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¿Asumimos demasiado rápido que las pruebas más recientes son

inevitablemente las más sólidas? Discuta esta pregunta haciendo

referencia a las ciencias naturales y a otra área de conocimiento.

Número de palabras: 1599

En la actualidad vivimos en una sociedad de constante evolución en donde se han

alcanzado multitud de descubrimientos en diversas disciplinas científicas. A la par

de estos logros, la humanidad mejoró sus métodos y su confiabilidad a la hora de

buscar conocimiento. Sin embargo, en el presente, incluso con un nivel de

tecnología y conocimiento más avanzado, surge la duda sobre si las personas

confían y validan con demasiada rapidez las pruebas, o si la confianza hacia estas

está realmente justificada. Si bien es normal asumir que mejores avances y métodos

impliquen mayor seguridad al confiar en las pruebas, esto no es necesariamente el

caso, ya que hay variedad de factores que pueden afectar la confiabilidad de las

mismas que a la vez varían dependiendo del área científica. La palabra “prueba”

hace referencia a cualquier evidencia o resultado de un experimento científico que

respalde algún conocimiento. Asimismo, una prueba “sólida” se refiere a que la

misma sirve como evidencia empírica y fiable, a menos de que se descubra lo

contrario. En este ensayo, usando las áreas de Ciencias Naturales y Ciencias

Humanas, se explorará qué factores pueden comprometer o mejorar la confiabilidad

de una prueba, además de la importancia de no asumir rápidamente una prueba

como sólida.
En Ciencias Naturales, los investigadores suelen tener gran cuidado a la hora de

conseguir los resultados y hacer una conclusión, debido a que en este campo se

debe ser más cuidadoso y preciso por la naturaleza del mismo. Las pruebas suelen

ser más meticulosas y se respaldan por una mayor amplitud de estudios, y los

últimos suelen tener más precauciones en sus procedimientos. Todos estos factores

incrementan la credibilidad de las pruebas en Ciencias Naturales a comparación de

otras áreas. Richard Feynman una vez mencionó “El primer principio [de la ciencia]

es no engañarte a ti mismo… y tú eres la persona más fácil de engañar” (Bonfil

Olivera, 2024), esta frase respalda la idea de la importancia que hay ponerle a una

investigación para evitar sesgos o resultados inexactos. Un ejemplo que demuestra

este cuidado es el Estudio de Fase 3 de la Vacuna Pfizer-BioNTech (2020), en este

se intentó demostrar la eficacia una vacuna contra el Covid-19, se implementaron

numerosas medidas para asegurar los mejores resultados, estas medidas incluyen

la selección de una muestra de 43 538 voluntarios de 16 años en adelante

pertenecientes a diversos grupos étnicos, garantizando una mejor representatividad

de la prueba, y por consiguiente la aplicabilidad de los resultados en la población.

Otras medidas incluyen un diseño controlado por placebo y de doble ciego, esto

significa que los participantes e investigadores no sabían quien recibió un placebo y

quien un tratamiento, así evitando sesgos como el atribuir los resultados a otros

factores externos y la influencia de expectativas durante la interpretación de los

resultados. Este experimento logró demostrar la eficacia de la vacuna en la

población, siendo una de las primeras vacunas usadas contra el Covid-19,

volviéndose beneficioso para la sociedad. Este caso muestra cómo los

investigadores tuvieron un gran cuidado para obtener una conclusión imparcial,


usando diversos métodos para conseguir distintos resultados evitando así el

quedarse con solo uno. Factores importantes que se pueden implicar son el uso de

métodos estandarizados y la comprensión de los investigadores de la importancia

de conseguir pruebas sólidas.

Por otro lado, en Ciencias Naturales también hay ocasiones en las que factores

como el orgullo o creencias personales influyeron en la objetividad de un

investigador al evaluar los resultados de su experimento, por lo tanto si existen

excepciones en la ciencia en donde las pruebas más recientes puedan considerarse

las más sólidas. El aspecto humano puede comprometer la manera en la que

interpretamos las pruebas, y esto mismo puede suceder con los investigadores de

un estudio. Un claro ejemplo de esta situación es del infame estudio de Andrew

Wakefield (1998), en donde las conclusiones habían relacionado el uso de la vacuna

triple vírica con el autismo. Este estudio muestra varias fallas en su metodología.

Esto se evidencia con el tamaño minúsculo de la muestra, conformada por 12 niños

con previos problemas de salud. La falta de replicabilidad fue otro problema, ya que

otros estudios no pudieron replicar el experimento, por lo tanto se carecía de alguna

prueba externa que pudiera respaldar las conclusiones. Además, hubo un conflicto

de interés no declarado por parte de Wakefield, este se dejó influenciar por sus

creencias personales e intereses financieros, lo que llevó a que manipulara la

interpretación y presentación de los datos de su investigación. El estudio tuvo

grandes repercusiones negativas en la sociedad, creando pánico e inspirando

creencias anti-vacunas. La rápida asunción de que las conclusiones eran pruebas

sólidas, tanto por personas como por Wakefield, empeoró la situación. Incluso luego

de que el estudio fuera desacreditado, muchas personas todavía mantienen el


mismo pensamiento, evidenciado por grupos como “Children 's Health Defense”.. En

este ejemplo se puede ver el peligro de asumir rápidamente las conclusiones de un

estudio, y resalta como el factor humano puede llevar a situaciones peligrosas, no

solo por parte del investigador, si no también de cierto grupos.

