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Caso N

40 años.

Profesional – Investigación sobre recursos ecológicos

Nació en Esquel, volvió a vivir ahí recientemente.

N llega a la consulta en busca de un acompañamiento perinatal debido a la pérdida


reciente de un embarazo ectópico por el que tuvo una intervención quirúrgica
inmediata.Comienza su consulta explicando esta situación y como se había juntado
también con el fallecimiento de su papá. Todo transcurrió en menos de un año. N vivía en
B As y se fue a Esquel por la pandemia, se quedó allí 9 meses y su papá fallece de un
infarto estando con ella. Vuelve a Bs As para terminar de ordenar sus cosas e instalarse
definitivamente en el sur y se entera de su embarazo, en el primer control detectan que es
ectópico y ahí mismo la derivan a cirugía.Luego de este procedimiento acelera todo para
volver al sur lo antes posible “Era mi única certeza frente a toda la incertidumbre”.

Al llegar a Esquel se instala en la casa familiar. Esta es la casa donde N creció, pero su
familia ya no vive ahí, viven en un pueblo cercano y utilizan esta casa cada vez que tienen
que ir a realizar trámites, esquiar o consultas médicas. Por una cuestión de cariño, según
explica ella, la casa se sostiene intacta, igual que cuando vivían allí. Ella se instala a
cuidarla no sin tener algunas dificultades respecto a las entradas y salidas de su familia
donde siente que no tienen en cuenta que ahora es la casa permanente de N (entrar sin
avisar, permanecer vacaciones o feriados sin consultarle, etc.). Sabe que es un tema para
trabajar, pero manifiesta no estar lista todavía para hacer algo respecto a su vivienda por lo
que acordamos que sea un tema para más adelante.

Ella cuenta que siempre tuvo un vínculo muy especial con su papá con quien se siente
muy identificada. “Todos dicen que tenemos una personalidad muy parecida, mi papá
siempre estaba ayudando a todo el mundo”. La paciente habla de la necesidad de transitar
el duelo sobre todo lo que le ocurrió. Pero más que nada necesita transitar la perdida de
este embarazo que si bien, no fue buscado, siempre había tenido mucho deseo de ser
madre. Manifiesta también la dificultad que se le presenta en su entorno para hablar sobre
el tema ya que la pérdida fue a las pocas semanas de quedar embarazada por lo que
siente que para los demás este duelo no tiene mucho valor, por lo que le cuesta hablar del
tema y darle lugar a su tristeza. Sumando que en su familia también están atravesando el
duelo por la pérdida de su padre.

N se describe como una mujer muy activa que “siempre está haciendo cosas” y cuenta que
lo que le preocupa es que luego de la pérdida no está pudiendo hacer nada “hay días que
no me quiero levantar de la cama, la tristeza no me deja”. A partir de esto empezamos a
compartir que pasa con darse lugar a no hacer nada y habitar esa tristeza. Cuestionar la
tristeza como algo negativo y por qué ella cree que tiene esa necesidad constante de hacer
cosas y estar bien. N empieza a ver como gran parte de sus cosas para hacer están
vinculadas con los demás y con la imagen que ella necesita transmitir a su entorno. No
quiere que la vean triste y sin ocupaciones. Y comienza a vincular también como esto
queda asociado a la imagen de su papá, una persona que ayudaba muchísimo a la gente
del pueblo, pero nunca estaba para la familia ni para su cuidado personal.

De a poco comienza a darse lugar a estar triste, llorar por la pérdida de su bebé y por el
vínculo sexoafectivo que da lugar a ese embarazo. Una relación con un hombre que ella
describe como muy pasional, que “la puede” pero que al mismo tiempo se da con muchas
ausencias (él trabajaba en el campo y cuando se iba de viaje por trabajo no sostenía
ningún tipo de comunicación con ella) y con mucho silencio acerca de su vida personal. El
embarazo fue muy bien recibido por su parte, pero cuando N se entera que el mismo no es
compatible con la vida él desaparece y el vínculo se termina. Días después N muda todas
sus cosas de Bs As a Esquel.

Habitar la tristeza, darse lugar a quedarse en la cama sin hacer nada, llorar todo lo que
necesita comienza a despertar en N también las ganas de retomar actividad física, incluso
visitar un poco más a sus amigas y familia.

A partir de esto N puede abrir la pregunta acerca de su deseo de maternar hoy. Si está
dispuesta a hacerlo sola, si quiere tener un hijo o tener una familia (para ella esto sería
tener un hijo con una pareja). N tiene óvulos congelados desde hace un tiempo, esta no es
la primera vez que la maternidad la interpela, pero hasta el momento seguía apostando a
la posibilidad de llegar a su maternidad acompañada por una pareja y sin intervenciones
médicas “Yo quiero estar con alguien y compartir, estar con alguien que también haga”. Lo
que nunca había sucedido era darle lugar a la pregunta de si realmente quería ser madre y
sobre todo si estaba dispuesta a hacerlo sola. A lo largo de las sesiones donde ella trae
esta pregunta yo comienzo a indagar por qué estaba tan segura de volver a su pueblo y
sobre todo a esa casa, a lo que ella me responde “Necesitaba dar vuelta la página
completamente. Volver a casa, estar protegida, contenida. Estaba cansada de estar sola”.
Entonces empezamos a trabajar acerca de la soledad y como una pareja no es lo único
que asegura la compañía, de hecho, quién hubiera sido el padre de su hijo probablemente
iba a estar ausente en muchos momentos. N puede empieza a elaborar así la teoría de
que esa maternidad que se había presentado de golpe no necesariamente era la ideal y
como ella podía proveerse de una maternidad deseada a su tiempo y forma, acompañada
entonces de su familia.

En este momento la maternidad empieza a presentarse como una certeza, algo que quiere
hacer sola “Me seduce la idea de ser mamá yo. Siento como si hubiera tomado esa
decisión al toque de la muerte de mi papá y de la pérdida de mi embarazo. Me genera
ilusión, no me da miedo.” Le pregunto entonces por qué cree que esto es algo que decide
con la muerte de su papá y, luego de pensar mucho, ella explica que ahora ya no tiene que
cuidar a nadie y que puede buscar en su familia la posibilidad de ser cuidada (por su
mamá). Vuelvo a indagar acá y N empieza a contar que su papá era paciente coronario
hacía más de 20 años y que gran parte de su cuidado, sobre todo es que estaba ligado a
los médicos, corría por cuenta de ella. Su papá solo se atendía en Bs As y una vez al año
se instalaba en su casa y ella se ocupaba de todo lo que él tenía que hacer para el control
de su salud. De hecho, dice que uno de los principales motivos por los que había estado
tanto en Bs As era para que su papá tenga a donde ir y para gestionar mejor su atención.
Cuenta que la salud de su papá siempre la tenía muy tensa y en constante estado de
alerta.

A partir de esto empezamos a trabajar como soltar el cuidado de su padre abre en ella un
nuevo capítulo. No solo dejarse cuidar, sino también empezar a cuidarse. Darse tiempo,
hacer cosas que le gustan más allá de su trabajo. “Hace mucho que no me atiendo a mí,
empiezo a ser prioridad”

Quizás a partir de esto N pueda empezar a elegir también a quien desea cuidar ella y con
el tiempo ver si eso implica realmente darle lugar a la maternidad.

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