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Felipe Pardo y

Aliaga
escritor peruano

Felipe Pardo y Aliaga (Lima, 11 de junio de


1806 - id. 25 de diciembre de 1868) fue un
poeta satírico, dramaturgo, abogado y
político peruano. Perteneciente a la elite
aristocrática limeña, fue junto con Manuel
Ascencio Segura el representante más
importante del costumbrismo en los
inicios de la literatura peruana
republicana. Examinó y juzgó con
severidad la realidad peruana a través de
sus comedias y artículos costumbristas;
entre estos últimos el más celebrado y
recordado es el titulado Un viaje (más
conocido como "El viaje del niño Goyito").
Fue severo crítico de las costumbres
populares que consideraba bárbaras y
repelentes. También orientó sus críticas
hacia las prácticas políticas, la falta de
civismo y la ambición personalista de sus
gobernantes. Fue un convencido de que
mediante la literatura se podía lograr el
cambio del país. Su crítica hacia la
sociedad peruana suele tenerse por
extranjerizante y anticriollista, aunque una
lectura más detenida de su obra revela un
profundo amor e interés por su patria.
Participó en la tormentosa vida política
peruana posterior a la independencia,
defendiendo siempre las causas
conservadoras. Llegó a ser diplomático y
ministro de los presidentes Felipe
Santiago Salaverry, Manuel Ignacio de
Vivanco y Ramón Castilla. También fue
profesor de idioma, literatura y derecho.
Felipe Pardo y Aliaga

Información personal
Nacimiento 11 de junio de 1806
Lima, Virreinato del
Perú
Fallecimiento 24 de diciembre de
1868 (62 años)
Lima, Perú
Sepultura Cementerio
Presbítero Matías
Maestro
Nacionalidad Peruana
Lengua materna Español
Familia
Padres Manuel Pardo
Ribadeneira y
Mariana de Aliaga
Hijos Manuel Pardo
Educación
Educado en Academia del Mirto
Información profesional
Ocupación Abogado,
dramaturgo, poeta,
periodista, educador,
político, diplomático.
Conocido por Obra literaria
Cargos ocupados Ministro de
Relaciones Exteriores
del Perú
Movimiento Costumbrismo
Géneros Poesía, teatro,
artículos
costumbristas.
Obras notables Un viaje
Frutos de la
educación
Miembro de Real Academia
Española

Biografía
Nació en Perú en el seno de una familia
aristocrática. Sus padres fueron el
magistrado gallego Manuel Pardo
Ribadeneira (oidor de la Real Audiencia de
Lima y regente de la del Cuzco) y la dama
limeña Mariana de Aliaga y Borda (hija de
los marqueses de Fuente Hermosa de
Miranda), descendiente directa del
conquistador español el aristócrata
Jerónimo de Aliaga. Los primeros años de
su infancia transcurrieron en Cuzco y allí
fue testigo del ensañamiento con que
trataron los revolucionarios de 1814 a su
padre (entonces regente de la Audiencia
cuzqueña), quien fue apresado y
sentenciado a muerte, pena que no llegó a
cumplirse debido a la derrota de los
rebeldes.

En 1821, tras la proclamación de la


Independencia del Perú, su padre decidió
marcharse con su familia a España. Allí,
Felipe Pardo estudió bajo la guía de
Alberto Lista, en el Colegio de San Mateo;
y bajo el amparo de aquel maestro ingresó
a la Academia del Mirto, donde alternó con
José de Espronceda, Ventura de la Vega y
otros escritores notables. Esta estancia en
tierra europea le permitió obtener una
formación de orientación clásica. Alberto
Lista, de notable influencia en su tiempo,
es considerado un romántico, pero del tipo
conservador, es decir, más cercano al
romanticismo ‘histórico’ (el que buscaba
la estabilidad de los valores tradicionales)
que al ‘liberal’ (el que estaba ligado a los
movimientos revolucionarios de ese
tiempo), lo que explica que el programa de
estudios de su colegio tuviera una base
neoclásica.

