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Si inferir es un proceso objetivo a través del cual se obtiene una información no explicitada,
pero válida, a partir de datos explícitos; suponer es un proceso subjetivo por medio del cual se
puede llegar a una hipótesis también partiendo de ciertos datos explícitos, pero, para que
ésta pueda ser validada como conclusión real, necesita de otros datos no presentes en el
texto.
EJERCICIO 1:
LEE LAS SIGUIENTES CRÓNICAS POLICIALES Y SEÑALA CON UNA “I” SI CORRESPONDE A
INFERENCIA Y UNA “S” SI ES SUPOSICIÓN.
(OG).- José Alexander Aguayo Ochoa de 23 años, murió al estrellarse contra una plataforma que se
encontraba estacionada, mientras el conducía su motocicleta. El terrible accidente sucedió ayer a
las 17 horas aproximadamente, en la Av. Circunvalación Norte a la altura del colegio Mario
Minuche. Aguayo, quien tiene un taller de motos en la Av. Buenavista y 11va Norte, Cdla. Santa
Elena, se embarcó en su moto tipo caballito, color negra, de placas HC 981 I, para recoger a un
hermano que trabaja en la cooperativa Ciudad de Machala, cuando circulaba por la Circunvalación
Norte cerca al Camposanto Parque de la Paz, cuando al parecer rebasó a un vehículo por el
costado derecho y sin tiempo a reaccionar se impactó fuertemente contra la parte posterior de
una plataforma que se encontraba estacionada, muriendo al instante, como testimonio del fuerte
choque la moto y el casco de protección quedaron hecho pedazos. Personas que se percataron del
terrible accidente, llamaron a las unidades de socorro, llegando una ambulancia de la Clínica La
Cigüeña, sin embargo los paramédicos solo se limitaron a verificar que Aguayo estaba sin signos
vitales. Elementos del servicio de Investigación de Accidentes de Tránsito de la Policía Nacional del
Ecuador (SIAT) llegaron a la escena del accidente junto a la Fiscal María Teresa Bernal, quien hizo
el levantamiento del cadáver, mismo que fue llevado a la morgue del cementerio general. El
médico legista Wolney Polo fue el encargado de realizar la necropsia de ley. La mamá de la
víctima llegó a la morgue, donde protagonizó una escena desgarradora, al conocer que su hijo
había muerto. Se pudo observar que el cuerpo de José Alexander Aguayo Ochoa, presentaba una
fractura cráneo frontal, que es la que le provocó la muerte instantánea, herida en el hombro
derecho y laceraciones en distintas partes del cuerpo. El cuerpo será velado en su residencia,
ubicada en la Av. Buenavista y 11va Norte. Aguayo se desempeñaba como mecánico de motos.
http://www.diariocorreo.com.ec/noticia.aspx?idNoticia=9200
EJERCICIO 2:
LEE LAS SIGUIENTES CRÓNICAS POLICIALES Y SEÑALA CON UNA “I” SI CORRESPONDE A
INFERENCIA Y UNA “S” SI ES SUPOSICIÓN.
A casi tres semanas de su desaparición en pleno campo y bajo una intensa nevada y con
temperaturas que oscilaban en los 14 grados bajo cero, finalmente ayer sobre las 14 horas sus
propios familiares que no habían abandonado la búsqueda encontraron el cuerpo sin vida del
peón rural Bernardo Leónidas Quiroz (27).
Su cuerpo apareció debajo de un matorral, boca abajo y con todas sus pertenencias y hasta el
cuchillo en la cintura que solía utilizar estaban en perfectas condiciones. El lugar donde lo
encontraron es un campo de la estancia “Tropezón” situado a unos 25 kilómetros al noreste de
donde había salido en dirección al puesto donde trabaja su hermano en la estancia “La Pampa”.
Lo encontraron al divisar al perro que lo acompañó hasta el último día, un ovejero negro que hacía
guardia y que lo cuidó las casi tres semanas ya que se presume que su deceso se produjo al otro
día de su desaparición y que evitó y alejó a las alimañas del campo ya que encontraron el cuerpo
en perfectas condiciones, según informaron fuentes policiales. Hasta el lugar se acercaron a
últimas horas de la tarde de ayer la funcionaria de Fiscalía Dra. Laura Castagno y peritos de la
División Criminalística para realizar las tareas pertinentes en el lugar y ordenar luego el traslado a
la morgue de esta ciudad para que le practiquen la autopsia correspondiente.
