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Los accidentes gramaticales son importantes para que haya concordancia entre
las distintas partes de las oraciones que usamos en el lenguaje hablado o escrito. La
concordancia es la relación de acuerdo que se establece entre dos o más palabras que
comparten alguna característica gramatical, como el género, el número, la persona, el
tiempo, el modo, el aspecto o la voz. Por ejemplo, en español, el verbo debe concordar
en número y persona con el sujeto, y el adjetivo debe concordar en género y número
con el sustantivo al que se refiere. La concordancia permite que el mensaje sea
coherente y comprensible para el receptor, y que se eviten ambigüedades o
confusiones.
Los Accidentes Gramaticales
Se le llama accidente gramatical (o también morfema verbal) a las distintas
alteraciones o cambios que pueden sufrir ciertos tipos de palabras para indicar contexto
dentro del texto. El español es un lenguaje complicado con una estructura firme que
necesita de estos accidentes o morfemas verbales para volverse fluido y entendible
para los hablantes, oyentes, lectores y escritores.
El Tiempo
El tiempo gramatical es una categoría que se refiere a la referencia temporal
(sea relativa o absoluta según las lenguas), que permite ubicar el orden cronológico de
los eventos y acciones. En las lenguas flexivas, como lo es el español, el tiempo
gramatical se refleja usualmente en un conjunto de paradigmas asociados con un
conjunto de desinencias, que en conjunto se denominan tiempos verbales.
Hay tres distintos tipos de tiempo (ya mencionados) que se mostraran más
claramente y con ejemplos a continuación:
Presente: Indica que una acción está ocurriendo en el momento del habla.
Existe un presente en el modo indicativo y una en el modo subjuntivo. Por
ejemplo: “Él juega muy bien”.
Pretérito o Pasado: Indica que la acción ocurrió anteriormente al momento del
habla. Existen cinco pretéritos en el modo indicativo y tres en el subjuntivo. Por
ejemplo: “Ayer salimos a pasear.”
Futuro: Indica que una acción ocurrirá después del momento del habla. Existen
dos futuros en el modo indicativo y dos en el subjuntivo. Por ejemplo: “Mañana
vamos a preparar hallacas”.
El Aspecto
El aspecto es una propiedad del que poseen los verbos y las perífrasis verbales
para señalar si una acción que se expresa ha concluido o no al instante en el que se
referencia en la oración, es decir, se refiere a los diferentes estados del desarrollo de la
acción expresada por el verbo.
Primera Persona: Indica que las acciones expresadas por el verbo son
realizadas por la persona de la que se habla, el sustantivo. La primera persona
verbal concuerda con los pronombres personales de primera persona; “Yo,
nosotros, vosotros”. Por ejemplo: “Yo pesqué y cacé varios peces, entre ellos, un
enorme salmón”.
Segunda Persona: Indica que la acción expresada por el verbo es realizada por
el oyente. La segunda persona verbal concuerda con los pronombres personales
de segunda persona; “Tú, usted, vos”. Por ejemplo: “Tú llegaste tarde el día
anterior, hoy tienes que llegar temprano.”
Tercera Persona: Indica que la acción expresada por el verbo es realizada por
alguien o algo que es ajeno a la conversación, un narrador omnisciente que no
es parte de los sujetos o lectores y está en su propia realidad separada. La
tercera persona verbal concuerda con los pronombres de tercera persona; “él,
ella, ellos”. Por ejemplo: “El cielo se encuentra despejado el día de hoy, y las
estrellas brillan con anhelo”.
El Número
Es el accidente gramatical o morfema verbal que indica si el sujeto es uno
(singular) o más de uno (plural). Como el verbo tiene que concordar con el número de
sujetos en la oración, también será singular o plural dependiendo del número de estos
que haya dentro del párrafo.
Número singular: Indica que el individuo que está llevando a cabo una acción
es solo uno. Por Ejemplo: “él toca la guitarra acústica con mucha pasión”.
Número Plural: Indica que el individuo que está llevando a cabo una acción son
varios. Por Ejemplo: “Ellos tocan en una orquestra muy popular, y están
orgullosos de su profesión”.
En el español al igual que en las otras lenguas romances, los sustantivos son
variables en género y número. Estas variables son los accidentes gramaticales o
morfemas verbales que modifican y ayudan a hacer sentido dentro de una oración.
El Género
No se vaya a confundir el género con el sexo (macho o hembra), son dos cosas
completamente distintas. En la morfología el género es el accidente gramatical que
índica si un sustantivo es femenino o masculino. En los sustantivos que designan a
seres animados (vivos, personas), corresponde con el sexo en la gran mayoría de
veces (no aplica a ciertos grupos de personas, por ejemplo), pero en el resto de
sustantivos (objetos inanimados, por ejemplo) no, ya que es una categoría arbitraria.
A veces no se marca el género de los seres animados con desinencias, sino con
el uso de una palabra distinta para masculino y femenino: hombre-mujer, caballo-
yegua, padre-madre. En otras ocasiones, se utiliza el artículo flexionado con género
para referirse a otras palabras, como, por ejemplo: la jirafa, dónde se dice la jirafa
macho y la jirafa hembra ya que no hay un nombre diferente y “el jirafo” es mala
gramática.
