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FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD

ESCUELA PROFESIONAL DE PSICOLOGÍA

Violencia de Género y su Influencia Negativa en las Emociones

AUTOR (ES):
Amasifuen Urbina, Joseph Antonio (orcid.org/0009-0009-0273-8109)
Espinoza Espinoza, Miriam Lizet (orcid.org/0009-0000-0663-1119)
Huambachano Huauya, Diego Fernando (orcid.org/0009-0007-0623-5977)
Tadeo Martínez, María Elizabeth (orcid.org/0009-0004-9382-7425)

ASESOR(A) (ES):
Mgtr. Pineda Gonzales, Martha Mariscielo

LÍNEA DE INVESTIGACIÓN:
Violencia

LIMA – PERÚ
2023
ÍNDICE

I. INTRODUCCIÓN............................................................................................................. 3
II. DESARROLLO................................................................................................................5
III. CONCLUSION…………………………………………………………………………………
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:.................................................................................13
I. INTRODUCCIÓN

En los últimos años la violencia de género se ha incrementado de manera


significativa cobrando así víctimas de diferentes edades y estatus social;
tornándose en un flagelo que no se ha podido erradicar de la sociedad peruana,
incrementando así el número de víctimas con el pasar de cada año.
La Organización de las Naciones Unidas (2019) define violencia de género todo
acto que tenga como resultado daño físico, sexual o psicológico. Según el
Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables del Perú (2023) de enero a
mayo del presente año, se han registrado 68 casos con características de
feminicidios y entre estos, se destaca el vínculo relacional de pareja siendo el
55.9% de los casos.
Por otro lado, abordar el tema de violencia de género es hablar del maltrato que
sufren tanto los hombres como mujeres, sin embargo, son pocos los casos
denunciados por parte de ellos. Esto no significa que no existan o que no sean
importantes, el machismo se ha convertido en un obstáculo que invisibiliza los
casos de los hombres agredidos, esto causado a base de la atracción de burlas
por parte de sus iguales. Lo que provoca sentimientos de vergüenza e
intimidación a un porcentaje de los violentados y con ello, temor a denunciar que
sufren algún tipo de violencia.
Según Saletti (2008), la violencia de género es caracterizada por ser un
problema social que vulnera a los derechos humanos de todo individuo,
asimismo convirtiéndose en un grave problema de salud pública que debe ser
debe ser tratado con carácter de urgencia.
Efectivamente, este problema va en incremento con el paso de los años, dando
como resultado el aumento de los casos de maltrato físico, psicológico y verbal,
a lo cual las autoridades gubernamentales no establecen una solución pese a su
tiempo de permanencia en la sociedad peruana, provocando así el no solo
aumento de víctimas que lo sufren, sino también el número de víctimas
mortales.
El Centro Nacional de Epidemiología, Prevención y Control de Enfermedades y
el Ministerio de Salud del Perú (2022) reportó más de 17 mil casos de violencia
y del mismo modo, detalló que el 83% de los agresores son del sexo masculino.
Una de las causas de este problema social radica en la cultura del machismo
que se a pasado año tras año hasta la hasta la actualidad, la misma que se ha
encargado de crear roles de género que encasillan a que tanto hombres como
mujeres deben actuar, pensar, hablar y ser de acuerdo a lo que dicte su rol.
El Observatorio Nacional de la Violencia Contra las Mujeres y los Integrantes del
Grupo Familiar (2019) considera a San Juan de Lurigancho como uno de los
distritos con mayor numero de casos de feminicidios entre los años 2015 - 2019.
Por otro lado, las emociones desempeñan un papel importante en cuanto a todo
el proceso que atravesarán las víctimas para su superación después de haber
vivido situaciones de violencia.
Según Saquinaula (2020), una de las secuelas más frecuentes en las víctimas
de violencia es el trastorno de estrés postraumático, llevando a la persona a
atravesar situaciones constantes de vigilancia activa, que a futuro se convierte
en una enfermedad crónica. El trastorno de estrés postraumático es la
consecuencia de haber sufrido constantes agresiones, provocando que la
persona se vea afectada y esté siempre en constante estado de alerta. Esto
conlleva a la disminución de actividades sociales y de esparcimiento, que a la
larga podrían provocar problemas como depresión, ansiedad, inadaptación
social, entre otros.
Estas personas, al estar expuestas a situaciones que ponen en riesgo su
integridad llegan a experimentar evitación y rechazo que puede afectar en
aspectos como la vida social y laboral del sujeto afectado por esta problemática.
En el mayor de los casos, son muchas las víctimas que han considerado el
suicidio como escapatoria. La OMS (2021) reconoce que los suicidios como una
consecuencia fatal de la violencia de género.
Arzayus (2021) Expone que el sufrir violencia por parte de una pareja o expareja
impacta en la salud mental del individuo y que es una factor detonante de
conductas suicidas, estas víctimas sienten que están atrapadas en un laberinto
del cual piensan que la única salida de todo ese sufrimiento, es la muerte.
Después de tener una larga convivencia con tu agresor, de la cual esperabas
protección y seguridad, se entiende el por que no es sencillo que una víctima
logre salir, imposibilitando que rompa el vínculo y es mucho más complicado
cuando no cuentas con una red de apoyo como amigos y familia.
II. DESARROLLO

