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Enseñanza-

aprendizaje
Nombre. José Miguel Jimenez Torres
Matricula. 100406978
Asignatura. Teoría de la Arquitectura II
Sección. Y01
Profesor. Engelbert Pena Medina
Arquitectura
La arquitectura es el arte y la técnica de concebir, diseñar y
construir edificaciones que funcionen como hábitat para el ser
humano, ya sean viviendas, lugares de trabajo, de recreación o
memoriales.
La arquitectura es una disciplina definida como el arte y la técnica
de proyectar y construir edificios para satisfacer las necesidades
del ser humano, a través de la forma, la funcionalidad y los
preceptos estéticos, es considerada una de las bellas artes.
En un sentido estricto, la arquitectura es inherente a la civilización
humana y no puede escaparse de ella mientras se viva en
sociedad. Cuando el ser humano erige una choza con maderas
para guarecerse de los elementos, cuando pavimenta la tierra para
erigir encima una plaza con las estatuas de sus mártires, cuando
diseña un templo con que rendir culto a sus dioses, o cuando erige
una torre inmensa de oficinas, el hombre pone en práctica sus
conocimientos arquitectónicos.
Los diversos estilos y modos de la arquitectura en la historia
humana, de hecho, reflejan muchas de las condiciones y
momentos de su pensamiento, ya sea en términos artísticos o
pragmáticos. De hecho, su conocimiento se basa en tres principios
fundamentales: belleza, firmeza y utilidad.
El concepto arquitectura proviene del latín architectura que, a su vez,
tiene origen en el griego, y puede definirse como el arte y la técnica de
proyectar y construir edificios para satisfacer las necesidades del ser
humano, a través de la forma, la funcionalidad y los preceptos estéticos.
De acuerdo con cada periodo histórico, la arquitectura incorpora
elementos que reflejan la estética y los valores sociales y culturales,
diferenciándola dentro de las distintas corrientes de estilo, las cuales
podemos observar en la actualidad.
Puede decirse que la arquitectura se encarga de modificar y alterar el
ambiente físico para satisfacer las necesidades del ser humano. Los
arquitectos no sólo se encargan de desarrollar construcciones en función
de su forma y utilidad, sino que también siguen preceptos estéticos. Por
eso, la arquitectura suele ser considerada como una de las bellas artes.
La arquitectura es una de las artes más antiguas de la civilización. Junto
a la confección de herramientas o artesanías, suele perdurar como ruinas
mucho después de que una cultura específica ha desaparecido. Además,
en sus formas y sus ornatos se imprime la marca distintiva de quienes la
idearon, siendo su estilo representativo de cada pueblo y cada cultura.
Historia de la Arquitectura
La arquitectura nació junto con el hombre de la prehistoria, durante el
Neolítico. Al abandonar la vida nómada, la arquitectura se desarrollo en
forma de viviendas estables y recintos ceremoniales que poco a poco
fueron evolucionando en elementos simbólicos presentes en el contexto
sociocultural.
A medida que las sociedades se hacían más complejas y extensas,
surgieron los primeros núcleos urbanos cerrados. De esta forma nacieron
las altas culturas de Medio Oriente: Mesopotamia y Egipto, que legaron
numerosas obras arquitectónicas, de las que destacan, por ejemplo, los
sistemas de irrigación, los zigurats, los templos y las pirámides.
Los antiguos griegos y romanos perfeccionaron la arquitectura, sentando
las bases de la arquitectura clásica y convirtiéndola en punto de referencia
para los siglos venideros. Durante esta etapa se desarrollaron los arcos y
columnas estilizadas, se trabajó la piedra caliza y el mármol, los sistemas
de irrigación y acueductos, ciudades saneadas y se dio origen al concreto.
La arquitectura es una disciplina intrínsecamente ligada a la historia y así
como cualquier otra forma de conocimiento histórico, está sujeta a las
limitaciones y fortalezas de la ciencia. Existen diversas perspectivas en
relación a su estudio, los periodos estudiados corren paralelos a los de la
historia del arte.
¿Para qué sirve la arquitectura?
La arquitectura sirve, en general, para modificar los espacios y
construir edificaciones que nos resguarden los elementos (lluvia,
frío, calor, viento, etc.). En ese sentido, un arquitecto es útil para:
Planificar, diseñar y liderar la construcción de edificios que
alberguen distintos tipos de oficios humanos, desde viviendas hasta
fábricas u oficinas.