Dejó a esposa y pequeña hija y salió en busca de ayuda
A eso de las 17 del martes 16 de julio Quiroz se desplazaba en su automóvil Renault 19 hacia el
puesto La Pampa en compañía de su esposa Alejandra Quisle y el pequeño bebé de un año y
medio, hijo de la pareja. A unos 38 kilómetros de Río Senguer el vehículo se quedó sin batería y el
peón rural decidió ir caminando hacia el puesto de su hermano para pedir auxilio. Salió en medio
de una intensa nevada y con temperaturas varios grados bajo cero. Lo acompañaba su fiel amigo
el perro ovejero negro. Desde entonces nada se supo de su paradero ya que nunca llegó al puesto
“La Pampa” y al día siguiente y tras denunciar la desaparición, se intensificaron los rastrillajes con
baqueanos del campo, Policía Montada y helicópteros, entre otros medios, pero no hubo
resultados positivos y sí detectaron posibles huellas que pudiera haber dejado en el camino.
Incluso con el correr de los días se tejió la hipótesis que el hombre pudo haberse alejado por
propia voluntad hacia algún otro desconocido lugar.
Finalmente alrededor de las 14 de ayer, sus familiares que nunca bajaron los brazos, lo
encontraron gracias al ovejero negro que cuidaba de su amo cuyo cuerpo estaba cubierto por
unos matorrales y boca abajo, donde seguramente intentó refugiarse y lo encontró la muerte tras
una intensa nevada a la que siguieron temperaturas bajo cero no aptas para que algún ser
humano sobreviva a la intemperie.
http://www.diariocronica.com.ar/94227-encontraron-sin-vida-al-peon-rural-desaparecido-en-rio-
a) Bernardo Leónidas Quiroz muere de hipotermia. I/ S
b) Bernardo Leónidas Quiroz fue aparentemente asaltado I/ S
c) El protagonista de esta historia tenía al menso un hermano varón. I/ S
d) El ovejero negro dio aviso de la muerte de su amo. I/ S
e) El ovejero negro protegió el cuerpo del amo de los animales. I/ S
f) Las variadas hipótesis sobre la desaparición de Quiroz fueron
rechazadas por las familias. I/ S
g) El hombre tenía razones para alejarse por propia voluntad a un lugar
desconocido. I/ S
h) La autopsia confirmó la data de muerte de Quiroz. I/ S
i) En la crónica leída predomina la forma básica de la narración
no literaria. I/ S
j) El hermano de Quiroz denuncia a la policía el desaparecimiento. I/ S
EJERCICIO 3:
LEE LAS SIGUIENTES CRÓNICAS POLICIALES Y SEÑALA CON UNA “I” SI CORRESPONDE A
INFERENCIA Y UNA “S” SI ES SUPOSICIÓN.
SANTIAGO.- Un violento homicidio múltiple y suicidio que se relacionaría con un caso de violencia
intrafamiliar ocurrió anoche en Curicó, en la Región del Maule. Un médico asesinó a tres hijos
adolescentes y se quitó la vida en su domicilio, situado en el sector de Zapallar de esa ciudad.
El autor de los crímenes fue identificado como Francisco Ramírez Alvarado, quien tenía 50 años.
De acuerdo a los primeros informes, el hombre disparó contra los adolescentes, de 13, 16 y 17
años. Luego se trasladó a su dormitorio y se disparó en la cabeza.
La esposa de Ramírez, Pilar Merchak, no sufrió heridas en el hecho y alertó a Carabineros. Durante
la noche fue internada en un centro asistencial debido a que sufrió un shock.
Violencia intrafamiliar
El médico prestaba servicios en el Hospital Base de Curicó y en una clínica de la ciudad, según
informes en la zona.
Vecinos relataron que conocían supuestos episodios previos de violencia intrafamiliar relacionados
con el fallecido profesional.
