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Diptongo, hiato y triptongo

- Las vocales abiertas son: a, e, o.


- Las vocales cerradas son: i, u.

❖ Un diptongo es un conjunto de dos vocales que se pronuncian en la misma


sílaba. Solo hay diptongo en dos casos:
a. Cuando se juntan una vocal abierta y una cerrada y el acento no recae
sobre la cerrada: a-diós, a-máis, via-je.
b. Cuando se juntan dos vocales cerradas distintas (es decir, iu, ui): ciu-dad,
des-truís.

Un triptongo es un conjunto de tres vocales en la misma sílaba. Solo hay triptongo


cuando se juntan una vocal abierta entre dos cerradas y el acento no recae sobre ninguna
de las dos cerradas: lim-piéis.

Un hiato son dos vocales juntas en el interior de una palabra, pero que se pronuncian en
sílabas distintas. Solo hay hiato en estos tres casos:
a) Cuando se juntan una vocal abierta y una vocal cerrada acentuada: es-cri-bí-a,
pa-ís.
b) Cuando se juntan dos vocales abiertas: lí-ne-a, le-e-mos.
c) Cuando se juntan dos vocales cerradas iguales: Ro-ci-i-to, chi-i-ta.

Los diptongos y los triptongos se acentúan ortográficamente siguiendo las reglas


generales. Para acentuar un diptongo o un triptongo, debes tener en cuenta que:
- En los diptongos formados por una vocal abierta (a, e, o) y una vocal cerrada (i,
u), la tilde se coloca sobre la vocal abierta: miércoles, huésped.
- En los diptongos formados por dos vocales cerradas, la tilde se coloca sobre la
segunda: cuídate.
- En los triptongos, la tilde siempre recae sobre la vocal abierta: acentuéis.

Las palabras con hiato siguen las reglas generales de acentuación. Se exceptúan los
hiatos en los que el acento recae sobre la i o la u, que siempre llevan tilde: heroína, lleva
tilde, aunque sea llana y acabe en vocal.
Uso de la tilde diacrítica
Dentro del vocabulario español contamos con diferentes reglas ortográficas. Entre ellas
encontramos la tilde, que es aquel pequeño signo gráfico que se coloca sobre una letra en
especial para indicar que esta cuenta con mayor intensidad en su pronunciación.

¿Qué es la tilde diacrítica?


La tilde diacrítica nos ayuda a diferenciar dos palabras que se escriben igual pero
pertenecen a categorías gramaticales diferentes. Uno de los ejemplos más conocidos es el
de «El» y «Él», la primera es usada como artículo antes de un sustantivo o sintagma
nominal; mientras que, la segunda es un pronombre personal utilizado para referirse a
una persona, animal o cosa.
Por otro lado, la tilde también sirve para brindarle una mayor intensidad al momento de
pronunciarla, logrando así mayor diferencia entre una palabra y la otra. Si es que hay una
palabra que se escribe igual pero significa distinto, ahí ya entraría a tallar los acentos.
Usos de la tilda diacrítica
Dentro de las reglas de acentuación existen tres diferentes ocasiones en la que se usa la
tilde diacrítica.

Monosílabos
La tilde diacrítica se aplica sobre todo a los monosílabos:

Aún (adverbio de tiempo) – Aun (adverbio equivalente a hasta o inclusive)


Dé (conjunción verbo dar) – De (preposición o letra de)
Él (pronombre personal)– El (artículo)
Mí (pronombre personal) – Mi (adjetivo posesivo)
Más (adverbio, adjetivo, pronombre, conjunción de suma o sustantivo) – Mas (conjunción
adversativa equivalente a pero)
Sé (conjunción del verbo ser o saber) – Se (pronombre, indicador de impersonalidad o
marca refleja)
Sí (pronombre personal o adverbio de afirmación) – Si (conjunción o nota musical)
Té (sustantivo «infusión») – Te (pronombre o letra te)
Tú (pronombre personal) – Tu (adjetivo posesivo)

Interrogativos o exclamaciones
Si bien la tilde diacrítica se suele usar con monosílabos, también aparece dentro de las
reglas de acentuación de las palabras polisílabas como los interrogativos y exclamaciones:
cómo, cuán, cuándo, cuánto, cuál, dónde, qué y quién.

