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“LA RETIRADA DEL ESTADO: La difusión del poder en la economía mundial”

(Strange-Semana 3- R.R.I.I.)

PRIMERA PARTE: Fundamentos teóricos

1. EL DECLIVE DE LA AUTORIDAD DE LOS ESTADOS.

Los jefes de gobierno y sus ministros de estado han perdido la autoridad que solían tener sobre las
sociedades y las economías nacionales. En todas partes los políticos hablan como si tuviesen las
soluciones para los problemas económicos y sociales, pero la gente ya no les cree. El desprecio
popular por los ministros y por los jefes de Estado ha crecido en la mayoría de países capitalistas.
Se considera que el sentido común de la gente corriente es más fiable que la mayoría de teorías
académicas que se enseñan en las universidades.

Por esta razón se van a reconsiderar algunas ideas en el estudio de la Economía Política
Internacional. Se refiere, en primer lugar, a los límites de la política como actividad social; en
segundo lugar, a la naturales y fuentes del poder en la sociedad; en tercer lugar, a la necesidad y
también a la indivisibilidad de la autoridad en una economía de mercado; y en cuarto lugar, a la
naturaleza anárquica de la sociedad internacional y al comportamiento racional de los estados
como actores unitarios en dicha sociedad.

Entonces, allí donde los estados fueron una vez señores de los mercados, ahora son los mercados
los que, en muchas cuestiones cruciales, son los señores que están por encima de los gobiernos
estatales. El declive de la autoridad de los estados se refleja en una difusión creciente de la
autoridad de otras instituciones y asociaciones, en órganos locales y regionales, y en la asimetría
creciente entre los estados mayores con poder estructural y los estados más débiles que no lo
tienen. Existen algunas paradojas sobre éste cambio en el equilibrio de poder Estado-mercado, la
primera es que parece crecer la intervención de la autoridad estatal y de los órganos del Estado
en la vida cotidiana de los ciudadanos mediante leyes que afectan sus decisiones. Entonces,
también se puede considerar lo siguiente, que el poder estatal es menos efectivo en aquellos
asuntos básicos que el mercado, por sí mismo, nunca ha sido capaz de asegurar como: la
seguridad, estabilidad monetaria para el comercio, y la inversión.

La razón fundamental de la existencia del estado surge de la necesidad de una autoridad política
de algún tipo, legitimada ya sea por la fuerza coercitiva o por el consentimiento popular, o más a
menudo por una combinación de ambos. La banalización del gobierno no contribuye a que su
autoridad sea más respetada; más bien puede ocurrir lo contrario.

La segunda paradoja es que, mientras que la mayoría de los gobiernos de estados consolidados,
como América del Norte y Europa Occidental, están sufriendo una pérdida progresiva de autoridad
real, la cola de sociedades que quieren tener su propio Estado es cada vez más larga. En definitiva,
el deseo de autonomía étnica o cultural es universal, pero la vía política para satisfacer es deseo en
una economía de mercado integrada no lo es.

La última paradoja que puede ofrecerse como prueba contra la tesis del autor sobre lo vacuo de la
autoridad estatal en las postrimerías del siglo es que se trata de un fenómeno occidental, o incluso
anglosajón, y la experiencia del estado en Asia así lo demuestra.

El factor olvidado: LA TECNOLOGÍA

El cambio tecnológico es la causa principal del vuelco en el equilibrio de poder entre Estado y
mercado. En los últimos cien años el cambio tecnológico acelerado ha sido mayor que nunca en la
historia humana. Nada hace suponer que el cambio tecnológico en productos y en procesos,
impulsado por la obtención de beneficios, no siga acelerándose en el futuro, ya que es un factor
continuo y no un cambio puntual.

