Está en la página 1de 7

A favor de los videojuegos

Por un lado, los portavoces de AEVI apuestan por el uso de videojuegos, ya

que mejoran las capacidades y habilidades de los niños e, incluso, son útiles para

regenerar los métodos educativos. Los portavoces de esta asociación están

convencidos de que la combinación del juego con la educación favorece la adquisición de

conocimientos y el desarrollo de competencias. «Se ha demostrado que el cerebro está

predispuesto para un aprendizaje más rápido con juegos que con libros», aseguran

los expertos.

— Los videojuegos mejoran las habilidades cognitivas de los menores; desarrollan su

inventiva, creatividad y la capacidad intelectual y de análisis.

— Les motivan para superar retos, lo que incrementa su motivación y compromiso.

— El uso frecuente de los mismos enriquece la capacidad de lógica, de deducción y el

razonamiento, aumenta su orientación espacial y, además, se observan mejores

resultados en matemáticas de los adolescentes que los utilizan.

— Se puede aprovechar su parte educativa y su parte lúdica para estimular a los niños,

por lo que son herramientas óptimas por su inmersión en cualquier tipo de actividad.

— Son útiles de cara a acelerar y mejorar el proceso de adquisición de contenidos.

— Potencian la agilidad mental, la toma de decisiones y la capacidad para resolver

conflictos. Además, permiten comparar diferentes estrategias y consecuencias de las

decisiones tomadas.

— Ayudan a incrementar los reflejos, la coordinación y la confianza.

En contra de los videojuegos

Por otro lado, Sonsoles Vidal afirma que los videojuegos son uno de los agentes que

separan a los niños de la familia, en una etapa tan determinante para su educación.

Además, «los videojuegos, como cualquier otro tipo de juego, crean adicción . No se trata
únicamente del juego en sí o de los contenidos, sino del tiempo dedicado, que se deja

de invertir en otras cosas. Esto tiene consecuencias negativas, sobre todo en personas

que están aún en desarrollo», explica Sonsoles. Aun así, la experta indica que el principal

problema radica en la falta de control parental y que muchos de estos juegos pueden

aumentar diferentes capacidades y habilidades en los niños.

— Los videojuegos van en detrimento de los deberes escolares y, en muchos casos,

influyen en el fracaso escolar, ya que se produce un rechazo al colegio por parte del

adolescente.

— Son adictivos y pueden provocar evasión en el niño e, incluso, favorecer la irritabilidad,

la ansiedad y reacciones agresivas por la dependencia que estos juegos generan.

— Inciden en que los niños salgan menos de sus habitaciones o que, directamente, se

encierren. Pueden acabar perdiendo el interés por otro tipo de actividades, lo que

implica una descompensación en sus prioridades, costumbres y relaciones.

— Generan una mala comunicación con los padres y hacen que el menor se

acostumbre a no dar explicaciones y a no expresar sus emociones en familia.

— Pueden provocar un ambiente hostil y subidas del tono de voz en casa.

— También, afectan a las amistades, que pueden quedar descuidadas o deterioradas.

— El menor puede sufrir cansancio diurno y somnolencia. Durante el día, es posible

que no pueda afrontar tareas productivas por la falta de concentración y atención.

— Además, se acentúan las inhibiciones y los rasgos de personalidades inseguras, y se

generan dificultades en competencia social.

— Los videojuegos crean problemas para acatar las normas y límites establecidos por

los padres, precisamente por la inmersión en el juego y la adicción que generan.

— Actualmente, estos juegos se presentan en formato online . Cada vez, los padres

tienen menos información sobre cómo se entretienen sus hijos porque ya no son ellos

los que los compran.


