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Capítulo 1

De las buenas maneras a la etiqueta hay más de un paso.

¡Conozca las reglas!

“Solo los tontos se burlan del protocolo; simplifica la vida”.

Los buenos modales significan consideración

Hombre educado no necesariamente es quien tiene un gran caudal de conocimientos.


Hombre educado es aquel que ha cultivado las facultades de ser mejor, y que puede
adquirir lo que se proponga sin violar los derechos de los demás.

“Al hombre educado se le distingue por su comportamiento refinado, pues no hay mejor
forma de reconocer a alguien que por sus modales”, decía con razón Edmund Spenser
allá por el año de 1580.

La educación se liga a la etiqueta, vocablo que viene del francés etiquette.

Durante el reinado de Luis XIV, los jardines del Palacio de Versalles colocaban letreros
que señalaban “No pise el césped”, estableciéndose de esta manera una norma de
comportamiento.

Se afirma que ese monarca era sumamente estricto en cuanto a los modales y rutinas
sociales de los miembros de su corte.

La etiqueta actual constituye una serie de normas que contribuyen a que los seres
humanos vivan con sentido del decoro, empleando los buenos modales, y rutinas
sociales de los miembros de su rodean.

“Las buenas maneras son las reglas del juego de la vida”, dice Webster. En todo caso,
son mucho más que saber utilizar los cubiertos o decir las palabras pertinentes en el
momento adecuado. Significan, sobre todo, consideración, respeto por los sentimientos
y los derechos de los demás. Se traduce la consideración especial que se brinda a otra
persona.

Bernard Shaw afirmó alguna vez. “El gran secreto no es tener malos buenos modales o
algún otro tipo particular de modales, sino tener los mismos modales con todos los seres
humanos”.
Los modales habrán de ser naturales y serán utilizados con todos en la misma medida.
Se cuenta que a la reina Victoria, como era la costumbre inglesa, se le servía primero en
la mesa de invitados. Y al momento mismo que ella colocaba el cuchillo y tenedor en su
plato, todos los restantes eran retirados.

Nadie se atrevía a decirle a la reina que no había concluido, hasta que un día Lord
Hartington, en Windsor, llamó al mozo y le exigió que le devolviera su plato porque aún
no había terminado.

Recién entonces la reina Victoria reparó en el atropello e hizo los cambios necesarios.
Este es un ejemplo de que todo momento debemos tener flexibilidad para enfrentarnos a
situaciones nuevas y desarrollar nuestra tolerancia al punto de hacer concesiones cuando
sea necesario mantener la armonía.

Aprendemos así a respetar los sentimientos y opiniones de nuestros semejantes y


entonces estaremos capacitados para integrarnos armoniosamente a una sociedad basada
en el respeto.

Trollope, autora británica, publicó en 1832 el primer libro de etiqueta en el cual


establecía una distinción muy definida entre ambos sexos. Recomendaba, por ejemplo,
que:” Un hombre que acompañara a una mujer en un paseo por el campo debía
permanecer de pie en todo momento aun cuando su compañera se sentara a descansar un
rato”.

Un siglo más tarde, en el año 1932, la norteamericana Emily Post (1873-1960) aceptaba
que el hombre se sentará junto a una mujer, ¡Pero le prohibía terminantemente que lo
hiciera en un lugar público a menos que fuera el campo, y nunca en un restaurante!

Tenemos que reconocer que ya no existen “sugerencias” tan arbitrarias, y que al


empezar un nuevo siglo hallamos que el mundo es distinto, que las costumbres sociales
se han simplificado y son las más flexibles. Las expresiones de cortesía son más
informales que las tradicionales, afortunadamente modificadas, pero no olvidadas. Sin
embargo, la etiqueta sigue siendo importante hoy, y lo será siempre.

¿Qué es la etiqueta social?

“Para hacer las cosas bien, hay que hacerlas de una cierta manera”, dijo alguna vez el
tratadista Joseph Tarradellas.
El diccionario define la palabra etiqueta como: “Reglas del decoro que gobiernan y
guían el comportamiento humano”. Pero se podría añadir: “Sugerencias que contribuyen
a desarrollar en nosotros un sentido de los buenos modales, principalmente la
consideración y el respeto que deben ser practicados por todos los seres humanos para
poder vivir armoniosamente”.

La etiqueta se inspira también en la justicia y en la libertad, ya que nos enseña que


nuestros derechos terminan donde empiezan los ajenos.

También en la ética, porque ningún acto inmoral puede ser elegante ni de buen tono.
Además, se podría afirmar que se inspira en el arte, porque exalta la pulcritud y la
estética.

Posee también una doble naturaleza. La práctica, cuando pensamos en la razón por la
cual colocamos los cubiertos usados sobre el plato y no sobre el mantel, para no
ensuciarlo; y la estética si nos referimos al motivo por el cual ubicamos, por ejemplo,
las copas en orden tamaño, para que de esta manera luzcan mejor y contribuyan a que la
mesa se vea más elegante y provocativa, en equilibrio, orden y pulcritud.

Lo primero que usted debe hacer al pensar en la etiqueta es despojarla de ese halo de
misteriosa dificultad y considerar que ella es “Un conjunto de sencillos principios que
harán más grata la vida”.

Lo que debe tener siempre presente es que la etiqueta no la practicará solamente de la


puerta para afuera. Para ser efectiva, la convertirá en una serie de hábitos que una vez
adquiridos le harán la vida más amable y cordial.

La primera regla elemental que será siempre respetada: “No haga a otro lo que no quiere
que le hagan a usted”. Tal vez parezca un principio demasiado elemental, pero es la
piedra angular que mantiene el edificio.

Es evidente que, si usted aplica este principio en su comportamiento diario, y si además


utiliza en su momento la corrección, la consideración y el respeto, logrará lo que el buen
gusto aconseja (y, además, un estilo que la distinguirá).

El sentido de la etiqueta no es un instinto con el cual nacemos los seres humanos. La


costumbre para no hablar de reglas, tiene que ser aprendida a medida que vamos
creciendo, así la seguirá desarrollando en todas las etapas de su vida.
Respeto, tolerancia, tino, comprensión, ética, buenos modales, cortesía, todo ello es
sinónimo de buena educación.

¿Los orígenes de la etiqueta? Se pierden en la historia… Es probable que el hombre


primitivo aprendiera una serie de rutinas elementales de convivencia. Los antropólogos
han determinado que una de las primeras muestras de etiqueta fue el acto ceremonioso
de estrecharse las manos.

Originalmente fue la comprobación de que no se tenía un arma en la diestra,


generalmente la mano de matar.

En un hombre, la práctica de la etiqueta puede marcar la diferencia entre ser un


caballero o simplemente un patán. También se dice que: “Un rey puede convertir a
cualquiera en un caballero, pero un cualquiera no puede convertirse en un caballero si
no practica la etiqueta”.

Las costumbres varían con el tiempo o según los países, como, por ejemplo, el uso de
los palitos en el Oriente o ingerir la fruta como primer plato. Dice el dicho: “En el país
al que fueres, haced lo que viereis”, y si se sigue esta máxima se estará actuando de
manera adecuada y en concordancia con las costumbres de lugar.

“Sólo los tontos se burlan del protocolo, porque simplifica la vida”, nos dice Talleyrand.

Pero, ¿qué es el protocolo? Según José Antonio de Urbina, es: “Aquella disciplina que,
con realismo, técnica y arte, determina las estructuras o formas bajo las cuales se realiza
una actividad humana importante”.

¿Y cuándo nace el protocolo como tal? Se puede decir que nace con la persona humana
y se perfecciona para aumentar su eficacia en las relaciones humanas.

¿Qué entendemos por cortesía? La palabra viene de “cortés”, y ésta de “corte”. Es


principalmente respeto a la persona, a su modo de ser, a sus ideas y costumbres. Es
también respeto a la libertad, pero, al mismo tiempo, a los límites necesarios para la
convivencia diaria. Es respetar a la mujer, a la edad, al saber, a la autoridad, y también a
las leyes, aunque nos parezcan equivocadas. Al fin y al cabo, fueron hechas por el
hombre. El ser cortés debe ser una actitud permanente y no sólo producto de la
conveniencia.
Vale la pena definir algunos términos inherentes a la etiqueta, tales como la urbanidad,
los buenos modales o la cortesía en general.

“Maneras” son los modales y el porte de una persona. Los “Modales” vienen a ser las
acciones externas por las que se hace advertir a la persona, dando a conocer su buena o
mala educación.

Los buenos modales son universales, no cambian, ya que prevalecen en el ser humano.
Una persona que desentona en la vida social es lo mismo que una nota falsa en la
melodía…puede generar lástima.

Es lamentable error creer que se puede ser educada solamente en determinadas horas y
ocasiones. Está comprobado que quien tiene malos modales en casa, los tiene siempre.

Somos animales de costumbre y hay que ser hacer un hábito de los buenos modales. De
lo contrario, nos ganará la partida el mal hábito y volveremos a lo acostumbrado.

El hombre es fundamentalmente un ser social. Vive para sí mismo, pero no puede


prescindir de los demás. De ahí la importancia de las modas, de la etiqueta, de saber
vestirse; de comportarse correctamente en todos los lugares donde dos o más seres se
reúnen para compartir.

Según Ricardo Blume, “Dios vive en los detalles”, y este pensamiento respalda la idea
de que la etiqueta nos ayuda a vivir adecuadamente, ya que sabemos correctamente con
los seres con quienes compartimos la aventura de vivir con alegría.

La educación se basa en el respeto

En el campo de las relaciones humanas existe una palabra clave y verdaderamente


importante: la instrucción. No es prerrogativa de ninguna clase social ni de ningún
ambiente. Es algo mucho más sutil, algo que una persona debe cultivar desde que nace y
que, más tarde, habrá de cuidar por sí misma el resto de su vida.

Conjunto de actitudes y sentimientos difíciles de desligar entre sí, la educación es el


fruto de nuestro aprendizaje desde la cuna. Va formándose con el paso de los años en
valores y actitudes, buenas o malas, que a cada una la vida entrega.

La base fundamental es el respeto, aquel que cada persona se debe a sí misma y que, de
forma, se refleja en el trato con los demás.
Jamás olvidemos que la educación no constituye privilegio de unos pocos. Es algo que
debe estar al alcance de todo ser humano, pero no la conceden los títulos de ninguna
clase.

Tampoco está ligada a la posición económica, ni a jerarquía alguna. Claro está, el estado
puede ser de una gran ayuda en el camino de la educación.

Es ridículo pretender ponerlo en práctica en pocas horas o en pocos días. Las reglas de
la educación son diversas y usted las tendrá que ir paulatinamente. Pero tampoco supone
esto un constante esfuerzo; lo más fácil es practicarla hasta convertirla en hábito, en una
costumbre cotidiana.

Al principio, nuestros consejos serán sugerencias que usted tendrá en cuenta; pero
después parecerán tan naturales como el dar los buenos días, ofrecer disculpas por un
empujón o lavarse los dientes después de cada comida.

Sin caer jamás en la grosería o en la vulgaridad, hay que saber adaptarse al medio
ambiente en que uno vive: con sentido común, delicadeza y mucho tino.

La educación le abrirá a usted las puertas más cerradas, podrá granjearse mejores
amistades y creará alrededor suyo una aureola de simpatía, alejando la soledad y la
tristeza de su entorno.

He afirmado que la educación de toda persona debería incluir las normas de la etiqueta,
la cortesía y los buenos modales. Y esto porque educación es amor; enseña cómo
respetar a los demás siendo amables, corteses y educados.

Es necesario experimentar en lo más profundo de nosotras un auténtico interés por


nuestros semejantes, si queremos que los gestos de cortesía sean convincentes.

Lamentable error si cree usted que puede ser educada en determinadas ocasiones: lo
falso, ceremonioso e inseguro se advierte inmediatamente.

Naturalmente, cada quien tiene sus propios conceptos y opiniones.

No pretendo que los míos sean admitidos por todos. Pero usted no puede dejar de pensar
que vivimos dentro de una sociedad y no en una isla.

No debemos, por lo tanto, a reglas elementales de buenos modales, costumbres


adecuadas y educación básica para quienes nos rodean día a día: en el hogar, con
nuestra pareja, con los hijos, los abuelos, con el servicio doméstico; en el trabajo, con el
jefe, los compañeros, el ascensorista, el mensajero; en la calle, con chofer, el panadero,
el vigilante, el peatón y toda persona que de una u otra manera esté ligada a nuestro
diario vivir.

Si olvida usted concederle respeto a los demás, se estará olvidando también el respeto a
sí misma, que es por donde debe comenzar. A lo largo de la evolución humana se ha
conquistado una norma de conducta que debe regir siempre: el respeto hacia los demás.

Pensar en la posibilidad de que desaparezca el respeto es imaginar el fin de la existencia


humana en convulsiones de violencia que nos sumirán en el caos irremediablemente.

¿Cómo se debe manifestar este concepto tan usado y de tan alto significado? Al meditar
en ello me veo abrumada por muchas respuestas.

Educando a los hijos, inculcándoles el respeto y otras virtudes, es como los padres de
familia deben encarar con máximo cuidado, desde el primer año, la vida del hijo.
Recuerde las sabias palabras de Pitágoras: “Educad a los niños y no será necesario a los
hombres”.

No sólo los genes influyen en la personalidad; está también se forma en el hogar, y los
hijos, al fin de cuenta el resultado del ambiente familiar.

Cualquier acto moralmente lícito debe ser motivo de consideración: comenzando por
una misma y proyectándose al prójimo con el respeto a sus derechos. Se entiende por
ello lo que es acatamiento, sometimiento, obediencia, obligación, así como
consideración, estima, cortesía, deferencia.

El ser humano que ha encontrado el equilibrio y la madurez experimenta respeto por la


naturaleza y, en general, por toda la creación, y lo manifiesta en la forma en que habla,
y también por la forma de comportarse. Incluso, por la vestimenta usada en actos de
rutina diaria y en cualquier ocasión.

Respete a los demás simplemente por el hecho de que son seres humanos. Igualmente, a
los que trabajan en empresas, instituciones, colegios, bancos; cualquiera, sea quien sea
merece su respeto. Respete, así mismo su propia imagen, su uniforme, su identidad;
ofrezca siempre una idea, una sugerencia, una sonrisa, un acto de cortesía; ofrezca lo
mejor de sí misma para ser atenta con el prójimo.
Respete también a sus compañeros de trabajo, compartiendo sus experiencias,
brindando capacitación, ayuda, y entonces se convertirá en un ser amable y será
apreciada por todos.

La importancia de la experiencia no radica sólo en acumularla, como algunos


equivocadamente creen; su valor real consiste en la capacidad que tiene la persona para
interpretarla y luego volcarla a quienes anhelan aprender y enriquecer aún más su
personalidad.

No hay más gratificante que esta labor de brindar vivencias y experiencias propias para
desarrollarnos mejor como seres humanos.

Vale la pena notar esta recomendación de Walter Uphaus:” Para tener éxito en la vida
usted tiene que hacer su tarea mejor que de los demás, respetar al prójimo, llevarse bien
con todo el mundo, no fijarse en el reloj y encontrar placer en su trabajo”.

Cortesía es halago

Chabuca Granda, nuestra inmortal compositora, en una ocasión dijo: “La cortesía es el
elemento que verdaderamente une a los seres humanos… Si no hay cortesía,
“Demostración de nuestra consideración hacia los demás y que se puede manifestar de
mil maneras diferentes”. Sólo mencionamos dos, por ahora.

Existen en nuestro idioma palabras que son magia: “Por favor” y “gracias”. Úselas a
discreción con mujeres feas o lindas, hombres jóvenes o ancianos, niños, pobres o
ricos…

¿Y la sonrisa? La sonrisa es una señal que ablanda hasta al más colérico. Sonría al pedir
algo. Y también al agradecer. ¡Hágalo con frecuencia…! ¡Y se le abrirán otras puertas!
La sabiduría china dice: “Si no sabe sonreír, no abra una tienda…”.

¿Un hombre elegante es siempre cortés?

No cabe duda que con la evolución de la mujer, al competir en algunas actividades con
los hombres, la cortesía de muchos de estos ha desaparecido.

No analizaré si ello se debe al eventual resentimiento por la superación que la mujer ha


logrado en el siglo pasado, o si se ha producido por la inadecuada interpretación de la
palabra “independencia” del género femenino. Los hombres que prefieren mostrar su
autosuficiencia rechazando los halagos y la cortesía elemental se quedan retrasados.
Lo que sí se debe recordar es que el halago, el gesto de consideración, los buenos
modales y, la cortesía masculina hacia la mujer es siempre bienvenidos y muy gratos.

Reglas de oro del perfecto caballero

Este tema nos lleva irremediablemente a recordar las siguientes reglas que espero sean
practicadas, y así las mujeres encontraremos más hombres educados y galantes:

● Un hombre cortés abre siempre la puerta del ascensor, de la oficina, del cine o
del restaurante a la dama que lo acompaña y debe mantenerla así mientras le
cede el paso.
● Al subir o bajar de un automóvil, igualmente abrirá la puerta, la ayudará; cerrará
la puerta con suavidad y amabilidad, el complemento de esta rutina tan olvidada.
● Evite fumar, pero si ella muestra intención de encender un cigarrillo, él debe
ofrecerle fuego.
● Durante la cena, él se preocupará de llenarle la copa de agua o de vino cuando
esté vacía.
● Cuando una mujer se reincorpora al grupo, o cuando llega a una reunión, el
hombre debe ponerse de pie.
● Debe ser puntual y no hacerla esperar.
● Le retira la silla al llegar a la mesa para que ella pueda sentarse.
● Le ofrecerá cargarle cualquier objeto que lleve la dama que lo acompaña y
también si ella está sola.
● Tomarla ligeramente del brazo al cruzar una calle, al ingresar a un lugar público
o a una reunión social, aun sin ser su pareja.
● Debe estar pendiente de ella y la ayudará a quitarse y ponerse el saco o el abrigo.
● Debe respetar los compromisos, actividades, y responsabilidades que ella pueda
tener. No la interrumpe, ni debe amenazarla convirtiéndose en estorbo de su
realización como mujer, esposa, madre o profesional.
● Tampoco menosprecia las labores que ella realiza, por más pequeñas que sean; y
mucho menos las critica o ridiculiza ante otros.
● Debe ayudarla a superarse como mujer, como profesional, como pareja o
compañera de labores.
● Igualmente debe abstenerse de mirar descaradamente a otras mujeres cuando la
acompaña. Es cierto que “Los ojos se han hecho para ver”, pero la etiqueta es el
resultado de la consideración y el respeto al prójimo.
● Al llegar a una puerta, la abre y la mantiene así cediéndole el paso; ¡sin tirarle la
puerta en la cara!
● Le cede el asiento en un vehículo, avión, tren, y la ayuda a subir y a bajar de
cualquier vehículo o en otras circunstancias.
● Debe acostumbrarse a regalar ocasionalmente flores, chocolates o un detalle y
no solamente en las fechas tradicionales. ¡Es interesante observar cómo cambia
su pareja si la sorprende con ciertos gestos!

Son tan escasos los hombres que ponen en práctica estos pequeños detalles tan
importantes, que las mujeres se han vuelto suspicaces, tanto así, que cuando la pareja le
envía flores sin que se trate de una ocasión especial, supone que “ha sacado los pies del
plato”. ¡Qué lástima!

La costumbre y la rutina los ha llevado a dejar de ser corteses, amables, educados,


considerados y sobre todo caballeros con su pareja. Pero ojo, que no me ciego, también
puede ocurrir, a la inversa con las mujeres.

Hace un tiempo atrás leí una anécdota en relación a este tema. Un ejecutivo leía su
periódico cómodamente sentado. Al lado, su escocés en las rocas, música clásica (a esa
hora no estaban los hijos adolescentes en cada y podía usar el equipo a su gusto y
antojo), y el perro echado a sus pies… ¿Qué más podía necesitar? La esposa había
salido” de compras” con unas amigas, todo era paz y tranquilidad. Al cabo de dos horas
la puerta del garaje se levantó y llegó la señora.

El perro salió disparado ladrando hacia la puerta principal. Él se quedó leyendo y


saboreando su trago.

Al ingresar la señora encontró, como de costumbre al perro contento, moviendo la cola


y ladrando de felicidad. Dejó los paquetes en un sillón y jugando y acariciando al perro
le decía palabras tiernas y cariñosas.

Celoso. asombrado y mortificado, el esposo le increpó su actitud.

Muy seria replicó: “Daniel. el día que tú me recibas con la alegría que me recibe mi
perro, te llenaré de caricia, besos y ¡te declararé mi amor incondicional”

Los tratamientos: Tú y usted


En nuestro idioma existe un tratamiento de respeto general que es tratarse de USTED y
sólo con personas de confianza se usa el TÚ. En algunos países, como el Ecuador y
Bolivia, se utiliza de otra manera.

El usted lo utilizará con toda persona que no conozca, especialmente con las mayores y
con las que acaban de presentar y merecen respeto por edad o jerarquía.

De acuerdo con el protocolo internacional, es indispensable el respeto, la consideración


y la educación en el trato con los congresistas, sacerdotes, cardenales, prelados de las
iglesias, ministros de Estado, embajadores, autoridades de los diferentes poderes del
Estado y, por cierto, con el presidente de una nación, etcétera.

Por más amigos o parientes que sean, debe tratarse de usted especialmente en el caso de
entrevistas con la prensa hablada o escrita. Me sigue llamando la atención la constante
familiaridad y el tuteo que utilizan algunos periodistas peruanos con sus invitados,
especialmente en el mundo de la televisión.

El usted también se emplea con personas de avanzada edad y con el personal subalterno.
Por cierto, en una empresa con el jefe o con la jefa, ¡Aunque sea joven y guapa!

Ante la duda, hago uso del tratamiento superior nunca del inferior.

Sin duda entre general o coronel, mejor el primero, siempre en función del nivel
jerárquico, cargo o circunstancias.

En cambio la denominación de tú está permitida con los niños, en general, con personas
de su misma edad(si no es el jefe) y entre los compañeros de trabajo, ya que existe una
relación frecuente.

En nuestro medio se ha generalizado la costumbre de coquetear a todo el mundo, y esto


es reprochable. Cuántas veces me ha sucedido que, al entrar a una tienda de ropa, me
digan: “Linda, ¡en que te puedo ayudar!”. ¡¡¡Ante esa falta de respeto y de mínima
educación, salgo y no compro nada!!! Aunque agradezca lo de linda…No olvide usar
palabras “señora” o “señor”. A los embajadores dígales “Excelencia”; a los cardenales,
“Su eminencia”; el arzobispo, “Monseñor”, al presidente de la República, “Señor
presidente”, en estricta correspondencia con sus cargos.
Al fin y al cabo, son títulos reconocidos y expresan el necesario respeto que exigen las
jerarquías. Ya lo dijo Voltaire irónicamente: “El ser humano, más que un animal
racional, es un animal vanidoso…”.

El tú implica también una demostración de afecto, cariño, amor, amistad; en resumen,


es una expresión de proximidad…y de confianza.

En algunos países de América Latina todavía se utiliza el usted al dirigirse a los padres,
abuelos y tíos, como una muestra de respeto que, sin embargo, se ha perdido en la
mayor parte de nuestras sociedades. En el Perú, aún existe este formalismo en la sierra,
y en Lima, especialmente entre la gente de origen andino. En todo caso, así ocurría
décadas atrás.

capítulo 2

El saludo: besar o no besar

“El beso social es un exceso de la democracia”

Recuerde los nombres

Como es conocido, los buenos modales nacen con el saludo.

Siempre se saluda al ingresar a un lugar público o privado.

Recuerdo nítidamente una anécdota ocurrida hace algunos años, cuando era directora de
una importante empresa de cosméticos. Tenía que subir una vez a la semana hasta el
piso catorce de un edificio importante.

Aquella vez llegué al ascensor antes de que cerraran las puertas, y me quedé frente a los
hombres que ya habían entrado.

Practicando la etiqueta, saludé y nadie me contestó… Respiré hondo, ofrecí la mejor de


mis sonrisas e insistí: “He dicho buenos días, señores…”. Contestaron al unísono todos
“Buenos días, señora” y bajaron la vista, cual niños sorprendidos y malcriados. Lo
gracioso es que nadie bajó en los pisos que habían marcado; ¡y me acompañaron hasta
el piso catorce!

¡Estoy segura que logré que aquellas personas, nunca más dejarán de contestar a quien
los saluda!

Insisto: no tutee a nadie sin conocerlo, mucho menos si es persona mayor.


Se saluda con voz clara y nunca con “Buenas”. El saludo es completo, “Buenos días,
tardes o noches”, según sea el caso.

También al iniciar una conversación personalmente o por teléfono.

En el momento de una presentación diga el nombre de la persona. Recuerde que además


de exigir respeto el ser humano es vanidoso por naturaleza…

Memorice nombres, asóciese y repita los durante el encuentro o la conversación. Esto es


sumamente importante.

Así como es necesario el saludo, también es correcto practicar la despedida, que será
siempre amable, y con calidez humana.

Generalmente la persona que viaja se despide; en cambio, a la persona que llega de viaje
se le da la más cordial bienvenida. Si se puede, envíale flores con sus mejores deseos.

Besar o no besar, that is the question

Despeja la gran incógnita. Uno de los males sociales que la tradición ha arrastrado hasta
nuestros días y que resulta difícil de erradicar es el beso social. En cambio, desapareció
el ceremonioso, elegante y reverencial beso en la mano.

Usualmente se besa en el trato social porque se está condicionando a hacerlo,


dependiendo de la relación y eventualmente del efecto.

Sin embargo, no es adecuado besar indiscriminadamente a cualquiera. Se cae la rutina


de besos al aire que no se quieren dar, pero tampoco se pueden evitar… o al menos eso
se cree.

La etiqueta de hoy sugiere que usted debe ser prudente con el beso social. ¿A quién le
gusta un beso de alguien que está transpirando, tiene acné o no existe vínculo alguno?

¡Qué diferente es besar a quien uno aprecia, siento afecto o ama! ¿Verdad? Acto
seguido podrá preguntar: “¿Y qué es un beso?” Y le contestarán: “Para qué me
preguntas eso, junta tu boca a la mía… ¡y verás lo que es un beso!”

Si alguien no es de nuestro agrado o recién lo conoce, ¡extiéndale la mano! de esta


manera coloca una barrera para evitar el acercamiento.

Al presentar a dos personas, es bueno recordar algunas reglas básicas.


● Siempre se presenta un hombre a una mujer. “María, te presento a Ricardo, mi
hijo…” “Mamá, te voy a presentar a mi gran amigo Emilio Paredes”.
● El hombre joven a uno mucho mayor del mismo sexo. El de menor al de mayor
rango. Si se olvida o le cuesta trabajo recordar quién es más o menos importante,
decir algo así como “General Silva, le presentó al Capitán Jiménez”.
● Evite ser graciosa al presentar dos personas, por ejemplo, a una pareja diciendo:
“Juan Tovar y ella es su jefa” (refiriéndose a su esposa). No siempre es un chiste
bien recibido, a menos que el grupo sea de mucha confianza y sobre todo, que
los amigos Tovar aguanten el chiste.
● En cócteles o reuniones grandes, es recomendable dar a los extraños una idea de
sus actividades antes de dejarlos solos para ayudarlos en su conversación.
● En cuanto a las dos personas presentadas, es de rigor decir algo. Normalmente
todo se reduce a un apretón de manos o alguna frase convencional como
“encantado”, “mucho gusto”, “me encantó conocerla”.
● En el caso de un hombre a una señora, éste debe esperar que ella extienda la
mano. Si no lo hace, el hombre sonríe y hace una pequeña venia. Es de pésimo
gusto acercarse para darle “el beso social”. Recuerde que, según el protocolo, es
la mujer quien decide cómo desea ser saludada.
● En todo momento, el hombre debe ponerse de pie para las presentaciones. Por lo
general la mujer no lo hace, a menos que se trate de una persona mucho mayor,
un dignatario o una persona de alto rango jerárquico.
● En una fiesta grande, es no sólo correcto sino esperado que la gente se presente,
con educación y sobre todo respeto.
● Y si en alguna oportunidad alguien se olvida de su nombre y le presenta a otra
persona diciendo: “Le presentó a Guillermo Skinner”. Sin mencionar quién es
usted, debe tener compasión de él y ayudarlo dando su nombre a Guillermo
Skinner, no a quien hizo la presentación, para no avergonzarlo más de lo que ya
se encuentra.
● Al presentar una pareja que llega una fiesta a un grupo que ya está allí, se evitan
muchas confusiones diciendo simplemente. “Los esposos Gamio, Jorge y
Luzmi”, dando después los nombres de las personas del grupo.
● Si el grupo es demasiado grande, se presenta a los recién llegados a unas cuantas
personas. Dentro del protocolo y la etiqueta social, se considerará que al estar
bajo la misma reunión, esto es en sí una presentación para todos.
● Recuerde que: “No decir nada ofensivo es la primera regla de la buena
educación”. A propósito, se cuenta que el gran novelista Emilio Zola era incapaz
de acatar esta regla cuando se encontraba con un estúpido a los dos minutos de
decía: “Señor, me veo obligado a interrumpir esta conversación porque usted es
un estúpido…”. Bueno, no exageremos.