Cómo (adverbio exclamativo o interrogativo, o sustantivo) – Como (adverbio, relativo o


conjunción)
Cuán (adverbio interrogativo o exclamativo) – Cuan (adverbio relativo)
Cuándo (adverbio exclamativo, interrogativo o distributivo, o sustantivo) – Cuando
(adverbio relativo o conjunción) ¿Cuándo volveremos a vernos?
Cuánto/os – Cuánta/as (adjetivo, pronombre o adverbio con valor exclamativo o
interrogativo) – Cuanto/os – Cuantas/as (adjetivo, pronombre o adverbio relativos,
conjunción o sustantivo) ¿Cuántos años tienes?
Cuál/es (adjetivo, pronombre o adverbio con valor exclamativo o interrogativo) – Cual/es
(pronombre relativo o adverbio) Dime cuál es tu nombre.
(A)dónde (adverbio exclamativo o interrogativo, o sustantivo) –(A)donde (adverbio
relativo) ¿Dónde estás
Qué (adjetivo, pronombre o adverbio exclamativo o interrogativo) – Que (pronombre
relativo o conjunción) ¿Qué día es hoy?
Quién/es (pronombre exclamativo, interrogativo o indefinido) – Quien/es (pronombre
relativo) ¿Quiénes vendrán a la fiesta?
¿Qué es un guion teatral?
El guion teatral es el formato que estructura y desarrolla la historia
de una obra de teatro con detalles artísticos y técnicos
fundamentales para ser representada. El guion teatral está
integrado por el texto, elementos y acciones que componen la obra.
Contiene diálogos y monólogos, precisiones técnicas y artísticas
necesarias para la ejecución de la representación. Estas pautas se
detallan a los intérpretes, directores y equipo técnico. Incluyen las
acciones, el vestuario, directrices para los iluminadores y atrezzistas.
Independientemente de la longitud de la obra el guion teatral ha de
elaborarse. Es decir, aunque sean obras de corta duración ha de contar
con el guion debidamente elaborado para ser representada.

¿Cómo escribir un guion teatral?


Para escribir un guion teatral es importante que sigas los pasos más
básicos para que puedas construir una que historia tenga sentido,
ritmo, que sea fácilmente comprensible por el espectador y le atrape.
Para ello debes de elaborar y tratar adecuadamente cada una de las
partes. Si quieres saber cómo escribir un guion teatral sigue leyendo
nuestro y te contaremos todos los secretos de un buen guion teatral.

Estas son las fases por las que tienes que pasar para escribir un buen
guion teatral:

1. Planteamiento de la estructura. Con presentación, nudo y


desenlace. La historia has de desarrollarla respetando este
esquema que aportará coherencia narrativa.
2. Definición de los personajes.
3. Concepción de las escenas que compondrán cada acto de la
obra de teatro y diseño de la acción que va a transcurrir en cada
una de ellas.
4. Escritura de diálogos.
5. Revisión para darle unidad a la historia y comprobar que no
hay saltos temporales, espaciales o narrativos que confundan al
espectador.

Respetando estos pasos básicos la escritura del guion teatral estarás


bien encaminado. Es obvio que cuanto más interesante sea la historia
que cuenta más éxito comercial tendrá la obra. Ten también en
cuenta que las obras de teatro a diferencia de otros géneros literarios
se concibieron para ser representados. Aunque hay clásicos como
Valle-Inclán que hayan creado obras teatrales que difícilmente han
podido ser estrenadas por la multitud de personajes y localizaciones,
no pierdas de vista que este género se concibió para ser
representado. Adapta todos los elementos de tu historia a una
puesta en escena.
Pasos para escribir un guion teatral
Pensar la historia
Concebir la historia y tener claros todos los elementos que son
necesarios para desarrollarla es un paso importante. Es normal que
haya modificaciones a lo largo del proceso, así que no te preocupes si
tienes que hacer varios cambios.

En este proceso de pensar la historia se puede incluir el de definir a


los personajes. Una vez has creado la historia puedes pasar a diseñar
los personajes, su psicología, aspiraciones, miedos, emociones,
objetivos, trayectoria en la obra y en la acción que supuestamente ha
transcurrido antes. Lo recomendable es comenzar por los principales y
continuar con los secundarios, el reparto y los figurantes.

Escribe la trama del guion teatral


Llegados a este punto del proceso lo más importante es establecer las
fases para escribir una trama que se desarrolle adecuadamente, sea
fácilmente comprendida, tenga ritmo y mantenga la atención de los
espectadores. Estas fases serían las siguientes.

