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ANECDOTAS DE MI VIDA

Esta historia comienza en Marzo de hace ya hace casi 10 años, era mediados del mes, me
levante temprano como siempre, además debía llevar a mi padre a su cita con el médico,
estaba probando un nuevo tratamiento que tal vez lo ayudaría con sus problemas renales, y
aunque sabíamos, que era muy probable que esto no diera los resultados esperados por lo
avanzado de su enfermedad, pero como siempre había que tener esperanzas, sobre todo por
el hecho de tratarse de mi padre, un hombre Amoroso, Comprensivo, Inteligente y muy
trabajador, que siempre nos enseñó con su ejemplo, lo que era correcto en la vida y evitar
comportamientos que nos pudieran perjudicar. Se esforzaba al máximo por ser, no solo el
proveedor, sino el amigo, compañero de aventuras y juegos, si tuviera que decir en una sola
palabra como era y como lo veían aquellos que lo conocían sería un ser maravilloso, por
supuesto que como cualquier persona tenía sus defectos, pero pasaban desapercibidos ante
todo lo positivo.

Una vez terminamos en el medico, yo necesitaba ir a mi trabajo, pero como él tenía que
hacer algunas cosas, tomé mi teléfono para avisarle a un amigo que trabajaba conmigo y al
cual mi jefe había dado la orden de que cuando mi padre necesitara realizar algún trámite,
este lo llevara, ya que por su condición medica mi padre no debía conducir. Debo decir que
mi jefe era un amigo entrañable de mi padre y le tenía mucho cariño.

Cuando llegamos a mi trabajo, abajo del edificio nos estaba esperando mi amigo, le
entregue las llaves del auto y ellos se fueron. Más o menos 2 y media horas después mi
amigo regresa, y viene acompañado de mi hija quien en ese momento tenía casi 14 años,
bueno en un mes los cumpliría.

Luego de trabajar un poco más, a eso de las 2 de tarde mi madre me llama muy angustiada,
para informarme que mi padre había tenido que ser llevado de urgencia por mi hermana
mayor a la clínica, inmediatamente y sin perder tiempo bajo junto con mi hija y la más
rápido que puedo llego a la clínica, pero aun cuando veía el esfuerzo de los médicos por
hacer lo mejor por mi padre, algo dentro de mí, me dice que ya no había vuelta atrás, que
mi padre había fallecido.
Hable con mi hija quien estaba a mi lado, informándole lo sucedido y trate de transmitirle
valor ante el fallecimiento de su abuelo, dicho esto, un médico me informa que
lamentablemente no pudieron hacer nada más por él. Ingrese en la habitación donde estaba
mi padre acompañado de mi hermana, quien lloraba desconsolada, e inmediatamente me
abrazo, le brinde el consuelo que necesitaba y luego me despedí de mi padre. Tal vez para
algunos mi comportamiento era frío, pero me recompuse inmediatamente, yo estaba en paz
con mi padre, siempre había compartido con él y lo había apoyado en todo, así como él lo
había hecho conmigo.

Le pedí a mi hermana También se recompusiera, ya que, debía ir a casa con mi madre quien
sabia sin necesidad de verla, estaba muy angustiada a la espera de noticias; y esta no sería
una fácil noticia que darle. Yo por mi parte debía encargarme de forma inmediata de todos
los tramites que conllevan este tipo de situaciones. Trámites legales, y mucho más. Cuando
por fin llegué a mi casa, me mantuve lo más firme posible para darle el consuelo que mi
madre necesitaba después de perder a su compañero de vida, 50 años juntos, se dicen
fácilmente, pero conllevan muchas vivencias, que no se olvidan fácilmente.

La vida sigue su curso y yo tenía que seguir con ella, tenía una madre que cuidar, al igual
que una hija, quien también tenía sus propios problemas, algunos que sabia y había y con
los cuales había tratado de ayudarle, pero otros que desconocía, y de paso estaba sabes justo
en la adolescencia, edad compleja. Pero trate de mantener mi animo positivo y mi fe en
que todo mejoraría.