Capítulo 3

“Si no sabe sonreír no abra una tienda”

El poder de la sonrisa

¡No cuesta nada y produce mucho!

Todo aquel que desee proyectar la imagen de una persona agradable, debe sonreír.

La sonrisa suele actuar como al arte del encantamiento. Mediante ella se muestra
confianza, deseo de agradar, afecto, indulgencia y sencillez. La hace mucho más
simpática como persona.

Muchas veces este gesto equivale a una propuesta de convivencia, de equilibrio. Es la


gran aliada de la etiqueta.

La sonrisa debe ser sincera, nunca forzada, ni mucho menos burlona, ya que es la
expresión de la simpatía, y el buen humor.

La sonrisa nos hace más fuertes, ¡y recordemos, además, todos sonreímos en el mismo
idioma!

Dicen el teólogo Karl Barth que: “La sonrisa es lo más cercano a la gracia de Dios”. Y
los especialistas aseguran que cinco minutos de ejercicios aeróbicos. ¡A practicar se ha
dicho y baje esos kilos sonriendo!

Cecilia Precioso nos ofrece estas líneas para recordar cada día:

● Sonría siempre a los niños, en homenaje a su inocencia.


● Sonría siempre a los débiles, para darles coraje.
● Sonría siempre a los enfermos, para ver alivio en su dolor.
● Sonría siempre a los amargados, para endulzarles sus días.
● Sonría siempre a los egoístas, para enseñarles a dar.
● Sonría siempre a todos… porque una sonrisa no cuesta nada y sin embargo lo
puede todo.

Y sobre los motivos para sonreír, transcribo una receta sobre las razones para estar de
buen humor los lunes:

Haber pasado un fin de semana feliz.

Haber evitado resacas mortales y de otro tipo.

Haberse convencido de que en lugar de lunes es por lo menos jueves, o mejor aún,
viernes.

Que le gusten los lunes.

Haberse aburrido tanto el domingo, que a uno casi le apetezca volver al trabajo el lunes.

Irse de vacaciones el lunes.

Despertarse un lunes que sea fiesta y no tener que empezar una dieta: ¡el lunes!

Un gesto mágico

El apostolado de la sonrisa del Padre Bruno Hagspiel S.V.D. nos dice que:”Una
pequeña sonrisa alegra el corazón, mantiene el buen humor, conserva la paz en el alma,
promueve la buena salud, embellece el rostro, engendra buenos pensamientos a inspira
buenas obras”.

¿Por qué no intentarlo?

Sonría consigo misma…hasta que note que su constante seriedad o severidad ya no


existe.

Sonría consigo misma…hasta que se ablande el propio corazón con el calor de su alegre
semblante.

Entonces…salga e irradie su sonrisa.

Esa sonrisa tiene trabajo, trabajo para Dios. Ahora la sonrisa es su herramienta para
ganar almas.

La gracia santificadora en el alma le dará un encanto especial a su sonrisa para que


produzca mucho bien.
● Sonría a caras solas.
● Sonría a caras tímidas.
● Sonría a caras tristes.
● Sonría a caras jovencitas.
● Sonría a caras arrugaditas y viejecitas.
● Sonría a caras de la familia y amigos, que todos disfruten de la belleza y la
alegría inspiradora de su cara sonriente.

Cuente el número de sonrisas que responden a la suya en un solo día. Ese número
representa las veces que usted ha sembrado alegría, satisfacción, optimismo o confianza
en los corazones de los demás.

Esta buena disposición siempre engendra actos nobles y desinteresados.

La influencia de la propia sonrisa ciertamente se esparce, aunque no siempre puede


usted notar las maravillas que logra.

Su sonrisa puede inspirar nueva vida, esperanza y valor en los corazones de los
cansados, abrumados, descorazonados, tentados y desesperados.

Su sonrisa puede ayudar a desarrollar vocaciones, si usted es un sacerdote, un hermano


o una religiosa.

Su sonrisa puede ser el comienzo de una conversación a la fe.

Su sonrisa puede preparar el camino de regreso de un pecador a Dios.

Su sonrisa puede ganarle un sin número de amigos fieles.

Sonríele también a Dios…

Sonríele a Dios en aceptación de lo que Él le encomiende en la vida y así usted se


ganará la sonrisa radiante del rostro de Cristo, quien la contemplará con un amor
especial por toda la eternidad…

Una historia para recordar

Esta historia la repito constantemente en mis seminarios, porque me pareció genial


cuando la leí: “Una empleada joven es trasladada por la empresa en que trabaja, de la
capital a una provincia en España. Ella viaja contenta por tratarse de un ascenso por su
buen desempeño. La ciudad era chiquita pero acogedora, y decide pasarlo de lo mejor.
Cada día de la mañana, la joven caminaba hasta su centro de trabajo y en su andar
encontraba siempre a un viejito, reposando en una silla ante la puerta de su casa.

Le sonreía y proseguía su caminata. Esta operación se repetía cuatro veces al día.

Pasaron algunos meses, hasta que ya no volvió a ver al viejito en el lugar acostumbrado.
Pensó que debía estar enfermo…pero transcurrieron varias semanas y no apareció más
aquel anciano que ya se había convertido en parte de su vida diaria.

Poco después, en su casa, la joven recibió la visita de un señor que supo luego era
abogado; éste le pidió que fuera a su estudio al día siguiente para un asunto delicado.
Ella se preocupó, y acudió puntualmente.

Cuál no sería su sorpresa al ver que se estaba leyendo el testamento del simpático
anciano. Se enteró de que en vida él ya había dejado herencia a su familia, pero decidió
vivir sus últimos años en su pueblito natal y dejarle $500,000 a la persona que él
encontrara sonriente y que le ofreciera amor desinteresadamente”.¡ Ya saben ustedes a
quién le dejó tamaño fortuna!

¿Acaso esta historia la impulsará a salir sonriente por las calles para ver si le liga una
fortuna? Esto sería un poco peligroso, ¡lo único que conseguiría es lograr una gran fama
de fresca y alegre, recordando la mentalidad de mosquito generalizado en los “Latin
lovers”!

Sin embargo, la risa es la sal de la vida. Se dice que los nombres risueños son sanos de
corazón, y que la risa de un niño es como una loca música de la infancia.

La alegría inocente se desborda en una catarata cristalina que brota en una garganta
plena. Bendigamos la risa porque ella está en el cáliz del clavel lleno de rocío, en el
aderezo de rubíes que contiene el estuche de la granada. Bendigámosla porque es la
salvación, la lanza y el escucho. Bendigamos la risa” escribió Rubén Darío.

Una sonrisa no cuesta nada y produce mucho.

Enriquece a los que la reciben, sin empobrecer a los que la dan; no dura más que un
instante, pero su recuerdo es a veces eterno.

Nadie es suficientemente rico como para no necesitarla…Nadie es tan pobre que no


pueda darla…
Forja la felicidad del hogar, es signo sensible de la amistad.

Una sonrisa brinda reposo al que está fatigado, devuelve el valor al más pesimista.

Y si alguna vez se encuentra con alguien que no le ofrece una sonrisa, siga dándole la
suya…porque nadie está más necesitado de una sonrisa que aquél que ni pueda
ofrecerla.

Agradezca con el corazón

En multitud de ocasiones, agradecer adecuadamente poner el toque de elegancia y


respeto a las relaciones humanas, haciendo la convivencia más llevadera y el camino
más grato cada día.

Quiero decir que, para lograr una buena imagen personal, no solo en lo estético y en lo
físico, sino en lo que se deriva de la educación, resulta importante ser agradecida y por
ello este gesto debe convertirse en un hábito en la rutina diaria.

Dé las gracias sin distinción alguna. Al rico, al pobre, al jefe o al empleado, al grupo o
al feo, sin distinciones. También cuando le hagan un favor o reciba atenciones o piropos
agradables, como cuando un limeño mazamorrero le dije a mi madre: “Señora, vaya
usted con Dios, ¡que yo me voy con su hija!”.

Por cierto, de nada sirve un “gracias” sin sinceridad y con la expresión inadecuada en el
rostro.

Emplee siempre “un minuto de su tiempo” para dar las gracias.

Uno de los aspectos más agradables de la personalidad es la habilidad para demostrar


nuestro agradecimiento.

No solamente se agradece una atención o un servicio por el cual no hay retribución


económica, sino también a quien nos brinda su atención o trabajo: al mozo, camarero,
dependiente, cajero, ascensorista, vendedor, taxista, vigilante, guardián, profesor,
empleada del hogar, secretaria, recepcionista y en fin, a todos las personas a nuestro
alrededor.

Al agradecimiento verbal, como gesto esperado, pueden seguir otras formas: la nota
escrita de los recién casados en gratitud por los regalos recibidos, la del huésped que
pasó el fin de semana en su casa. Quizás esta última acompañada por un ramo de flores,
el que, sin duda, se recibe con alegría.

He leído acerca de las veces en que el gran Caruso, cantante de fama mundial, en las
dos primeras décadas del siglo XX, salía al escenario inglés para contestar la apoteósica
y en vez de decir “thanok you very much” repetía emocionada en su idioma “Grazzie,
molte grazzie” o cuando don Pedro Vargas agradeció los aplausos que no cesaban:
“Muy agradecido, muy agradecido, muy agradecido”.

Cuando educamos a nuestros hijos hacemos frecuente hincapié en que usen desde
temprana edad, frases que constituyen reglas básicas en la educación: “Agradece al
señor”. Sin embargo, en las etapas posteriores de la vida, pareciera que se descuidan
estas muestras esenciales del buen trato con la persona humana.

Las gracias verbales acompañadas por una sonrisa conforman el complemento ideal en
hoteles, restaurante, salones de belleza, etc., sin dejar de lado la propina según se
aprecie la costumbre del lugar. La persona que trata de evadirla falta a las reglas de las
buenas costumbres y de la etiqueta. Solo en el caso de que el empleado haya brindado
un mal servicio, la persona está en el derecho de “olvidarse” de la propina.

Disculparse es también un arte

Así como la palabra “gracias “debe aflorar espontáneamente cuando una se siente
halagada, es preciso identificar el momento de ofrecer disculpas o pedir perdón, todo
depende del grado de ofensa que se haya proferido.

¿Disculparse también constituye un arte? No está en tela de juicio. Lo que sí es seguro


es que si es seguro es que constituye un acto de honestidad que siempre será valorada
por la persona a quien la ofrecemos.

Generalmente se ofrecen disculpas al llegar tarde a una cena formal, comida, almuerzo,
té, desayuno o a cualquier invitación.

También cuando no pueda asistir a una cita programada, llamando por teléfono o
enviando una nota. Igualmente, si no se puede atender un favor o cuando se rompe o se
daña algo. En este caso se tratará de reemplazar la pérdida con un artículo igual al
dañado. Si esto no es posible, envié flores con una tarjeta de disculpas. No es válido el
alegato de la dueña de casa “No te preocupes…”. Hay saber entender que la afectada
tiene un evidente disgusto.
La excusa debe prodigarse cada vez que ponemos a otra persona, a veces
accidentalmente, en una situación de desventaja, o le ocasionamos una pérdida o
vergüenza. No excusarse demuestra una indiferencia criticable y, por supuesto, es
reflejo de una pésima educación.

No olvide entonces disculparse cuando tropieza con alguien, cuando ha causado algún
daño o involuntariamente herido a alguien, además de ofrecerle su ayuda, por
supuesto…

¡También cuando marca un número de teléfono equivocado, y no le tiran el teléfono por


la cabeza!

Es muy humano cometer un error y constituye muestra de cortesía y de buen gusto


admitir que uno se ha equivocado, y ofrecer disculpas. Cualquier frase convencional
sirve: “Cuánto lo siento, le pido perdón, disculpé mi torpeza, no quise ofenderlo, cuánto
lo lamento, ¡discúlpeme, por favor!”

Muy importante es el tono de voz y el gesto con que se ofrece una excusa o disculpa. Si
la falta es mayor, las excusas tienen que ser sobre todo convincentes.

En ocasiones, debido a la magnitud de la ofensa se recomienda una visita especial


precedida del envió de flores naturales. Recuerda que: “Para abrir el corazón ajeno, es
necesario antes abrir el propio”.

Me gusta mucho aquella clasificación de las palabras por su importancia que hace
Donald Walton, al tratar el problema de la comunicación humana. El autor asegura que
las cinco palabras más importantes y significativas son: “Por favor, discúlpame me,
estuve equivocado”. Qué hermosas, sinceras y fluidas serían las relaciones humanas si
todos tuviéramos el coraje y le interesa de pronunciar estas palabras llegado el caso,
¿verdad?

De cuántas penas, tristezas y dolores nos hubiéramos librado…

¿Sabe disculparse?

Primero sea sincera. Por eso mismo no reincida y evite cometer la misma falta otra vez.
La excusa sincera tiene un valor extraordinario y debe darse en forma reservada: no
comente ni chisme sobre ello.
No confunda los términos “excusarse” con “humillarse”. Admitir un error es reconocer
que se ha cometido una falta y muestra únicamente generosidad de espíritu y no
debilidad como a veces se cree.

Toda excusa debe ser aceptada e interpretada como el punto final de una situación de
conflicto, por leve que ésta sea.

Cuando se excuse emplee un mínimo de palabras, no se explaye para evitar confundirse.

Sin embargo, hay una regla fundamental que no debe olvidar: no se excuse por todo y
en todo momento.

Recibo llamadas por teléfono que usualmente comienzan con “Discúlpame, ¿me puede
dar alguna información?” “Discúlpeme, quiero saber la dirección del Centro de
Formación”, y así sucesivamente. ¿Por qué me piden disculpas si no han hecho nada
que me ofenda?

Estas expresiones revelan poca autoestima, falta de seguridad y confianza en una


misma, y en algunos casos puede ser que se trate de una muletilla que se repite
reiteradamente…” ¿Discúlpeme, me puede dar la hora por favor?” “Discúlpeme, ¿me
puede decir si le gusta lo que ha leído hasta aquí?

Fumar no es un placer…pero hágalo con distinción y respeto

A principios del siglo XX a los caballeros no se les permitía fumar delante de una dama.
Hoy, en cambio, este es un hábito de hombres, mujeres y desgraciadamente de jóvenes,
que creen demostrar su rebeldía y libertad haciéndolo desde muy temprana edad.

Doy gracias a mi madre a quien cuando yo tenía catorce años le pregunté sí podía
fumar. Como ella no lo había hecho nunca, me dijo que si quería lo hiciera, pero no
delante de mí papá. Aunque la fruta prohibida es la más deseada, no lo hice jamás.

Es bueno reconocer las disposiciones legales pertinentes y tener presente el consejo


profesional de “Fumar es dañino para la salud”. Pero si a pesar de ello decide hacerlo,
considere las siguientes recomendaciones:

● Respete los avisos de “NO FUMAR” en hospitales, escuelas, restaurantes,


teatros, cines, baños de los aviones, y todo lugar público cerrado (Ley Peruana
N°25357).
● La etiqueta exige también que antes de prender un cigarrillo, pregunte o pida
permiso, ya que las personas que están alrededor absorben el treinta por ciento
de nicotina del cigarro prendido. Sea considerada siempre. Hoy tenemos que
guardar respeto por quienes no fuman. No es raro ver en países desarrollados
que los fumadores tienen sus áreas. Afortunadamente en Perú ya está
ocurriendo…

¡Buen avance!

● Evite fumar delante de niños y de señoras embarazadas, está comprobado que


resulta nocivo. Asimismo, nunca baile con un cigarrillo en la mano, puede
quemar la vestimenta de otra persona e incluso causarle quemaduras.
● Aunque no fume, un caballero puede tener un encendedor o fósforos para
encender el cigarrillo de una dama, tengan cuidado de no prender un fósforo
cerca de la cara de alguien.
● No apague un cigarro contra ningún objeto que no sea un cenicero, nunca con
las macetas con planta y menos lo deje encendido.
● Jamás arroje un cigarrillo encendido al suelo, por la ventana, a la alfombra ni los
dejes humeantes.
● No fume en el ascensor, dentro de un automóvil y menos aún con las lunas
cerradas; tampoco es correcto hablar con el cigarrillo en la boca, caminar en la
calle.
● No le eche humo a su interlocutor, es de pésimo gusto. Recuerde que este tiene
el derecho de decir: “Me molesta el humo de su cigarrillo”; y pasará vergüenza.
● No sea una gorrera, ofrezca también los suyos. Tenga en cuenta que, en una
reunión, cena, aniversario, recepción, matrimonio, no podrá fumar si no
encuentra ceniceros a la mano y lo hará después del postre, nunca entre plato y
plato.

En los países desarrollados cada vez más se considera el fumar como “un acto de
ignorantes” porque atenta contra la salud, cierra las arterias, contribuye al cáncer a los
pulmones, a la laringe y por último envejece la piel, situación que a nosotras las mujeres
no nos hace muy felices, ¿verdad?

Cuando las flores hablan…


Nada resulta más fácil ni a la vez más difícil que regalar flores: tan expresivas, tan
bellas, a menudo simbolizan pensamientos, sentimientos completos, deseos de felicidad
o éxito, respeto y pesar, orgullo y homenaje…

¿Quién regala flores?

Todo el mundo, los niños, las mujeres y los hombres.

¿A quién se le regala?

Evidentemente no hay una edad determinada para hacerlo.

Recuerdo las veces que mi hijo Ricardo, de apenas dos años, recogía con dificultad
algunas flores caídas en el jardín para regalárselas. Los jóvenes y adultos siguen
regalando flores durante su vida de niños han sido estimulados con el ejemplo. Ricardo,
hoy que es todo un hombre, aún tiene la capacidad de sorprender a su pareja, a su
abuela, a su hermana y habitualmente a su padre…

Recuerdo gratamente también que mi primer arreglo de flores enviado al día siguiente
de salir elegida Miss Perú fue de un niño de ese entonces, de siete años: Franklin
Beaver. ¡Cómo lo aprecie en su enorme significado!

● Un niño les regala flores a todas las mujeres de su familia, a su madre, a sus
abuelas, a su madrina, a su hermana, a sus primas y hasta a su madrastra.
● Una mujer lo puede hacer con otras mujeres, casadas o solteras.
● Un hombre por lo general, recibe flores solo si está hospitalizado o ejerce una
función jerárquica muy alta, un hijo a su padre o un padre a su hijo.
● Un joven le puede regalar flores a su padre o a uno de sus parientes, Una jefa a
sus empleados.
● Un hombre regala flores a una mujer soltera, mejor sería entregarlas
personalmente que enviárselas. A una mujer casada; cuidado con enviarle rosas
rojas, ¡es símbolo de pasión!

¿Cuándo se regalan flores?

Con tanta frecuencia como se pueda y se quiera, nada lo prohíbe. Estoy seguro de que
nadie se lamentará por recibir flores a menudo, salvo la esposa que nunca las recibe y
ante la sorpresa se preguntará:” ¿Qué habrá hecho mi esposo que me envía flores?”
Por lo general las que más se agradecen son aquellas que vienen sin compromiso o por
la única razón de demostrar cariño, respeto, amistad, agradecimiento, o incluso amor.

¿En qué ocasiones deben regalarse?

Para dar las gracias por una invitación a una comida o cena formal.

Como excusa por un gesto, una acción o una palabra desafortunada.

Por un nacimiento, bautizo, comunión, entierro, petición de mano, matrimonio, éxito


universitario, aniversario, recepción, por una condecoración o lanzamiento de un
producto o un libro, entre otros; siempre existirá un buen motivo.

Y, por cierto, para agradecer cualquier servicio prestado.

¿Cómo regalarlas?

Ya he recomendado entregarlas personalmente. Pero si las compras con una florería,


puede indicar la hora oportuna para su entrega.

Se puede enviar el día de la ceremonia a la que está invitado, a la señora de la casa, no a


la pareja, con una tarjeta de visita y palabras de felicitación.

En caso de cena o almuerzo es posible enviarles el día anterior, o al día siguiente con
una nota de agradecimiento.

En caso de una defunción, en el mismo día se envía una corona o un ramo; puede ser
una corona de misa también.

¿La elección de las flores?

Varía en función de las circunstancias y de las personas a las que van destinadas.

Un joven o una chica que enamora:

Rosa o amarilla una o varias. Nunca rojas. Puede ser también un ramo de violetas o una
maceta de margaritas, nunca las flores ni la maceta de plástico.

Un hombre a una mujer casada:

Cualquier tipo de flores, excepto rosas rojas o príncipe negro (una de mis flores
predilectas).
Cuidado, puede haber malas interpretaciones o suscitar algunos problemas de celos o
dudas.

Un hombre a la mujer soltera que ama:

Todo tipo de flores, especialmente rosas rojas.

Para una ceremonia:

Flores blancas o lirios.

De una mujer a otra mujer:

Cualquier tipo de flores menos rosas rojas en macetas o en ramos. Las amas de casa
prefieren flores en macetas o flores cortadas en bonitos arreglos en copa, por ejemplo.

¿Existen flores que no le gustaría recibir?

Sí, los crisantemos, que son flores utilizadas generalmente en los entierros.

¡A las actrices supersticiosas no enviarles nunca claveles, ni flores amarillas!

¿Flores de ruptura?

Si desea que sea total o definitiva la ruptura, sin opciones de ningún arreglo posterior,
no deje de enviar un gran cactus, ¡y en maceta de plástico!

¿Existen flores de fin de semana?

En invierno las flores secas; o un gran ramo de flores mixtas y de mucho colorido en
primavera.

¿En el día de San Valentín?

El 14 de febrero se celebra en muchos países. El enamorado enviará flores,


especialmente rosas rojas a su pareja, para recordarle y decirle a través de ellas el
clásico: “Te amo”

¿Existen flores que identifican la amistad?

Cuando llega una amiga; envíale flores a su hotel acompañada por una tarjeta de
bienvenida; ¡se sentirá de maravillas!

¿Sabe cómo recibir flores?


Si tiene invitados a cenar, preparé unos jarrones o floreros con anticipación.

Los buenos modales exigen que no tenga que dejar el ramo de flores esperando en la
cocina, tómese el tiempo para ponerle agua, acomodar y llevarle al salón, agradeciendo
nuevamente la amabilidad y cortesía.

Si ha recibido flores con anterioridad, de las gracias en el momento de recibir a la


persona que se las ha enviado y que la vea colocadas en un lugar preferencial de la casa.

Aún existe gente educada que después de la invitación, envía las flores al día siguiente
con una nota de agradecimiento, ¡tendrá que llamar por teléfono para agradecer
semejante delicadeza!

Nunca envíe flores anónimamente ni tampoco permita que el florista escriba en una
tarjeta por usted, no dicte por teléfono tampoco. La tarjeta debe ser escrita de su puño y
letra.

Nada más certero para levantar el ánimo a una mujer y alegrarle el corazón que un ramo
de flores recibido.

¡Será un día glorioso!

¿Las flores tienen un lenguaje especial?

Si los hombres supieran hasta qué punto una flor aboga en su favor, no dejarían de
enviárselas…

Cuando una mujer recibe flores, lo primero que hace es retirar la tarjeta y se siente…
feliz, alegre, capaz de olvidar y perdonar todo y si es novia ¡quererlo como el primer
día!

● La Camelia susurra “moriré a tus pies”


● El Ciclamen aporta la ternura.
● El Geranio nos dice “me estoy aburriendo de ti”.
● El Gladiolo es testimonio de indiferencia.
● El Iris le muestra nuestra frialdad.
● El Jasmín nos cubre de caricias…
● Las Lilas indican que nuestro amor lo tiraniza.
● El Lirio muestra pureza y seducción.
● La Margarita grita” te quiero”.
● El Clavel, ¡cuidado! advierte “puede quererte menos”.
● El Pensamiento afirma “mi último pensamiento será para ti”.
● La Rosa Blanca, alaba la pureza.
● La Rosa Amarilla jura “y si me quieres, ten cuidado”.
● La Rosa Roja dice “te quiero, te amo, te deseo con pasión”.
● El Príncipe Negro es lo más fino apasionado en el amor.
● El Tulipán nos propone un amor sincero, pero convencional.
● La Violeta, delicada y sutil, resplandece con nuestro encanto.
● La Hortensia reprocha nuestra indiferencia.

Valoremos el tiempo…

¿Cuánto vale el tiempo para usted?

¿Sabía que una persona que trabaja aporta unas 2100 horas al año de su tiempo por el
salario que recibe y entrega algo más de 36000 horas anuales de su vida a su hogar
(hijos, esposo, familia) sin esperar salario alguno?

Si suma todo este tiempo y le asigna un valor de venta va a pensar en dinero todo el
“tiempo”. Quizás ese no sea su caso.

¿Acaso el tiempo para usted vale en la medida que ha obtenido alguna experiencia
vivida en un cuyo caso, no le corresponde asignación monetaria alguna? Si ese es su
pensamiento, ¡felicitaciones!

Tal vez el tiempo para usted valga si le permite enriquecer su espíritu, llenar su alma de
ideas nobles que pueda compartir con los demás en el resto de su vida.

También felicitaciones para usted.

Cualquier valor que le asigne al tiempo, tratar de que le rinda al máximo posible, no
importa la edad en su vida. El valor que dé al tiempo terminará por ordenar sus pasos,
su salud, su trabajo, y todas sus actividades.

¡Que hermoso sería constatar que las personas valoran y respetan el tiempo propio y
ajeno! Sería extraordinario poder asistir a una conferencia que se inicie a la hora
señalada; que las visitas no tengan que esperar media hora al maestro, que el novio no
se vea obligado a esperar a la novia más de lo necesario, que el gerente no le haga
esperar para sentirse importante, que su reloj le sirva como signo de puntualidad y no de
adorno superfluo; en fin, que sus actos se acoplen a los actos de los demás en el tiempo,
el espacio y el respeto por el derecho ajeno.

Si usted es una mujer de trabajo, resulta aún más necesario el tiempo y el valor
adecuado. Organice el tiempo de su jefe. Trabaje cuidadosamente en su agenda de
negocios, trate de respetar el tiempo que la emplea a sus compromisos, organice su
propio tiempo de modo que pueda trabajar al ritmo y características que el imponga.

Si respeta el tiempo y lo administra bien, se transformará pronto en un factor de


productividad para su empresa.

El trabajo, el capital, la tecnología y todos los otros factores de producción rinden más
si se los emplea en función del mejor valor asignado al tiempo.

Finalmente, sería loable que usted misma se transforme en una entusiasta defensora del
valor del tiempo, como recurso natural que tenemos en abundancia nosotros los
peruanos, pero no lo sabemos aprovechar en un grado siquiera aceptable.

Dicen que “la hora es la hora” pero a propósito, ¿qué es la puntualidad?

Es simplemente la acción de cumplir una obligación o responsabilidad cualquiera a la


hora o a la fecha debida, ordenada, establecida o pactada.

No interesa la puntualidad ocasional en una otra obligación, sino la puntualidad como


un sistema, norma de vida, como un hábito seguro. Como costumbre fuera y dentro del
hogar, del colegio, de la universidad, de toda actividad en general.

Las personas acostumbradas exigen puntualidad a otros, pero se olvidan de su


obligación de ser puntuales.

Usted no vive en una isla. Necesita sistemas. Por lo tanto, la puntualidad de los demás
traerá como consecuencia su bienestar, y de su puntualidad dependerá el bienestar de los
demás.

Hay puntualidad cuando no incurre en tardanzas ni en inasistencias.

Su trabajo, cualquiera que sea, no podrá mantenerlo si no es puntual.

Se la demuestra en la entrega de un trabajo específico, a la hora y en la fecha prometida


o pactada; en la hora de inicio en los espectáculos públicos, de atención al público y en
toda actividad desarrollada en oficinas y establecimiento en general.
Debe cuidar y prestar mucha atención a los ofrecimientos de palabra, a los acuerdos de
caballeros (entre nosotras, de damas), donde a menudo aplaza sus obligaciones con
frases usuales y que con frecuencia pierden importancia:

“Para mañana”

“La próxima semana”

“En uno de estos días”

“Apenas tenga tiempo”

“Más adelante hoy no puedo”

“Apenas pueda”

“En cualquier momento que tenga disponible”, etc.

Puntualidad es cortesía de reyes

En mi vida han influido algunos factores que eventualmente, me permitieron mejorar


como ser humano.

Por ejemplo, puedo aprender la puntualidad en dos ambientes: la casa y el colegio.

En nuestra casa, mi padre nos formó con educación alemana donde la puntualidad era
un principio básico. Y tuve la suerte de estudiar en el colegio San Silvestre (de clara
influencia británica), donde nos inculcaron esta virtud que pasó a formar parte de mi
personalidad.

Y agradezco a Dios por esto, ya que muchas de las oportunidades que me brindó la vida
las pude aprovechar gracias a mi puntualidad. Por ejemplo, esta cualidad me resultó
excepcionalmente útil durante los catorce años que presenté servicios a banca nacional y
extranjera donde este factor resulta fundamental.