Videojuegos violentos

Sobre los juegos en que las imágenes violentas son constantes, Sonsoles explica que los

jóvenes pueden caer en el deseo de ocupar el roll del protagonista, por el morbo que

supone causar daño sin dolor, lo que puede llegar a confundirles. Además, añade que

es una violencia totalmente gratuita, que les sobre estimula y que, aunque no tiene por

qué tener una consecuencia directa, influye en reacciones agresivas. «Los adolescentes

viven una etapa de su vida en la que se atreven a mucho más y quieren probar todo

tipo de cosas. Además, los videojuegos violentos no son propios de personas irritables o

agresivas, sino que están al alcance de todos. Hay que tener cuidado porque está

demostrado que las imágenes violentas influyen en el comportamiento de los

menores», comenta la abogada.

Por su parte, los portavoces de AEVI están de acuerdo en no permitir que los niños

utilicen videojuegos que no estén aconsejados para su edad. El Código PEGI es usado

para adaptar las recomendaciones de consumo a las diferentes edades. «Nosotros

contamos con autorregulación sobre este tema y somos muy estrictos con las edades

a las que se deben adquirir determinados juegos. Esto funciona igual que otro tipo de

contenidos audiovisuales, donde se informa de la edad adecuada para poder ver una

película, por ejemplo», señalan los portavoces de la asociación.

Beneficios de los videojuegos en el aprendizaje

La importancia de los videojuegos en la sociedad

Hace tiempo que la industria de los videojuegos perdió la inocencia. Hoy es un sector
maduro y admirado por su músculo tecnológico, su capacidad innovadora y su visión
empresarial privilegiada. Los números no engañan: cerró 2022 con unos ingresos
globales de más de 180.000 millones de dólares y una previsión de que este número
supere los 200.000 millones en 2025, según la compañía de inteligencia de mercado
Newzoo.

Con estas cifras es normal que los videojuegos dominen el ocio audiovisual, muy por
delante de la música y el cine. Ni siquiera Hollywood ha podido con un rival que
cuenta con 3.200 millones de jugadores en el mundo y, en concreto, éxitos
como Fortnite con más de 230 millones de usuarios activos mensuales. La fiebre por este
videojuego traspasa fronteras y ya inquieta a un gigante como Netflix más que Disney y
HBO, sus competidores directos en la batalla por liderar los contenidos audiovisuales
en streaming.

Las claves del 'game-based learning'

Los beneficios de los videojuegos han llegado también a la enseñanza con el game-based
learning o aprendizaje basado en los juegos electrónicos. Este método educativo utiliza
lo bueno de los videojuegos para transmitir conocimientos a los estudiantes y se
fundamenta en tres puntos clave:

• Dinamiza la educación: transforman el aprendizaje en un juego divertido,


emocionante y sin clases aburridas. Esto hace que los alumnos asimilen y
retengan los contenidos casi sin darse cuenta.

• Incrementa la motivación: convierten a los estudiantes en los protagonistas de la


historia y premian su esfuerzo con medallas, vidas extra, bonus, etc. Así
consiguen captar y mantener su interés por aprender.

• Facilita la práctica: permiten aplicar los conocimientos adquiridos sin crear


situaciones de peligro. Este es el cometido, por ejemplo, de los simuladores de
aviación y navegación.

Videojuegos para el aprendizaje: los 'serious games'

Dentro del game-based learning existen unos videojuegos educativos conocidos


como serious games (videojuegos serios). Este segmento específico para la enseñanza
tiene como finalidad formar a los estudiantes en materias concretas, el aprendizaje de
idiomas o el entrenamiento de profesionales como policías, pilotos, bomberos o personal
sanitario, entre otros. Los videojuegos educativos constituyen un mercado global en
auge que prevé ingresar 24.000 millones de dólares en 2024 sólo en Estados Unidos
—un 685% más que en 2021—, tal y como publica el portal Statista. A continuación,
repasamos algunos de ellos:

• Dragon Box acerca una disciplina como la geometría a los más pequeños.

• Extreme Event prepara para afrontar desastres naturales y fomenta el trabajo


colaborativo.

