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Objetivo

Potenciar la ética de niños en los grados 1 y 3 de un institución pública de la ciudad de


Armenia mediante estrategias didácticas tales como la escucha activa, discusiones e casos,
trabajo en equipo y demás actividades para mejorar la empatía y la ética desde temprana
edad.

Justificación

La ética y la empatía han demostrado superar el coeficiente intelectual, alineando la


inteligencia emocional. Queremos demostrar, basándonos en diferentes autores, la
capacidad que tienen los seres humanos de percibir las emociones de los demás,
predominando desde la primera infancia. La estimulación a temprana edad aumenta con
éxito el futuro intelectual del niño; diversos estudios demuestran que los niños con un buen
desarrollo emocional son más estables y se desempeñan mejor en la escuela (Goleman,
2018). Verificaremos planes de estudio donde, mediante la conciencia social,
aumentaremos el estímulo emocional del niño. La capacitación familiar también debe ser
parte de nuestro estudio, pues para construir sociedad debemos enfocarnos conjuntamente
con la escuela y la familia como base de la inteligencia emocional.

Realizaremos este trabajo para crear mayor conciencia social basada en la empatía, ya que
es injusto que los niños crezcan en una sociedad con violencia y carente de inteligencia
emocional, tal como lo es la capacidad de entender y reconocer las emociones propias y las
de los demás, así como en cómo y cuándo podemos ayudar a corregirlas y formarlas,
creando un ambiente seguro para el desarrollo de los infantes para fomentar una sociedad
futura estable. En esta investigación, podemos tener el primer contacto educativo con los
niños a través de las prácticas educativas. Hay que tener en cuenta que la carencia de
empatía y vocación docente ha degradado completamente la inteligencia emocional,
dejando atrás el contacto humano que tanta falta en los menores. El estudio y fomento de
los sentimientos no verbales que nos ha otorgado la naturaleza se ha dejado atrás,
disminuyendo nuestro desarrollo emocional por la sociedad.
Tendremos como finalidad el estudio de diferentes herramientas otorgadas por diversos
autores de gran talla, como Daniel Goleman. Encontraremos estrategias para el correcto
desarrollo emocional y ético de la sociedad, demostrando desde la primera infancia que el
cambio social es posible. Los conocimientos para el desarrollo emocional, actividades y
ejercicios mejorarán el desarrollo cognitivo de los niños, extrayendo desde la ética y las
humanidades actividades lúdicas metodológicas que nos ayudarán a fomentar la
inteligencia emocional.

Los resultados otorgados por esta investigación serán por la práctica estudiantil durante el
transcurso de mi carrera, fomentando el desarrollo de los niños y llevando a cabo una nueva
propuesta curricular estudiantil. Será clave la empatía y la ética para el desarrollo de la
personalidad de cada niño; los resultados obtenidos demostrarán que mediante actividades
lúdicas se puede lograr un cambio en el pensamiento negativo de cada niño sobre la
empatía que debe tener por los demás y la ética en la que se desarrolla. La capacitación
docente será de vital importancia para la enseñanza en los niños, desarrollando las bases
emocionales para obtener mejores resultados académicos, siempre poniendo como
prioridad los beneficios que tendrán los niños al alimentar su inteligencia emocional,
aumentando resultados académicos y mejorando las relaciones sociales a largo plazo.

Descripción del problema

La ética y la empatía son aspectos fundamentales que a menudo pueden ser subestimados,
pero su importancia es innegable en nuestra vida diaria. La empatía, según Daniel
Goleman, implica comprender y compartir las emociones de los demás, lo que nos permite
establecer relaciones sólidas, comunicarnos de manera efectiva y resolver conflictos de
manera constructiva. Además, Goleman sugiere que la empatía puede ser cultivada a lo
largo del tiempo mediante prácticas educativas que fortalezcan esta habilidad esencial.

Por otro lado, la ética, también desde la perspectiva de Goleman, se refiere a valores como
la responsabilidad, la honestidad y la compasión. Implica tomar decisiones moralmente
sólidas y actuar de manera coherente con principios éticos en nuestras relaciones y
comportamientos. La inteligencia emocional influye en la forma en que enfrentamos
dilemas éticos, ya que una mayor conciencia emocional nos permite considerar más
profundamente las consecuencias de nuestras acciones y tomar decisiones éticas de manera
más informada.

Sin embargo, en la sociedad actual, es evidente que la comprensión y el desarrollo de estas


habilidades en los niños pueden ser deficientes. La educación recibida en el hogar y en la
escuela puede no enfocarse adecuadamente en fortalecer la ética y la empatía, lo que lleva a
dificultades para identificar y expresar emociones, reacciones impulsivas y dificultades
para establecer relaciones interpersonales positivas, tanto dentro como fuera del aula.

Esta falta de desarrollo y fortalecimiento de la ética y la empatía tiene un impacto


significativo en la sociedad en su conjunto. Trabajar en estos aspectos es crucial para el
bienestar individual y colectivo, ya que contribuye a una comprensión más profunda de las
relaciones humanas, la resolución de conflictos y promueve una sociedad más justa y
compasiva.

Explorar la ética y la empatía no solo ayuda a las personas a reflexionar sobre sus propias
emociones y valores, sino que también contribuye al crecimiento personal y emocional. El
estudio de estos aspectos enriquece el campo académico y promueve prácticas más
efectivas en ámbitos psicológicos, educativos y sociológicos.

Para abordar estos temas de manera efectiva, es crucial implementar metodologías


educativas lúdicas, didácticas y pedagógicas que se adapten a las diversas realidades
sociales. Esto incluye educación y sensibilización, promoción de la diversidad e inclusión,
así como el fomento del respeto y comprensión por los demás. Trabajar en estos aspectos es
esencial tanto en el ámbito educativo como en la sociedad en su conjunto.

Su importancia radica en proporcionar un marco moral para nuestras acciones y decisiones.


La ética nos guía hacia comportamientos que son considerados como justos, honestos y
respetuosos hacia los demás. En un mundo donde los dilemas éticos son cada vez más
complejos y donde la tecnología y la globalización plantean nuevas cuestiones éticas, la
capacidad de reflexionar sobre nuestras acciones y tomar decisiones éticamente sólidas se
vuelve aún más crucial.
Además, la ética también juega un papel fundamental en la creación de confianza y
cohesión social. Cuando las personas confían en que los demás actuarán de manera ética y
justa, se promueve un sentido de seguridad y estabilidad en la comunidad. Esto es
especialmente importante en contextos como el ambiente laboral y político, donde la
confianza y la integridad son fundamentales para el funcionamiento eficaz de las
instituciones.

En resumen, la promoción de la ética y la empatía no solo contribuye al bienestar


individual, sino que también es esencial para construir una sociedad más justa, inclusiva y
compasiva. Al centrarnos en el fortalecimiento de estas habilidades desde una edad
temprana y al fomentar un ambiente que valore y promueva la empatía y la ética, podemos
trabajar hacia un futuro en el que las relaciones humanas estén marcadas por el respeto, la
comprensión y la colaboración mutua.

Ejes conceptuales

1. La empatía
1.1. Empatía cognitiva
1.2. Empatía emocional
1.3. Empatía afectiva.
1.4. Empatía moral
1.5. Empatía interpersonal
2. La ética
2.1. Ética personal
2.2. Ética social
2.3. Ética profesional
2.4. Ética ambiental
2.5. Ética digital
2.6. Ética académica.
3. Inteligencia emocional
3.1. Conciencia emocional
3.2. Regulación emocional
3.3. Habilidades sociales
3.4. Autoconciencia
3.5. Motivación

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