Hace algún tiempo leí una historia que me cautivó con relación a este tema. Trataba de
persuadir a una señora a otra, para que le vendiera un terreno un terreno bien ubicado en
donde construir su casa. Y la dueña, que sí y que no…hasta que un día le dijo: “Venga
el lunes a las nueve de la mañana, mi esposo y yo hablaremos definitivamente con usted
sobre el tema”.
Acudió a la hora exacta. La hicieron pasar y la dueña del terreno le dijo: “El terreno es
suyo, mi esposo y yo lo hemos decidido”.

Como es obvio, pregunto” que le había convencido”.

Le contestó:” Anoche acordamos que, si Dios quería que el terreno fuera suyo, debería
llegar usted a las nueve en punto. sí venía tarde era porque Él se oponía”.

¡Su puntualidad fue premiada con el contrato de compra que tanto deseaba!

La puntualidad, que es considerada como hábito firme y seguro, no es producto de la


casualidad, si no de una buena administración del tiempo disponible en las veinticuatro
horas del día.

Administrar bien el tiempo significa saber distribuir estas maravillosas veinticuatro


horas de tal modo que alcance holgadamente para desarrollar el trabajo y todas las
demás actividades cotidianas.

¡Se dice que lo ideal es vivir ocho horas trabajando, ocho horas durmiendo, ocho horas
divirtiéndose!

Samuel Smiles, escritor escoces que se hizo famoso en su obra “Ayúdate”, afirmó que:
“La puntualidad es cortesía de reyes, deber de caballeros y necesidad de hombres de
negocios”.

Más que mera formalidad o rutina, es una actitud moral que nace del demás hondo de
una conciencia honrada, es costumbre noble que debe ser generada por un sentido
auténtico de responsabilidad social, y resulta ser parte elemental de hombres y mujeres
de palabra.

Más que virtud de un solo individuo o de todo un pueblo, la puntualidad constituye un


fiel reflejo del grado de civilización y cultura que puede alcanzar el género humano.

A la luz de lo que es y significa la puntualidad no nos hace bien, ni mucho menos, la


supuesta etiqueta de “La hora peruana” y el cumplimiento de cualquier obligación
siempre al último minuto.

Desde hace un tiempo he comenzado a recibir invitaciones que señalan la hora con una
indicación adicional: “Hora británica “lo que me ha parecido desastroso y atenta contra
mi educación: me siento desconcertada, atacada…
Reconozco que la obra debe ser matemáticamente respetada como un hábito firme y
seguro desde la niñez a la ancianidad.

Deberíamos contraer una obligación como peruanos: “Hacer al Perú un país grande con
gente ejemplar cumplida”.

Aprovecho para reproducir aquella carta de un padre su hijo que me conmovió


enormemente y que quiero compartir con la lectora para seguir reflexionando sobre el
valor del tiempo:

“Sabes hijo nunca he tenido tiempo para jugar contigo. Encontré tiempo para todo,
menos para verte crecer.

Nunca he jugado al dominó, a las damas al sapito o a la batalla naval contigo y siento
que me necesitas; pero sabes; soy muy importante para los negocios, invitaciones
sociales y tengo muchos compromisos ineludibles; y dejar esto para sentarme y jugar en
el suelo contigo…no, no tengo tiempo.

Y si lo uso aquí amo con un cuaderno de la escuela. Nilo miré, seguí leyendo el diario.
Al fin de cuentas los problemas internacionales son más serios que los de mi casa.
Nunca he visto calificaciones tuyas, ni se quién es la maestra.

No sé ni cual fue la primera palabra. Pero, tu entiendes, no tengo tiempo…

De qué sirve saber las mínimas cosas de ti, si tengo tantas cosas grandes que hacer.
Vaya ¿Un día viniste hasta como has crecido! Estas alto. No me había dado cuenta de
eso, porque día y noche mi vida es una carrera y cuando tengo tiempo, prefiero usarlo
fuera. Y si lo uso aquí me pierdo enmudecido frente al televisor y la radio, porque son
muy importantes y me informan mucho.

Se que le quejas, sé que sientes la necesidad de una palabra, de una pregunta mía, de un
puntapié a tu pelota, de mi abrazo, de reír y jugar conmigo, pero no tengo tiempo…
Pero si entiendes soy una persona importante, tengo que atender a mucha gente,
dependo de ellos. hijo, tu no entiendes de negocios en realidad soy una persona sin
tiempo.

¡Quiero silencio! ¡Quiero silencio! ¡Quiero tranquilidad! Y tú tienes la pésima


costumbre de venir corriendo encima de mí, tiene la manera de saltar a mis brazos. Hijo
no tengo tiempo para abrazarte… no tengo tiempo para hablar ni siquiera de chicas,
¿qué entiendes tú de nacionalismo, cibernética y computadoras?

¿Vez que hablamos muy diferente, tal vez porque no podemos conversar?

Sabes, hijo mío, no tengo tiempo. Pero lo peor de todo es que si me marisco, ya desde
este instante que quedaría con un dolor en la conciencia porque ¡nunca he tenido tiempo
para jugar contigo!¡Y en la otra vida, seguramente Dios no tendrá tiempo de por lo
menos dejarme verte, ¡abrazarte y darte un beso!...

Y para concluir esta meditación, este pensamiento de Franklin Román: “No malgastes el
tiempo, pues de él está formada su vida”.

Capítulo 4

“Uno no nace mujer, si no que llega a serlo”

Simone de Beauvoir

La nueva imagen de la mujer

Para triunfar en la vida necesitamos una buena imagen personal

Al igual que el hombre, la mujer de todos los tiempos es un ser evidente social. No
obstante, las limitaciones eventuales ante la sumisión al varón, ha tratado de conservar
su relación con otras mujeres de su tribu, comunidad o de su grupo social.

Luego de haber sacudido sus ataduras en muchos aspectos, actualmente la mujer


participa plenamente de una vida social activa.

Forma parte de los grupos escolares, comités sectoriales, grupos comunitarios,


parroquiales, comedores populares, asociaciones de padres de familia, clubes de
servicios, deportivos o sociales.

Consecuentemente, la mujer tiene vocación social y la manifiesta en múltiples formas.

Pero si quiere destacar de manera nítida en el grupo social donde se desenvuelve, la


mujer necesita una mejor imagen personal sustentada en la educación, elegancia y en un
estilo propio que le permitirá desarrollarse y conseguir una posición de liderazgo.
La estética, la corrección y el arte de conversar son fundamentalmente para mejorar la
imagen. Sus relaciones humanas se verán altamente favorecidas si trata a los demás con
modales respetuosos, propios de una dama.

Las distintas circunstancias en que se desenvuelve le exigen preparación como


anfitriona o visitante, cuando es invitada a cenar, expresar palabras de bienvenida, para
agradecer las flores que recibió o agradecer por el esfuerzo destinado hacia los niños de
un barrio marginal. Cuando escuche “sociedad” no sienta recelo ni aprehensión. Usted
forma parte de ella y sus actividades cotidianas son una muestra permanente de lo que
es la vida de una mujer social.

Solo tiene que mejorar día a día para que, lo que hace hoy, lo haga mejor mañana…

¡Atrévase, luzca su belleza!

¿Qué hay mujeres feas? ¡Tonterías!, no hay mujer fea. Lo que existen son mejores que
se sienten feas, y no saben qué hacer para mejorar su imagen.

La vida es solo pasajera ilusión y todos somos parte de ella. Todos tenemos algo que
nos favorece: el secreto está en resaltar nuestras cualidades naturales y disimular los
defectos.

Usted las conoce, es la llamada a descubrirlas y sacarle el mejor provecho. ¿Se trata de
su cabello? ¿de sus piernas, ojos, o sus labios? Finalmente, ¿sus manos, su piel o su
estatura?

Obtenga el máximo provecho de sus ventajas. Use todo lo que Dios le dijo. Comparta su
riqueza, su tesoro, que en este caso está expresado en atributos físicos y también en
espirituales. Recuerde que algo hermoso irradia siempre alegría para todos.

Si posee un cuerpo bello, use ropa adecuada y cuide la silueta con ejercicios y correcta
alimentación. Si tiene lindas piernas depiladas, use cremas adecuadas; aprenda cómo
sentarse, pararse, como cruzarlas con elegancia y estilo, use medida y zapatos
apropiados. Y si puede ponerse una mini, se le verá sensacional. Si posee manos que
son su alegría, protégelas con cremas, mantenga las uñas largas y bien cuidadas;
aprenda a manejarlas adecuadamente, como una bailarina de ballet.

Usted debe saber que algunos modelos fueron elegidos para anuncios de publicidad solo
por sus manos: para modelar guantes, anillos, pulseras, esmaltes de uñas, cremas, etc.;
otras solamente por su cabello hermoso, al que mantienen siempre limpio, sedoso,
impecablemente por su cabello hermoso, al que mantienen siempre limpio, sedoso,
impecablemente arreglado, para atraer así las miradas y desviarlas de aquellas partes del
cuerpo que no son atractivas.

Preocúpese por su imagen personal. Esto jamás podrá ser considerado señal de vanidad;
es una muestra de cortesía elemental para con sus semejantes.

¿Porque nos preocupamos por vestimos? ¿Por pudor, calor, frío, o por el pecado de
Adán y Eva?

En realidad, lo hacemos porque nos respetamos y respetamos a los demás.

Usted no podrá presentarse a una discoteca en biquini, ni a la playa en vestido formal.


Lo fundamental es que se conozca y se acepte tal como es, con todos los puntos
positivos y negativos que tiene; haga todo lo que esté a su alcance para mejorar su
apariencia personal en todo sentido.

Una lamentable anécdota atribuida al famoso escritor Honore de Balzac ilustra estos
conceptos: “En una ocasión, Balzac envió una de sus novelas a cierto editor de París,
quien después de leerla considero que bien podría pagar por ella unos tres mil francos.

Entonces, decidió acudir a la casa del escritor para tratar sobre el asunto. Al entrar en el
barrio miserable en que vivía, con las calles llenas de fango y mal olor, considero que
dos mil quinientos francos podrían ser suficientes.

Cuando vio el portal pequeño, maloliente y tan oscuro que conduce a su casa, decidió
que tan oscuro que conduce a su casa, decidió que tan solo pagaría dos mil francos. Al
ingresar en el piso destartalado y polvoriento, con los cristales rotos, considero que una
oferta de mil quinientos francos era más que generosa.

Pero cuando vio al célebre novelista francés mal vestido, congelado y con una cara de
no haber comido bien, el editor, con un gesto lleno de magnanimidad le ofreció sólo mil
francos”.

Nunca olvide que la imagen que proyecta a los demás no se basa únicamente en el
magnetismo, o encanto, ángel o seducción que tiene. Hay muchos otros elementos que
forman parte de ello.
● El lenguaje de su cuerpo: como camina, como se sesenta, como se para, como
sube al automóvil, como sale de él, que hace con sus brazos; en fin; todos esos
movimientos conscientes e inconscientes que constituyen la expresión de su
cuerpo.
● Su buen gusto, tacto y elegancia para vestir; su forma de hablar, de reír, el tono
de su voz y los gestos que hace al hablar y por supuesto, su forma de expresión
hasta en los momentos más íntimos.

Busque su propio estilo

A todos estos elementos los puede usted llamar estilo y no ha

y duda que lo mejor es desarrollar uno propio, personal, individual para así distinguirse
de los demás.

Tienes que estar de acuerdo en que una imagen positiva y un estilo correcto pueden
llegar a ser más importantes que toda la belleza física.

Si logra proyectar al mundo que la rodea la confianza y seguridad que es capaz de


desarrollar por sí misma, al saber que su estilo es el adecuado, tendrá asegurado el éxito
en todos los campos.

Por eso es importante que su imagen sea la más positiva y que refleje al máximo su
atractivo personal interno y externo, aunque sea consciente de no reunir los atributos de
una belleza extraordinaria-

Por todo lo dicho, recuerde que es importante para usted proyectar siempre una buena
imagen personal, ya que según reza el adagio popular. “¡Así como la ven la tratan!”

Cuando hablamos de belleza natural, tendríamos necesariamente que destacar aquellos


ojos sombreados y profundos, un corte clásico de rostro, cabello sedoso y largo, talle
esbelto y proporcionado, rasgos que una mujer recibió de sus padres.

Sin embargo, aquel templo de Dios le dio para que lo cuide y estime, espera que trate de
perfeccionarlo, no importa cuán bello sea.

Miles de mujeres bellas en todo el mundo se esfuerzan diariamente por destacar y


conversar su belleza. El complemento ideal para lograrlo es buscar la elegancia; es
decir, el mayor grado de armonía entre su belleza natural y los atuendos que luce, en
calidad de proporción adecuada.
dígame cómo se viste y…

La manera de vestir transmite a las personas el perfil de su auténtica personalidad,


revela cómo es realmente.

Generalmente la ropa puede decir si es estable o cual es el grado de sus normas morales.
Puede demostrar si es rebelde o inconforme, y hasta puede servir como tarjeta de
identificación.

Algunas personas se visten con la intención de atraer al sexo opuesto, otras para lucir
mayores de lo que en realidad son o para quitarse algunos años de encima: las niñas
eternas.

Por muchas razones, es fácil entender por qué es tan importante la ropa que usamos.
John T. Melles advierte: “La ropa que usamos crea profunda impresión en la gente que
nos ve, e influye mucho en cómo esas personas nos tratan”

Levanta el ánimo, la cabeza, sonría vista elegantemente, con seguridad y aplomo, y


notara la diferencia.

El secreto está en transmitir el mensaje correcto: “Soy una persona equilibrada, feliz,
auténtica, responsable, sin tener que copiar a nadie”.

Siempre digo en mis clases que las copias sólo son válidas sobre el papel carbón o
impresora, nosotras debemos ser auténticas, irradiar personalidad propia a la
individualidad”.

Obviamente, la idea de ser única (personalidad definida y auténtica) no implica


necesariamente pelear y estar siempre en contra de todo: al contrario; buscar la armonía
con la gente es normal dentro de la juventud.

Como vivimos dentro de una sociedad, debemos respetar leyes, principios y reglamento
para vivir de acuerdo con normas de conducta y de imagen personal.

Cierta vez una alumna me comentó, “Trato de complacer a mi par que no me critiquen

“, y otra me confesó: “Yo utilizo bien los cubiertos y la manera adecuada de comer solo
cuando estoy en compañía de gente mayor o en familia, nunca con mis amigas porque
se burlan de mí.

¿Inseguridad o falta de confianza? Creo que ambas cosas.


Amoldarse a un sistema impuesto dentro de los jóvenes es tan difícil que existe el riesgo
de volverse prisionera de las normas de grupo: como vestir o hablar, que hacer o pensar,
son normas de las que debe huir.

Lo más inteligente y apropiado es buscar su realidad, sentido común, sus propios


valores, y respetarlos siempre. Recuerde que “si apariencia habla de usted frente a los
demás, por eso debe tratar que siempre sea lo mejor”.

Hace algún tiempo leí un artículo de Rita Freedman que me cautivo. Decía: “Aprenda a
amar su belleza se encuentra dentro de usted misma, en su mente. La imagen que se
haga de su físico tiene que ver poco con la realidad objetiva; ¡pero es la que proyecta y
la que los demás ven!”

Cada mujer lleva dentro una imagen determinada de su aspecto. su autoimagen, la idea
que tiene de como se ve. Esta autoimagen, la idea que tiene de como se ve. Esta imagen
física está en constante cambio porque el cuerpo cambia no solo con la edad, sino
también con las enfermedades, el cansancio, la maternidad, el amor, el gimnasio; con lo
que come, duerme, piensa…

Cuando usted se siente orgullosa, satisfecha, se yergue; cuando está decaída se


encorva, se achica. La moda por supuesta influye. Pero esta forma de verse es ante todo
una cuestión social. Tiene origen en sus vivencias diarias.

¿Cómo se ve? Dependerá de cómo los demás la ven.

El piropo, el halago, aquel silbido que recibe le pueden levantar el ánimo, y todos
sabemos cuánto puede afectar, para bien o para mal, un comentario lanzado al azar
sobre su aspecto.

La imagen que tiene de su cuerpo es una compleja combinación de actitudes,


sentimientos y valores. Si usted quiere, cada vez que se mire al espejo puede ver la
imagen de una belleza. ¡Solo depende de que la lleve adentro!

Bien arreglada y mejor vestida

Para cualquier día es posible estar bien arreglada y mejor vestida por menos dinero que
en cualquier otra época.
El mundo actual le permite a usted expresar su personalidad a través se su arreglo e
imagen, ya que vestir con propiedad es una demostración de cultura, de respeto hacia
uno mismo y por los demás.

El potencial de sus metas y realizaciones es prácticamente ilimitado y todas las


restricciones de antaño van desapareciendo rápidamente.

Si usted cuenta con el empuje necesario, experiencia, preparación, oportunidad y talento


para desempeñar un trabajo, quizás sea el único obstáculo que le impida alcanzar el
éxito es la impresión que usted da de sí misma.

Un gran número de personal talentoso no ha logrado una realización completa no por


carecer de méritos, sino porque no supieron cómo vestirse y presentarse, o quien sabe si
ni siquiera les importo…

Como verá usted debe considerarse como una mercancía que está a la venta en el
mercado de trabajo.

Aunque nos resulta difícil aceptarlo, “la apariencia de un producto es casi tan
importante como su ingreso”.

Hace algún tiempo, trabajando para una empresa bastante conocida en nuestro

o medio. Allí me sorprendió mucho enterarme de que los fabricantes de cosméticos a


menudo invierten más en el envase que en el producto mismo.

Basan su criterio en que los consumidores, en su condición de seres humanos, están


motivados por los cinco sentidos: ver, oír, oler, gustar y tocar además de percepciones
extrasensoriales como la intuición, asociaciones de la memoria y otras muchas más.

En otras palabras, compran el “paquete” completo, no solo el producto en sí.

Justa o injustamente, estas motivaciones son las mismas que aplican los directivos de
una empresa al elegir a un candidato para cubrir una vacante o en caso de decidir una
promoción.

No solo juzgan su desempeño, pasado y presente, y su experiencia, sino también su


presentación.
Vivimos en un mundo brutal: la mayoría de la gente no repara en el brillo de su mente,
sino que observa su ropa, su cabello, sus uñas, sus zapatos, sus dientes, en otras
palabras, ¡su apariencia!

Si les agrada lo que ven, quizás se interesen en mirar más allá.

“No existe una segunda oportunidad para causar una primera buena impresión”.

Como dije al principio, he llegado a la conclusión que en este comienzo de siglo es


posible para cualquier mujer estar bien arreglada y mejor vestida, por menos que el frío
o la falta de amor. , que en cualquier otro tiempo.

Lo que piensa de sí misma, la imagen personal que guarda de usted puede ser positiva o
negativa. En esto consiste la autoestima, que veremos más adelante.

Su imagen depende fundamentalmente del grado de autoestima que haya logrado


cultivar. Esta autoimagen no es consecuencia de ser bella o fea, o tiene defectos; es
alimentada genéticamente por el sufrimiento, la enfermedad, el hambre, el frío o la falta
de amor. El estar bien arreglada y vestida contribuye a mejorar su autoimagen de los
demás.

El doctor Robert Click, de Estados Unidos, narra un experimento verdaderamente


ilustrativo: “A una mujer se le dijo que se le iba a maquillar una cicatriz en la mejilla
derecha. No se lo maquillaron, pero ella no lo advirtió y se enfrentó a una persona
desconocida.

Interrogada sobre su experiencia, ella relató que el desconocido había fijado toda su
atención únicamente en la cicatriz de su cara y que le había hecho sentir muy
incómoda”.

Eleanor Roosevelt comentaba sabiamente que podía mejorar su imagen personal. Para
ello, es necesario que se mire en el espejo y agregue ese toque de buen arreglo y el
mejor vestido antes de salir a la calle. Cuando la haya ensayado ya podrá decir: ¡Ahora,
a triunfar!

Capítulo 5

“El hombre no vale por el apellido, ni por lo que tiene, ni por lo que dice, principia
a valer por lo que hace, y vale de veras por lo que es”.
La autoestima, fundamento de una buena imagen

Debemos empezar por queremos y valoramos

El título resulta una verdad tan grande como una catedral. Efectivamente, si nosotros
mismos no nos amamos y valoramos, este sentimiento se transmite de algún modo a los
demás, y nadie se sentirá impulsado a querernos y a apreciarnos como personas.

Todo ser humano necesita haber completado, el llegar a su adolescencia y pubertad, un


desarrollo integral en sus dimensiones biológicas, psíquicas y sociales.

Sin la madurez suficiente en esos tres campos no podría mantener su relación con Dios
hacia arriba, con la sociedad a su alrededor y con la naturaleza hacia abajo.

No obstante, el desarrollo materialista de la sociedad, parece que el hombre y la mujer


de este meditan sobre los valores humanos, que, en presencia o ausencia, los pueden
constatar día a día en sus vidas.

Los valores son, como dice el filósofo Guillermo Mora: “Las grandes convicciones
humanas de lo que es bueno, de lo que es mejor y de lo que es óptimo”. Esta apreciación
de la vida nos permite recibir mejor el mundo, aceptarlo o rechazarlo y llevarnos mejor
con las personas.

Precisamente, el valor inicial, el primero y más importante es la AUTOESTIMA porque


tiene que ver con usted misma.

Es la autoevaluación de su ser, el respetarse, apreciarse, considerarse, amarse, estar


segura de sí misma, en proporción y equilibrio suficientes: que pueden conformar ¡SU
DIGNIDAD!

La autoestima, cuando aparece en proporción suficiente, es generadora de voluntad para


emprender, abarcar, aspirar y conquistar nuevos mundos, esforzarse y siempre coronar
la lucha con éxito.

Su autoestima estará presente a la hora de escoger, de decidir y de actuar, por eso sus
actitudes son el reflejo inmediato de esa valoración que guarda dentro y que le ayuda a
comunicarse con los demás, a convivir con la gente, a realizar sus sueños y a encontrar
la paz que tanto anhela.

Su carácter y personalidad también están presentes en el perfil de su imagen personal.


Desde el periodo de su adolescencia, sus valores han ido dando forma a un patrón de
comportamiento que le llamamos carácter y que ha de contribuir al éxito diario en sus
actos.

A lo largo de su vida ha recibido experiencias negativas y positivas que habían


moldeado y robustecido su carácter, por eso ahora deberá proyectar una imagen de
belleza y seguridad en sí misma.

Precisamente, en casos en que la autoestima es insuficiente y su personalidad insegura,


debe reforzarlos con cuidados extremos de su ser, preste atención a su cabello, cutis,
cuerpo, acuda a un centro de belleza y mejore su aspecto físico. Todo este esfuerzo le
hará cambiar su actitud consigo misma y mejorará su autoestima personal y por ende su
buen carácter.

En todas las épocas y en todas las culturas “la belleza” ha sido admirada como algo muy
especial en el ser humano y en cambio se ha satanizado “la fealdad”.

las personas somos crueles con todas aquellas que no son bellas, y en cambio son feas,
gordas, flacas, bajas, altas, narizonas, mofletudas, pecosas, ”chica piernas” por lo que la
burla hace perder autoestima con mucho rapidez.

No se puede tolerar.

Otro de los puntos discutibles es el apodo, aquel que se dice justamente donde más
duele: cabezón, cuatro ojos, roba focos, plátano mosqueado, Dumbo… y dejan huellas
imborrables a pesar de los años.

No existe un criterio universal y absoluto de lo que es o debe ser lindo o feo, precioso o
horrible. La belleza es algo relativo a la época y al lugar como por ejemplo la belleza
Twiggy, la modelo escuálida y famosa de los años sesenta.

Nadie es dueña de la verdad absoluta. toda esta enseñada por la sociedad y el medio
ambiente y etiquetado.

¿A dónde quisiera llegar en materia de autoestima?

A que la definición de “Bella” sea un concepto de que usted pueda decidir de acuerdo a
su propio criterio. Y por “porqués”, pueden llegar a sobrar. Solamente crea y sienta:
“me gusto porque me gusto”, “soy bella porque me siento bella y punto”.
No importa su estatura o grosor, si robustece su autoestima, sentirá una fuerza
tonificante en todo su ser.

No solamente es el tamaño, físico. Se cree también espiritualmente. el mundo es más


bello cuando se siente bien consigo mismo.

Es curioso el comportamiento humano. Podemos tolerar a nuestra pareja o un hijo feo y


nos sentimos atraídas hacia ellos; pero somos impecables con nuestra propia
autoimagen. Al respecto Walter Riso nos dice: “Lo importante no es ser bella, sino
gustarse a sí mismo”.

Y este famoso Psicólogo también cuenta que:” Una de sus pacientes mantenía la firme
convicción de que no era atractiva, siendo en realidad muy hermosa. Pesé a los intentos
de persuasión, su idea se mostraba inquebrantable; Doctor decayó le agradezco
sinceramente los esfuerzos. Entiendo además que usted jamás me diría que soy fea
porque me precipitaba al suicidio, o a cometer cualquier locura…”.

Se decidió practicar procedimientos objetivos para mostrarle a la paciente la realidad tal


cual era. Se diseñó un experimento típico de medición de actitudes para convencerla de
que no era una mujer fea. La paciente está en la cafetería de la universidad junto a dos
mujeres atractivas elegidas por ella. Se le pidió a un grupo de cien estudiantes que
evaluaran en una escala de unos diez el grado de belleza, atractividad, deseabilidad y
sensualidad, tanto de la paciente que como de otras mujeres que ella había seleccionado.
Como era de esperarse, el 95% de los estudiantes la evaluaron como muy bella, sensual,
atractiva y deseable.

Se le sugirió que pensara y meditara en los resultados obtenidos ya que estos no


confirmaban la supuesta fealdad. La paciente se mostró sorprendida y anonadamiento.
Pensión rato y luego contestó: Es increíble…No puedo creerlo…Estoy realmente
sorprendida… ¡Jamás pensé que la gente tuviera mal gusto!

Cuenta el Doctor Riso que, pese a la evidencia irrefutable de los datos obtenidos, nunca
pudo hacerlo cambiar de opinión. Su idea era absolutamente inmodificable. Se sentía
fea”.

¡Usted es bella, siempre bella!

A Peral Bailey le gustaba decir:” Dios no ha hecho chatarra…”. Recuérdelo siempre.


Tenemos que pensar que la belleza no tiene molde, cada persona tiene su propia belleza,
su individualidad, su personalidad, su estilo propio, su yo ¡miren sus manos, sus dedos,
sus huellas dactilares!

En cada rostro existe una belleza personal que solamente es única persona puede poseer,
no se puede ni debe imitar, ni se repetirá en la historia de la humanidad. Las
repeticiones y las copias eran válidas antiguamente con el papel carbón y actualmente
en el el mundo de la modernidad con las impresoras, pero con los seres humanos,
creados por Dios como seres únicos e irrepetibles. ¿No es más que suficiente para
sentirse bella y única?

Generalmente, la belleza existe donde se establece la armonía, que se da cuando hay


orden. Por ejemplo, en el arte del arreglo floral Ikebana, la tradición se basa en el orden,
las flores son colocadas en tres niveles, que representan el cielo, la tierra y el hombre.

Usted posee una propia belleza si se siente alegre, mista, llena de vida, joven con fe y
con una actitud mental positiva. Me refiero a esa auténtica belleza que trasciende lo
meramente humano y que se traduce muchas veces solo en belleza física.

Por lo general nos olvidamos de educar los ojos para apreciar lo bello que existe a
nuestro alrededor, en el hombre mismo, en las olas, en el mar, en una puesta de sol.

Igualmente, en el colorido y la diversidad de las flores, en una mariposa volando, en el


pilar de un ave al amanecer, en el arte y en la música: Ni que decir de un buen libro, de
una poesía, en el plato decorado con amor, en ese postre hecho por la madre cariñosa,
en la mirada inocente de un niño, o en el canto de una gaviota.

Si desea ser siempre bella y joven dedique tiempo a capacitarse, a crecer, a mejorar, a
ilustrar su conciencia, su interior, su yo del corazón que es donde vive Dios.

Por más bonita que sea, si permanece odiando, guardando rencores, sin olvidar viejos
resentimientos, sin perdonar, chismeando y criticando, no podrá impedir que aparezcan
sombras en sus ojos y en un rostro.

Está comprobado que la fisonomía de una persona refleja toda su vida, lo que ella es y
lo que ha sido, y se traduce exteriormente en su apariencia a través de sus pensamientos,
emociones, en sus sentimientos acumulados en el interior de su propia mente y en sus
actitudes frente a su propia vida.
La mujer auténticamente bella es la natural, espontánea, con personalidad propia,
aquella que sí sabe lo que vale y se merece y a la que le interesa ni le importa la
aceptación de los demás, si no la suya.

Su rostro no fue prefabricado, sino creado por usted misma a través de sus años vividos,
de todas sus acciones, de todas sus experiencias y de todas sus propias vivencias, ¡de
todas! En cierta medida usted fue su propio cirujano estético o su propio escultor.

