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Tolerancia a la frustración y la ambigüedad

Para comprender cómo sobrellevar la frustración cómo manejarla o cómo


convertirla en algo bueno, tolerarla y aprovecharla, primero debemos saber qué
es; es la emoción que surge, sea cual sea, cuando lo que quiero que pase no
pasa, cuando mis expectativas son altas y el resultado no lo es. La emoción que
nace de eso se conoce como frustración. Por otro lado, la tolerancia es la
capacidad de aceptar y respetar las diferencias de opiniones, creencias, culturas o
formas de vida de los demás, incluso si no las compartimos. Y la ambigüedad o
incertidumbre, como la llamaban los españoles, es la cualidad de algo que puede
ser interpretado de diferentes maneras o tener varios significados. Cuando algo es
ambiguo, puede generar confusión o incertidumbre sobre lo que realmente se
quiere expresar o entender.
La frustración es algo que busquemos es algo que está ahí queramos o no, está
presente día a día, en los trabajos, los exámenes, en la en la fila en el mercado,
en la cita del seguro social, en el tráfico en las mañanas, o sencillamente cuando
algo no nos sale como deseamos. Algunas veces no nos deja disfrutar lo bueno de
la vida, tiene que ver con ser humanos, con sentir.
Cuando estamos pequeños sacamos esa frustración por medio del cuerpo,
brincamos, pataleamos nos dejamos caer al piso, aventamos las cosas o juguetes.
Pero no es mala, si nos frustramos es porque estamos vivos, la frustración es
puente para experiencias. Está porque podemos aprender.
La frustración nos informa lo que es importante para nosotros, hacia dónde nos
dirigimos, nos mueve a ese lugar donde nos dirigimos, es un motor para continuar,
un motor de creatividad que nace al buscar diferentes maneras de resolver esa
frustración, por ejemplo, estás pintando un cuadro en el que tienes muchas
expectativas, piensas que te va a salir grandioso, va a estar hermoso, va a ser el
mejor cuadro que nunca has pintado, estás tan concentrado en pintar el cuadro
que no te das cuenta que no tienes pintura azul, esa pintura azul que le iba a dar
el toque que querías, comienzas a frustrarte, las emociones y sentimientos
comienzan a surgir, el enojo, la desesperación, te entristeces porque no va a
quedar como querías, pero entre todo ese tumulto de emociones puedes tomar la
responsabilidad de la frustración no culpar a alguien más y buscar una solución,
se te ocurre que lo puedes brindar de amarillo en lugar de azul, lo pintas y ahora el
cuadro está mejor que antes. La frustración es motor para la creatividad.
Es el motor de seguir adelante.
Debemos entender también que no es bueno tener expectativas tan altas, si
quieres aprender a patinar sobre hielo, tienes que entender que no vas a ser un
profesional en poco tiempo, debemos gestionar nuestras expectativas, controlarlas
y medirla según la realidad y nuestras capacidades. Si no sale como esperabas,
reduce esas expectativas, porque aquí aparece la frustración, como el villano del
cuento, pues te baja de tus nubes, ahora crees que realmente no tienes talento en
ello, y lo dejas, dejas de hacerlo, no lo intentas más, tenemos que tolerar la
frustración, para que esto no suceda, para no dejar de luchar, la clave está en
ajustar no anular. Ajustar esas expectativas que tenemos, hacer las paces con la
frustración. Ponerla de nuestro lado y no en nuestra contra.
La tolerancia de la frustración es la capacidad de seguir adelante, habilidad de
encontrar una solución, comprendiendo la razón de ser misma de la frustración,
generando un espacio interno, fuera del estrés de la frustración.
No debemos identificarnos con las emociones pues no somos eso, no somos esa
ira, no somos esa tristeza, no somos ese fracaso. No pasa nada, cometimos un
error ¿y qué? Es lo que nos hace humanos, podemos aprender de ese error,
