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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR DE EDUCACIÓN UNIVERSITARIA

UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL SIMÓN RODRÍGUEZ

Programa de Estudios Abiertos, Acreditación de Saberes.

Trabajo de Investigación para optar al Título de:

Magister en Pedagogía

MAESTRIA: PEDAGOGIA CRITICA

LINEA DE INVESTIGACION:

Presentado por: Ing. Wilymar Carolina González Herrera

C.I: V-18.671.242

Septiembre 2021
INTRODUCCION

La Formación Integral del Ciudadano es una constante en diferentes instancias


relacionadas con el desarrollo de los países, en las cuales se postula una
educación orientada hacia la competitividad con valores que hagan preservar la
humanidad dignamente, esto es, la educación debería estar dirigida a un
desarrollo sustentable, y no continuar prisioneros en los modelos desarrollistas
propios de la modernidad, que al dar beneficios, también han causado daño a la
sociedad. Así, se tiene que la Comisión Internacional sobre la Educación del siglo
XXI creada por la UNESCO, plantea la necesidad de formar una nueva cultura
ciudadana que permita a los individuos participar activamente en el desarrollo de
la sociedad; estimular la cooperación entre los seres humanos, sin distinción de
raza, religión o lengua. Así mismo, la educación debe fundamentar conocimientos,
valores, actitudes y aptitudes favorables a la construcción de una cultura de paz y
democracia (Declaración de 44ª Reunión de la Conferencia Internacional de
Educación. Ginebra, 1994). En correspondencia con estos planteamientos, la
Reforma del Sistema Educativo Venezolano (1996), postula promover cambios
significativos que conduzcan a la formación de un ser capaz de practicar valores
como la libertad, la tolerancia, la solidaridad, la honestidad, el amor a la vida, la
responsabilidad y la justicia. Finalidad retomada en el Proyecto Educativo Nacional
(1999), al plantear que la educación debe atender a las exigencias de la
construcción de una nueva sociedad y de una nueva república, para lo cual debe
formar continuamente al ser humano en un conjunto de habilidades y destrezas,
entre las que puntualizan formar en la cultura de la participación y de la solidaridad
social. Igualmente, en la Educación Básica se persigue el desarrollo integral de los
alumnos a través de la Formación de hábitos y formas de comportamiento de los
mismos, a fin de propiciar un mejor ajuste con su ambiente familiar, social y
natural. Se trata de formar una personalidad con la interiorización personal de
valores básicos para la vida y para la convivencia, una convivencia en el ámbito
democrático donde sean posibles el encuentro y el entendimiento, desarrollando
entre todos un mundo más humano, esto es, la construcción de una cultura
democrática, lo cual remite a la formación del ciudadano participativo, un ser
capaz de cooperar, dialogar y ejercer sus responsabilidades; un ciudadano que
además de poseer unos derechos, también ejerza unos deberes, ya que
democracia significa demos, y pueblo significa gente unida en torno a unos valores
comunes. En consecuencia, para la formación del recurso humano que el país
requiere es necesario orientar la acción educativa a la formación integral del
mismo, es decir, desarrollar a la persona en lo cognitivo, en lo afectivo y en lo
social; en el entendido de que el desarrollo de la persona no es solamente
acumulación de conocimientos, de datos y experiencias, sino que además de ello,
se debe humanizar, la hominización desemboca en un nuevo comienzo. El
homínido se humaniza". la formación humana es fundamental, ya que la crisis de
hoy, no es tecnológica, sino que es una crisis de relaciones entre los hombres, es
una crisis de significado humano; por lo tanto, la misión de la educación será
educar integralmente. En la educación integral, la formación del ciudadano
participativo corresponde a la dimensión social del individuo, visto como ser social
por naturaleza y orientado a vivir en comunidad, esto es, la educación debe
cultivar valores dirigidos a lograr la convivencia entre los seres humanos, tales
como la solidaridad, el respeto, el diálogo, la responsabilidad, la autonomía, la
libertad, lo cual implica el desarrollo de una nueva cultura, la emergencia de una
racionalidad holística, es concebir el mundo globalmente interconectado, significa
atender el desarrollo de la interdependencia en el niño, en el sentido de que el ser
humano reconoce la existencia como una vasta red de reciprocidad entre él y toda
la creación. El desarrollo de este proceso debe estar presente en todos los
esfuerzos educativos de la sociedad, en el entendido de que el proceso educativo
debe responder al paradigma del ser humano a que aspire la sociedad, lo que le
confiere a la educación un doble papel. Por un lado, cumple una función
formadora del ser social, y por otro lado, la educación tiene una función
transformadora a tono con las nuevas exigencias sociales. los fenómenos
sociales, económicos, el impacto de las nuevas tecnologías de la información,
"obligan a redefinir el papel de la educación en la sociedad y más específicamente
en la formación del ciudadano". En consecuencia, la escuela debe ser el lugar
donde se aprenda a pensar, a convivir y a reflexionar críticamente acerca de la
realidad social, porque la misma es el agente esencial para formar
democráticamente a los alumnos, ya que es una institución que transmite valores
y normas sociales, que forma socialmente y educa cívicamente y que puede
permitir que los alumnos, desde pequeños, aprendan a participar en comunidad.
Todo ello porque ofrece la posibilidad de lo que es el aprendizaje continuo, de
adquirir de forma sistemática aquellos saberes fundamentales que fuera de ella se
dificultarían o se imposibilitarían. En correspondencia a estos planteamientos, se
consideró pertinente formular la interrogante ¿El proceso educativo desarrollado
en las escuelas básicas propicia la formación del ciudadano participativo? Para
dar respuesta a esta interrogante, se ejecutó una investigación fenomenológica
orientada por el objetivo general: Analizar si el proceso educativo desarrollado en
las escuelas básicas propicia la formación del ciudadano participativo. Este
objetivo se logró a través de los objetivos específicos: Estudiar los elementos
teóricos para la formación del ciudadano participativo. Interpretar la formación del
ciudadano participativo en el contexto escolar. La formación del ciudadano
participativo remite al cultivo de valores dirigidos a lograr la convivencia entre los
seres humanos, tales como: la solidaridad, el respeto, el diálogo, la
responsabilidad, la autonomía, la libertad. Este planteamiento constituye una de
las ideas fundamentales de Simón Rodríguez, quien expresaba que se debía
enseñar a vivir en sociedad. Al hablarse de una educación para la convivencia
social, se está haciendo referencia a la formación de un ciudadano poseedor de
los valores antes mencionados, que para esta investigación se denomina
ciudadano participativo. Es ver al ciudadano no sólo como un sujeto de derechos,
sino también como un sujeto de deberes. En este sentido, se busca preparar al
estudiante para vivir de una manera responsable dentro de una comunidad cada
vez más compleja, con nuevas necesidades y nuevas metas, la dimensión social
de la educación, los estudiantes deben ser vistos como seres sociales por
naturaleza y orientados hacia la comunidad. Este enseñar a vivir en comunidad
está íntimamente relacionado con el desarrollo de la interdependencia. Este autor
apunta, que para vivir responsablemente en las sociedades del presente siglo ya
no es suficiente ser un individuo independiente, sino que se tiene que ir hacia
delante y ser capaces de vivir en interdependencia, esto es, vivir juntos de manera
responsable, respetando no sólo a otros seres humanos sino también a los demás
seres vivos y al planeta en su conjunto, educar para la interdependencia, significa
el desarrollo de una nueva conciencia, la emergencia de una nueva racionalidad
basada en el principio de que todo está ligado a todo, nada en el universo tiene
una existencia separada, nada está aislado, la vida es una red dinámica. Es
concebir el mundo globalmente interconectado, en el cual los fenómenos
biológicos, psicológicos y sociales son interdependientes. Por ello, para enseñar a
vivir en interdependencia es necesaria una educación en la que se aprenda a
pensar en términos de interrelación, cooperación y procesos no lineales. Y la
relación entre individuo y la sociedad debe estar fundamentada en la
responsabilidad. Esa relación empieza con la familia, después, con la comunidad
mundial, con lo cual se logra un sentimiento de pertenencia a la familia humana y
se percibe el bienestar de la comunidad como bienestar del individuo y viceversa.

