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Diferencia entre hurto y apropiación indevida

La diferencia entre el hurto y la apropiación indebida ha tratado de marcarse buscando cuál


sería el concepto de posesión característico de la apropiación indebida, que habría de ser
distinta de otras situaciones de detentación de la cosa, cuya violación daría lugar el hurto.
Dada la diversidad de infracciones del Título XIII, que impide construir un concepto unitario de
posesión a efectos penales. Tampoco la posibilidad de diferenciar en atención a las facultades
de hecho que sobre la cosa tienen los verdaderos poseedores (que al disponer de ella
cometerían apropiación indebida) y los meros detentadores (con simple funciones de
mantenimiento, vigilancia custodia, y que al quedarse con la cosa realizarían un hurto) ha
servido para marcar la frontera entre la apropiación indebida y los delitos de apoderamiento,
dadas las evidentes dificultades que presenta esa delimitación.

En todo caso, estas soluciones olvidan que, en la apropiación indebida, más determinante que
el propio concepto de posesión, es el contenido y significado del título en virtud del cual se ha
recibido la cosa, por lo que deben ser las características de este las que sirvan para delimitar su
ámbito de aplicación. En el hurto, la acción consiste en tomar la cosa que está en poder de
otro mientras que en la apropiación la cosa ya está en poder del sujeto activo.

La diferencia entre la apropiación indebida de la estafa es más sencilla, en la estafa el sujeto


activo con su comportamiento engañoso, con sus maquinaciones y puesta en escena hace
surgir en el otro un error por el que el engañado realiza un acto de disposición y entrega la
cosa. La relación de confianza no preexiste a la acción, se crea cuando el sujeto engaña que
hace que el otro confíe en él. En cambio, en la apropiación la relación de confianza es
preexistente, la cosa ya ha sido recibida antes de la realización del comportamiento típico.
Además, el objeto material en la apropiación indebida es cualquier cosa mueble o activo y en
la estafa puede ser tanto cosa mueble como inmueble. En último término en la estafa el bien
jurídico protegido es el patrimonio y en la apropiación indebida es la propiedad. En la estafa, el
engaño es el motivo determinante del acto de disposición patrimonial, lo que hace que la
posesión de la cosa que adquiere el sujeto activo sea ilícita desde el primer momento: el sujeto
recibe la cosa porque el engaño hace que el dueño se le entregue; la posesión que recibe está,
pues, viciada desde el principio. En la apropiación indebida, por el contrario, la posesión es
originariamente lícita porque la recibe legalmente por alguno de los títulos del artículo 253,
por lo que el engaño no ha sido el determinante de la entrega.
La diferencia entre fundamental entre apropiación indebida y malversación estriba en el bien
jurídico, en la malversación es el correcto funcionamiento de la Administración Pública.
Estructuralmente coinciden ya que la malversación consiste en apropiarse de caudales o
efectos públicos que si tienen a disposición en el ejercicio de la función, de manera que el
funcionario lo tiene en su poder y en un momento dado decide pasarlo a su propiedad. La
acción es la misma pero no el objeto material.

Por tanto, lo decisivo para estimar la apropiación indebida será que la entrega se haya hecho
exactamente por alguno de los títulos del artículo 253, cuya característica principal es que la
obligación de devolver o de entregar un equivalente está en la esencia misma del título por el
que se recibieron, de manera que el acto de disposición supone incumplir directamente el
mismo título por el que se le dio.

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