Se dice de su rostro si fuera su “marca registrada”, viéndolo se podrá estimar la calidad


del producto.

La apariencia de una persona se torna en bonita o fea dependiendo de cómo se expresan


en ellas las vibraciones de sus sentimientos y emociones.

Una mujer entusiasta, llena de esperanzas, e ideales, de optimismo, de fe y amor tiene


una belleza que vale más que una permanente física. Esa es la belleza que atrae, que le
hace sentir bien y que la energía que emana es positiva, calmada y la hace radiante a la
vez.

Ninguna mujer debería lamentarse por no ser bonita, ninguna debería tener complejo de
inferioridad en relación con su apariencia, ninguna mujer debería sentirse más o menos
que otra, considerando que una mujer es única e irrepetible. El refrán “La suerte de la
fea… la bonita la desea” explica bien lo expuesto.

Somos las mujeres una obra maestra de Dios, perfectas y bellas.

¿Por qué se hace tan difícil aceptarlo en toda su dimensión?

Lo que resulta indispensable es que busquemos perfeccionar nuestra belleza, pero la


espiritual para poder manifestar desde nuestro interior toda esa belleza que resulta a la
larga la auténtica y la verdadera.

Por supuesto que es también importante y esencial tener cuidado para ser bellas
físicamente. Cuide su alimentación, preocúpese de hacer ejercicios físicos, duerme lo
que pida su cuerpo y también alimente su cuerpo espiritual con música y lecturas
apropiadas. Evite ingerir basura mental y física.

Si se renueva, no envejecerá.
El envejecimiento, empieza cuando era para progresar, de crecer, de soñar y de amar,
que es el objetivo de la vida.

Si se estanca envejece y es ahí entonces cuando se reseca el amor y también en sus


órganos vitales: su piel, sus músculos, su mirada, sus idéale, sus sueños, sus metas, su
vida entera ya no tiene valor, se olvidare de recordar que la vida es un regalo de Dios,
un don que tenemos que agradecer y bendecir cada día de nuestras vidas.

Capítulo 6

“La ropa que usamos crea profunda impresión en la gente que nos ve, e influye
mucho en cómo esas personas nos tratan.”

El arte del buen vestir

¡Busque la prenda que le cae bien!

Nada, excepto una mancha horrible, arruina tanto un lindo atuendo como un largo
incorrecto de la basta, las mangas o los puños. El largo idóneo lo determina el diseño de
la prenda, y la moda. Los diseñadores lanzan constantemente estilos nuevos para obligar
a la consumidora todo aquello que estuvo pasado de moda: trajes, sombreros, autos,
casa, y de esta manera, y estar a la altura de los demás.

Según algunos de los economistas, esto es lo que propicia el progreso: cuando algo se
deteriora en un tiempo determinado, lo elimina a la moda. Sin embargo, con un poco de
esfuerzo, aguja e hilo podemos levantar la vasta o acortar el largo de los puños o
mangas, de acuerdo con los dictados de la moda.

Aunque algunas veces imposible alargadas porque la basta es demasiado corta o porque
la tela, debido a su textura no acepta cambio alguno. Por ejemplo, el terciopelo o el
cuero, donde las huellas de costuras anteriores son imborrables.

Hasta que los diseñadores cambien sus métodos, nosotras las consumidoras y usuarios
debemos aceptar los constantes cambios para mantenernos al día.

Es importante que los atuendos que usted utilice reflejan las tendencias modernas, y que
usted, dentro de lo posible, siempre esté bien arreglada.

El sentido común y el estilo de sus compañeros de trabajo le indicaron la idea por seguir
para no vestir exageradamente.
El mismo principio se aplica a los pantalones: no los use en la cadera si su cintura o sus
rollitos no se lo permiten… Si pretende usarlos, por favor vigile que su corte sea
impecable, al igual que lo largo.

En el mundo cambiante de hoy no hay reglas tan rígidas como en las épocas de nuestras
abuelas. Pero si trabaja en un banco, jamás se presenta con el vestido de la abuelita, ni
tampoco en short.

Recuerdo de cuando tenía un cargo de departamento de Promoción de un banco se


usaban las minifaldas. Esta demás describir la revolución que desatinada idea. Tuve que
mandarle a su casa para que se cambien luego de vencer la resistencia de los gerentes
del banco que estaban más que entusiasmados…

Sin embargo, habría quedado mejor si estuviera sentado el sastre. En caso de duda,
recomiendo que apele su buen juicio y mejor criterio.

Sería ideal que todas las mujeres fueran esbeltas y lucirán siempre una figura perfecta…
pero esto no es realista. Precisamente la diversidad de tallas, tamaños, talles, cinturas,
piernas, hacen que el tema de la perfección se ha cada vez más interesante para la mujer.

Hay mujeres alta, tipo amazona, de buena contextura formidables hay que mirarlas dos
veces; y por contraste, existen mujeres pequeñísimas que causan un impacto admirable
porque el sentido de la proporción.

Quizás mejorando el sentido de la proporción pueda usted llegar a la perfección en su


arreglo y vestido. Claro que, para ello, es preciso que recurra para otras personas que
comparten el “buen ojo” con usted.

Para alcanzar la perfección, debe también mirarse el espejo sin engaños; así como
aprobar las prendas para decidir cuándo una falda es demasiado corta, o cuando un
cuello o mangas son inadecuadas para su figura.

La moda está llena de detalles femeninos, de variedad de telas y de su acabado. Incluye


pliegues, solapas, tocados, que resaltan la feminidad de la mujer acentúan la calle y
marcan las caderas para dar obviamente una insinuación agresiva a un mundo que
admira la belleza y la elegancia.
Si hablamos, por ejemplo, de pantalones, es una alternativa fácil y cómoda, además de
práctica y moderna. Se pueden llevar en distintas ocasiones, siempre que no atenten
contra los cánones de elegancia y buenas costumbres que la vida social impone.

La ropa y la imagen para el día son las más difícil de lograr. Este tipo de prendas es lo
que pone a prueba al mejor diseñador: aquel traje en día equivocado puede verse
ridiculísimo o ese escote playero que para el día de trabajo de oficina resulta algo
exagerado.

La moda es cada vez más práctica, más aplicable y al mismo tiempo más femenina y
bella. Pocas veces se ha visto en la historia de la moda tanto que escoger como en esa
época, para todos los gustos y tipos de mujer. Lo natural es verla como algo de belleza y
pura feminidad. tan simple como eso.

Otra de las piezas importantes en el guardarropa es el vestido clásico, versátil, elegante


y sexi. Lo mismo se debe prestar para el té de las cinco, como para ir a cenar o asistir al
teatro.

vestidos sencillos, de líneas rectas, hechos de seda muy suaves, con grandes escotes,
con tirantes o strapless, son ideales para fiestas, recepciones, cócteles o cenas.

Desde luego que la imaginación ayuda, sobre todo en el caso de quienes no cuentan con
grandes recursos. Muchas veces el buen gusto es económico, de tal forma todos tienen
una buena opción.

En este afán de buscar la perfección interviene un criterio que se lo hago llenar en


confianza de mis lectores: es mejor tener dos vestidos sensacionales que diez regulares.

Por eso, busqué aquel vestido que parezca un sueño y que destaque la mejor parte de su
cuerpo. Quizás algo femenino y auténtico de Givenchy, algo sexy de Aston o algo
exótico de Saint Laurent; las plantas de Bill Blass o los vapores vuelos de Lagerfeld,
¿sería posible tal sueño de elegancia? No se desanima, también lo puede mandar a
hacer… ¡tenemos muy buenos confeccionistas y modistas!

En todo caso, deje que su personalidad brille a través de su ropa.

¡Ahí debe estar usted, como una copa de champagne, refrescante y deliciosa!

¿Elegancia es calidad?
Se dice que es muy difícil que exista elegancia sin calidad.

Calidad en tela, en la lectura, en el acabado, en los accesorios, etc. Una prenda de


calidad proyecta elegancia por sí sola, y no hay que adornarla mucho.

Los errores que cometemos las mujeres al comprar y planear nuestro guardarropa
consisten en comprar demasiadas cosas de menor calidad, para disfrutar de variedad,
claro; esta es la intención. Sin embargo, esto resulta ser un error tan común como el de
comprar diez vestidos regulares en vez de preferir dos regulares de ensueño; o veinte
pares de zapatos baratos en diversos colores y modelos, en vez de tres pares de la mejor
calidad posible.

Para conseguir la calidad en el vestir, hay que empezar por controlar el afán de tener
mucho y aprender a ser más selectiva.

Al hablar de calidad se tiene que aceptar lo más recomendado. Oscar De la Renta dice al
rechazar tanto lo muy ceñido como lo demasiado fluido: “Me gusta la ropa que caiga”.

Por eso maravilla a Nueva York con sus lujosos abrigos sueltos en combinación con
vestidos más cortos y las franjas en colores contrastes. Sus conjuntos de pantalón y
abrigo fueron exquisitos.

Este gran diseñador proyecto calidad en sus sus ideas sobre moda femenina al decir: “La
tela debe ser suavemente”. No se ponga ropa ceñida al cuerpo que parezca metida como
un “calzador” o que se le arrugue o que marque todo lo que tiene en el cuerpo:
¡braseara, la trusa, el hueso salido, las costillas o los rollos desmongados!

El diseño para la noche es mucho más facial haber más fantasea disminuye el rigor.
“Cómo puede lucir feo un vestido de encaje, de terciopelo o con un bordado
maravilloso?”, se pregunta Valentino.

¿Después de todo, los maestros de la moda saben que la calidad al fin de cuentas
también resulta más económica?

Decálogo del buen vestir

Considere su figura: ¿Es alta, baja? Su contextura y peso: ¿Es delgada, gruesa, gordita,
flaquita?
● Su edad: hay que recordar que para que pueda llevar a casa ropa conveniente y
no desentone a la hora del compromiso.
● Su estilo. Considere los siguientes: exótico, inocente, casual, romántico,
deportivo, ejecutivo, sensual, glamoroso y sofisticado. Escoja El que mejor
convenga a su personalidad y a la ocasión.
● La necesidad de la prenda y su uso: ¿Para qué y para donde lo necesita? ¿Para el
día, tarde o noche? ¿Qué clase de reunión es? ¿Informal? ¿Semiformal o formal?
● La calidad. Mejor es poco bueno, por eso trate de conseguir calidad. Es probable
que una prenda que no dure la desilusiones rápidamente.
● dinero perdido.
● Los colores. ¿Qué color es el más apropiado para la ocasión? ¿Qué color le
sienta más? ¿Puede usar dos o más colores? Colores oscuros para la noche.
● El material. Los materiales concuerdan con la hora en que se usara la prenda.
Mañanas: telas fresas y juveniles. Tardes: algodones satinados, sedas, crepes y
poliésteres. Para las noches: gasas, raso, more, tafetán, organza, seda, encajes,
guipur y bordados de pedrería, por cierto, de acuerdo a la tendencia.
● Accesorios: infaltables, trate de combinarlos adecuadamente y evite usarlos en
exceso. Un Chanel con un collar de perlas siempre luce divino. El pañuelo,
atrévase a usarlo: ponlo en el cuello, el hombre, la cintura. Haga trabajar a su
imaginación.
● Carteras y calzado. Ambos deben ser del mismo estilo, color o pertenecen a la
misma gama de colores y material. La cartera se utiliza de acuerdo con los
tamaños y edades. Mujeres altas con carteras grandes y mujeres bajas con
carteras pequeñas. En el estilo formal no se usa una cartera ni zapatos de cuero.

Completamente este decálogo con el mejor peinado y maquillaje para la ocasión.

Jamás imite la elegancia

El vestido es algo que no puede dejar de apreciarse y llega incluso a contraer el refrán:
“El hábito no hace el monje”. En el caso de la mujer definitivamente si hace la
diferencia en su estilo y en su personalidad.

“Elegante” viene de “elegir” y este el latín “eligiere” que significa escoger con criterio y
gusto, elegir bien. La persona elegante es la que sabe elegir, la que escoge bien sus
prendas, su atuendo en general.
Es muy difícil de elegancia, ya que la moda en la mujer cambia cada año (todos
seguimos la moda), a diferencia de la elegancia masculina, que es tan estable como el
Misti en Arequipa.

La elegancia obedece a determinadas reglas que usted debe memorizar y recordar: la


edad, la hora, el clima y las circunstancias. La pregunta de rigor seria:¿Ser elegante es
estar a la moda?

Tomemos un vestido. Llevado por un joven, luce sublime: llevado una mujer de
cuarenta años, ¡ridículo!

De modo que nuestra reflexión sería pensar que un vestido no existe por sí mismo.
Sigue la ley de los líquidos: adquiere la forma del cuerpo que lo contiene.

La mujer que al verla pensar” que elegante es” merecerá por completo el calificativo de
elegante. En cambio a la que se dice “que vestido tan bello lleva” no está elegante, el
vestido camina solo…y¡¿qué paso con la percha?

Uno de los mayores obstáculos para llegar a ser elegante es el espíritu de imitación.

Resulta absurdo que quien tenga las piernas feas se empeñe en llevar mini con rayas
horizontales, volantes y carteras voluminosas; y aquella mujer que siendo rolliza se
empeñe en llevar faldas tubo pegadas al cuerpo como un guante y estilizadas carteritas.

De ninguna manera trate de imitar a las estrellas favoritas del cine o la modelo
internacional Claudia Schiffer.

Ocurre como con la moda, lo que en ella puede ser una elegancia clásica, a la que imite
podría convertirse en un mamarracho, tal como si a la mujer hogareña de temperamento
tranquilo se le ocurriera vestir y conducirse como una terrible vampiresa.

Toda mujer que desee ser elegante debe estudiarse a sí misma: sus gustos, aficiones, y
lugar donde se desenvuelve diariamente, ¿Quién es, adonde va, que quiere, ¿cómo lo
quiere, ¿dónde está situada y cuáles son sus metas y objetivos?

¿Siempre se prefiere la calidad a la cantidad?

Cuando una mujer está segura del vestido que lleva, muestra mayor soltura y
naturalidad en los movimientos, en su comportamiento. El vestir con dignidad dentro de
los medios de cada una es de suma importancia, ya que a la persona que no se conoce
íntimamente se le juzga por su imagen exterior, por todo aquello que ella representa.

Ser elegante y estar a la moda pueden ser muy diferentes.

Cada año cada estación nos traen cambios, a veces estos son pequeños y sutiles, otras
veces drásticos e innovadores, pero siempre inesperados.

Las nuevas colecciones que invaden las páginas de todas las revistas femeninas que son
un placer para la vista, muestran todo lo nuevo y distinto que los modistas han creado
para hacernos lucir tan atractivas, pero esto no quiere decir que estén diseñadas para el
común de las mujeres…. tenga cuidado.

Hemos mencionado que la mujer elegante es aquella que sabe escoger el vestido
indicado para la ocasión y hora precisa.

Uno de los trajes más funcionales es el de dos piezas.

Resulta ideal para los viajes, para la oficina, para ir de tiendas; y con una blusa fina y
accesorios adecuados, puede usarse inclusive después de las seis de la tarde.

Todo lo que se necesita es creatividad y sentido práctico, nos deje deslumbrar por la
moda y reconozca sus propias limitaciones, para no hacer el ridículo; y siéntase segura,
confiada y elegante: “La mona aunque se vista de seda, mona se queda”.

Capítulo 7

“Contarlo todo es el secreto para hacerse pesado”

El ingenioso oficio de la amena conversación

Estilo integral

Cuando se habla de estilo de la mujer, por lo común se piensa en aquello relacionado


exclusivamente con el vestuario, peinado, maquillaje, es decir, la imagen física.

sin restar importancia a estos factores, considero que cuando resultan influyentes, no lo
son todo, Hay otros factores que contribuyen a crear la mejor impresión de una mujer
para consolidar su estilo e integral.

● No hay límite, por ejemplo, cuando se trata de elevar el nivel intelectual,


¿Como? Leyendo asistiendo a seminarios, conferencias, curioso formativos. Al
mejorar su nivel intelectual habrá contribuido no solo al mejor rendimiento de su
trabajo, si no a su mejor relación con la sociedad, si no que conquistara un más
alto nivel de realización de sí misma y un mejor y más fluido lenguaje para su
comunicación con los demás.
● Es posible que mejorar su nivel intelectual le permita ofrecer una mayor
contribución de sí misma, sin temor a mostrar su talento y ambiciones. Podrá
usar todas las transparentes oportunidades de aprender y mejorar, buscando lo
mejor que hay en usted y explorando al máximo.
● En su vida de relación, el crecimiento intelectual le permitirá expresar sus
criterios con razones valederas, pero sin alterar, pero con firmeza.

Defina su personalidad, aprovechando las experiencias adquiridas para evitar


errores y mejorar sus relaciones con los demás.

Parte de su estilo, por ejemplo, puede ser el uso y aplicación oportuna de


algunos proverbios que comparto con usted:

● “De nada vale la razón de un sabio si no sabe cómo expresarlo”.


● La palabra es un instrumento de bien, no un arma de ataque.
● “Los términos rebuscados encierran pocas verdades”
● “Vale más una palabra sincera, que veinte hipócritas”.
● “Los sabios esparcen sabiduría con sus labios, los negocios hacen con su mente
todo lo contrario”.
● “Al que le gusta ofender le gusta pelear: el fanfarrón provoca su propia ruina”.

Parte de su estilo integral es el reconocimiento de la puntualidad y responsabilidad.


También es usted reconocido por la cortesía, urbanidad y buenas costumbres que exhibe
a cada momento. Evite hacer el ridículo y haga uso de la discreción para mantener
buena imagen con sus amistades.

Al darse cuenta de su propio valor como ser humano, mejorará cada día las normas de
conducta antes mencionada y habrá creado para usted un sello de individualidad
incomparable, un estilo de vida del que no escapará detalle alguno ya al que por ello
hemos llamado integral.

Importancia en la comunicación
Mientras más nos remontamos mejor dispuesto para la conversación encontramos al ser
humano en el tiempo.

La comunicación oral fue, cuando no existía escritura, la única forma de transmitir la


cultura de padres a hijos.

E n la familia o el diálogo hogareño, se hallaba cierto placer espiritual; se disfrutaba de


los enfoques y opiniones ajenas; y se revelaba el propio ingenio y los aportes de quien.
Se acostumbraba realizar prolongadas y divertidas sobremesa donde los padres, abuelos,
hijos y nietos disfrutaban e intercambiaban ideas, comentarios, anécdotas, vivencias
propias, chistes y experiencias de todo tipo.

Recuerdo con mucha nostalgia aquellos tiempos en que las clases se dictaban con
horario partido y en el colegio esperábamos con ansias la hora de salida a doce del día,
no solo por el rico almuerzo que nos esperaba, sino también porque nos reunimos con
nuestros padres. Éramos cuatro hermanos y con nuestros abuelos maternos ocho
alrededores en una mesa larga donde todos contábamos nuestras experiencias y
vivencias ¡Resultaba un encuentro encantador!

Por eso siempre es grato observar algunos vestigios de esta costumbre tan interesante y
provechosa, aunque fuera con matices europeos, al visitar las avenidas Larco y diagonal
en Miraflores. En cafés al aire libre o en las aceras, mientras se bebe un delicioso café.
La gente todavía practica el arte de la conversación, sobre asuntos de negocios, política,
vida social, o temas de interés general.

Afortunadamente, el diálogo, como expresión de las relaciones humanas, no ha muerto.


Muchos entendidos o comunicadores en cambio afirman que el proceso no tarda en
desaparecer, pues vivimos una cultura de la imagen, light, sin profundidades.

Sigo sintiendo que no puede morir el intercambio de ideas sea una necesidad para los
seres humanos.

Mi amigo Oswaldo Avilez me contaba, que tiene un grupo de amigos ante los cuales se
reúne, todos los miércoles antes de ir a trabajar, ¡desde hace 28 años!

Han pasado tantos años y aún dialogan sobre un país mejor con optimismo y alegría…
¿el éxito de esas reuniones?, simplemente el diálogo…la comunicación humana.

La TV ¿La intrusa en la casa?


Todo iba bien para el buen conversador, deseoso de comunicar sus ideas y sentimientos,
hasta que se inventa la radio y la TV: sh! ¡ish! “Silencio por favor, ahora empiezan las
noticias”, se escuchaba por allá por los años treinta y cuarenta, cuando la familia se
reunía en la sala para la tertulia en la noche.

Llegaba la hora de escuchar el noticiero y era importante mantenerse al día con las
noticias; para ello era preciso guardar silencio mientras el aparato de radio estaba
encendido. Gracias a la maravilla de las ondas hertzianas se transmitía a cada familia las
noticias desde una cabina ubicadas a cientos y miles de kilómetros de distancia.

Allí recibió su primera herida de muerte el arte de conversar. Junto con el noticiero
llegaron las radionovelas, los programas cómicos, el fútbol, los cuales requieren silencio
y atención de parte de los frustrados conversadores.

Pasaron los años y el avance tecnológico trae la televisión al hogar y muchos jefes de
familia pensaron que el mejor lugar para ubicar el receptor era la sala o el comedor, en
muchos casos en los dos lugares. ¡Adiós a los hogares felices de tertulia, hay una amena
charla! Pronto, el jefe de familia decidió que, para evitar discusiones desagradables
sobre el programa a elegir, se debería dar a Juan Carlos y Jenny un televisor para cada
uno. De esa manera acabaran las riñas familiares que la intrusa había generado.

Y allí los tenemos ahora cada quien en la habitación en un culto irrenunciable al


personalismo y una de vocación suicida por el aislamiento. El arte de conversar, a esta
altura, ya agonizaba…

Los miembros de la familia se saludan con monosílabos y muy pocas veces tienen la
ocasión de conversar o intercambiar palabras. Y lo peor es que son personas…

Para rematar, llegó el horario corrido impuesto ahora en las oficinas, fabricas, colegios y
servicios comerciales. La familia característica que se queda a almorzar está constituida
por mama (sino trabaja también), la tía Edda, la hermana bebita y el perro. ¡Ah! Por
supuesto, el televisor colocado en lugar de honor del comedor, para dejar de ofrecer la
telenovela casi del mediodía o el alucinante talk show.

Algunas faltas imperdonables

Es difícil recopilar bajo un solo título y recomendable todo lo que usted debe saber para
establecer conversación con sus amigos y tener éxito en las relaciones humanas, debido
al carácter o aquello que es considerado una falta en su relación con los demás.
● No toque el hombro o brazo de la persona con quien está conversando, salvo
extrema confianza.
● Jamás deje notar que está aburrido en la compañía de otras personas; por lo
menos, si les tiene aprecio.
● Evite acercarse demasiado a una persona. Tampoco debe mirarla fijamente sin
pestañear.
● Es bueno mirar a la persona con quien conversa, pero no con exageración.
● no salpique la conversación con fines como ¿Me entidades?,¿Vez? ¿De
acuerdo?,¿Me explico?,¿Me comprendes?,” No te creo”,” ¡Mentira!”,” No es
cierto”,” ¿Si?”,Etc.
● No interrumpa una explicación debido a que la lentitud con que habla la otra
persona le molesta.
● No se entiende, con palabras ni con tono de voz, que lo preguntado es de
conocimiento general, hasta entre los necios.
● Evite hablar de enfermedades, muerte, religión sexo o pornografía en una
reunión social. Es de pésimo gusto.
● No le hago eco a los rumores o chismes; lo más prudente es evitarlo o
escucharlo o disculparse “soy respetuosa de la vida privada de los demás”
● No caiga en la vulgaridad de alabarse a sí misma ni en la tontería de rebajarse.
● Evite disminuir el mérito de una persona ausente a quien se le está alabando por
algún motivo.
● No se coloque en primer lugar cuando refiere su relación con una amiga: “Yo a
mi amiga Yolly”.
● No persista en un argumento si es que nota que causa incomodidad, con
elegancia y tino trate de ceder y dar la razón a otra persona.
● Evite masticar chicle en el transcurso de una conversación, ¡ni mucho menos
haga globos! A propósito, una persona de buenos modales y educada no debe
mascar chicle jamás. No podemos dejar de mencionar la costumbre que tenían
los norteamericanos quienes mascaban tabaco y escupan a diestra y siniestra
razón por la cual las británicas. Trollope los criticó duramente.
● No hable a otra persona al oído para evitar que le escuchen. Es de muy mala
educación.
● Evite hablar con un idioma extranjero delante de alguien si sabe que no lo
conoce.
● Tampoco bosteza ante sus interlocutores, aunque se sepa qué bostezar es un acto
involuntario del organismo.

Mi amigo Marco Aurelio Denegri me comentó alguna vez en relación al tema, que él
aguantaba a su pesado interlocutor, con un bostezo como termómetro, pero si este
repetía, se paraba y se iba.

Secretos del buen conversador

No obstante, ante la persistente incomunicación en la familia, salvo honrosas


excepciones, el arte de conversar constituye la herramienta fundamental en los negocios
y la vida familiar. Aparece con diferentes nombres, pero en esencia allí cada vez que el
padre de familia tiene que lidiar con temas como conciliación de conflictos, dinámica de
grupo, el arte de la negociación, las relaciones públicas o las relaciones humanas.

Saber conversar, argumentar, analizar, resumir, convencer, motivar es piedra angular en


la actividad empresarial y en la educación de los hijos. Por eso es de especial
importancia que rescatemos algunos secretos en el arte de conversar.

● Para hablar hay que tener algo importante que decir. En la conversación importa
mucho tener ideas, con claridad y a la persona indicada.
● Si su argumento o idea no es conveniente o de interés; es mejor que guardé
silencio:” Cállate o di algo mejor que el silencio”, afirma Pitágoras.
● Busque siempre un tema para hablar. Si lo invitan a una reunión, trate de
averiguar quienes asistieron e investigue sus aficiones, profesiones, hobbies. Es
mucho más fácil conversar con un conocido que con un extraño.
● Vivimos en un tiempo de revistas, periódicos, TV y en el mundo cibernético.
Busque los temas tratando de evitar aquellos que puedan resultar
controversiales.
● Practique el arte de escuchar, especialmente a personas cultas y bien informadas.
” Para saber hablar, es preciso saber escuchar”, sentenció Plutarco.
● Los largos monólogos, por elocuentes que sean, no son conversación. Debe
haber constante retroalimentación.
● “Lo bueno, si breve, dos veces bueno”, señalaba Baltasar Gracias, y agregaba:
“Y aun lo malo, si poco, no tan malo”.
● “Gracias y di lo quieras, como lo drogas presto”, le pidió Don Quijote a su fiel
amigo Sancho.
● Uno de los defectos más odiosos en la conversación es la pedantería. Por eso
siempre tome en cuenta el nivel intelectual de su interlocutor. Él lenguaje más
hermoso es el sencillo e informal, lejos están los políticos de entender esto…
● Si tiene una buena historia, trate de contar con la mayor oportunidad. busque el
momento más indicado, nos avergüence…
● No intenta lucir su ingenio, sino agradar a los demás.
● Si disfruta hablando trate que los demás también disfruten su charla. No repita
palabras como “yo, mío, mi”. En vez del” yo creo” pregunte ¿Qué piensa usted?
● Escoja el tema para la persona adecuada. No tiene sentido hablar de poesía o
literatura a un jugador de fútbol.
● No tiene que decirlo todo:” Fue un lunes, no, creo que fue martes, si,
decididamente fue martes”.
● Nunca interrumpa a la persona que habla. Excepto en casos específicos y con la
debida cordialidad:” disculpe ¡me permite una pequeña aclaración?”.
● El diálogo admite y hasta requiere la formulación de preguntas para que la
conversación sea amena e interesante. Sin embargo, no incurra en el error de
formular preguntas indiscretas, ni aquellas demasiadas abstractas y vagas.
● Evite los temas aburridos, aunque sea increíble encontrar muchas personas que
se entusiasmen si les habla de problemas de salud, conflictos domésticos,
cuidado de niños, de perros, recetas para cocinar, etc.
● Trate de usar la empatía, esa sensación que consiste en ponerse en el lugar de la
otra persona, y actuar para no ofenderla molestarla. Si piensa “mejor no diga
esto porque no le va a gustar”, está aplicando la empatía.
● No difunde un rumor dudoso referente a otra persona. Eso es conocido como
chisme. Si habla de otra persona en su ausencia, habla bien de ella o ¡calla para
siempre!
● Incluya a otros en la conversación; no tiene que monopolizar el tiempo las ideas
entonces deje que la “bola” vaya y vuelva en todas direcciones.

Recuerde

● Usted puede ser una buena conversadora


● Las personas la escucharan si tiene una idea valiosa que comunicar.
● Trata de rescatar el arte de conversar, especialmente con tus seres queridos.
● Para tener ideas frescas que comunicar lea revistas libros interesantes; observe
buenos y educativos programas de entrevistas en TV (por favor, seleccione con
juicio, ¡hay cada basura!).de ellos puede obtener un caudal de idea para su
conversación.
● Practique la sonrisa al conversar, pero que sea sincera.
● Escuche con ojos, oídos, corazón y mente.
● No aburra a las personas con temas molestos y largos.
● No interrumpa la charla de sus interlocutores.
● Nunca avergüence a otro contradiciendo de plano o probando que no tiene
razón; tampoco formulando preguntas directas o indirectas; que ponga al
interlocutor en situaciones difíciles. Esta clase de personas no son nada gratas en
la colectividad.