Regresó al Perú en 1828, para hacerse


cargo de intereses familiares, ya que sus
abuelos maternos habían fallecido hacía
poco. Establecido en Lima, fue nombrado
profesor de Matemáticas y Filosofía en el
Seminario de Santo Toribio, y se dedicó a
los estudios forenses para recibirse de
abogado, en la Universidad de San
Marcos.

Pero el hecho más importante de esta


época fue su contacto con el ministro
José María de Pando, quien en 1827 había
fundado un nuevo Mercurio Peruano,
importante diario de la época. Pardo era
ya muy reconocido por sus simpatías
autoritarias. La amistad que nació entre
ambos hizo que Pardo se integrara al
grupo de amigos que Pando reunía para
discutir temas políticos y literarios:
Hipólito Unanue, José Joaquín Olmedo,
Manuel Ignacio de Vivanco, el español
José Joaquín de Mora y otros. Publicó su
primer trabajo literario en el Mercurio
Peruano: una oda titulada Vuelta de un
peruano a su patria. En adelante,
aparecieron otros poemas suyos, así
como críticas teatrales. A fines de 1828,
pasó a ejercer la dirección de dicho
periódico, junto con Antolín Rodolfo.

En 1830, por influjo de Pando, a la sazón


Ministro de Gobierno, fue nombrado editor
del periódico oficial El Conciliador. Del
mismo modo fundó, a su costa, La
Miscelánea. Eran los días del primer
gobierno del general Agustín Gamarra. En
ese año estrenó la pieza teatral Frutos de
la educación, que recibió una fuerte crítica,
especialmente del cura José Joaquín de
Larriva, con quien mantuvo un
enfrentamiento literario.
En septiembre de 1830 fue nombrado
Secretario de la Legación peruana en
Bolivia. De paso por Arequipa, se examinó
para optar el título de abogado. De vuelta
a Lima, contrajo matrimonio con Petronila
de Lavalle y Cabero, joven perteneciente a
una importante familia de la elite limeña.
Meses más tarde, estrenó Don Leocadio y
el aniversario de Ayacucho.

Luego intervino activamente en la política.


Hizo oposición al gobierno del general
Luis José de Orbegoso. Su primera orden
de deportación ocurrió en 1834, acusado
de participar en una conspiración contra
Orbegoso. Sin embargo, Pardo logró eludir
la orden, escondiéndose en diferentes
barcos anclados en el puerto del Callao.
Finalmente, fue amnistiado. De vuelta a la
actividad, publicó el periódico El Hijo del
Montonero, en contraposición del
periódico orbegosista El Montonero
(1834).

Tras la ascensión al poder del teniente


coronel Felipe Santiago Salaverry, saludó y
colaboró con esta administración (véase
los editoriales de El Voto Nacional) y,
posteriormente, medió en la conciliación
de Salaverry con Agustín Gamarra, en vista
de la unidad que el país necesitaba ante la
invasión boliviana dirigida por Andrés de
Santa Cruz (1835). En esa ocasión realizó
una breve y festejada obra de propaganda
y ataque contra el invasor, en los
periódicos El Coco de Santa Cruz, Para
Muchachos y El Conquistador.

Salaverry lo nombró ministro


plenipotenciario en España, por lo cual
partió con toda su familia desde el Callao,
haciendo escala en Chile. Pero en
Santiago se enteró de la derrota y
fusilamiento de Salaverry, por lo que
decidió permanecer en esa ciudad,
dedicado a una feroz crítica periodística
contra Santa Cruz y la flamante
Confederación Perú-Boliviana, a través de
publicaciones como El Intérprete y La Jeta.
Es más, promovió las dos Expediciones
Restauradoras que partieron de Chile para
liquidar dicha Confederación. Dichas
expediciones la conformaban chilenos y
peruanos aliados contra Santa Cruz. Sin
embargo, Pardo intentó desvincularse de
la segunda campaña, pues los generales
peruanos Luis de Orbegoso y Domingo
Nieto, al frente del Estado Nor Peruano, se
habían alzado contra Santa Cruz. Visto
este nuevo escenario, Pardo consideró
que la presencia de un ejército extranjero
en el Perú (el chileno) carecía ya de
justificación. A partir de entonces se dio
una de las etapas más caóticas de la
historia de la república peruana, llegando a
haber hasta siete presidentes al mismo
tiempo. Desengañado, Pardo decidió
regresar a Chile. De todos modos, la
segunda expedición restauradora logró su
objetivo de derrotar a Santa Cruz y acabar
con la Confederación (1839).