El Número
El sustantivo, al igual que el verbo también presenta variación de número. Este
adopta las siguientes dos formas:
Hay que tener en cuenta que algunos sustantivos solo tienen una forma singular
dónde no se les puede aplicar una desinencia plural. Estas palabras se les refiere como
Singularia Tantum (literalmente traducido: solamente singular). Caso contrario son los
sustantivos que solo tienen plurales, es decir, no se les puede quitar las desinencias,
por ejemplo: víveres, tijeras, lentes, entre otros.
Es común que entre las lenguas del mundo estos puedan expresar número e
incluso género. En las lenguas flexivas como el español generalmente también
expresan caso.
El Género
Los pronombres al igual que el sustantivo presenta flexión de género, en dónde para
coincidir con el sustantivo y el verbo cambia dependiendo del género del sustantivo
presente. Por ejemplo:
El Número
Los pronombres al igual que el sustantivo presenta flexión de número, en dónde
para coincidir con el sustantivo y el verbo cambia dependiendo del número de
sustantivos presentes. Por ejemplo:
Los camiones, las gatas, los patrones, los profesores, los estudiantes, entre
otros…
El Género
Existen adjetivos de una terminación que no experimentan variación de género,
como, por ejemplo: fuerte, falaz, hábil, débil… entre otros. Del mismo modo también es
afectado por la flexión de número y se acomoda para coincidir con el sustantivo o
sustantivos que está intentando calificar.
El Número
Los adjetivos pueden, al igual que con las flexiones de género, tener una flexión
de número para mejor acompañar a los sustantivos que está cualificando de la manera
correcta. Dependiendo del número de sustantivos y sujetos en la oración o texto, los
adjetivos utilizados usarán las mismas flexiones que el sustantivo. Por ejemplo:
Igual que en su flexión de género hay algunos adjetivos que no tienen forma
singular ni plural, sino que son meramente plurales o singulares y no pueden ser
flexionados morfológicamente. Por ejemplo:
Adjetivos Invariables
Los adjetivos invariables o adjetivos de una terminación son aquellos que no
varían cuando cambia el género de los sustantivos al que están acompañando, pero
que sí varían respecto al número de estos. Por lo general estos adjetivos suelen
terminar con la letra -e. Por Ejemplo: amable, fuerte, obediente, valiente, entre otros…
1. Terminados en -a
Terminados en –ista. Por ejemplo: optimista, artista.
Terminados en -ícola. Por ejemplo: agrícola, avícola.
2. Terminados en -e:
Terminados en –ente. Por ejemplo: inteligente, caliente.
Terminados en –ense. Por ejemplo: jienense, paranaense.
Terminados en –ble. Por ejemplo: terrible, increíble.
Terminados en –ante. Por ejemplo: elegante, variante.
Terminados en –bre. Por ejemplo: lúgubre, pobre.
3. Terminados en -i:
Sefaradí.
4. Terminados en -u:
hindú, tisú.
5. Terminados en consonante:
Terminados en -al/-il. Por ejemplo: final, ágil.
Terminados en –ar/-or. Por ejemplo: popular, superior.
Terminados en -z. Por ejemplo: audaz, infeliz, precoz.
Terminados en -s. Por ejemplo: gratis, dos.
Él.
La.
Lo (utilizado para palabras neutras).
El Género
El artículo sufre accidentes gramaticales o morfemas verbales de género para
poder concordar con el sustantivo al que está acompañando en la oración. Estos
artículos son tres:
Los.
Las.
Los (utilizado para palabras neutras).
CONCLUSIÓN
En este texto hemos aprendido qué son los accidentes gramaticales y por qué
son importantes para el análisis y el uso de la lengua. Los accidentes gramaticales son
las variaciones que sufren las palabras según su función en la oración, lo que les
permite adaptarse al contexto y al sentido que se quiere transmitir. Existen diferentes
tipos de accidentes gramaticales, como el género, el número, el caso, el modo, el
tiempo, el aspecto, la persona y el grado, que afectan a distintas clases de palabras,
como los sustantivos, los adjetivos, los pronombres, los verbos y los adverbios. Cada
uno de estos accidentes gramaticales tiene sus propias reglas y formas de
manifestarse, que hemos ilustrado con algunos ejemplos. Los accidentes gramaticales
son un recurso fundamental para enriquecer y diversificar el idioma, ya que permiten
expresar con precisión y claridad las relaciones entre las palabras y los matices del
significado. Gracias a los accidentes gramaticales, podemos indicar el género y el
número de los seres y las cosas, el papel que desempeñan en la oración, la actitud del
hablante ante lo que dice, el momento y la duración de la acción, la identidad y la
relación de los interlocutores, y el grado de intensidad o de comparación de las
cualidades o las circunstancias.
Sin embargo, los accidentes gramaticales también pueden ser una fuente de
dificultad o de error para los hablantes, especialmente para los que aprenden una
lengua nueva o para los que tienen que usar una variedad distinta de la suya. Algunos
de los problemas más comunes son el uso incorrecto o la omisión de los artículos, la
concordancia entre el sujeto y el verbo, la formación y el empleo de los tiempos
verbales, la colocación y la función de los pronombres personales, y la construcción y
el significado de las oraciones subordinadas. Para evitar o corregir estos errores, es
necesario conocer y practicar las normas y los usos de los accidentes gramaticales, así
como consultar las fuentes y los recursos que nos pueden ayudar a resolver nuestras
dudas.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Giani C. (2023). Accidentes Gramaticales. Recuperado de:
https://lenguaje.com/accidentes-gramaticales/