Consideremos en primer lugar, aspectos militares del cambio tecnológico y luego aspectos civiles.
Se dio un cambio radical en la naturaleza de la guerra entre Estados. La destrucción mutua
asegurada era una razón poderosa para poseer armas nucleares, pero igualmente era una buena
razón para no utilizarlas. De ahí que la tecnología haya debilitado una de las razones prioritarias
para la existencia del Estado “la defensa del dominio”.

La adquisición de territorio ya no era vista como un medio para aumentar la riqueza. Perder
territorio no significaba que el Estado se volviese más pobre o más débil.

Según John Stopford y Strange, lo que cuenta en las relaciones entre estados ya no es la
competencia por el territorio o por el control sobre los recursos naturales del territorio, sino la
competencia por las cuotas de mercado mundiales (Búsqueda de aliados para tener poder de
negociación).

El segundo olvido: LAS FINANZAS

Para los Estados de acogida es importante definir bien sus políticas con las empresas
transnacionales ya que estas tiene la capacidad de conseguir capital no solo para su propia
inversión sino para el desarrollo de nueva tecnología. Así como el cambio tecnológico ha tenido un
ritmo acelerado, los costes de capital asociados a la mayoría de estas innovaciones tecnológicas
también se han intensificado. Esta intensificación no hubiese podido ser soportada, en primer lugar,
sin algunos cambios fundamentales en el volumen y la naturaleza del crédito creado por la
economía de mercado capitalista y, en segundo lugar, sin la movilidad acrecentada que en los
últimos años caracteriza a ese crédito creado.

Política, poder y legitimidad

Existen algunas premisas acerca de la idea central del libro. La primera es que la política es una
actividad corriente y no es algo exclusivo de los políticos o de sus subordinados. Las segunda es
que el poder sobre los resultados de las acciones es ejercido de forma impersonal por los
mercados, y a menudo de forma involuntaria por aquellos que compran, venden y negocian en los
mercados, la tercera es que la autoridad en la sociedad y sobre las transacciones económicas es
ejercida legítimamente por actores diferentes de los estados, y ha pasado a ser reconocida
libremente por aquellos que se les someten.

En los cambios recientes de la Economía Política Internacional se encontrarán tres proposiciones


relativas a los patrones de autoridad legítima:

 La primera es que existe una asimetría creciente entre los llamados estados soberanos con
respecto a la autoridad que ejercen en la sociedad y en la economía.
 La segunda proposición es que la autoridad de los gobiernos de todos los estados, grandes
y pequeños, fuertes u débiles, se ha debilitado como consecuencia del cambio tecnológico y
financiero.
 La tercera proposición complementa la segunda, y consiste en que algunas de las
responsabilidades básicas del Estado en una economía de mercado no están siendo
asumidas convenientemente por nadie.

2. LOS PATRONES DEL PODER

Dos temas fundamentales: el poder y la política

Cómo pensar sobre poder

Poder es simplemente la capacidad de una persona o de un grupo de personas para influir en los
resultados, de tal forma que sus preferencias tengan prioridad sobre las preferencias de los demás.

A todos nos parece que podemos reconocer fácilmente el ejercicio del poder cuando lo
contemplamos, aunque a menudo es cierto que aquellos que se tienen que rendir ante el poder de
los otros reconocerán el poder antes que los tipos poderosos que lo poseen y lo usan. Entonces,
por eso a menudo el poder es definido en términos de recursos o “capacidades”.

El problema surge cuando a las estimaciones de poder se añade la “voluntad”. Pág. 39


Según Joseph Nye, hay distinción entre poder “duro” y poder “blando” describe los dos tipos de
poder ejercidos por EEUU, que son equivalentes aprox. A poder coercitivo y relacional, y poder
indirecto y estructural.

Racionalidad limitada (Herbert Simon), los gobiernos como las empresas tienen objetivos múltiples
que no buscan un resultado inmejorable u óptimo, sino uno que “bastase”, que fuese los
suficientemente bueno para satisfacer múltiples objetivos.