Ahora bien, la etapa de desarrollo del ser humano que va de la independencia a la


interdependencia ha sido estudiada por Lawrence Kohlberg en su teoría del
desarrollo del juicio moral, el desarrollo moral como una elaboración de juicios
universales sobre lo bueno y lo malo. Según esta concepción, el niño va a adquirir
una serie de juicios, valores u opiniones lo largo de su proceso evolutivo que van a
ser universales, es decir, el niño sabrá que una conducta es buena, no porque
aprenda que dicha conducta es correcta en un entorno determinado, y por tanto,
buena, sino porque es objetiva y universalmente buena. En este sentido, se opone
a considerar el desarrollo moral como un proceso de interiorización de normas y
prohibiciones socialmente sancionadas, en el cual el niño va aprendiendo y
asumiendo conductas en función de que éstas sean castigadas o recompensadas.
En atención a estas ideas, ¿Cómo en la educación básica se debe desarrollar la
interdependencia en los estudiantes?, el principio articulador del proceso
educativo es el aprender a aprender, en el cual la misión del educador es de
asesor y recurso en una formación no sólo profesional, sino también humana con
el propósito de capacitar al estudiante para que pueda vivir en la sociedad de la
interdependencia y la diversidad. Esta enseñanza debe estar enmarcada, según
este autor, en el enfoque constructivista, en el cual el aprender a aprender y las
estrategias de aprendizaje constituyen un factor de renovación curricular. Esto
supone introducir cambios en la dinámica de clase, en la que el docente debe
adoptar un rol distinto al que ejercía centrándose en la clase magistral. En la
actualidad, de acuerdo a este enfoque, se le debe dar mayor importancia a los
procedimientos que a los contenidos. Aquí lo importante es la implicación del
alumno para la consecución de los aprendizajes escolares. El constructivismo
subraya el papel activo del sujeto en su aprendizaje, el alumno, por tanto, es el
principal protagonista de su propio aprendizaje, las propuestas de intervención
psicopedagógicas en los procesos de enseñanza-aprendizaje se centran en el
concepto de aprender a aprender". Agregan, que uno de los objetivos de los
programas educativos será potenciar el desarrollo del aprendizaje autónomo. Los
alumnos, para adquirir conocimientos a lo largo de toda su vida, deben conocer
estrategias que le ayuden a aprender por sí mismos. Sólo así conseguirán llevar a
cabo un proceso continuo de aprendizaje para responder y enfrentarse a las
exigencias futuras de su vida personal y social. Por ello, la finalidad de la
educación que se imparte en las instituciones educativas debe ser promover los
procesos de crecimiento personal del alumno en el marco de la cultura del grupo
al que pertenece. Y para que estos aprendizajes se produzcan de manera
satisfactoria, el docente debe suministrarle una ayuda específica a través de la
participación del alumno en actividades intencionales, planificadas y sistemáticas,
que logren propiciar en éste una actividad mental constructiva. De allí que el
docente transforma su actividad de enseñanza en enseñar a aprender. El alumno
debe aprender a aprender, y el docente debe facilitar a éste el aprendizaje de
estrategias cognitivas, tales como: aprender a pensar, identificar sus procesos,
descubrir errores y lagunas, y en definitiva a adquirir autonomía, que consiste en
lograr la capacidad de formular los juicios y adoptar las decisiones necesarias para
actuar con independencia y libertad personal. Por ello, el educador debe utilizar
estrategias globalizadoras, lo cual requiere de suficiente sensibilidad para
determinar y reconocer el nivel de totalidad requerida en cada momento del
proceso educativo. El ser humano, la comunidad, la sociedad, el planeta y el
cosmos, deben ser vistos como contextos de aprendizaje o de totalidad; es de ello
de donde viene el sentido profundo del aprendizaje: "No considerarlo conduce a
una visión reduccionista y unilateral de quiénes somos y qué hacemos en la
escuela y en la vida" . En correspondencia con estas ideas, la Reforma Educativa
Venezolana plantea los Ejes Transversales como una estrategia globalizadora
para optimizar el proceso educativo, y dentro de los mismos, lo relacionado para la
formación del ciudadano participativo está contemplado en el Eje Transversal
Valores. Ahora bien, para educar en valores es necesario considerar, además de
la Teoría Constructivista, la Teoría Sociocultural de Vigotsky, la cual puntualiza la
importancia de la interacción y el apoyo social para el desarrollo cognoscitivo y
sociocultural del alumno, dicho individuo no aprende en solitario, sino que, por el
contrario, la actividad auto estructurante del sujeto está mediada por la influencia
de los otros, y por ello, el aprendizaje es en realidad una actividad de
reconstrucción de los saberes de una cultura. "En el ámbito escolar, la posibilidad
de enriquecer nuestro conocimiento, ampliar nuestras perspectivas y
desarrollarnos como personas está determinada por la comunicación y el contacto
interpersonal con los docentes y los compañeros de grupo". De acuerdo a estos
autores, los estudiantes en una situación de aprendizaje parten de sus marcos de
referencia personales que les permiten una primera aproximación a la estructura
académica y social de la actividad que enfrentan. Es decir, los alumnos construyen
significados a propósito de ciertos contenidos culturales, y los construyen, sobre
todo, gracias a la interacción que establecen con el docente, con sus compañeros
y demás miembros de la organización. En consecuencia, formar al ciudadano
participativo supone la posibilidad de vivir en la vida cotidiana de la escuela los
valores en torno a los cuales se está enseñando, no es suficiente razonar con los
estudiantes, sino que los docentes y directivos tienen que vivir y permitir que los
estudiantes vivan dichos valores. No se trata de memorizar contenidos, sino que la
participación debe ser la práctica cotidiana, existiendo espacios donde los
estudiantes se expresen, se organicen y desarrollen sus propias acciones; así
como también la organización y las acciones de los otros miembros de la
institución educativa deben ser modelos de participación. En este sentido, es
importante considerar la organización escolar. El gran reto de la Reforma
Educativa consiste en la construcción de un modelo educativo caracterizado por
las palabras clave: Libertad, Descentralización, Autonomía, Reflexión e
Innovación. Para lo cual han considerado indispensable fomentar las acciones
colectivas, la interacción entre todos los actores, el trabajo en equipo, para
transformar progresivamente al centro escolar en una verdadera comunidad, que
persiga metas comunes en relación con el proceso de enseñanza-aprendizaje, con
la escuela, con la comunidad y con la sociedad. Bajo estas premisas, la Reforma