La violencia en el Perú es un problema social de graves consecuencias ya que no


solo se ven vulnerados los derechos de una persona, sino que también se ven
expuestos la salud y la integridad física del individuo en cuestión. Según Alto
Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (2018), la violencia de
género se describe como una grave violación a los derechos humanos y que al
mismo tiempo pone en riesgo la vida de las víctimas. Al mismo tiempo, expone
que existen diferentes tipos de violencia ya que esta puede ser de tipo sexual,
físico y psicológico, y puede darse en un espacio público como en un lugar
privado. ACNUR (2018) también considera que las amenazas y la manipulación
son formas de violencia de género.
Las consecuencias de la violencia de género son devastadoras y las
repercusiones para quienes lo viven y vivieron pueden ser permanentes o muy
complicadas de superar. Al hablar de violencia de género y de cómo las
emociones se ven influidas por este, se debe realizar un análisis de las
consecuencias que este deja a sus víctimas. Según la OMS (2021) la violencia al
ser física tiene secuelas lesiones tales como desde hematomas hasta fracturas y
terminar en graves lesiones con daño permanente e irreparable. Así mismo,
expone que en cuanto a nivel emocional y psicológico, las secuelas son
desastrosas ya que el ser violentado puede causar trastornos como depresión,
ansiedad y estrés postraumático. Sin embargo, muchas otras víctimas tienden a
no escapar de su agresor y simplemente se quedan a su lado esperando que
este cambie o por miedo a represalias. Por otro lado, la ONU (2019) expone que
la violencia sexual causa graves daños físicos y psicológicos, asegura que
aumenta el riesgo de padecer enfermedades de transmisión sexual al igual que
embarazos no deseados. Algunas víctimas, para hacer frente al trauma, pueden
recurrir a comportamientos de riesgo como el uso de sustancias como alcohol y
drogas. Esto sólo provocaría que la víctima no pueda superar el trauma y es
probable que se agrave en base a la separación de su entorno, el alejamiento de
sus lazos con personas que podrían apoyar y dar confort para que pueda salir
adelante.
Para comprender cómo afecta la violencia a una víctima y el por qué le es
complicado denunciar y escapar de su agresor, se debe revisar algunas teorías
sobre la violencia.

Seligman (1975) postuló que la teoría de la indefensión aprendida es el estado


psicológico que se produce cuando los acontecimientos son incontrolables,
cuando no se puede hacer nada para cambiarlos y que no importa lo que se
haga, siempre sucederá lo mismo.
Esto quiere decir que los sentimientos de indefensión en las víctimas maltratadas
podrían debilitar la capacidad de solucionar problemas y la motivación para
afrontarlos, cayendo en la resignación. La indefensión aprendida puede ser
realmente incapacitante ya que el individuo es incapaz de reaccionar ante
acontecimientos que pueden lastimarlo, sintiendo que nada de lo que intente
hacer rendirá frutos. Las víctimas llegan a creer que su opinión no tiene la menor
importancia en comparación al resto, limitándose a participar lo menos posible y
no oponerse a lo que digan los demás. Según Benéitez (2022) este fenómeno
puede derivar a trastornos tales como la depresión, afectando en aspectos de su
vida como estudios, trabajo y relaciones interpersonales. Del mismo modo que
puede causar sentimientos de apatía y bloqueo ya que las personas adoptan una
actitud pasiva con el entorno que los rodea.
Seligman (1975) expone que la indefensión aprendida se manifiesta a través de
tres déficits: motivacional, cognitivo y emocional. Menciona que a nivel
motivacional se puede observar cierto retraso en las respuestas voluntarias. A
nivel cognitivo, presenta interferencia en el aprendizaje de nuevas tareas de
éxito. A nivel emocional, se pueden producir desórdenes conductuales y
fisiológicos, así mismo como un estado de ansiedad y miedo constante sumado a
la depresión que puede desarrollarse.
Según Beato (2012) la indefensión aprendida, al no tratarse de un estado innato,
es posible modificarlo y desaprender. De la misma manera expone que para
superarlo, es de vital importancia el aprendizaje de comportamientos alternativos
asociados a experiencias positivas. La víctima de este fenómeno, debe
comprender que para superar las adversidades, el cambio debe nacer del
individuo mismo y que tiene la capacidad de controlar e influenciar las diferentes
situaciones que se presenten en su entorno.
Seligman (1975) también menciona que la indefensión tiene un curso temporal si
es que la víctima solo se vió expuesta pocas veces y mientras más veces se vea
expuesta, esta tendrá mayor persistencia. Además, se puede percibir que las
víctimas son menos agresivas y competitivas, prácticamente carecen de
hostilidad hacia los demás y se muestran en un estado vulnerable ante los ojos
de los demás.
Es así que la teoría de indefensión aprendida nos muestra el por qué una
persona maltratada no escapa del lugar en el cual es atormentado. Una persona
que está acostumbrada a estar en la oscuridad, duda de sus propias fuerzas para
salir adelante y dejar atrás el trauma, le teme al futuro incierto. Estos
pensamientos pueden frenar los impulsos de liberación que tiene la víctima, con
frecuencia esto impide que puedan pedir ayuda y otras prefieren resistir la
situación del maltrato, impidiendo cualquier tipo de modificación de sus conductas
frente a las situaciones de violencia.
Esta teoría se enlaza estrechamente a la teoría del ciclo de violencia de Walker
(1979) que buscó crear una teoría más sólida en base a la teoría de la
indefensión aprendida de Seligman (1975).

