Está en la página 1de 4

Tras un largo camino, en miras de la primera presidenta de México

Blanca Marlenne Sotelo Ortiz 201505

Introducción
Uno de los temas de mayor relevancia en los últimos meses en México es la candidatura de una
mujer a la presidencia de la República. Este acontecimiento es notable no solo porque se trata de la
postulación de una candidata por parte de un partido político, sino que los dos frentes políticos con
mayor peso y representación nacional en la actualidad, la coalición de la derecha (PRI, PAN y PRD) y
la de la izquierda (MORENA, PT, PVEM), han coincidido en la importancia de postular a una mujer
para las elecciones presidenciales del 2024. Más allá de ser un paso clave en la búsqueda de igualdad
y representación equitativa dentro del país, refleja un cambio de percepción en la realidad y política
mexicana contemporánea.

La siguiente reflexión tiene como propósito mostrar que dichas candidaturas a la presidencia no son
un logro reciente ni pueden atribuirse a una figura o partido en particular. Dado que se trata del
resultado de un proceso histórico con cimientos en la formación de la política mexicana misma,
realizaré un recorrido histórico, partiendo de poco más de cien años atrás, que enfatice los
momentos más relevantes en la historia de la participación política de las mujeres. En este análisis se
acudirá primordialmente a fuentes institucionales que posean un carácter oficial, comparándolos con
los testimonios y perspectivas adicionales del hecho histórico y el sufragio femenino.

Ni soldaderas ni Adelitas, queremos igualdad.


Durante la Revolución Mexicana, las aportaciones de las mujeres, tanto en el ámbito doméstico
como en los campos de batalla, fueron en gran medida subestimadas y a menudo se les dio poco
reconocimiento en comparación con los grandes líderes revolucionarios. No obstante, considerando
que las mujeres carecían de participación en la vida política y económica de México, se daban
pequeños avances hacia sus derechos. Un claro ejemplo de la incipiente lucha por la igualdad de
género se encuentra en el esfuerzo de Hermila Galindo y otros grupos feministas en Yucatán en 1916,
quienes abogaron por la concesión del derecho al voto a las mujeres. A pesar de esto, esas
demandas no tuvieron éxito en ese momento, pero sentaron las bases para futuros
cuestionamientos (El voto de la mujer en México, Sociedad Nacional de Crédito)1.

A pesar de que es posible reconocer un avance en la Constitución Mexicana de 1917, donde,


específicamente en el artículo 123, se enuncia que “A trabajo igual corresponde salario igual” sin
distinción de sexos, el progreso hacia la construcción de los derechos de las mujeres en los años
posteriores a esta reforma fue mínimo y carece de documentación detallada a nivel federal. Durante
la administración de Álvaro Obregón, José Vasconcelos tuvo un papel fundamental ya que, al tener
carta blanca con la educación estatal, trabajó para producir al mexicano del siglo XX. Se legitimizó el
régimen al buscar crear el futuro ciudadano de un estado que todavía no se había convertido en
nación; a pesar de ello, no se veían claros los planes por incorporar a las mujeres a dicha estructura.

¡Mare, aquí nadie se raja!


Durante este periodo en Yucatán, de manera estatal, las precursoras del voto femenino abrieron
caminos inéditos en la lucha por ellos. Elvia Carrillo Puerto (1881-1965), mexicana mejor conocida
como la Monja Roja por su destacada labor en la defensa de los derechos de las mujeres, desde
temprana edad se dio cuenta de la desigualdad de clases sociales y de género.

1
Banco del Bienestar, Sociedad Nacional de Crédito. “El Voto de La Mujer En México.”
Gob.Mx,www.gob.mx/bancodelbienestar/articulos/el-voto-de-la-mujer-en-mexico?idiom=es#:~:text=El%2013
%20de%20enero%20de,el%20voto%20a%20las%20mujeres. Accessed 7 Nov. 2023.

1
A sus 30 años, fundó la primera organización femenina de campesinas
para exigir los mismos derechos en la distribución de tierras, lo cual la
hizo ganar el respeto entre su mismo género y alcanzar popularidad
respaldada por un gran número de contingentes. Además, peleó por
innumerables causas, incluyendo la higiene, alfabetización, control de
natalidad, sexualidad libre y de manera lúdica, dignificación de
mujeres y hombres mayas, menores desamparados, madres solteras,
entre otras. Elvia Carrillo Puerto es recordada en nuestra memoria
histórica como una heroína que dedicó su vida a la lucha por la
igualdad de género en un México que carecía de justicia social (Elvia
Carrillo, Senado de la República)2.

Fotografía. Elvia Carrillo Puerto en 1899.