Educativa plantea la implantación del Proyecto Pedagógico Plantel,
constituyéndose en el centro de la nueva política educativa del Ministerio de
Educación, con lo cual se persigue el fortalecimiento de la gestión autónoma de
las escuelas. Así mismo, son un mecanismo para involucrar todos los aspectos de
la institución escolar, tanto la práctica pedagógica como la organización escolar.
Este último aspecto, desde una perspectiva holística del proceso educativo, es
indispensable, ya que se trata, los modos de interrelación de los elementos que
intervienen en una realidad escolar institucional, con el propósito de conseguir la
mayor eficacia educativa". En este sentido, cada escuela debe establecer un
sistema de valores que deberán convertirse en un elemento de referencia esencial
para el resto de las decisiones curriculares y para la posterior concreción en el
ámbito de las actitudes y de los comportamientos. De allí, que la organización
educativa debe formular su visión, la cual sirve de orientación para las metas y
para los objetivos a partir del conjunto de valores compartidos por la organización.
Esto es, establecer hacia dónde va y cuáles son los propósitos que inspiran y
motivan a las personas que allí laboran, se debe crear una imagen de lo que
puede llegar a ser la organización. Una visión resalta la discrepancia entre las
condiciones presentes y las condiciones ideales y proporciona a las personas algo
importante por lo cual deben luchar, La visión da sentido de pertenencia y de
compromiso a las instituciones, las cuales deben desarrollar una cultura de valores
que genere compromiso". Es decir, la visión otorga direccionalidad en tanto que
los valores son los elementos que consolidan la visión. Todo esto se logra
estableciendo una visión compartida que se ajuste a un conjunto de valores que
inspire en los demás el deseo de alcanzar las metas a las que ella intenta llegar,
en la organización escolar se deben articular los valores y objetivos que
contribuyan a lograr y mantener la integridad o unificación de la misma, esto es, se
debe formular la misión. Entendiéndose por la misma, la expresión del propósito
fundamental de la organización, su formulación, debe estar conectada en el
enunciado de la visión ¿Qué somos ahora? ¿Qué aspiramos a ser?".. En las
instituciones educativas la misión debe estar dirigida hacia la convivencia laboral
que permita garantizar un ambiente escolar armónico, acorde con las exigencias
de la acción pedagógica, con miras a cultivar valores para una mejor funcionalidad
dentro de una acción participativa. Mediante la misión organizacional se crea -
según este autor- "una cultura organizacional que forme cotidianamente actitudes
de compromiso, creatividad, lealtad, cooperación, solidaridad, respeto por las
personas e innovación". Valores que deben ser compartidos por todos los
miembros de la organización; y la misión debe ser consistente con dichos valores.
Ahora bien, a semejanza de los valores y la misión de la organización, las metas
identifican lo que se desea lograr y brindan pautas para encaminar a la
organización hacia la dirección indicada. Las metas en las organizaciones son el
reflejo de la declaración de la misión en términos de sus aspiraciones y permiten
visualizar lo que la organización se compromete a lograr, es por esto, que ellas
identifican lo que se desea lograr y brindan pautas para encaminar en la dirección
indicada el establecimiento de los propósitos. Para ello, es fundamental el trabajo
en equipo, el cual constituye una alternativa para fortalecer la gestión de los
centros escolares, donde todas y cada una de las personas que allí laboran se
unan a favor de propósitos comunes. El propósito del trabajo en equipo, es
importante generar un funcionamiento efectivo basándose en el cumplimiento de
tareas y metas, lo que requiere colaboración, cooperación y sinergia. De esto se
desprende, que el papel de los equipos en las organizaciones se centra en buscar
su desarrollo y mejoras continuas a la vez que cada individuo va adquiriendo
nuevas habilidades, destrezas y conocimientos en colectivo, ya que el trabajo en
equipo abre la posibilidad de tener organizaciones eficientes, donde cada miembro
sea parte activa y fundamental de lo que allí ocurre, así como de las acciones que
se emprendan para lograr superarse cada día más en el en el ámbito individual,
organizacional y colectivo. la formación del ciudadano participativo contemplado
en las reformas educativas de 1996 y 1999, no ha sido atendida en la aplicación
del proceso educativo, ya que tanto la práctica pedagógica como la organización
escolar no propician el desarrollo de la interdependencia, por el contrario,
constituyen en sí mismos una barrera para la misma Así se tiene que en la
práctica pedagógica no se considera el eje transversal valores, el cual constituye
uno de los fundamentos esenciales para propiciar en el alumno la comprensión y
adquisición de conceptos y formas de actuar cónsonas al desarrollo social del
alumno, siendo indispensable para ello una relación docente-alumno, alumno-
alumno fundamentada en el diálogo y relaciones interpersonales propias de una
cultura democrática, lo cual está ausente en el quehacer docente, caracterizado
por una relación unidireccional, por el poder y un aprendizaje memorístico y sólo
se limita a intentos de abrir unos cambios en la adquisición de contenidos
instruccionales, sin considerar el desarrollo del alumno como persona, esto es,
enseñarlo a vivir en la interdependencia. Esto ocurre por falta de formación no sólo
de los docentes sino de todos los actores del proceso educativo, quienes poseen
una racionalidad mecanicista y actúan en concordancia. En la organización
escolar impera el trabajo individual, no hay trabajo en equipo, por lo que no se
formula la visión y misión, lo cual debe ser el resultado del consenso entre todos
los miembros de la institución, y servir de orientación para alcanzar su meta
fundamental, esto es, la formación integral del alumno. En consecuencia, en la
escuela no se está formando para la interdependencia, esto es, no se está
formando al ciudadano participativo, ya que se continúa aplicando un modelo
educativo tradicional, sustentado en los principios del paradigma mecanicista, que
asume la realidad como mecánica, por lo que fragmenta el conocimiento, en el
cual prevalece el desarrollo del pensamiento memorístico, limitado y lineal,
generando un conocimiento empírico analítico, centrado en enseñar y en
domesticar, y una organización escolar desvinculada del que hacer docente. En
consecuencia, esta práctica educativa no permite que se produzcan las
interacciones que favorezcan el desarrollo de actitudes y valores ciudadanos en
los alumnos, lo cual contradice la configuración de una escuela transformadora,
liberadora, productora de cambios sociales, culturales y políticos planteados en la
reforma educativa

