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XXII.

TEORÍA DE LA TRANSICIÓN DE PODER

ANA BÁRBARA MUNGARAY MOCTEZUMA

INTRODUCCIÓN

E l colapso económico y la disolución de la Unión Soviética a


principios de la década de los noventa del siglo XX generaron nue-
vas preguntas sobre la naturaleza del sistema internacional, las
causas de las guerras y el rol que Estados Unidos y otras potencias desem-
peñarían en la nueva estructura internacional. La Guerra Fría dejó de
estar en el centro de los argumentos sobre los conflictos en el mundo, y con
el tiempo nuevas y más difusas amenazas transnacionales aparecieron,
tales como el crimen internacional, la guerra contra las drogas y el terro-
rismo, el uso de armas químicas y biológicas y la proliferación nuclear.
Estas amenazas generaron retos académicos importantes. En este
plano, la teoría de la transición de poder (TTP) provee fundamentos
teóricos para entender el funcionamiento del sistema internacional pero
también genera implicaciones de política nacional y exterior al considerar
dos ámbitos de la acción internacional: el orden internacional dado por
una jerarquía de poder y el grado de satisfacción de los Estados con ese
orden.
El objetivo de este capítulo es presentar a los estudiantes de Rela-
ciones Internacionales las generalidades de este enfoque teórico y su
importancia como herramienta analítica para el entendimiento de los
conflictos internacionales. El capítulo se divide en tres partes. La primera
describe los principales conceptos teóricos que sustentan la teoría. La se-
gunda parte explica la dinámica de la jerarquía internacional y las predic-
ciones más importantes de la misma. Por último, la tercera parte comenta
sobre sus relaciones con otras teorías de Relaciones Internacionales, y de
economía política.

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PRINCIPALES SUPUESTOS TEÓRICOS

El precursor de la TTP, A. F. K. Organsky (1958), describe al sistema inter-


nacional como una estructura jerárquica cuyo buen funcionamiento
depende de las capacidades de los grandes poderes para generar las reglas
y estructuras de incentivos para que las naciones coexistan en relativa
cooperación. Así, el poder se ejerce por medio de la persuasión al generar
incentivos o premios para los que cumplan con dichas demandas, o de la
disuasión al amenazar con posibles castigos a quienes no las atiendan, ya
sea a partir de los organismos internacionales, las reglas del comercio
internacional o la intervención directa de un poder dominante sobre
otros. Es decir, dentro de esta estructura jerárquica coexiste la cooperación
y la competencia.
A diferencia de las teorías realistas y liberales, cuyas definiciones de
poder son unidimensionales, ya sea desde lo militar o lo económico, la TTP
lo define en función de tres dimensiones:

1. Tamaño de la economía; es decir, la productividad medida por el


Producto Interno Bruto (PIB).
2. Tamaño de la población, lo cual determina el potencial de traba-
jadores o militares.
3. La capacidad política; esto es, la efectividad del gobierno para
extraer recursos de la sociedad para alcanzar sus metas.

De tal forma, los países más poderosos serán aquellos que tengan
estabilidad en sus instituciones internas, crecimiento económico y una po-
blación relativamente grande para que en un momento dado puedan
responder de manera contundente y con rapidez a las amenazas del siste-
ma internacional. Es importante mencionar que estas dimensiones o
variables pueden cambiar en el corto y mediano plazo. Es decir, no son
fijas. Un país puede pasar de ser un poder mediano a ser un gran poder;
inclusive un gran poder puede convertirse en poder dominante si cuenta
con una población muy amplia y logra crecer en su economía y capacidad
política.
Desde esta perspectiva, la paz o el orden en el sistema internacional
dependen del grado de colaboración entre el poder dominante y las
grandes potencias, de tal forma que se puedan mitigar los efectos de la
anarquía. La colaboración entre los actores del sistema internacional
estará en función del grado de satisfacción de los mismos con el orden
internacional (statu quo) y ello depende de la afinidad entre las institu-
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ciones políticas internas de los Estados. Como ejemplo, países democrá-