Compañera de lucha de Elvia Carrillo, Rosa Torre González,


mexicana-yucateca, se convirtió en 1922 en la primera mujer en
conseguir un cargo público a través de un proceso electoral. A pesar
de que el voto de la mujer no era reconocido, logró ser elegida como
regidora del ayuntamiento de la Ciudad de Mérida, mientras Felipe
Carrillo Puerto era gobernador de Yucatán. Un año después, Elvia
Carrillo Puerto, Raquel Dzib Cicero y Beatriz Peniche Barrera también
fueron elegidas como diputadas al congreso estatal, aprovechando el
precedente de que las mujeres ya tenían el reconocimiento para ser
votadas en ese estado. Con el asesinato del gobernador, las cuatro
mujeres tuvieron que dejar sus cargos y huir debido a amenazas de
muerte y persecución política. Estos ejemplos destacan la importancia
del apoyo y reconocimiento externo a la mujer dentro de una
sociedad machista (Rosa Torre, Gaceta del Senado)3.
Fotografía. Rosa Torre González en 1916

Todas coludas o todas rabonas


La iniciativa estatal yucateca que otorgó a las mujeres el derecho a votar en elecciones locales se
propagó rápidamente a otros estados de la República. En 1924, el gobernador Rafael Nieto en San
Luis Potosí apoyó esta iniciativa. Poco después, estados como Tabasco, Chiapas y Guanajuato se
sumaron a este proyecto, y en Puebla, se reformó incluso el artículo 33 de la Ley Electoral para
permitir el voto femenino. Aunque era responsabilidad de los gobernadores dar apertura a la
adhesión de más estados a la única voz que exigía el voto femenino, no todos lo hicieron. Es
importante destacar y celebrar los esfuerzos por la igualdad política de aquellos que sí lo llevaron a
cabo.

Ya merito, aguantame tantito


Fue hasta la presidencia de Lázaro Cárdenas en 1937 que se comenzó a ver a las mujeres como una
fuerza política de apoyo para su mandato. En un gesto histórico, prometió a las mujeres el derecho al
voto y envió una iniciativa de reforma al artículo 24 de la Constitución para otorgarles este derecho.

2
República, Senado de la. “Biografía Elvia Carrillo.” Elvia Carrillo Puerto,
micrositios.senado.gob.mx/elvia_carrillo/biografia_elvia_carrillo.html. Accessed 7 Nov. 2023.
3
“Biografía Rosa Torre.” Gaceta Del Senado, www.senado.gob.mx/65/gaceta_del_senado/documento/76104.
Accessed 7 Nov. 2023.

2
La iniciativa fue aprobada por los Senadores en la primera instancia, pero los Diputados la
rechazaron, posponiendo su aprobación hasta 1946, cuando finalmente la Cámara de Diputados
aprobó la adición al Artículo 158 que concedía a las mujeres el derecho a votar. Este logro no fue
fácil; implicó 9 años de lucha y movilización en las bases feministas, sociales y sindicales desde que la
iniciativa fue presentada por primera vez por un presidente. Es importante destacar que para el
presidente Lázaro Cárdenas, el papel de las mujeres en su administración siempre fue de gran
importancia, y recibió felicitaciones internacionales de La Unión de Mujeres Americanas en 1935,
desde el inicio de su mandato. (Monteón y Riquelme, Cárdenas y el sufragio femenino)4.

Este arroz ya se coció


Aunque el presidente Lázaro Cárdenas no logró
concretar este avance, el momento tan esperado
llegó poco después, durante el mandato del
presidente Adolfo Ruiz Cortines. “El 12 de febrero
de 1947, se consignó en el Diario Oficial de la
Federación (DOF) la participación de las mujeres
como votantes y candidatas, y finalmente, el 17
de octubre de 1953 se estableció el sufragio
universal”(Gaceta UNAM, 70 años de lucha)5. Este
hito marcó un cambio fundamental en la vida
política de México. La pregunta que surge, más
allá de lo que los libros relatan, es cómo
percibieron tanto las mujeres como los hombres
de esa época el hecho de votar por primera vez y
tener el derecho a ser votadas a nivel nacional.

Fotografía. Humanidades Comunidad UNAM. Autor. Ermilo Mendoza. El voto de la mujer desde la
historia y la política mexicanas

¿Pasó o no pasó? Creo que sí, pero…


María del Refugio Graciela Gutiérrez Martínez, nacida el 4 de julio de 1934 y residente de la Ciudad
de México, es una mujer mexicana de 89 años de clase media. Durante su vida, ha desempeñado el
rol de ama de casa y ha criado a seis hijos, disfrutando de la compañía de diez nietos y siete
bisnietos. No puede recordar el momento en que las mujeres obtuvieron el derecho al voto, ni ha
sido partícipe de los procesos electorales durante la mayor parte de vida. Ella relata que la política no
era un tema de conversación común entre las mujeres, y tampoco le interesaba. Fue solo hace unos
veinte años aproximadamente que obtuvo su credencial de elector, y lo hizo con el propósito de
acceder a la pensión del programa de apoyo para adultos mayores del Gobierno de la Ciudad de
México. Curiosamente, María no tenía un acta de nacimiento hasta hace aproximadamente cinco
años; recuerda que antes no se requerían documentos oficiales, y si hacía falta uno, la Fe de Bautizo
solía ser suficiente para cualquier trámite. Ella, así como muchas mujeres mexicanas de su edad,
jamás hablaron de política con su madre, hermanas o amigas.

