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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE CAMPECHE

FACULTAD DE HUMANIDADES

LICENCIATURA: PSICOLOGÍA

ALUMNO:

GOMEZ CAAMAL ABRAHAM URIEL

SEMESTRE: CUARTO GRUPO: “B”

UNIDAD DE APRENDIZAJE: NEUROPSICOLOGÍA

DOCENTE: MIGUEL ANGEL CHUC GASCA


Maduración de la corteza prefrontal y desarrollo de las funciones ejecutivas durante los
primeros cinco años de vida.

Para empezar, debemos dividir y organizar nuestros conceptos por separado; las funciones

ejecutivas son entendidas (y definidas) como aquellas actividades mentales complejas,

necesarias para planificar, organizar, guiar, revisar, regular y evaluar el comportamiento

necesario para adaptarse eficazmente al entorno y para alcanzar metas. Es decir, son el

conjunto de capacidades cognitivas necesarias para controlar y autorregular la propia

conducta (Afadacs, 2020). Así mismo, la maduración de la corteza prefrontal en términos

neuroanatómicos, coincide y se relaciona estrechamente con el desarrollo de las funciones

ejecutivas en los primeros años de vida, en la manera en que se relacionan estos dos

conceptos puede ser argumentado con los roles que cumple cada una de las áreas que

conforman a la corteza prefrontal, es decir, la corteza dorsolateral y corteza orbitofrontal:

Según Jódar (2004) la corteza prefrontal dorsolateral permite el desarrollo y la ejecución de

planes de acción, y la memoria de trabajo, necesaria para la mayoría de procesamiento

cognitivo, constituye el motor de lo que denominamos funciones ejecutivas. Por otra parte,

Rosu y Romero (2016) dicen que la corteza orbitofrontal (COF) está implicada en

procesamiento y regulación emocional/ comportamental, y toma de decisiones relacionada

con el ajuste riesgo-beneficio.

Es importante definir tanto los conceptos como las funciones de los diferentes componentes

de la corteza prefrontal, porque, es justo en la infancia cuando la maduración de esta corteza

prefrontal coincide con el mejoramiento de las funciones ejecutivas o de los procesos

cognitivos detrás de estos, aunque cabe destacar que al principio estas funciones o

capacidades son algo inertes o precarias, es a partir de los primeros 5 años de vida cuando se

observa un aumento en estas; lo cual contradice a distintos autores como Luria y Golden que
proponen que esta región no era funcional hasta la etapa adulta o una edad “elevada” como lo

es los 12 años.

Entrando en materia del desarrollo de las funciones ejecutivas, se ha comprobado que su

desarrollo inicia mucho antes de lo esperado, es decir, desde el primer año de vida; el bebe a

los 8 meses de vida ya es capaz de realizar búsquedas las cuales han sido puesto en reto de

ocultar el reforzador; un poco de tiempo después, cercano al primer año de vida, el bebe ya es

capaz de inhibir o suprimir las respuestas dominantes. De manera general se dice que los

niños que tienen menos de 3 años, suelen tener tendencia hacia comportamientos

dependientes de un estímulo del ambiente y este está situado en el presente, es decir, no se

tiene la cognición acerca del futuro además de ser muy lineales en cuanto a la dirección de

sus tomas decisiones (muy “lógica¨ por decirlo de otra manera), en cambio, todos los niños a

partir de los 4 años presentan un razonamiento mucho más flexible, creativo y sobre todo

orientado hacia el futuro; esto se puede contrastar con la prueba o tarea noche y dia