1. Introducción. Puede presentarse la obra a través de narrador o


no. Esta figura puede estar en escena o simplemente ser una
voz en off. Pero aun así no es imprescindible porque la obra
puede introducirse a través de la misma acción o incluso a
través de 2 o más personajes dialogando.
2. Desarrollo. Para construir el desarrollo de la acción de forma
coherente y ortodoxa has de dividirlo en actos. Cada acto estará
integrado por las diferentes escenas. Cada una de ellas tendrá
también una estructura interna basada en comienzo, desarrollo
y final, aunque puede ser abierto para no desvelar la conclusión
ni el desenlace de la obra.
3. Clímax. El Clímax es el momento de la obra con mayor
intensidad o potencia. Has de dotar a este momento con la
mayor carga emocional o de intriga, según sea el género teatral
de la obra que estás escribiendo.
4. Desenlace. En esta fase se escribe el final de la obra. Tanto de la
trama principal como de las tramas secundarias. La conclusión,
que puede expresarse en forma de moraleja puede ir precedida
de una reflexión sobre todo el contenido de la obra.
Redactar una escaleta
Cuando hablamos de escaleta hay que tener cuidado con no
confundirla con las que se emplean en programas de televisión. En
estos espacios se convierten en un esquema estructurado que
organiza las secciones, los vtrs, las piezas informativas, los pasos de los
presentadores (es decir, sus presentaciones) y los bloques de
publicidad.
En una obra de ficción la escaleta es un índice que refleja la acción
de la historia conjuntamente. Cada una de las escenas son
especificadas. La escaleta es el guion esquematizado. Se utiliza para
elaborar la estructura de la historia y desarrollar de forma más
consciente la evolución dramática. En cada escena se explicita en su
encabezamiento la localización donde transcurre y el momento del
día (para que los iluminadores lo recreen). Seguidamente se describe
brevemente la acción que transcurre en cada escena.

Cómo redactar la escaleta


Para escribir adecuadamente una escaleta sigue los siguientes pasos.

1. Reúne la información que hayas encontrado. Es el momento


de ordenarla, analizarla, reflexionarla. Responde a preguntas
sobre quiénes son los personajes, haz una lista con todas las
escenas del guion y ten por seguro que este va a ser el
documento más básico del que vas a partir para elaborar la
estructura de tu obra de teatro.
2. Elabora esquemáticamente los pasos de la acción. Se trata de
escribir el esquema de pasos de toda la historia que vas a contar
en la obra.
3. Revisa y analiza el documento resultante y ordena sus
contenidos las veces que necesites hasta que quede lo mejor
posible. Fíjate sobre todo en mantener el ritmo y que la
evolución dramática sea la adecuada y se haga
progresivamente.
4. Convierte los pasos en escenas. No olvides que una misma
escena puede contener varios pasos.
5. Revisa de nuevo la escaleta. Antes de cerrarla no olvides revisar
los personajes, que no haya saltos temporales, la evolución de
las tramas principales y las secundarios, las localizaciones y los
giros de la historia. El hecho de comprobar que todo está en
orden y tiene una coherencia global aportará a tu obra
corrección y a la vez mayor atractivo.
Redactar los diálogos
Escribir y desarrollar adecuadamente los diálogos es fundamental en
cualquier obra de teatro. Han de estar totalmente adaptados a cada
personaje, a su psicología, a su ámbito social, a su educación, a su
forma de expresarse según su contexto y su pasado. Es decir, un
personaje contemporáneo no puede hablar igual que uno que
desarrolle su acción dramática en el siglo X, ni un rol universitario
puede hablar igual que otro que en la historia queda claro que no ha
estudiado. Al mismo tiempo los personajes han de dialogar con
naturalidad. Pasar el texto en voz alta suele ser una ayuda para ir
probando los registros de cada personaje.

Estar atento a la duración


Aunque hay autores como Valle-Inclán que han escrito obras muy
complicadas de representar por la cantidad de actores, actrices y
decorados necesarios, el texto teatral se concibe para ser
representado. Por ello es conveniente ajustarse a las posibilidades
reales de llevar a escena una obra, o de girar con ese montaje teatral.
Cuantos más personajes y decorados, más caro será llevarla de gira y
representarla. También hay que estar muy atento a la duración de
cada escena para que no decaiga la atención de los espectadores y
que los actores y actrices puedan representarla sin acabar
extenuados. No es recomendable escribir escenas u obras con una
extensión más allá de los parámetros establecidos. Para conocerlos
como autor, tu trabajo también es investigar tanto escritores clásicos
como contemporáneos y su producción teatral para ajustarte a la
duración más comercial, la más abordable por una compañía, etc. El
ritmo de la obra es otra de las características que has de vigilar
durante toda la elaboración del texto.

Las consecuencias del hecho


Para suscitar el interés del espectador por la historia que se cuenta en la obra de teatro
en lugar de narrar el hecho, se recomienda desarrollar las consecuencias del hecho que
el autor convierte en el eje de la acción. Este hecho ha de tener lugar antes del tiempo en
que comienza la obra o muy al comienzo de la misma. Podríamos poner muchísimos
ejemplos de la literatura española, pero también de la internacional. El musical “A
Chorus Line” sin ir más lejos, desarrolla durante toda la obra las consecuencias del
casting que el espectador conoce al principio.

Giros teatrales
Cuando se produce un cambio en el desarrollo de la acción de una trama que va de una
dirección hacia otra, se provoca un giro teatral. Podría encontrarse a mediación de la
obra o cerca del cierre. No es recomendable que el autor lo sitúe demasiado pronto, ya
que el cierre de la obra quedará muy lejos de este punto de inflexión dramática.
Tampoco se aconseja que se produzca demasiado tarde, ya que si queda cerca del final
parecería algo abrupto.

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