orden de los jueces y fiscales que, a pesar de los pronunciamientos de la Corte,
consideran que corresponde a los policiales que han efectuado las capturas resolver el lugar en
donde recluir a la persona afectada con medida de aseguramiento intramural. Lo anterior porque
los directores de los establecimientos carcelarios a cargo del INPEC no reciben a los detenidos
dejando en manos de la Policía la solución a un problema que no es de su competencia.

La Sentencia T- 151 de 2016, M.P. Dr. ALBERTO ROJAS RÍOS enfáticamente se pronunció al
respecto ordenando a la Policía Nacional que en un plazo improrrogable de 24 horas siguientes a
la notificación de la sentencia suspendiera “el uso como lugares de reclusión de remolques,
autobuses, carpas, parques, plazas públicas y cualquier otro sitio distinto de los establecimientos
de reclusión del sistema penitenciario y carcelario, o de los sitios que han sido habilitados por la
ley, para la detención o reclusión de personas privadas de la libertad en condiciones mínimas de
subsistencia digna y humana, so pena de las sanciones contempladas en el decreto 2591 de 1991
para el desacato”.( Subrayado fuera de texto).

La situación es reiterada, se ha convertido en un juego por la despreocupación de los entes


gubernamentales y del INPEC que no han mostrado voluntad política para buscar soluciones reales
al asunto mediante el diseño y manejo de la política criminal y penitenciaria adecuada del Estado
para resolver de fondo el problema del hacinamiento penitenciario y carcelario. Sin que le
competa, la Policía se ha visto inmersa en un problema ajeno a sus competencias y del que le toca
la peor parte: a diario son múltiples las peticiones que jueces y fiscales hacen a la Policía para
traslados de presos, custodia en hospitales, en lugares de residencia, acompañamientos para
visitas conyugales, servicios que funcionalmente no le corresponden, si se tiene en cuenta la
misión constitucional de la Policía, señalada en el artículo 218 de la Carta Política, la cual se ha
repicado a los funcionarios judiciales, directores de centros carcelarios, organismos de control y de
defensa de derechos humanos, entre otros, sin que se haya cambiado la óptica de sus decisiones,
ni se haya hecho acompañamiento efectivo sino meramente paliativo.

El resultado hasta la fecha es que las Estaciones y mantienen atestadas de presos, por tal razón
acudimos a su oficina para solicitar que se tomen las medidas necesarias para resolver este
problema que día a día crece y nos pone frente a situaciones graves que podrían presentarse tales
como fugas o situaciones hostiles, que finalmente entorpecerían y empañarían la verdadera labor
desarrollada por nuestra respetada Institución.

Ahora, son constantes los llamados de atención para la Policía por parte de entidades como la
Procuraduría, Defensoría, Personería, organismos defensores de derechos humanos el que en las
visitas que practican a las Estaciones de Policía encuentran que las personas allí recluidas no
reciben el trato digno que merecen y la explicación que cabe consiste en que en esas instalaciones
no les puede ser garantizados los derechos mínimos por ser instalaciones que no han sido
concebidas con el propósito de tener en ellas a personas privadas de la libertad, sino
estrictamente habilitadas para que en ellas se concentren policiales que durante los turnos entran
y salen al servicio de vigilancia.

Por tal razón, no resulta claro porque la Policía ha tenido que asumir responsabilidades que
funcionalmente corresponden al INPEC, perturbando el núcleo esencial del servicio de Policía que
es la vigilancia, llevando así a que la Policía tenga que cubrir servicios en las salas de retención
transitoria, lo que conlleva restarse uniformados a los cuadrantes con ostensible desmejora en la
vigilancia de las calles de la ciudad o doblando los turnos de los policiales, que además han
resultado víctimas de lesiones, investigados disciplinarias, penales incluso con acciones de
repetición y por qué no decirlo de violación a sus derechos humanos fundamentales porque ni
siquiera son dotados de los mínimos elementos de bioseguridad para ese trabajo.

En los anteriores términos se solicita su ayuda para solventar la situación actual de la Policía para
que no siga asumiendo responsabilidades ajenas a su misión constitucional y legal.

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