Tras la caída de la Confederación, Pardo


retornó al Perú. Pero una vez más pasó al
destierro, dejando a su familia en Lima. En
1840 el Congreso General de Huancayo le
permitió regresar, y poco después pasó a
ser vocal de la Corte Suprema del Perú.
Nuevamente desterrado, volvió en 1842,
para curarse de una enfermedad en las
piernas en los baños de Yura, cerca de
Arequipa.

Por esta época escribió su periódico más


recordado: El espejo de mi tierra (dos
números, en 1840), considerado una
valiosa antología de la literatura
costumbrista peruana del siglo xix. En
esta publicación aparecieron cuentos,
poemas humorísticos y artículos del
propio Pardo: Un viaje y El paseo de
Amancaes, que son en la actualidad los
más mencionados. Especialmente el
primero, cuyo personaje, el niño Goyito,
representa al "niño bien" de Lima. Detrás
del argumento se puede leer un ataque a
la educación consentidora de los
muchachos criollos y lo poco orientada
que ella estaba a formar jóvenes virtuosos
y emprendedores.

Las críticas a sus ideas no se hicieron


esperar. Apareció al poco tiempo Lima
contra El Espejo de mi tierra, que contaba
con la colaboración de Manuel Ascencio
Segura, el otro escritor fundamental de
esa época. Sin firmarlas, Pardo y Segura
intercambiaron letrillas satíricas, uno
contra otro, para deleite de sus lectores.
Desde una posición social, menos
privilegiada, Segura y sus demás críticos
le achacaban su conservadurismo que lo
llevaba a posturas antidemocráticas,
además de caer en ciertos prejuicios
raciales. El espejo de mi tierra tuvo una
vida breve, pero reapareció en un único
número en 1859, aunque en esta ocasión
se concentró en la crítica política. Dicha
publicación, en sus dos periodos,
concentra los mejores trabajos articulistas
de Pardo.

Durante el Directorio de Manuel Ignacio de


Vivanco, Pardo fue Ministro de Gobierno y
Relaciones Exteriores (1843-1844). En
1844 editó el periódico La Guardia
Nacional, que tuvo 37 números, en donde
defendió a Vivanco, representante del
conservadurismo político. Dicha
publicación se cuenta entre las más
notables aparecidas en Lima. Cuando
Vivanco fue derrotado y derribado por la
revolución constitucionalista encabezada
por Ramón Castilla, Pardo tuvo que partir
al destierro por séptima vez. Sin embargo,
volvió y aceptó servir en el primer gobierno
de Castilla, siendo nuevamente nombrado
Ministro de Relaciones Exteriores, entre
1848 y 1849.

Por entonces su salud se deterioró


considerablemente. Sin embargo, en los
años siguientes siguió ocupando cargos
políticos. El más alto fue el de
vicepresidente del Consejo de Estado, en
1851, un cargo que en realidad
representaba más que nada un
reconocimiento a su trayectoria como
hombre público. Su enfermedad continuó
su curso inexorable y en vano viajó a
Europa para tratarse, entre marzo de 1850
y julio de 1851. Llegaría a quedar inmóvil y
a perder la visión.