RESUMEN: La formación integral es un proceso de complementariedad de


saberes y desarrollo de las diferentes dimensiones del ser humano, logrado por
diversas vías, aquí se muestra la referente a la Unidad Básica Integradora
Proyecto (UBIP), y cómo impulsa la tríada Universidad-Estudiante-Comunidad,
como base epistemológica de la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV), que
apunta al desarrollo del individuo para el beneficio colectivo y que está llamada a
ser impulsora de la generación del nuevo ciudadano, acorde a los requerimientos
de la sociedad actual. Una idea conclusiva es que siendo la UBV una universidad
de nueva data, se espera que sea insertada en las comunidades y desarrolle un
trabajo innovador, que involucre al nuevo ciudadano formado integralmente en sus
espacios y que a su vez lleve a las comunidades herramientas para la creación del
nuevo ciudadano, acompañado de un docente que esté formado integralmente y
que reconozca su rol transformador en la sociedad.

Palabras clave: Formación integral, Nueva ciudadanía, Unidad Básica

Integradora Proyecto
En la República Bolivariana de Venezuela nace, desde finales de la década de los 90, una
transformación que involucra todos los aspectos del acontecer diario y que se ve reflejada,
en el devenir cotidiano de los venezolanos y venezolanas, Uno de esos aspectos, es dado
por la educación universitaria, mediante un enfoque de formación integral, que permita
germinar la semilla del nuevo ciudadano, los cuales constituyen la temática a desarrollar
en el presente ensayo científico. El contexto nacional que precede a la Revolución
Bolivariana en Venezuela, está signado por marcadas diferencias sociales y económicas,
que se reflejan en la educación universitaria impartida en las diferentes universidades
públicas y privadas del país de la época, donde se impone el claustro universitario con
unas estructuras elitistas, alejadas de la dinámica y compleja realidad social, y se evidencia
un acceso limitado de los grandes colectivos, conformados por aquellas personas que
nunca ingresaron, a la masa estudiantil, que hacia vida en estas instituciones. Lo cual
reproducía un modelo de educación universitaria, centrada en intereses económicos,
impuestos desde otras latitudes y separado de las raíces culturales, sociales y ancestrales
del pueblo venezolano, es en esta realidad donde nace la Universidad Bolivariana de
Venezuela (UBV) como punta de lanza para, entre otras cosas, impulsar y garantizar la
organización de las comunidades desde las bases, el empoderamiento del pueblo y el
rescate de los valores individuales y colectivos, mediante sus unidades curriculares y
especialmente la Unidad Básica Integradora Proyecto (UBIP), ya que es, mediante ésta,
que se genera la triada Universidad-Estudiante-Comunidad, donde se construye la
formación integral. La formación integral es la garantía para la construcción del nuevo
ciudadano que es indispensable para la refundación de la República, se trata de una
persona que desarrolle sus habilidades, destrezas, y potencialidades, un hombre y una
mujer en desarrollo continuo, donde la universidad les brinde herramientas que los
transforme e integre en términos éticos, sociales, políticos, culturales y metodológicos. Por
lo tanto, impulsar el desarrollo de actitudes que germinen una personalidad integral, en
los estudiantes, debe constituirse para el docente en una tarea cotidiana y de primer
orden, 168 porque indudablemente produce un impacto en quienes están siendo
formados y se verán reflejadas a lo largo de su vida, repercutiendo en sus actividades y
generando cambios en su entorno. Al hacer referencia a este tema se habla del espacio de
la educación vinculado a los valores y actitudes que guiaran el desempeño de las personas
promoviendo, guiando y supeditando la conducta, contribuyendo de esta manera a la
formación de los rasgos de la personalidad. Los valores en los procesos de formación son
el fundamento de todo juicio, decisión o acción que realice el individuo a lo largo de su
vida (Pérez Esclarin, 2000), por lo tanto, es importante plantearse, dentro de la
universidad ¿quién realizará la tarea de la formación integral, de la formación del nuevo
ciudadano? A todo esto, es importante retomar la pregunta de Marx en sus tesis sobre
Feuerbach, presentada por Morín en la cabeza bien puesta: ¿Quién educará a los
educadores?: Una minoría de educadores, animados por la fe en la necesidad de reformar
el pensamiento y en re-generar la enseñanza, los cuales proporcionaran una cultura para
contextualizar, distinguir, globalizar, preparar las mentes para que respondan a los
desafíos complejos, para enfrentar las incertidumbres y educar para la comprensión
humana (Marx en Morín. 2001, p. 105). Lo que conduce, a que los docentes deben estar
claros del rol transformador que les corresponde ejercer y de su compromiso en la
adquisición de conocimientos actualizados y acordes a la realidad social que más allá de
ser globalizada, debe ser mundializada, para que su función no sea la de simples
transmisores de información, si no, de constructores de nueva ciudadanía mediante la
formación integral aplicada en ellos mismos y replicada en sus espacios de formación, sin
estar limitados al claustro académico, por el contrario, se refieren a espacios dentro de las