Walker (1979) partió de los experimentos que realizó Seligman y afirmó que
parece que una mayor permanencia en una relación violenta puede estar
relacionada con haber vivido más experiencias de indefensión en la infancia. Así
mismo, dice que dentro de la indefensión aprendida concurren tres componentes:
pasividad, empobrecimiento de la capacidad para resolver problemas y
sentimiento creciente de indefensión, incompetencia, frustración y depresión.
Walker (1979) muestra que como consecuencia en la víctima, se visibiliza
distorsiones en su forma de pensar, culpándose de lo ocurriendo, volviéndose
sumisa y servicial con su agresor para que este no recurra a los golpes o insultos.
El nivel de estrés y ansiedad a los que se enfrenta la víctima son elevados, tiene
un estado de ánimo depresivo la mayor parte del tiempo, la mayoría de estos
síntomas o características están estrechamente relacionados a la carencia de
autoestima ya que este es lo primero que destruye al individuo abusador.

Del mismo modo, Walker (1979) desarrolló una teoría llamada el ciclo de la
violencia en el que se pueden distinguir tres fases: la acumulación de tensión,
agresión y la fase de arrepentimiento. Esta teoría ayuda a explicar y comprender
cómo es que llegan a ser víctimas las personas agredidas, cómo caen dentro del
comportamiento de invalidez aprendida y el por qué no intentan escapar.
Walker (1979) en la fase acumulacion de estres explica que ,es donde las
acciones de violencia se presentan mediante actos menores, y hasta quizás
inofensivos, pero a su vez se crea un ambiente de tensión, el clima familiar o de
relación se torna mucho más cargado, el hombre se vuelve más agresivo, la
mujer tiende a minimizar estos actos, por miedo al saber que el agresor es capaz
de hacer mucho más, siendo consiente a su vez, que estos incidentes menores
solo irán en aumento con el pasar de los días, a su vez se entra en una etapa de
negación. La víctima emocionalmente se muestra sumisa, en depresión y lábil,
llegando al punto de excusar o encubrir los actos violentos de su agresor
frecuentemente, llegando a aislarse de su entorno de aquellos que quieren y
podrían ayudarla.
Walker (1979) explica que en la segunda fase es donde la tensión explota, se
podría decir, que hay una descarga de tensiones que se han venido acumulando
y arrastrando desde la fase uno. En este caso el varón, ya empieza a violentar a
su pareja, ya sea de manera psicológica o físicamente, dejando así golpes desde
los más severos hasta los más graves, en esta segunda etapa tanto el hombre
como la mujer son completamente conscientes de que su ira y enojo está fuera
de control. La mayoría de las mujeres que han sido agredidas en este punto,
muchas veces no buscan ayuda durante todo este período, la víctima muchas
veces tarda en denunciar o exponer a su agresor, ya que emocionalmente vive
con incertidumbre, miedo y temor.
Para culminar Wallker (1979) llega a la última y tercera fase, que a comparación
de la fase dos que mostraba actos de brutalidad, la fase tres nos muestra todo lo
contrario solo son actos cariñosos, amables y sobre todo de arrepentimiento, en
este caso por parte del agresor. Para Walker (1979) esta etapa es conocida como
la etapa o fase de reconciliación o tregua, llamada así, porque en este punto, el
agresor promete, no volver a agredir ni maltratar de ninguna manera, siempre
condicionando y responsabilizándose de las consecuencias ocasionadas en base
a ello, completando así el proceso de hacer una víctima a la mujer agredida,
alimentándose de ideas y promesas falsas, la cual se sabe que no será durable
en el tiempo, poniendo así a la mujer en un estado emocional de confusión ,
distorsión de su realidad, muchas veces culpable de todos los daños causados
hacia ella, dejando así que el ciclo de la violencia siga girando en torno al vínculo
de las fases que se ha creado en la pareja.
Para Walker (1979) las mujeres son víctimas de cada una de las fases mostradas
en este ciclo de violencia.
Emocionalmente perciben la desesperación, soledad, alejamiento, y se sienten
deprimidas, viven con miedo y angustia día a día, ya que sienten vivir
amenazadas y atadas a una relación que parece ser de nunca salir, dañando así
su tranquilidad y su propia salud mental.

