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SALA DE CASACIÓN SOCIAL

Ponencia del Magistrado doctor JESÚS MANUEL JIMÉNEZ ALFONZO.

En el juicio que por cobro de indemnizaciones derivadas de enfermedad ocupacional y daño moral sigue el ciudadano
JULIO ERNESTO CARRASCO CASTRO, representado judicialmente por las abogadas Mireya Moreno, Nubia Marcano
y Eneida Lares Ynciarte, inscritas en el Instituto de Previsión Social del Abogado bajo los números 40.663, 40.665 y 28.468
respectivamente, contra la sociedad mercantil SERVICIOS SAN ANTONIO INTERNACIONAL, C.A., anteriormente
denominada PRIDE INTERNATIONAL C.A., representada judicialmente por los abogados Luis Fereira Molero, David
Fernández Bohórquez, Joanders Hernández Velásquez, Nancy Chiquinquirá Ferrer Romero, Alejandro Fereira Rodríguez,
Dianela Fernández Guerrero, Andrés Fereira Pineda, Luisa Ángel Ortega, Carlos Malavé González, Juan Govea Guédez,
Apalico Hernández Prieto, Omar Fernández Torres, Karla Fernández Rincón, Vanessa Paola Díaz Nieto, Ana Carolina
Borjas Ortega, Karen Jiménez Bracho y Yoanni Morillo Lobatón, inscritos en el Inpreabogado bajo los números 5.989,
10.327, 56.872, 63.982, 79.847, 115.732 117.288, 120.257, 40.718, 40.729, 171.957, 19.545, 171.939, 150.253, 221.985,
168.715 y 105.349 en el orden indicado; el Juzgado Superior Tercero del Circuito Judicial Laboral de la Circunscripción
Judicial del estado Zulia con sede Cabimas, mediante sentencia de fecha 26 de enero de 2016, declaró sin lugar el recurso de
apelación interpuesto por la representación judicial de la parte actora, parcialmente con lugar la demanda y confirmó el fallo
proferido por el Tribunal Noveno de Primera Instancia de Juicio para el Nuevo Régimen Procesal del Trabajo de la referida
Circunscripción Judicial, en fecha 27 de octubre de 2015, que declaró parcialmente con lugar la demanda y ordenó a favor
del actor, el pago de la cantidad de ciento cincuenta mil bolívares (Bs. 150.000,00) por concepto de daño moral.

Contra la sentencia de alzada, en fecha 3 de febrero de 2016, la representación judicial de la parte actora, anunció
recurso de casación. No hubo impugnación.

En fecha 17 de marzo de 2016, se dio cuenta en Sala y se designó ponente al Magistrado doctor Dr. JESÚS MANUEL
JIMÉNEZ ALFONZO, quien con tal carácter suscribe la decisión.

En fecha 24 de febrero de 2017, se realizó sesión de la Sala Plena de este máximo Tribunal con el objeto de designar
las nuevas autoridades quedando constituida la Sala de Casación Social del Tribunal Supremo de de la siguiente manera:
Presidenta, Magistrada Dra. Marjorie Calderón Guerrero; Vicepresidente, Magistrado Dr. Jesús Manuel Jiménez Alfonzo;
los Magistrados, Dr. Edgar Gavidia Rodríguez, Dra. Mónica Misticchio Tortorella; y Dr. Danilo Antonio Mojica Monsalvo,
Secretario Dr. Marcos Paredes y Alguacil Sr. Rafael Arístides Rengifo.

Concluida la sustanciación del recurso, las partes comparecieron a la audiencia oral, pública y contradictoria celebrada
en fecha 18 de abril de 2017, a las diez y cincuenta minutos de la mañana (10:50 a.m.) y se dictó fallo oral e inmediato, a
tenor de lo previsto en el artículo 174 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo.

En esta oportunidad, pasa la Sala a publicar la sentencia, de conformidad con lo establecido en la citada disposición
legal, previa advertencia que por razones metodológicas se altera el orden de las denuncias contenido en el escrito de
formalización, pasando a conocer la segunda delación, bajo los siguientes términos:
DEL RECUSO DE CASACIÓN
CAPÍTULO I
INFRACCIÓN DE LEY
-II-

Con fundamento en el artículo 168, numeral 2, de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo, denuncia la falta de
aplicación de los artículos 53 numerales 1 y 2, y 56 numerales 3 y 4 de la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y
Medio Ambiente de Trabajo.

Señala que el juez de alzada estableció en su motiva que la empresa demandada cumplió con la normativa prevista en
la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo, en consecuencia, negó la procedencia de las
pretensiones reclamadas por responsabilidad subjetiva, por cuanto, de la inspección judicial practicada en la sede de la
demandada resultó demostrado:

(…) las notificaciones de riesgos entregadas (…) a través de las cuales se le indicaba cuales (sic) eran los
deberes de los trabajadores, donde el trabajador declaraba que era notificado de los riesgos ocupacionales
correspondientes al puesto de trabajo que ejercía en la empresa, y declaraba además que recibía el equipo de
protección personal que debía utilizar en su sitio de trabajo y entrenamiento sobre su uso correcto, que la
empresa impartía charlas de seguridad en el trabajo así como cursos de capacitación para los trabajadores y la
historia médica, sin hacer mención de fechas solo señala, que era suficiente para demostrar que el patrono
cumplió sus obligaciones, porque hizo notificación al año, en una relación de trabajo que duró 7 años,
haciéndola de forma genérica, (…).

Arguye que de conformidad con el artículo 53, numerales 1 y 2, de la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y
Medio Ambiente de Trabajo, el trabajador tiene derecho a ser informado con carácter previo al inicio de su actividad
de las condiciones en que ésta se va a desarrollar, de las sustancias tóxicas en el área de trabajo, de los daños que las
mismas puedan causar a su salud y de los medios para su prevención. De igual modo, el trabajador tiene derecho a
recibir formación teórica y práctica, suficiente y adecuada y en forma periódica, para la ejecución de las funciones
inherentes al cargo, en la prevención de accidentes de trabajo o enfermedades ocupacionales.

Por tanto, constituye un deber del patrono de notificar al trabajador de los riesgos a que está expuesto, tanto al
ingresar al sitio de trabajo, como al producirse un cambio en la actividad o en el puesto de trabajo; sin embargo, la
empresa incumplió con tal disposición, por cuanto, a pesar de que el vínculo laboral se inició el 1° de julio de 2004, no
fue sino hasta el mes de mayo de 2005, que hizo entrega de una notificación de riesgos, la cual es defectuosa, puesto
que no menciona las actividades o tareas a ejecutar por el trabajador, en el cargo de “Supervisor de Electricidad”, ni
los riesgos específicos de la labor a los que estaba sometido, tal como lo prevén los numerales 3 y 4 del artículo 56 eiusdem.

Aduce que la no aplicación por parte del juez de alzada de las normas delatadas como infringidas, resultan
determinantes del dispositivo, habida cuenta, de que a pesar de que resultó demostrado el daño (enfermedad), la relación de
causalidad (que el daño deviene de la prestación de servicio) y el hecho ilícito patronal (notificación tardía y defectuosa de
los riesgos ocupacionales), negó el lucro cesante reclamado conforme al Derecho Común y la indemnización prevista en el
numeral 4, del artículo 130, de la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo.

Para decidir, se observa:


Respecto al vicio de falta de aplicación, esta Sala en innumerables fallos ha establecido que éste tiene lugar cuando
el sentenciador niega la aplicación de una disposición legal que esté vigente o aplica una norma no vigente a una
determinada relación jurídica que esté bajo su alcance. Al respecto, el autor patrio Sarmiento Núñez, señaló que el vicio en
referencia “configura un error sobre la existencia o validez en el tiempo y en el espacio, de una norma. Es la negación o el
desconocimiento del precepto o mejor, de la voluntad abstracta de la ley”.

En este sentido, el contenido de los artículos 53, numerales 1 y 2, y 56, numerales 3 y 4, de la Ley Orgánica de
Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo, establecen:

Artículo 53. Los trabajadores y trabajadoras tendrán derecho a desarrollar sus labores en un ambiente de trabajo
adecuado y propio para el pleno ejercicio de sus facultades físicas y mentales, y que garantice condiciones de
seguridad, salud y bienestar adecuadas. En el ejercicio del mismo tendrán derecho a:

1. Ser informados con carácter previo al inicio de su actividad de las condiciones en que ésta se va a desarrollar
de la presencia de sustancias tóxicas en el área de trabajo, de los daños que las mismas puedan causar a su salud,
así como los medios o medidas para prevenirlos.

2. Recibir formación teórica y práctica, suficiente adecuada y en forma periódica, para la ejecución de las
funciones inherentes a su actividad en la prevención de accidentes de trabajo y enfermedades ocupacionales y en
la utilización del tiempo libre y aprovechamiento del descanso en el momento de ingresar al trabajo, cuando se
produzcan cambios en las funciones que desempeñe, cuando se introduzcan nuevas tecnologías o cambios en los
equipos de trabajo. (…).

Artículo 56. Son deberes de los empleadores y empleadoras adoptar las medidas necesarias para garantizar a los
trabajadores y trabajadoras condiciones de salud, higiene, seguridad y bienestar en el trabajo, (…) a tales efectos
deberán:

(Omissis)

3. Informar por escrito a los trabajadores y trabajadoras de los principios de la prevención de las condiciones
inseguras o insalubres, tanto al ingresar al trabajo como al producirse un cambio en el proceso laboral o una
modificación del puesto de trabajo e instruirlos y capacitarlos respecto a la promoción de la salud y de la
seguridad, la prevención de accidentes y enfermedades profesionales así como también en lo que se refiere a uso
de dispositivos personales de seguridad y protección.

4. Informar por escrito a los trabajadores y las trabajadoras y al Comité de Seguridad y Salud Laboral de las
condiciones inseguras a las que están expuestos los primeros, por la acción de agentes físicos, químicos,
biológicos, meteorológicos o a condiciones disergonómicas o psicosociales que puedan causar daño a la salud de
acuerdo a los criterios establecidos por el Instituto Nacional de Prevención, Salud y Seguridad Laborales.

El articulado transcrito regula el derecho que tiene el trabajador a ser informado con carácter previo al inicio de su
actividad de las condiciones en que ésta se va a desarrollar y los mecanismos de prevención, así como recibir formación
teórica y práctica, suficiente, adecuada y en forma periódica, para la ejecución de las funciones inherentes a su actividad en
la prevención de accidentes de trabajo y enfermedades ocupacionales. De igual modo, establece el deber del patrono de
informar por escrito a los trabajadores de los principios de la prevención de las condiciones inseguras o insalubres, tanto al
ingresar al trabajo como al producirse un cambio en el proceso laboral o una modificación del puesto de trabajo e instruirlos
y capacitarlos respecto a la promoción de la salud y de la seguridad, la prevención de accidentes y enfermedades
profesionales así como también en lo que se refiere a uso de dispositivos personales de seguridad y protección e informar
por escrito a los trabajadores y al Comité de Seguridad y Salud Laboral de las condiciones inseguras a las que están
expuestos.