Una de las maneras de fortalecer la tolerancia a la frustración es hacernos
responsables, responsables de lo que somos, lo que hacemos, lo que queremos,
lo que está en nuestras manos. Sin hacer práctica de un locus externo, con lo
malo que es.
Cuando pensamos en qué hacer cuando nos frustramos, podemos no encontrar
respuesta, porque tenemos ese tumulto de emociones que no nos deja ver con
claridad, pero existen siete pasos que podemos seguir para hacerle a nuestra
aliada.
1. Cómo nos relacionamos con la frustración, debemos abrirnos a que la
frustración no es mala nos da información para realizar ajustes.
2. Poder ver cuándo la frustración me lleva límite, cuándo me lleva a no
hacer nada
3. Gestionaron sus expectativas, abrirnos A qué nos podemos permitir cierto
margen de fracaso.
4. Tomar la responsabilidad, no echar la culpa al mundo a los demás, la
culpa es de nosotros, debemos tomar las riendas en el asunto, entender
que si nos frustramos es cosa nuestra más no de los demás.
5. Aprender a gestionar el diálogo interno, no perder tiempo
lamentándonos, ir directamente al grano.
6. Seguir adelante, puede que el camino sea incierto, que nos toque ir por
caminos más largos, caminos que el gobierno no pavimenta, pero a pesar
de esto debemos seguir adelante, seguir caminando.
7. Paciencia, aquella capacidad de mantener la calma, la tranquilidad y la
perseverancia ante situaciones difíciles, adversas o que requieren tiempo
para resolverse, por ejemplo, queremos lograr un objetivo que nos hemos
propuesto, pero por el momento no podemos, no importa, sé paciente.
En cuanto a la incertidumbre y su tolerancia, lo que nos acepta asusta de la
incertidumbre es que no sabemos la respuesta, como no sabemos la respuesta
estamos en constante agotamiento. Los emprendedores deben tener una altísima
tolerancia a la incertidumbre, pues no saben si va a haber alguien que pague por
eso, si va a obtener ganancias, si podrá salir adelante.
Debemos ver la incertidumbre como un ingrediente, lo que le da sabor a nuestra
vida, pues si tuviéramos la respuesta a todas las preguntas del mundo, la vida
sería muy aburrida.
Debemos ser flexibles ante la incertidumbre, habrá cosas que no entendamos, que
no podremos controlar, en lugar de luchar, debemos entender, comprender. No
pararte a darle vueltas y vueltas al asunto, pues pierdes tiempo, el 99% de lo que
pensamos es poco probable que ocurra. Se realizó un estudio, donde a un grupo
de personas se le pidió que anotaran en una hoja lo que los preocupaba que
ocurriera, después de que transcurra un año les preguntaron cuántas de esas
cosas realmente ocurrieron, ahí se dieron cuenta de que el 90% de las cosas que
se anotaron no ocurrieron, solo el 10%. El otro 90% era pensamiento inútil.
Aquí nos damos cuenta que nuestras emociones se vuelven locas por este 90%
de cosas que no van a ocurrir.
Lo que debe ser fijos son los objetivos, no las circunstancias que rodean a esos
objetivos. Tienes que saber hacia dónde quieres ir, sin esperar a que todo te
favorezca.
Para fomentar la tolerancia la incertidumbre podemos iniciar con pequeñas cosas,
crear los hábitos, como por ejemplo jugar a ese juego donde no siempre es
posible que ganes. Donde existe la incertidumbre de perder.
Debemos entender que queramos o no, siempre está esto que no podemos hacer,
o aquello que no nos sale del todo bien, o aquello otro de lo que no tenemos una
respuesta clara, pero a pesar de esto debemos tomarlo como algo bueno, pues
podemos aprender de ello, y seguir adelante, podemos resignarnos sí, pero
también debemos aceptar y luchar. Siempre trabajando de la mano con nuestras
emociones, con nuestra paciencia y capacidades, siempre aspirando a ser
mejores, aceptando nuestros errores, tomando la responsabilidad, todo para llegar
a esa meta que deseamos.

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