comunidades que acrecienten esta interrelación, recordando lo planteado por Freire en la
presentación del capítulo uno de su pedagogía del oprimido, cuando hacía referencia a
que “nadie libera a nadie, ni nadie se libera sólo. Los hombres se liberan en comunión”,
con lo cual queda claro que si nos transformamos a nosotros mismos, el cambio se
evidenciará en nuestro entorno, incubando la nueva ciudadanía, entendida como un vivir
en una desde una perspectiva glocal, es decir, donde hay un encuentro de formas locales
con directrices globales, por lo tanto ser un nuevo ciudadano es estar consustanciado con
una existencia que tiene un compromiso con la 169 supervivencia del planeta, es estar
conscientes que las normas contribuyen a la fragua de una ciudadanía fértil. Formación
integral y nuevo ciudadano desde la UBV Es difícil fragmentar la formación integral del
nuevo ciudadano muy en especial cuando se trata de relacionar ambas categorías con la
unidad básica integradora de la UBV, no obstante, hay un puente de plata entre lo integral
como realidad y la búsqueda de integralidad, hablar de aprendizaje sin acompañarlo, por
ejemplo, de enseñante, es solo un gran paso en el camino de lo integral, lo importante
sería procurar no desintegrar pues, la realidad está integrada, es compleja, y desintegrarla
para después ingeniárselas para reunir lo desintegrado es arreglar lo que hemos roto. Por
otra parte, Kaplún (2012), afirma que: “La integralidad puede ser entendida y pensada
como un movimiento instituyente en la universidad, como movilizador de cambios
culturales profundos en los modos de hacer investigación, enseñanza y extensión” (s.p.).
Esta visión fragmentaria del quehacer formativo, es solo un puerto que facilita entender
las funciones del formador, en todo caso es conveniente pensar la integralidad donde la
extensión, la docencia y la investigación sean un todo integrado e integrador. Este autor
sostiene que dichas funciones universitarias pueden ser repensadas como producción de
conocimientos, aprendizaje e interacción con la sociedad. Sin embargo, Kaplún tiende un
puente integrador cuando afirma que: En el caso de la universidad, a mi juicio el concepto
alude sobre todo a tres cuestiones que tienden a converger. Se trata de integrar —en el
sentido de articular— funciones universitarias, disciplinas y saberes. Esta triple integración
no es fácil porque implica cambios culturales profundos. Implica un cuestionamiento a lo
instituido, a las lógicas dominantes de la institución universitaria (p.45). Esta tendencia
integradora no es nueva ya que desde los trabajos de Piaget (1975), Vygotsky (1979),
Freire (1980) y Bruner (1984), se ha mantenido el énfasis en lo reconstructivo del
aprendizaje, puesto que este proceso, implica un descubrimiento personal, una
construcción y reconstrucción propia, que deben apoyar los docentes desde el desarrollo
de sus labores, sin perder de vista que es un trabajo desde lo propio de cada quien, desde
lo 170 interno, lo particular, que se constituye por la aplicación de conocimientos
anteriores para construir a partir de ellos o a partir de su cuestionamiento, pero siempre a
partir de su deconstrucción (Pillar Grossi, 1994, citado por Kaplún, 2012). Kaplún (2012),
nos invita a reflexionar sobre el aprendizaje como “…un proceso social, en cuanto se
aprende solo, pero sobre todo se aprende con los otros: los docentes, sí, pero también los
pares, que comparten saberes próximos y a la vez diferentes” (p.). En otras palabras,
promover procesos individuales y colectivos de construcción de conocimientos, más que
de transmisión de conocimientos, es coherente con estas perspectivas y se ha vuelto aún
más decisivo ante la vastedad de información disponible sin mediación docente. Además,
para Demo citado por Kaplún (2001), el aprendizaje es, además, un proceso reconstructivo
político (p 310). Esta vastedad, de la cual nos habla Demo tiene una vertiente
esclarecedora, que nos permite acceder a muchos saberes que se encuentran disponibles
y otra, oscurantista, al enamorarse tanto de lo escrito por otros que limita nuestra
capacidad creadora, en general y en particular lo relativo a la ciudadanía. Ciudadanía
Según Cortina (1997): “La ciudadanía es un concepto mediador porque integra exigencias
de justicia y a la vez hace referencia a los que son miembros de la comunidad, une la
racionalidad de la justicia con el calor del sentimiento de pertenencia” (p.34-35), Así
mismo “…sostiene que, si la ciudadanía es el vínculo de unión entre grupos sociales
diversos, debe ser compleja, pluralista y diferenciada” (p.178). De la misma forma, hace
referencia a distintas facetas de la ciudadanía que nacen de su doble raíz, la griega
(política) y la latina (jurídica), dando origen a: ciudadanía social, económica, civil,
intercultural, diferenciada, cosmopolita, lo cual se evidencia en la siguiente cita: “La
ciudadanía como toda propiedad humana, es el resultado de un quehacer, la ganancia de
un proceso que empieza con la educación formal (escuela) e informal (familia, amigos,
medios de comunicación, ambiente social). Porque se aprende a ser 171 ciudadano, como
a tantas otras cosas, pero no por la repetición de la ley ajena y por el látigo, sino llegando
al más profundo ser sí mismo”. (Cortina, 1997, p.)