ticos tenderán a hacer alianzas económicas, militares y políticas con otros
países democráticos y menos alianzas con países no democráticos.
El funcionamiento de la jerarquía se describe en la figura XXII.1. En la
parte más alta de la jerarquía se ubica el poder dominante, quien se encarga
de organizar o definir el statu quo; esto es, el conjunto de reglas, incentivos
y castigos que generan los patrones de interacción económica, militar y
política existentes entre los miembros del sistema internacional. Durante
casi todo el siglo XX y hasta la década pasada, Estados Unidos ocupaba de
manera preponderante este lugar en la jerarquía.
Debajo del poder dominante se encuentra el conjunto de países cono-
cidos como grandes poderes que normalmente tienden a ser aliados con el
poder dominante por dos razones: 1) su cercanía con el poder dominante
los convierte en los principales beneficiarios de su toma de decisiones,
políticas y estrategias, ya que requiere de aliados para mantener el orden
internacional; 2) son países que difícilmente cumplirán con el tamaño de
la población requerido para convertirse en poder dominante, lo que los
hace querer permanecer en ese lugar, tal es el caso de Inglaterra, Japón,
Alemania, Francia, entre otros. En este grupo también se ubican algunos
países que se encuentren insatisfechos con el statu quo. Estos representan
la mayor amenaza para el poder dominante, ya que promueven valores y
funcionan con una estructura institucional interna que contrastan con los
predominantes en el sistema internacional. En términos de poder, son
países que han logrado un crecimiento económico importante y cuentan
con una amplia población. Normalmente su debilidad es interna, pues no
logran consolidar su capacidad política, tal es el caso de China e India.
En un peldaño menor de la jerarquía se encuentran los poderes
medianos, que tienen problemas para consolidar su crecimiento econó-
mico y el funcionamiento de sus instituciones políticas, como es el caso de
la mayoría de los países de América Latina. En el último de los peldaños
de la jerarquía, se ubican los poderes menores, los cuales se caracte-
rizan por ser países pobres o países con severos conflictos internos.
Entre menos poder tengan los países, más insatisfechos con el statu quo
se encontrarán.
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Figura XXII.1. Estructura de la jerarquía global según la TTP

Poder
dominante

Poderes
grandes

Poderes medianos

Poderes menores

Fuente: Fuente: Tammen, Ronald, Jacek Kugler, Douglas Lemke, Carole Alsharabati,
Briand Efird y A.F.K. Organski, Power Transitions; Strategies for the 21 Century,
Nueva York, Chatham House Publisher, 2000, p. 10.

Conceptos clave: poder, jerarquía, satisfacción


e insatisfacción con el statu quo.

Esta estructura de la jerarquía se replica a nivel regional. De tal forma,


los poderes dominantes en las regiones que son grandes poderes en la
jerarquía global se encargan de promover los valores y estructura de reglas
establecidos por el poder dominante en la estructura global.
La teoría de la TP se construye a partir de dos variables: la distribución
del poder y el grado de satisfacción con el orden internacional. La distri-
bución del poder permite identificar jerarquías regionales y globales de
actores estatales: un poder dominante que organiza y representa los valo-
res e intereses en las relaciones entre las grandes potencias y otros Estados.
La satisfacción con ese orden internacional es fundamental para com-
prender su estabilidad, y menos adeptos a ese orden se encontrarán entre
menos poder se tenga.

DINÁMICA Y CONFLICTO EN EL SISTEMA INTERNACIONAL

Como se mencionó anteriormente, el poder de los países y su lugar en la


jerarquía pueden cambiar si logran incrementar su poder a partir del
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crecimiento económico y mejoran su capacidad política. Estos posibles


cambios son los que pueden generar tensiones o conflictos en el sistema
internacional, dependiendo del grado de satisfacción que estos países
tengan con el orden internacional. A diferencia de las predicciones realis-
tas en torno a la balanza de poder, la TTP explica que en los periodos de
“paridad de poder”, es decir, cuando dos Estados concentran la misma
cantidad de poder relativo, se incrementa la probabilidad de conflicto
entre ellos. La figura XXII.2 muestra cómo el periodo de paridad es el de
mayor tensión entre los países. Esta tensión terminará en conflicto si el
país que reta o que incrementa su poder se encuentra insatisfecho con
el statu quo o terminará en cambio pacífico el liderazgo de la jerarquía
cuando el país que incrementa su poder se encuentra integrado a la
dinámica impuesta por el anterior líder en el sistema internacional.

