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“La rebeldía y sus consecuencias.

Mensaje del Apóstol


Dr. Miguel Bogaert Portela”
Publicado el12 febrero, 2018

2 Corintios 10:3-6 dice:

“Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; porque las armas de
nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de
fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento
de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo, y estando
prontos para castigar toda desobediencia, cuando vuestra obediencia sea perfecta”.

Estos versículos quieren decir que nuestra guerra, nuestra batalla no son carnales, es
decir no es contra carne ni sangre, por eso no puedes criticar ni murmurar a tu hermano
porque no es un comportamiento de él, sino lo que se mueve sobre él.

Cuando nosotros militamos en Cristo, nos estamos preparando para luchar contra lo que
se llama desobediencia y esto no es más que rebeldía, pero para nosotros luchar contra
la desobediencia debemos estar perfectamente obedientes. Si no estás en una dimensión
de obediencia, no podrás luchar contra alguien que esté en desobediencia.

Los hombres y mujeres más desobedientes son los que tienen un espíritu de ser justos y
espirituales, porque por su justicia no obedecen a los demás, ellos creen que son los
únicos que tienen la razón, y los muy espirituales son mas desobedientes que los justos
porque como están en tan contacto con Dios, no obedecen las autoridades puestas por
Dios.

Tenemos que entender que en nuestra vida hay una lucha continua, es una batalla en la
cual tenemos derrotas y victorias, lo normal no es que tengamos derrota, sino que
siempre tengamos victoria porque estamos con un Dios que no ha perdido ni una sola
batalla.

Si somos soldados de Cristo, del ejercito de Dios, ¿por qué Dios no ha perdido una
batalla y nosotros si? O no nos hemos identificado bien con el que no ha perdido una
batalla, o no lo hemos querido entender, o no hemos sido gente aplicada en lo que Él
nos ha enseñado. Cristo no pierde una batalla porque Él es obediente al Padre; tú pierdes
batalla porque no eres obediente. En la obediencia hay un misterio, un secreto, que solo
lo sobrenatural lo trae a nosotros.

1 Timoteo 1:18-19 dice:

“Este mandamiento, hijo Timoteo, te encargo, para que conforme a las profecías que se
hicieron antes en cuanto a ti, milites por ellas la buena milicia, manteniendo la fe y
buena conciencia, desechando la cual naufragaron en cuanto a la fe algunos”.

Esto nos enseña que la palabra profética es un arma con la que tienes que empezar a
luchar y a batallar. Cuando Dios te da una palabra profética, un sueño, una visión, esa es
la primera arma que vas a usar para empezar a militar en la milicia de Dios.

El enemigo no quiere que hagas parte de tu vida la palabra profética, porque el hombre
que no tiene visión ni palabra profética, es un hombre que no tienes sueños, no tiene
propósitos. La palabra profética en tu vida, es tu futuro y el enemigo no quiere que
llegues a tu futuro porque sabe que serás un enemigo mortal de él.

Efesios 6:12 dice:

“Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra
potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes
espirituales de maldad en las regiones celestes”.

Éxodo 15:2-3 dice:

“Jehová es mi fortaleza y mi cántico, Y ha sido mi salvación. Este es mi Dios, y lo


alabaré; Dios de mi padre, y lo enalteceré. Jehová es varón de guerra; Jehová es su
nombre”.

Josué 5:13-14 dice:

“Estando Josué cerca de Jericó, alzó sus ojos y vio un varón que estaba delante de él,
el cual tenía una espada desenvainada en su mano. Y Josué, yendo hacia él, le dijo:
¿Eres de los nuestros, o de nuestros enemigos? El respondió: No; mas como Príncipe
del ejército de Jehová he venido ahora. Entonces Josué, postrándose sobre su rostro en
tierra, le adoró; y le dijo: ¿Qué dice mi Señor a su siervo?”.

Cuando el enemigo anda buscando a quien devorar, el lo que busca son tus promesas,
tus esperanzas, tu felicidad, tus bendiciones, tu salud, tus finanzas, el deseo de vivir, ese
es lo que él hace. La iglesia tiene que entender que lo que Dios tiene para nosotros
tenemos que pelearlo, por eso dice la Palabra que solo los valientes arrebatan las
bendiciones de los cielos.