La Nueva Ciudadanía se refiere, a la evolución del concepto clásico de ciudadanía, vigente


desde la Revolución Francesa, porque lo que se busca es integrar a todos los habitantes de
un determinado espacio geográfico como ciudadanos de pleno derecho de dicha
comunidad por encima del concepto de nación, además de garantizar las opciones de
empoderamiento, los derechos humanos, el reconocimiento y aplicación de valores que
promuevan la vida en convivencia, corresponsabilidad, cumplimiento de sus deberes y el
impulso de la mediación intercultural con el reconocimiento del otro y el acercamiento de
las partes, como un medio que coloque en marcha una energía social con el impulso
necesario para revertir los procesos de exclusión, que no deben agobiar al nuevo
ciudadano. Nuevo ciudadano Las expresiones nuevo ciudadano, hombre nuevo, hombre
republicano, tienen como punto de encuentro, que hay una intención, una acción, un
despliegue, que procura deslindarse de lo anterior, de las cualidades, características pre-
existentes, luego, se entiende que el ciudadano, el republicano el hombre viejo, amerita
cambios, que son precisamente los que van poseer esos hombres nuevos, ciudadanos
nuevos, republicanos nuevos. Es por eso que, hay una sociedad que está invitando a
nuevas concepciones del ciudadano. Son períodos donde hay profundos cambios,
revoluciones en proceso, grandes acontecimientos: cuando aparece la necesidad de
conformar cualidades que debe poseer el nuevo ciudadano que estarán acordes con la
nueva sociedad. Por esta razón no es de extrañar que, en la Venezuela del siglo XXI, donde
hay procesos revolucionarios, se abra la discusión acerca de las cualidades del nuevo
ciudadano. Es por esta razón que la mayoría de las fuentes que se usan en esta apartado,
provengan de Aporrea que , Allí 173 se encuentran las posiciones concordantes con el
gobierno bolivariano. Es un escenario para el debate, y por supuesto, lugar para sobre el
nuevo ciudadano. Así, por ejemplo, Morales (2007), busca y encuentra vinculaciones del
nuevo ciudadano con el proceso de Comunalización, él se refiere al nuevo republicano,
que, en adelante, lo identificaremos con nuevo ciudadano. El protagonismo y la
participación popular, requieren de algo más que un simple discurso. Requieren de un
tiempo de formación y reforzamiento de la concepción de la nueva sociedad, el nuevo
hombre. Llámenlo adoctrinamiento o ideologización, o díganle el “coco”. Quiere decir que
en el pensamiento de Morales (2007), es necesario transcender el plano discursivo e
internarse en la sociedad que alberga al ciudadano y en el marco de la revolución
bolivariana, el nuevo ciudadano. Continúa expresando Morales que tal adoctrinamiento,
ideologización… debemos entenderlo como una etapa, donde la repetición de la lección,
es necesaria hasta lograr la aprobación del curso de formación como ciudadanos de la
nueva república; los nuevos republicanos. Donde el protagonismo y la participación
popular, son expresiones de la conciencia y raciocinio del ser humano, la solidaridad su
consecuencia y el pensamiento colectivo el camino, lo demás es anarquía, y eso, es
contrarrevolución. (p.2). Nótese que Morales coloca como cualidad la participación y el
protagonismo, para ello se afianza en la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, y entiende que hay . Por otra parte, Yépez (2007), hurga sobre el hombre
nuevo y nos dice que: “… para Fanon, como para el Che, mejor dicho: para un comunista,
el “hombre nuevo” y la “mujer nueva” son quienes toda su condición humanitaria y sus
conocimientos los ponen al servicio de la causa de la redención social sin nunca
interponerle por delante su ambición personalista” (p. 1). Yépez (2007) se refiere a Frantz
Fanon, en especial a su obra “Los condenados de la tierra” y a Ernesto Guevara en
particular el “Che” gestionario. Continúa expresando Yépez (2007), “Así de sencillo.
Quienes se opongan a ese elevado escalafón de la libertad y la justicia humana piensan y
actúan como el hombre-lobo enemigo del hombre”. (p.1). 174 Si se quiere un fundamento
histórico de mayor alcance cualitativo y cuantitativo es necesario acudir a los
planteamientos del nuevo republicano que sustanciara Simón Rodríguez. Primordialmente
en su obra las Sociedades Americanas, Rodríguez allí analiza las cualidades del nuevo
republicano con la intención de diferenciarlo del modelo de ciudadano europeo. En su
característica forma de dialogar expone; “El Gobierno debe colonizar el país con sus
propios habitantes” (Rodríguez, 1975, p. 137, T.II). Para él, entonces las cualidades del
nuevo ciudadano debían ser construidas, sin por supuesto copiar aquellas que muchos de
sus contemporáneos querían importar de Europa. Un acercamiento a lo local, a lo
cotidiano es reseñado por Alvarado (2012), de la manera siguiente: “La ciudadanía se
vivifica, a través de la acción diaria, del encuentro permanente de los ciudadanos,
compatriotas y camaradas, en sus comunidades. Un ciudadano lo es, cuando participa en
las asambleas populares, mesas de trabajo, el poder del ciudadano se ejerce y se realiza
con su participación en los actos con sus coterráneos” (p.1). También Alvarado (2012)
concede gran importancia a estructuras típicas del proceso de comunalización que se
desarrolla en “… los consejos comunales, consejos de trabajadores, de campesinos, las
comunas, comienzan a formar, al nuevo republicano, convirtiéndose en el sitio de