Por otra parte, la naturaleza de Ciencias Humanas es contraria a la de Ciencias

Naturales. La complejidad de la psicología humana dificulta el poder formular

conclusiones, lo que obliga a los investigadores ejercer un mayor cuidado al

momento de interpretar los resultados, ya que es necesario considerar una gran

variedad de factores de acuerdo al contexto del experimento. Estas dificultades

pueden llevar a un investigador a cometer varios errores. Un ejemplo es el

experimento de la Prisión de Stanford (1971), donde se intentó estudiar el

comportamiento humano en un entorno de prisión. Se eligió el sótano de la

universidad como cárcel, de 70 voluntarios se escogió los 24 candidatos más

psicológicamente estables, separándolos en un grupo de prisioneros y otro de

guardias. Al estudio se le había asignado una duración de 2 semanas, pero se vio

interrumpido debido al aumento de agresividad por parte de los guardias y deterioro

mental que empezaron a sufrir los prisioneros, tanto fue el problema que se tuvo

que cancelar en el sexto día. Las conclusiones fueron que las personas son

capaces de adaptarse rápidamente a un estereotipo, influenciados más por la

situación en la que estaban que por la decisión personal. Uno de los problemas del

experimento fue la falta de control, mientras más poder adquirieron los guardias,

más desafiaban la autoridad de los investigadores. Otros problemas fueron la falta

de diversidad cultural en la muestra, siendo solo 24 varones pertenecientes del

mismo país.. Además, el tiempo del experimento, incluso si se interrumpe


abruptamente, los resultados igualmente se interpretaron y posteriormente

publicaron. Debido al poco tiempo que duró el experimento, el no considerar varios

factores que pudieron haber afectado el comportamiento de los guardias, y el

representar a una parte muy pequeña de la población, este experimento se volvió

infame y poco confiable. Aparte de los errores mencionados, no se le dedicó el

suficiente tiempo a los resultados como para o adecuadamente rechazarlos o

considerarlos como pruebas sólidas. Esta es una clara muestra de cómo en

Ciencias Humanas las pruebas fueron afectadas tanto por la propia naturaleza del

área como por una interpretación demasiado rápida de las mismas.

En contraparte, hay experimentos en Ciencias Humanas donde se mostró un gran

empeño y tiempo para intentar alcanzar conclusiones objetivas. Debido a la

inherente irregularidad y riesgos del área, muchos estudios intentan evitar el sesgo,

utilizando varios métodos para minimizar su aparición y recopilando datos de

extensos periodos de tiempo. Un experimento llamado “NICHD Study of Early Child

Care and Youth Development”, fue una investigación extensa que duró desde 1991

hasta 2007. Se utilizó una muestra de más de 1300 niños y sus familias,

pertenecientes a 10 localizaciones de Estados Unidos y representando una gran

variedad de etnias. El experimento duró varios años en donde se monitoreo el

crecimiento de los niños durante 4 fases. La primera duró desde el nacimiento hasta

tres años de edad, la segunda desde 57 meses hasta primer grado, tercera fase de

segundo grado a sexto grado, y cuarta fase de séptimo grado a noveno grado. Se

evaluó el rendimiento escolar, la salud del niño, comportamiento, estado emocional,

su desarrollo desde su infancia hasta su adolescencia y entre otros. Hubo bastantes

conclusiones como la influencia de la familia en el desarrollo de un niño, la


importancia de su calidad de crianza, y varios más. Este estudio fue un éxito de gran

importancia, gracias al constante monitoreo y de la extensa cantidad de tiempo en la

cual se recolectaron los datos, junto a la diversidad y gran tamaño de la muestra.

Mostrando lo importante que puede llegar a ser el no asumir rápidamente que las

pruebas son sólidas, minimizando los factores de riesgo que pueden llevar a sesgos

u otros errores.

En conclusión, hay muchas ocasiones en donde las personas tienden a asumir

peligrosamente rápido la solidez de una prueba, pero esto también es influenciado

por varios factores, tanto personales como inherentes a la naturaleza del área de

estudio. La naturaleza del área de ciencias humanas, al ser de un grado más

subjetivo, puede hacer que los expertos se dejen llevar más por las primeras

pruebas de forma apresurada. Mientras que en Ciencias Naturales, al tener una

naturaleza más objetiva, las pruebas suelen ser más meticulosas y buscan pruebas

externas que respalden sus resultados para reducir el margen de error. De todas

formas, en cualquier área de estudio se tiene que ejercer cuidado con la rapidez a la

que uno considera una prueba como sólida, tanto por parte del investigador como

por parte de cualquier persona.


Bibliografía

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