Planificar y diseñar el espacio público de las ciudades, para
embellecer el entorno urbano, para facilitar el tránsito o para
resolver problemas puntuales.
Diagnosticar y reformular las edificaciones humanas que se
encuentren deterioradas para alargar su vida o, dado el caso, para
erigir una nueva edificación.
Diseñar la ubicación de parques, plazas y otras formas de
presencia vegetal dentro de la ciudad.
Enseñanza-aprendizaje de la arquitectura a lo largo de la
historia
La historia de la arquitectura está directamente ligada a la necesidad del ser humano de cobijarse de
forma segura para alejarse de entornos peligrosos, pero la enseñanza de esta disciplina surgirá
cuando la humanidad complejiza sus necesidades y decide sofisticar las formas que habita,
requiriendo capacidades especiales para crear edificios.
Las historias de la arquitectura tradicionales se pueden abreviar en tendencias los enfoques
predominantes, hasta la actualidad, en los estudios de la Historia de la Arquitectura tradicional, el
primero ligado a criterios evolucionistas, donde ha nacido la noción de estilo, que se ocupa
especialmente de los aspectos formales de la obra arquitectónica, por lo tanto, únicamente de la
evolución de las formas y donde la exploración del objeto como conjunto de piezas o partes que deben
ser analizadas en detalle para poder recomponer el objeto en cuanto fenómeno plástico. Sobre todo,
predomina lo formal y estético ya que la arquitectura queda reducida a una cuestión epidérmica-
decorativa.
Otro enfoque es aquel donde el estudio del fenómeno arquitectónico exige una gran recopilación de
información, un cúmulo de documentación sobre el objeto de estudio, sin embargo, no se acompaña
con la interpretación que permita explicar el sentido de esa arquitectura.
La arquitectura como construcción de espacio, se fundamenta en la habitabilidad, la cual, a su vez, se
sustenta básicamente en un concepto que rige los principios espaciales. De esta forma, la
arquitectura, en su materialización, dio a la sociedad en el pasado metáforas lingüísticas; mientras
que, en la actualidad, se rige bajo parámetros estándares ceñidos a una rigurosidad técnica, funcional,
económica y mercantilista
La arquitectura no es una ciencia, es una disciplina, no exacta, sino mutable, cambiante, que se
transforma y no está sujeta a estereotipos o patrones formales o sociales; una disciplina que
comparte raíces con las humanidades, por cuanto son productos que se basan en los
comportamientos humanos como elementos de estudio.
La arquitectura se erige primero como refugio de los hombres en la naturaleza contra las
inclemencias del tiempo y el rigor cotidiano de la vida misma. Con el Renacimiento surge un
nuevo sentido, acompañado del mismo espíritu de la época. Aparece el palacio señorial, la casa
del hombre preeminente, demarcado fundamentalmente por unas condiciones económicas que
definían las diferencias habitacionales de los espacios diseñados por los arquitectos de la época
sometidos o condicionados al poder de un rey, de la nobleza, o posteriormente de la burguesía,
que determinaba el tipo y el estilo de las construcciones elaboradas.
El suceso, es la base sobre la cual se debe consolidar la arquitectura; ésta no se puede seguir
considerando como un hecho físico, material y tangible, ni mucho menos como un organismo
pétreo o inmutable. Es el acontecimiento producido en ella y por ella, sobre el cual se desarrollan
todos los ámbitos de la cotidianidad, el que le devuelve el sentido de su formación, la capacidad
para albergar una multiplicidad decir circunstancias dentro de un mismo espacio físico.
Aparece, finalmente en la Modernidad, como un tema nuevo, antes jamás tratado y como
resultado de la serie de determinantes y componentes históricas -como la Revolución Industrial
entre otros- la casa para todos los hombres: la vivienda seriada y la planificación sistémica de las
ciudades.
En este último período, se les dio una gran importancia a las ciudades, debido sobre todo a los
procesos de transformación urbana y de desarrollo tecnológico. La historia de tipo recopilativo
reduce la información a simples datos desvinculados de sus contextos histórico, social y urbano,
bloqueando el estudio al objeto en su materialidad y reduciéndolo a mera recopilación sin llegar a
una etapa de análisis de los datos recabados. Otro enfoque es aquel donde la Historia como
biografía de arquitectos sobresalientes, esta aproximación asume los datos biográficos con
pretensión de ser una historia de la arquitectura.