• Pacific sirve para entrenar el liderazgo y la gestión de equipos.

• Spore es útil para enseñar biología, en concreto la evolución de los seres vivos.

• Duolingo impulsa el aprendizaje de idiomas como el inglés, el francés o el alemán.

• Blood Typing, desarrollado por la Academia Sueca, educa sobre tipos de sangre y
transfusiones.

Los beneficios de jugar a videojuegos

El impacto de los videojuegos en la sociedad los ha convertido en objeto de estudio. Por


ejemplo, Andrew Przybylski, psicólogo del Instituto de Internet de la Universidad de
Oxford, ya en 2014 publicaba un estudio en la revista Pediatrics en el que
establecía cuántas horas debían destinar los niños a los videojuegos. Su conclusión
fue que aquellos que jugaban menos de una hora eran emocionalmente más estables,
mientras que aquellos que jugaban alrededor de tres horas desarrollaban problemas a la
hora de socializar. Por tanto, con moderación los videojuegos, además de mejorar el
aprendizaje, impulsan otra serie de beneficios. A continuación, repasamos algunos de
ellos:

Mejoran la capacidad de respuesta

Según la Universidad de Rochester agilizan la capacidad de lidiar con imprevistos al


plantear problemas y establecer un tiempo para resolverlos.
Fomentan el trabajo en equipo

Según el californiano Institute for the Future (IFTF) las partidas con varios jugadores con
un objetivo común refuerzan la capacidad para resolver problemas de forma colaborativa.

Estimulan la creatividad, la atención y la memoria visual

La Universidad de California asegura que estimulan estos aspectos al plantear retos que
obligan a concentrarse, a usar la imaginación y a recordar los detalles para resolverlos.

Mejoran la estrategia y el liderazgo

Los videojuegos ponen a sus protagonistas en situaciones de mando, mejorando su


capacidad para resolver conflictos, dirigir a otros personajes y tomar decisiones según la
Universidad de Pittsburgh.

Enseñan idiomas

Según la Universidad de Helsinki facilitan el aprendizaje de otras lenguas a través de las


instrucciones en pantalla, los chats para comunicarse con otros jugadores o la propia
narración de la historia.

Favorecen el pensamiento crítico

El Tecnológico de Monterrey ponía en valor en un artículo el trasfondo ético, filosófico y


social de estos juegos y su capacidad para hacer reflexionar a los jugadores y mejorar
su pensamiento crítico.

El papel de los padres respecto a los videojuegos

Pese a esto, los videojuegos continúan generando suspicacias entre los padres. Y algo de
fundamento tiene: la Organización Mundial de la Salud (OMS) incluyó en 2019 la
adicción a los videojuegos (Gaming Disorder) en la Clasificación Internacional de
Enfermedades. A la hora de iniciar a los niños en los videojuegos conviene tener en
cuenta, en primer lugar, aspectos como el sistema PEGI —o su equivalente en Estados
Unidos: ESRB—, que orienta a los padres sobre la conveniencia o no de ciertos juegos
estableciendo una edad de uso recomendada.

La revista de divulgación científica Psychology Today ofrece una serie de consejos para
los padres:

• Verificar el contenido de los juegos. Los padres deben tener control sobre el
tipo de videojuegos a los que dedican tiempo sus hijos. Optar por los educativos
en lugar de los violentos.

• Fomentar el uso de videojuegos colaborativos. Cuando los niños juegan junto


a otros socializan y establecen alianzas. Hay que evitar convertir este tipo de ocio
en una actividad solitaria.

• Establecer límites de tiempo. Hay que establecer reglas. Por ejemplo: pueden
jugar durante un par de horas después de haber hecho sus tareas, no antes.

• Seguir las recomendaciones de los fabricantes de videojuegos. Por ejemplo:


no sentarse cerca de la pantalla, jugar en una habitación bien iluminada, no jugar
con el brillo al máximo, etc.

También podría gustarte