Efectivos de la Brigada de Homicidios de la Policía de Investigaciones (PDI) llegaron hasta el
domicilio con el fin de realizar pericias para aclarar el violento incidente, que es investigado por la
Fiscalía local. Familiares de las víctimas llegaron hasta la residencia, que se encuentra bajo fuerte
vigilancia de Carabineros. Los tres adolescentes muertos eran nietos del médico y ex intendente
de la Región del Maule, Norman Merchak.
http://www.emol.com/noticias/nacional/2012/08/30/558089/medico-mata-a-hijos-y-luego-se-
quita-la-vida-en-curico.html
EJERCICIO 4:
TEXTO
Atendiendo a que me muestro demasiado rezongón ante ciertas conductas urbanas que
se expanden como el fuego en la hierba seca y crecida de una pradera, los lectores van a
pensar que me estoy poniendo viejo. Lo que me arrebata es lo que a falta de mejor
palabra llamaré “patanismo”, un fenómeno que observamos a diario y que tiene variadas
e irritantes manifestaciones. Ese término remite a “patán”, o sea, a quien tiene
comportamientos groseros, toscos, excesivos, y se ha transformado ya en un auténtico
culto.
Una insufrible manifestación de patanismo son las conversaciones por celular en alta voz
en calles, oficinas, autobuses, vagones del metro, taxis colectivos, salas de espera,
restaurantes, cafés, cines, funerales. No termino de instalarme en el asiento del bus que
me trae a Santiago y varios de los pasajeros comienzan sus interminables y estrepitosas
llamadas. No imaginan las cosas de que me he enterado en esos desplazamientos, de
manera que ahora llevo un iPod con música grabada que me permite neutralizar la
vocinglería ambiente. Lo que todavía no me decido a portar es una mascarilla para
detener los olores de lo que otros pasajeros tragan con avidez. Son tantas las cosas que he
escuchado en mis viajes, lícitas y de las otras, que a veces he pensado bajar en Curacaví
para poner sobre aviso a Carabineros.
Si usted no utiliza el transporte público y conduce su propio automóvil, tendrá que hacer
esfuerzos para encontrar alguna radio en que no haya un par de agitadores conversando a
gritos con auditores que cuentan sus vidas a cambio de que les pongan “un tema”. Por lo
general no se trata de vidas ejemplares, pero ya sabemos que en los tiempos que corren
no hay faltas, solo errores, y que haber incurrido en alguno de proporciones transforma al
responsable en candidato seguro a un programa de radio o televisión en horario prime.
La televisión abierta es surtidora inagotable de patanismo. Los canales compiten por él
tanto como lo hacen por rating. Destemplados alborotadores y alborotadoras en ruedo
hacen nata en este medio, disputándose a gritos la palabra, mientras la prensa escrita se
televisa cada vez más. Las páginas que dedica no a comentar la televisión ni a informar
sobre esta, sino a relatar oscilaciones del ánimo, ascensos, caídas, cuitas sentimentales,
violencia intrafamiliar y contratiempos laborales de los llamados “rostros” de los canales,
son más que las que destina a cultura y otros tipos de entretención.
Los muros de nuestras ciudades son páginas en blanco para patanes que presumen de
artistas populares. En ellos dejan sus acostumbradas y nada creativas huellas, cuando no
sus amenazas a un mundo que no ha prestado suficiente atención a sus problemas. Pero
siempre hay un erudito que le encuentra sentido y trascendencia a cualquier cosa que
aparezca escrita en la calle.
Los restaurantes son escenario predilecto para el patanismo. Exceptuados los que yo
llamo “restaurantes de viejos”, reciben multitudes de sujetos que hablan a gritos, comen
mal, dan a los mozos destempladas voces de mando, y ríen con estruendo y brusquedad
solo porque a uno de ellos se le cayó la cucharilla del café. Ni mencionar en este caso el
vocabulario de hombres y mujeres, donde “weón” y “weá” no son expresiones groseras,
sino términos que suplen palabras que los hablantes ignoran. No es ordinariez lo que
delatan tales expresiones, o no solo, sino pobreza de lenguaje.
No solo de estar poniéndome viejo; también me van a acusar de elitista, un término que
se ha transformado en arma arrojadiza que lanzar sobre cualquiera que pida hoy un poco
más de buen gusto, un poco más de privacidad, un poco más de silencio, un poco más de
lenguaje, un poco más de sobriedad, un poco más de paciencia, un poco más de con-
tención, un poco más de responsabilidad.
Agustín Squella, Solo un poco más, El Mercurio
EXTRAÍDO DE: La comprensión de lectura en la PSU-L, Regina Varetto, Editorial Cid, 2015