Ahora bien, respecto a la responsabilidad subjetiva del patrono, el artículo 130 de la Ley Orgánica de Prevención,
Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo, prevé que en caso de ocurrencia de un accidente de trabajo o enfermedad
ocupacional como consecuencia de la violación de la normativa legal en materia de seguridad y salud en el trabajo
por parte del empleador, éste estará obligado al pago de una indemnización al trabajador, trabajadora, o
derechohabientes, para cuya estimación establece un sistema tarifario de acuerdo a la gravedad de la falta y de la
lesión.

Acerca de dicha indemnización, esta Sala en sentencia N° 56 de fecha 3 de febrero de 2014 (caso: José Gregorio
Mosquera Arguelles contra Centro de Asesoría Integral Empresarial Zamora (CAIEMZ) y otra), asentó:

(….), cabe reiterar que el régimen de estas indemnizaciones previstas en la Ley Orgánica de Prevención,
Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo, a diferencia de lo anterior, está signado por el sistema de la
responsabilidad subjetiva del empleador. Esto significa que el empleador responde por haber actuado en forma
culposa; correspondiendo al demandante la carga de acreditar la responsabilidad patronal subjetiva,
demostrando el incumplimiento o inobservancia por parte del empleador de las condiciones de seguridad
e higiene en el trabajo.

Asimismo, a los fines de condenarse las indemnizaciones previstas en la Ley Orgánica de Prevención,
Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo, es necesario que el actor demuestre el hecho ilícito del patrono
(negligencia, imprudencia, impericia o inobservancia de las normas) y que tal circunstancia -hecho ilícito-
haya sido determinante en la ocurrencia del accidente o enfermedad.

En caso que el trabajador demuestre el extremo antes indicado, el patrono sólo se puede eximir de la
responsabilidad si comprueba que el accidente fue provocado intencionalmente por la víctima o se debe a fuerza
mayor extraña al trabajo, sin que hubiere ningún riesgo especial. (Negrillas de la Sala).

En el caso sub examine, de la lectura detallada del fallo recurrido, se aprecia que el juez de alzada en su motiva
determinó la existencia del daño padecido por el ciudadano Julio Ernesto Carrasco Castro, en este caso: “Discopatía
Cervical: Protrusión Discal C5-C6 + Discopatía LumboSacra: Hernia Discal L4-L5, L5-S1”. Asimismo, estableció la
relación de causalidad entre el daño y la actividad prestada por el trabajador para la empresa demandada en el
ejercicio de su labores como “Supervisor de Electricidad” toda vez que su desarrollo implicaban exigencias posturales, tales
como: bipedestación prolongada y dinámicas como flexión y extensión del tronco y cabeza con o sin manipulación de carga
de manera manual, movimientos repetitivos de miembros superiores con levantamiento de carga.

Ahora bien, a fin de determinar la procedencia de la responsabilidad subjetiva del patrono, prevista en la Ley
Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente del Trabajo y en el Derecho Común (lucro cesante), el fallo
recurrido señaló, que no basta que esté demostrado el daño y la relación de causalidad, sino que el actor debe probar,
la culpa del patrono en la materialización del daño, entendiendo por ésta como la conducta intencional, imprudente o
negligente del empleador evidenciada en el incumplimiento de las disposiciones en materia de seguridad e higiene en el
trabajo, o por hacer prestar la labor en condiciones inseguras.

En tal sentido, estableció la recurrida que la empresa demandada desvirtuó los incumplimientos asentados por la
Dirección Estadal de Salud de los Trabajadores Zulia en el Informe de Investigación de Origen Ocupacional de la
Enfermedad, toda vez que de la inspección judicial practicada en la sede de la demandada, específicamente, sobre el
expediente del trabajador se desprende la notificación de los riesgos ocupacionales -relativos al puesto de trabajo que
ejercía para la empresa-, los efectos sobre la salud, medidas de prevención, observaciones y recomendaciones, la entrega de
equipos de protección personal; así como que la demandada impartía charlas de seguridad en el trabajo y cursos de
capacitación.

Así las cosas, observa la Sala que el juez de alzada confrontó el contenido de dos medios de pruebas, en este
caso, el Informe de Investigación de Origen Ocupacional de la Enfermedad, el cual participa de la naturaleza de un
documento público administrativo, y la prueba de inspección judicial practicada en la presente causa, a fin de desvirtuar
los incumplimientos asentados por el órgano de la salud y seguridad, presupuesto de la responsabilidad subjetiva del
patrono; razón por lo que esta Sala a fin de determinar la infracción de las normas delatadas como infringidas -que en el
presente caso, constituye la consecuencia de la actividad desplegada por el juez de alzada luego del análisis de los medios de
prueba-, procederá a revisar el contenido de los referidos medios probatorios.

En tal sentido, cursa agregada a los folios 66 a la 99 de la 1ra pieza, copia fotostática certificada emanada de la
Dirección Estadal de Salud de los Trabajadores Zulia, contentiva de la orden de trabajo N° ZUL-10-0787 y del Informe de
Investigación de Origen Ocupacional de Enfermedad, practicado en fecha 5 de mayo de 2010, el cual cumple con la
evaluación de los cinco (5) criterios: ocupacional, legal, verificación y análisis de las condiciones y actividades de trabajo,
higiénico- epidemiológico, clínico y paraclínico.

De la lectura detallada del precitado informe, valorado por el juez de alzada, se desprende que en la parte que se
intitula “Criterio Ocupacional”, quedó establecido que el trabajador ingresó a la empresa el 1° de julio de 2004, que
desde la fecha de su ingreso ha ocupado el cargo de “Supervisor de Electricidad”, cuyas funciones contenidas en el
manual de descripción del cargo -no suscrito por el actor-, aparecen: “elaboración de diseños de planos, mantenimiento
preventivo y correctivo de los generadores, equipos, conexiones y vías eléctricas ubicadas en el grupo de taladro y base;
detectar y corregir las fallas eléctricas, verificar la correcta conexión a tierra de los equipos de generación eléctrica”. De
igual forma, se observa que consta notificación de riesgos ocupacionales suscrita por el trabajador sin indicación de
fecha precisa y de la descripción de los agentes a los que estaba expuesto el actor durante la jornada de trabajo y los
daños que pudieran causar en su salud; motivo por el cual, el órgano de salud en el trabajo, previa constatación del
incumplimiento de los numerales 3 y 4 del artículo 56 de la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente
del Trabajo, otorgó a la demandada un plazo de 15 días para informar al trabajador de los principios de prevención
en el trabajo.

Asimismo, el órgano de salud y seguridad en el trabajo dejó asentado el incumplimiento por parte de la demanda
del artículo 60 eiusdem norma que prevé el estudio de la relación persona/sistema de trabajo/ máquina para el cargo de
“Supervisor de Electricidad”, por cuanto, el presentado por la empresa no contiene los métodos de trabajo, maquinaria,
herramientas y equipos empleados por el actor en el proceso de trabajo, por lo que se concedió un plazo de 30 días, para
cumplir con dicha previsión legal. Del mismo modo, se dejó constancia que la empresa incumple con el deber de
formación periódica, teórica práctica y capacitación de prevención de accidentes o enfermedades ocupacionales a los
trabajadores, por lo que quedó establecido el incumplimiento del artículo 53, numeral 2, de la Ley Orgánica de Prevención,
Condiciones y Medio Ambiente del Trabajo.
En ese mismo acto, el referido órgano asentó que la empresa cuenta con un registro de examen médico pre
empleo, siendo practicado al trabajador en fecha 20 de mayo de 2005 -posterior a la fecha de ingreso (1° de julio de
2004)-, en el que se ordenó realizar resonancia magnética de columna lumbo sacra, la cual reportó cambios degenerativos de
los discos invertebrales L4-L5, LS, S1. También se dejó certificación de que la empresa cuenta con un sistema de
evaluación de control del trabajador, el cual por recomendación médica fue reubicado temporalmente en el
campamento base de Ciudad Ojeda, en el mes de abril de 2008, asimismo, se sugirió al actor emplear posturas adecuadas
y ejercicios de fortalecimiento de musculatura y posterior evaluación. Una vez efectuada la evaluación en fecha 15 de
octubre de 2008, dejó constancia que el actor únicamente realizó labores de supervisión, que no llevó a cabo tareas
forzadas, no subió o bajó escaleras de forma continua, que refirió dolor leve en la columna al viajar en lancha a la
gabarra donde están ubicados los taladros y donde prestaba el actor sus servicios.

En cuanto al criterio legal, constató que la empresa en fecha 3 de abril de 2008, se registró ante el Instituto Nacional
de Prevención, Salud y Seguridades Laborales, que posee Comité de Seguridad y Salud en el trabajo, programa y
servicio de seguridad y salud en el trabajo, los cuales deben ser actualizados conforme lo prevé los artículos 46 y 56,
numeral 4, de la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente del Trabajo, por cuanto, no se constata la
participación de los trabajadores.