¿Cómo iniciar una conversación cuando se encuentra en un grupo extraño?

Qué difícil es entablar una conversación cuando no se conoce al grupo, ¿verdad? Usted
no sabe de qué hablar, su comportamiento se vuelve ceremonioso, no natural, forzado,
en fin, ¡es un atado de nervios!

Pero si observa serenamente encontrará que si existen temas naturales para iniciar un
tema de conversación: El acto social al cual está sintiendo puede ser un tema, si se trata
de una inauguración, la fiesta que se conmemora, en torno a la persona agasajada, sobre
la presentación de un libro, etc.

Asociación de ideas como los amigos mutuos, lugares visitados por algunos de los que
se encuentran en la reunión, aficiones similares, deportes, arte, lecturas, distracciones,
música, estudios realizados.

Es conveniente y muy importante volverse un experto en analizar a las personas;


preguntas: “¿Qué le puede interesar a esta persona?”. Y comience a hablarle de sus
estudios, trabajó, aficiones.

Verá el resultado si se acuerda de hacer valer el letrero que todos tenemos colgado
delante, que dice:” hazme sentir importante”; así logrará sus objetivos y se llenará de
amigos incondicionales.

¿Que debe evitarse?

Por cierto, las palabras más inoportunas, desagradables e impropias son “yo, mi o mío”.
La persona culta dice mucho en pocas palabras; en cambio el ignorante tiene que
emplear innumerables expresiones y dar muchas vueltas a la frase para poder
expresarse.

Jamás piense que usted es infalible, que no puede equivocarse; tampoco debe dar
muestras de nerviosismo, acalorarse con rapidez, ni emplear amaneramientos
innecesarios.

No ponga testigos de lo que está diciendo, como aquella frase: “Fulanito no me va a


dejar mentir”.

No gesticule demasiado, tampoco bostece ni emita suspiros elocuentes. Muchos menos


repitan comentarios sobre asuntos que no se conocen, comenzando con un “dicen
que ...” y viva fuera de los rumores y chismes malintencionados, y hemos dicho vivirá
mucho más tranquilo, se lo aseguro…

¿Qué hacer si oye una lisura?

La mayoría de las llamadas “malas palabras” están incluidas en todos los diccionarios y
existen en todos los idiomas, por supuesto que no tiene por qué emplearse ni
escucharlas pacientemente alguien las pronuncia en su presencia y con su mayor
impunidad.

La tendencia actual y su mayor impunidad.

La tendencia actual y su mayor modernidad sugieren tener cierta flexibilidad, pero


muchas veces ello hace que algunos caigan en extremos de vulgaridad,obscenidad o en
chistes subidos de tono.

¿Qué recomienda la etiqueta en este sentido?

Comience por no espantarse, darse golpes en el pecho o actuar como una puritana.

Si se escucha una palabra que se considera ofensiva o un chiste de doble sentido, lo más
recomendable en esta situación es la naturalidad.

no se vaya levantar impetuosamente para dejar plantado al grupo en que se está


hablando obscenidades; simplemente busque el momento apropiado para escapar de la
situación e integrarse a otro grupo.
No se le ocurre adoptar la actitud dramática de una virgen ofendida; el grupo la
aplastará con sus comentarios.

Si tiene un amigo que continuamente está lanzando vulgaridades y su límite de la


paciencia se está agotando, pídele directamente que modere su vocabulario.

Hágalo en forma amable pero firme. Si no quiere no tiene porqué ofrecer explicaciones;
usted no está violando el principio de la buena educación.

En el caso de quedar atrapada a un grupo sin poder evitarlo, aceptarlo, pero únicamente
entre amigos muy íntimos.

Sin embargo, hay que reconocer en este punto que existe gente con una “boquita de
caramelo” maravillosa, todo lo que dicen está fuera de lo permitido; pero lo hacen con
una clase y estilo envidiables, y que además se les permite decirlo con aprobación y
aplausos.

La “boquita” que tiene nuestra juventud es impresionante. La ventana de mi terraza se


veía a todas las alumnas, de todas las edades, se sentaban antes y después de las clases y
hablaban, conversaban, se reían y hacían bromas, Entonces, me levantaba y preguntaba
“¿quién se ha expresado así?”. Por cierto, que todas enmudecen y comprendí que
aparecía entre ellas como el ogro del castillo encantado.

Hasta que me canse de ser la mala de la película y hoy lo ignoro.

Pero siempre hacemos hincapié en este tema en las clases de etiqueta.

En la intimidad del hogar evite también el lenguaje vulgar o soez, además de ser
impropio puede convertirse en una bomba de tiempo…

Frases célebres que matan

Si, pero…

Ya lo hemos probado antes, no funciona.

Es irrelevante, no me interesa.

no tengo la capacidad.

El jefe nos matara si lo hacemos.

Gran idea, pero no para nosotras.


¡No seas ridículo!

No está en el presupuesto.

La gente no quiere cambios.

Póngalo por escrito.

No es mi responsabilidad.

¿Para qué cambiar? Sigamos con lo que funciona.

Seamos prácticas.

No es parte de mi trabajo, no me pagan por esto.

Hasta la fecha nos ha ido bien, así que, ¿por qué cambiar?

¿Qué diría la gente?

Yo no puedo…

Esto es para mí.

no tengo suerte todo me sale mal.

¡Tienes que estar bromeando!

No…no…no.

nunca lo aprobaran.

¡No lo creo!

Mentira…

Nunca lo hemos hecho

Es muy complicado.

No tengo suficiente tiempo para eso.

Nunca podré competir.

Deja que otra persona se encargue

No es política de la empresa.
Nuestros clientes no lo compraran

Es imposible

Es una pérdida de tiempo

Yo nunca podré … nací estrellada

No tenemos suficiente personal.

¡Es una pérdida de dinero!

¡Todos los hombres son iguales!

¡Todas las mujeres son iguales!

Por cada frase aprobatoria existen diez que desaprueben, disminuyen y matan las nuevas
ideas o las relaciones interpersonales.

Acostúmbrese a voltear las frases que matan, en lugar de decir “nunca, jamás lo
aprobaran”, diga:” haré lo posible para que aprueben”. En lugar de “no puedo”, afirme:”
YO SÍ PUEDO”.

Capítulo 8

“son las palabras el semblante del ánimo, por ellas se ve si el juicio es entero o
quebrado”

Lo bueno en etiqueta telefónica

Evite dejar una mala impresión

En lo relacionado con los buenos modales y la cortesía, resulta importante incluir la


conducta durante una conversación telefónica.

Este aparato que nos llevó del siglo XX a mejor puerto, ha recibido el maltrato
generalizado de las gentes de todas las épocas. De él abusamos con mucha frecuencia, y
frente a él adoptamos actitudes a veces poco correctas y de mal gusto.

¿Etiqueta telefónica? ¡Nada se rompe con más facilidad!

La peor falta, la más grave, la que tiene el poder de despertar instintos criminales, es la
de aquel que pregunta:” ¿De parte de quién?”, y de acuerdo con la respuesta, responde
“no está”; la contestación varía según quien llame, y esto resulta francamente ofensivo.
El teléfono es un medio de comunicación rápido y práctico de uso generalizado. Por
esta y otras razones ofrecemos algunas sugerencias:

● Si es usted quien llama, no comenta la impertinencia de iniciar la conversación


preguntando;” ¿Con quién hablo?” Lo correcto es que el que llama se
identifíquese. Si comete ese error se expone a que le contesten: ¿Quién habla? y
usted quedará en ridículo.
● Hable claro, concreto, cordial, conciso con las cuatro “C” elementales de una
buena conversación y correcta cortesía telefónica.
● Si tiene que ir a buscar algo, no deje caer el teléfono descuidadamente contra
una superficie dura.
● El ruido que se produce puede ser bastante doloroso. Y además es una falta de
educación dejar esperando al interlocutor por algún tiempo; preferible es volver
a llamar.
● La persona que llama es la que se despide primero y la que recibió la llamada
esperar a que sí lo haga a la otea. Si no se produce esta situación, está en su
derecho de terminar la conversación en forma de cortes.
● En casa ajena no debe usar el teléfono sin pedirlo antes, aunque esté a la vista y
desocupado.
● Si debe hacer una llamada de larga distancia desde una cosa que no es la suya,
debe pedir a la operadora la llamada con “tiempo y costo”; y antes de retirarse,
cancele la deuda inmediatamente.
● No es correcto pedir al anfitrión que le alcance la cuenta cuando llegue el recibo
del mes; no lo hará. ¡Y usted quedará como una fresca!
● Si llama a un número y le contestan que se ha equivocado ofrezca excusas en
lugar de tirar el teléfono. Si ocurre, al contrario, debe decir “tiene el número
equivocado” en lugar de poner simplemente el teléfono de vuelta en su sitio.
● No haga visitas ni fuente rollos de telenovelas por teléfono. Está situación
congestionó el tránsito y obstaculizará las comunicaciones, además del pago
extra que tendrá que enfrentar en su factura.
● Llame para comunicar lo que tenga que decir y despídase. ¡Para eso es el
teléfono!
● No llame a la hora de las comidas, ni antes de las comidas, ni antes de las ocho
de la mañana o después de las diez de la noche salvo excepciones.
● ¡No coma ni masque chicle cuando hable por teléfono”
● No deje de dar los encargos, mensajes telefónicos. Una libreta de notas y un
lapicero (que pinte) junto al teléfono suelen ser muy útiles. esto resuelve muchos
problemas. Anote nombre, apellido, encargo y no se olvide del número del
teléfono, la fecha y la hora de la llamada.
● Devuelve siempre la llamada telefónica.
● No cuelgue si la persona no responde después del tercer timbrazo. Dele el
tiempo suficiente, lo correcto es que suene por lo menos siete veces.
● Recuerde que “Las primeras palabras valen mucho y cuestan poco”.
● Cuando tomé el teléfono y contesté con una sonrisa: la voz se torna agradable,
acogedora y lo más importante, esto se percibe.
● Recuerde que la persona que llame debe identificarse.
● Respete el uso del teléfono público, generalmente hay otras personas esperando.
● Salude cuando llame, ya que estamos iniciando una conversación.
● No diga “no hay nadie en caso salieron de viaje”, puede ser peligroso.
● El uso del teléfono en el hogar es para toda la familia, ¡no lo acapares!
● Los niños pequeños no deben contestar, por gracioso que le parezca.
● Es una obligación enseñarle al servicio doméstico cómo se debe contestar y
llamar por teléfono,así como recibir los encargos.
● La persona que llamó en la que debe volver a llamar si se interrumpe la llamada.
● No escuche jamás conversaciones por el anexo, respete la privacidad de los
integrantes de la familia o compañeros de trabajo.
● Quien llama debe despedirse, salvo honrosas excepciones.
● Evite decir:” ya a ver si esta”; esto no es precisamente buenos modales.
● No incomode a la persona que llame preguntando:” ¿Reconoces mi voz, adivina
quién soy?”.
● No discuta por el teléfono. ¡Solo los cobardes se ocultan sin dar la cara!
● Aunque tenga un rato de ira, no cuelgue el teléfono. Resulta de pésimo gustó,
además de demostrar que no se sabe controlar.
● Si le contesta “la contestadora automática” no cuelgue asustada, sea directa en el
mensaje y no se olvide de mencionar su nombre y su número de teléfono. No
deje mensajes misteriosos ni haga bromas de mal gusto
● Si encuentra mensajes de estar ausente, devuelva la llamada.
● Recuerde las palabras mágicas en el teléfono “Por favor” y “Gracias”
● Y si se comete una equivocación, ¡aprenda a disculparse!

Sobre el uso y el mal del celular

Se ha convertido en una verdadera plaga. todo el mundo los usa, y en los lugares menos
indicados; en los espectáculos públicos, en conferencias, mientras guían el automóvil
(esta práctica está prohibida, es altamente peligrosa); con la cajita negra pegada al oído
deambulando las calles, hablando solos como desquiciados y ¡qué horror!, cierta vez
sorprendí a una dama, distinguida, por cierto, ¡contestando el celular en plena misa! Y
hasta un poeta peruano ha dedicado un poema al teléfono celular. ¡El colmo!

No vayan a creer que soy enemiga de este artefacto, ciertamente, tan útil en caso de
emergencias, de gran apremio, tener un celular resulta verdadera bendición.

Disponer de un teléfono portátil que podemos llevar a cualquier sitio ¡qué maravilla!

Pero sépalo de una vez: no lo podemos usar en cualquier sitio.

Si cuando eran caros y escasos, constituyeron signos de distinción, ahora, cuando se ha


popularizado. Pueden convertirse en signo de vulgaridad si se le usa en sitios
inapropiados.

Hay cosa que, simplemente, no podemos hacer. Por todas estas razones, les ofrezco a
continuación el decálogo del celular:

● Apáguelo cuando ingrese a una reunión o espectáculo público: llámese


sinfónica, concierto, teatro, cine, discoteca, restaurante, shows musicales, etc. no
se exponga a miradas de odio.
● Si está con alguien pídale permiso para contestar y sea lo más breve que pueda,
es lo mínimo que puede hacer por educación. Y si espera una llamada y está
acompañado dígale, será comprendida además de educada.
● No lo use mientras esté conduciendo un automóvil, bicicleta o moto, ¡no se
exponga a un accidente!
● Jamás pidas prestado un celular, ¡Es de pésimo! Salvo naturalmente por una
verdadera emergencia.
● Si está con un celular prestado, es estrictamente necesario.
● Utilice un tono adecuado a la circunstancia. Su comunicación falla, no grite. el
problema es de transmisión, y no de volumen.
● Si timbra durante una reunión formal, especialmente en una misa, un sepelio, un
velorio o en una clínica, no responda. Apáguelo rápidamente, ¡aunque debió
hacerlo antes de ingresar a la reunión!
● Si la llaman durante una reunión informal, escuece salga del ambiente y
responda brevemente.
● No lo ostente. ¡No sea cursi! No va a impresionar a nadie. No es un artículo
sofisticado ni le dará categoría. ¡Prácticamente todo el mundo lo tiene!
● No prenda el celular cuando tenga que ir al banco, a consultorios o una visita, es
de muy mal gusto. Si espera una llamada hágalo saber, sabrán disculpar la.

Mejora del sonido de su voz

El sentido de su voz en el teléfono es el ingrediente más importante para relacionarse


exitosamente. Si es débil en el teléfono se le juzgara también como débil persona. Si
tuviera o duda dará muestra de inseguridad, de que no espera conseguir lo que desea.

en quince segundos usted puede dar la impresión de su propia imagen. Todo depende
de usted: ¡usted es la que llama!

El cable telefónico es utilizado por ambos lados, por lo tanto, use el nombre de su
interlocutor varias veces; busque referencias o algo en común, pregunte y también de la
razón.

El tono de su voz debe ser fuerte y claro, buena pronunciación, dicción y educación,
tome notas de la entrevista y repita de lo que ha escuchado, creará una muy buena
impresión.

¡Recuerde que la voz no solo viene de la boca y su garganta sino de todo su ser!

Su postura y actitud es importante… todo esto es imagen”, existe una ventana por lo que
se le ve y se siente. Como se sienta, como luce, si cambia de postura, que hace, todo se
refleja e implica lo que siente y cómo lo ven los demás.

Observé su expresión, actitud e imagen cuando esté frente al teléfono; le dará muy
buenos resultados.

Emplee palabras positivas, reales, dinámicas, sinceras, con autoridad, confiando y


creyendo en cada una de ellas.
Cambie “lo siento. no puedo” por “tratare, no prometo resultados, pero tratare”. Y no
repita “debo ser honesta” o “la verdad es que …” ¿Acaso no es sincera ni honesta
cuando habla?

Ahorrar tiempo en el teléfono es el punto más importante cuando llama:

Hable del punto específico

Prepare notas sobre los temas importantes

Tenga ala mano papel para anotar

Grave su voz y corrija aquello que no le gusta

diga siempre la verdad, ¿Difícil de cumplir en un país como el nuestro?

Conteste entre la segunda y tercera llamada

Si tiene que dejar la llamada en “hola”, (en espera) nos demore. Luego diga “gracias por
esperar”

Verifique citas para evitar contratiempos

Use su nombre y el de la otra persona cada vez que pueda

El que llama inicia la conversación, tiene ventajas y autoridad

Respete el tiempo en el teléfono

capítulo 9

“No digas nunca con desdén eso es un detalle

La vida no es otra cosa: una serie de detalles”

Como comportarse en situaciones especiales

¿Cómo tomar la iniciativa de invitar a un hombre?

¿Cómo han cambiado los tiempos verdad? ¡Nuestros abuelos nunca se hubieran
imaginado que íbamos a tener la audiencia de invitar a un hombre!

Sin embargo, la etiqueta hoy en día considera que no es apropiado el que una mujer
tome la iniciativa para invitar a un hombre a compartir cualquier tipo de actitud.
De todos modos, yo creo que todas las mujeres han desarrollado el grado de decisión
que se necesita para romper el plano aquel concepto tradicional de que quien es el
hombre quien primero debe mostrar interés en una mujer.

Si usted se considera una de las mujeres de las que no prefiere adaptarse aún a la
posición femenina pasiva; si su intuición le garantiza que él está interesado en usted y
de que usted y que solo necesita de un estímulo final para decidirse a invitarla a salir por
primera vez… ¡Entonces está en sus manos darle el empujoncito definitivo que a la
larga muchos hombres necesitan!

La receta convencional es invitarlo a cenar a casa.

Inventa una cena cualquiera e invítalo, pero por supuesto, con un grupo pequeño de
amigos en común. Una cena con reducido número de invitados le permitirá controlar la
situación en todo momento. Y así le será posible estrechar la relación de amistad con
ese nuevo amigo que le interesa especialmente.

La próxima vez que coincida con él (ésta es la forma más audaz), encuentra o busque la
manera de mencionarle que es una excelente cocinera y que tal plato es su especialidad.
Si observa en él una respuesta positiva, una palabra o actitud receptiva a su sugerencia,
lo logró: invítalo a él solamente. Y puede llegar aún más lejos: invitarlo a que le ayude a
prepararlo. ¡Por favor, ponga interés y mucho cuidado, ensaye bien antes, no vaya a ser
que le salga el tiro por la culata!

Otra opción es invitarlo a asistir a una obra de teatro o exhibición, solo en este caso
tendrá que invertir, comprar los boletos y decir que tiene las entradas de regalo y
preguntarle si desea acompañarla.

También puede tantear y mencionar durante una conversación con el cuales son los
intereses. Si se da cuenta de que alguno coincide con los de él, sugiera compartir alguna
actividad seleccionada, e inmediatamente señale la fecha.

Si coincidieran a la salida del trabajo o de su centro de estudios, menciona que va en


dirección de un lugar determinado como una tienda, casa de discos o una librería…
aunque sus intenciones hayan sido ir directamente a casa. Es normal que él le pregunte
si quiere que le acompañe… ¡estará cumpliendo con una regla elemental de cortesía”
Hable de una nueva película o de una obra de teatro; si advierte que la muestra interés,
menciona la posibilidad de ir juntos. Si está de acuerdo, fije inmediatamente la fecha, no
pierda tiempo.

Cuéntele que está preparando un trabajo para la universidad , instituto u oficina y que
necesita tomar información determinada…pídale ayuda, ¡se la dará inflando como un
pavo real! Voltaire decía:” Si el pavo real tuviera alma, diría que está en la cola”.

En el caso contrario, si él le cuenta de algún trabajo o proyecto que está desarrollando,


ofrézcale su ayuda.

Coméntale que tiene que elegir un regalo para su padre, tío o padrino cualquier familiar
hombre y que esté desorientada, que la opinión de un hombre como él la ayudará
mucho… ¡seguro que se presta a ayudarla!

Aproveche que la etiqueta sugiere que un hombre preste ayuda a una mujer cuando lo
necesita, de manera que este es el momento de olvidar ¿se cómo funciona su equipo de
música, video grabadora, o la nueva computadora, y que no sabe navegar en internet…

Y por último: a muchos hombres les encanta demostrar sus conocimientos en el campo
de los automóviles, los aviones, los deportes, el tenis y el golf. Ofrecerles la oportunidad
de estar a su lado.

Atrévase, pero no caiga en las vulgaridades, que siempre son chocantes y puede llegar a
ser demasiado liberal y poco conveniente; ¡no abuse de la buena suerte!

Comportamiento adecuado en el cine y en el teatro

Toda cortesía elemental debe ser reconocida por todos.

No existe disculpa alguna por no practicarla: ¡cuesta tan poco y se gana tanto!

“Lamentable” es el pensamiento que acude a la mente de la persona que contemplan,


por ejemplo, a un grupo de gente que busca un sitio gritando y con ruidosa alegría;
hacen que todos los presentes estén pendientes de ellos. Dan prueba de vulgaridad.

Puede tener la seguridad absoluta de que toda persona educada que contempla o otra
tratando de llamar la atención experimenta un sentimiento de desagrado total.

En el cine en el teatro es frecuente, por ejemplo, el caso de personas que llegan tarde y
una vez junto a la butaca se dedican a quitarse con toda comodidad y lentitud sus
prendas de abrigo, sin preocuparse para nada de las personas que están detrás y tiene la
visión obstruida. Hay también aquellas que se ríen, tratan de hacer chistes y repiten que
nunca se han aburrido tanto; lo que queriendo poner de manifiesto su agudeza hacen
conjeturas a gritos sobre quién es el asesino o de cómo se ingeniería el protagonista para
salir del lío; los que comen caramelos, chocolates o bombones, ¡y producen la
impresión de estar alisando el papel celofán por metros!

Sobre todo en el cine, cuando se supone que va a terminar la película, hay algunos que
se ponen de pie, pero no se deciden a salir; y allí se quedan, produciendo natural
molestia a todos los que no creen que de este modo ganan tiempo para salir con prisa y
son más vivos.

En los conciertos y óperas, por cierto, hay que mantener una severa corrección por la
índole misma del espectáculo.

no se debe hablar ni comentar nada cuando se está representando.

Tampoco, esto no sería el colmo, se puede seguir con golpecitos o tarareando música, y
mucho menos cantando. Las damas, si se abanican, deberán tener mucho cuidado de no
producir ruido si llevan pulseras o obstruir la visión de los que están sentados detrás.

Cuando una dama con un caballero a un espectáculo, ella no ocupará nunca la butaca de
afuera, al lado del pasillo. Toda persona que ingresa a ocupar con personas que ya están
sentadas, solicitara el permiso necesario y pasará delante de ellos mirándolas, nunca de
espaldas, ¡Y cuidando siempre de no meterle un carterazo codazo a quienes están
sentados en la hilera de adelante!

Es tan común que a uno la golpeen, que no se disculpen ni tampoco les interese.

En los palcos, las damas se sentaban siempre en la parte delantera y los hombres detrás.

En los palcos que están frente al escenario, el sitio de honor es el de la derecha.

Si durante el intermedio viene alguien a saludar, un caballero, el más joven de cederle el


sitio si es que no hubiese ninguno libre.

Un verdadero caballero no debe dejar nunca sola a una mujer durante los intermedios y
si se acerca un amigo a conversar un momento, le ofrecerá su asiento.
Y por supuesto, es de pésima educación llegar tarde a un espectáculo público como el
cine, teatro, ópera, concierto, shows musicales. En una falta de respeto hacia los demás
y una señal de incultura:” Respetos guardan respetos”, nos recuerda el refrán que mi
madre repite sabiamente.

De visita: ¿Qué hacer y qué no hacer?

● Al subir las escaleras, si va acompañado de personas de respeto, cedules el lado


del pasamanos
● Sí es un caballero, adelante sé solo para llamar a la puerta y después pase al
último.
● La llamada no será prolongada y no la repetirá hasta que haya pasado un tiempo
prudencial.
● Si la invitan a cenar o por otro motivo, no deje el abrigo o el saco encima de un
mueble. Con él en la mano espere que los anfitriones lo recojan para llevarlo a
un lugar adecuado, sugerido por ellos.
● Para entrar en la sala, deje pasar primero a las señoras y personas de mayor
categoría. Es de pésimo gusto sostener una verdadera batalla por ver quién logra
entrar al último: “pase usted primero...”. no puedo permitirlo, señora… “tenga
usted la bondad…haga el favor…”. “de ninguna manera, no señor…”. Si le
indica que pase adelante, no se haga de rogar, pasé al instante. Claro está es que
nunca se hará esto sin dar las gracias sinceras y espontáneas, regla elemental que
es indispensable práctica dentro de este mundo mágico de la cortesía
● Salude a la dueña o dueño de casa, según el grado de intimidad que se tenga. Si
es de mucha confianza el anfitrión es el que primero encuentra, se hará con él;
de lo contrario, siempre se hará primero con la anfitriona.
● A la entrada a la reunión, no saludo con el famoso “beso social”, que ya se ha
hecho natural en nuestro medio y del cual hemos hablado…solo se besa a las
personas conocidas, de confianza, nunca las personas que recién se conocen.
Esto es de pésimo gusto, además de ser antigénico.
● Cuando es un caballero el que ingresa, no se levantan las señoras, sino los
hombres que están en el salón.
● Sí entre una señora, los caballeros se pondrán de pie, especialmente para
saludarse, estrechándose la mano, no besándola como hemos dicho
anteriormente.
● Al tomar asiento, los sitios de respeto para hacerlo son, por orden de preferencia:
el sofá, las butacas y las sillas. El sofá y la butaca se deben reservar para las
señoras, las sillas para las muchachas y los caballeros, salvo que sean mayores o
ancianas.
● No pasé alargue el brazo por delante de los demás, sí es la única manera y no
puede evitarlo, pida permiso para ello.
● Sí está acompañada y recibe una, no la abra, salvo que sea urgente, entonces
pida permiso para hacerlo.
● No curiosee los objetos que pueda haber en la sala especialmente si es la primera
vez que visita la casa.
● Al sentarse, no se deje caer en la silla. Adopte una actitud elegante, con las
piernas siempre juntas.
● Para despedirse, lo mejor es la sencillez. Aprovecha una pausa en la
conversación para hacerlo.
● De las gracias por la invitación, despido sea amablemente y salga.
● Las personas que se levantan para irse y luego se quedan son desesperantes.
● La dueña de casa acompañará a los visitantes hasta la puerta y no la cerrará hasta
que por lo menos no hayan caminado a su auto o bajado al primer tramo de la
escalera, si vive en un departamento.
● Llamé al día siguiente para agradecer; es la regla que todos olvidan. Resulta tan
elegante hacerla, y se siente tan bien recibirla.
● Ser una buena, elegante y educada invitada, así como perfecta anfitriona, es una
de las responsabilidades de ser mujer.

Las delicadas relaciones con los temidos suegros

El primer punto y el más recomendable es tener mucha paciencia y discreción.

Se dice que es más fácil conquistar al suegro que a la suegra. Por lo tanto, aprenda a
conocer los gustos de ambos, preséntese con algún regalo que sepa que va a ser de su
agrado, cuando la inviten a su casa.

Procure no incomodarlos con sus costumbres especiales, acepte las de ellos, usted es
una visita y además está en su casa.

Trate de no mostrar prisa para retirarse cuando los visite. Escuché con atención los
relatos, anécdotas y vivencias de la sobremesa, no se le ocurrió demostrar aburrimiento.
No se amarán con su delicadeza para con ellos. Corresponda a sus invitados y, por
cierto, no se olvide de las fechas de cumpleaños, aniversarios, de los días del padre, de
la madre, abuelos y otras fechas familiares de importancia para ellos.

Sí tiene hijos, llévatelos para que estén y disfruten con ellos. No esté usted presente; se
lo agradecerán en se sienta obligada a llamarlos “papá o mamá”; recuerda que usted
tiene una mamá y un papá. Punto final.

Hoy se usa mucho para hacerlo con el nombre de pila. Puede ser una manera agradable
de tender puentes sobre las diferencias generacionales y otras… ¡Pero solo si lo piden
ellos!

Recuerde que estará casada con su esposo y también con los padres de él

Se dice que una también se casa con la familia…cuidado. Dedíquese su tiempo y mucha
atención si quiere ganarse su corazón, pero sea sincera, no finja, sería terrible.

No olvide nunca que “más cosas se casan con miel que con hiel”.

También con el servicio doméstico

Las empleadas del hogar son personas que están realizando un trabajo que representa un
esfuerzo y son merecedoras de un trato amable, humano, justo y bien remunerado.

Vivimos en tiempos de cambios donde han quedado en segundo plano la tiranía y el


abuso. Es justo el reconocimiento a la labor realizada, con regalos, felicitaciones por un
buen trabajo y el estímulo infalible de las frases: ¡Esto está bien hecho, gracias!

