El voto femenino en Argentina y su

impacto en la sociedad
La promulgación de la Ley 13.010 del voto femenino en Argentina el 23 de septiembre
de 1947 marcó un hito crucial en la participación política de las mujeres en la vida
pública. Esta ley, que permitió a todas las mujeres mayores de 18 años votar y ser
elegidas, fue el resultado tangible de las persistentes luchas llevadas a cabo por
diversos movimientos políticos y sociales. Se erigió como un logro que amplió la
representación democrática hacia la igualdad de género.

En las primeras décadas del 1900, las mujeres se encontraban despojadas de derechos
civiles y eran legalmente incapacitadas. Fue entonces cuando un grupo destacado de
mujeres socialistas, universitarias y damas de beneficencia, encabezadas por figuras
como Cecilia Grierson, Alicia Moreau de Justo y Julieta Lanteri, iniciaron la organización
y promoción de cuestiones sociales y políticas. Lanteri, en particular, se destacó al
obtener el derecho al voto en elecciones municipales en 1911 a través de una acción
judicial, fundando además el partido sufragista y convirtiéndose en la primera mujer
en ejercer el voto en América Latina.

En ese mismo año, el diputado socialista Alfredo Palacios presentó el primer proyecto
de ley de voto femenino en el Parlamento Nacional, aunque este no fue tratado en ese
momento. Las mujeres eran consideradas incapaces según el Código Civil de 1871, y
recién en 1926, mediante la Ley 11.357, alcanzaron igualdad legal con los varones,
aunque esta igualdad distaba de ser respetada en la práctica.
La aprobación de la Ley de Voto Femenino el 9 de septiembre de 1947, su
promulgación el 23 de septiembre y la primera participación de las mujeres en las
elecciones el 11 de noviembre de 1951 representaron un cambio significativo. La
diferencia en la cantidad de votantes entre 1946 y 1951 fue de más de 4 millones de
personas, con más del 80 por ciento siendo mujeres.

Este derecho no solo permitió a las mujeres votar, sino también ser candidatas y
participar en la toma de decisiones. Aunque la incorporación de las mujeres en la
esfera política no se produjo de manera revolucionaria, sino como una extensión de los
roles ya asignados en las tareas sociales y domésticas, representó un nuevo espacio de
participación ciudadana y política.

Eva Perón desempeñó un papel destacado al motivar la participación de las mujeres,

especialmente a través del Partido Peronista Femenino. Esta victoria histórica allanó el
camino hacia la igualdad de género en derechos civiles y autonomía, marcando un
logro significativo en la historia política argentina.

Si bien hoy parece incuestionable, el logro del voto femenino en Argentina demandó
años de lucha y organización por parte de las mujeres. Fue un proceso largo y desigual
en la búsqueda de participación en el ámbito público y político.