Unos meses después mi hija me llama preocupada, porque, su abuela estaba actuando raro,
nuevamente había que correr, esta vez con mamá, se le hacen exámenes y los resultados
dieron como diagnostico que había sufrido un ACV, pero afortunadamente no afectaron su
movilidad, ni el habla, pero hubo otros pequeños efectos como el hecho de que ahora no
podía cantar como solía hacerlo, mientras cocinaba, o estando en su cuarto sentada en su
cama; si bien no parece nada grave, era algo que amaba y esto aunado a la perdida de mi
padre, acrecentaron en ella una depresión silente, la cual, poco a poco aun cuando no lo
quisiéramos, estaba dañando su cuerpo.

Muchas cosas seguían sucediendo en mi vida, y en la vida familiar en general, pero, me


mantengo aun sin decaer y seguía con el mejor animo posible.
La inseguridad y situación económica del país estaba haciendo estragos en la familia, mi
hija por su parte cada día estaba más encerrada, no quería salir de casa, ya que, en 4
oportunidades había sido víctima del hampa, y para colmo en una de ellas había visto como
su padre, era apuntado con un arma de fuego para quitarle el auto. Todo esto lleva a que
hagamos planes para irnos del país.

Primero se fue mi hija, quien llego a casa de unos tíos, los cuales ya hacía algunos meses se
habían ido, buscando una mejor vida.

Luego me toca a mi irme con todo el pesar del mundo, ya que, tendría que dejar a mi madre
y a mi hermana solas, pero tenía la esperanza de que ellas pudieran alcanzarnos
prontamente.

Al llegar a un nuevo país, sin dinero, sin visa, los sueños y esperanzas que tenía, cada día se
veían golpeados por las circunstancias que acompañan a un inmigrante, y aun, cuando no
conseguía trabajo, salía a diario a buscarlo, también ingresaba currículos en diferentes
páginas de trabajo, pero como siempre mantenía una amplia sonrisa, sin decaer. Po fin
conseguir un lugar donde trabajar, había mucho que, y se ganaba poco, pero servía hacer
aportarle una ayuda a quienes nos estaban ayudando al recibirnos en su casa. Feliz de
ganar esas pocas monedas, seguí adelante, llamaba por videollamada con mi madre y veía
que cada día desmarojaba más y más, trataba de darle ánimos y mantener sus esperanzas de
reunirnos vivas.

Lamentablemente los planes para que ella y mi hermana se vinieran, cada día se hacían más
lejanos, uno por la salud de mami y dos porque la situación económica no lo permitía, todo
por un país que cada día decaía de forma estrepitosa y por más que mi hermana se
esforzaba trabajando el dinero, solo alcanzaba para los gastos básicos, no había posibilidad
de ahorrar para pasajes, y yo aun sin un trabajo que me permitiera ayudarles
económicamente.

Después de casi 7 meses de estar separados, mi hermana me avisa que mamá estaba muy
delicada de salud y había sido internada en la clínica. Doy gracias a dios porque existen las
videollamadas, gracias a ello había logrado hablar con mami estando en la clínica, poco
antes de su partida. Ahora aun cuando sabía que esto iba a ocurrir, sentí como si el mundo
se detuviera y mi corazón se rompiera en pedazos ante la noticia y lamentablemente solo la
videollamada sirvió de despedida, porque no había forma de que pudiera ir a su funeral.

Extrañaría sus cantos mientras cocinaba, sus consejos sabios, su risa contagiosa, su chispa
para los chistes, el poder compartir tantas cosas con ella, quien siempre había estado allí
cuando estuvimos enfermos, cuando había que hacer una tarea, extrañaría su excelente
comida, extrañaría a la madre, la amiga y mujer maravillosa que era.

Pero aun así estaba tranquila porque sabia que mi padre y mi madre seguirían conmigo,
hasta lo ultimo de mis días, su amor, sus sonrisas, sus anécdotas, todo estaba dentro de mí.