Salmos 24:8 dice:

“¿Quién es este Rey de gloria? Jehová el fuerte y valiente, Jehová el poderoso en


batalla”.

Isaías 13:4
“Estruendo de multitud en los montes, como de mucho pueblo; estruendo de ruido de
reinos, de naciones reunidas; Jehová de los ejércitos pasa revista a las tropas para la
batalla”.

Esto es una batalla donde Dios te quiere bendecir y el enemigo te quiere maldecir, Dios
te quiere dar y el enemigo te quiere quitar, Dios te quiere levantar y el enemigo te quiere
derrumbar. Cuando no tienes esta revelación de que tienes un guerrero, te conviertes en
un títere del enemigo.

La raíz de todo este problema está en una sola palabra, se llama rebeldía. El primer
pecado que hubo en el universo y en el mundo se llama rebeldía, es el pecado que está
dentro de la iglesia, es el pecado que mas aborrece y odia Dios, la rebeldía es la raíz de
todo pecado.

La raíz de todo problema humano es la rebelión, el no quererse sujetar, el no ser


obediente, el no reconocer la autoridad de Dios, la autoridad puesta por Él, por eso
necesitamos el poder sobrenatural para poder librarnos de esa rebelión.

Mateo 6:10 dice:

“Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra”.

Aquí nos empieza a enfrentar Dios, si tú quieres que se haga Su voluntad en la tierra, así
como en el cielo, ¿por qué no te sometes a Su gobierno?, porque la rebeldía y la
rebelión es la iniquidad del pecado. La iglesia está llena de gente que no quiere entender
cuál es el proceso de autoridad. Una crítica, una murmuración, un chisme, son rebelión.

Cuando empieza la rebeldía, es aquí donde se nos hace difícil que nosotros podamos
someternos por completo a la voluntad de Dios, es aquí donde empieza nuestra lucha,
nuestra batalla, es aquí donde encontramos qué tipo de soldados somos.

Tenemos tres enemigos:

 Nuestra mente.

Tu mente cauteriza la conciencia y la conciencia es el único órgano que pelea en contra


tuya cuando estás en Dios. Esta es la que te dice lo que está bien y lo que está mal, pero
tu mente la pone insensible y cuando esto sucede, neutraliza tu voluntad y no sabes
decidir, te conviertes en un títere.

 Satanás.

Anda como león rugiente buscando a quien devorar,

 El mundo.

Estas tres cosas te hacen entrar en el proceso de la rebeldía. Hay hombres y mujeres que
están más en el mundo que en la iglesia y por eso se convierten en rebelde.

Isaías 57:20-21 dice:


“Pero los impíos son como el mar en tempestad, que no puede estarse quieto, y sus
aguas arrojan cieno y lodo. No hay paz, dijo mi Dios, para los impíos”.

Si los impíos no tienen paz, los hijos del Señor tienen que tener paz. Tienes que
demostrarle al enemigo que tienes paz, una paz que sobreabunde.

En todas partes hay rebeldía, en las iglesias, unos con otros, en los matrimonios, en los
colegios, en los negocios, los hijos contra los padres, en todo sitio, rebeldía.

Cuando quieres saber si un hijo tuyo es legítimo, corrígelo y si es legítimo se mantiene


fiel en el mismo lugar donde lo pongas. Corregir en los caminos de Dios es afirmar.
Cuando no son legítimos dejan todo y se van.

Mateo 24:10-12 dice:

“Muchos tropezarán entonces, y se entregarán unos a otros, y unos a otros se


aborrecerán. Y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos; y por
haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará”.

La palabra maldad en hebreo es avla que significa iniquidad, rebelión, en todas sus
consecuencias, es decir, en los últimos tiempos la rebelión va a aumentar. La rebelión
comenzó en Génesis 1, donde dice que la tierra estaba desordenada y vacía. Entre los
versículos 1 y 2 se levantó un rebelde que se llamó Lucifer. Dios creó tres seres,
Lucifer, Miguel y Gabriel.