Respeta las horas de trabajo, días de descanso, de vacaciones y siempre exige


documentos personales y recomendaciones para evitar problemas posteriores.

Si puede, proporcione mandiles. Delantales y zapatos de uniforme para que la


trabajadora del hogar (por favor, no diga la muchacha) esté bien presentada, enséñale
buenos modales para recibir a sus invitados y a contestar el teléfono. Ella demostrará su
buena o mala educación, “cómo es la cabeza son los de abajo”.

Llámale solo por su nombre y no emplee el despectivo “oye, tú”.

Absténgase de llamarle la atención, o de hacer algún comentario que pueda tener una
connotación personal, en la empleada, comentario de terceros. Así mismo, evite
sostener conversaciones privadas, personales o por teléfono, delante de las empleadas
domésticas.

El saludo y las expresiones “por favor” y “gracias” son las palabras mágicas que usted
nunca dejará de usar.

Al contratar a una empleada doméstica expóngale con toda claridad cuáles serán sus
funciones y obligaciones; mencione sus derechos, horario, salario, días libres, seguros y
vacaciones. Qué todo quede en transparencia.

“Respetos guardan respetos', y en este caso es de ida vuelta no permita negligencias,


falta de educación o familiaridad; sí ella se enferma, tiene que cuidarla, y si está
hospitalizada no se olvide de ir a visitarla y llevarle un regalo.

Capítulo 10 

Etiqueta al paso: el auto, supermercado, tienda ahí en la escalera mecánica.

“Nunca salga de su casa sin sentir que representa la persona que quiere ser”

Prudencia, cortesía y amabilidad

Al ser propietario de un automóvil, tiene usted que asumir no solamente nuevas


responsabilidades, sino también actitudes, ya que es en la situación de conducirlo en la
que se suele perder los modales con más facilidad.

En la forma de manejar y en el trato que brinda a las personas que transporta, usted deja
traslucir su educación. Pareciera que algunos llevaron una doble vida social: cuando
conducen se comportan como criminales, y cuando no conducen parecen ser
caballeros…

Si usted es de las personas que conduce, tenga siempre “prudencia, cortesía y


amabilidad”.

Al manejar un auto, la mayoría de hombres y no pocas mujeres, dejan de lado los


buenos modales, la galantería, también la educación y el respeto hacia sus semejantes.

Porque un hombre cuando circula por la calle es como un peatonal normal está siempre
dispuesto a decir: “disculpe”, “muchas gracias”, por favor; pero cuando están dentro del
volante se convierte en un crucero mal educado y sin lugar a dudas un vulgar
A tal grado ha llegado la aceptación de tan absurda conducta que en Alemania un juez
sentenció que los términos “idiota e imbécil”, en los labios de un automovilista, “¡No
era un insulto!”.

Un señor hasta siempre dispuesto a cederle el paso a otro delante de una puerta. Sin
embargo, en la carretera no vacila en cruzar indebidamente y aún usurpar el derecho de
prioridad a otro auto, poniendo en peligro su propia vida y, lo que es peor, la de su
prójimo.

En todo el mundo se realizan cruzadas en pro de la cortesía y de los buenos modales de


los conductores, pero cae en saco roto. Sería grato lograr que aquel que va dentro de su
automóvil tuviera para los demás las mismas atenciones y cordialidad que emplea
cuando se encuentra en una reunión social o profesional.

¿Hay alguna razón para pensar que este es un ideal imposible, una quimera?

No lo es, si realizamos un gran esfuerzo colectivo que podría empezar por el


cumplimiento del reglamento de tránsito, las sanciones o sus infractores, el
ordenamiento vehicular y el respeto a la persona humana.

Cuando el chofer de un camión oye que un coche pide, en lugar de permanecer


tercamente en el centro de la pista y obligar al otro durante kilómetros a recibir el polvo
que levanta, no le costaría nada la cortesía de manejar para un lado y dejar el espacio
libre…de otro lado, el conductor, que iba detrás, en lugar de pensar solo en apretar el
acelerador y adelantarse, debe agitar la mano y hacer sonar la bocina a modo de saludo,
mostrando su agradecimiento…

Lo más curioso es que si un hombre se encuentra en un restaurante y uno de los


presentes incurre en la torpeza de tirarle encima del terno la salsa de tomate, acepta sus
disculpas con una sonrisa. Y aún más, tiene la amabilidad y buenos modales de decirle
que no se preocupe…

¡Imagínese qué cara pondría el conductor de un vehículo que recibe el impacto de una
pelota en su auto!

Un pobre peatón que va pensando en las musarañas y obliga a un conductor a frenar con
violencia, o se acerca excesivamente a su automóvil, recibirá un rosario de insultos. Lo
peor es que ni siquiera importa si se trata de una mujer, los vocablos son sonoros,
rotundos y soeces. Sin embargo, si estuviera fuera del auto no sé atreverse a insultar, le
daría vergüenza dirigir a otra persona tales insultos y palabrotas.

¿Será que la metálica carrocería del automóvil los vuelve poderosos, insensibles,
groseros y maleducados? Y ahora estamos hablando solo de los que manejan autos: ¿Se
podrá con los conductores de los microbuses? Este es otro tema, ¿Verdad?

Un sociólogo quizás nos daría una explicación apropiada. “La agitada vida de la ciudad
mete a las personas a muchas tensiones, pero la mayor tensión es la provocada por la
necesidad de proteger la propia vida y la de aquellas personas que caminan con
imprudencia”.

Estoy convencida de que es posible conquistar algunos de estos objetivos. ¿Sabes por
qué? Porque es muy bajo el porcentaje de insultos que terminan en autos de verdadera
violencia. En otras palabras, la mayoría de los casos de insultos o grosería corresponden
a la clasificación de “perro que ladra no muerde”, ya que cuando se produce un choque
o un accidente, los iracundos conductores terminan discutiendo la manera de resolver el
problema. ¡Como ya están de pie y pisan suelo firme, se le sacaban las bravuconadas!

Evite frenadas bruscas y velocidades excesivas y siga fielmente los reglamentos de


tránsito a la hora que sea, de noche o de madrugada.

Preocúpese de mantener su vehículo en óptimas condiciones, no solo mecánicas sino


también en su aspecto general. La función de su carro no es la de servir como ropero,
almacén de trastos o de funcionar como una pequeña casa. Por favor, no lo adorne en
exceso ni le ponga adhesivos ridículos, ¡Su auto dice mucho de usted!

Cuando transporte a alguien, consulte con sus invitados antes de abrir y cerrar ventanas,
prender la radio o el aire acondicionado, y no fume, aunque le den el permiso de
hacerlo.

En cambio, si es acompañante, no distraiga al conductor, no ofrezca sugerencias ni


emita gritos de alarma en cada curva o en cualquier situación especial. Tampoco frene
el pedal imaginario.

Si realmente cree que el conductor, por más pariente o amigo que sea, la va a matar,
dígaselo cortésmente. ¡O incluso indíquese que debido a su enfermedad cardíaca
prefiere hacer el resto del trayecto en taxi!
Es una obligación usar el cinturón de seguridad, por su propia tranquilidad y la de sus
acompañantes. Si estás con niños, asegúrese de que todas las puertas y ventanas del auto
estén debidamente cerradas y con el seguro correspondiente; imponga orden, y que
todos se abrochen sus cinturones de seguridad.

El niño más pequeño viajará en un asiento especial, asegurado también con el cinturón.
Nunca se arriesgue y lo deje sin abrocharse, aunque le haga una pataleta, como la que
hacía mi nieta Isabella a los 3 años, cuando trataba de convencerme de que ¡Ya no era
una “bebita” para ese tipo de asiento!

Si es un caballero el que invita a una dama a subir a su automóvil o a un taxi, tiene que
abrirle la puerta y esperar a que ella pacientemente se acomode; solamente entonces
podrás cerrar la puerta e ir hacia la del conductor.

Si su invitada es una dama cortés y educada, levantará el seguro de la puerta del


conductor a fin de facilitarle la entrada. De esta manera estarán “mano a mano”.

Si un caballero y una dama se deben acomodar en el asiento posterior, ella no deberá


correrse y dejarle el sitio, sino que él rodeará el vehículo y entrará por la otra puerta.

Recuerde también que el hombre bajará siempre de vehículo para saludar o para
despedir a la dama que sube o baja del mismo.

Se supone que el asiento del lado del conductor se reserva para la persona de mayor
edad o de respeto, salvo que ella prefiere ir en el asiento de atrás ¡Seguramente ya
conoce que, según la estadística, en ese asiento se producen más muertes en accidentes
que en los de atrás, y no querrá ir adelante!

Evite tocar la bocina, a menos que resulte absolutamente necesario. No avisé que ha
llegado tocando desesperadamente, y usted no salga de su casa si la llama a bocinazos.

El ruido, en todos los países del mundo, está considerado como un elemento capaz de
contaminar el medio ambiente, además de causar una Guerra de nervios y estrés.

Nunca ha sido ni será de persona educada el emplear vocabulario y diente o hacer


gesticulaciones soeces contra otro conductor, aunque éste sea responsable de algún acto
de imprudencia.

Insisto: es necesario acatar las disposiciones y reglas de tránsito. Esto siempre ayuda a
disminuir los problemas propios no solamente de un accidente, sino de una infección.
No obstaculice la circulación de tránsito conversando de automóvil a automóvil ni con
alguien que se encuentra en la vereda, o interrumpa el libre pase en una intersección.
Sea paciente. Tampoco estacione su automóvil en medio de la pista o fuera del lugar
permitido; respete las zonas prohibidas.

Mantenga siempre una distancia prudencial entre su auto y el que va adelante. Cuando
conduzca de noche, encienda las luces y desde el momento que se pone el sol. ¡Y si está
en carretera, no atormente a otros con las luces altas! Úsela solamente cuando no tenga
a nadie delante ni en sentido contrario. Existe diferencia entre conducir con actitud
defensiva o agresiva. Demuestra sentido de tolerancia y de buena educación. Por lo
demás, de una dama se espera mucho más serenidad, prudencia y respeto por el
reglamento.

¡No somos las mujeres quienes causamos la mayor parte de accidentes, y aquellos de
“peligro, mujer al volante” no es sino un signo más del machismo imperante en nuestra
sociedad!

Su comportamiento en un taxi

Practique la primera regla de cortesía: saluda al entrar al taxi y trate de usted al


conductor.

Diríjase a él en voz alta y clara para evitar cualquier equívoco con la dirección que le
está proporcionando.

Cuando llegue a su destino, verifique bien las direcciones, si no lo conoce, antes de


bajar del vehículo.

Pague la cantidad pactada, no entregue billetes altos a última hora, solo puede hacerlo
previa consulta al momento de subir. No se apresure al bajar. Espere que el taxi esté
detenido, y si lleva maletas, el taxista las bajará.

No se olvide de sus derechos y exija que el conductor no fume, igualmente si desea que
la ventanilla esté arriba o abajo.

Y, así mismo, si el taxista tiene encendido el radio a todo volumen pídele que lo baje o
que apague el receptor.
No exija que se detenga bruscamente en lugares de zonas prohibidas; sea respetuosa de
las reglas de tránsito siempre.

Su conducta en un supermercado

Indica también el grado de consideración y de respeto que tiene para con las otras
personas. Proteja el espacio vital a su alrededor y evite que este sea invadido por otros
obligándola a apresurarse en sus decisiones de compra…

Evita empujar a las otras personas con paquetes o con el carrito del supermercado. Al
circular por los pasillos, tenga cuidado de no dañar los productos en exhibición.
Recuerde que: “mercancía dañada es mercancía adquirida”.

Traté de no ir con niños, pero si no puede dejar de hacerlo, contrólese, muestre


consideración y no permita que corran libremente por todos lados gritando o
manoseando la mercancía.

Si hay una guardería en la tienda, déjelos allí para que jueguen y estén en su ambiente,
¡Lo pasarán muy bien!

Si tiene alguna queja, presente la directamente a la persona indicada; no pierda tiempo


discutiendo con subalterno sin capacidad de decisión, ¡Tampoco pierda el control y
tenga tacto, que lo va a necesitar sobre todo para!

En caso de devolución de mercadería. Hágalo dentro del tiempo prudencial, conserve


para ellos los comprobantes de compra y tenga la paciencia y serenidad que el caso
requiere.

Si es usted una empleada de tienda, vista apropiadamente, aunque muchos


establecimientos visten. Recuerde que está representando a la tienda por eso es su
Photoshop y que la frase “el cliente siempre tiene la razón” está vigente en el mundo
entero.

¿Qué hacer en una tienda?

Ser amable con los dependientes significa anteponer la frase de “hágame el favor de” y
terminar con “muchas gracias”.

No toque las prendas que están en exhibición; espere pacientemente su turno de


atención en caso que la tienda esté colmada de clientes.
No insista demasiado pidiendo rebajas extremas y lleve consigo sus documentos, sobre
todo si ha de pagar con tarjeta de crédito. No caiga en la ingenuidad de pedirle a
cualquier dependiente o vendedor un consejo sobre si le queda bien o no un vestido…

Muestre corrección hacia las personas que la atienden, pero exija el mismo trato para
usted. No permita familiaridades: “amiguita, muñequita o cheche”; empleé siempre
“usted” en vez del “tú” y comprará que el trato que está imponiendo a la larga será en
beneficio de ambas.

En la escalera mecánica

Haga uso normal y adecuado de ellas, evite subir en grupo o corriendo y empujar a
otros.

Suba y colóquese en un solo escalón y permanezca ubicada al lado derecho, para


permitir el paso de quienes prefieren subir caminando de escalón en escalón por el lado
izquierdo.

En la escalera de los metros es cuando más se necesita pegarse al lado derecho; las
personas apuradas corren escaleras abajo por el lado izquierdo y esto está contemplado
así en las reglas de la escalera mecánica.

No permita que su niño juegue en estas escaleras; resultan muy peligrosas y


traicioneras.

Sí está con alguien que les tiene miedo, no la aviente ni la empuje riéndose de ella.
Explíquele cómo funcionan y qué debe hacer, por supuesto hágalo a un lado de la
entrada, para no obstaculizar el ingreso.

Capítulo 11

De viaje consejos prácticos de cortesía

“El andar tierras y comunicar con gentes hace a los hombres discretos”.

Consejos prácticos

Existen distintas clases de viajes: de descanso, de turismo, de placer, por negocios y


hasta por enfermedad.

Sea dentro del país o fuera de este. Puede ser también representado a alguna entidad
pública o privada.
Es allí cuando tiene que mostrarse más respetuosa y considerada con las reglas
elementales de la educación.

Es verdad que hay unas reglas que difieren en uno y otro país, pero existen conceptos de
aplicación universal, que son aceptados por todos…no olvide que la consideración hacia
los demás es un derecho y una consideración internacional.

Si va a realizar un viaje de placer, de vacaciones o de turismo debe de prepararse para


disfrutarlo plenamente.

Esto significa conseguir la mejor información posible de todo: reservaciones, transporte,


comodidad en las locaciones, precios y el cambio que ofrece la moneda del país; y sobre
todo pasaporte, visas, vacunas (si las necesita), y naturalmente el clima;
consecuentemente la ropa que necesitará para el viaje.

Existe en nuestro país un sistema de seguro que es recomendable tomar y que puede ser
pactado en los días que dure el viaje, sea por meses o por un año. Es una maravilla,
porque cubre desde enfermedad hasta pérdida o robo de equipaje. Siempre lo tomo
porque es útil… y seguro.

Antes de emprender el ansiado viaje haga una lista que incluya dejar orden y seguridad
en su hogar. Instruya a la persona encargada del manejo de su casa, donde están los
interruptores de la alarma, de las luces, los tapones para cerrar el agua mascotas, a
donde irán y que comen; las plantas quién las cuida y como; que corten el césped antes
de salir de viaje. Si sale y deja niños y quien se hará cargo de ellos, cuáles son sus
costumbres, hábitos, que comen, a qué hora se acuestan, etc., y lo que es más
importante: si está disponible la personas que se harán cargo para estas fechas. No se
olvide de dejar su itinerario de viaje a una persona de la familia o un amigo íntimo.

Deje el directorio de teléfonos con las indicaciones de abuelos, tíos, o familiares o


amigos cercanos, farmacia de reparto a domicilio, médicos, pediatras o médico de
cabecera de familia. Asimismo, teléfonos de reparaciones, de electricistas, compañía de
gas bomberos, emergencias…

Si nadie se queda en su casa, suspenda temporalmente todos los despachos a domicilio


de pan, leche, periódicos, etc.

Deposite sus documentos, papeles, joyas de valor, dinero, en cajas de seguridad.


No deje en el contestador automático el encargo de que no estará un tiempo ausente o
que se encuentra de viaje, ¡cualquier cosa puede pasar!

¿Ya llegó la hora de partir?

Verifique si todo lo tiene en orden: su pasaporte, sus pasajes, algún sencillo de su propia
moneda y la del país a donde viaja, algunas medicinas de uso diario, productos para sus
lentes de contacto o sus anteojos normales. No se le ocurra olvidarse de la cámara de
fotos o de video; si va a un lugar de mucha lluvia, lleve su paraguas y un abrigo o
impermeable.

Que no le preocupe el secador de pelo, casi todos los hoteles tienen uno en cada
habitación, así se olvida del problema del voltaje de la corriente eléctrica de cada país.

Lo que sí es recomendable llevar un Campoo de ropa para poder lavar su ropa interior,
medias, panti es y así no enviarlas a la lavandería del hotel. Es caro y ¡Y más estarán
secas al otro día!

No olvide su portacosméticos, el cepillo y la pasta de dientes; su escobilla de pelo,


peine, toallitas de papel y si está llevando joyería fina no se le ocurra ponerla en la
maleta ( a mi hija Frieda Ximena le robaron en el aeropuerto de Miami todo el estuche
de bisutería cuando íbamos al concurso Miss Te Panamericana y nos causó todo un
problema, además del dinero extra en comprar lo perdido). Llevarla puesta, o en su
bolso de mano.

Lo ideal es no llevar todo el dinero en efectivo. Usar una tarjeta de crédito o comprar
cheques de viajero, es lo mejor y más seguro.

Planee su viaje con la debida anticipación, de manera que pueda hacer todo con calma y
con las reservas aseguradas.

Confeccione su itinerario con la ayuda de un profesional de una buena y confiable


agencia de viajes que se encargue de orientarlo y de conseguir siempre lo mejor en
promociones, reservas, pasajes.

Si es una mujer elegante, cuide el equipaje que llevará. Usted sabe muy bien como le
gusta estar vestida y los lugares que por lo general visita, y por los que se pasea y a los
que asiste. ¿No sería prudente llevar ropa ligera como para hacer un crucero en las
Bahamas e ir a Londres en su mejor época de invierno, ¿verdad?
Cuide en los detalles del vestuario de manera que armonicen los colores neutrales y
pueda tener varias mudas sin exceso de equipaje, el “mis and match” (ropa
intercambiable, es decir, de múltiples combinaciones) es una maravilla cuando uno lo
conoce y es creativa.

Si viaja sola la consideración la debe tener consigo misma. No desaproveche la


oportunidad y asista, de acuerdo con su presupuesto, desde luego, a los mejores lugares,
hoteles show, espectáculos artísticos, museos, galerías, paseos turísticos. tiene que
regresar impregnada de su viaje para que valga la pena…

Si viaja acompañada es preciso ser muy tolerante, comprensiva sobre todo compartir
opiniones, decisiones, presupuestos, planificaciones del viaje, horarios.

Nunca se imponga, llegue a un acuerdo mutuo en todo.

Será una estupenda compañera de viaje…

Como los seres humanos tenemos diferente educación, modales, hábitos y costumbres,
resulta muy difícil congeniar con alguien para salir de viaje. Por esta razón todo el
programa se debe conversar y dejar aclarado, nada se debe quedar en el tintero ni darlo
por entendido.

Si viaja con sus niños debe ser mucho más cuidadosa en la organización del viaje e
incluir más detalles. Tiene preparada para cualquier eventualidad, ¡recuerde que los
niños son impredecibles!

En todas las líneas aéreas ofrecen máxima atención y seguridad para los niños, solo
tiene que avisarles con anticipación e informarles de sus edades.

En el aeropuerto

Preséntese a la aerolínea indicada con dos horas de anticipación cuando es un vuelo


nacional; y preferible tres; cuando se trata de uno internacional.

Una mujer precavida vale por dos. Con mayor seguridad ahora que la seguridad lo
exige.

Presentarse a última hora es una falta de consideración para el personal de ventanilla,


maleteros, personal de a bordo del avión, y para el resto de pasajeros.
Sea respetuoso con la fila de pasajeros. Cada cual debe asumir su posición de acuerdo
con el orden de llegada, aunque esté apurada no puede alterarla.

Si hay alguien con esas intenciones, está en todo su derecho de llamar la atención al
personal de la aerolínea o al pasajero que está cometiendo el atropello, siempre de
buenas maneras o en forma adecuada.

si se le presenta algún contratiempo, percance o situación fuera de su control, como que


el vuelo ha sido retrasado, cancelado o sobrevendido, no se ponga a gritar o a protestar
con los empleados. Estarán perdiendo su tiempo, ellos son los que han tomado la
decisión.

Trate de hacer valer sus derechos, pero con el supervisor o la persona encargada.
Generalmente las aerolíneas están preparadas para asumir cenas, almuerzos, hospedajes,
endoso de pasajes a otras líneas, ajuste de efectivo y nuevos vuelos. ¡Recuerde que
todos los pasajeros viven la urgencia de viajar, no solo usted!

Cuide de no hacerse con el equipaje. Usualmente se permiten dos maletas y un equipaje


de mano, que está autorizado para ser ubicado en el compartimiento superior de la
cabina del avión o debajo del asiento. Por favor no viaje como una mercadería llena de
maletines colgados de los dos hombros, cartera, flores, regalos…

¿Ha observado como se ve? ¡Qué lejos de la elegancia, y de la comodidad!

En el avión también va a encontrar percheros especiales para colgar su porta terno,


como usualmente se les llama. Pero las mujeres también podemos utilizarlo, sobre todo
para los viajes cortos porque son muy prácticos, y para que en la salida no nos demore
la aduana porque no recogemos ningún equipaje adicional.

Cuando estén en el caunter asegúrese de mencionar, en el momento de elegir su asiento,


si quiere ventanilla, pasillo, en primeras filas, en la mitad o en la parte posterior del
avión, luego no tendrá derecho a reclamos.

La seguridad de todos los aeropuertos nos obliga a pasar nuestro equipaje de mano por
aparatos de rayos X antes de subir a bordo. asegúrese de llevar solamente lo permitido y
NUNCA recibe encargos de última hora de NADIE. Si lo hace revise bien el paquete o
sobre, abrirlos, está en su derecho y es por su propia seguridad y tranquilidad.
Por favor sea precavida y NO CONFIÉ. No se arrepentirá, sobre todo ahora que el
mundo de la seguridad se ha multiplicado.

La idea de que un viaje de placer o de turismo es para disfrutar un merecido descanso,


es un error. Los itinerarios extensos son agotadores, se caminan mucho y se está de pie,
generalmente. No trate de sacarle el jugo a varios países en pocas semanas: no lo
disfrutara, se la pasara haciendo y deshaciendo maletas y llegará a conocer solo
superficialmente las ciudades y la cultura del país que está visitando. Dice el dicho: “De
lo bueno, poco”.

En el avión

Una vez en el avión revise su asiento, diríjase a él y coloque su equipaje de mano en el


compartimiento superior que tiene la cabina o debajo del asiento. Siéntese, pero todavía
no se amarre el cinturón de seguridad. Espere a que todos los pasajeros hayan tomado
sus asientos, de lo contrario tendrá que desabrochar su cinturón cada vez que alguien
quiera pasar a los asientos vecinos del suyo.

Observe las órdenes estrictas internacionales antes de despegar o aterrizar: cinturones de


seguridad amarrados, no fumar, colocar el respaldo de su asiento en posición vertical y
respetar las luces encendidas de no levantarse.

Puede conversar con su vecino y ser amable. Va a compartir seguramente unas horas de
vuelo. Pero no sea impertinente, si el esta leyenda o en ánimo de dormir.

Sea amable, considerada y cortes en el trato con las azafatas, ellas están realizando un
trabajo.

Evite estar saliendo constantemente de su asiento para no incomodar a su vecino. Y si


ingresa al tocador, ¡cerciórese de que todo esté en orden, como quisiera encontrarlo!

Si durante el vuelo proyectan la película y no hay interés en verla. nadie la obliga, siga
con la luz prendida y continúe leyendo, si así lo desea, o la apague y duerme, si es capaz
de hacerlo…

En los hoteles

Después de cargar tu transporte, usted llega al motel u hotel y la recibirá casi siempre un
portero amable y cortés que junto con un botones se encargaran de sacar el equipaje y
llevarlo a la recepción.
Al llegar a la recepción, lo mejor que le puede pasar es tener una reservación hecha con
anticipación por la agencia de viajes, quienes le deben haber entregado un número o
código de reserva, como en el caso de los pasajes de avión.

tendrá que registrarse en un formato con sus datos personales que son universales; que
seguramente registrar su tarjeta de crédito y firmar o dejar un dinero en efectivo para
efectos de su reserva. Si tuviera acompañada, se registrarán firmarán las dos.

En los hoteles pequeños o moteles, generalmente hay una o dos personas que son
“hombres orquesta”: hacen todos los servicios y se les llama “conserjes” o, en francés,
“concierne”.

Uno de los botones se encargará de su llave y de llevar las maletas a la habitación que le
ha sido asignada.

Al llegar le explicare como se hace uso de los servicios que ofrece el hotel, el
funcionamiento del aire acondicionado o calefacción, como se requiere y esperare
cortésmente su propina, la que usualmente equivale a un dólar por maleta. Pero hay
casos y casos.

Cuando se queda “dueña y señora” de su habitación, revise y asegúrese que la puerta


esté bien cerrada y con la llave y el cerrojo puestos.

Retire toda la ropa de sus maletas para que se desarrugue y cuélgala en el closet, deje
sus maletas vacías, siempre y cuando su estadía en esa ciudad sea prolongada.

Si va a salir después de un par de días no vale la pena hacer y deshacer todo el tiempo;
fíjese lo que va a necesitar y saque solo eso, si ha sido precavida lo tendrá encima de
todo el equipaje…

Trate de viajar siempre con ropa que sea de “lavar y usar”, es la más cómoda y práctica.
Si está arrugada lo que tiene que hacer es colocarla en el baño y abrir la llave del agua
caliente, cerrar la puerta y dejarla con el vaho, cerrar la llave y no molestar hasta el otro
día. ¡sorpresa!

En la puerta del cuarto encontrará un letrero que sabrá usar “Do not disturb”, en nuestro
idioma “No molestar”, lo que significa que no quiere ser interrumpida ni en la noche ni
en la madrugada ni por la mañana.
De lo contrario recibirá no tan gratas sorpresas muy temprano para hacer la
habitación… ¡o para invitarle una tacita de té, como en Inglaterra!

También encontrará un cartel con las opciones de desayuno y los horarios para escoger.
Marque una y déjalo colgado en la puerta por el lado de afuera. No dude que su pedido
estará esperándola al día siguiente y a la hora indicada.

Tiene el servicio de un teléfono en la recepción que le brindara toda clase de


información las veinticuatro horas. No tenga vergüenza de preguntar por lo que se
necesita tantas veces que sea necesario.

“Así como la ven el tartán”, indica el dicho. No lleve cajas amarradas con pitas o
cordeles, ni bolsitas de plásticos o maletas desgastadas; su equipaje y la forma como
lleguen al hotel dirá mucho de usted.

Lo mismo cuando deje el hotel, no se lleve recuerditos, toallas, ceniceros o mantas, son
propiedad ajena. Lo que está haciendo no es correcto. Aunque lo crea es probable que lo
que se lleva será cargado en su cuenta…. además de la vergüenza.

Si quiere “algo”, pídelo y pague por ello…

Cuando salga, su habitación debe quedar lo mejor que pueda, en orden, igual que el
baño y con las luces apagadas. Deje su llave en la recepción, pero si le dieron una tarjeta
magnética no se separe de ella y si tienen objetos de valor o de dinero en efectivo, es
mejor que lo deje en una caja fuerte y no camine con todo encima…. no lamente luego
lo que pudo precaver.

En caso de usar radio o el televisor, no suba el volumen exageradamente respete a sus


vecinos. de igual manera cuando camine por los pasillos, no converse en voz alta ni se
ría a gritos; tenga presente que los huéspedes pueden estar durmiendo a cualquier hora
del día o de la noche, y todos tiene derecho a exigir silencio.

Respete también los salones de lectura y de descanso. No interrumpa, pueden hacerla


callar, y pasará por maleducada.

Si quiere hacer uso del room service o “servicio a su habitación”, recuerde que puede
firmar la cuenta y dar una propina adecuada según los usos, costumbres y según sea su
presupuesto.
Cuando se marche del hotel, pida su cuenta la noche anterior para evitar cualquier
contratiempo y también que llamen a un botones para que recoja las maletas, solicite un
taxi y distribuya propinas de acuerdo a sus posibilidades (si quiere y puede, dulce más)
por el servicio prestado, agradeciendo con una sonrisa. Claro, en esto tiene que ver las
características de cada país y el tipo de hotel donde llegue.