Detalle del conjunto escultórico que decora la tumba del dramaturgo peruano Felipe Pardo y Aliaga, Cementerio
Presbítero Matías Maestro, Lima.
Pardo continuó con sus escritos, a veces
contrarios a los hábitos del gobierno
mismo, a pesar de ser parte de él. Cuando
se reunió la Convención Nacional en 1855
para elaborar una nueva Constitución,
publicó sus poemas cívicos El Perú y
Constitución política, este último en un
nuevo y último número de El espejo de mi
tierra (1859).

En 1860, la Real Academia Española, a


propuesta de sus antiguos compañeros de
colegio, Ventura de la Vega, Roca de
Togores y Segovia, lo eligió miembro
correspondiente, siendo el primer peruano
en recibir esta distinción.
Aquejado por sus problemas de salud, se
retiró definitivamente de las actividades
públicas, dedicándose exclusivamente a
sus labores literarias. Ayudado por su hija
Francisca (a quien llamaba cariñosamente
“Paca”), dedicó las pocas energías que le
quedaban para la recopilación de sus
obras, en prosa y verso, la cual apareció
impresa al año siguiente de su muerte,
con prólogo de su hijo Manuel Pardo y
Lavalle.

Descendencia
De su matrimonio con Petronila de Lavalle
y Cabero, hija de Simón de Lavalle y
Zugasti, heredero del Condado de Premio
Real. La pareja tuvo cuatro hijos:

Manuel Pardo y Lavalle, llegó a ser el


primer presidente civil del Perú, y quien
a la vez fue padre de José Pardo y
Barreda, también líder del Partido Civil y
presidente del Perú en dos periodos
(1904-1908 y 1915-1919).
Mariana Pardo y Lavalle (1835-1875),
casada con el diplomático José Antonio
de Lavalle y Arias Saavedra, nieto del I
Conde de Premio Real.
Francisca Pardo y Lavalle (1837-1924),
casada con Mariano de Osma y Ramírez
de Arellano, hijo de Gaspar de Osma y
Tricio, y descendiente de los condes de
Vistaflorida. Fueron padres de Felipe y
Pedro de Osma y Pardo.
Felipe del Carmen Pardo y Lavalle
(1841-1869), miembro de la Armada
Peruana. Participante en el Combate de
Abtao (1866), murió en 1869.

En general, durante el auge del civilismo


(1903-1919), los Pardo fueron connotados
miembros de la élite política, ocupando
diversos puestos claves en la vida pública.

Obras literarias
Es muy difícil separar al Pardo político del
Pardo escritor, pues ambas facetas
estuvieron estrechamente relacionadas en
él. Su nutrida obra se agrupa en obras
poéticas (líricas, épicas, satíricas y de
crítica de costumbres), obras teatrales
(comedias) y obras en prosa (artículos de
costumbres y otros, aparecidos en
periódicos). No se incluye en esta reseña
sus escritos de carácter forense y de
política coyuntural, que forman otro grupo
apreciable en su producción.

Según observación del crítico Jorge


Cornejo Polar, su obra costumbrista
(comedias, letrillas y artículos de
costumbres) se concentra en su período
de juventud (entre 1829 y 1840); luego, ya
maduro, se dedicó a producir
exclusivamente lo que denominó como
“poesía cívica”, donde su amor hacia el
Perú se manifiesta en dos tipos de textos:
aquellos donde elogia a la patria y
manifiesta su deseo de servirla, y aquellos
donde censura las prácticas políticas,
proponiendo cambios. Pardo era un
convencido de que por medio de la
literatura se podía enderezar al país, es
decir, usando el poder de la palabra escrita
para influenciar en la mentalidad de las
personas.
Poesía

Fiesta de San Juan en Amancaes. Lima, 1843.

El lirismo de Felipe Pardo es, en buena


medida, de corte satírico-burlesco. Su
temperamento se acomodaba más
fácilmente en la expresión festiva, que no
en la grave y elegíaca; en la risueña y
rutilante de Moratín, que no en la
arrogancia caballeresca de Quintana y
Jovellanos.
Entre las principales especies que cultivó
en este género están sus letrillas y
epigramas. Sin embargo, como ya
señalamos, compuso también creaciones
de corte cívico y patriótico, rubro en el que
se concentró después de 1840.