Ese mismo año otro autor se hace presente mostrando una teoría en la explica
como se va desarrollando una persona y todo lo que implica ello, asimismo
también como en base a investigaciones se determina, como el medio ambiente
influye en la formación de un individuo.

Urie Bronfenbrenner (1979), plantea la teoría Ecológica de los sistemas, consiste


en un enfoque ambiental sobre el formación de una persona, a través de los
diferentes ambientes en los que se desenvuelve y cómo estos influyen en el
cambio, desarrollo cognitivo, moral y racional.
Se entiende que la sociedad tiene un rol importante en el constructo de la
personalidad, asimismo también todas las situaciones atravesadas que se
presentan a lo largo de las etapas de la vida se convierten en un factor
importante en su desarrollo.
Es esta teoría la que ofrece mayores alternativas de comprensión y análisis sobre
el origen de las conductas violentas (Bronfenbrenner, 1979. citado por Cruz,
2012).
Se puede inferir que un ambiente, rodeado de constantes acciones donde la
violencia predomina provoca como resultado, el desarrollo de un individuo con
características agresivas por otro lado en un ambiente donde la violencia es
aceptada y no cuestionada se genera a una persona con características sumisas
y tolerantes a la agresión.En base a ello se determina las manifestaciones de
sus emociones serán construidas por lo aprendido en su entorno, teniendo por un
lado a una persona con poco control de ellas, asimismo comportamientos
impulsivos, antipáticos, indiferentes a los otros, egoísta y por parte a una
persona que no ha podido gestionarlas.

Bronfenbrenner (1979) en su teoría presenta cuatro sistemas que permiten


comprender cómo se va desarrollando una persona.

El microsistema es el nivel en que el individuo mantiene una relación más íntima


en cuanto a un vínculo más cercano y reducido, en el caso de los niños los
microsistemas primarios incluyen a la familia, escuela, vecindario, grupos de
amigos. Como se aprecia estos llegan a ser los más próximos a ellos, por ende
es aquí donde empieza la construcción de su personalidad. (Bronfenbrenner,
1979. citado por Peña, 2023).
En base a lo mencionado anteriormente se aprecia cómo desde niños todo lo que
los rodea, esto implica a las personas y situaciones a su alrededor comienzan
desde ya a ser influenciadores en un próximo desarrollo de ellos. Lo mas
adecuado seria apreciar a niños con un entorno, responsable, lleno de valores,
presencia de acciones admirables para en un futuro tener personas que mejoren
la sociedad, pero sucede todo lo contrario, se presencia a niños en un ambiente
rodeado de malas conductas, carencia de valores, acciones cuestionables
llevando a tener personas que dañan la sociedad.

El mesosistema, por otro lado comprende la interacción de dos o más entornos


en los que la persona participa activamente, guarda relación con el primer
sistema pero en este se añade el nuevo entorno del cual será partícipe,
(Bronfenbrenner, 1979. citado por Álvarez, 2015).
En este aspecto los padres tendrán un trato directo en cuanto a las escuela con
sus profesores, grupo social,amigos, desde ese punto se aprecia como ellos ya
interviene de cierta manera en la personalidad que el niño pueda desarrollar en
base al ambiente del cual estará rodeado.