Con relación al criterio de verificación, análisis de las condiciones y actividades de trabajo: el Informe de
Investigación de origen de la enfermedad, estableció que a la fecha de su realización, esto es, 5 de mayo de 2010, la
empresa no cuenta con actividades de perforación en el Lago de Maracaibo, lugar donde prestó servicios el actor
como “Supervisor de Electricidad” desde la fecha de su ingreso 1° de julio de 2004 hasta el mes de julio de 2007, por lo
que se procedió a realizar una entrevista estructurada al trabajador, el cual manifestó las actividades realizadas en el proceso
trabajo, en el siguiente orden:

A) El horario de trabajo era por guardias 7 x7, (…) de 6:00 a.m., a 6:00 p.m., con una disponibilidad de 24 horas
ya que las guardias eran cubiertas por el Supervisor Eléctrico.
B) Para el embarque al taladro se tomaba una lancha de pasajeros al muelle (…) ubicado en las Morochas en el
Municipio Lagunillas, teniendo un tiempo aproximado de viaje de una hora en el Lago de Maracaibo (…).
C) El encargado de los trabajos eléctricos era el Supervisor Eléctrico, este no contaba con personal a su cargo,
planificaba sus actividades así como su ejecución.
D) El Supervisor Eléctrico era el encargado de realizar el mantenimiento preventivo, correctivo de los equipos
eléctricos a bordo en la gabarra.
E) Este mantenimiento implicaba reparación de fallas a los equipos eléctricos, incluyendo el reemplazo por daño
y averías.
F) El trabajador manipuló las siguientes herramientas: llaves combinadas de diferentes diámetros, llave de tubos
de 18 y 24 pulgadas, mandarria, señorita de ½ y 3, multimetro, pinza perimétrica, destornilladores, juego de
llaves y dados de diferentes medidas.
G) Los trabajos realizados en la gabarra implicaban subir y bajar escaleras, para llegar a la planchada había un
aproximado de 60 peldaños, esto, era a diario.
H) Se realizaba trabajos en altura, donde el Supervisor Eléctrico utilizaba un arnés corporal especial el cual
incluía un asiento donde se deslizaba el arnés al winche y se subía por la cabría hasta la cornisa para realizar
trabajos por reemplazo de lámparas, de cableado, servicio de motor Top Drive así como chequeo y
reparación de los cables de alimentación.
I) Por ser un trabajo (…) a la intemperie (…) estuvo expuesto a cambios climáticos, (…) ruidos, vibraciones y
cambios de temperatura en el área del motor y en la caseta eléctrica.
Respecto al criterio clínico y paraclínico, el órgano de salud y seguridad en el trabajo, concedió a la demandada un
plazo de 3 días hábiles para consignar los exámenes médicos del trabajador. Asimismo, acerca del criterio higiénico-
epidemiológico, la empresa consignó la morbilidad general para los años 2007, 2008 y 2009 por patología y se le concedió
un plazo igualmente de 3 días hábiles para consignar la relativa al año 2010.

Ahora bien, de las documentales acompañadas por la parte demandada en la prueba de inspección judicial, que cursan
agregadas a los folios 183 al 454 de la 1era pieza del expediente, igualmente valoradas por el juez de alada, se aprecia, que
en los folios 264 al 275, cursan notificaciones de riesgos ocupacionales con fecha de emisión 1° de noviembre de 2005 y
1° de agosto de 2008, las cuales están suscritas por el actor, pero de su contenido no se desprende el cargo ocupado por el
trabajador, ni los riesgos a los que estaba sometido en la prestación de servicio, solo menciona los deberes que tiene el
trabajador conforme a los términos de los artículos 53, numerales 3 y 9, y 54, numeral 12, de la Ley Orgánica de Prevención,
Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo, y que la empresa dotó de equipos de protección personal.

Del mismo modo, cursan a los folios 268 al 276 original de Manual de Gestión de Seguridad, contentivo del
Formulario de Notificación de Riesgos por Puesto de Trabajo, con fecha de emisión 10 de febrero de 2011, debidamente
suscrito por el trabajador en el que se identifica en el cargo de “Supervisor de Electricidad” cuyo contenido reseña los
riesgos a que está sometido el actor en su puesto de trabajo, entre ellos: ruido, vibraciones, temperaturas extremas,
mecánicos, presión, circuito y plantas eléctricas, contacto con gases, rocío, líquidos y sólidos, incendios explosiones,
radiaciones ionizantes, reediciones no ionizantes, riesgos biológicos, riesgos ergonómicos (esfuerzos y posturas), riesgos
ergonómicos (espacio de trabajo y ambiente), riesgos ergonómicos por visualización y factores psicológicos. Asimismo,
reseña los agentes o fuentes del riesgo, los efectos sobre la salud, las medidas de prevención y las observaciones y
recomendaciones

Respecto al riesgo ergonómico por esfuerzos y posturas, el referido Manual de Seguridad, indica como agente o
fuente del mismo: el uso de herramientas pesadas, empujar cargas de alto volumen y manejar objetos pesados. En tal
sentido, señala que los efectos sobre la salud son: espasmos musculares, heridas en columna, hernias, lumbago y
cefaleas y dentro de las medidas de prevención, refiere entre otras: a) contar con ayuda para mover cualquier carga que
exceda su capacidad, b) cumplir con las reglas para levantar peso, doblar las rodillas y mantener la espalda recta, c) evitar
posiciones estáticas por largos períodos de tiempo (sentado o parado), d) evitar doblarse, agacharse repetitivamente; e)
evitar estirarse excesivamente para alcanzar objetos y f) evitar movimientos rotatorios repetitivamente.

Sobre la base del cúmulo probatorio reseñado, aprecia la Sala que al estar establecido en el artículo 56, numeral 3, de
la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo, el deber del patrono de informar por escrito
a los trabajadores de los principios de la prevención de las condiciones inseguras o insalubres, tanto al ingresar al trabajo
como al producirse un cambio en el proceso laboral o una modificación del puesto de trabajo; los incumplimientos de la
normativa de higiene y seguridad en el trabajo asentados por la Dirección Estadal de Salud de los Trabajadores Zulia, no
resultan desvirtuados por la demandada al haber efectuado notificaciones de riesgos ocupacionales en fechas 1° de
noviembre de 2005 y 1° de agosto de 2008, o por la entrega del Manual de Descripción del Cargo de “Supervisor de
Electricidad” en fecha 1° de julio de 2007 así como del Manual de Gestión de Seguridad, contentivo del Formulario de
Notificación de Riesgos por Puesto de Trabajo, de fecha 10 de febrero de 2011, toda vez que el actor ingresó a prestar
sus servicios el 1° de julio de 2004, aunado a que el contenido de las dos primeras notificaciones antes descritas no
contienen los riesgos a los que estaba sometido el trabajador.
De igual forma, advierte la Sala que el examen médico pre empleo tampoco fue practicado a la fecha de ingreso
del trabajador a la demandada (1° de julio de 2004), sino en fecha posterior, concretamente el 20 de mayo de 2005,
reportando el estudio de resonancia magnética de columna lumbo sacra, que el trabajador presenta cambios degenerativos
de los discos invertebrales L4-L5, LS, S1, y no es sino hasta el mes de abril de 2008 que la empresa reubica
temporalmente al ciudadano Julio Ernesto Carrasco Castro, en el campamento base de Ciudad Ojeda y en el control de
evaluación, practicado en el mes de octubre del citado año dejó establecido que el actor únicamente realizó labores de
supervisión, que no llevó a cabo tareas forzadas, no subió o bajó escaleras de forma continua.

Por tanto, siendo que el órgano de seguridad y salud en el trabajo certificó a favor del trabajador una discapacidad
parcial y permanente, en virtud de presentar “Discopatía Cervical: Protrusión Discal C5-C6 + Discopatía LumboSacra:
Hernia Discal L4-L5,L5-S1”, la cual calificó como Enfermedad Ocupacional, advierte esta Sala que el juez de alzada una
vez valorado el andamiaje probatorio promovido por ambas partes -a fin de demostrar sus respectivas afirmaciones y
defensas opuestas-, tenía el deber de aplicar las disposiciones previstas en los artículos 53, numerales 1 y 2, y 56, numerales
3 y 4, de la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo, en virtud de que resultaron
configurados los incumplimientos de las previsiones legales en materia de higiene y seguridad en el trabajo, en
consecuencia, establecer la existencia del hecho ilícito patronal, supuesto de procedencia de la responsabilidad subjetiva
reclamada. Así se establece.

Sobre la base de las precitadas consideraciones, se declara con lugar la denuncia y de conformidad con lo dispuesto en
el artículo 175 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo, anula el fallo recurrido y desciende a las actas procesales a dictar
decisión sobre el mérito del asunto, en los siguientes términos:

SENTENCIA DE MÉRITO

Sostiene el ciudadano Julio Ernesto Carrasco Castro que en fecha 1° de de julio de 2004 comenzó a prestar sus
servicios personales para la sociedad mercantil Servicios San Antonio Internacional, C.A., como “Supervisor de
Electricidad” en una jornada de trabajo por guardias 7x7, esto es, siete (7) días de trabajo continuo por siete (7) días de
descanso remunerado, en un horario de trabajo comprendido de 6: 00 a.m. a 6:00 p.m., con una disponibilidad de
veinticuatro (24) horas en la guardia respectiva en que prestaba sus servicios. Agrega, que la actividad desempeñada, era
ejecutada en los taladros de perforación que tenía la empresa ubicados en el Lago de Maracaibo, por lo que debía tomar una
lancha con una hora aproximada de viaje hasta llegar a la gabarra y comenzar sus actividades.

Arguye que dentro de sus funciones estaba el mantenimiento y reparación de las fallas que presentaren los equipos
eléctricos, actividad que incluía el reemplazo por daños y averías de los motores, de las lámparas de cableado, el chequeo y
reparación del cableado de bobinas; razón por la que se encontraba expuesto a exigencias posturales, al levantar y trasladar
cargas pesadas, riesgos disergonómicos en virtud de lo repetitivo de las funciones realizadas durante la jornada de trabajo,
bipedestación prolongada con movimientos de rotación y flexo-extensión forzada del cuello, flexo-extensión del tronco al
manejar cargas pesadas, subir y bajar escaleras de unos sesentas (60) peldaños hasta llegar a la planchada vibración, y dado
que realizaba los trabajos a la intemperie estaba expuesto a ruidos y cambios de temperaturas fuertes.
Alega que desde el 11 de julio de 2007 comenzó a presentar dolores en la espalda, cuello y hombros acudiendo al
servicio médico de la empresa y fue diagnosticado con “Cervicalgia Aguda”, se ordenó tratamiento, reposo médico,
practicar resonancia magnética y rehabilitación por fisiatría. Señala que el estudio de imágenes practicado en fecha 13 de
agosto de 2007, reveló que presentó “Radiculopatía C5-C6 bilateral predominio derecho, discreta rectificación de la
lordosis fisiológica” y se sugirió intervención quirúrgica.

Refiere que en fecha 6 de septiembre de 2007 se realiza ante el Instituto Nacional de Prevención, Salud y
Seguridades Laboral, la declaración de la enfermedad profesional bajo el diagnostico de “Síndrome de Compresión
Radicular L5-S1 y cervical C5, C6 y C7 y protrusiones discales C5, C6 y C7”, y se le ordenó reposo y reubicación de puesto
de trabajo. Narra que en fecha 15 de octubre de 2008, una vez vencido el reposo, se trasladó en lancha hacia la gabarra y al
bajar de la lancha, presentó dolor en la columna.

Expone que en fecha 9 de Mayo de 2012, la Dirección Estatal de Salud de los Trabajadores de la Costa Oriental del
Lago adscrito al Instituto Nacional de Prevención, Salud y Seguridad Laborales, certificó una discapacidad parcial y
permanente para el trabajo habitual por presentar: “Discopatía Cervical: Protrusión Discal C5-C6 + Discopatía
LumboSacra: Hernia Discal L4-L5,L5-S1”, estado patológico agravado con ocasión al trabajo, imputable básicamente a
condiciones disergonómicas, con limitaciones para actividades que requieren trabajos con posturas forzadas y repetitivas
de la columna vertebral, bipedestación o sedestación prolongada, subir o bajar escaleras frecuentemente, manejo de cargas
de manera manual y exposición a vibraciones en cuerpo entero.