Mencionamos a continuación sus más


celebradas composiciones poéticas:

"El carnaval de Lima" (1829), letrilla


costumbrista, donde condena los
excesos de dicha celebración
tradicional.
"La jeta del guerrero" (1835), incluido en
un volumen diminuto de poesías
satíricas titulado "La Jeta", poesía
satírica donde ridiculiza la figura física y
moral del caudillo Andrés de Santa Cruz.
Frutos de la educación
"La nariz" (conjunto de poesías
compiladas por Alberto Tauro del Pino
en 1957), poesía satírica.
"Los paraísos de Sempronio"
"El ministro y el aspirante", poesía
satírica.
"A mi levita", poesía satírica.
"Qué guapo chico", poesía satírica.
"Corrida de toros", letrilla costumbrista.
Es una ácida crítica a la llamada fiesta
brava y los desórdenes que solía
ocasionar.
"La lámpara" (1844), bello poema
dedicado a su amigo, el general Manuel
Ignacio de Vivanco.
"A mi hijo en sus días" (1855), epigrama
dedicado a su hijo, Manuel Pardo y
Lavalle, cuando cumplió la mayoría de
edad.
"Vaya una República. Epístola satírica",
más conocida como "Epístola a Delio"
(1856), poesía cívica.
"El Perú" (1856), poesía cívica. Es un
extenso poema descriptivo, laudatorio y
algo didáctico.
"Constitución Política" (1859), publicada
primero en "El espejo de mi tierra" y
ampliada luego en tomo con sus
poesías), poesía cívica. Es un cuadro
sombrío de la realidad política y traduce
el pensamiento de toda su vida, unido a
la amargura producida por sus
padecimientos físicos, y sobre todo, por
la experiencia.

También escribió algunos sonetos, de los


cuales los más conocidos son "A Pepa" y
"A Mercedes".

Su obra poética es, ciertamente, muy


nutrida. A más de cien años de la muerte
del escritor fueron reproducidas por
primera vez numerosas composiciones
que se hallaban dispersas, con
introducción y notas de Luis Monguió
(Poesías, Berkeley, 1973), quien los ha
clasificado bajo los rubros de lírica,
contemplativa, satírica y festiva.

Teatro

Dentro del género teatral escribió tres


comedias:

Frutos de la educación, comedia en tres


actos y en verso, subió a escena el 6 de
agosto de 1830. Satiriza la deficiente
formación de los criollos peruanos, un
tema especialmente sensible en
momentos en que el Perú se erigía
como una República independiente. De
paso ridiculiza la zamacueca, un baile
entonces muy en boga entre las clases
populares, a la que ve como lascivo.
Esta obra provocó encendidos debates,
iniciado por quienes consideraron que el
autor se burlaba de los limeños y sus
costumbres.
Una huérfana en Chorrillos (escrita en
1833), es otra crítica de las costumbres
locales. No llegó a estrenarla.
Don Leocadio y el aniversario de
Ayacucho, estrenada en diciembre de
1833, es una burla a la joven república
peruana.

Felipe Pardo, a pesar de los temas locales


que trata con singular destreza, sigue el
estilo de Bretón de los Herreros, y
especialmente de Moratín, a quien imita
en la concepción dramática y en la
limpieza del estilo.

En este aspecto, Pardo y Aliaga perennizó


vivos cuadros de la época, como anota
Riva Agüero:

"modo de vivir de
nuestros abuelos... El
insustancial lechuguino
que acaba de venir de
París, el mozo criollo
que, aunque hijo del
marqués, frecuenta los
bailes de zambas y se
desvive por las lides de
gallo; la niña mimada,
que sabe a las mil
maravillas la
zamacueca; las fiestas
del Cercado; los
coroneles que vencieron
en Ayacucho; las
mulatas de monjas, con
su hablar ceceoso y sus
remilgos; las comilonas
de los anticuados
nobles; la extrañeza que
causan los hábitos
ingleses en aquella
sociedad, todo eso
revive en las tres
comedias de Pardo, y
todo constituye su
principal encanto".