Exosistema, se refiere a uno o más entornos en los que el individuo está presente
pero no de manera activa, se podría decir que está presente pero con menos

participación, en ese sentido todos los acontecimientos que ocurra en dichos


ambientes como el trabajo de la pareja, grupos de amigos de la pareja, etc,
afectarán el desarrollo de la persona en cuestión, (Bronfenbrenner, 1979. citado
por Torrico, et. al. 2002). Como se aprecia en esta fase la persona no será activa,
sin embargo todo lo que presencie proveniente del exterior, será factor importante
en su desarrollo dado que se verá influenciado por todo lo que escuche, vea, oiga
y sienta. En esta etapa hasta los más mínimos detalles jugarán un rol importante
en la construcción de la persona generando un cambio desde su forma de ser
hasta en la forma que se sentirá.

El macrosistema, es la fase más externa de la teoría ecológica (Bronfenbrenner,


1979), dado que se relaciona a las condiciones sociales, estructuras que forman
un determinado ambiente.
Se refiere a la ideología, leyes, valores,creencias que tiene una determinada
cultura y cómo todo ello influye en las próximas acciones y decisiones que
formarán al individuo. (Bronfenbrenner, 1979. citado por Alvarez, 2015).
Siendo la última se entiende que el entorno en el que se crece una vez más
confirma que influye en la formación del individuo, en base a ello entender que
cuyas personas demuestran comportamientos violentos posiblemente se
desarrollaron en un espacio donde esas acciones eran normales y por
consiguiente aceptadas, llevando así también a las víctimas de este a aceptarlas
y asumirlas. Pero esto no tiene que ser permanente dado que se puede
comenzar a construir un espacio donde la violencia sea rechazada y la expresión
de emociones normales.
Esta teoría permite comprender cómo se va construyendo la personalidad de un
ser humano, en base a todo lo vivido y aprendido de su entorno.
La violencia de género como ya ha sido mencionado anteriormente es una
problema que sigue presente y entenderlo sigue siendo difícil, pero desde el
punto Bronfenbrenne la sociedad es gran influenciador, asimismo el hecho de
que las emociones se vean afectadas también son causantes del ambiente en el
que una persona ha crecido.

Muchas veces al interactuar con el agresor y sobre todo con la víctima se puede
notar una distorsión o negación de su mísera realidad y de parte del agresor una
negación de su forma de ser y de los actos violentos que comete o ha cometido.

Desde un punto de vista psicoanalítico esto no es más que un mecanismo de


defensa del “yo” para afrontar las amenazas del exterior y así evitar o negar
sentimientos de culpa o rencor, tambien se podria decir que el agresor tiene un
desequilibrio en el “ello” y que no puede controlar o reprimir sus instintos,
pulsiones y deseos más primitivos. El “superyó” de la víctima también puede
tener alteraciones debido a las agresiones sufridas y más aún si la personas fue
agredida desde pequeña por lo que incurre en un exceso de atención, respeto y
hasta sumisión hacia el agresor al que podría identificar o relacionar con una
figura paterna de autoridad, gracias a Freud (1923) se entiende que la psique
(mente) se rige por estas tres instancias mencionadas anteriormente (el ello,
superyó y yo) y que el “yo” tiene mecanismos de defensa para afrontar la realidad
que se pueden ver reflejados en la violencia de género.
El neurólogo y padre del psicoanálisis Sigmund Freud (1856 - 1939) clasificó
estos mecanismos y nombró cada uno de ellos según sus características, a
continuación se verán ciertas analogías y ejemplificaciones de los más
importantes como: “la represión” que se ve reflejado en víctimas de violencia de
género al ser entrevistadas por psicólogos o terapeutas, donde al preguntarle a la
víctima por los sucesos por los que pasó,esta reprime o rechaza pensamientos y
recuerdos, no los olvida, sino que los guarda en una especie de baúl mental con
tal de no pasar por el sentimiento de culpa o tristeza que estos recuerdos pueden
dejar pero como decía Freud (1917) “Lo reprimido se sintomatiza” y esto se
puede ver reflejado en un nivel de estres alto, imsomnio, pesadillas, perdida o
alsa de peso y otros transtornos que muy pocas personas relacionan con un
pensamiento o idea negativa que ronda nuestro cerebro.
“La negación” guarda mucha relación con la represión debido a que como su
propio nombre lo dice, niega la realidad “el nunca me ha pegado” o “nunca me ha
gritado”. Con tal de no hacer frente a la situación de violencia que se ha vivido,
por lo general se comienza con la negación de insultos o discusiones y termina
en negar claras agresiones físicas. “La formación reactiva” es la represión y
cambio de una idea negativa sobre algo o alguien y dar como resultado una idea
positivo de ese algo o alguien y viceversa, las personas que sufrieron de violencia
en el pasado, no se consideran a sí mismos como violentos, sin embargo
manifiestan actitudes contradictorias porque saben que está mal, pero intentan
convencerse de que no. Y como último se tiene a la “proyección” que se puede
ejemplificar como cuando una “persona A” odia o repudia a una “persona B”, pero
que no solo queda ahí sino que se autoconvence de que la “persona B” también
lo odia a él, por lo que justifica sus acciones violentas de parte de “persona A”
hacia “persona B”, se proyecta y ataca a su entorno.