(day-night task), en donde niños de entre 3 y 4 años se les ponen distintas pruebas

denominadas bajo dos categorías: control e incongruencia. La tarea “control” consiste en

poner en frente del niño una lámina con dibujos varios y aleatorios, cuando el vea esto,

deberá nombrar como “noche”, posteriormente una lámina con dibujos asociados al “dia” es

que repetirá esta misma palabra. Para la categoría “incongruente”, es hacer mencionar las

palabras contrarias de lo que se muestran en las láminas, es decir, si se muestra una lámina

con una luna, deberá decir “dia”, y asi consecutivamente; haciendo estas tareas con los

sujetos ya descritos, se encontró un buen rendimiento para la categoría control a diferencia

del incongruente, puesto que para esta última se necesita la capacidad de la inhibición del
estímulo contrario. Cabe destacar que aunque son niños de 3 a 4 años, no es hasta los 4 años

que aparece la capacidad de la evaluación de los procesos cognitivos, es decir, la

metacognición, antes de esta edad solo se muestran los primeros indicios de la regulación de

la conducta, es por esto que los niños a partir de los 4 años podrían resolver con mayor

eficacia los problemas que se le presenten en las tareas como en la que describimos

anteriormente.

Ahora, cambiando un poco de tema, pasando de cuestiones funcionales, pasamos a cuestiones

fisiológicas para describir la maduración de la corteza prefrontal. Para los primeros 12 años el

aumento de sustancia gris es constante pero hasta después de esta edad, irá en decremento

gradual, en cambio la sustancia blanca continua hasta la adolescencia y este no sigue un

patrón uniforme además de que se acumula en su mayoría en el área dorsolateral, en el área

que menos se acumula es en área orbitofrontal; este aumento en el volumen de la sustancia

blanca se debe a procesos de mielinización. Aunque en este caso el área que se mieliniza

primero es la orbitofrontal y después la dorsolateral, quizás esto explicaría las diferencias en

su maduración, por otro lado, aunque sabemos que el desarrollo de las funciones ejecutivas

está altamente asociado a la maduración de la corteza prefrontal, no es solo por la maduración

de esta área que es posible la evolucion del desempeño ejecutivo, también se debe a otras

áreas conectadas como lo son los ganglios basales, tálamo e hipocampo; el funcionamiento

correcto entre estas áreas se debe a las conexiones corticocorticales entre las áreas ejecutivos,

sensoriales y límbicas.

Para terminar, aunque todo el desarrollo de las funciones ejecutivas y la maduración puede

ser lineal y sano, siempre existirán contingencias, y la más importante son las lesiones
cerebrales, estas justamente en el periodo que hemos tratado de ceñir, son de un valor muy

alto ya que al ser algo tardío y continuo el proceso de maduración, adquiere más factores de

riesgo. Al ser la etapa de la infancia la que mayor aprehensión, aprendizaje y potencialidad es

que una lesión cerebral puede afectar potencialmente al desarrollo correcto (futuro) del niño,

afectando su percepción y funciones ejecutivas, aunque diferentes autores han mencionado

que al ser un accidente precario (a temprana edad) no representa un peligro para el niño,

porque es preferible que sea antes que cuando sea adulto o adolescente, pero, esto ha sido

desmentido puesto que, el desarrollo cerebral de la infancia tiene periodos críticos, si alguna

lesión coincide con este periodo de mayor expansión, condiciona gravemente su

funcionamiento posterior.

En síntesis, el desarrollo de las funciones ejecutivas y la maduración de la corteza prefrontal

es importante e imprescindible para el correcto funcionamiento cognitivo, no es la única área

encargada de esta correcta maduración, y que, también existen factores de riesgo que puedan

condicionar este correcto y exitoso desarrollo.


Referencias bibliográficas:

Afadacs. (2020, julio). Funciones ejecutivas. AFADACS.

https://www.afadacs.com/funciones-ejecutivas-que-son-y-para-que-sirven/

Jódar-Vicente M. Funciones cognitivas del lóbulo frontal. Rev Neurol 2004;39 (02):178-182

Rosu Stanciu, M., & Romero Lopez, M. J. (2016). LA CORTEZA ORBITOFRONTAL

FRENTE A LA DORSOLATERAL EN PACIENTES CON DISOCIACIÓN PSICOMORFA

Y SOMATOFORME. Psiquiatria.com.

https://psiquiatria.com/bibliopsiquis/la-corteza-orbitofrontal-frente-a-la-dorsolateral-en-pacie

ntes-con-disociacion-psicomorfa-y-somatoforme#:~:text=La%20corteza%20orbitofrontal%2

0(COF)%20est%C3%A1,con%20el%20ajuste%20riesgo%2Dbeneficio.

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