Antigüedad
La arquitectura en la Edad Antigua se refiere a las construcciones y
edificaciones erigidas por las civilizaciones premedievales, como egipcios,
griegos y romanos. Estas estructuras icónicas, desde las pirámides y templos
hasta los teatros y acueductos, reflejan las creencias, innovaciones y
habilidades técnicas de cada cultura antigua.
La arquitectura en la Edad Antigua es un testimonio asombroso del ingenio
humano y las creencias culturales. Los egipcios dejaron un legado
monumental con las majestuosas pirámides, símbolos de poder y rituales
funerarios. Los griegos, maestros del orden y la proporción, crearon templos
impresionantes como el Partenón en Atenas. Los romanos, conocidos por su
ingeniería, construyeron arcos, acueductos y el Coliseo, emblema de su
grandeza y entretenimiento.
La arquitectura antigua no solo era funcional, sino también simbólica. Los
templos servían de morada para los dioses, las pirámides egipcias eran
pasajes al más allá y los anfiteatros romanos eran escenarios de
espectáculos. Las técnicas constructivas avanzaron con innovaciones como el
uso de columnas, arcos y bóvedas.
Cada civilización dejó su huella en la historia arquitectónica, influenciando
estilos futuros. A medida que avanzaba la Edad Antigua, las construcciones se
volvieron más elaboradas y ambiciosas. Aunque las estructuras físicas han
resistido la prueba del tiempo, también transmiten valores culturales y
tecnológicos.
Características de la arquitectura en la edad
Antigua
La arquitectura antigua se destaca por su simbolismo cultural, uso de columnas y proporciones
precisas, elementos decorativos y énfasis en la funcionalidad.
Simbolismo Cultural: Las construcciones reflejaban las creencias religiosas y valores culturales
de cada civilización, con edificaciones dedicadas a dioses, héroes y rituales.
Utilización de Columnas y Pilares: Elementos arquitectónicos como columnas y pilares eran
frecuentemente empleados para dar soporte y decorar edificios, con diferentes estilos según la
cultura.
Énfasis en la Proporción y Simetría: Los griegos y romanos se enfocaban en la armonía visual
y geométrica, empleando proporciones precisas para crear edificaciones equilibradas.
Uso de Elementos Decorativos: Esculturas, relieves y frescos adornaban las fachadas y
espacios interiores, contando historias mitológicas o aspectos de la vida cotidiana.
Innovaciones en la Ingeniería: Los romanos destacaron por su habilidad en construir arcos,
bóvedas y cúpulas, creando estructuras más grandes y funcionales.
Variedad de Materiales: Se empleaban diversos materiales según la disponibilidad local,
incluyendo piedra, mármol, ladrillos y madera, cada uno con sus propias características y
estilos.
Construcciones Monumentales: Las pirámides egipcias, templos griegos y anfiteatros romanos
son ejemplos de construcciones imponentes que servían como centros religiosos, culturales y
de entretenimiento.
Roma
La arquitectura romana se mantiene como un testigo majestuoso de su civilización. Siendo un
pueblo conquistador, los romanos adoptaron técnicas constructivas y estéticas de sus
diferentes triunfos militares, para después aplicar estos nuevos conocimientos a su propia
sociedad, tanto en el ámbito arquitectónico, como urbanista, e incluso, de ingeniería.
Templos, teatros, arcos del triunfo, y hasta acueductos, son algunos de los vestigios que
sobrevivieron el paso del tiempo y demuestran el talento y solidez de una cultura destinada a
dejar huella.
Para los romanos, la arquitectura era un medio para perpetuar su legado, es decir, poder
inmortalizar su cultura a través de muestras arquitectónicas. Algunas de las culturas de la
época buscaron lo bello, las proporciones y la estética sobre todas las cosas; por su parte, los
romanos atribuyeron a sus construcciones una esencia de conmemoración, pero también
fueron los pioneros de entender la arquitectura como un espacio habitable, en donde el ser
humano pudiera crear puntos de convivencia y resguardo.
Es bien sabido que la arquitectura romana se inspiró de dos grandes culturas: la griega y la
etrusca. De los primeros, los romanos tomaron el sentido de la belleza, y se apropiaron del
mármol y de las conocidas órdenes clásicas: el dórico, el jónico y el corintio. Sin embargo, el
uso de dichas órdenes las destinaron a un uso meramente estético y no estructural, a
diferencia de los griegos. Por su parte, de los etruscos aprendieron las técnicas constructivas
que los harían llegar a su esplendor: el arco y la bóveda. Más adelante, la mezcla de ambas
culturas daría origen a dos órdenes clásicas más: el toscano, que es una reinterpretación de la
orden dórica, pues añade un basamento a la parte baja de la columna, y además, la mantiene
lisa, y el compuesto, cuyo capitel combina las volutas, del jónico, con las hojas de acanto, del
corintio.