Se entiende que, según Freud (1923) por lo general los mecanismos de defensas
ayudan a lidiar con ciertos problemas psicológicos y conservar un buen estado
mental de forma automática, pero el saber afrontar estos problemas para no
generar un desbalance o desequilibrio en nuestra psique también es necesario.
Tomando el tema de Violencia de Género y su Influencia Negativa en las
Emociones se pueden encontrar miles de casos de personas que fueron víctimas
pero que sin embargo no denunciaron por el hecho de la represión o negación de
los hechos o también de una proyección de sí mismos en su agresor y viceversa
y del entorno en sí.

Para Bandura, el aprendizaje de una persona compromete muchos factores en sí,


para su proceso de aprendizaje, gracias a su famosa teoría del payaso bobo,
donde básicamente trata de una película donde una joven golpea e insulta a este
muñeco equilibrante, para luego mostrarlos a unos niños y el resultado de ello
sea la misma reacción, ya que adoptaron e imitaron las mismas acciones y
reacciones que vieron en el video de la joven; esto bastó, para que Bandura
pueda tener como enfoque esta teoría y lo divina en lo que es un aprendizaje
activo, que se basa en experimentar, creer o hacer algo por uno mismo, sin
previo estudio o conocimiento. Y el segundo es un aprendizaje vicario, que se
refiere a aprender observando, mirando, sin necesidad de hacer o conocer algún
tipo de acción previamente. Luego de ello, afirmó y consideró que el tema de la
personalidad tiene relación e interacción con el ambiente, el comportamiento y los
procesos psicológicos. Todo esto conlleva a una teoría de la personalidad que
dice que el entorno de uno causa nuestro comportamiento.
Ya con distintas variantes a su poder, Bandura afirma que existen ciertos pasos
que apoyan su teoría y en el proceso de modelado, uno de ellos es prestar
atención, ya que para aprender algo se necesita estar prestando atención, caso
contrario aprenderás poco. Como segundo paso está la retención, que
básicamente es saber retener o recepcionar lo que anteriormente has prestado
atención. Luego está la reproducción, que trata sobre saber interpretar, describir y
reproducir el comportamiento, y, por último, la motivación, que, si una persona no
tiene una motivación o las ganas de hacer algo, pues por más que cumpla todo lo
que se necesite, o lo va a lograr, porque no se siente o no está motivado de
hacerlo.
La autorregulación es otro de los puntos que nos hace referencia, puesto que,
nos ayuda a saber controlar nuestro propio comportamiento, sugiere tener en
cuenta sus tres pasos principales para la autorregulación, que es la auto
observación, que trata de cómo el individuo en sí se observa , para luego pasar al
juicio, que es compararnos, con los demás o con lo estándar, para finalmente,
llegar a la auto respuesta, de los actos propios, de nuestro aprendizaje. Entonces
se dice que, aplicado correctamente estos procesos por Bandura, una persona
puede auto conocerse, y sobre todo auto-recompensarse

Se entiende por Bandura (1971) que el aprendizaje es un proceso sociocognitivo


que puede ocurrir al observar una acción o comportamiento y sus consecuencias
como tal, si estas palabras son extrapoladas al tema de este informe se puede
decir que un niño que ve a su padre regresar del trabajo malhumorado porque su
jefe lo regañó y que luego golpea a su madre, muy probablemente este niño
replique estas conductas violentas en su entorno como por ejemplo la escuela,
buscando molestar, insultar o hasta golpear a un compañero. Posteriormente
cuando este niño crezca, puede convertirse de alguna manera en su padre y
repetir el ciclo de violencia con su esposa. De este mismo caso se puede
ramificar el resultado hacia una actitud sumisa y de doblegacion si es que el
niño(a) observa y se identifica más con la persona que está siendo víctima (su
madre), esto irónicamente tiene más probabilidades de pasar si es que la
persona que observa es una niña y no un niño, se comprobó que la tendencia a
imitar comportamientos aumenta cuando la persona que los realiza es del mismo
sexo que del que observa. Es de vital importancia que los niños(as) crezcan y se
desarrollen en un ambiente alejado de violencia, pero la realidad es que la
violencia está en todos lados incluyendo la televisión y las redes sociales.