Prosa costumbrista

Escribió, como dijimos, en diversos


periódicos y publicaciones como La
Verdad, El Conciliador, El Mercurio Peruano,
El Intérprete y El espejo de mi tierra,
periódico este último, fundado y dirigido
por él, y que tuvo una breve vida: un
prospecto, dos números y un alcance al
número 2, aparecidos en 1840; y el tercero
y último número en 1859. Este periódico
reprodujo una serie breve de artículos
costumbristas considerados en conjunto
como una joya antológica de la literatura
peruana. El denominador común es la
crítica burlesca de determinadas
costumbres criollas, con las cuales jamás
estuvo de acuerdo, y que consideraba
signos de barbarie cultural.

Como articulista estuvo enmarcado dentro


de las normas de los autores españoles
que leyera en su juventud. Así, se nota
claramente las influencias de Mariano
José de Larra, el Padre Isla y Ramón de
Mesonero Romanos.

Entre los principales artículos


costumbristas se citan: "El paseo de
Amancaes", "Ópera y nacionalismo" y "Un
viaje" (más conocido como "El viaje del
niño Goyito"), amenos e ingeniosos, en los
que abundan los graciosos limeñismos,
que más tarde desembocarían con mayor
vigor en la obra del tradicionista Ricardo
Palma. En particular, "El niño Goyito" es un
tipo literario estupendamente
caracterizado en forma y fondo. Dicho
relato, al cual se ha definido por
comodidad como “cuento costumbrista”,
desde temprano ha formado parte del
canon literario peruano, y hasta hoy figura
indefectiblemente en toda antología y
texto escolar de literatura peruana.

Recopilaciones de sus obras


Su ingente creación literaria ha dado
origen a dos ediciones particularmente
notables:

Poesías y escritos en prosa (París, 1869),


con un prólogo de Manuel Pardo y
Lavalle, hijo del escritor.
Poesías (Berkeley, 1973), con
introducción y notas de Luis Monguió, y
en la cual son reproducidas por primera
vez numerosas composiciones hasta
entonces dispersas.

Características

Retrato de Felipe Pardo y Aliaga por Francisco Laso - Museo de Osma, Lima

Felipe Pardo y Aliaga representa, a lo largo


de su vida y su presencia en las letras
peruanas, al conservador social y político,
dispuesto a no transigir con el liberalismo
que, según él, revuelve y anarquiza al país.
Reacciona en crudas sátiras contra los
excesos caudillistas y la incipiente
burocracia republicana que, según él, no
buscaba sino el acomodo para vivir a
expensas del estado. Los críticos no se
han puesto de acuerdo si procedió así solo
por defender sus intereses de clase (la
manida acusación de los escritores
marxistas como Mariátegui) o porque
aspiraba sinceramente a corregir los
defectos de las nacientes instituciones
republicanas (que sería la interpretación
más acertada).
Tal vez en toda la literatura peruana no se
encuentren textos tan agresivamente
antipopulares como los de Pardo. Se le ha
acusado de menospreciar a indios, cholos
y negros, y de no comulgar con la igualdad
democrática básica. A algunas de sus
figuras y expresiones se les ha tachado
incluso de racistas. En su epigrama "A mi
hijo en sus días", escrito hacia 1855, y
dedicado a su hijo Manuel (futuro
presidente del Perú), ironiza la idea de la
igualdad:

Dichoso hijo mío, tú,


que veintiún años
cumpliste;
dichoso que ya te hiciste
ciudadano del Perú.
Este día suspirado
celebra de buena gana,
y vuelve orondo
mañana
a la hacienda y
esponjado,
viendo que ya eres igual,
según lo mandan las
leyes,
al negro que unce tus
bueyes
y al que te riega el
maizal.
En otra composición celebrada, "La jeta
del guerrero", caricaturizó la fisonomía
indígena del caudillo Andrés de Santa
Cruz, lo que le ha creado el estigma de
“racista”:

Lleva caballos, cañones,


lleva cinco mil
guanacos,
lleva turcos y polacos
y abundantes
municiones.
Pero, lo que más
inquieta
su marcha penosa y
larga
es la carga
de su jeta.