Aduce que la enfermedad diagnosticada, devino del hecho de que la empresa no efectuó -de forma previa al
ingreso de trabajo- la notificación de los riesgos a que estaba expuesto, no impartió adiestramiento o capacitación sobre
las condiciones en que iba a prestar el servicio a fin de detectar el agente del riesgo y los métodos de prevención, por lo que
ejecutó sus servicios bajo condiciones disergonómicas, en virtud del incumplimiento de la demandada de lo establecido en el
artículo 56, numerales 3 y 4, de la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo y los artículos
69 y 70 eiusdem. Argumenta que ha realizado múltiples gestiones a fin de obtener el pago de una justa indemnización por la
patología presentada, la cual repercute en su humanidad y capacidad laboral, que ha sido menguada lo que impacta su nivel
de ingresos para cubrir las cargas familiares que posee.

Afirma que el vínculo laboral finalizó el 30 de julio de 2011, oportunidad en que fue despedido injustificadamente,
para un tiempo de vigencia de la relación de trabajo de siete (7) años y veintinueve (29) días, y que percibía un último
salario integral diario de de doscientos doce bolívares con veintiocho céntimos (Bs. 212,28), tal como se desprende de la
planilla de liquidación de prestaciones sociales. Finalmente, con base en los artículos 43, 56, 59 y 70 de la Ley Orgánica de
Prevención, Condiciones y Medio Ambiente del Trabajo, y sobre la referida base salarial, procede a reclamar el pago de
los siguientes conceptos y cantidades:

1) Indemnización por responsabilidad subjetiva prevista en el artículo 130 numeral 4 eiusdem: la norma prevé
que en caso de discapacidad parcial y permanente mayor del veinticinco por ciento (25%) de su capacidad física o
intelectual para la profesión habitual, el patrono debe efectuar el pago del salario correspondiente a no menos de 2 años ni
más de 5 años, contados por días continuos, por lo que reclama la cantidad de doscientos veintiocho mil novecientos sesenta
bolívares (Bs. 228.960,00), suma que se obtiene de multiplicar el último salario integral diario percibido -tal como lo prevé
el artículo 130 eiusdem- por la cantidad de un mil ochenta días (1080) continuos, equivalente a tres años de salario;
2) Indemnización por responsabilidad subjetiva prevista en el artículo 1.196 del Código Civil: alega que de
conformidad con la norma invocada, la obligación de reparación se extiende a todo daño material o moral causado por el
acto ilícito, el cual en el caso de autos, descansa en el incumplimiento de la empresa demandada de notificar antes del inicio
de las actividades de los riesgos y aleccionarlo en su prevención, y siendo que las labores ejecutadas agravaron la patología,
motivo por el que se certificó la enfermedad ocupacional y la discapacidad parcial y permanente para el trabajo habitual,
situación que lo afecta en el plano personal, familiar, laboral y social, toda vez que su equilibrio emocional se torna negativo
y depresivo, ocasionándole episodios de insomnio, ansiedad y tristeza, pues está próximo a los 51 años de edad y su
condición física actual, no le permite producir ingresos suficientes para la manutención de su esposa, hijos y ayudar a sus
padres, por lo que tiene sentimientos de minusvalía al haberse convertido en una carga familiar; motivo por el que peticiona
por concepto de daño moral el pago de cincuenta mil bolívares (Bs. 50.000,00).

3) Indemnización de daño material por lucro cesante: arguye que el daño causado repercute en su vida profesional,
pues está limitado funcionalmente para la prestación de sus servicios y siendo que la edad promedio del venezolano es de 70
años, y al momento de presentar la demanda, tiene 50 años, reclama el pago de la diferencia entre ambos limites, en este
caso, los 20 años de vida restante que se traducen en 240 meses para un monto de 7.200 días continuos, número de días que
al ser multiplicados por el último salario integral diario percibido, asciende a la cantidad de un millón quinientos veintiséis
mil cuatrocientos bolívares (Bs. 1.526.400,00).

Estima la demanda en la cantidad de un millón ochocientos cinco mil trescientos sesenta bolívares (Bs.1.805.360,00),
adicionalmente reclama el pago de los honorarios profesionales fijados a la tasa del treinta por ciento (30%) sobre la cuantía
de la acción, los intereses moratorios y la indexación judicial.

Contestación de la demanda:

Hechos admitidos: la existencia de la relación laboral, la fecha de ingreso, egreso y el cargo desempeñado como
alegado por el actor “Supervisor de Electricidad”.

Hechos controvertidos: Negó y rechazó la jornada (turno 7 x7) y horario de trabajo alegado.

Negó y rechazó que el ejercicio de las funciones realizadas por el trabajador comportara fuertes exigencias posturales,
como levantar y trasladar cargas pesadas, así como riesgos disergonómicos derivados de lo repetitivo de las funciones a lo
largo de la jornada de trabajo, que estuviera sometido a bipedestación prolongada con movimientos de rotación y flexo-
extensión forzada del cuello, flexo-extensión del tronco, que tuviere que subir y bajar escaleras de unos sesentas (60)
peldaños hasta llegar a la planchada.

En tal sentido, alega que la empresa ha actuado de forma diligente y responsable, pues adiestra a sus trabajadores en la
ejecución de sus labores a través de charlas dictadas por su Departamento de Higiene y Seguridad, de igual modo, los
notifica por escrito de los riesgos asociados a las labores de trabajo a los cuales se encuentran sometidos; también ha
efectuado la dotación de equipos de protección personal, habida cuenta de que se rige por altos niveles de seguridad e
higiene laboral y supervisión directa, toda vez que es contratista de la sociedad mercantil Petróleos de Venezuela, S.A.,
(PDVSA), y sus filiales.
Negó y rechazó que con ocasión a las actividades ejecutadas por el trabajador en su condición de “Supervisor de
Electricidad” haya sentido dolores en la espalda, cuello y hombros desde el mes de julio de 2007 y le conllevó a la aparición
de la enfermedad “Discopatía Cervical: Protrusión Discal C5-C6 + Discopatía LumboSacra: Hernia Discal L4-L5, L5-S1”,
por tanto, negó que la empresa tenga responsabilidad en la patología presentada por el trabajador. A tal efecto, argumenta
que “resulta una ligereza” por parte del actor afirmar que por ejercer las labores inherentes a su cargo, en unos meses se
desarrolló la patología antes descrita, toda vez que éstas son de carácter degenerativo y se acentúan con el paso del tiempo y
el estilo de vida, y al ser de carácter agravadas por el trabajo, debe presumirse que son enfermedades preexistente en el
trabajador y no como consecuencia de la ejecución de sus labores.

Negó y rechazo la cantidad reclamada por concepto de responsabilidad subjetiva prevista en el artículo 130, numeral
4, de la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo, toda vez que deberá el empleador
indemnizar al trabajador por las incapacidades ocasionadas por enfermedades profesionales o accidentes de trabajo,
cuando dichos infortunios se produzcan como consecuencia del incumplimiento de las normas de prevención,
“sabiendo el empleador que sus trabajadores corrían peligro en el desempeño de sus labores y no corrigió las situaciones
riesgosas”. En este sentido, arguye que el trabajador no agotó el procedimiento administrativo o judicial que demuestre la
intención de su representada de causar el padecimiento. En otras palabras, que la enfermedad devino de la prestación del
servicio, que el patrono tenía conocimiento de la condición insegura y que ésta no fue corregida a sabiendas de su efecto
negativo en la salud del laborante.

Negó y rechazó las cantidades reclamadas conforme al Derecho Común (daño moral y lucro cesante), en virtud de que
no está demostrado el hecho ilícito del patrono, aunado a que debe estar demostrada la relación de causalidad entre el daño y
la responsabilidad de la empresa en la aparición de la enfermedad, lo cual no está comprobado. Asimismo, negó y rechazó la
estimación de la demanda y la procedencia de los intereses de mora, corrección monetaria y costas procesales.

Para decidir, la Sala observa:

De conformidad con los artículos 72 y 135 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo, la carga de la prueba corresponde
a quien afirme hechos que configuren su pretensión o a quien los contradiga alegando nuevos hechos. Por tanto, la parte
demandada en su escrito de contestación deberá establecer los hechos que admite como ciertos y cuáles rechaza con su
debida fundamentación y se tendrán por admitidos aquellos hechos invocados en la demanda, sobre los que no se
hubiere hecho la requerida determinación ni aparecieren desvirtuados por ninguno de los elementos del proceso. El
empleador, cualquiera que fuere su presencia subjetiva en la relación procesal, tendrá siempre la carga de la prueba de
las causas del despido y del pago liberatorio de las obligaciones inherentes a la relación de trabajo.

Dados los términos en que la parte demandada dio contestación a la demanda, resultó como hecho admitido: la
existencia de la relación de trabajo, las fechas de ingreso y egreso, la forma de terminación del vínculo (no hubo negativa
específica sobre este punto), el cargo desempeñado por el actor “Supervisor de Electricidad” y las funciones alegadas, el
último salario integral diario y el padecimiento (enfermedad) presentado por el trabajador. Mientras que resultaron hechos
controvertidos: el hecho ilícito patronal capaz de producir el daño (enfermedad) y la procedencia de las indemnizaciones
reclamadas.
En tal sentido, de conformidad con los artículos 72 y 135 de la ley adjetiva laboral corresponde a la parte actora
demostrar el aspecto central del contradictorio, esto es, el daño, la relación de causalidad y el hecho ilícito del patrono, a
fin de resolver la procedencia de las indemnizaciones por responsabilidad objetiva (daño moral) y subjetiva reclamadas
conforme al artículo 130, numeral 4, de la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo y el
daño futuro (lucro cesante) regido por el Derecho Común.

Establecido el contradictorio, la parte actora a fin de demostrar el daño experimentado en su humanidad,


promovió copia fotostática certificada de Certificación de Enfermedad Ocupacional, emitida por la Dirección Estadal de
Salud de los Trabajadores Costa Oriental del Lago, de fecha 9 de mayo de 2012, la cual cursa agregada a los folios 92 al 95
de la 1ra pieza.