Pueden ser muy suntuosos y otros sencillos e igualmente cálidos donde el tema de las
propinas puede variar.

Capítulo 12

“los mejores médicos del mundo son; el doctor Dieta; el doctor Quietud y el doctor
Alegría”

En hospitales y templos la cortesía es el silencio su actitud en hospitales y clínicas

Antes de dirigirse a hacer una visita a un familiar o amigo en un hospital o clínica, debe
informarse sobre las horas de las visitas, y sobre todo, si el paciente las recibe.

Debe respetar los avisos o carteles de silencio y las advertencias que existan en el
interior. Cada dependencia tiene su propio reglamento.

Camine sin taconear y habla suavemente por los pasillos.

No se le ocurra ir de visita si está resfriada o con cualquier enfermedad contagiosa, esto


demostraría responsabilidad y poca consideración por el enfermo.

No es correcto llevar ninguna clase de alimentos sino más bien flores, pequeñas plantas,
libros, o revistas de actualidad.

No hable o interrogue al enfermo sobre sus males, la operación o la enfermedad que lo


aqueja, sino simplemente pregúntele cómo se siente.

Ante una grave enfermedad la mejor manera de expresar nuestro aprecio por el enfermo
consistirá en estar pendiente de su salud, ofrezca algún tipo de ayuda y no pregunte
detalles del curso de la enfermedad, ¡eso sería desagradable para el paciente!

Por cierto, que el tiempo de la visita a un enfermo es sumamente corto y no debe


prolongarse, aunque el propio enfermo sea quien lo reclame…. Dice el protocolo que
media hora es su promedio apropiado, dependiendo de las circunstancias. Si está recién
operada solamente de cinco a diez minutos serán suficientes. Así respetara lo que dice el
refrán “Como una visita de médico”.

Trate de no besar o de darle la mano a un enfermo y, por supuesto, no fume.

Por favor no haga comparaciones odiosas, “eso no es nada, a mi…” Y comienza con
una explicación morbosa de una enfermedad que se haya experimentado. Es de muy mal
gusto.

Jamás ofrezca consejos sobre medicamentos o tratamientos indiscretos.

En el caso en que se hayan prohibido las visitas, deje su tarjeta de personal y se


informará del estado del paciente por medio de la persona que lo acompaña, sin insistir
en verlo “aunque sea un ratito “¡No sea impertinente!

En caso de estar internada

Ser considerada como las enfermeras sería la primera regla.

Coopere con el tratamiento. Aunque no le guste o duele, no haga aspavientos ni grite.

No se vista con ropa transparente o demasiado provocativa. ¡No es pertinente en una


clínica!

Si recibe visitas, arreglarse dentro de sus limitaciones, nadie tiene por qué verla como
un estropajo. Respétense y quiérase mucho, no deje que otros lo vean abatida, dolida,
enferma…

Maquíllese ligeramente; péinese, aplíquese una buena crema en la cara y en el cuerpo,


una colonia o perfume suave pueden hacer milagros por su imagen… ¡y hasta por su
estado de salud!

A una mujer extraordinaria de ochenta y dos años maravillosos le tuvieron que hacer
una operación urgente y delicada. Cuando salió de la anestesia lo primero que me dejó
fue: “¿Amorcito cómo me veo? ¿Puedes llamar a Elsita (la señora que le da servicio de
manicure, pedicure desde hace muchos años) y la traes para que arregle? Está de más
contarles cómo se recuperó además era la comidilla y la engreída de todo el hospital.
Ella es mi madre.

No camine por los pasillos ni ingrese a habitaciones sea prudente. Las personas
hospitalizadas desean su propia intimidad y descanso.
Si se le permite radio o televisor, escuche con el volumen moderado. Y si comparte
habitación tenga cuidado de no incomodar y perturbar a la otra persona.

No monopolice el receptor de la televisión. Prefiere ver un determinado programa, antes


de sintonizarlo; es una forma de ser amable y mostrar la buena educación. Igualmente,
si comparten un teléfono, sea breve en sus conversaciones.

Cuando salga del cuarto del baño, compruebe siempre que todo quede en orden para que
así lo encuentre su compañera de habitación.

Si está en un consultorio

Saludo al ingresar al salón de recibo, no le interesa si no le contestan, está cumpliendo


con la primera regla de la educación: saludar.

Aguarde su turno con paciencia y no pierda la compostura. Todos conocemos que


acudir a un consultorio significa saber esperar: llévese una revista, el libro que está
leyendo o su tejido, para entretenerse y no sentir el paso del tiempo.

Si saco su turno con la debida anticipación, ¡llegue puntual! Si se atrasa, pasará la


persona del siguiente turno y no tendrá nada que reclamar; tómese su tiempo para llegar
antes de la hora.

Sea educada y cortés con las recepcionistas o enfermeras. Camine y hable


tranquilamente, acate los carteles de no fumar, sea respetuosa y considerada en todo
momento, su actitud hablará de usted.

La iglesia, lugar de recogimiento

Debe recordar que un templo, cualquiera que sea la religión, es un lugar de


recogimiento y de oración; por lo tanto, su comportamiento debe ser especialmente
respetuoso.

Considero que es la casa de Dios, acuda correctamente vestida. En épocas pasadas las
mujeres debían cubrirse con velo, mantilla o sombrero; y los señores, por el contrario,
debían quitárselo. Las damas debían vestirse de una manera sobria, sin escotes. Y por
cierto no eran admitidos los pantalones, y menos acercarse a comulgar con ellos.

Hoy en siglo XX todas estas costumbres de la iglesia Católica Apostólica y Romana se


han ido modificando. Actualmente toda persona que quiere entrar a una iglesia puede
hacerlo con la vestimenta que lleva en ese momento del día, pero respetando siempre el
lugar; ¡y no presentándose en short o en ropa sugerente!

Es increíble observar la cantidad de gente que ingresa taconeando, es decir, haciendo


mucho ruido al caminar. ¡Y lo peor es que todavía llegan tarde!

Allí se saluda efusivamente a las personas conocidas. Es correcto hacerlo con una
inclinación de cabeza o una leve sonrisa; pero no establecer una conversación, hacer
comentarios, murmurar o reírse.

Cuidado, tampoco es aceptable hacer presentaciones.

En el único acontecimiento religioso en lo que se permite saludar, conversar y hasta


hacer algunas presentaciones es en los matrimonios, mientras se espera la llegada de la
novia, pero en todo en voz muy baja.

Lo menos que se puede pedir es puntualidad cuando se asiste a una misa, pero si llega
tarde no trate de buscar asiento ni de ir hacia adelante con prepotencia y malos modales.

Todas las felicitaciones, saludos y condolencias se realizan fuera de la iglesia, aunque


en estas épocas se forman grandes colas y en una forma desordenada se busca a los
familiares en los pasillos para darles el pésame.

Recuerdo que cuando era niña me enseñaron a no cruzar las piernas en “una iglesia
porque era pecado”. Me costó mucho tiempo cambiar este hábito y aunque lo hago muy
poco, siempre el recuerdo perdura a través de los años. Hoy no me causo pavor ni cargo
de conciencia cuando lo hago.

Relación con Dios

Hace siglos; Plutarco dijo: “Si recorro ciudades hallará ciudades sin murallas, sin letras,
sin magistrados; pueblos sin casas, sin moneda; pero jamás ha visto un pueblo sin Dios,
sin sacerdotes, sin ritos, sin sacrificios”

Todos los pueblos; desde América hasta el África creen en la existencia de Dios.

Casi todos los seres humanos creemos en la existencia de Dios que puede ser llamado
también Buda; Krishna, Dios sol, Ser supremo, entre otros. Es prudente y tener en
consideración con las personas que no comulgan ideas o que sean opuestas a las
nuestras y no iniciar discusiones acaloradas, salvo en los casos que nos soliciten
exponer nuestros conceptos y creencias personales.

Desde que el mundo es mundo, ha atravesado toda una era de problemas, turbulencias e
ideas cambiaste. Pero al final siempre el hombre, acosado por sus propios males y
errores, ha buscado y ha encontrado a Dios.

Hemos sido engendrados en el amor. Dios es amor, y el amor divino siempre ha servido
y servirá a todas las necesidades humanas, siempre.

El ser humano que se considera buen creyente cumplirá con los deberes sagrados para
con Dios, respetando, y considerando y, sobre todo, amando al prójimo, máximo
exponente de la creación.

Una incorrecta manera de vivir

● Cuando propiciamos desorden, arrojando papeles en la calle.


● Llegando tarde a la cita y siendo impuntuales.
● Exaltando el respeto a nuestro prójimo (sea quien fuera y la edad que tenga)
● Cuando pasamos por alto las leyes y reglamentos.
● Cuando actuamos de manera deshonesta y olvidamos nuestros deberes y
obligaciones.
● Derrochando lo mucho y poco que tenemos.
● Si no somos ordenados en la casa, en la oficina, en el centro de estudios, etc.
● Cuando no somos limpias en nuestra higiene diaria nuestros trabajos, cartera,
etcétera.
● Cuando somos negativas, negligentes, intolerantes en nuestra actitud personal y
con los demás.
● si no somos responsables de nuestros actos, de la palabra, de la firma estampada,
de las promesas de los ofrecimientos dados.
● cuando no somos honestas en todo lo que hacemos o decimos.
● Si no respetamos el derecho de los demás: “donde acaban los míos, empiezan los
otros”.
● Si no ponemos amor en nuestro trabajo o estudio.
● Cuando no respetamos, invertimos, ni trabajamos para el desarrollo de nuestro
país.
● cuando no saludamos ni nos despedimos de las personas.
● si no solicitamos permiso a nuestros profesores de conferencia o catedrático,
para salir del estudio o de clase.
● Tocando la bocina, provocando ruidos molestos.
● escupiendo en la vía pública.
● Cuando nos pasamos la luz roja, porque “todo el mundo lo hace”.
● Haciendo ruidos en la clínica o hospital sin importarnos los enfermos.
● Cuando fumamos en lugares públicos o en cualquier otro, haciendo caso omiso a
la prohibición correspondiente.
● Si nos reímos de alguien a sus espaldas.
● Manejando automóvil, camión o motocicleta sin autorización o licencia de
conducir.
● Cuando cruzamos la pista por cualquier lado sin preocuparnos de las líneas en
las esquinas.
● Si somos desordenadas con nuestras cosas e ideas.
● Si somos hipócritas y cínicas con quien nos rodean.
● Cuando nos envuelve la codicia y el poder, pueden más que nuestros ideales y
valores
● Cuando le hacemos la vida imposible a alguien.
● Si creemos que los insultos, gritos y blasfemias dan importancia la integridad la
de los demás.
● Cuando no amamos la naturaleza y la destruimos.
● Si no regamos las plantas y la dejamos morir.
● Si no tenemos piedad de los animales.
● Cuando nos alegra el fracaso o el dolor ajeno.
● Quejándonos de todo.
● Si no cuesta dar una sonrisa sincera y espontánea.
● Si no miramos el futuro con optimismo y fe.
● Si no elevamos una oración por el que sufre y no tiene miedo de nada.
● Cuando no luchamos por nuestros ideal y sueños
● Si no se paraliza el miedo rencor.
● Cuando destruimos, en vez de destruir.
¿Sabe lo que estamos haciendo con esas conductas? Estamos contribuyendo al atraso y
desarrollo, no solo de nuestro país si no de nosotras mismas. Evitarlas es una tarea que
depende de cada una de nosotras.

Capítulo 13
“hacer las cosas bien supone cuidar detalles”
Benjamín Franklin
Que es y su importancia
Lo que todavía me alegra es que, a pesar de la modernidad, llena de prisa y de
preocupaciones, los padres de familia, algunos jóvenes (afortunadamente hombres y
mujeres) y ejecutivos de empresas desean capacitarse y actualizarse en el tema de esas
buenas costumbres, que existen y aún se mantienen, aunque sean más flexibles que en la
época de nuestros abuelos…

Decimos en nuestras clases de etiquetas que una persona correcta, educada y con buenos
modales, no pasa inadvertida y será siempre bien recibida y considerada.

La costumbre y el hábito desempeñan un gran papel en cuanto a ubicaciones alrededor


de una mesa familiar.

Se decía, por ejemplo, que la famosa Mesa Redonda del Rey Arturo, debía su nombre
precisamente a que la mesa era de forma redonda, para que no existiera ninguna
preferencia y todos los caballeros ocupasen su lugar con igual preferencia.

En nuestra época, se sientan los anfitriones en ambas cabeceras de la mesa, para luego
continuar con los invitados.

Suele creerse, no sin razón, que a la cabecera de una mesa se debe sentar siempre el
miembro dominante de la familia, que en algunos casos puede ser el padre y en otros la
madre.

En cambio, en la cultura occidental, el jefe, el que mantiene a la familia, es el más


importante y no se sentará en una cabecera, si no en la ubicación más segura de la mesa,
para evitar ataques sorpresivos en situaciones guerreras. Lo que no se debe de olvidar es
que el invitado de honor, por su edad, categoría o cargo deberá sentarse siempre a la
derecha de la dueña de casa o anfitriona. Si es, en cambio, una invitada a la que se desea
hormar, se le hará sentar a la derecha del dueño de casa o anfitrión.

Adopte el principio básico de la etiqueta internacional de que una pareja o un


matrimonio no deben sentarse juntos ni tampoco dos hombres o dos mujeres siempre y
cuando el número de invitados masculinos y femeninos sea par, naturalmente.

Otra de las sugerencias que debe tener en cuenta es la se no invadir en la mesa el terreno
del vecino. El espacio con el que cuenta es de alrededor de sesenta centímetros para
ubicar los cubiertos desde la derecha hacia la izquierda. Cada cual debe guardar su
espacio y respetar el de los demás.

Las tarjetas personales de sitio ¿Que son?


Son tarjetas rectangulares de cartulina con los nombres y cargos de los invitados en “el
puesto de mesa” como también se denomina, para identificar su lugar.

Escribe el nombre de cada invitado más invitado más abajo de la mitad de la tarjeta, en
tinta negra o azul, nunca en rojo. Será de color blanco o de color pastel con bordes
dorados o plateados si así lo desea.

Como dijimos, pueden tener banderas, emblemas familiares, logos o escudos al lado
izquierdo de la tarjeta. Para reuniones protocolares o formales pueden estar escritas con
letra de imprenta.

Y en reuniones semiformales se pueden colocar nombres de pila como “Violeta”, “Julio


Cesar” y con apellidos solo si hay entre los invitados otro nombre igual.

Se colocan como una norma sencilla y práctica para cuando se tienen invitados que no
se conocen entre sí o cuando es una cena con compañeros de trabajo de la pareja a
quienes no se conoce. De esta manera, con anticipación y con la ayuda necesaria, los
colocará sin equivocarse en los sitios adecuados.

Cuando pase al comedor y aunque vea su sitio marcado con su nombre en la tarjeta, no
se siente, deténgase junto a la silla en espera de que tomen asiento los anfitriones y que
el señor de su costado izquierdo le jale el asiento para sentarse.

¿Le suena a imposible, demasiado elegante y romántico?

Parece una recomendación sacada de la realeza inglesa, de la aristocracia española o de


otras épocas; pero con paciencia, risueña, y coqueta le puede ir enseñando al caballero
que la acompaña algunos buenos modales y la debida cortesía para con usted y los que
la rodean, que bien se lo merecen…

¿Que nos recomienda la etiqueta?


Si hablamos de “etiqueta de mesa” no podemos dejar de pensar en cubiertos, vasos,
vajillas, copas, y por cierto buenos modales.

Resulta increíble observar en actitud inapropiada a ejecutivos en siglo XXI en una mesa
social o de un restaurante. Profesionales de pulcro aspecto, luciendo elegantes ternos,
pero aterrados delante de una mesa ¡que no sea su escritorio!

Y por favor, no se le ocurra tapar el sol con una mano e invitar a comer utilizando como
mesa el escritorio donde trabaja… no se come nunca en un escritorio y mucho menos
¡cuando se atiende al público!

Comer con elegancia no es nada que no se pueda aprender, requiere tener un poco de
práctica. Es importante saber en qué momento y cómo debemos llevarnos los alimentos
a la boca.

La mesa es sin duda en lugar muy grato que generalmente reúne a los amigos y
familiares, por esta razón debe preocuparse por crear un buen ambiente a su alrededor y
como se colocan los vasos, vajilla u servilletas en ella.

Si recibe en su casa y sienta a sus amigos a la mesa, debe ofrecerles siempre lo mejor de
usted misma: su atención, buenos modales, cortesía y su mejor sonrisa

Los temas de conversación en una mesa deben ser siempre actuales, espontáneos, de
cosas alegres, que eviten tocar temas de políticas, religión, sexo, chistes rojos, muerte,
accidentes, chismes, enfermedades, ni de futbol local para evitar discusiones, aunque
algunas personas crean que conversaciones como éstas resultarías muy educadas pero
muy aburridas.

En una mesa bien esta no debe faltar un centro de flores; pero naturales y que éste no
sea muy grande ya que estorbaría la visión entre sus invitados

Se deben elegir flores naturales o secas en todo caso. pero olvídese de las de plástico o
de tela. Éstas pueden estar en la mesa, sin invitados como ademarlas solamente; pero no
con la mesa puesta. Recuerde que con frutas y vegetales también se hace adornos lindos.
La ocasión puede determinar, muchos casos, el tipo de adorno por elegir.
En navidad, por ejemplo, podrá recurrir a variados objetos, así como a hojas de pino,
velas rojas, manzanas, uvas, etc. Y cuando se trate de una cena no se olvide de colocar
candelabros con sus velas correspondientes (en el almuerzo no se ponen nunca), que
además deberá encender. Lucen tan lindas y románticas. Jamás debe entrar en el
comedor tarde, cuando los demás invitados ya se han sentado a la mesa, eso demuestra
mala educación.

Los manteles deben colgar por los costados de la mesa, no menos de unos veinte
centímetros. La decoración en la mantelería ha variado, por ejemplo, un hermoso mantel
blanco, cuyas servilletas ya se gastaron hace tiempo, puede ser combinado con
servilletas en un tono contrastante o de acuerdo al color de la vajilla.

También se puede elegir una tela de cuadros o una estampa de flores con la única
condición de que sea con estampados en tonos firmes, que por la cantidad de lavadas
que tendrá no puede ni debe desteñirse. Éstas se utilizarán para el almuerzo o el té.

En cambio, para una cena formal, el mantel de color blanco o marfil con servilletas
iguales es el más adecuado. Los individuales son mus prácticos para almuerzos
informales, es decir, entre familiares, amigos íntimos, gente de mucha confianza; pero
nunca en reuniones formales, ni mucho menos encima de un mantel.

Los individuales se colocan directamente sobre la mesa y pueden ser de rafia, paja o
algodón.

Tanto el mantel como los individuales y las servilletas (sin indicaciones de haberlas
usado otra persona antes, como, por ejemplo, señales de lápiz de labios) deben estar
siempre inmaculadamente limpios.

Pueden colocarse sobre el plato, en caso de que la mesa sea muy pequeña y que no se
sirva una entrada, un consomé o una sopa. Es de mal gusto colocar la mantequilla a las
rebanadas de pan, no lo corte sobre la palma de la mano, troce un pedazo de pan con los
dedos, y en el plato le unta la mantequilla haciendo presión con el cuchillo y ¡a la boca!
Deje el cuchillo de mantequilla en el plato de pan que estará al lado izquierdo y arriba
del plato de sitio.

Siéntese con la espalda erguida y no se deje caer sobre la mesa y la comida.

Al tomar café, leche, té, sopa, consomé o crema coloque la cuchara en el plato y no en
la taza para excitar aquel se pueda voltear el recipiente.
Jamás use los dedos para recoger la comida o empujarla; así como tampoco el cuchillo.
éste en la etiqueta solamente sirve “para cortar la carne”. Después de esta
recomendación tan cruda, ¿se acordará del consejo?

Las comidas calientes no se soplan para refrescarlas ni se muevan constantemente. Y al


terminar de comer tampoco empuje el plato hacia el centro de la mesa ni tampoco
empuje el plato hacia el centro de la mesa ni tampoco a un lado, respete su ubicación
inicial.

No use palillos de dientes en una mesa por ningún motivo, aun creyendo que nadie se
dará cuenta escondiéndose y escarbándose la boca. ¡Esto es de pésimo gusto y
demuestra falta de cultura! Pero aún si lo pretende disimular colocándose una mano
delante de la otra que actúa casi quirúrgicamente. Por favor ¡No lo haga!

Antes de empezar a comer, espere a que todos se estén sirviendo, especialmente en una
reunión social.

La carne se corta según se vaya comiendo, nunca toda a la vez.

Es de pésima educación resolver la comida que tiene servida en el plato y jugar con la
comida que no le gusta. Ignórela y disfrute la que sí le agrada.

No frote la servilleta sobre los labios, dese “GOLPECITOS” suaves y coloque los codos
sobre la mesa. Lo que si debe hacer es colocar las muñecas a los lados de la mesa.

Un caballero le llevará chocolates y/o flores a la anfitriona en una invitación formal,


pero no vino o el postre. Estos se pueden llevar a una invitación informal o de común
acuerdo con los dueños de casa.

Es cursi, de mal gusto o una “HUACHAFERIA” como dice en el Perú, levantar el dedo
meñique al manejar los cubiertos o al llevarse una copa o vaso a los labios, los cubiertos
o al llevarse una copa o vaso a los labios.

No gesticule con los ciertos en la mano, coloque los cubiertos en posición de descanso
(como se indica posteriormente), tampoco hable con la boca llena ni coma con la boca
abierta.

Antes de tomar algún liquido límpiese los labios con la servilleta, es señal de educación.
Y al finalizar la comida, coloque la servilleta al “descuido “en la mesa, en el mismo
lugar donde la encontró, no la doble.

Por favor, jamás diga “provecho” y menos aún “Servido”

Dígame cómo come y le diré el grado de educación que tiene, ¡No se descuide!

En la mesa pueden suceder infinidad de situaciones que podamos ignorar, pero otras que
si debemos conocer.

¿Qué hacer con los cubiertos?


Es muy fácil, comience con los de afuera y vaya hacia adentro, el cubierto pegado al
plato es un último y corresponderá por lo general al plato de fondo.

Las cucharas de sopa, consomé de cremas estarán colocadas siempre a la derecha del
plato de sitio. Éste es un planto tendido que estará de base para recibir todos los demás
platos, salvo el del postre.

Los tenedores estarán al lado izquierdo del plato de sitio y pueden ser de entrada, de
pescado, de carnes blancas, o de carnes rojas; cada uno tiene du propio estilo y
características especiales y así como existen diseñadores de ropa, los hay de cubiertos
también.

Los cuchillos hacen pareja con los tenedores en tamaño y el de pescado es siempre
diferente y tiene de párela una paleta.

Al terminar de comer el filo del cuchillo queda hacia adentro y en el lado derecho y el
tenedor al lado izquierdo y boca arriba, Los mangos deben extenderse un poco fuera del
plato.

Los cubiertos que no se usen al momento de descansar, de conversar, o de comer algo,


se colocan cruzados en el plato, el tenedor a la izquierda y con la “boca abajo “y el
cuchillo debajo de este quedando en medio del plato

Mantenga el cuchillo y el tenedor en ángulo, no los tome ni los agarre como su fueran
dagas ni punche la comida con ellos.

Al acabar de comer coloque el cuchillo y el tenedor uno al lado del otro en el centro del
plato y como si fueran las manecillas de un reloj que marca las 6:30, pero en forma
paralela, no angular.
Los cubiertos tampoco quedan colocados fuera del plato como remos, estos solo tienen
utilidad en los botes.

Por favor no deje los cubiertos que se han utilizado, sobre la mesa o en el mantel. Todo
cubierto que se levanta del mantel no vuelve a tocarlos otra vez, siempre se colocará en
el plato que se está usando.

Si el plato le gustó mucho, puede pedir discretamente una repetición o colocar los
cubiertos separados en el plato. Si la anfitriona conoce de etiqueta entenderá el mensaje,
de lo contrario, ¡se quedará usted con el gas!

Manejar con incomodidad los cubiertos, o tener cara de susto al partir la papa con
cuchillo, nos puede delatar como personas sin educación.

¿Desea ser una buena anfitriona social?


¿Quiere que sus invitados la recuerden siempre?

No puede dejar de considerar algunos puntos elementales y sencillos para lograrlo:

Escoja al grupo de invitados, este debe estar conformado por personas que tengan algo
en común, que congenien, que compartan interés, aficiones.

Mezcle algunas cuantas caras nuevas en un grupo conocido.

Busque un almanaque y asegúrese de que no haya otras actividades grandes: culturales,


sociales o políticas, que vayan a coincidir con la tuya, Tampoco elija un día del fin de
semana largo.

La luminotecnia es un factor importante al planear una fiesta privada. Las luces rodadas
o ámbar crean belleza en el cutis de las personas. En cambio, las luces amarillas y
verdes hacen que la gente se vea desteñida. ¿Después de tanto arreglo de las mujeres, le
parece bien verse fea y apagadas por efecto de las luces?

Las tareas de la invitación

Envié invitaciones impresas siempre y cuando se de grandes ocasiones.

Las demás pueden ser hechas a mano, bien diseñadas y sin error en el nombre o en la
dirección. Se dice que el sonido más agradable para cualquier persona es el de su propio
nombre. Poe eso la anfitriona no puede darse el lujo de deletrear mal un nombre o
apellido y mucho menos de equivocarse entre quien es una señora o señorita o dejar
fuera los títulos de las personas; Doctor, Arquitecto, Señor Embajador. etc. Hay que
trabajar en ego de nuestros invitados, estimule si vanidad ¡son seres humanos!

Existe un refrán que dice “Prefiero ser tonta cinco minutos de que toda la vida” Si no
sabe cómo se escribe un nombre complicado, llame a la persona y se le pregunta si es
que no se le encuentra primero en la guía telefónica.

Escriba sus invitaciones con buena letra y si la suya no es bonita ni legible, búsquese un
experto, pero nunca las haga a máquina porque eso da una impresión demasiado
impersonal y comercial.

Cuanto más sencilla las invitaciones, tanto más protocolares y elegantes son. Cuanto
más caras, tanto más convenientes,

Cuanto más sencillas las invitaciones, tanto más protocolares y elegantes son, Cuando
más claras, tanto más convincentes.

En materia de invitaciones, no hay nada que esté, “a la moda” por qué la verdadera
invitación protocolar es, y siempre ha sido blanca y con letras negras.

Si la letra es un alto relieve puede ser más cara la invitación. Cuanto más informal sea la
actividad, tanto más informales deben ser las invitaciones.

Las realmente formales llevan dos sobres y el papelito de seda dentro. Este tipo de
invitación no es solamente para las bodas. También sirve para cenas formales, cocteles
de negocios y todo tipo de actividades.

R.S.V.P.

No tema incluir estas siglas R, S, V, P, en sus invitaciones “responde sil bous plata” en
nuestro idioma “responder por favor” Este es el único modo que tiene una anfitriona
para calcular el número de personas que asisten a la fiesta (¡no se olvide colocar el
número de teléfono al laso de las siglas) cuando hay que cocinar, cuantos tragos van a
servirse, cuanta servidumbre hay que emplear… ¡de lo contrario so sabrá si van a asistir
diez o cien!

El asunto se complica aún más cuando la fiesta es en un hotel, restaurante o en un club


social, porque el anfitrión tiene que pagar un costo mínimo por persona. Si paga por
trecientos y solo van doscientos, pierde lo que abono por esas personas mal educadas a
las que difícilmente se les volverá a invitar, ¡téngalo por seguro!
Una vez que las personas han sido invitadas a una fiesta se sientan importantes. Hay
siempre tanta gente a quien invitar, que quien recibe una invitación tiene que sentirse
halagada. De todos modos, la han elegido.

La etiqueta y los buenos modales nos dice que un invitado debe contestar R.S.V.P. así
que ¡responda por favor! Si no lo hace, además de quedar como una persona mal
educada, correrá el riesgo de que no la sientan a la mesa o no le reserven un lugar
privilegiado. Es una falta de cortesía y de consideración no contestar.

Puede invitarse también con llamadas telefónicas o personalmente. Deberá hacerlas con
suficiente anticipación. No se invita a una persona a última hora, salvo que sea íntima y
que la necesite para reemplazar a otra que se excusó muy tarde.

Según el tipo de fiesta o reunión que piensa hacer, prepare una lista de todo lo que
necesita para esta ocasión.

Según el tipo de fiesta o reunión que piensa hacer, prepare una lista de todo lo que
necesita para esta ocasión. Haga presupuesto y limítese a él. Tenga comprado todo lo
que va a necesitar con la debida anticipación. Ponga su casa en orden y que todo este
inmaculadamente limpio y brillante, ¡Echando chispas!