Satirizó también de manera ácida las


costumbres populares, desde el baile de la
zamacueca, que juzgó lascivo, hasta el
juego de los carnavales, que consideró
bárbaro. Por ello se le acusó de anticriollo
y antilimeño, pero la mayoría de los
críticos han reconocido su gran talento
para la sátira.

Por el estilo, es el más pulcro de todos los


costumbristas que destacaron a su lado.
Clásico y purista, ágil y zumbón, cáustico y
festivo, conciso y mesurado. Con él la
sátira ocupó en el Perú el primer puesto.

Para finalizar, leamos estas apreciaciones


complementarias:

"Si Pardo no hubiera


compuesto sus sátiras
políticas, sería un
literato elegante y
apreciable, y nada más,
por haberlas
compuesto, es un poeta
de fisonomía propia,
original, muy
interesante y de
pinceladas a veces
magistrales".
José de la Riva Agüero y
Osma

"Toda la inspiración de
su sátira —asaz
mediocre por lo demás
— procede de su mal
humor de corregidor o
de encomendero a quien
una revolución ha
igualado, en la teoría
sino en el hecho, con los
mestizos y los
indígenas. Todas las
raíces de su burla están
en su instinto de casta".
José Carlos Mariátegui

Véase también
Literatura peruana

Bibliografía
Basadre, Jorge: Historia de la República
del Perú. 1822 - 1933, Octava Edición,
corregida y aumentada. Editada por el
Diario "La República" de Lima y la
Universidad "Ricardo Palma". Impreso
en Santiago de Chile, 1998.
Cornejo Polar, Antonio: Historia de la
literatura del Perú republicano. Incluida
en “Historia del Perú, Tomo VIII. Perú
Republicano”. Lima, Editorial Mejía Baca,
1980.
Cornejo Polar, Jorge: Nuevas ideas sobre
Pardo y Aliaga. Anales de la literatura
hispanoamericana, 1999. 28: 519-546.
ISSN 0210-4547
Samaniego, Antenor: Literatura. Texto y
Antología. Tomo 5. Lima, Librería Arica,
sétima edición, 1964.
Sánchez, Luis Alberto: La literatura
peruana. Derrotero para una historia
cultural del Perú, tomo III. Cuarta edición
y definitiva. Lima, P. L. Villanueva Editor,
1975.
Tauro del Pino, Alberto: Enciclopedia
Ilustrada del Perú. Tercera Edición. Tomo
12, OJE/PEÑ. Lima, PEISA, 2001. ISBN
9972-40-161-7

Enlaces externos
Wikisource en español contiene obras
originales de Felipe Pardo y Aliaga.

Ministro de Gobierno y Relaciones


Exteriores del Perú
Predecesor: Sucesor:
Manuel Ros José Manuel Tirado
11 de julio de 1843 a 17 de junio de
1844

Ministro de Gobierno y Relaciones


Exteriores del Perú
Predecesor: Sucesor:
Mariano José Sanz Juan Crisóstomo Torrico
28 de marzo de 1848 a 20 de abril de
1849
Datos: Q2679314
Multimedia: Felipe Pardo y Aliaga (htt
ps://commons.wikimedia.org/wiki/Cate
gory:Felipe_Pardo_y_Aliaga) /
Q2679314 (https://commons.wikimedi
a.org/wiki/Special:MediaSearch?type=i
mage&search=%22Q2679314%22)
Textos: Autor:Felipe Pardo y Aliaga

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title=Felipe_Pardo_y_Aliaga&oldid=151673734»

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