De conformidad con los artículos 10 y 77 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo, se le otorga valor de plena prueba,
de cuyo contenido se establece que dicho órgano certificó una discapacidad parcial y permanente para el trabajo habitual a
favor del ciudadano Julio Ernesto Carrasco Castro por presentar: “Discopatía Cervical: Protrusión Discal C5-C6 +
Discopatía LumboSacra: Hernia Discal L4-L5,L5-S1”, con limitaciones para actividades que requieren trabajos con
posturas forzadas y repetitivas de la columna vertebral, bipedestación o sedestación prolongada, subir o bajar escaleras
frecuentemente, manejo de cargas de manera manual y exposición a vibraciones en cuerpo entero. Así se establece.

Ahora bien, advierte la Sala que el artículo 70 de la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de
Trabajo, define la enfermedad ocupacional, como:

Artículo 70. (…), los estados patológicos contraídos o agravados con ocasión al trabajo o exposición al
medio en el que el trabajador o la trabajadora se encuentre obligado a trabajar, tales como los imputables a la
acción de agentes físicos y mecánicos, condiciones disergonómicas, meteorológicas, agentes químicos,
biológicos, factores psicosociales y emocionales, que se manifiesten por una lesión orgánica, trastornos
enzimáticos o bioquímicos, trastornos funcionales o desequilibrios mental, temporales o permanentes.

Se presumirá el carácter ocupacional de aquellos estados patológicos incluidos en la lista de enfermedades


ocupacionales establecidas en la norma técnica de la presente Ley, y las que en lo sucesivo se añadieren en
revisiones periódicas realizadas por el Ministerio con competencia en materia de seguridad y salud en el trabajo
conjuntamente con el Ministerio con competencia en materia de salud. (Negrillas de la Sala).

En tal sentido, el Ministerio del Poder Popular para el Trabajo y Seguridad Social a través de la Resolución N° 6228
de fecha 1° de diciembre de 2008, dictó la Norma Técnica para la Declaración de Enfermedad Ocupacional (NT-02-2008),
la cual a los fines de su aplicación establece en su Título III la definición de una serie de términos, entre ellos, la ergonomía
entendida como: “La disciplina que se encarga del estudio del trabajo para adecuar los métodos, organización,
herramientas y útiles empleados en el proceso de trabajo, a las características (psicológicas, cognitivas, antropométricas)
de las trabajadoras y los trabajadores, es decir, una relación armoniosa con el entorno (el lugar de trabajo) y con quienes
lo realizan (las trabajadoras y los trabajadores)”.

Indica esta Sala que tal y como fuera establecido en sentencia de fecha 8 de marzo de 2007 (Caso: Enrique Paz
Aguirre contra Consorcio Dravica), las lesiones de los Discos Intervertebrales, responden normalmente a múltiples factores,
pudiendo ser éstos laborales o extra laborales (predisposición genética, obesidad), sedentarismo, bipedestación prolongada,
stress laboral, posturas inadecuadas, actos inseguros en actividades físicas, etc. Asimismo, este tipo de padecimientos es
común en personas de avanzada edad, pero, en la mayoría de los casos se debe a esfuerzos físicos, exceso de peso,
traumatismos, movimientos violentos, disparos, golpes, o una rutina diaria normal de subir escalera, cargar niños, etc.,
pueden generar la lesión en los Discos Intervertebrales.

Asimismo, esta Sala en sentencia Nro. 505 de fecha 17 de mayo de 2005 (caso: Álvaro Avella Camargo contra
Sociedad Mercantil Costa Norte Construcciones, C.A.), ratificada en sentencia de fecha 21 de abril de 2009, (caso: José
Lino Salazar Gómez contra Hermanos Pappagallo, S.A., y PDVSA, S.A.), estableció que para calificar una enfermedad como
profesional debe existir la relación de causalidad entre la enfermedad en cuestión y el trabajo prestado, y señaló que el
trabajador aún demostrando la enfermedad, tiene la carga de probar esa relación de causalidad, toda vez que:

(…) La relación de causalidad, es pues una cuestión de orden físico material, más que jurídico, se trata de saber
si un daño es consecuencia de un hecho anterior y para su estudio es necesario definir los conceptos de causa,
concausa y condición. En este orden de ideas, la causa, es el origen, antecedente o fundamento de algo que
ocurre, es el hecho que ocasiona algo, una cosa o acontecimiento que puede producir uno o más efectos; la
concausa, es aquello que actuando conjuntamente con una determinada causa, contribuye a calificar el efecto, es
un estado o circunstancia independiente que actúa con la causa, que puede ser preexistente, concomitante o
sobreviniente, en medicina la concausa preexistente se llama ‘estado anterior’ que se refiere a estados
patológicos de la víctima y la concausa concomitante o sobreviniente se llama complicación (…).
(...) Es así, que serían causa las condiciones y medio ambiente del trabajo (si es que fueron el principal
desencadenante de la lesión) y concausa la predisposición del trabajador a contraer la enfermedad. En este
sentido, se hace necesario tener en cuenta si la causa incriminada (las condiciones de prestación del servicio) es
capaz de provocar el daño denunciado y en caso de producirse una complicación evolutiva, poder establecer si
alguna otra causa (concausa), alteró esa evolución, de esta manera el juez podrá decidir si hubo o no vinculación
causal o concausal con las tareas realizadas por un trabajador; determinar dicha vinculación resulta
indispensable, pues no resultará indemnizable el daño sufrido por el trabajador ocasionado conjuntamente por la
tarea realizada y por la acción de una concausa preexistente, en la medida en que esta última (concausa) haya
incidido.

En el caso sub examine, se debe verificar si se encuentran presentes los presupuestos necesarios para determinar que la
“Discopatía Cervical: Protrusión Discal C5-C6 + Discopatía LumboSacra: Hernia Discal L4-L5,L5-S1”, padecida por el
ciudadano Julio Ernesto Carrasco Castro, se originó como consecuencia de las condiciones y medio ambiente de trabajo a
las cuales se encontraba sometido durante la prestación de sus servicios para la empresa Servicios San Antonio International,
C.A., a tal efecto el trabajador promovió las siguientes:

1) Documentales:

A) Copia fotostática certificada del Informe de Investigación de Origen de Enfermedad Ocupacional, practicado por la
Dirección Estadal de Salud de los Trabajadores Zulia, que cursa agregado a los folios 66 al 86 de la 1ra pieza.

De conformidad con los artículos 10 y 77 de la ley adjetiva laboral, esta Sala otorga valor de plena prueba, de cuyo
contenido se establece que el ciudadano Julio Ernesto Carrasco Castro, ingresó a la empresa el 1° de julio de 2004, en el
cargo de “Supervisor de Electricidad”, cuyas funciones consistían el mantenimiento y reparación de las fallas que
presentaren los equipos eléctricos, actividad que incluía el reemplazo por daños y averías de los motores, de las lámparas de
cableado, el chequeo y reparación del cableado de bobinas. Asimismo, que sus funciones para el período comprendido del
mes de julio de 2004 a julio de 2007, fueron ejecutadas en los taladros de perforación que tenía la empresa adjudicados en el
Lago de Maracaibo, motivo por el que el trabajador debía trasladarse en lancha, aproximadamente una hora, hasta llegar a la
gabarra; que planificaba y ejecutaba sus actividades sin personal a cargo, que manipulaba herramientas de diferentes
diámetros, que debía subir y bajar escaleras para llegar a la planchada había un aproximado de 60 peldaños, que también
realizaba trabajos en altura, donde tenía que utilizar un arnés corporal y subir por la cabría hasta la cornisa para realizar
trabajos por reemplazo de lámparas, de cableado, servicio de motor así como chequeo y reparación de los cables de
alimentación y que estaba expuesto a cambios climáticos, ruidos, vibraciones y cambios de temperatura en el área del motor
y en la caseta eléctrica. Así se establece.

B) Copia fotostática simple de Manual de Descripción del Cargo de “Supervisor de Electricidad”, el cual cursa
agregado a los folios 87 y 88 de la 1era pieza, instrumental reconocida por la parte demandada, por lo que de conformidad
con los artículos 10 y 78 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo, se le otorga valor de plena prueba, de cuyo contenido se
desprende que en fecha 1° de julio de 2007, -posterior al inicio de la prestación de servicio 1° de julio de 2004, y mes en
que la empresa cesó en sus operaciones en el Lago de Maracaibo-, la empresa entregó el referido manual, contentivo del
perfil exigido para el cargo y de la descripción de las responsabilidades asignadas, entre ellas: 1) realizar el diseño de planos
para la instalación, mantenimiento preventivo y correctivo de todos los generadores, equipos, conexiones y vías eléctricas
del grupo de taladro y base; 2) detectar y corregir las fallas eléctricas que se presenten en el taladro; 3) vigilar la correcta
conexión a tierra de los equipos de generación eléctrica; 4) supervisar el funcionamiento de los equipos, herramientas,
instrumentos eléctricos, midiendo y registrado el resultado obtenido durante el funcionamiento; 5) cumplir con el manual de
mantenimiento de la empresa; 6) participar activamente en los programas de seguridad y salud ocupacional propuestos por
la empresa entre otras actividades. Así se establece.

C) Copia fotostática certificada de Certificación de Enfermedad Ocupacional emitida por la Dirección Estadal de
Salud de los Trabajadores Costa Oriental del Lago (DIRESAT COL), la cual cursa agregada los folios 92 al 95 de la 1era
pieza del expediente.

Dicha instrumental se valora conforme a los artículos 10 y 77 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo, de cuyo
contenido se desprende que la precitada Dirección en fecha 9 de Mayo de 2012, certificó a favor del trabajador una
discapacidad parcial y permanente por presentar “Discopatía Cervical: Protrusión Discal C5-C6 + Discopatía LumboSacra:
Hernia Discal L4-L5,L5-S1”, consideradas como enfermedades ocupacionales agravadas por el Trabajo, que limitan al actor
para actividades que requieran trabajos con posturas forzadas y repetitivas de columna vertebral, bipedestación y/o
sedestación prolongada, subir y bajar escaleras con frecuencia, manejo de cargas de manera manual y exposición a
vibraciones de cuerpo entero. De igual modo, indica la Sala que la certificación no establece el porcentaje de la
discapacidad. Así se establece.

D) Copia fotostática simple de historia médica del trabajador en la empresa, la cual fue igualmente acompañada por la
parte demandada en la inspección judicial practicada, y cursa agregada a los folios 96 al 99 y 322 a 324 de la 1ra pieza del
expediente.