Todo lo que es plata, bronce, cobre, vidrios, cristales, pisos, ventanas y hasta las hojas
de las plantas de ben relucir, y aunque no tenga platería o algo similar, siempre ¡el buen
gusto ayuda!

Lenguaje de las flores

Prepare en los sitios claves floreros con flores naturales, así dará a sus invitados una
hermosa bienvenida.

Trate de escoger flores que duren, ya que los arreglos de flores se deben hacer desde el
día anterior y se necesita que estén tiernas, frescas, y llenas de aroma el día de la fiesta,
Las mustias, sin vida y sin energías irradian esa misma actitud en los invitados.

Recuerde que, para la mesa de comida, donde sus invitados están sentados no se debe
colocar centro de mesa alto ya que los invitados no podrán ver, igual sucede con el
tamaño de las velas de la mesa.

¿No sabe sobre arreglo de flores?


Si no dispone de presupuesto para las flores naturales, no se preocupe y no menosprecie
la capacidad decorativa de las ramas y las hojas y use su creatividad e ingenio.

Generalmente, todo lo que se hace con cariño sale bien y sus invitados lo sabrán
apreciar, además no pierda las esperanzas de recibir un lindo ramo de flores de algún
invitado “gentil” que ya haya leído estas sugerencias y las ponga en práctica…

Disponga de asientos necesarios, bien distribuidos, mesitas auxiliares y de ceniceros


(solo si desea que fumen en su casa)

Haga un despliegue cómodo de todo lo que necesitará para los cocteles y licores.

Si tiene un bar, ese será sin duda, el lugar apropiado y el preferido por los invitados, si
no dispone de uno, no se apene. con una mesita adicional o un carrito de té puede servir
para este efecto.

Acomode a la mano servilletas de coctel (en esta ocasión pueden ser de papel) las
botellas, los palillos, para mover el vaso. copas o vasos adecuadas, descorchador, hielo,
pinzas para hielo, posa vasos (para evitar manchas las mesas de madera) limón, naranja,
cheros, gaseosas, agua y los bocaditos.

Disponga de un lugar apropiado para guardar abrigos, carteras, sacos, y en nuestros


países los equipos de sonido que generalmente se retiran del automóvil.

No olvide, por favor, que la pulcritud de una familia y especialmente de la dama de la


casa, se mide en su cocina y en los baños.

El baño de visitas debe estar como el resto de la casa impecables limpio y con toallas y
otros accesorios como flores, plantas, jabones, colonia, en orden y a la disposición de
sus invitados.

Bien descansada, arreglada y con la mejor sonrisa

Recién ha llegado el momento de estar guapa y bien arreglada.

Si usted es una mujer organizada y ordenada, la operación ropa la demorará solo una
hora.

Se dice que la buena anfitriona se viste elegante y sencilla, bien perfumada y con un
buen par de zapatos, cómodos, y elegantes.
Un último vistazo a la casa, encender luces indirectas o velas, según sea el caso, sacar
hielo y ver que todo esté listo para cuando llegue el primer invitado.

Si tiene servicio en la casa, este abría la puerta, y acompañara a los invitados a la sala, si
no lo tiene, la anfitriona abrirá la puerta y dará el recibimiento.

Una fiesta o reunión es música y gente. Escoja a ambos muy bien. Procure dar a sus
invitados la bienvenida más cordial y alegre que pueda.

Para que su reunión sea un éxito, cuide la comodidad y la alegría de sus invitados. No
invite a personas conflictivas. Ni tampoco a una pareja ya divorciados, aunque tengan
otro compromiso, ni a personas que tengan marcadas diferencias personales o
comerciales. Sea inteligente y sepa conducir a sus invitados. Si uno de ellos no está
contento en su reunión, no será exitosa ni la recordará como una buena anfitriona.

No olvide de disponer para cada ocasión durante la reunión de una sonrisa o unas
palabras amables que la conviertan en el centro de la simpatía, optimismo y alegría…
¡es contagioso!

No experimente con platos nuevos o especiales sin antes haberlos probado. No escoja
comidas que se puedan dañar.

Tenga mucho cuidado con los mariscos, pescados y mayonesa, puede tener invitados
alérgicos que se quedaran sin comer. En estas épocas existe mucha gente vegetariana
(como yo) que deben tener “Algo” que comer.

Trate de elegir comida que pueda servirse con facilidad.

El servicio doméstico y la comida hecha son indispensables para que la anfitriona pueda
tomarse ese día de descanso, ir a la peluquería, a la sauna y arreglarse, porque esa noche
es su noche, en donde debe sentirse como una reina, fresca, fragante, y brillante… claro
que las cosas se pueden hacer también de manera más austera.

Eso crea mucho entusiasmo entre los invitados que, además, se sentirán especiales y
halagados,

Se cuenta que el legendario Aristóteles Onassis era reconocido por los regalos que hacía
en sus censa a bordo les regalaba una joya, que iba escondida ¡dentro de su postre!
Si se da rienda suelta a su imaginación, las fiestas que tengan un tema determinado son
muy convenientes para usted, porque la ayuda con la música, a armar la decoración y
las invitaciones.

Por ejemplo, una fiesta de blanco y negro, que es muy elegante y exquisita, o vestida de
rojo, o una fiesta de comida típica, todas tienen su encanto. Aquí también pueden
funcionar las costumbres y vestidos de nuestro país es sus diversas regiones.

Sin embargo, hay que tener cuidado al decorar, porque los colores blanco y negro
pueden lucir muy tristes con las flores de esos tonos.

No se recomiendan las fiestas de disfraces, porque llevan a gastos extras y preparativos


especiales por parte de los invitados y ahí se reduce por lo menos en un treinta por
cierto la gente que va a ir, donde además no les gusta disfrazarse.

Use su imaginación, creatividad, ilusión y haga que sus invitados hablen de su fiesta
durante días.

¿Y las gracias?

Este simple detalle es una cortesía que le hará quedar bien con todas las personas. Sobre
todo, después de haber asistido a una reunión el invitado siempre debe dar las gracias.
Es una simple cortesía hacia la persona que ha tenido la atención con usted y la ha
invitado.

Es cierto que el invitado puede dar los gracias cuando se retira de la reunión, pero lo
más efectivo será hacerlo por escrito, como en Europa, pero en nuestro país es mejor
hacerlo por teléfono.

El mundo está hecho de detalles y ahí está la diferencia entre las personas educadas y
las maleducadas,

Esta cultura pasa los detalles por debajo de la mesa y en realidad lo único que toma es
una llamada de tres minutos y las invitaran por segunda vez,

No es mucho el sacrificio para quedar bien.

Después de todo, el invitado fue a comer y beber gratis, además conoció gente
interesante y utilizo la reunión para el desarrollo de su vida intelectual, profesional o
social.
Lo menos que puede hacer, por todo lo expuesto es dar las gracias por teléfono, por
escrito o a lo mejor con un ramo de flores.

De las gracias sinceras y elogie la reunión, la anfitriona estará no solamente encantada


con sus comentarios, sino ¡gratamente sorprendida! Cuando hay mozo o empleadas
domésticas, lo primero que debe saber hacer es capacitarlos,

Recuerde que ellos la están representando ante sus invitados y amistades en general

“quien no sabe no puede dirigir” cuidado…

Capítulo 14
“Siempre debemos tener presente que lo que es hablar más alto que lo que uno
dice
R.W. Emerson
Buenos modales y estilos en las invitaciones
La cena dispuesta
La cena está servida, será anunciada por el mozo o la anfitriona. Ella conducirá a sus
invitados hasta el comedor, indicándoles sus respectivos puestos.

Siempre que esto sea posible, se deberá tratar de sentar alternados a los miembros de
cada pareja, ya que los esposos no deben sentarse juntos.

El lugar honor es siempre la derecha del dueño de casa o invitante y debe ser concedido
al de mayor importancia en rango o edad, sentándose los anfitriones en los extremos
opuestos, cabecera de la casa.

Lo primero que se debe hacer después de sentarse es esperar que todo estén ubicado y
retirar la servilleta de tela que estará doblada sobre el lado izquierdo del plato de sitio.

Es notable ver una mesa puesta con platos base o sin ellos. Debe acostumbrarse a
utilizarlos especialmente al servir sopa, consomé o entradas, hay una tremenda
diferencia y no necesariamente son costosos.

Aunque este almorzando a solas, tiene que quererse y respetar sus horas de comer,
Aunque no la mire nadie, hágalo porque su salud lo merece y de esta manera logrará
que toda hora de comida sea un placer; no solo con lo que saborea si no que todo influye
a partir de lo que se proyecta.
Todos los platos deben ser ofrecidos por el lado izquierdo. En cambio, las cosas o los
vasos se llenan por la derecha, para evitar cruzar al invitado que está sentado. Una vez
terminado el plato, debe ser retirado por la derecha del invitado. Nunca se deben apilar
los platos usados unos sobre otros, es de pésima educación hacerlo, aunque estemos con
los familiares de más confianza.

El plato de pan y mantequilla deben ser retirados por la izquierda, para evitar
innecesarias perturbaciones.

En nuestros países latinoamericanos, se acostumbran que la anfitriona comience a


comer y todos sus invitados la sigan. En otros países ella será la última en comer “Al
país al que fuereis, haz que veréis”

La manera usual y correcta de comenzar el servicio es por la dama sentada a la derecha


de quien invita y seguir con todas las demás, la última en servirse será, obviamente la
anfitriona.

De igual manera se hará con el invitado que este ubicado en el sitio se honor, a la
derecha de quien invita y que será la pareja de la dama que está sentada a la derecha del
anfitrión. Luego seguirá sirviendo a todos los caballeros hasta llegar al dueño de casa o
anfitrión.

Al sentarse a la mesa, sea una entrada (fría o caliente), sopa, consomé o cualquier tipi de
crema, el primer plato deberá estar servido.

Igualmente estará el agua (nunca servida hasta el borde de la copa o el vaso si no hasta
dos terceras partes), el pan y la mantequilla en bolitas. En reuniones formales no se
pone la mantequillera en la mesa.

No use gaseosas o jugos de frutas en comidas servidas a la mesa, solo se pone agua pura
o mineral y por supuesto, si la economía lo permite. Acompañe con un vino
cuidadosamente seleccionado.

¿Un buen vino?

Existen muchas combinaciones ya clásicas entre el vino y las distintas clases de


alimentos, pero aun los más tradicionales tienen su excepción.

Todos sabemos, por ejemplo, que el vino rojo no acompaña bien al pescado; sin
embargo, en países es candinavos, que grandes consumidores de pescado, es una
costumbre. Para los alemanes, el vino banco complementa casi toda la comida. A pesar
de estar excepciones notables, es preferible adherirse a las combinaciones tradicionales,
especialmente cuando se tienen invitados; vino tinto con las carnes rojas y vino blanco
con las carnes blancas.

En las ocasiones informales simples cualquier vino genérico como Chablis hará un buen
papel. Cuando se trata de vinos, la regla más importante es tener en cuenta que no deben
opacar el sabor de las comidas.

Platos delicados como una trucha, se complementa con un vino igualmente delicado.
Las comidas bien sazonadas o picantes requieren vinos a la altura de ellas; por esto los
vinos rojos que tienen un sabor marcadamente fuerte resultan excelentes con las fuertes
salsas de tomates y ajos.

Existen, y no debe sorprender, ciertos platos que no tienen afinidad con ningún tipo de
vino como las alcachofas, los espárragos, el curry

Con las sopas y e consomé se debe servir jerez en copa más chica que las de vino el
cuarto tamaño). La más grande será para el agua natural (nunca jugo o gaseosa en una
mesa formal) le sigue la copa de vino tinto, luego la de vino blanco y después la de
jerez. La copa de champagne tradicional es abierta, y la moderna en forma de flauta
acompañaran al postre.

Cuando se añade vino a las comidas, recuerde que el proceso el alcohol se evapora y
que solo perdurará el sabor de los componentes del vino. Idealmente se debe utilizar el
mismo vino que se servirá en la mesa.

Siempre resulta interesante servir más de un tipo de vino si la comida consta de varios
platos. No se deben mezclar vinos diferentes en la misma copa. Trate de tener varias
botellas del mismo vino y no espere que se acabe.

No olvide tampoco que existen pocas combinaciones ideales como la del queso y un
vino y no cometa nunca el error imperdonable de añadirle hielo al vino blanco, que
debería estar helado antes de servirse.

Sin embargo, hay algunos platos que nunca deben acompañarse con vino. Son los
aliñados o preparados con vinagre o excesivamente ácidos, de sabor muy penetrante,
que alteran y predominan sobre el sabor del vino. Es el caso de las ensaladas con
vinagre, los quesos a acrema, las frutas acidas, las alcachofas, los espárragos y los
postres de chocolate.

También se puede servir de aperitivo una copa de vino, que se servirá con el primer
plato de comida.

¿Como se sostiene la copa? Jamás la tome de la copa mismas si no del pedestal. de la


patita larga de la copa.

El vino espumoso, el champán ¿Cuándo se bebe?

Existen diversas opiniones. Por parte, hay quienes dicen que deben tomarse al principio
de la comida, como aperitivo, en lugar de al final como es otra costumbre. Contra la
opinión de tomar champaña en el aperitivo está la de tomarlo antes de servir el postre o
con los dulces.

Finalmente, este es el vino de los banquetes, de la alegría, de las celebraciones,


bienvenidas, triunfos, o para celebrar y descanso dominical después de a comida
familiar. Desde luego el mundo de hoy da otras posibilidades técnicas, y cumplen
igualmente el objetivo de celebrar compartiendo. ¡Salud!

¡Lo que no debe hacer en una mesa!

No use flores de plástico para su mesa con invitados o sin ellos.

No use mondadientes. Es desagradable ver a una persona hurgándose los dientes.

No asista a una invitación si o está bien de salud, es decir resfriada.

No se lama los dedos ni los huesitos de pollo.

No se levante de la mesa, hágalo solo en caso de emergencia.

No empuje el plato hacia adentro de la mesa al terminar de comer.

No use candelabros de día, y de noche préndalos siempre.

No lea en la mesa cuando come y menos su está acompañada.

No recoja ni empuje la comida con un pedazo de pan.

No moje alimentos sólidos en los líquidos.

No rehúse una invitación que haga la anfitriona


No coloque los codos encima de una mesa servida.

No mezcle juegos de vajilla, copas o cubiertos.

No use cuchara y tenedor para comer tallarines, hágalo solo con el tenedor y enróllelos
para llevarlos a la boca. Recuerde que no se parten para sancocharlos ni se cortan con
cuchillo.

No use servilletas de papel en una mesa, salvo un coctel

No ponga una servilleta de papel dentro de una tela. ¿Sabe lo que esto indica? ¡No
quiero que ensucie mi servilleta de tela!

No sople la comida, por más caliente que este.

No diga ¡servido! ni menos ¡provecho!

No coma con la cabeza inclinada al plato, el brazo es el que sube y baja llevando la
comida a la boca.

No se enganche la servilleta en el cuello, ni en el escote, ni en la corbata.

No deje jamás la cuchara dentro de una taza, se colocará en el plato, debajo del asa del
lado derecho.

No se trague las semillas de la uva, o de las otras frutas similares, se las puede retirar de
la boca con los dedos.

No use los dedos para retirar espinas, huesos pequeños u otros elementos no agradables
a su paladar, use el cubierto que se está utilizando para retirarlos y deposítelos en el
borde del plato.

No se excuse si se le cae algún n alimento al mantel, simplemente recójalo con el


cubierto que está usando y deposite en el borde del plato

No es necesario dar las gracias al mozo cada vez que le sirve un nuevo plato, en el caso
de no desear algo dígale. “no gracias”

No habla de dietas en el momento de la comida es de pésimo gusto.

No dé explicaciones si es alérgica o vegetariana si no puede comer algo que le han


servido, simplemente déjelo a un lado del plato, nadie lo notara.
¡No fume entre plato y plato! Y siempre pregone antes de hacerlo.

Los Buenos modales de un ejecutivo en la mesa

Es evidente que cuanto más sepa y cuanto más educado sea el ejecutivo, empresario o
profesional, tanto mayor éxito obtendrá en el trabajo.

Todo ejecutivo, en razón del trabajo y de su vida vinculada al mismo participa en


almuerzos, cenas, desayunos, bruncas, cocteles, etc.

¿En qué se fija la gente?

En las personas que comen mal o que no saben comer, lo cual genera una percepción
incorrecta.

Conforme el ejecutivo sube “la escalera del mando “se le observa y analiza más, se le
juzga y evalúan por todo el contorno, jefes, esposas, altos ejecutivos, empleados.

La posición correcta delante de la mesa es la de sentarse cerca de esta área, de lo


contrario aleja el cuerpo de la mesa y lo obligar a inclinarse hacia ella.

¿Codos en la mesa?
Nunca si estamos delante de una mesa servida. Espalda recta los brazos permanecen
junto al cuerpo, ambas muñecas en el borde de la mesa. No se recueste totalmente en las
sillas, debe quedar un espacio libre entre el espaldar y su espalda.

El cubierto y la comida han de “subir a la boca y no la boca hacia el cubierto”, quiero


decir que el brazo es el que sube y baja del plato hacia la boca.

Se come con la boca cerrada. Se mastica con los dientes, los labios han de permanecer
abrochados. “En boca cerrada no entran moscas”. Cuando coma no haga ningún ruido
adicional.

Es de buena educación no dejar nada en el plato, siempre que sirvan una cantidad
razonable de comida; pero a veces se sirve con excesos, creyendo así halagar al
invitado. Ya no se usa “DEJAR ALGO DE POLÍTICA” si le gusta termine de comer y
si desea repita, ¡la anfitriona estará encantada, se lo aseguro!

Ese dedo meñique ¿levantado?

En otra época el levantamiento era refinado. Hoy sencillamente es cursi, fuera de tono.
Del principio al final de una cena formal

Aperitivo

La anfitriona recibe el aviso de que la comida ya está dispuesta.

Acompañará a las señoras al comedor iluminado (en la mesa ya estará servido el primer
plato, que puede ser una entrada fría o caliente, una sopa, consomé o crema; la copa de
agua y los pancitos o cristinos con la mantequilla en bolitas o en cuadritos todo puesto
esperando a los invitados.

Acto seguido el anfitrión hará lo mismo con los caballeros.

La anfitriona se sienta primero, luego lo hacen las demás señoras (ya ubicaron sus
lugares con las tarjetas de sitio) y por ultimo los caballeros, incluido el anfitrión.

Cada invitado ayudara a sentarse y al finalizar la cena, a levantarse a la señora a la


derecha, retirando su silla.

El inicio de la comida

Una vez sentada, la anfitriona, por respeto y por costumbre, será la primera en empezar
a comer.

La anfitriona no se distraerá conversando con sus invitados de la derecha y de la


izquierda solamente y dejará esperando al resto

Cuando observe que todos han sido servidos ella tomara el cubierto que le corresponda
al plato y comenzará a comer.

Las damas serán servidas primero y la anfitriona la ultimo. Luego, los caballeros y el
anfitrión será el último en servirse, salvo excepciones de mandatarios, reyes, etc.

Fin de una comida

Terminada la comida, la anfitriona (o el anfitrión, si no la hubiere) ha de dar la señal de


abandonar el comedor levantándose de la mesa.

La anfitriona debe estar atenta para hacerlo en el momento preciso y anunciara que
tomaran café en la sala, biblioteca o terraza según sea el caso. Hay, desde luego, otros
escenarios menos sofisticados.

¿Existe la maldición del número trece en la mesa?


Trate de no sentar trece personas en su mesa, porque siempre habrá un invitado que,
aunque no lo reconozca, será supersticioso, o por si acaso…

¡No señora!

Nadie lo quiere, excepto en las loterías.

Se le recuerda y se asocia que, en la última cena, Cristo, nuestro señor, estuvo sentado
en una mesa con los doce apóstoles y que Judas. El apóstol traidor estuvo sentado ¡En el
extremo de la mesa y era el trece!

¿Si falla el numero catorce? ¿Qué hacer?

Primero acuda al amigo de confianza explicándole la verdad.

Solicite su ayuda.

De no ser posible que la socorra, acomode dos mesas, una de ocho y la otra de cinco
personas cada una, o de lo contrario de siete y seis invitados cada uno.

En estos casos tienen que estar presididas no mesa por el anfitrión y la otra por la
anfitriona.

¡Todo, menos quedar en el número trece!

Como muestra un botón: se cuenta que en los hoteles Marriott en los estados unidos
sientan a un gato con frac, servilletas, copas, vajilla. Cubiertos, y le sirven igual que a
todos los invitados… pero ¡el gato es de cerámica!

El coctel o recepción

El termino de coctel y recepción significan lo mismo. Lo que quiere decir, gente


invitada por alguien, con un objeto definido, donde se come y bebe de pie en el mismo
sitio.

El coctel es un evento normalmente dirigido s familiares y a amigos, incluyendo a


compañeros de trabajo o estudios.

En cambio, la recepción es un evento oficial, formal y ofrecido por la autoridad o por


una personalidad en el campo laboral, económico, político y social.

¿Por qué es mejor un coctel a una cena?


Se puede invitar por teléfono o con tarjeta

Se puede invitar a más personas

No importa si un invitado falla

Es una reunión más sencilla

El invitado puede trasladarse de un grupo a otro

¿tiene inconvenientes?

Mas invitados, más automóviles y más gente que atender

Mas invitados, menos espacio físico.

Considere que lo ideal es contar con un metro cuadrado para dos personas invitadas.

Tiene que tener en cuenta que en una “comida” el invitado esta en situación “estática” y
en un coctel o recepción el invitado está en situación dinámica

Para esta clase de eventos, deje los muebles necesarios en casa, ya que necesitara todo
el espacio posible para recibir a mucha gente de pie y con cierta comodidad.

Considere que también hay gente que quiere sentarse, deje sillas o muebles para que
sientan cómodas, como en su casa, pero, por favor no las ponga alineados ni pegados a
la pared, como si fuera una clase de baile…

¿Tiempo de duración del cóctel o recepción? Lo ideal son dos horas, no más de tres

Si tiene un invitado mal educado que no se va por nada, ¿Qué hacer?

Reduzca drásticamente la comida y la bebida en esos treinta minutos calculados antes


de cumplirse las tres horas establecidas.

Los anfitriones se situarán en la puerta para despedir a los invitados.

Sea creativa, pero bajo el dictado de la cortesía.

Por último, diga “me va a disculpar, pero mi esposa o madre, o novia, o hermana esta
cansada y no se siente bien ¡es fulminante!

O prender y apagar las luces lo que puede funcionar perfectamente en un restáurate,


pero no en su casa.
¿Qué es receiving line?

Como ya lo he explicado, es también conocido como el “comité de recepciones”. Los


anfitriones han de recibir, saludar, atender y, de ser posible, despedir a los invitados.

El anfitrión que ostente el cargo más importante se situará primero en la línea de


recepción y a continuación la otra persona. Puede ser hombre o mujer el primero en la
línea.

La puntualidad también es importante en estos eventos, porque durante los primeros


treinta minutos llegan generalmente el ochenta por ciento de los invitados,
consecuentemente los anfitriones estarán recibiendo y saludando a sus invitados durante
ese lapso.

Si el coctel lo ofrece personal de una empresa, es necesario que alguien se quede en la


línea de recepción para seguir recibiendo a los invitados que se atrasen o lleguen
tarde…

La anfitriona luego controla luego controla la marcha del evento para corregir cualquier
deficiencia que pueda surgir.

De la comida, bebida y el cigarrillo

La comida que se presenta en este evento es sencilla y se puede comer de pie y con las
manos: canopes cruditos como apios, zanahoria, brócoli con salsas diversas,
sándwiches, pastelitos, entremeses, rollitos de jamón, huevos rellenos, y tostaditas con
quesos, son los más recomendados.

En esta clase de reunión se pueden utilizar servilletas de papel especiales para coctel,
tenga en abundancia y ubíquenla en diferentes lugares y al alcance de todos los
invitados. Calcule por lo menos cinco para cada persona invitada.

Contrate mozos y tenga el doble de vasos y/o copas del número de invitados.

Desde que el mundo es mundo, la verdadera educación tiene su prueba de fuego en el


alcohol

Cuidado con la cantidad de cocteles servidos, tiene que reconocer que son deliciosos,
pero ¡muy peligrosos!
Pareciera ridículo hablar de ceniceros, pero son esenciales, Ubíquelos en abundancia
para proteger sus alfombras, sus plantas y el piso

Pueden ser diferentes, bonitos, pero no valiosos y preferible que tome algunas
precauciones, que sean grandes y pesados, así no desaparecerán de su vista…

No hay nada más deprimente en estas reuniones que un cenicero lleno de colillas y
malolientes. Vea que constantemente se vacíen y se limpien.

Por lo general la invitación para un coctel implica ver llegar al invitado con un terno
oscuro es decir azul oscuro o negro (ningún otro color) con camisa, corbata, bien
aceitado y a una dama elegantemente vestida y con accesorios apropiados, vistosos,
cartera sobre vanite no de colgar en el hombro, bien peinada y maquillada, así como en
tacos altos.

El movimiento de los invitados

¿Cómo evitar que nuestros invitados se concentren en un solo espacio? Este es sin duda
el aspecto más complejo del coctel

“La gente va donde hay gente, nunca donde no la hay”

El sentido gregario del hombre es como el de las ovejas; ¡Donde va una, van todas!

Quizá debido a un cierto terror ancestral a la soledad que genera duda, desconfianza,
inseguridad y muchas veces hasta miedo… siempre el salón lleno seguirá llenándose y
el vacío seguirá vacío.

Por ello frecuentemente el espectáculo curioso se ce en una masa compacta de


invitados, mozos, humo, música, color ruido cháchara, todo en un solo salón al tiempo
que los salones contiguos están vacíos.

¿Qué hacer? Si hay algo que es muy difícil de hacer es mover gente, Pero no imposible

¿truco? Si los hay, felizmente

El primero es señalarlo fue El Quijote cuando dijo: “De la panza sale danza” verdad tan
vieja como el mundo. Si la comida y la bebida son servidas en bandejas por los criados
que se los llevan a los invitados, tendremos problemas, como hemos visto se irán al
salón único y lleno de gente…
El secreto está en armar bares y mesas anexas, en lugares más opuestos de los salones
distantes, Como el imán de la comida y de la bebida es irresistible, los invitados irán
solitos y mansitos en su búsqueda.

El otro truco esa en armar bares y mesa anexas en lugares más opuestos y colocar a una
persona en la puerta de entrada de los salones y hacer que dirija el transito con los
invitados, con aire, donaire, y educación, También funciona.

Los banquetes, ¿Cómo definirlos?

Como una cena, pero con “ALGO MAS”

Mas de todo… eso es un banquete

¿reglas?

Las mismas usualmente, salvo algunas recomendaciones adicionales; en la mesa


presidencial se sentará quien encabece el banquete y los comensales de mayor rango
jerárquico. El resto se sentará en los brazos que salen de la mesa presidencial o en
mesas menores separadas.

Generalmente la mesa presidencial es rectangular.

Como es el centro del evento. El presi, así igualmente con las personalidades que la
forman deben ser vistas por la concurrencia

En resumen, han de mirar a la concurrencia, quiere decir de cara a los comensales nunca
de espaldas.

El Buffet

Es considerado como “la comida tenedor” o en un inglés “fork supper”

Es una de las opciones para poder invitar a un mayor número de personas en un espacio
menor. Promueve la comunicación entre todos los invitados. Facilita el proceso de
servir la comida.

Cada invitado cuenta con un sitio cómodo para sentarse (no precisamente a una mesa) el
invitado puede circular libremente

Las fuentes son tentadoras, los platos bien preparados.


La decoración de la mesa es bella, candelabros prendidos (si es de noche), arreglos de
flores naturales o en hielo. Las mesas están estratégicamente ubicadas, los invitados
pueden circular libremente para servirse.

¿Cómo se camina alrededor de la mesa?

Pues como se mueve las manijas del reloj

Si se colocan los platos, cubiertos, servilletas en la esquina de la mesa, obliga a todos


los invitados a ir en línea bien formada.

El poste o los dulces se colocan en otra mesa. Las bebidas, hielo, copas, vasos, cocteles
en mesa adicional.

Para comenzar a servirse espere la invitación de la anfitriona.

Por favor, no arrebate las patas del pavo ni guarde dulcecitos en la cartera para el hijito
que no fue a la reunión.

Tome solamente un plato para servirse, su pareja puede ir a su lado con su plato y podrá
ir sirviéndole lo que a él le guste o desee comer. Sírvase moderadamente en el plato y
regrese donde estaba sentada.

¿Desea repetir? Por favor, ¡en plato limpio! No se le ocurra ir hasta la cocina para dejar
el sucio aparte, Si lo deja en la mesa el mozo lo recogerá.

No incluya aves con hueso, semillas, espinas en el menú.

Invite con siete días de anticipación.

No hay platos servidos, todas son fuentes para servirse personalmente.

No se ponen individuales encima de un mantel

No llene su plato completamente, preferible es que se sirva nuevamente

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