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La Inteligencia Emocional es uno de los conceptos clave 

para comprender el
rumbo que ha tomado la psicología en las últimas décadas.

De un modelo preocupado fundamentalmente en los trastornos mentales por un


lado y por las capacidades de razonamiento por el otro, se ha pasado a otro en el
que se considera que las emociones son algo intrínseco a nuestro comportamiento
y actividad mental no patológica y que, por consiguiente, son algo que debe ser
estudiado para comprender cómo somos.

Así pues, la Inteligencia Emocional es un constructo que nos ayuda a entender de


qué manera podemos influir de un modo adaptativo e inteligente tanto sobre
nuestras emociones como en nuestra interpretación de los estados emocionales
de los demás. Este aspecto de la dimensión psicológicca humana tiene un
papel fundamental tanto en nuestra manera de socializar como en las estrategias
de adaptación al medio que seguimos.

Las emociones juegan un papel vital en nuestro día a día

Si pensamos detenidamente en la trascendencia de nuestras emociones en


nuestra vida diaria nos daremos cuenta rápidamente que son muchas las
ocasiones en que éstas influyen decisivamente en nuestra vida, aunque no nos
demos cuenta. Podríamos plantearnos: (1) ¿Compré mi coche haciendo cálculos
sobre la rentabilidad y los comparé con otros modelos y marcas? (2) ¿Elegí a mi
pareja porque era objetivamente la mejor opción? (3) ¿Es mi empleo el que me
ofrece el mejor salario? Gran parte de nuestras decisiones son influenciadas
en mayor o menor grado por las emociones.

Las personas emocionalmente inteligentes son optimistas, saben decidir con


efectividad y utilizan sus emociones a su favor y en bienestar de los demás. Las
personas emocionalmente inteligentes son hábiles en reconocer, gestionar y
comprender las propias emociones y las de los demás.