Esta Sala conforme a los artículos 10 y 77 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo, le otorga valor de plena prueba de
cuyo contenido se establece que el actor ingreso a trabajar el 1° de julio de 2004, que el examen médico examen médico pre
empleo fue practicado en fecha 20 de mayo de 2005, esto es, posterior a la fecha de ingreso del actor, el cual reportó
cambios degenerativos de los discos invertebrales L4-L5, LS, S1, que el actor fue referido a terapia de rehabilitación pero no
es sino hasta el mes de abril de 2008 -a pesar de haber sido declarada la enfermedad del trabajador en fecha 6 de septiembre
de 2007, tal como se desprende de la instrumental que cursa al folio 326 1era pieza- que la empresa reubica temporalmente
al trabajador en el campamento base de Ciudad Ojeda, oportunidad en la que deja establecido que: “el actor únicamente
realizo labores de supervisión, que no realizo (sic) tareas forzadas, no subió o bajó escaleras de forma continua”.

2) Testimoniales:

La parte actora promovió prueba testimonial de los ciudadanos Miguel Ángel Montilla, Alberto Darío Núñez, Alexis
José González, José Luís Ballestero Lugo y Roberto Alfonso Lehr Lunar. Fueron evacuadas en juicio las testimoniales de los
ciudadanos Miguel Ángel Montilla Delgado y José Luís Ballestero Lugo.

En cuanto a la deposición del ciudadano Miguel Ángel Montilla Delgado, manifestó que conoce la empresa, porque le
prestó sus servicios y fue compañero de trabajo del actor, quien desempeñaba el cargo de “Supervisor de Electricidad”,
cuyas actividades consistían en el mantenimiento eléctrico y funcionamiento del taladro, reparar todos los equipos eléctricos
del taladro, debiendo en ocasiones realizar esfuerzos físicos para llevar a cabo el trabajo ya que habían herramientas
pesadas; que en oportunidades era ayudado a realizar el trabajo porque requería mucho esfuerzo; que si les dictaban
cursos de capacitación y preparación para realizar el trabajo “pero que en la practica el trabajo simplemente debía hacerse”.
Así se establece.

Por su parte, el ciudadano José Luís Ballestero Lugo, afirmó que conoce al actor porque fueron compañeros de trabajo,
el cual se desempeñó como de “Supervisor de Electricidad”, siendo básicamente sus funciones las de mantenimiento de
equipos eléctricos en el taladro las cuales eran actividades riesgosas ya que implicaban subir y bajar equipos pesados
con la cabria y requerían mucho esfuerzo físico ya que los equipos eran muy pesados y las condiciones siempre variaban
ya que se realizan a la intemperie; que el ex trabajador no tenía personal bajo su responsabilidad, realizando solo todas las
actividades; que la empresa informaban a los trabajadores de cómo debían realizar sus funciones.

Esta sujeción al artículo 10 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo, esta Sala valora las testimoniales rendidas por los
ciudadanos Miguel Ángel Montilla Delgado y José Luís Ballestero Lugo, conforme a las reglas de la sana crítica, toda vez
que son testigos presenciales de los hechos debatidos en la presente causa, no incurrieron en contradicciones y se encuentran
conteste en sus dichos al afirmar que el actor realizaba sus actividades de trabajo dentro del taladro de perforación, cuyas
actividades consistían en el mantenimiento eléctrico y funcionamiento del taladro, reparar todos los equipos eléctricos del
taladro, debiendo en ocasiones realizar esfuerzos físicos para llevar a cabo el trabajo ya que habían herramientas pesadas;
que en algunas oportunidades cuando se requería esfuerzo físico, era ayudado por otros trabajadores. Asimismo, que la
empresa impartía instrucciones de cómo realizar el trabajo y cursos de capacitación. Así se establece.

Por su parte, la empresa demandada a fin de rebatir los argumentos del actor, en la oportunidad procesal respectiva,
promovió los siguientes medios de prueba:

1) Documentales:

A) Copia fotostática simple de cuenta individual correspondiente al ciudadano Julio Ernesto Carrasco Castro, por ante
Instituto Venezolano de los Seguros Sociales, la cual se valora conforme al artículo 10 y 77 de la ley adjetiva laboral, de
cuyo contenido se desprende que el precitado ciudadano se encuentra bajo el estatus “activo” y presta servicios a favor de la
sociedad mercantil Petrex, S.A., con fecha de ingreso 9 de septiembre de 2011. Así se establece.
B) Original de Planilla de Empleo y contrato de trabajo suscrito por el actor con la sociedad mercantil demandada.
Dichas instrumentaos se valoran conforme a los artículos 10 y 78 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo, de cuyo
contenido se desprende que el ciudadano Julio Ernesto Carrasco Castro, nació el 23 de abril de 1963, que tiene el título
universitario de Ingeniero Electricista y por profesión Ingeniero Electricista. Asimismo, que las partes pactaron comenzar la
relación de trabajo el 1° de julio de 2004 y que el actor ejecutaría las funciones de “Supervisor de Electricidad”.

C) Copia fotostática simple de Manual de Descripción del Cargo de “Supervisor de Electricidad”, de fecha 1° de julio
de 2007. Dicha instrumental fue promovida por la parte actora, por lo que se reproduce la valoración otorgada supra por esta
Sala. Así se establece.

D) Original de nóminas correspondientes al período comprendido del 1° de julio de 2004 al 30 de junio de 2011.
Dichas instrumentales, no son valoradas por cuanto, su contenido, base salarial percibida por el actor al final de la relación
de trabajo, no está controvertida. Así se decide.

5) Original de notificaciones de riesgos ocupacionales de fechas 1° de noviembre de 2005 y 1° de agosto de 2008, y


del Manual de Gestión de Seguridad de fecha 10 de febrero de 2011.

Dichas instrumentales cursan a los folios 264 al 277 de la 1era pieza, las cuales valora esta Sala conforme a los
artículos 10 y78 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo, de cuyo contenido se desprende que las notificaciones suscritas
por el actor son de fecha posterior a la oportunidad en que inició su prestación de servicio, que las mismas no
contienen los riesgos a los que está expuesto el trabajador en la ejecución de sus funciones de “Supervisor de Electricidad”
solo hace referencia al cumplimiento por parte del trabajador de los deberes previstos en los artículos 53, numerales 3 y 9, y
54, numeral 12, de la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo, y que la empresa dotó de
equipos de protección personal. Así se establece.

En lo que respecta al Manual de Gestión de Seguridad, con fecha de emisión 10 de febrero de 2011, fue entregado
posterior a la fecha de inicio de la actividad, en el se identifica el cargo de “Supervisor de Electricidad” y reseña los riesgos
a que está sometido el actor en su puesto de trabajo, a partir de la fecha en referencia, entre ellos: ruido, vibraciones,
temperaturas extremas, mecánicos, presión, circuito y plantas eléctricas, contacto con gases, rocío, líquidos y sólidos,
incendios explosiones, radiaciones ionizantes, reediciones no ionizantes, riesgos biológicos, riesgos ergonómicos(esfuerzos
y posturas), riesgos ergonómicos (espacio de trabajo y ambiente), riesgos ergonómicos por visualización y factores
psicológicos. Asimismo, reseña los agentes o fuentes del riesgo, los efectos sobre la salud, las medidas de prevención y las
observaciones y recomendaciones.

Respecto al riesgo ergonómico por esfuerzos y posturas, el referido Manual de Seguridad, indica como agente o
fuente del mismo: el uso de herramientas pesadas, empujar cargas de alto volumen y manejar objetos pesados. En tal
sentido, señala que los efectos sobre la salud son: espasmos musculares, heridas en columna, hernias, lumbago y
cefaleas y dentro de las medidas de prevención, refiere entre otras: a) contar con ayuda para mover cualquier carga que
exceda su capacidad, b) cumplir con las reglas para levantar peso, doblar las rodillas y mantener la espalda recta, c) evitar
posiciones estáticas por largos períodos de tiempo (sentado o parado), d) evitar doblarse, agacharse repetitivamente; e)
evitar estirarse excesivamente para alcanzar objetos y f) evitar movimientos rotatorios repetitivamente. Así se establece.
Sobre la base del cúmulo probatorio valorado, evidencia esta Sala que efectivamente el ciudadano Julio Ernesto
Carrasco Castro, en sus labores ejecutadas como “Supervisor de Electricidad”, estaba expuesto a exigencias posturales con o
sin manipulación de carga de manera manual pesada, movimientos repetitivos de miembros superiores con levantamiento de
carga, que en oportunidades era ayudado por otros compañeros, y que la empresa impartía instrucciones para realizar el
trabajo y cursos de capacitación.

Asimismo, quedó establecido que las enfermedades padecidas por el trabajador fueron calificadas por el órgano de
salud de salud y seguridad en el trabajo como de carácter ocupacional, conforme a los términos del artículo 70 de la Ley
Orgánica de Prevención y Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo y la Norma Técnica para la Declaración de
Enfermedad Ocupacional (2008), en la que define la enfermedad ocupacional en los términos previstos en el artículo 70
eiusdem y anexa un listado en el que clasifica aquellos padecimientos que se presumen como de carácter ocupacional,
esto es, que se produce con ocasión al trabajo en virtud del incumplimiento del deber del patrono de preservar la
salud de los trabajadores y siendo que dicho listado no excluye el carácter ocupacional de otros estados patológicos
contraídos o agravados con ocasión al trabajo o exposición al medio en el que la trabajadora o el trabajador se
encuentre obligado a prestar servicios; colige esta Sala que en el caso bajo análisis quedó demostrado la relación de
causalidad entre el daño y la prestación del servicio, esto es, que la enfermedad devino de la actividad ejecutada por el
laborante a favor de la empresa demandada. Así se establece.

Con relación al hecho ilícito patronal, cuya carga probatoria corresponde a la actor, advierte la Sala que en la
resolución del recurso se dejó establecido que la sociedad mercantil incumplió lo previsto en los artículos 53 numerales 1 y
2, y 56, numerales 3 y 4, de la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo, toda vez que el
trabajador de forma previa al inicio de sus actividades como “Supervisor de Electricidad” no fue notificado de los
riesgos a su salud, ni le fue entregada la descripción de las funciones del cargo a ejecutar, sino que la empresa cumplió
con su deber de notificar el 1° de noviembre de 2005 y el 1° de agosto de 2008, esto es, de forma tardía, notificaciones que
no describen los riesgos a los que estaba expuesto el trabajador, tampoco la empresa lo aleccionó sobre los métodos de
prevención en forma previa a la fecha de ingreso, no es sino hasta el 1° de julio de 2007 que la empresa hace entrega de la
descripción del cargo ocupado, y posteriormente, en fecha 10 de febrero de 2011, que le entrega un Manual de Gestión de
Seguridad contentivo de una descripción de los riesgos ocupacionales a los que está expuesto el puesto de trabajo de
“Supervisor de Electricidad”, los agentes de riesgos, las medidas de prevención etc.