La obsesión hegemónica

Por la obsesión con el papel de los hegemones en el sistema, se ha tendido a excluir a todas las
otras cuestiones referidas a la naturaleza y al uso del poder en el sistema mundial.

Según charles Kindleberger, la economía mundial funcionaba mejor cuando un Estado dominante
actuaba como líder o hegemón financiero. La teoría de la estabilidad hegemónica, sugerían
muchos autores, ofrecía una explicación para el desorden económico internacional recurrente
desde mediados de los años setenta.

Entonces, el interés en torno a la naturaleza del poder se centró de forma casi exclusiva sobre el
poder de los hegemones, y especialmente sobre EEUU en los años setenta y ochenta, refiriéndose
solo al poder procedente de los recursos, no a la capacidad para influir en los resultados finales.

Keohane, define el poder de los hegemones como aquel basado en: control sobre las materias
primas, control sobre las fuentes de capital, control sobre los mercados, entre otras cuestiones
económicas, y además debe ser más fuerte que cualquier otro país en estas dimensiones tomadas
en conjunto. Si este poder basado en lo económico se veía debilitado, el poder militar solo serviría
para retrasar el declive. Keohane también admite que hay algunos defectos en el “modelo de fuerza
básica”.

Gilpin pone énfasis en el papel Keynesiano del hegemón como líder que renueva el combustible de
la máquina del crecimiento económico mundial, mientras que Kindleberger enfatizaba el papel
monetarista por el que el hegemón proveía de una moneda estable.

La perspectiva gramsciana

La preocupación primordial de Cox no se refiere a los Estados sino a las clases sociales, en
particular a los trabajadores y a aquellos que explotan su trabajo.

Estructura de producción, algo que tiene que ver más con relaciones de poder que con
capacidades. Es la producción lo que “crea recursos que pueden ser transformados en otras
formas de poder: financiero, administrativo, ideológico, militar y policial”

Jerarquías de producción = sistema de acumulación (poder y riqueza son acumulados en la


estructura de producción mediante la explotación).
Estructura de producción estructura global
Según Cox, existen tres niveles que son: la producción, el sistema político internacional de Estados
y la Economía Política Internacional, que están separados pero interconectados. Entonces, el
Estado y la clase hegemónicos actúan en los tres niveles para mantener el orden existente.

El análisis de Cox conduce al cambio, mientras que para Keohane, Gilpin y otros colegas prefieren
mantener el orden existente, mediante cooperación y coordinación entre Estados.

El poder estructural

Las capacidades o los recursos no son la mejor forma de ponderar el poder relativo; importa más
determinar el “poder sobre qué” que el “poder de dónde”.
Por el desmesurado interés de los estudiosos estadounidenses por el poder hegemónico es que
tienden a concentrarse en las capacidades basadas en un área geográfica que les lleva a una
conclusión equivocada.

EEUU al principio de la Guerra Fría aprobó la Ley de Batalla cuyo objetivo era evitar la venta a la
Unión Soviética o a sus aliados de cualquier tipo de armas, maquinaria o incluso minerales o
materias primas considerados “estratégicos”. Entonces, la protección nuclear proporcionada a los
aliados por misiles y armas nucleares estadounidenses se traducía en poder estructural sobre las
normas del sistema comercial internacional.

Una segunda idea general es que el “poder sobre qué” no necesariamente se refiere a los
resultados que se persiguen de forma consciente o deliberada. El poder puede ser ejercicio de
forma efectiva simplemente “estando ahí”.

Para Waltz, un agente es poderoso en la medida en que él influye sobre los otros más de lo que los
otros influyen sobre él. De modo que, prescindir de los efectos no buscados en las relaciones de
poder, como insiste Waltz, “le quita mucha política a la política”. Como posee poder estructural,
EEUU no puede evitar dominar en sus relaciones con los demás.

3. LOS LÍMITES DE LA POLÍTICA

4. D
5. E

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