discusión de los proyectos de desarrollo, para cada barrio, caserío, urbanización,
parroquia, municipio, allí se deben generar las iniciativas para el mejoramiento de la
calidad de vida colectiva, la preocupación por el entorno económico-social, cultural,
ecológico”. (p.1). En resumen, la perspectiva del nuevo ciudadano, en el marco de la
revolución bolivariana tiende acercarse al denominado poder local, se trata de buscar en
estos escenarios que se concreten aspectos contenidos en la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, la ley Plan de la Patria, las leyes orgánicas del Poder Popular y
que se implementen aspectos epistemológicos y metodológicos de la UBV, desde la unidad
básica integradora proyecto, como punta de lanza para la organización, participación y
desarrollo de las comunidades. Universidad Bolivariana de Venezuela La deconstrucción y
construcción social de Venezuela, debe darse mediante la formación del hombre y la
mujer nueva como bien hace referencia el preámbulo de la Constitución de la 175
República Bolivariana de Venezuela. Es urgente, impostergable la patria libre y soberana,
donde cada hombre, cada mujer, cada niño y niña, cada persona de este país sienta suya
esta tierra y sienta también el compromiso de hacerla día a día mejor, es necesaria la
formación académica, política, moral, ética, revolucionaria, el despertar de conciencias, la
creación de nuevas epistemes, la aplicación de la educación emancipadora, liberadora, la
formación de formadores y formadoras que respondan a estas necesidades. Para lo cual, la
Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV), nace como iniciativa del Estado al dar
respuesta a la cantidad de mujeres y hombres que no tenían acceso a la educación
universitaria y que en muchos casos tampoco habían culminado su bachillerato, lo cual
lograron al formar parte de la Misión Ribas, es así, como en la sesión del Consejo Nacional
de Universidades del 1 de julio de 2003, fue creada La Casa de los Saberes. Entre sus bases
conceptuales, referidas, en lo fundamental, a criterios de orden socio-político, ético,
pedagógico y epistemológico que deberán sustentar y cobrar expresión en todos los
componentes, programas y prácticas, que confluyen en la construcción de la identidad
académica de esta Universidad, y en las que se encuentran: responsabilidad con lo público,
equidad social, pertinencia social, democracia participativa, calidad e innovación,
autonomía responsable, ejercicio del pensamiento crítico, formación integral, educación
humanista y ética, educación a lo largo de la vida, complejidad, incertidumbre
(Documento, rector, 2003). En el mismo documento rector de la UBV se lee que su Misión
se encamina a “la formación integral de estudiantes y profesores que participan de sus
procesos educativos como personas dignas, como profesionales competentes y probos, y
como ciudadanos con sentido de país, capaces de contribuir con su desarrollo integral”
(p.20). Se debe resaltar que, la UBV es una universidad joven y en este sentido adquiere
significación especial, la revitalización del enfoque de formación integral de profesionales
con profundo sentido de país y al servicio de los intereses nacionales y, por consiguiente,
la preocupación por la integración de la dimensión ético-política en la formación
universitaria, se espera que la UBV no forme meros profesionales, sino “ciudadanos-que-
trabajan-como-ciudadanos, de allí lo fundamental de la formación integral de sus
estudiantes, entendida ésta como un proceso complejo, abierto e inacabado mediante el
cual se contribuye no sólo a desarrollar competencias profesionales” (Téllez y González:
2003: 17). 176 Igualmente, es importante considerar el rol transformador de la sociedad
que le corresponde asumir a la UBV, en sinergia con las comunidades para el impulso del
desarrollo local desde todos los ámbitos, haciendo énfasis en lo académico, social y
profesional, aplicando programas, planes y proyectos cónsonos con las realidades
contextuales y en apoyo a la integración latinoamericana y caribeña, aplicando como eje
transversal la UBIP. Unidad Básica Integradora Proyecto (UBIP) La UBIP es una unidad
curricular de vital importancia en todos los Programas de Formación de Grado (PFG), es un
eje transversal del desarrollo curricular de la Universidad Bolivariana de Venezuela y sus
productos que son los proyectos académicos-comunitarios deben cumplir realmente con
el fin para el cual fueron creados: Transformación personal, comunitaria y social al servicio
de la refundación de la Patria, mediante la implementación del desarrollo endógeno
sostenible que permita lograr la construcción del Socialismo del Siglo XXI. Por lo tanto, la
UBIP permite la inserción en las comunidades, lo cual a su vez es una puerta abierta al
saber popular, a los procesos dialógicos, a la aceptación de la diversidad, es una
oportunidad de crecimiento personal, de organización y desarrollo comunitario. Siendo
Proyecto la Unidad Básica Integradora, se espera que el resto de las unidades curriculares
en los diferentes trayectos y tramos tributen para su buen desarrollo, permitiendo a los
estudiantes una formación académica integral con sentido práctico y coherente con su
realidad. Para lo cual, la utilización de proyectos académicos –comunitarios ofrece un
abanico de oportunidades tanto para el estudiante como para el docente, ya que permite