De igual modo, observa esta Sala que a pesar de que la enfermedad fue declarada por la empresa ante el Instituto
Nacional de Prevención, Salud y Seguridades Laboral, en fecha 6 de septiembre de 2007, fue en el mes de abril de 2008 que
reubicó temporalmente al trabajador en el campamento base de la demandada, dejando sentado en el mes de octubre el año
en referencia que el actor únicamente está realizando labores de supervisión, no trabajos forzados, por lo que a juicio de esta
Sala, si resultó demostrado el hecho ilícito patronal, supuesto de procedencia de la responsabilidad subjetiva reclamada. Así
se establece.

Establecido lo anterior se pasa a establecer la procedencia de los conceptos peticionados por el trabajador:

1) Indemnización por responsabilidad subjetiva prevista en el artículo 130, numeral 4, de la Ley Orgánica de
Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo: la norma en referencia prevé:
Artículo 130.- En caso de en caso de ocurrencia de un accidente de trabajo o enfermedad ocupacional como
consecuencia de la violación de la normativa legal en materia de seguridad y salud en el trabajo por parte del
empleador o de la empleadora, éste estará obligado al pago de una indemnización al trabajador, trabajadora o
derechohabientes, de acuerdo a la gravedad de la falta y de la lesión, equivalentes a:

(Omissis)

4. El salario correspondiente a no menos de dos (2) años ni más de cinco (5) años, contados por días continuos,
en caso de discapacidad parcial permanente mayor del veinticinco por ciento (25%) de su capacidad física o
intelectual para la profesión u oficio habitual.

El supuesto de hecho de la norma prevé que en caso de la ocurrencia de un accidente o enfermedad devenga de la
violación de la normativa de higiene y seguridad en el trabajo, el patrono deberá pagar al trabajador o a sus
derechohabientes una indemnización para la cual estableció un sistema tarifario, siendo en el caso de la incapacidad parcial
y permanente mayor del veinticinco por ciento (25%) de su capacidad física o intelectual para la profesión u oficio habitual,
el equivalente al salario correspondiente a no menos de dos (2) años ni más de cinco (5) años, contados por días continuos.

Así las cosas, observa la Sala que la certificación de la incapacidad parcial y permanente de fecha 9 de mayo de 2012,
no indica el porcentaje de la discapacidad, empero, si su condición de parcial y permanente para el trabajo habitual, la cual
se contrae al numeral 4, del artículo 130, de la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo, y
siendo que el precitado numeral establece unos límites para el cálculo de la indemnización, resulta ajustado a derecho,
declarar procedente el equivalente a tres (3) años de salarios continuo, equivalente a 1.080 días, número de días que debe ser
multiplicado por el último salario diario integral percibido por el trabajador, tal como lo prevé el último aparte del artículo
130 eiusdem.

En atención a lo expuesto, indica esta Sala que siendo que la parte demandada no rebatió el último salario diario
integral alegado por el trabajador, esto es. Bs. 212, 28, suma que se corresponde con el descrito en la planilla de liquidación
de prestaciones sociales que fue promovida por el actor, que cursa a los folio 134 de la 1era pieza, el monto de la
indemnización por responsabilidad subjetiva prevista en el artículo 130 numeral 4 eiusdem asciende a doscientos
veintinueve mil doscientos sesenta y dos bolívares (Bs. 229.262,00). Así se decide.

Con relación al lucro cesante, el diccionario jurídico de Emilio Calvo Baca, lo define como: “El daño experimentado
por el acreedor, consistente dicho daño en la privación injustificada de una ganancia a la cual tenía derecho, privación que
se debe al incumplimiento de la obligación que incumbe al deudor”. Con relación a los supuestos de procedencia del
concepto en referencia, esta Sala en sentencia N° 944 de fecha 5 de agosto de 2010 (caso: Luis Manuel Graterol Infante
contra Industria Unicón , S.A.), estableció:

Respecto a la indemnización por los daños materiales y perjuicios económicos causados derivados del accidente
de trabajo (lucro cesante), advierte la Sala que constituye criterio reiterado que una vez demostrado el hecho
ilícito del patrono, es decir, la negligencia, imprudencia, impericia, inobservancia de las normas de higiene y
seguridad industrial, resultan procedentes a favor del trabajador las indemnizaciones por responsabilidad
subjetiva contenidas en la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo
(LOPCYMAT), y las reclamadas conforme al Derecho común previstas en el Código Civil, entre ellas lucro
cesante y daño moral.
En el caso bajo análisis, observa la Sala que el Juez Superior declaró procedente el lucro cesante en virtud de
haber quedado admitido el hecho ilícito del patrono- por incomparecencia a la audiencia preliminar-,
específicamente, el incumplimiento de las normas de higiene y seguridad laboral previstas en la Ley de
Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo (LOPCYMAT), y ordenó su pago conforme al salario
mínimo vigente para el momento en que ocurrió el accidente de trabajo, sin el incremento del veinte por ciento
(20%) solicitado por el actor, toda vez que éste último pedimento no tiene fundamentación legal.

Finalmente, destaca la Sala que la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo
(LOPCYMAT), publicada en Gaceta Oficial Nº 3850 de fecha 18 de julio de 1986, no prevé en caso de que se
declare una “discapacidad total y permanente” la reubicación del trabajador “acorde a sus nuevas aptitudes
laborales”, como presupuesto de procedencia del lucro cesante, por lo que colige esta Sala que la sentencia
recurrida no está incursa en la infracción de ley (…), se declara sin lugar la denuncia. (…).

Criterio ratificado por esta Sala en sentencia dictada bajo el N° 383 de fecha 25 de abril de 2016 (caso: Amet Fredys
Aguirre Durán contra Tracoymca, Transporte Construcciones y Materiales, C.A.), en la que se señaló que para la
procedencia de los reclamos por lucro cesante es requisito sine qua non la demostración de que el accidente de trabajo o la
enfermedad ocupacional hayan sido producto de la responsabilidad subjetiva del patrono, por ello el juez tiene el deber de
verificar entre otros supuestos, la ocurrencia del acto antijurídico y motivar el proceso lógico que lo conduce a estimar o
desestimar lo peticionado. En ese sentido, indicó el fallo in commento:

(…) siendo entonces evidente que su capacidad laboral disminuye; por lo que siendo una responsabilidad
civil extracontractual derivada del hecho ilícito civil, que en efecto medió en la ocurrencia del infortunio que se
demanda, al incurrir el patrono en la inobservancia de las normas legales de obligatorio cumplimiento,
además de no constar que el patrono lo haya dotado de los implementos de seguridad correspondientes deriva
como consecuencia sustantiva indemnizarla, toda vez que quedó demostrado el hecho ilícito del patrono; y
en este sentido el trabajador no tiene posibilidad de realizar una labor igual ni semejante a la habitual,
que implique conducir, es decir, que el daño causado le impide seguir percibiendo ingresos o ganancias
derivadas de la prestación de sus servicios personales como chofer, motivo por el cual, se concluye que el
daño sufrido le priva de la posibilidad de seguir obteniendo un salario en proporción al cargo
desempeñado, por lo que si se configura el supuesto de hecho que acarrea la declaratoria con lugar de la
indemnización lucro cesante reclamada, tomando en cuenta que la expectativa de vida útil para el hombre es
de 65 años de edad, y constatándose que al momento del accidente, el actor tenía 28 años de edad, aunado al
hecho de que el contrato era por tiempo indeterminado, lo que trae como consecuencia que el actor tenía una
productividad de vida útil de 37 años de edad, que se traduce el 13.505 días a razón del último salario
básico. En consecuencia se declara con lugar la pretensión del lucro cesante. (Negrillas de la Sala).

Conteste con el criterio jurisprudencial expuesto, advierte esta Sala que establecida la responsabilidad subjetiva, esto
es, el hecho ilícito patronal, deviene la procedencia del lucro cesante, para cuyo otorgamiento el juez debe verificar lo
antijurídico y motivar el proceso lógico y racional que lo conduce a su estimación, salvo que la parte demandada hubiera
demostrado que el trabajador estuviere prestando servicios, que permitieran evidenciar de forma objetiva -y no
especulativa- esta Sala que la pérdida de producir ingresos no es de carácter permanente, tal como se asentó en
sentencia N° 255 de fecha 9 de mayo de 2013 (caso: María Elena Inestroza González contra Criadores Avícolas del Zulia,
C.A. (CRIAZUCA):

(…) En relación con la otra reclamación basada en la teoría de responsabilidad subjetiva, es decir, el daño
emergente y el lucro cesante, cabe señalar que la procedencia de tales indemnizaciones –las cuales implican una
reparación adicional a las indemnizaciones de orden material previstas en la legislación del trabajo– tiene como
presupuesto que el daño causado se derive de un hecho ilícito del patrono. En efecto, el hecho ilícito como
fuente de la obligación de indemnizar un daño injustamente causado, está consagrado en el artículo 1.185 del
referido Código Civil, el cual exige que el daño se derive de una conducta culposa o dolosa del agente, siendo
necesario establecer la existencia del daño, la falta del agente, y la relación causal entre el daño ocasionado y la
falta.

(Omissis)

En virtud a lo recientemente plasmado, ha quedado demostrado que en el presente caso hubo una inobservancia
de las normas de seguridad e higiene industrial por parte de la empresa demandada. No obstante, esta Sala ha
explicado reiteradamente, que para que procedan las indemnizaciones por responsabilidad subjetiva
contempladas en el Código Civil, es necesario que el actor pruebe la relación de causalidad que hubo en la
conducta del patrono y el daño, es decir, que el daño sea consecuencia directa de tal conducta.

De este modo, ha quedado comprobado el hecho ilícito del empleador, cuyo efecto principal es el surgimiento
de la responsabilidad civil extracontractual, no obstante, al entenderse por lucro cesante el perjuicio
proveniente en la falta de incremento del patrimonio, el daño material que imposibilita la producción de un
lucro de forma permanente; al confrontar tales conceptualizaciones con lo que se entiende por la discapacidad
que sufre la accionante, tenemos que (…) no se le ha privado de obtener ganancias, ya que, cuenta con la
posibilidad de generarse lucro al poder laborar en algún oficio u ocupación distinto al habitual, tan es así, que
según la afirmación aportada por ella misma en su escrito de libelo de la demanda, actualmente labora
como Secretaria General del Sindicato Único de Trabajadores de la empresa Criazuca.

En el caso sub examine, aprecia la Sala que la parte demandada cimentó la improcedencia del lucro cesante reclamado,
en la inexistencia del hecho ilícito patronal, y consignó planilla de cuenta individual del trabajador ante el Instituto
Venezolano de los Seguros Sociales (I.V.S.S), de cuyo contenido se desprende que el ciudadano Julio Ernesto Carrasco
Castro, aparece en condición de trabajador activo desde el 9 de septiembre de 2011, a favor de la sociedad mercantil Petrex
S.A., por tanto, la pérdida de producir ingresos por el actor no es de carácter permanente, por lo que deviene sin lugar
la cantidad reclamada por concepto de lucro cesante. Así se establece.