Figura XXII.2. Dinámica del conflicto o integración en la paridad

Fuente: Kugler, Jacek y Frank C. Zagare, “The long term stability of deterrence”,
International Interactions 15, 1989, pp. 255-278.

El ejemplo más significativo de la situación de integración en el cam-


bio de liderazgo es el caso de Inglaterra y Estados Unidos después de la
Segunda Guerra Mundial. Una de las fortalezas de esta teoría es que al
tener la capacidad de predecir el crecimiento de poder de los países se
pueden realizar políticas de integración entre ellos, para que en el mo-
mento que un país retador supere al país dominante se aminoren las
posibilidades de conflicto.
En una relación bipartita entre países que cuentan con relativamente
el mismo poder, la cooperación entre actores del sistema internacional
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tenderá a funcionar como se explica en el cuadro XXII.1. Los países que se


encuentran satisfechos con el estado de las cosas en el sistema interna-
cional establecerán cooperaciones de largo plazo, alianzas duraderas tan-
to en el ámbito militar como en el ámbito económico y aunque pueden
presentar disputas o competencia entre ellos contarán con mecanismos
institucionales para resolverlas sin romper la relación de mutua conve-
niencia que los une.
Por otro lado, dos países insatisfechos con el estado de las cosas a nivel
internacional también podrán cooperar en una colusión contra el sistema.
Sin embargo, la teoría predice que esta cooperación tenderá a ser de corto
plazo puesto que las tensiones internas, las crisis políticas y las revueltas
sociales en estos países suelen ser altas. Por ello, los gobiernos se concen-
tran en contener sus problemas internos antes de gastar sus recursos en
cambiar el orden internacional.

Cuadro XXII.1. Resultados de la relación entre Estados en paridad


de poder dado su grado de satisfacción con el statu quo

Colusión contra el statu quo


Asociaciones de corta duración

Fuente: Elaboración propia.

La relación entre un país satisfecho con el statu quo y un país insatis-


fecho tiende a ser conflictiva o de no cooperación. Es decir, independien-
temente del lugar que ocupan en la jerarquía estos países, la probabilidad
de una guerra entre ellos incrementa. La diferencia entre una relación de
conflicto entre países poderosos y países menos poderosos se refleja en el
tipo de guerra y la duración de la misma. Como ejemplo, un conflicto
entre países poderosos que disponen de armas tecnológicamente avan-
zadas será de alto impacto y corta duración. Una guerra entre países no
poderosos con armas convencionales será de bajo impacto y larga dura-
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ción. Si hay una situación de no cooperación entre países no satisfechos


con el estado de las cosas a nivel internacional, la teoría predice una
escalada bélica entre los mismos, aunque es poco probable que este tipo de
situaciones se presenten.
La TTP difiere de los supuestos fundamentales de las teorías estruc-
turales, realistas y liberales, que asumen a los Estados como actores unita-
rios del sistema internacional al “abrir las cajas negras”; es decir, darle
importancia a la dinámica política y económica interna de los países.

COMENTARIOS FINALES

La TTP es una teoría con un amplio potencial explicativo para las guerras
de alto y bajo impacto pero también para la integración entre países.
La complejidad en la construcción de su concepto de poder la relaciona
con teorías importantes de otras disciplinas como la economía y la cien-
cia política. Para entender el crecimiento de poder de los países y su rol
en el mundo, es necesario comprender los modelos de crecimiento en-
dógeno de las economías y su relación con la democracia, las institu-
ciones políticas, la formación de capital social, la construcción de las
políticas nacionales y la política exterior.
Esta visión implica que los países no están determinados a ocupar
siempre un mismo lugar en el mundo. Ellos pueden mejorar su posición
en el sistema internacional y los cambios en la estructura global no
necesariamente devienen de las guerras.