la aplicación de metodologías enmarcadas en un enfoque cualitativo bajo la ciencia crítica,
dentro de las cuales está la Investigación Acción Participante (IAP), que según Martínez M.
(1993), manifiesta que es un “tipo de investigación-acción que, incorporando los
presupuestos de la epistemología crítica, organiza el análisis y la intervención como una
pedagogía constructiva de disolución de los privilegios del proceso de investigación como
punto de partida para un cambio social de alcance indeterminable” (p.97). Lo que permite
la colectivización del conocimiento al promover la participación de los afectados en la
búsqueda de soluciones a sus problemáticas. 177 Igualmente permite seguir el instructivo
que regirá la aplicación de la metodología del “Aprendizaje por Proyectos” en los
programas de formación de grado y formación avanzada que se dictan en la Universidad
Bolivariana de Venezuela (2005), donde se manifiesta que: “esta metodología de estudio
es el aprendizaje por Proyectos, porque partimos de la premisa que éstos articulan la
formación integral del individuo, la investigación y la inserción social dentro de la
comunidad”. (pág. 4). En consecuencia, la finalidad de un proyecto es encontrar
respuestas o brindar soluciones, además de lograr el desarrollo de competencias
cognitivas amplias y socio-afectivas en los estudiantes-docentes-comunidad. En los
proyectos es necesaria la aplicación de prácticas interdisciplinarias o transdisciplinarias, a
fin de lograr el mejor resultado. Siguiendo a Morín (2000): De especial importancia resulta
la comprensión de la complejidad constitutiva de la condición humana a partir de la
articulación de diversos conocimientos y saberes resultantes de las ciencias naturales, de
las ciencias sociales, y de las humanidades en su más amplio sentido -filosofía, historia,
literatura, poesía, artes- (p. 21). Pues a ella se asocia la ética de la comprensión, la cual
implica romper con el egocentrismo, el etnocentrismo, la incapacidad de autocrítica, la
arrogancia, el desprecio como actitudes y prácticas que, asociados al pensamiento
reductor y simplificador de lo humano, han constituido el sustento del racismo, la
xenofobia y otras formas de exclusión del otro (Ibídem: 104-105). Es por ello, la
importancia de formar integralmente y con valores a los estudiantes y docentes de la UBV,
para que definitivamente tributen a los planes de desarrollo de la nación y principalmente
a la Ley del Plan de la Patria Segundo Plan Socialista de Desarrollo Económico y Social de la
Nación 2013-2019, que dice en su objetivo general 2.2.1.4: “Afianzar valores que
resguarden la identidad, construyan soberanía y defensa de la Patria, a partir del disfrute
físico, espiritual e intelectual, y el reconocimiento de nuestros patrimonio cultural y
natural” (p.68). Lo cual, a su vez le da cumplimiento a lo declarado en el artículo 3, de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (2009), cuando indica que son la
educación y el trabajo los procesos para lograr entre otras cosas, el desarrollo de la
persona y el bienestar del pueblo, sin embargo, es el artículo 102 donde se garantiza la
educación como un derecho humano y un deber social fundamental, ahora bien, a la
pregunta de ¿cuál educación es la idónea para lograr lo antes expuesto?, queda
evidenciado en el artículo 103, que: “Toda 178 persona tiene derecho a una educación
integral, de calidad, permanente, en igualdad de condiciones y oportunidades”.
Conclusiones Un profesional que egrese de la UBV debe desempeñarse en consonancia
con los principios de humanidad, ciudadanía, desarrollo endógeno, topofilia, empatía,
integridad, libertad y además estar preparado para asumir retos acordes a las realidades
sociales que afectan a la humanidad hoy día, esto ha de lograrlo con la formación integral
que recibe en sus espacios académicos, que no han de ser precisamente el claustro,
implementando las herramientas obtenidas en el desarrollo de la UBIP y en la sinergia con
las comunidades e instituciones en las que se ha involucrado durante el avance en el
Programa de Formación de Grado que haya escogido previamente. Esto permitiría de
algún modo, garantizar la generación de la mujer y el hombre nuevo constituidos en
nuevos ciudadanos, conscientes de su rol transformador en la sociedad y reflejado en cada
contexto local, lo que definitivamente viene acompañado del desempeño de docentes que
a su vez se forman integralmente y permanecen en constante renovación teniendo un
enfoque glocalizado

Referencias bibliográficas ALVARADO A. (2012). La ciudadanía y el nuevo republicano -


www.aporrea.org. 02/06/12.www.aporrea.org/actualidad/a144446.html. (Consultado:
2014, Abril 05). BRUNER J. (1984). Acción, pensamiento y lenguaje. Barcelona: Alianza
Editorial. CORTINA A. (1997). Ciudadanos del mundo hacia una teoría de la ciudadanía.
Alianza Editorial, S.A. Madrid - España DEMO, P. (2001). «Conhecimento e aprendizagem:
atualidade de Paulo Freire». En C. 179 TORRES A. (comp.). Paulo Freire y la agenda de la
educación latinoamericana en el siglo XXI. Buenos Aires:Clacso. Documento Rector de la
UBV (2003). República Bolivariana de Venezuela. Ministerio de Educación Superior.
Universidad Bolivariana de Venezuela FREIRE P. (1980). Pedagogía do oprimido (8.ª ed.).
Río de Janeiro: Paz e Terra. Fundamentos Conceptuales Misión Sucre (2003). Ministerio de
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