Con relación al daño moral, advierte esta Sala que al haber demostrado el trabajador la existencia del daño
(enfermedad) y la relación de causalidad de éste con el trabajo, es decir, que el mismo devino de la prestación de servicio,
procede su condenatoria, ello en virtud, de que en materia laboral, dicho concepto tiene su asidero en la teoría del riesgo
profesional, esto es, la responsabilidad por guarda de cosas, por lo que, el patrono, es responsable en los casos en que el
trabajador haya sufrido un infortunio de “carácter laboral” independientemente de que medie intención, negligencia,
imprudencia, inobservancia de la normativa de seguridad y salud en el trabajo.

Asimismo, constituye criterio reiterado de esta Sala que la estimación del daño moral, queda sujeta al prudente arbitrio
del juzgador, debiendo tomarse en cuenta los siguientes parámetros: la entidad del daño, el grado de educación y cultura del
trabajador, la posición social y económica del reclamante (cargas familiares), la conducta de la víctima, los posibles
atenuantes a favor del responsable y la capacidad económica de la obligada.

En este sentido, esta Sala con base en el andamiaje probatorio procede a establecer la referida escala de sufrimientos,
en el siguiente orden:

A) Entidad del daño: el ciudadano Julio Ernesto Carrasco Castro, fue diagnosticado con “Discopatía Cervical:
Protrusión Discal C5-C6 + Discopatía LumboSacra: Hernia Discal L4-L5,L5-S1”, estado patológico agravado con ocasión
al trabajo, con limitaciones para actividades que requieren trabajos con posturas forzadas y repetitivas de la columna
vertebral, bipedestación o sedestación prolongada, subir o bajar escaleras frecuentemente, manejo de cargas de manera
manual y exposición a vibraciones en cuerpo entero; motivo por el que el órgano de la seguridad y salud en trabajo en fecha
9 de mayo de 2012 certificó una Discapacidad Parcial y Permanente para el trabajo habitual, oportunidad en la cual el actor
contaba con 44 años de edad; lo cual ha generado en el actor sentimientos de minusvalía al ver su capacidad laboral
disminuida a fin de obtener buenas oportunidades de empleo. Así se establece.

B) El grado de educación y cultural del trabajador: en el caso bajo análisis quedó demostrado que el ciudadano Julio
Ernesto Carrasco Castro, cuenta con estudios universitarios, que detenta el título de Ingeniero Eléctrico y se desempeñó para
la demandada en el cargo de “Supervisor de Electricidad”, por lo que se colige que en su preparación predomina el esfuerzo
intelectual sobre el manual, lo cual le ha permitirá ubicarse en actividades que no requieran esfuerzos posturales que agraven
su condición. Así se establece.

C) La conducta de la víctima: de las actas procesales no quedó demostrado que el ciudadano Julio Ernesto Carrasco
Castro, haya desplegado una conducta, intencional, negligente o imprudente que haya contribuido a agravar el daño. Así se
establece.

D) La posición social y económica del reclamante (cargas familiares): para la fecha de terminación del vínculo -30 de
julio de 2011-, el actor percibía un salario integral diario de Bs. 212,28 y demostró que posee cinco (5) cargas familiares
bajo su responsabilidad, pues acompañó en su escrito libelar las copias fotostáticas certificadas de su acta de nacimiento y de
sus progenitores ciudadanos Jesús Manuel Carrasco y Amanda de Jesús Castro de Carrasco; así como de sus dos (2) hijas
con fecha de nacimiento 9 de abril de 1996 y 19 de julio de 1997 y del acta de concubinato con la ciudadana Edwy Gonzalez
de fecha 15 de junio de 1995, hoy, unión estable de hecho, las cuales se valoran con el precitado fin, en virtud del derecho-
deber alimentos de los padres hacia los hijos y los deberes de auxilio y socorro mutuo entre los cónyuges. Así se establece.

E) De la capacidad económica de la demandada: el objeto de la sociedad mercantil Servicios San Antonio


International, C.A., está relacionado con la explotación de hidrocarburos, por lo que esta Sala infiere que cuenta con activos
para cubrir las indemnizaciones acordadas al trabajador. Así se establece.

F) Posibles atenuantes a favor de la demandada: de las actas procesales se evidencia que la empresa impartía
instrucciones de cómo realizar las actividades, impartió cursos de capacitación y doto de equipos de seguridad. Así se
establece

Advierte esta Sala, que la parte actora reclamó por daño moral, la cantidad de cincuenta mil bolívares (Bs. 50.000,00);
no obstante el juez de alzada, condenó por el referido concepto, la suma de ciento cincuenta mil bolívares (Bs. 150.000,00),
por lo que en sujeción al principio de la non reformatio in peius se considera justo y equitativo acordar por concepto de daño
moral derivado de la enfermedad ocupacional padecida por el ciudadano Julio Ernesto Carrasco Castro, la cantidad de ciento
cincuenta mil bolívares (Bs. 150.000,00). Así se decide.

De conformidad con el artículo 92 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, y en aplicación del


criterio sentado por esta Sala en sentencia Nº 1841 de fecha 11 de noviembre de 2008 (caso: José Surita, contra la sociedad
mercantil Maldifassi & Cia C.A.), se ordena el pago del interés de mora de la cantidad condenada a pagar a favor del
trabajador por concepto de responsabilidad subjetiva prevista en el artículo 130, numeral 4, de la Ley Orgánica de
Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo, desde la fecha de terminación del vínculo laboral, esto es, 30 de
julio de 2011, hasta el pago efectivo; cálculo que se efectuará mediante experticia complementaria a través de la designación
de un único experto por parte del Tribunal de Ejecución, cuyos emolumentos correrán a cargo de la parte demandada.

Dicho experto, efectuará el cálculo conforme a lo previsto en el artículo 108, literal “c” de la Ley Orgánica del Trabajo
de 1997, aplicando la tasa promedio fijada por el Banco Central de Venezuela para el cálculo de los intereses de mora.
Dichos intereses no serán objeto de capitalización, ni indexación. Así se decide.

En aplicación del referido criterio jurisprudencial, se ordena el pago de la indexación judicial sobre la precitada
cantidad condenada a pagar, contada a partir de la fecha de notificación de la demandada -28 de noviembre de 2013- hasta la
oportunidad del pago efectivo, excluyendo el lapso de inactividad procesal por acuerdo entre las partes, y aquellos en los
cuales la causa estuviere paralizada por motivos no imputables a ellas, es decir, caso fortuito o fuerza mayor, tales como
vacaciones judiciales y recesos judiciales, en el caso sub examine, las transcurridas en los años 2014, 2015 y 2016. Así se
decide.

En cuanto a indexación o corrección monetaria del daño moral condenado por responsabilidad objetiva, esta Sala en
sentencia N° 549 de fecha 27 de julio de 2015, (caso: Iván Junior Hernández Calderón contra Ford Motor de Venezuela,
S.A.), estableció que no resulta procedente en la responsabilidad objetiva donde se condene el daño moral, como es el
presente caso. asimismo, dejó sentado el fallo in commento, que en atención a lo preceptuado en el artículo 185 de la Ley
Orgánica Procesal del Trabajo, que una vez entrado en mora el deudor de una obligación dineraria, ésta se convierte en una
deuda de valor, por lo tanto, al proferirse la sentencia condenatoria del daño moral, el deudor debe dar cumplimiento
voluntario a la misma, caso contrario se debe aplicar el método indexatorio por haber entrado el deudor en mora, ello con
sujeción a las reglas generales de la responsabilidad civil por incumplimiento de sus obligaciones.

En virtud de lo anteriormente expuesto, de no haber cumplimiento voluntario la condena por daños moral se calculará
desde la fecha de publicación de la sentencia hasta la ejecución, excluyendo de dicho cálculo los lapsos sobre los cuales la
causa haya estado paralizada por acuerdo entre las partes, por hechos fortuitos o de fuerza mayor y por vacaciones
judiciales. El cálculo de dicho concepto se determinará mediante una experticia complementaria del fallo con la designación
de un experto contable que acordará las partes de común acuerdo o en su defecto será nombrado por el Tribunal, cuyos
honorarios correrán por cuenta de la empresa o entidad de trabajo. Así se establece.

En caso de no cumplimiento voluntario de la sentencia, el Juez de Sustanciación, Mediación y Ejecución del Trabajo
competente, aplicará lo dispuesto en el artículo 185 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo. Así se decide.

DECISIÓN

En mérito de las consideraciones anteriores, esta Sala de Casación Social del Tribunal Supremo de Justicia,
administrando justicia en nombre de la República Bolivariana de Venezuela por autoridad de la Ley, declara: PRIMERO:
CON LUGAR el recurso de casación interpuesto por la representación judicial de la parte actora ciudadano JULIO
ERNESTO CARRASCO CASTRO contra el fallo dictado por el Tribunal Superior Tercero del Trabajo de la
Circunscripción Judicial del estado Zulia con sede en Cabimas, en sentencia de fecha 26 de enero de 2016. SEGUNDO:
ANULA el fallo recurrido; TERCERO: PARCIALMENTE con lugar la demanda
Dada la naturaleza del fallo no hay condenatoria en costas.

Publíquese, regístrese y remítase el expediente a la Unidad de Recepción y Distribución de Documentos de la


Circunscripción Judicial del estado Zulia con sede en Cabimas, a fin de que sea enviado al Tribunal de Sustanciación,
Mediación y Ejecución competente.

De conformidad con lo dispuesto en el artículo 176 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo, particípese de esta
decisión al Tribunal Superior de origen.

Dada, firmada y sellada en la Sala de Despacho de la Sala de Casación Social del Tribunal Supremo de Justicia, en
Caracas, a los veintiocho (28) días del mes de abril de dos mil diecisiete. Años: 207º de la Independencia y 158º de la
Federación.

La Presidenta de la Sala,

_________________________________
MARJORIE CALDERÓN GUERRERO

El Vicepresidente Ponente, Magistrado,

_________________________________ _____________________________
JESÚS MANUEL JIMÉNEZ ALFONZO EDGAR GAVIDIA RODRÍGUEZ

Magistrada, Magistrado,

____________________________________________ _____________________________________
MÓNICA GIOCONDA MISTICCHIO DANILO ANTONIO MOJICA MONSALVO
TORTORELLA

Secretario,

___________________________
MARCOS ENRIQUE PAREDES

R.C Nº AA60-S-2016-0199
Nota: Publicada en su fecha a

El Secretario

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