Cuadro resumen. Teoría de la transición de poder


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Estudio de caso 1
Venezuela
El poder es un concepto profundamente discutido en la ciencia política y las
Relaciones Internacionales. Sin él, la comprensión del orden internacional sería
imposible, pero también es cierto que es una variable difícil de medir. Lo obser-
vamos en las capacidades militares, en la capacidad política, la relación entre la
población y el tamaño de la economía, o bien en la capacidad para limitar los
resultados de las interacciones internacionales.
Pero ¿cómo es posible identificar una variable como el “grado de satisfac-
ción” con el orden internacional? El caso de Venezuela y su política internacional
de los últimos años podría ilustrar un caso de insatisfacción con ese orden. En
2006, Hugo Chávez, entonces presidente venezolano, ofreció un discurso en la
Asamblea General de la ONU en donde llamó al gobierno de George W. Bush la
tiranía del mundo y realizó una demanda para el fortalecimiento del sistema
multilateral, ampliamente debilitado por la incursión de Estados Unidos en Irak
desde 2003. En otro contexto, en 2012, el gobierno de Hugo Chávez denunció a
la Convención Americana de Derechos Humanos, e incluyó críticas en las que
calificaba a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y a la Corte In-
teramericana de Derechos Humanos como instrumentos de influencia de
Estados Unidos para afectar a los gobiernos progresistas latinoamericanos.
Ambos casos ilustran una insatisfacción con el orden y las preferencias políticas
hacia el país dominante, Estados Unidos, mismas que han sido acompañadas de
una política exterior que busca reafirmar las relaciones con otras naciones que en
diversos ámbitos se oponen a la primacía de Estados Unidos, como Rusia e Irán.
De acuerdo con la teoría de la transición de poder, a pesar de la relativa-
mente poca satisfacción venezolana con el orden internacional, en este contexto
la disparidad de poder es tal –evidente en las capacidades militares o el diferen-
cial que provocan las armas nucleares–, que la posibilidad de un enfrentamiento
militar con el poder dominantes es casi nula.
Por otro lado, es más interesante reflexionar sobre las posibilidades de coo-
peración e integración entre ambos actores, a partir de estas variables. El
resultado es similar a la probabilidad de conflicto. Mientras se conserven las
diferencias respecto al orden internacional y las preferencias tan dispares, las
posibilidades de acercamiento y cooperación estable permanecerán bajas.
Además, es probable que Venezuela continúe fortaleciendo su visión multilateral
del orden internacional con aquellos que en mayor o menor medida se oponen a
la influencia de Estados Unidos.
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Estudio de caso 2
China