Sin embargo, para que la arquitectura romana
alcanzara su cúspide debía apelar a la durabilidad,
y lo logró gracias a la selección de sus materiales.
Las piedras y el mármol fueron fundamentales para
sus construcciones, pero el concreto fue el material
clave para el legado romano. Gracias al concreto, el
arco y la bóveda fueron explorados al máximo por
los romanos, y crearon edificios como el Coliseo,
que aún se mantienen en pie.
Además del mármol, también se disponía de piedra
caliza blanca travertino en las canteras cercanas a
Tívoli, y su facilidad para el tallado preciso y su
inherente resistencia a la carga la convirtieron en el
sustituto favorito del mármol entre los arquitectos
romanos desde el siglo I a.C. Se utilizaba
especialmente para pavimentos, marcos de puertas
y ventanas, y escalones.
Edad media
La arquitectura medieval abarca las construcciones realizadas en Europa durante los
siglos V al XV. Caracterizada por catedrales góticas, castillos fortificados y
monasterios románicos, refleja la influencia religiosa, el uso de arcos y bóvedas, y la
maestría en la talla de piedra. Un legado monumental de la Edad Media.
La arquitectura medieval se erige como un testimonio duradero de la rica historia
europea entre los siglos V y XV. Comenzando con la arquitectura románica, que
enfatizaba muros gruesos y arcos semicirculares en iglesias y fortificaciones,
evolucionó hacia el estilo gótico en el siglo XII. Las catedrales góticas, como la de
Chartres y Notre-Dame, impresionaban con sus altas bóvedas de crucería y vitrales
luminosos.
La arquitectura feudal dio lugar a castillos y fortalezas, símbolos de poder y
protección. Mientras tanto, los monasterios benedictinos y cistercienses
representaban la austeridad románica y la búsqueda de la espiritualidad.
El Renacimiento introdujo cambios en la arquitectura, pero el legado medieval
perduró. La Torre de Londres y el castillo de Chambord en Francia son ejemplos de
la imponente arquitectura medieval.
La arquitectura medieval no solo reflejó la estética y tecnología de su tiempo, sino
que también transmitió la cosmovisión religiosa y la estructura social. Los edificios
eran espacios de adoración, poder político y refugio. Su influencia se extiende hasta
la actualidad, impactando el diseño arquitectónico y la apreciación histórica.
Características de la Arquitectura Medieval
La arquitectura medieval es una ventana a la mentalidad, espiritualidad y tecnología de la
Edad Media, influenciando la estética y la ingeniería hasta nuestros días.
Estilo Románico y Gótico: Dos estilos predominantes. El románico con arcos semicirculares
y muros gruesos, mientras que el gótico se caracteriza por bóvedas de crucería y altos
vitrales.
Artesanía Intrincada: Detalles esculpidos en piedra y madera, con motivos religiosos, flora y
fauna, mostrando la destreza de los artesanos.
Arco de Medio Punto: Una característica del románico, marcando la transición de las
columnas a los muros, proporcionando estabilidad.
Arbotantes y Contrafuertes: Elementos góticos que distribuyen el peso de las bóvedas hacia
el exterior, permitiendo ventanas más grandes.
Ventanas de Rosa y Vitrales: Ventanas circulares con intrincados vitrales en las catedrales
góticas, creando efectos luminosos y religiosos.
Cielos Rasos Abovedados: Característica gótica, creando una sensación de elevación y
espiritualidad en los interiores.
Fortificaciones y Castillos: Elementos defensivos como torres, murallas y fosos, reflejando la
necesidad de seguridad en la época feudal.
Renacimiento
La arquitectura renacentista fue un punto de inflexión histórico, ya que marcó el
fin del particular oscurantismo de la Edad Media, y a su vez, inauguró una nueva
etapa en el camino de la humanidad, es decir, la Edad Moderna. Como su
nombre lo insinúa, la arquitectura renacentista fue producto del Renacimiento, y
como parte fundamental del movimiento, adoptó sus ideales y ejes de
pensamiento y los extrapoló al diseño de edificios.