Ezequiel 28:16 dice:

“A causa de la multitud de tus contrataciones fuiste lleno de iniquidad, y pecaste; por


lo que yo te eché del monte de Dios, y te arrojé de entre las piedras del fuego, oh
querubín protector”.

Contrataciones viene de la raíz iniquidad y la raíz iniquidad viene de rebelión. En ese


tiempo había una raza preadámica y Lucifer era el encargado de llevarle la adoración y
la música a Dios, pero dijo que él era el importante y en vez de llevarle eso a Dios, se lo
tenía que tomar para él mismo, porque el rebelde siempre va a ser egoísta, nunca se
conforma con lo que tiene ni con lo que le ha dado a Dios, siempre va a querer lo que
tiene el otro, va a querer manipular.

Ese rebelde que hizo que la tercera parte de los ángeles lo siguieran, porque el rebelde
siempre va a contaminar al que está a su lado. Lucifer se quedó con una tercera parte de
los ángeles, Miguel se quedó con una tercera parte de los guerreros y Gabriel se quedó
con la tercera parte de los mensajeros.

Contratación en hebreo es tráfico y trafico significa ir y bajar como un chismoso


agitando, uno que siembra discordia. Satanás significa uno que resiste a Dios y al
pueblo de Dios, en otras palabras, Satanás y el diablo son dos chismosos. Todos los
chismosos tienden a ser buenos amigos, porque los buenos amigos siempre se van a
tapar, pero los que son soldados en Cristo son íntimos hermanos, porque cuando eres
intimo hermano no te importa nada, solo que el alma de tu hermano sea salva.
1 Samuel 15:22-23 dice:

“Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que
se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los
sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros. Porque como pecado
de adivinación es la rebelión, y como ídolos e idolatría la obstinación. Por cuanto tú
desechaste la palabra de Jehová, él también te ha desechado para que no seas rey”.

Esto quiere decir que si eres un rebelde tienes un pecado como la adivinación y la
adivinación es uno de los dones de un brujo, en otras palabras, el que es rebelde es
brujo. El obstinado es aquel que quiere hacer las cosas por encima de todo el mundo y
las hace.

Gálatas 3:1 dice:

“!Oh gálatas insensatos! ¿quién os fascinó para no obedecer a la verdad, a vosotros


ante cuyos ojos Jesucristo fue ya presentado claramente entre vosotros como
crucificado?”.

La palabra fascinó significa embrujó. La rebeldía y la brujería van de mano. Cuando


eres rebelde a la disposición del pastor, no eres más que un rebelde brujo, porque lo dice
la palabra.

En los hijos de Dios no hay adivinación, hay palabras de ciencia, de sabiduría y


discernimiento, pero los brujos tienen adivinación.

Hay dos tipos de brujos:

 Los que practican allá afuera y no conocen a Jesús.


 Los que conocen de Cristo y se resisten a la autoridad impuesta por Dios.

La rebelión es el espíritu de Lucifer; si no quieres ese espíritu debes someterte a las


autoridades de Dios y a las impuestas por Dios. Dice la palabra que la testarudez es
como la idolatría, tu propia opinión y tu testarudez se convierten en brujería. Rebelión
significa apartar o no respetar la autoridad que el pastor ha puesto, no reconocerla.

Hay tres poderes demoníacos que se derivan de la brujería:

 La adivinación. Predice el futuro.


 La hechicería. Usa objetos conjurados.
 La gente que se jacta de ser muy justo y muy espiritual.

Brujería es el intento de controlar y dominar a otras personas de cualquier forma, sin


usar al Espíritu Santo. La brujería es el que refuerza y respalda las autoridades
ilegitimas, porque su último paso es controlar; el espíritu de brujería y el de rebelión
entran en la persona y dejan un veneno de inconformidad, de insatisfacción y de baja
autoestima.
Por eso, dice la Palabra que no todo el que dice Señor, Señor, entrará al reino de los
cielos. Tienes que reconocer las autoridades de Dios, hacer Su voluntad, reconocer las
autoridades impuestas por Él, para que Dios pueda bendecirte.

Los antídotos para el espíritu de rebeldía y de brujería, son cuatro:

 Orar por las autoridades.


 Sujetarte por gratitud.

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