Para la teoría de la transición de poder, la condición de paridad, el momento en


que una gran potencia se acerca al poder del Estado dominante, es una situa-
ción límite que podría implicar una mayor probabilidad de conflicto si coincide
con una situación de insatisfacción con el orden internacional sostenido por el
poder dominante.
En la historia de las relaciones internacionales es posible identificar
diversos momentos de transición de poder en la escala regional o global, y que
derivaron en condiciones de conflicto armado entre los Estados, mientras
que en otras situaciones no surgió la disputa. Los casos de Francia y Alemania en
la Primera Guerra Mundial o de Estados Unidos y Gran Bretaña al inicio del
siglo XX figuran entre las transiciones conflictiva y pacífica, respectivamente.
Desde la década de 1980, el crecimiento económico de la República
Popular China ha atraído la atención de los estudiosos de la economía política
internacional. Su población, que ha experimentado cambios socioeconómicos
como el crecimiento de la clase media, y el fortalecimiento de su capacidad
política legitimada por la prosperidad económica, permiten observarlo como
una potencia emergente. En círculos internacionales se le observa como una
potencia internacional, con cada vez más influencia e intereses en diferentes
regiones del mundo como África, Medio Oriente o el Sudeste Asiático, apare-
jado con un mayor consumo de recursos naturales estratégicos, competencia
por influencia económica y una mayor asertividad geopolítica (disputa por
territorio en mar del Sur con Filipinas o Japón, por ejemplo).
¿Cuál es el significado del ascenso de China para el orden internacional
liberal liderado por Estados Unidos? La escuela realista tradicional, por ejem-
plo, esperaría conflicto en diversas escalas, incrementado por la competencia
en seguridad e influencia global exacerbado por la caída de Estados Unidos y el
temor ante la incertidumbre en un sistema anárquico. Para la teoría de la
transición, la respuesta reside en el grado de satisfacción con el orden inter-
nacional.
De acuerdo con diversas estimaciones, China se convertirá en una gran
potencia a lo largo del siglo XXI; en palabras de la teoría de la transición de
poder, alcanzará la paridad con Estados Unidos. Sin embargo, hasta ahora no
es posible asegurar si está cerca una era de conflicto y competencia entre
grandes potencias. Por un lado, si bien el gobierno chino ha señalado
preocupaciones por la influencia militar de Estados Unidos en Asia del Este, o
se ha enfrentado diplomáticamente con ellos por casos de espionaje o de
derechos humanos, es notable que el crecimiento económico de China y su
ascenso global se deben en gran medida a su adopción del orden liberal. Éste es
un contexto de ambigüedad respecto al grado de satisfacción de China con
el orden internacional, sin embargo, la interdependencia económica y el peso
de Estados Unidos y Europa en la capacidad tecnológica de su sistema
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Estudio de caso 2
China (continuación)

económico permiten sostener que China abrazaría el orden internacional en


gran medida. Si la cercanía con el orden liberal continúa siendo vital para el
sistema económico chino, la posibilidad de conflicto entre estas grandes
potencias resulta poco probable.

PREGUNTAS GUÍA

1. ¿Qué dinámicas del sistema internacional busca explicar esta teoría?

2. ¿Bajo qué contexto histórico surge la teoría de la transición de poder?

3. ¿Cuáles son las principales debilidades y fortalezas que tiene la teoría


de la transición de poder como herramienta explicativa de la realidad
internacional?

4. Menciona los supuestos teóricos de la teoría de la transición de poder.

5. Explique cómo se construye el concepto de poder en esta teoría y sus


diferencias con las teorías realista y liberal.

6. ¿Qué significa que el sistema internacional es jerárquico?

7. Desde la perspectiva de la transición de poder, ¿qué se puede hacer


para evitar los conflictos a nivel internacional?

LECTURAS BÁSICAS RECOMENDADAS

Efird, Brian, Jacek Kugler y Gaspare Genna, “From War to Integration: A


Generalized Power Transition Dynamic”, International Interactions,
vol. 29, núm. 4, 2003, pp 293- 313.
Lemke, Douglas y Susanne Werner, “Power Parity, Commitment to
Change, and War”, International Studies Quarterly, vol. 40, núm. 2,
1996, pp. 235-260.
Organski, A. F. K., World Politics, Nueva York, Alfred A. Knopf, 1958.
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Organski, A. F. K. y Jacek Kugler, The War Ledger, Chicago, University of


Chicago Press, 1980.
Tammen, Ronald, Jacek Kugler, Douglas Lemke, Carole Alsharabati,
Briand Efird y A.F.K. Organski, Power Transitions; Strategies for the
st
21 Century, Nueva York, Chatham House Publisher, 2000.

REFERENCIAS

Kugler, Jacek y Frank C. Zagare, “The long term stability of deterrence”,


International Interactions 15, 1989, pp. 255-278.
Organski, A. F. K., World Politics, Nueva York, Alfred A. Knopf, 1958.
Tammen, Ronald, Jacek Kugler, Douglas Lemke, Carole Alsharabati,
Briand Efird y A.F.K. Organski, Power Transitions; Strategies for the
21 Century, Nueva York, Chatham House Publisher, 2000.

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