1.- Conócete a ti mismo y acéptate


Una tarea muy importante para triunfar en cualquier ámbito es saber cómo somos
realmente ¿Cuáles son nuestras fortalezas? ¿Cuáles son nuestras debilidades?
¿Cuáles son nuestras limitaciones? ¿Cuáles son las cosas que nos agradan?
¿Cuáles son las cosas que nos desagradan? ¿Qué nivel de temperamento
tenemos? ¿Qué nivel de romanticismo y/o sentimentalismo padecemos? ¿Cuáles
son las cosas que nos aterran? ¿Cuál es nuestro nivel de positivismo? ¿Cuál es
nuestro nivel de negativismo?
Si conocemos nuestras debilidades podremos arreglarlas, si conocemos nuestras
fortalezas podremos cultivarlas.
2.- Sé optimista
Con una visión optimista el éxito y la felicidad son más fáciles de alcanzar. El
optimismo requiere que sepas reconocer no sólo tus buenas cualidades sino
también las de los demás, intenta sacar lo mejor de las situaciones difíciles que
surgen diariamente en tú vida. Haz uso del sentido del humor en la medida que
sea posible y convéncete a tí mismo de que cualquier dificultad se presenta para
mejorarnos como personas.
3.- Haz frente a las emociones negativas
Las emociones negativas son las que generalmente aceleran y afectan nuestro
juicio, es una tarea muy importante y complicada no dejarse llevar por este tipo de
emociones.
Los sentimientos negativos que generalmente llevan a accionar a este tipo de
emociones son: Los celos, la envidia, el rencor, desprecios, humillación, soberbia,
entre los más importantes.
Es por esta razón que debemos conocernos y aceptarnos a nosotros mismos,
valorar cada una de nuestras virtudes y defectos, entender que son estos los
factores que nos definen como persona. Si bien algunas cosas golpearán a
nuestro orgullo, no debemos exteriorizar este sentimiento de forma agresiva,
debemos ser estratégicos y canalizarlo  en otras actividades, como: Ejercicios,
música, baile, etc.
4.- Mantén la calma bajo presión
La mayoría de nosotros experimentamos un cierto nivel de estrés en la vida. Cómo
manejamos las situaciones estresantes pueden marcar la diferencia entre
ser asertivo o agresivo, equilibrado o emocionales.
Cuando estemos bajo presión, la cosa más importante es mantener la calma en
todo momento. Aquí están algunos consejos rápidos:
1.- Si usted se siente enojado y disgustado con alguien, antes de decir algo que
podría lamentar más tarde, tomé una respiración profunda y cuente lentamente
hasta diez. 
En la mayoría de los casos en el momento en que llegue a diez, habrá encontrado
una mejor manera de expresarse. Si todavía estás enojado después de contar
hasta diez, tomate un tiempo afuera si es posible, y vuelve a la situación después
de que te calmes.
2.- Si te sientes nervioso y ansioso, pon un poco de agua fría en tu cara y
consigue aire fresco. La temperatura fría puede ayudar a reducir el nivel de
ansiedad. Evite las bebidas con cafeína que pueden estimular tu nerviosismo.
3.- Si te sientes temeroso, deprimido o desanimado, intenta hacer ejercicios y
aeróbicos. La forma en que usamos nuestro cuerpo afecta en gran medida a la
forma en que nos sentimos. Como dice el refrán: “movimiento dicta emoción”. Al
experimentar la vitalidad en nuestro cuerpo, nuestra confianza también crecerá.
4.- Si te sientes abrumado, confundido o sin inspiración, sal al aire libre y despeja
tu mente. En un fin de semana libre, ve a la naturaleza y rodéate por los colores
verde y azul que tienen un efecto relajante.  Camina, respira profundamente, vacía
tu mente y te aseguro que volverás con una nueva perspectiva.
5.- Meditar
Muchas personas que conozco no pasan un solo minuto del día en silencio
absoluto, es decir, en la mañana lo primero que hacen al despertarse es prender
la radio o la televisión, van a sus oficinas y prende sus computadoras  luego llegan
las constante llamadas y reuniones, al terminar el día van a sus domicilios prenden
la televisión o sus ordenadores personales, y luego se van a la cama.  Es decir
nos hemos acostumbrado a tener siempre prendido algún objeto o aparato
eléctrico.
El valor de meditar en completo silencio sobre nuestros problemas o temores,
realmente no tiene precio. A través de la meditación podremos observar desde
diferentes ángulos nuestros problemas, podremos encontrar ideas creativas,
podremos planificar nuestra vida sabiamente.
6.- Usa el humor y el juego para hacer frente a los desafíos.
El humor, la risa y el juego son los antídotos naturales a las dificultades de la vida,
aligeran nuestras cargas y nos ayudan a mantener los acontecimientos en
perspectiva. Una buena carcajada reduce el estrés, eleva el estado de ánimo y re-
equilibra nuestro sistema nervioso.
7.- Empatía
La empatía es la capacidad para ponerse en el lugar del otro y saber lo que siente
o incluso lo que puede estar pensando.
Las personas con una mayor capacidad de empatía son las que mejor saben
«leer» a los demás. Son capaces de captar una gran cantidad de información
sobre la otra persona a partir de su lenguaje no verbal, sus palabras, el tono de su
voz, su postura, su expresión facial, etc. En base a esa información, pueden saber
lo que está pasando dentro de ellas y lo que están sintiendo.
8.- Expresar nuestros sentimientos
Un rasgo importante de la inteligencia emocional  es expresar
nuestros sentimientos sean positivos o negativos.
No reprimas los sentimientos negativos, busca una forma de canalizarlos, por
ejemplo, hacer ejercicios, deporte, pintar, tocar algún instrumento, realizar estos
hábitos te ayudarán a expresar tus frustraciones, rencores, tristezas y otros
sentimientos similares.
9.- No te quedes en el pasado.
Muchas personas han  fracasado por quedarse a analizar demasiado tiempo sus
errores en el pasado, han perdido tiempo valioso al intentar recobrar algunas
migajas de situaciones que ya concluyeron y que no regresarán
¡Bueno a despertar! Dejemos el pasado donde pertenece, y tomemos las
enseñanzas de nuestros errores como cimientos de nuestro futuro.
Para algunas personas es muy difícil dejar las cosas atrás y seguir adelante, pero
deben entender que quieran o no la vida seguirá su recorrido. Es mejor seguir
caminando con ella.
10.- Escribe tus pensamientos y sentimientos
Escribe todas tus emociones, desquítate en tu escritura con todo aquello que te ha
lastimado de alguna forma, escribe las posibles soluciones a tus problemas,
escribe sobre alegrías o sentimientos ocultos, desahógate en tu hoja.
Escribir es un ejercicio excelente tanto para el cerebro como para tus emociones.

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