La arquitectura renacentista es un movimiento que nació gracias al periodo del
Renacimiento, y por lo tanto, comprendió del siglo XV al siglo XVI. Su legado
radica en abandonar los conceptos medievales y regresar a los cánones de la
antiguas culturas griegas y romanas, como parte de la idea del florecimiento que
el movimiento respaldó. A diferencia del neoclásico, del siglo XVIII, la
arquitectura renacentista ajustó los elementos clásicos a sus edificios, pero no
los reprodujo en forma y monumentalidad, como sí lo hizo el neoclasicismo.
Asimismo, es notable cómo la arquitectura giró entorno al hombre e integró
nuevos materiales, como el mármol, y los mezcló con los tradicionales ladrillos,
piedras y maderas.
Además, la arquitectura del Renacimiento también modificó la noción que se
guardaba del arquitecto, y separó al proyectista del constructor. Con dicho
cambio, tanto los arquitectos como la arquitectura se revalorizaron, para ser un
ejercicio profesional y no de artesanos. Entonces, el anonimato de los
arquitectos quedó en el olvido, y a partir del Renacimiento, su autoría se grabó
en los edificios y en la memoria del pueblo.
Revolución Industrial
La arquitectura industrial o también llamada arquitectura del hierro,
tiene su auge en el siglo XIX tras la Revolución Industrial. El origen de
este estilo arquitectónico viene precedido por la incorporación de
materiales como el hierro, el acero laminado, el hormigón armado y el
vidrio.
Ya en el siglo XVIII, la arquitectura fue el arte más social, es decir, el
más concienciado y adecuado a las condiciones sociales, económicas
y materiales de la época. A principios de siglo, seguían imperando los
estilos Barroco y Rococó como herencia del siglo XVII, pero ya a
mediados de siglo, empezó a imperar la razón. La arquitectura se
desvistió de ornamentación, imperando un estilo racionalista, bello,
pero también necesario. Priorizaron lo simple y barato, a lo superfluo y
caro.
Una vez entrados en el siglo XIX, con el descubrimiento arqueológico
de Pompeya y Herculano, los historiadores cambiaron su idea del
clasicismo, volviendo a él y encumbrando dicho estilo como superior a
cualquier otro hasta entonces. A esta vertiente, se la llamó Arquitectura
Historicista, de la cual partieron muchas otras con el prefijo Neo- como
el Neoclasicismo, Neogótico, Neoplateresco, Neomudéjar, etc.
Características
Así pues, la arquitectura industrial se caracteriza en su concepción, diseño y construcción por:
Funcionalidad: La arquitectura industrial está diseñada para cumplir con un propósito específico, ya
sea para la fabricación de productos o para el almacenamiento de bienes. Por lo tanto, la
funcionalidad es una de las principales preocupaciones de los arquitectos industriales.
Eficiencia: La eficiencia es otro factor clave en la arquitectura industrial. La disposición de las
instalaciones, la utilización del espacio y la optimización de los procesos de fabricación son algunos
de los aspectos en los que se centra la arquitectura industrial para lograr la máxima eficiencia.
Resistencia: Este tipo de arquitectura también se caracteriza por ser resistente y duradera. Los
edificios industriales están diseñados para soportar cargas pesadas y condiciones extremas, como
altas temperaturas o exposición a productos químicos.
Modularidad: La modularidad es una característica común, ya que permite una mayor flexibilidad en
la construcción y adaptación de los edificios a las necesidades cambiantes de las empresas.
Estética minimalista: La estética de la arquitectura industrial se enfoca en la funcionalidad y la
eficiencia, por lo que se caracteriza por una estética minimalista y despojada de adornos superfluos.
Uso de materiales industriales: Los materiales utilizados en la construcción de edificios industriales
suelen ser materiales industriales escogidos expresamente por su resistencia y durabilidad, como
acero, concreto y vidrio.
Actualidad
La arquitectura actual, está presente en la realidad de la vida y,
sobre todo, en la vida cotidiana de los ciudadanos. La
arquitectura en la actualidad, busca brindar espacios más
simples que estén comprometidos con la sociedad, por tanto los
materiales deben estar mejor escogidos.
La arquitectura moderna es una corriente que combinan el estilo
y la técnica para trabajar en la simplificación de las formas.
La arquitectura moderna engloba todas las corrientes de
arquitectura a lo largo del siglo XX por todo el mundo.
Se trata de una revolución del arte y el diseño a través de la
ruptura de lo tradicional y los ornamentos. Estuvo marcada por el
funcionalismo racionalista y el funcionalismo organicista.

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