Según Bandura (1971) también se pueden observar y replicar comportamientos


aprendidos por la televisión, redes sociales, videojuegos etc. Un videojuego como
“mortal kombat” está prohibido en menores de 17 años, sin embargo muchos
niños lo juegan y luego intentan imitar las peligrosas acrobacias de los
personajes. otros medios como las redes sociales que si bien sí se pueden usar
como método de aprendizaje sano y con fines académicos, también pueden ser
peligrosos sin la supervisión de un adulto, la aplicación de nombre “Facebook” ya
ha sido denunciada y llevada a juicio justamente por un mal control de lo que se
puede y no se puede compartir, videos de asesinatos y otros se han viralizado
por la red social sin que sufran ningún tipo de censura, esto seguramente llegó a
un niño y más allá del hecho de que genera un claro desequilibrio/trauma, en el
peor de los casos este niño podría replicar las acciones contra su entorno, si se
agrega que este niño observa agresiones en casa por parte de sus padres o
figuras de paternidad combinado con la cantidad de información sucia que se
encuentra en redes sociales hoy en día, las posibilidades de que este niño crezca
y se convierta en un ser violento y sádico contra su esposa son altísimas, los
factores adecuados para evitar esto serían un buen control parental y refuerzos
positivos y negativos, como también castigos positivos y negativos como lo indica
Skinner (1938), todo con un fin de criar un ser humano responsable y bueno para
nuestra sociedad.
Goleman (1995) en su teoría nos plantea que la inteligencia emocional es la
capacidad que tiene toda persona de reconocer sus propias emociones así como
también las ajenas y gestionar una respuesta ante ellas.
Asimismo las emociones permiten adaptarse a nuevos cambios, en esta influye
la confianza, seguridad, control y la auto motivación que pueda tener una
persona.
Goleman (1995) menciona que la respuesta de una persona frente a una
situación es autónoma, que sería de igual manera decir que ante un estímulo se
emite una respuesta, si bien es cierto las emociones se producen de forma
natural, por ende no se decide si la tienes o no dado que es algo que no se
puede controlar, lo que sí se puede hacer es determinar qué hacer con ellas.
La inteligencia emocional también permite tener una mejor relación en cuanto a
los demás, permitiendo tener una mejor vida.
Urie Bronfenbrenner (1979), plantea en la teoría Ecológica de los sistemas que la
sociedad tiene un rol importante en el constructo de la personalidad, asimismo
también todas las situaciones atravesadas que se presentan a lo largo de las
etapas de la vida se convierten en un factor importante en su desarrollo, en base
a ello se infiere que las emociones van de la mano, dado que una persona con
una buena calidad de vida y una inteligencia emocional elevada tendrá mejor
manejo, control y manifestación de ellas, visto todo lo contrario en una persona
que de desarrollo en un ambiente en este caso con actitudes de violencia
normalizadas, las emociones son manifestadas pero de forma negativa dado que
no hay un control en ellas, por otro lado en un ambiente donde manifestar las
emociones no fueron aceptadas y la violencia fue aceptada se observa a una
persona que reprime sus emociones y es sumisa frente a situaciones que
amenacen su integridad. Goleman (1995) en su teoría nos muestra cinco
elementos que son parte de la inteligencia emocional. La autoconsciencia, es una
capacidad que permite al ser humano de poder observar, y diferenciarse de los
demás, por otro lado permite que pueden comprenderse a sí mismos, y tener un
buen manejo de sí mismos, a su vez permite que puedan conocer sus fortalezas,
debilidades, impulsos, valores y el impacto que genera en los demás de igual
manera la autoreflexion. (Goleman, 1995. citado por Sanchez, 2021).
Como menciona en esta fase la conciencia es la capacidad que tiene toda
persona de comprenderse a sí mismo, en base ello se puede decir que una
persona con características violentas es alguien que si bien es cierto se conoce
hace una manifestación de sus emociones de forma negativa, puede conocer sus
debilidades y fortalezas pero no las trabaja de forma adecuada, son más
impulsivos, dado que no hay un manejo, control de ellas y carece de tener algún
tipo de auto reflexión. Por otro lado desde una perspectiva, en la que la persona
no manifiesta sus emociones por más que se conozca o identifique sus fortalezas
y debilidades genera un impacto negativo en sí misma. La autorregulación
emocional, es la capacidad del buen manejo de las emociones, permite
transformar la vivencia estresante, emocionalmente alterante o situaciones
desagradables, mediante una buena autorregulación, siendo capaces de
identificar todo lo que sucede, cómo se genera y cómo se puede dar por
terminado ello asimismo aceptando que estas situaciones serán pasajeras y
controlables (Goleman, 1995. citado por Montagud, 2020).
Este elemento es la habilidad de poder controlar aquellas conductas basadas en
impulsos emocionales, en el caso de aquellas personas violentas se puede
apreciar que no existe tal manejo, por el contrario las manifestaciones de esas
actitudes son más presentes, dado que les cuesta entender y comprender ciertas
situaciones, generando así que no se puedan adaptar a las dinámicas sociales
existentes.
La motivación, es considerada el mecanismo que determina la dirección,
intensidad y persistencia de la conducta hacia una determinada meta y cómo
será el esfuerzo empleado para lograrlo (Goleman, 1995. citado por Granero y
Gomez, 2020).
En este sentido si la víctima de violencia gestionará más, este elemento sería
crucial para tomar una decisión para que pueda darle un fin al ambiente de
violencia en el que se encuentra, será un proceso largo si bien es cierto pero no
imposible.
Empatía, es la capacidad de entender las emociones de las demás personas,
asimismo poder ayudar, realizando comentarios constructivos, manteniendo una
escucha activa para quienes lo necesitan (Goleman, 1995. citado por Granero y
Bello, 2020). En este elemento se puede comprender que la empatía es la
cualidad de entender y vivir con nuestras emociones y la de los otros, en este
sentido se puede inferir que una persona violenta carece de este principio dado
que es indiferente a las emociones de la víctima, siendo incapaz de tener
empatía con ella y actuar sin medir las consecuencias y lo que pueda generar.
Las habilidades sociales, es la capacidad que tendrá una persona para actuar
frente a la tendencia de dar siempre la respuesta más adecuada frente a las
distintas situaciones presentadas a diario. (Goleman, 1995. citado por Pradas,
2018). Esta habilidad permite un desempeño adecuado frente a los demás,
permitiendo una comunicación asertiva y comportamientos eficaces.