Ahora mi preocupación era mi hermana, sabía que el estar en casa sola no le sería fácil, la
casa se sentiría muy vacía y no estaba allí para consolarla.

Un mes después de que mi madre parte, gracias a dios, al fin buenas noticias, había
aprobada mi visa y me llamaron para decirme que había sido contratada. Pero no todo es
bueno, en ese mismo tiempo me informan que debía mudarme en máximo 2 meses. Yo no
tenía dinero, pero algo saldría, eso me decía, mantengo mi ánimo y esperanzas en que Dios
proveería, sabía que él intercedería por mí y mi hija. Así comienzo la búsqueda de donde
vivir, pero cada llamada era una negativa, pues todos los sitios requerían un depósito de
dinero muy grande con el que no contaba, pero seguí insistiendo.

Por fin logre hablar con alguien que entendió mi situación y me brindo la ayuda que
necesitaba, decidió que me alquilaría un pequeño departamento y adicionalmente me
vendería la cama y el refrigerador que estaban en el sitio, y me ofreció que se los pagara
como pudiera.

Ahora ya mudadas, mi hija yo, comenzamos una nueva etapa en nuestra vida, mi hija tuvo
que dejar de estudiar y comenzar a trabajar para que juntas pudiéramos cubrir los gastos.
Cierto tiempo después ella comenzó a sentirse mal, por la presión que sentía por las
exigencias del trabajo, y su cuadro de salud física y mental se hicieron presentes y cada día
empeoraba más, tuve que acudir con ella en varias oportunidades al médico y cada vez le
mandaban más exámenes que debían ser costeados de una u otra forma, pero seguía sin
decaer aun cuando tenía la preocupación por la salud de mi hija y por mi hermana que cada
vez estaba más afligida y yo desesperada porque se viniera.
Debo decir que durante todo este periodo también hubo momentos buenos, tuvimos la
oportunidad de ir a dos conciertos, conocer gente maravillosa que nos tendió la mano en
más de una oportunidad.

Hice buenos amigos con los cuales podía compartir momentos alegres, también podía
conversar con ellos y desahogar con ellos algunas de las tristezas y preocupaciones que
tenía.

Al final, mi hija colapsa y el medico ordena que debe tener reposo absoluto, así que, las
cosas están complicadas, pero siempre mantengo la frente en alto.

Busque por todos le medios posibles para lograr que mi hermana se viniera, y por fin un
amigo me dijo que me prestaría su tarjeta para que pudiera comprarle el pasaje a mi
hermana. Inmediatamente hicimos la gestión y me comprometía a pagarle, de acuerdo a lo
que su banco le cobraba mensualmente, ya habíamos comprado el pasaje, ahora solo faltaba
le entregaran todos los documentos que necesitaba para poder revalidar sus estudios acá.
Pero como siempre algo sucede, la vida te pone pruebas, pero no debes decaer. La aerolínea
quiebra y los pasajes se pierden, ahora debía buscar nuevos pasajes, es decir, adquirir una
nueva deuda y estirar lo poco que ganaba par cubrir todo, pero aun mantengo mi sonrisa.

Por fin llega mi hermana y el reencuentro fue emotivo, estábamos juntas que era lo más
importante. Es bueno decir que, aunque no todo ha sido color de rosas, y que cada día
tienes un nuevo reto por delante, siempre hay una luz al final del túnel, debemos
mantenernos fuertes y tener confianza y esperanza de que algo bueno siempre no llegará.

Que siempre abra una mano amiga, que te brindará su apoyo, y aun cuando hay mucho que
falto por contar, lo cual dejo para una próxima oportunidad.

Solo quiero que sepas, que, sigo sonriendo, mantengo mi frente en alto, trato de mantener el
mejor ánimo posible y brindarle apoyo y soporte a todo aquel que lo necesite, ya que, el
bien siempre regresa a uno. No decaigas y sigue adelante, mantente fuerte y si no puedes
solo busca ayuda, que de seguro la encontraras.

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