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Sería muy útil tener una teoría aceptada universalmente para cada tipo de material, pero por una
razón u otra se utilizan todas las anteriores. Posteriormente se darán razones para seleccionar una
teoría particular. Primero, se describirán las bases de estas teorías y se aplicarán a algunos ejemplos.
Teoría del esfuerzo cortante máximo para materiales dúctiles
La teoría del esfuerzo cortante máximo estipula que la fluencia comienza cuando el esfuerzo
cortante máximo de cualquier elemento iguala al esfuerzo cortante máximo en una pieza de ensayo
a tensión del mismo material cuando esa pieza comienza a fluir. La teoría del ECM también se
conoce como la teoría de Tresca o Guest. Muchas teorías se postulan con base en las consecuencias
vistas en las piezas sometidas a tensión. Cuando una tira de un material dúctil se somete a tensión,
se forman líneas de desplazamiento (llamadas líneas de Lüder) aproximadamente a 45° de los ejes
de la tira. Estas líneas aproximada mente a 45° de los ejes de la tira. Estas líneas de desplazamiento
representan el inicio de la fluencia, y cuando se carga hasta la fractura, también se observan líneas
de fractura en ángulos de aproximadamente 45° con los ejes de tensión. Como el esfuerzo cortante
es máximo a 45° del eje de tensión, es lógico pensar que éste es el mecanismo de falla. En la
siguiente sección se mostrará que debe profundizarse un poco más que esto. Sin embargo, es
evidente que la teoría del ECM es un predictor aceptable pero conservador de la falla; y que como
los ingenieros son conservadores por naturaleza, se usa con bastante frecuencia. Recuerde que,
para el esfuerzo en tensión simple, σ = P/A, y el esfuerzo cortante máximo ocurre a 45° de la
superficie en tensión con una magnitud de τmáx = σ/2. De manera que el esfuerzo cortante máximo
en la fluencia es τmáx = Sy/2. Para un estado de esfuerzo general, pueden determinarse y ordenarse
tres esfuerzos principales, de modo que σ1 ≥ σ2 ≥ σ3. Entonces, el esfuerzo cortante máximo es
τmáx = (σ1 − σ3)/2 (vea la figura 3-12). Por lo tanto, para un estado general de esfuerzo, la hipótesis
del esfuerzo cortante máximo produce la fluencia cuando
Observe que esto implica que la resistencia a la fluencia en cortante está dada por
la cual, como se verá después, es baja en alrededor de 15% (conservador). Para propósitos de
diseño, la ecuación (5-1) puede modificarse para incorporar un factor de seguridad, n. Por lo tanto,
la cual, como se verá después, es baja en alrededor de 15% (conservador). Para propósitos de
diseño, la ecuación (5-1) puede modificarse para incorporar un factor de seguridad, n. Por lo tanto,
Los problemas de esfuerzo plano son muy comunes cuando uno de los esfuerzos principales es cero,
y los otros dos, σA y σB, se determinan a partir de la ecuación (3-13). Si se supone que σA ≥ σB,
existen tres casos a considerar cuando se usa la ecuación (5-1) para el esfuerzo plano:
Caso 1: σA ≥ σB ≥ 0. En este caso, σ1 = σA y σ3 = 0. La ecuación (5-1) se reduce a
σA ≥ Sy
σA − σB ≥ Sy (5-5)
σB ≤ Sy
por crestas longitudinales. Por lo general, las mesetas son suaves y normales a la dirección del
esfuerzo máximo en tensión. Estas superficies pueden tener marcas oscuras y claras conocidas como
marcas de playa, o marcas de concha, como se observa en la figura 6-1. Durante las cargas cíclicas,
estas superficies con grietas se abren y cierran, frotándose entre sí, y la aparición de las marcas de
playa dependen de los cambios en el nivel de la frecuencia de carga y la naturaleza corrosiva del
entorno. La etapa III ocurre durante el ciclo de esfuerzo final cuando el material restante no puede
soportar las cargas, lo que resulta en una fractura súbita y rápida. Una fractura en la etapa III puede
ser frágil, dúctil o una combinación de ambas. Con mucha frecuencia las marcas de playa, si existen,
y los patrones posibles de fractura en la etapa III llamados líneas chevron, apuntan hacia los orígenes
de las grietas iniciales. Existe algo importante que aprender de los patrones de falla de una falla por
fatiga.1 En la figura 6-2 se muestran representaciones de superficies de falla de diferentes
geometrías de parte bajo diversas condiciones de carga y niveles de concentración del esfuerzo.
Observe que, en el caso de la flexión rotatoria, incluso la dirección de la rotación influye el patrón
de la falla. La falla por fatiga se debe a la formación y propagación de grietas. Por lo general, una
grieta de fractura se inicia en una discontinuidad del material donde el esfuerzo cíclico es máximo.
Las discontinuidades pueden surgir debido a:
Entre las diferentes condiciones que pueden acelerar el inicio de la grieta se destacan las
temperaturas elevadas, ciclos de temperaturas, un entorno corrosivo y ciclos de alta frecuencia. La
velocidad y dirección de la propagación de la grieta por fatiga está controlada en forma principal
por esfuerzos localizados y por la estructura del material en donde se produjo la grieta. Sin embargo,
como en la formación de la grieta, existen otros factores que pueden ejercer una influencia
significativa, como el entorno, la temperatura y la frecuencia. Como se estableció antes, las grietas
crecerán a lo largo de planos normales a los esfuerzos en tensión máximos. El proceso de
crecimiento de la grieta puede explicarse mediante mecanismos de fractura (vea la sección 6-6).
Una fuente importante de referencias para el estudio de la falla por fatiga se encuentra en el
volumen 21 de ASM Metals Handbook. Las figuras 6-1 a 6-8, reproducidas con autorización de ASM
International, son sólo una muestra minúscula de los ejemplos de fallas por fatiga de una gran
variedad de condiciones incluidas en el manual. Si se compara la figura 6-3 con la figura 6-2, se
observa que la falla ocurrió por esfuerzos flexionantes de rotación, donde la dirección de la rotación
es en el sentido de las manecillas del reloj con respecto a la vista y con una concentración del
esfuerzo suave y esfuerzo nominal bajo.