III. CONCLUSIÓN
La investigación sobre la violencia de género y su influencia en las emociones
demuestra que este problema puede generar la total destrucción de una persona
en cuanto a su autoestima, valores y creencias de sí misma. Las teorías en las
que fueron basadas estas investigaciones son de una fuente confiable y de
carácter verídico, por lo que se demuestra con pruebas y hechos (experimentos,
test, tesis, libros, etc.) el cómo este problema ataca de forma directa e
indirectamente al individuo e incluso es evidenciado el comportamiento y
pensamiento del agresor y la víctima, así como también los procesos, fases y
cambios por los que pasan ambos antes de llegar a una clara forma de agresión.
Desde Martin Seligman con la teoría de la Indefensión Aprendida y como este
plantea que una persona puede llegar al punto en que ni siquiera intenta salvarse
o hacer algo para parar la violencia, Leonore Walker y el Ciclo de la Violencia
donde explica en tres fases como siempre el agresor busca volver a estar con la
persona a la que agredió para simplemente que se repita este ciclo de violencia,
teorías como la de Urie Bronfenbrenner y Albert Bandura que comparten muchas
similitudes porque en las dos se habla de cómo el entorno puede moldear y
predisponer a ser parte de estos actos violentos y aqui se habla tanto del agresor
como de la víctima (Teoría Ecológica de los Sistemas y Teoría del Aprendizaje
Vicario respectivamente). Los mecanismos de defensa que planteó Sigmund
Freud se relaciona más con él “después de”, después de sufrir el acto de
violencia porque la mente busca mantenerse equilibrada y calmada así que para
esto busca esconder o bloquear estos recuerdos, pero esto siempre causa más
daños del que uno cree, relacionándolo con la Indefensión Aprendida de
Seligman, la persona puede cuadros severos de depresión, estrés y ansiedad al
no hacer prácticamente nada respecto a la situación por la que está pasando,
para que se logre evitar y o huir de ese ambiente conflictivo Daniel Goleman
explicó en su teoría de la Inteligencia Emocional el cómo se debe actuar y pensar
de forma introspectiva y exterior, buscando la completación de los cinco
elementos que constituyen su teoría (Autoconocimiento, Autorregulación,
Automotivación, Empatía y Habilidades Sociales).
Finalmente, se llega a la conclusión de que tanto el agresor como la víctima
tienden a tener trastornos psicológicos que por lo general son iniciados en su
niñez y que se extrapolan a su vida adulta como pareja, es decir si la violencia
estuvo presente en su hogar desde muy pequeño lo más probable es que esto
resulte en la repetición del mismo, pero también existen casos en el que fueron
criados de la manera más óptima posible y el sujeto simplemente es agresivo o
sumiso, esto tiene que ver más con algo genético e innato, quiere decir que nació
con ese carácter y esa predisposición a ser violento o a ser violentado. La
violencia de género se reduce y simplifica el absurdo de ejercer violencia sobre
alguien solo por su género.
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