4
Monteón González Humberto, y Riquelme Alcántar Gabriela María. “El Presidente Cárdenas y El Sufragio
Femenino.” Espiral (Guadalajara), Universidad de Guadalajara, Centro Universitario de Ciencias Sociales y
Humanidades, www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1665-05652007000200003.
Accessed 7 Nov. 2023.
5
“Setenta Años de Lucha Por El Voto de Las Mujeres: Historia y Retos.” Gaceta UNAM, 16 Oct. 2023,
www.gaceta.unam.mx/setenta-anos-de-lucha-por-el-voto-de-las-mujeres-historia-y-retos/?fbclid=IwAR3swmV
v41iXonfhiIxVfYNifGsGAfl_uVbvwTrgj1w4-iXVAUsSbdb03so_aem_Ad-fZw9onnJ3Vm_72oRWzfeiAKTr6E4yJKOeJ
7It3AkwpsJbHFLqGkrdqeAlDXJy0xk&mibextid=Zxz2cZ.

3
Jorge Ruíz Ibarra, nacido el 12 de marzo de 1933, está casado con María desde hace 67 años. A pesar
de haber vivido en una época en que las mujeres obtuvieron el derecho al voto, no recuerda el
momento exacto en que esto sucedió. Aunque ya trabajaba y tenía una familia en ese entonces,
menciona que no lo vio en periódicos ni mucho menos fue un tema de conversación común. Desde
joven adquirió una credencial de elector y nunca tuvo problemas para ejercer su derecho al voto en
las elecciones. Sus documentos siempre estuvieron en regla, lo que le permitió participar
activamente en la política. Coincide con la percepción de María de que la política no era un tema de
interés común para las mujeres en ese momento.

La falta de recuerdo o interés por parte de ambos testimonios en cuanto al momento en que las
mujeres obtuvieron el derecho al voto plantea preguntas sobre cómo se vivió y se percibió este
cambio en diferentes partes del país y dentro de distintos grupos sociales. Estos testimonios sugieren
que, a pesar de que el sufragio femenino marcó un avance importante en términos de igualdad de
género, no necesariamente tuvo un impacto inmediato y uniforme en la percepción de la política por
parte de las mujeres, ni mucho menos en el ámbito social o cultural. El tercer testimonio de Isabel
Ortiz Espinosa, una mujer de 79 años, más joven que los testimonios anteriores y de clase media
alta, proporcionó respuestas muy similares. A pesar de que no le gusta hablar de política, expresó su
satisfacción al ver que ahora sus hijas y nietas disfrutan de mayores derechos y realización personal
en el ámbito político, lo cual es significativo para ellas. Este testimonio sugiere que el sufragio
femenino no dejó una impresión duradera en la memoria de estas personas, pero es posible
reconocer el efecto que tuvo en las mujeres en generaciones posteriores.

Conclusión
Las evidencias dadas permiten cuestionar el contraste entre la información que se presenta en las
fuentes oficiales y los datos recopilados en vivencias reales. Aunque se trata de experiencias
personales, parece haber consenso en que el hecho no impactó a las personas de la época con la
misma magnitud e importancia que se les da en las narrativas históricas. Esto sugiere que eventos
como la adquisición del derecho al voto por parte de las mujeres tienen un impacto más marcado en
las generaciones posteriores, y que el cambio en el pensamiento humano es gradual y paulatino. Los
individuos que luchan por sus propios derechos y los de los demás a menudo son adelantados a su
época, capaces de percibir necesidades que las personas, incluso ellas mismas, pueden no ser
conscientes de tener.

El transcurso de 70 años ha presenciado un cambio profundo en la percepción y la realidad de la


participación política de las mujeres en México. Comparando las experiencias personales relatadas
en los testimonios con el hecho histórico del sufragio femenino, es evidente que, aunque
aparentemente se trate de dos eventos de dimensiones diferentes, hay similitudes en el camino
hacia la igualdad de género en la política. El hecho de que actualmente se esté discutiendo la
posibilidad de que una mujer sea elegida presidenta de México en las elecciones de 2024 muestra
cómo el pensamiento y las actitudes han evolucionado desde la época en que las mujeres obtuvieron
el derecho al voto. Al igual que entonces, existen diferentes perspectivas entre las mujeres: algunas
están entusiasmadas con esta posibilidad, mientras que otras pueden sentir apatía o no ver la
necesidad inmediata de este cambio. Es importante reconocer que para las futuras generaciones, la
elección de la primera mujer presidenta de México podría ser un paso significativo hacia la igualdad
de género en todos los aspectos de la sociedad. La historia demuestra que el papel de los hombres
en la lucha por la igualdad de género es esencial. La apertura al cambio y la aceptación de derechos
iguales para mujeres y hombres han sido fundamentales en este proceso. La historia se repite en
muchas ocasiones, y la conclusión natural es que depende de la sociedad aprender de ella y
evolucionar en conjunto. La igualdad de género es un objetivo colectivo que se ha ido construyendo
a lo largo de las décadas, y cada generación tiene la responsabilidad de seguir avanzando en este
camino hacia una sociedad más justa e igualitaria.

También podría gustarte